Biblia Adventista - Biblia de Estudio
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La version Reina Valera 1990 con comentarios de elena White,referencias biblicas y otros complementos (Por editar)se encuentra en las subpaginas de 1.2.3 de Juan


 

1Jn 3:1  Ved qué amor nos ha dado el Padre: que hijos de Dios nos llamemos; y somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció.
1Jn 3:2  Amados, ahora hijos de Dios somos, y aún no ha parecido lo que seremos. Sabemos que, si él pareciere, semejantes a él seremos; porque le veremos, así como es.
1Jn 3:3  Y todo el que tiene esta esperanza en él, santifícase, así como aquél santo es.
1Jn 3:4  Todo el que hace el pecado, también la iniquidad(a)  hace; y el pecado es la iniquidad.
1Jn 3:5  Y sabéis que aquél padeció para los pecados quitar; y pecado en él no hay.
1Jn 3:6  Todo el que en él permanece, no peca; todo el que peca, no le ha visto, ni conocido.
1Jn 3:7  Hijitos, nadie os seduzca: el que hace la justicia, justo es, según aquél justo es;
1Jn 3:8  el que hace el pecado, del diablo es; porque, desde el principio, el diablo peca. Para esto padeció el Hijo de Dios: para deshacer las obras del diablo.
1Jn 3:9  Todo el que ha nacido de Dios, pecado no hace; porque la simiente de él(b)  en él permanece; y no puede pecar(c) , porque de Dios ha nacido.
1Jn 3:10  En esto manifiestos son los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo el que no hace justicia, no es de Dios; y el que no ama a su hermano.
1Jn 3:11  Porque éste es el anuncio que habéis oído desde el principio: que nos amemos;
1Jn 3:12  No así como Caín, que del malo era y mató a su hermano. ¿Y por qué le mató? Porque sus obras malas eran; y las de su hermano, justas.
1Jn 3:13  No os maravilléis, hermanos, si os odia el mundo.
1Jn 3:14  Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos; el que no ama, permanece en la muerte.
1Jn 3:15  Todo el que odia a su hermano, homicida es, y sabéis que todo homicida no tiene vida eterna en sí permanente.
1Jn 3:16  En esto hemos conocido el amor: que aquél por nosotros su alma puso, y nosotros debemos por los hermanos las almas poner.
1Jn 3:17  Y el que tuviere los bienes del mundo y viere a su hermano necesidad tener, y cerrare sus entrañas para con él, ¿cómo el amor de Dios permanece en él?
1Jn 3:18  Hijitos, no amemos de palabra y con la lengua, sino con obra y verdad.
1Jn 3:19  En esto conoceremos que de la verdad somos; y delante de él aprobaremos nuestro corazón.
1Jn 3:20  Pues, si nos condenare el corazón, —por cierto mayor es Dios que nuestro corazón y conoce todo.
1Jn 3:21  Amados, si el corazón no condenare, confianza tenemos para con Dios;
1Jn 3:22  y lo que pidiéremos; recibimos de él; porque, sus mandamientos guardamos y lo grato a faz de él hacemos.
1Jn 3:23  Y éste es su mandamiento que creamos en el nombre del Hijo suyo Jesucristo y nos amemos, unos a otros, según nos ha dado mandamiento.
1Jn 3:24  Y el que guarda sus mandamientos, en él permanece, y él, en él; y en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.  

 


 

