Biblia Adventista - Biblia de Estudio
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Edicion:
 
Biblia de Estudio Adventista

Nota:
 
Deseamos que tu estudio personal sea discernido espiritualmente por medio de la oracion y la reflexion,solo incluimos ocasionalmente notas explicativas cuando lo hemos considerado necesario


Tema 

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La imposibilidad del Hombre la Posibilidad de Dios
Autor: Dennis E.Priebe
 


Elena de White habla clara y poderosamente del tema del crecimiento hasta la madurez. “Podemos vencer. Si; completamente, enteramente. Jesús murió para proveernos un camino de escape, para que podamos vencer todo mal temperamento, todo pecado, toda tentación y sentarnos finalmente con él” 1T:144. Por favor note que todo pecado debe ser vencido. Pero debemos recordar al leer estas sentencias que nosotros vencemos, no por nuestra propia fuerza, sino solamente a través de la rendición al poder de Dios, mientras permitimos que Jesús more en nuestro interior constantemente. “Si os colocáis bajo el estandarte teñido de sangre del príncipe Emanuel, estando fielmente a su servicio, nunca cederéis a la tentación; pues hay uno a vuestro lado quien es capaz de guardaros sin caer” Our High Calling:19. ¡Qué verdad más maravillosa! No tenemos por qué ceder a ninguna tentación. ¿Por qué? Porque hay uno a nuestro lado quien puede guardarnos sin caer. El poder de Dios es mucho más fuerte que el de Satanás. Si mantenemos a Dios en el trono del corazón constantemente, no hay razón para caer.

 “No hay disculpa para el pecado. Un temperamento santo, una vida semejante a la de Cristo, es accesible para todo hijo de Dios arrepentido y creyente” DTG:278. Pero miremos atrás al contexto inmediato de esta declaración. Elena de White expresa que el ideal de Dios para sus hijos es más alto de lo que puede concebirlo cualquier mente humana y se refiere a la orden de Jesús de ser perfectos como el Padre en el cielo lo es. Agrega que esta orden es una promesa y que Dios desea que seamos completamente libres del poder de Satanás.

 “Los ataques de Satanás no deben ser estimados como excusa para un sólo acto malo. Satanás se regocija cuando oye a los profesos seguidores de Cristo interponer excusas por su deformidad de carácter. Son precisamente estas excusas las que llevan a pecar”. A la luz de estos pensamientos, Elena de White dice que no hay excusa para pecar. ¿No estamos en peligro de excusarnos cuando decimos, “Yo peco todos los días. No puedo hacer otra cosa. Mi naturaleza es pecar. Pecar es inevitable”? ¿No hacemos jubiloso a Satanás cuando nos excusamos por nuestros caracteres deformes? No hay excusa para pecar. Ciertamente tenemos una excusa por haber nacido en un mundo lleno de pecado y haber heredado una naturaleza caída, pues no tenemos elección o control sobre esto; pero también es cierto que tenemos el poder de elegir y tenemos control sobre el pecado. A eso se refiere Elena de White cuando habla de perfección e impecabilidad.

 Elena de White nos dice que si estuviéramos en sujeción a Dios como lo estuvo Cristo, poseeríamos su perfecta humanidad. Vea DTG:619. “Ni siquiera por un pensamiento cedió a la tentación. Así también podemos hacer nosotros” DTG:98. Es realmente un asombroso concepto aquel de que no tenemos que ceder a la tentación, ni en un pensamiento, si estamos siendo controlados por Jesús. “La vida que Cristo vivió en este mundo puede ser vivida, a través de su poder y bajo su instrucción, por todos los hombres y mujeres. Al enfrentar a Satanás, pueden ellos disponer de toda la ayuda a la que Cristo tuvo acceso. Pueden ser más que vencedores a través de Aquel quien los amó y se dio a si mismo por ellos” 9T:22. Ya hemos visto que Cristo no tuvo acceso a algo diferente de lo que podamos nosotros requerir. El poder de Cristo emanaba del control de su vida por el Espíritu Santo y nosotros podemos tener ese mismo poder si nos sometemos a Dios como él lo hizo (Vea el artículo: “Cómo Vivió Cristo?).

 Cristo vino a esta tierra para mostrarnos que podemos obedecer la ley de Dios, si dependemos del poder del Padre como lo hizo él. Vea RH, 4 de Julio de 1912. “Esa vida en nosotros producirá el mismo carácter y manifestará las mismas obras que manifestó en él. Así estaremos en armonía con cada precepto de su ley” El Discurso Maestro de Jesucristo: 68.
 Estas declaraciones dejan muy claro que: 1) La ley de Dios puede ser obedecida. 2) Que la obediencia es posible solamente a través del poder dinámico de Dios permeando y controlando la débil y pecaminosa naturaleza, que es nuestra por herencia.