1Jn 3:1  Ved qué amor nos ha mostrado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios y lo seamos. Por eso el mundo no nos conoce, porque no le conoce a EL
1Jn 3:2  Carísimos, ahora somos hijos de Dios, aunque aún no se ha manifestado lo que hemos de ser. Sabemos que cuando aparezca seremos semejantes a El, porque le veremos tal cual es.
1Jn 3:3  Y todo el que tiene en El esta esperanza se santifica, como Santo es El.
1Jn 3:4  El que comete pecado traspasa la Ley, porque el pecado es transgresión de la Ley.
1Jn 3:5  Sabéis que apareció para destruir el pecado y que en El no hay pecado.
1Jn 3:6  Todo el que permanece en El no peca; y todo el que peca no le ha visto ni le ha conocido."
1Jn 3:7  Mijitos, que nadie os extravíe: el que practica la justicia es justo, según que El es justo;"
1Jn 3:8  el que comete pecado, ése es del diablo, porque el diablo desde el principio peca. Y para esto apareció el Hijo de Dios, para destruir las obras del diablo.
1Jn 3:9  Quien ha nacido de Dios no peca, porque la simiente de Dios está en él, y no puede pecar porque ha nacido de Dios.
1Jn 3:10  En esto se conocen los hijos de Dios y los hijos del diablo. El que no practica la justicia, no es de Dios, y tampoco el que no ama a su hermano.
1Jn 3:11  Porque éste es el mensaje que desde el principio habéis oído, que nos amemos los unos a los otros.
1Jn 3:12  No como Caín, que, inspirado del maligno, mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano, justas.
1Jn 3:13  No os maravilléis, hermanos, si el mundo os aborrece.
1Jn 3:14  Sabemos que hemos sido trasladados de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte.
1Jn 3:15  Quien aborrece a su hermano es homicida, y ya sabéis que todo homicida no tiene en sí la vida eterna.
1Jn 3:16  En esto hemos conocido la caridad, en que El dio su vida por nosotros; y nosotros debemos dar nuestra vida por nuestros hermanos."
1Jn 3:17  El que tuviere bienes de este mundo y, viendo a su hermano pasar necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo mora en él la caridad de Dios?
1Jn 3:18  Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y de verdad.
1Jn 3:19  En eso conoceremos que somos de la verdad, y nuestros corazones descansarán tranquilos en El,
1Jn 3:20  porque, si nuestro corazón nos arguye, mejor que nuestro corazón es Dios, que todo lo conoce.
1Jn 3:21  Carísimos, si el corazón no nos arguye, podemos acudir confiados a Dios,
1Jn 3:22  y, si pedimos, recibiremos de El, porque guardamos sus preceptos y hacemos lo que es grato en su presencia.
1Jn 3:23  Y su precepto es que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo y nos amemos mutuamente conforme al mandamiento que nos dio.
1Jn 3:24  El que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; y nosotros conocemos que permanece en nosotros por el Espíritu que nos ha dado."

 


 

1Jn 3:1  ¡Miren! Dios el Padre nos ama tanto que la gente nos llama hijos de Dios, y la verdad es que lo somos. Por eso los pecadores de este mundo no nos conocen, porque tampoco han conocido a Dios.
1Jn 3:2  Queridos hermanos, ¡nosotros ya somos hijos de Dios! Y aunque todavía no sabemos cómo seremos en el futuro, sí sabemos que, cuando Jesucristo aparezca otra vez, nos pareceremos a él, porque lo veremos como él es en realidad.
1Jn 3:3  Todo el que espera confiadamente que todo esto suceda, se esfuerza por ser bueno, como lo es Jesús.
1Jn 3:4  Todo el que peca, desobedece la ley de Dios, porque el pecado consiste en desobedecer a Dios.
1Jn 3:5  Como ustedes saben, Jesucristo vino al mundo para quitar los pecados del mundo. Jesucristo no peca, ni puede pecar.
1Jn 3:6  Por eso, cualquiera que sea amigo de Jesucristo, y quiera mantenerse unido a él, no puede seguir pecando. El que peca, no conoce a Jesucristo ni lo entiende.
1Jn 3:7  Hijitos míos, ¡que nadie los engañe! Todo el que obedece a Dios es tan justo como lo es Jesús.
1Jn 3:8  Pero el que siempre hace lo malo es amigo del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el día en que Dios creó el mundo. Por esta razón vino el Hijo de Dios al mundo: para destruir todo lo que hace el diablo.
1Jn 3:9  Ningún hijo de Dios sigue pecando, porque los hijos de Dios viven como Dios vive. Así que no puede seguir pecando, porque es un hijo de Dios.
1Jn 3:10  Podemos saber quién es hijo de Dios, y quién es hijo del diablo: los hijos del diablo son los que no quieren hacer lo bueno ni se aman unos a otros.
1Jn 3:11  Desde el principio se les ha enseñado a ustedes que nosotros debemos amarnos unos a otros.
1Jn 3:12  No debemos ser como Caín, que era como un hijo del diablo, y por eso mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque lo que Caín hacía era malo, y lo que hacía su hermano era bueno.
1Jn 3:13  Mis queridos amigos, no se extrañen si los pecadores de este mundo los odian.
1Jn 3:14  El amor que nos tenemos demuestra que ya no estamos muertos, sino que ahora vivimos. Pero si ustedes no se aman los unos a los otros, es porque todavía están bajo el poder de la muerte.
1Jn 3:15  Si ustedes se odian unos a otros, son asesinos, y ya saben que ningún asesino puede tener la vida eterna.
1Jn 3:16  Pero nosotros sabemos lo que es el amor, porque Jesucristo dio su vida por nosotros. Así también nosotros, debemos dar nuestra vida por nuestros hermanos en Cristo.
1Jn 3:17  Si un rico ve que alguno de su propia iglesia tiene alguna necesidad, y no lo ayuda, ese rico no ama como Dios ama.
1Jn 3:18  Hijos míos, no debemos limitarnos a decir que amamos, sino que debemos demostrarlo por medio de lo que hacemos.
1Jn 3:19  Sabemos que pertenecemos a Dios porque amamos a los demás. Por eso, si nos sentimos culpables de algo, podemos estar seguros de que Dios no nos acusa de nada, porque él está por encima de todo sentimiento, y lo sabe todo.
1Jn 3:21  Amados míos, si estamos bien con Dios, podemos presentarnos ante él con toda confianza.
1Jn 3:22  Y nos dará lo que le pidamos, porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que a él le agrada.
1Jn 3:23  Y su mandamiento es que creamos en su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como Jesús nos lo ordenó.
1Jn 3:24  Si obedecemos a Dios, viviremos unidos a él, y él vivirá unido a nosotros. Esto lo sabemos por el Espíritu Santo que nos ha dado. 