 La siguiente declaración señala uno de los propósitos de la encarnación. Cristo vino con nuestra naturaleza débil y caída a mostrarnos que no es necesario que nos desanimemos por haber heredado una naturaleza caída. Él probó, para aliento nuestro, que si la humanidad está controlada por la divinidad, no hay lugar para el pecado en la vida. “El Salvador llevó sobre sí los achaques de la humanidad y vivió una vida sin pecado, para que los hombres no teman que la flaqueza de la naturaleza humana les impida vencer. Cristo vino para hacernos “participantes de la naturaleza divina”, y su vida es una afirmación de que la humanidad, en combinación con la divinidad, no peca” El Ministerio de Curación:136. “Cristo vino a esta tierra y vivió una vida de perfecta obediencia, para que los hombres y las mujeres, a través de su gracia, pudieran también vivir vidas de perfecta obediencia. Esto es necesario para la salvación de todos” RH, 15 de Marzo de 1906. Cualquier cosa de las que Cristo realizó, incluyendo su obediencia perfecta, está abierta a todos aquellos quienes usen el mismo método de vencer que él usó.

 Elena de White es muy explícita al exponer que la causa de nuestros fracasos y pecados está en nuestra propia voluntad en vez de en nuestra debilitada naturaleza humana (Vea PVGM: 266). “Mediante el plan de redención, Dios ha provisto medios para vencer cada rasgo pecaminoso y resistir cada tentación, no importa cuan poderosa sea” 1 MS: 94. Es un concepto repetitivo en sus escritos el de que toda tentación puede ser resistida por el poder de Cristo. Si ciertamente, toda tentación es alejada por la voluntad, entonces el resultado inevitable será que no pecaremos.

 El concepto de vivir sin pecar es precisamente el foco central de las siguientes tres declaraciones. El poder de Cristo morando en una persona es más fuerte que cualquier tentación a pecar. “No os inclinéis a la cómoda silla de Satanás diciendo que no hay caso, que no podéis vencer el pecado, que no hay poder en vosotros para vencer. No hay poder en vosotros aparte de Cristo, pero es vuestro privilegio tenerlo morando en vuestro corazón por la fe, y él puede vencer el pecado en vosotros, cuando cooperáis con sus esfuerzos” Our High Calling:76. “A todo aquel que se entregue completamente a Dios le es dado el privilegio de vivir sin pecado, en obediencia a la ley del cielo”. “Dios requiere de nosotros obediencia perfecta” RH, 27 de Septiembre de 1906. “Cristo murió para hacer posible en nosotros el dejar de pecar, y el pecado es la transgresión de la ley” RH, 28 de Agosto de 1894.

 Elena de White enfatiza que Dios requiere la perfección moral. Nunca debemos rebajar la norma a causa de las tendencias a pecar, ya sean éstas heredadas o cultivadas. De hecho, la imperfección de carácter es pecado y debe ser corregida. “La perfección en acción” se manifiesta a sí misma en la medida que el individuo progresa hacia un carácter perfecto. Vea PVGM:265-267. Algunos han tratado de hacer una separación entre la relación personal con Dios y el comportamiento, aduciendo que uno puede tener una viva relación con Dios aunque el comportamiento personal todavía sea un poco defectuoso. Debería estar claro como el cristal que cuando la motivación y los deseos del corazón están en armonía con la voluntad de Dios, las acciones externas harán lo mismo.

 Al hablar de los últimos eventos en esta historia terrenal, Elena de White es muy específica al declarar que el pueblo de Dios estará ganando victorias sobre los pecados personales. “Pero antes de que venga ese tiempo (la segunda venida), todo lo que sea imperfecto en nosotros habrá sido visto y quitado. Toda envidia, y celos y malas sospechas, y todo plan egoísta, habrán sido eliminados de la vida” 3MS:488. Esta declaración prueba en forma concluyente que el pueblo de Dios no estará pecando hasta la segunda venida de Cristo, como algunos pretenden. Aún los motivos y los sentimientos perversos serán vencidos por el poder de Cristo antes de la segunda venida.