 


 

1Jn 3:1  Carísimos, nosotros somos ya ahora hijos de Dios; mas lo que seremos algún día no aparece aún. Sabemos sí que cuando se manifestare claramente Jesucristo, seremos semejantes a él en la gloria, porque le veremos como él es.
1Jn 3:2  Entretanto, quien tiene tal esperanza de él, se santifica a sí mismo, así como él es también santo.
1Jn 3:3  Cualquiera que comete pecado, por lo mismo comete una injusticia, pues el pecado es injusticia.
1Jn 3:4  Y bien sabéis que él vino para quitar nuestros pecados, y en él no cabe pecado.
1Jn 3:5  Todo aquel que permanece en él, no peca; y cualquiera que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.
1Jn 3:6  Hijitos míos, nadie os engañe. Quien ejercita la justicia, es justo, así como lo es también Jesucristo.
1Jn 3:7  Quien comete pecado, del diablo es hijo, porque el diablo desde el momento de su caída continúa pecando. Por eso vino el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
1Jn 3:8  Todo aquel que nació de Dios, no hace pecado, porque la semilla de Dios, que es la gracia santificante, mora en él, y, si no la echa de sí, no puede pecar, porque es hijo de Dios.
1Jn 3:9  Por aquí se distinguen los hijos de Dios de los hijos del diablo. Todo aquel que no practica la justicia, no es hijo de Dios, y así tampoco lo es el que no ama a su hermano.
1Jn 3:10  En verdad que ésta es la doctrina que aprendisteis desde el principio , que os améis unos a otros.
1Jn 3:11  No como Caín, el cual era hijo del maligno espíritu, y mató a su hermano. ¿Y por qué le mató? Porque sus obras eran malignas, y las de su hermano justas.
1Jn 3:12  No extrañéis, hermanos, si os aborrece el mundo.
1Jn 3:13  Nosotros conocemos haber sido trasladados de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no los ama, queda en la muerte, o está sin caridad.
1Jn 3:14  Cualquiera que tiene odio a su hermano, es un homicida. Y ya sabéis que en ningún homicida tiene su morada la vida eterna.
1Jn 3:15  En esto hemos conocido la caridad de Dios, en que dio el Señor su vida por nosotros; y así nosotros debemos estar prontos a dar la vida por la salvación de nuestros hermanos.
1Jn 3:16  Quien tiene bienes de este mundo, y viendo a su hermano en necesidad cierra las entrañas, para no compadecerse de él, ¿cómo es posible que resida en él la caridad de Dios?
1Jn 3:17  Hijitos míos, no amemos solamente de palabra y con la lengua, sino con obras y de veras o sinceramente.
1Jn 3:18  En esto echamos de ver que procedemos con verdad, y así alentaremos o justificaremos nuestros corazones en la presencia de Dios.
1Jn 3:19  Porque si nuestro corazón nos remordiere, Dios es mayor que nuestro corazón, y todo lo sabe.
1Jn 3:20  Carísimos, si nuestro corazón no nos arguye, podemos acercarnos a Dios con confianza,
1Jn 3:21  y estar ciertos de que cuanto le pidiéremos, recibiremos de él, pues guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables en su presencia.
1Jn 3:22  En suma, éste es su mandamiento, que creamos en el Nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos mutuamente, conforme nos tiene mandado.
1Jn 3:23  Y el que guarda sus mandamientos, mora en Dios, y Dios en él; y por esto conocemos que él mora en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
1Jn 3:24  Queridos míos, no queráis creer a todo espíritu, sino examinad los espíritus si son de Dios, o siguen su doctrina; porque se han presentado en el mundo muchos falsos profetas. 

 


 

1Jn 3:1  

Hijos de Dios
  Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;(A) por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
1Jn 3:2  Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
1Jn 3:3  Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.
1Jn 3:4  Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.
1Jn 3:5  Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados,(B) y no hay pecado en él.
1Jn 3:6  Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.
1Jn 3:7  Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo.
1Jn 3:8  El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
1Jn 3:9  Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
1Jn 3:10  En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.
1Jn 3:11  Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.(C)
1Jn 3:12  No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano.(D) ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.
1Jn 3:13  Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece.
1Jn 3:14  Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida,(E) en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.
1Jn 3:15  Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.
1Jn 3:16  En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
1Jn 3:17  Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?
1Jn 3:18  Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
1Jn 3:19  Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él;
1Jn 3:20  pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas.
1Jn 3:21  Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;
1Jn 3:22  y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.
1Jn 3:23  Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.(F)
1Jn 3:24  Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado. 
 

 


 

1Jn 3:1  Mirad cuál caridad nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce a él.
1Jn 3:2  Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no es manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que si él apareciere (en nosotros) , seremos semejantes a él, porque le veremos como él es.
1Jn 3:3  Y cualquiera que tiene esta esperanza en él, se purifica, como él también es limpio.
1Jn 3:4  Cualquiera que hace pecado, traspasa también la ley; y el pecado es transgresión de la Ley.
1Jn 3:5  Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.
1Jn 3:6  Cualquiera que permanece en él, no peca; cualquiera que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.
1Jn 3:7  Hijitos, no os engañe ninguno; el que hace justicia, es justo, como él también es justo.
1Jn 3:8  El que hace pecado, es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para que deshaga las obras del diablo.
1Jn 3:9  Cualquiera que es nacido de Dios, no hace pecado, porque su simiente está en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
1Jn 3:10  En esto son manifiestos los hijos de Dios, y los hijos del diablo; cualquiera que no hace justicia, y que no ama a su Hermano, no es de Dios.
1Jn 3:11  Porque, esta es la anunciación que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.
1Jn 3:12  No como Caín, que era del maligno, y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su Hermano eran justas.
1Jn 3:13  Hermanos míos, no os maravilléis si el mundo os aborrece.
1Jn 3:14  Nosotros sabemos que somos pasados de muerte a vida, en que amamos a los Hermanos. El que no ama a su Hermano, permanece en muerte.
1Jn 3:15  Cualquiera que aborrece a su Hermano, es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permaneciente en sí.
1Jn 3:16  En esto hemos conocido la caridad de Dios , en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los Hermanos.
1Jn 3:17  Mas el que tuviere bienes de este mundo, y viere a su hermano tener necesidad, y le cerrare sus entrañas, ¿cómo permanece la caridad de Dios en él?
1Jn 3:18  Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con obra y de verdad.
1Jn 3:19  Y en esto conocemos que somos de la verdad, y tenemos nuestros corazones certificados delante de él.
1Jn 3:20  Y si nuestro corazón nos reprende, mayor es Dios que nuestro corazón, y conoce todas las cosas.
1Jn 3:21  Carísimos, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;
1Jn 3:22  y cualquier cosa que pidiéremos, la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.
1Jn 3:23  Y éste es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesús, el Cristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.
1Jn 3:24  Y el que guarda sus mandamientos, está en él, y él en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.

 


 