 Ahora hemos llegado a un principio extremadamente importante en nuestra consideración del tema de la perfección. ¿Por qué es importante la perfección? ¿Qué prueba ésta? “La misma imagen de Dios se ha de reproducir en la humanidad. El honor de Dios, el honor de Cristo, están comprometidos en la perfección del carácter de su pueblo” DTG:625. “El honor de Cristo debe estar completo en la perfección del carácter de su pueblo escogido” Signs of the Time, 25 de Noviembre de 1897. El propósito de la perfección del carácter no es tanto que podemos ser salvos. La salvación ya ha sido alcanzada al rendir el carácter, en ocasión de la justificación. La perfección tiene que ver con la credibilidad de la Palabra de Dios. Dios ha dicho que su ley es razonable y puede ser obedecida. Satanás ha desafiado esta aseveración, y la decisión final no ha sido dada todavía.

 El pueblo remanente de Dios tendrá un papel que jugar en la vindicación de la credibilidad de su Palabra. En realidad, Dios vindicará su propio nombre al proveer a su pueblo con el poder divino necesario para obedecer su ley perfectamente. “Si alguna vez hubo un pueblo en necesidad de una constante luz creciente del cielo, es el pueblo que, en este tiempo de peligro, Dios ha llamado a ser los depositarios de su santa ley y a vindicar su carácter ante el mundo” 5 T:746. “Cómo ha de ser el mundo iluminado, salvo por las vidas de los seguidores de Cristo?” “El pueblo de Dios va a reflejar ante el mundo los brillantes rayos de su gloria”. “Dios ha declarado abiertamente que él espera que seamos perfectos, y debido a esto, ha hecho provisión para que seamos partícipes de la naturaleza divina” RH, 28 de Enero de 1904. Así el carácter perfecto desarrollado por el pueblo de Dios es crucialmente importante para la resolución final de la gran controversia entre Cristo y Satanás. En realidad, esta razón para acentuar el concepto de la perfección en el pueblo de Dios en el tiempo del fin, puede ser dicho en pocas palabras fácilmente. La afirmación de Dios es  que la obediencia total es posible; la de Satanás es que un carácter y una naturaleza pecaminosa hacen la obediencia imposible. ¿Quién está diciendo la verdad? Solamente el remanente de Dios puede probar que Satanás es un mentiroso.
 Será totalmente imposible para cualquiera de nosotros recibir el sello de Dios mientras tengamos caracteres defectuosos. No pude haber ni arrugas, ni manchas en los templos de nuestra alma (Vea 5T:214). “Ahora, mientras que nuestro gran Sumo Sacerdote está haciendo propiciación por nosotros, debemos tratar de llegar a la perfección en Cristo. Nuestro Salvador no pudo ser inducido a ceder a la tentación ni siquiera en pensamiento ... Satanás no pudo encontrar nada en el Hijo de Dios que le permitiese ganar la victoria. Cristo guardó los mandamientos de su Padre y no hubo en él ningún pecado del cual Satanás pudiese sacar ventaja. Esta es la condición en que deben encontrarse los que han de poder subsistir en el tiempo de angustia” El Conflicto de los Siglos:680-681.

 Un concepto importante en nuestro estudio de la perfección es que ésta nunca es estática. No es una meseta. 

 “Jesús, considerado como hombre, fue perfecto, sin embargo creció en gracia ... aún el cristiano más perfecto pude crecer continuamente en el conocimiento y el amor de Dios.

 “Jesús se sienta como refinador y purificador de su pueblo; y cuando su imagen es perfectamente reflejada en ellos, están perfectos y santos, y preparados para la traslación. Se requiere una gran obra de parte del cristiano. Se nos exhorta a limpiarnos a nosotros mismos de toda impureza de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” 1T:339-340.
 La perfección es crecimiento, desarrollo. Habrá mucho más que aprender acerca de Dios y de uno aunque el cristiano maduro ya no esté rebelándose más contra Dios. El desarrollo será un proceso continuo, aún a través de la eternidad. Cuando la rebelión sea eliminada de la vida y el cristiano ya no sucumba más a los halagos de Satanás, el crecimiento del carácter será fenomenal, al ir éste moviéndose hacia arriba en perfección.
 Es afirmado algunas veces que Elena de White nunca declara que seremos puros antes de la segunda venida. Las dos declaraciones siguientes son clarísimas acerca de la positividad de este hecho. “Todo aquel quien obedezca los mandamientos de Dios, por la fe, alcanzará la condición de impecabilidad en la cual Adán vivió antes de su transgresión” In Heavenly Places:146. Vea también 6 Comentario Bíblico Adventista:1118 (En Inglés). Esta notable oración declara que alcanzaremos la condición de pureza en la cual Adán vivió antes de su transgresión. Obviamente esto significa que Elena de White está usando una definición de impecabilidad que tiene que ver con el carácter. Ella quiere decir que podemos tener un carácter sin pecado, no una naturaleza sin pecado.