1Jn 3:1  Behold, what manner of love the Father hath bestowed upon us, that we should be called the sons of God: therefore the world knoweth us not, because it knew him not.
1Jn 3:2  Beloved, now are we the sons of God, and it doth not yet appear what we shall be: but we know that, when he shall appear, we shall be like him; for we shall see him as he is.
1Jn 3:3  And every man that hath this hope in him purifieth himself, even as he is pure.
1Jn 3:4  Whosoever committeth sin transgresseth also the law: for sin is the transgression of the law.
1Jn 3:5  And ye know that he was manifested to take away our sins; and in him is no sin.
1Jn 3:6  Whosoever abideth in him sinneth not: whosoever sinneth hath not seen him, neither known him.
1Jn 3:7  Little children, let no man deceive you: he that doeth righteousness is righteous, even as he is righteous.
1Jn 3:8  He that committeth sin is of the devil; for the devil sinneth from the beginning. For this purpose the Son of God was manifested, that he might destroy the works of the devil.
1Jn 3:9  Whosoever is born of God doth not commit sin; for his seed remaineth in him: and he cannot sin, because he is born of God.
1Jn 3:10  In this the children of God are manifest, and the children of the devil: whosoever doeth not righteousness is not of God, neither he that loveth not his brother.
1Jn 3:11  For this is the message that ye heard from the beginning, that we should love one another.
1Jn 3:12  Not as Cain, who was of that wicked one, and slew his brother. And wherefore slew he him? Because his own works were evil, and his brother's righteous.
1Jn 3:13  Marvel not, my brethren, if the world hate you.
1Jn 3:14  We know that we have passed from death unto life, because we love the brethren. He that loveth not his brother abideth in death.
1Jn 3:15  Whosoever hateth his brother is a murderer: and ye know that no murderer hath eternal life abiding in him.
1Jn 3:16  Hereby perceive we the love of God, because he laid down his life for us: and we ought to lay down our lives for the brethren.
1Jn 3:17  But whoso hath this world's good, and seeth his brother have need, and shutteth up his bowels of compassion from him, how dwelleth the love of God in him?
1Jn 3:18  My little children, let us not love in word, neither in tongue; but in deed and in truth.
1Jn 3:19  And hereby we know that we are of the truth, and shall assure our hearts before him.
1Jn 3:20  For if our heart condemn us, God is greater than our heart, and knoweth all things.
1Jn 3:21  Beloved, if our heart condemn us not, then have we confidence toward God.
1Jn 3:22  And whatsoever we ask, we receive of him, because we keep his commandments, and do those things that are pleasing in his sight.
1Jn 3:23  And this is his commandment, That we should believe on the name of his Son Jesus Christ, and love one another, as he gave us commandment.
1Jn 3:24  And he that keepeth his commandments dwelleth in him, and he in him. And hereby we know that he abideth in us, by the Spirit which he hath given us.

 


 

1Jn 3:1  Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!. El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.
1Jn 3:2  Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es.
1Jn 3:3  Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.
1Jn 3:4  Todo el que comete pecado comete también la iniquidad, pues el pecado es la iniquidad.
1Jn 3:5  Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados y en él no hay pecado.
1Jn 3:6  Todo el que permanece en él, no peca. Todo el que peca, no le ha visto ni conocido.
1Jn 3:7  Hijos míos, que nadie os engañe. Quien obra la justicia es justo, como él es justo.
1Jn 3:8  Quien comete el pecado es del Diablo, pues el Diablo peca desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del Diablo.
1Jn 3:9  Todo el que ha nacido de Dios no comete pecado porque su germen permanece en él; y no puede pecar porque ha nacido de Dios.
1Jn 3:10  En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del Diablo: todo el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano.
1Jn 3:11  Pues este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros.
1Jn 3:12  No como Caín, que, siendo del Maligno, mató a su hermano. Y ¿por qué le mató? Porque sus obras eran malas, mientras que las de su hermano eran justas.
1Jn 3:13  No os extrañéis, hermanos, si el mundo os aborrece.
1Jn 3:14  Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos. Quien no ama permanece en la muerte.
1Jn 3:15  Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sabéis que ningún asesino tiene vida eterna permanente en él.
1Jn 3:16  En esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos.
1Jn 3:17  Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?
1Jn 3:18  Hijos míos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad.
1Jn 3:19  En esto conoceremos que somos de la verdad, y tranquilizaremos nuestra conciencia ante Él,
1Jn 3:20  en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.
1Jn 3:21  Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios,
1Jn 3:22  y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.
1Jn 3:23  Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros tal como nos lo mandó.
1Jn 3:24  Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.

 


 