 “Cristo ha hecho toda provisión para la santificación de su iglesia. Él ha hecho abundante provisión para que cada alma tenga tal gracia y fuerza que sea más que vencedora en la batalla contra el pecado... Él vino a este mundo y vivió una vida sin pecado, para que en su poder, su pueblo pudiera vivir vidas santas. Él desea que ellos al practicar los principios de la verdad, muestren al mundo que la gracia de Dios tiene poder para santificar el corazón” RH, 1 de Abril de 1902. 

 Note que el contexto de esta declaración es santificación y la batalla que se está llevando a cabo contra el pecado. En este tiempo de preparación antes del cierre del tiempo de gracia, durante el proceso de la santificación, podemos vivir vidas sin pecado, puras. Elena de White no teme decir claramente que podemos vivir vidas sin pecado, así como Jesús vivió una vida sin pecado en este mundo. Una vez más esto asume una definición de impecabilidad como un carácter puro, sin pecado.
 Hay algo que no será cambiado cuando Cristo venga a esta tierra por segunda vez: el carácter. “Nuestros rasgos de carácter, desarrollados durante este tiempo de prueba, no serán cambiados por la resurrección. Tendremos las mismas disposiciones en el cielo que hemos desarrollado en la tierra”. Ya que el carácter no es cambiado en la segunda venida, es vitalmente importante que la transformación de este ocurra sobre bases diarias ahora. Vea El Hogar Cristiano:12.

 Para que este alto patrón no vaya a desanimar a cualquier cristiano sincero, tenemos la promesa de que Dios proveerá por su gracia la obtención de cualquier cosa que espere de sus hijos. “Nuestro Salvador no requiere imposibilidades de ninguna alma. Él no espera nada de sus discípulos que no esté dispuesto a darles gracia y fuerza para realizarlo. No los invitaría a ser perfectos si no tuviera bajo su mando toda perfección de gracia para derramar sobre aquellos a quienes conferirá tan alto y santo privilegio”. “Nuestra obra es esforzarnos por obtener en nuestra esfera de acción la perfección que Cristo alcanzó en toda fase de su carácter en su vida sobre la tierra. Él es nuestro ejemplo” God´s Amazing Grace:230. Aquí tenemos claro consejo de que debemos depender de Cristo para hacernos perfectos. Él es quien nos perfeccionará. Nosotros no podemos perfeccionarnos a nosotros mismos. Debemos mirar a Cristo como nuestro ejemplo y seguir el plan que él ha delineado.
 Algunos se han preguntado por qué la discusión de la naturaleza de Cristo debe ocupar el tiempo y la energía de los estudiantes de la Biblia hoy. Quizás estas declaraciones mostrarán la importancia de este tema. “Dios requiere perfección de carácter de sus hijos”. “Podemos decir que nos es imposible alcanzar la norma de Dios; mas cuando Cristo vino como nuestro substituto y garante, fue como un ser humano ... Con su divinidad velada por la humanidad, vivió una vida de perfecta obediencia a la ley de Dios”. “Como vivió Cristo la ley en la humanidad, de la misma forma podemos hacerlo nosotros si nos aferramos del Fuerte a fin de obtener fuerza” Signs of the Time, 4 de Marzo de 1897.

 ¿Ve usted cuan importante es entender la naturaleza que Cristo tomó y el método que usó para obedecer? “A nadie se le impide alcanzar, en su esfera, la perfección de un carácter cristiano ... Dios nos invita a que alcancemos la norma de perfección y pone como ejemplo delante de nosotros el carácter de Cristo. En su humanidad, perfeccionada por una vida de constante resistencia al mal, el Salvador mostró que cooperando con la divinidad los seres humanos pueden alcanzar la perfección de carácter en esta vida. Es esa la seguridad que nos da Dios de que nosotros también podemos obtener una victoria completa” Hechos de los Apóstoles:424.