1Jn 3:1  Miren cuánto nos ama Dios el Padre, que se nos puede llamar hijos de Dios, [1] y lo somos. Por eso, los que son del mundo no nos conocen, pues no han conocido a Dios.
1Jn 3:2  Queridos hermanos, y a somos hijos de Dios. Y aunque no se ve todavía lo que seremos después, sabemos que cuando Jesucristo aparezca seremos como él, porque lo veremos tal como es.
1Jn 3:3  y todo el que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, de la misma manera que Jesucristo es puro.
1Jn 3:4  Pero todo el que peca, hace maldad;[2] porque el pecado es la maldad.
1Jn 3:5  Ustedes y a saben que Jesucristo vino al mundo para quitar los pecados, [3] y que él no tiene pecado alguno. [4]
1Jn 3:6  Así pues, todo el que permanece unido a él, no sigue pecando; pero todo el que peca, no lo ha visto ni lo ha conocido.
1Jn 3:7  Hijitos míos, que nadie los engañe: el que practica la justicia es justo, como él es justo;
1Jn 3:8  pero el que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. [5] Precisamente para esto ha venido el hijo de Dios: para deshacer lo hecho por el diablo.
1Jn 3:9  Ninguno que sea hijo de Dios practica el pecado, porque tiene en sí mismo el germen de la vida de Dios; y no puede seguir pecando porque es hijo de Dios.
1Jn 3:10  Se sabe quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo, porque cualquiera que no hace el bien o no ama a su hermano, no es de Dios.
1Jn 3:11  Este es el mensaje que han oído ustedes desde el principio: que nos amemos unos a otros. [6]
1Jn 3:12  No seamos como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Pues porque los hechos de Caín eran malos, y los de su hermano, buenos. [7]
1Jn 3:13  Hermanos míos, no se extrañen si los que son del mundo los odian.
1Jn 3:14  Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida, y lo sabemos porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama, aún está muerto.
1Jn 3:15  Todo el que odia a su hermano es un asesino, [8] y ustedes saben que ningún asesino puede tener vida eterna en sí mismo.
1Jn 3:16  Conocemos lo que es el amor porque Jesucristo dio su vida por nosotros;[9] así también, nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos.
1Jn 3:17  Pues si uno es rico y ve que su hermano necesita ayuda, pero no se la da, ¿cómo puede tener amor de Dios en su corazón?
1Jn 3:18  Hijitos míos, que nuestro amor no sea solamente de palabra, sino que se demuestre con hechos.
1Jn 3:19  De esta manera sabremos que somos de la verdad, y podremos sentirnos seguros delante de Dios;
1Jn 3:20  pues si nuestro corazón nos acusa de algo, Dios es más grande que nuestro corazón, y lo sabe todo.
1Jn 3:21  Queridos hermanos, si nuestro corazón no nos acusa, tenemos confianza delante de Dios;
1Jn 3:22  y él nos dará todo lo que le pidamos, porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.
1Jn 3:23  y su mandamiento es que creamos en su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros como él nos mandó. [10]
1Jn 3:24  Los que obedecen sus mandamientos viven en él, y él vive en ellos. Y en esto sabemos que él vive en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado. [11] 

 


 

1Jn 3:1  ¡Vean qué clase de amor nos ha dado el Padre, de modo que se nos llame hijos de Dios!; y eso somos. Por eso el mundo no tiene conocimiento de nosotros, porque no ha llegado a conocerlo a él.
1Jn 3:2  Amados, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que seremos. Sí sabemos que cuando él sea manifestado seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es.
1Jn 3:3  Y todo el que tiene esta esperanza puesta en él se purifica a sí mismo así como ese es puro.
1Jn 3:4  Todo el que practica pecado también está practicando desafuero, de modo que el pecado es desafuero.
1Jn 3:5  Ustedes saben también que aquel fue manifestado para quitar [nuestros] pecados, y no hay pecado en él.
1Jn 3:6  Todo el que permanece en unión con él no practica el pecado; nadie que practica el pecado lo ha visto ni ha llegado a conocerlo.
1Jn 3:7  Hijitos, no vaya a extraviarlos nadie; el que se ocupa en la justicia es justo, así como ese es justo.
1Jn 3:8  El que se ocupa en el pecado se origina del Diablo, porque el Diablo ha estado pecando desde [el] principio. Con este propósito el Hijo de Dios fue manifestado, a saber, para desbaratar las obras del Diablo.
1Jn 3:9  Todo el que ha nacido de Dios no se ocupa en el pecado, porque la semilla [reproductiva] de Él permanece en el tal, y no puede practicar el pecado, porque ha nacido de Dios.
1Jn 3:10  Los hijos de Dios y los hijos del Diablo se hacen evidentes por este hecho: Todo el que no se ocupa en la justicia no se origina de Dios, tampoco el que no ama a su hermano.
1Jn 3:11  Porque este es el mensaje que ustedes han oído desde [el] principio, que debemos tener amor unos para con otros;
1Jn 3:12  no como Caín, que se originó del inicuo y degolló a su hermano. ¿Y por qué causa lo degolló? Porque sus propias obras eran inicuas, pero las de su hermano [eran] justas.
1Jn 3:13  No se maravillen, hermanos, de que el mundo los odie.
1Jn 3:14  Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte.
1Jn 3:15  Todo el que odia a su hermano es homicida, y ustedes saben que ningún homicida tiene la vida eterna [como cosa] permanente en él.
1Jn 3:16  En esto hemos venido a conocer el amor, porque aquel entregó su alma por nosotros; y nosotros estamos obligados a entregar [nuestras] almas por [nuestros] hermanos.
1Jn 3:17  Pero cualquiera que tiene los medios de este mundo para el sostén de la vida, y contempla a su hermano pasar necesidad, y sin embargo le cierra la puerta de sus tiernas compasiones, ¿de qué manera permanece el amor de Dios en él?
1Jn 3:18  Hijitos, no amemos de palabra ni con la lengua, sino en hecho y verdad.
1Jn 3:19  En esto conoceremos que nos originamos de la verdad, y aseguraremos nuestro corazón delante de él
1Jn 3:20  respecto a cualquier cosa en que nos condene nuestro corazón, porque Dios es mayor que nuestro corazón y conoce todas las cosas.
1Jn 3:21  Amados, si [nuestro] corazón no [nos] condena, tenemos franqueza de expresión para con Dios;
1Jn 3:22  y cualquier cosa que le pedimos la recibimos de él, porque estamos observando sus mandamientos y estamos haciendo las cosas que son gratas a sus ojos.
1Jn 3:23  En verdad, este es su mandamiento: que tengamos fe en el nombre de su Hijo Jesucristo y nos estemos amando unos a otros, así como él nos dio mandamiento.
1Jn 3:24  Además, el que observa sus mandamientos permanece en unión con él, y él en unión con el tal; y en esto adquirimos el conocimiento de que él permanece en unión con nosotros, debido al espíritu que nos dio.

 


 

1Jn 3:1  ¡Miren! Dios el Padre nos ama tanto que la gente nos llama hijos de Dios, y la verdad es que lo somos. Por eso los pecadores de este mundo no nos conocen, porque tampoco han conocido a Dios.
1Jn 3:2  Queridos hermanos, ¡nosotros ya somos hijos de Dios! Y aunque todavía no sabemos cómo seremos en el futuro, sí sabemos que, cuando Jesucristo aparezca otra vez, nos pareceremos a él, porque lo veremos como él es en realidad.
1Jn 3:3  Todo el que espera confiadamente que todo esto suceda, se esfuerza por ser bueno, como lo es Jesús.
1Jn 3:4  Todo el que peca, desobedece la ley de Dios, porque el pecado consiste en desobedecer a Dios.
1Jn 3:5  Como ustedes saben, Jesucristo vino al mundo para quitar los pecados del mundo. Jesucristo no peca, ni puede pecar.
1Jn 3:6  Por eso, cualquiera que sea amigo de Jesucristo, y quiera mantenerse unido a él, no puede seguir pecando. El que peca, no conoce a Jesucristo ni lo entiende.
1Jn 3:7  Hijitos míos, ¡que nadie los engañe! Todo el que obedece a Dios es tan justo como lo es Jesús.
1Jn 3:8  Pero el que siempre hace lo malo es amigo del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el día en que Dios creó el mundo. Por esta razón vino el Hijo de Dios al mundo: para destruir todo lo que hace el diablo.
1Jn 3:9  Ningún hijo de Dios sigue pecando, porque los hijos de Dios viven como Dios vive. Así que no puede seguir pecando, porque es un hijo de Dios.
1Jn 3:10  Podemos saber quién es hijo de Dios, y quién es hijo del diablo: los hijos del diablo son los que no quieren hacer lo bueno ni se aman unos a otros.
1Jn 3:11  Desde el principio se les ha enseñado a ustedes que nosotros debemos amarnos unos a otros.
1Jn 3:12  No debemos ser como Caín, que era como un hijo del diablo, y por eso mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque lo que Caín hacía era malo, y lo que hacía su hermano era bueno.
1Jn 3:13  Mis queridos amigos, no se extrañen si los pecadores de este mundo los odian.
1Jn 3:14  El amor que nos tenemos demuestra que ya no estamos muertos, sino que ahora vivimos. Pero si ustedes no se aman los unos a los otros, es porque todavía están bajo el poder de la muerte.
1Jn 3:15  Si ustedes se odian unos a otros, son asesinos, y ya saben que ningún asesino puede tener la vida eterna.
1Jn 3:16  Pero nosotros sabemos lo que es el amor, porque Jesucristo dio su vida por nosotros. Así también nosotros, debemos dar nuestra vida por nuestros hermanos en Cristo.
1Jn 3:17  Si un rico ve que alguno de su propia iglesia tiene alguna necesidad, y no lo ayuda, ese rico no ama como Dios ama.
1Jn 3:18  Hijos míos, no debemos limitarnos a decir que amamos, sino que debemos demostrarlo por medio de lo que hacemos.
1Jn 3:19  Sabemos que pertenecemos a Dios porque amamos a los demás. Por eso, si nos sentimos culpables de algo, podemos estar seguros de que Dios no nos acusa de nada, porque él está por encima de todo sentimiento, y lo sabe todo.
1Jn 3:21  Amados míos, si estamos bien con Dios, podemos presentarnos ante él con toda confianza.
1Jn 3:22  Y nos dará lo que le pidamos, porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que a él le agrada.
1Jn 3:23  Y su mandamiento es que creamos en su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como Jesús nos lo ordenó.
1Jn 3:24  Si obedecemos a Dios, viviremos unidos a él, y él vivirá unido a nosotros. Esto lo sabemos por el Espíritu Santo que nos ha dado.