 Si la naturaleza de Cristo fue diferente a la nuestra, o si usó un método diferente de vencer el pecado del que nosotros podemos usar, seguramente estaría más allá de cualquier posibilidad razonable el que alguna vez pudiéramos hacer lo que él hizo. Mas porque su naturaleza fue la nuestra y su método fue el mismo nuestro, tenemos esperanza para una completa victoria en nuestras vidas. Él nos mostró cómo hacer posible lo imposible, a través de su poder y alentados por su ejemplo. “En su vida y carácter, no solo revela el carácter de Dios, sino las posibilidades del hombre” 1MS:409. “Él vino a cumplir toda la justicia, y, como la cabeza de la humanidad, mostrar al hombre que puede hacer la misma obra, cumpliendo toda especificación de los requerimientos de Dios ... La perfección de carácter puede ser obtenida por todo aquel quien se esfuerce por conseguirla” God´s Amazing Grace:141.

 Elena de White fue muy fuerte en su reprensión a aquellos que negaban la posibilidad de vivir vidas perfectas. “Se requiere obediencia perfecta, y a aquellos que dicen que no es posible vivir una vida perfecta echan sobre Dios la imputación de injusticia y falsedad” Manuscrito 148, 1899. Las razones por las que ella insistió en la necesidad de creer en la posibilidad de la perfección fueron dobles: Primero, debido al peligro psicológico de excusar los propios pecados personales, y segundo, la necesidad de mantener en primer plano en la mente el poder de Cristo para dar victoria sobre cualquiera y todos los pecados personales. “El amar y querer el pecado, es amar y querer a su autor, aquel enemigo mortal de Cristo. Cuando ellos (el pueblo profeso de Dios) excusan el pecado y se aferran a la perversidad de carácter, le están dando a Satanás un lugar en sus afectos y le rinden homenaje” Our High Calling:321. “Aquel que no tiene suficiente fe en Cristo para creer que lo puede guardar de pecar, no tiene la fe que le dará la entrada al reino de Dios” RH, 10 de Marzo de 1904.

 Estas son declaraciones clásicas de Elena de White en el área de la perfección y de la impecabilidad. Constantemente está hablando acerca de vencer y afirmando que no tenemos por qué ceder a la tentación. Ella asegura que podemos, a través de la dependencia del poder de Cristo, vencer como él venció. Él nos mostró cómo, y nosotros podemos seguir en sus pisadas. Una y otra vez Elena de White dice que podemos vivir vidas de obediencia a Dios, y está cómoda usando la palabra impecabilidad (pureza) cuando usa el término en este contexto.
 La pregunta que muchos parecen estar formulando hoy es: ¿Ha logrado alguien alguna vez esta perfección de carácter? ¿Quién entre nosotros es perfecto? Elena de White responde: “El piadoso carácter de este profeta (Enoc) representa el estado de santidad que deben alcanzar todos los que serán ´redimidos de entre la tierra´... en el tiempo de la segunda venida de Cristo” PP:77. Ella describe a Enoc como viviendo necesariamente en un tiempo cuando la polución moral hervía a su alrededor, pero su mente estaba en Dios y en las cosas celestiales. Su rostro estaba iluminado con la luz que brilla en el semblante de Jesús. La atmósfera que respiró estaba manchada con pecado y corrupción, sin embargo vivió una vida de santidad y se sostuvo sin contaminarse de los pecados prevalecientes de la época. Vea 2T:122. Aparentemente Enoc escogió no pecar. Eligió colocar su vida en armonía con la de Cristo en un tiempo cuando las cosas eran tan malas como alguna vez lo han sido en la historia de este mundo.

 “Algunos pocos en cada generación desde Adán resistieron a cada uno de sus artificios y se erigieron como nobles representantes de lo que estaba en el poder del hombre hacer y ser ... Enoc y Elías son los correctos representantes de lo que la raza humana debería ser a través de la fe en Jesús si así lo escogieran y decidieran. Satanás estuvo profundamente perturbado debido a que estos santos y nobles hombres se mantenían incorruptos entre la polución moral que los rodeaba, y fueron contados dignos de ser trasladados al cielo. Como habían permanecido fijos en noble rectitud en el poder moral, venciendo las tentaciones de Satanás, no los pudo llevar bajo el dominio de la muerte. Él se había atribuido la victoria de que había tenido poder para vencer a Moisés con sus tentaciones y de que había podido estropear su ilustre carácter y guiarlo al pecado de atribuirse para sí mismo, delante del pueblo, la gloria que pertenecía a Dios” RH, 3 de Marzo de 1894.

 Aparentemente hubo algo especial acerca de los caracteres desarrollados por Enoc y Elías antes de su traslación. Ellos en efecto, escogieron resistir al pecado por el poder de Dios. Entonces encontramos estas maravillosa declaración: “Y en nuestros días también hay Enocs” PVGM:267. Así que, ¿ha logrado alguien este tipo de perfección de carácter? La respuesta parece obvia


 
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