 


 

1Jn 3:1  ¡Miren qué amor ha derramado el Padre sobre nosotros, permitiendo que seamos llamados hijos de YAHWEH! Porque eso es lo que somos. La razón por la cual el mundo no nos conoce, es porque no le conoció a El.
1Jn 3:2  Queridos amigos, ahora somos los hijos de YAHWEH;[18] y todavía no se nos ha hecho claro lo que seremos. Esto sí sabemos, cuando El aparezca, seremos como El; le veremos tal como es.
1Jn 3:3  Y todo aquel que tiene su esperanza puesta en El, continúa purificándose a sí mismo, puesto que YAHWEH es puro.
1Jn 3:4  Todo aquel que continúa pecando, está violando la Toráh; en verdad el pecado es trasgresión a la Toráh.[19]
1Jn 3:5  Y saben que El apareció para quitar el pecado y que no hay pecado en El.
1Jn 3:6  De modo nadie que permanece unido con El, continúa pecando. Todos los que continúan pecando no le han visto ni le han conocido.[20]
1Jn 3:7  Hijitos, no dejen que na die los engañe; la persona que permanece haciendo lo que es justo, es la que es justificada, aun como El es Justo.
1Jn 3:8  La persona que permanece pecando es de ha satán, porque desde el mismo principio ha satán ha permanecido pecando. Por esta razón el Hijo de YAHWEH fue manifestado, para destruir las obras de ha satán.
1Jn 3:9  Nadie que tiene a YAHWEH como su Padre practica el pecado, porque la Zera plantada por YAHWEH permanece en él.[21] Esto es, no puede seguir pecando, porque tiene a YAHWEH por Padre.
1Jn 3:10  Así es como distinguimos claramente entre los hijos de YAHWEH y los hijos de ha satán: Todo el que no continúa haciendo lo justo, no es de YAHWEH.[22] Asimismo, cualquiera que no continúa amando a su hermano, no es de YAHWEH.
1Jn 3:11  Porque este es el mensaje que han oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.[23]
1Jn 3:12  No como Kayin, que era del maligno y asesinó a su propio hermano. ¿Por qué lo asesinó? Porque sus propias obras eran malignas, y las de su hermano eran justas.
1Jn 3:13  No se preocupen, hermanos, si el mundo los odia.[24]
1Jn 3:14  Nosotros, por nuestra parte, sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque seguimos amando a nuestros hermanos.
1Jn 3:15  Todo aquel que odia a su hermano, es asesino; y ustedes saben que ningún asesino tiene vida eterna en él.
1Jn 3:16  La manera que venimos a conocer el amor, es por medio de que El entregó su vida por nosotros. ¡Y nosotros debemos poner nuestra vida por nuestros hermanos![25]
1Jn 3:17  Si alguno tiene posesiones de este mundo y ve a su hermano en necesidad, y aún cierra su corazón en contra de él, ¿cómo puede estar amando a YAHWEH?
1Jn 3:18  ¡Hijitos, no amemos con palabras y habladurías, sino con obras y en verdad!
1Jn 3:19  Así es como sabemos que somos de la verdad, y ponemos nue stros corazones en descanso en Su presencia;
1Jn 3:20  si nuestros corazones saben algo en contra de nosotros, YAHWEH es mayor que nuestros corazones, y El lo sabe todo.
1Jn 3:21  Queridos amigos, si nuestros corazones no conocen nada en contra nuestra, tenemos confianza en acercarnos a YAHWEH;
1Jn 3:22  entonces cualquier cosa que pidamos, recibimos de El; porque estamos obedeciendo sus mandamientos, y haciendo las cosas que le complacen.[26]
1Jn 3:23  Este es su mandamiento: Tenemos que confiar en la persona y el poder de su Hijo Yahshúa Ha Mashíaj, y seguir amándonos el uno al otro así como El lo ordenó.
1Jn 3:24  Los que obedecen sus mandamientos, permanecen unidos con El y El con ellos.[27] Así es como conocemos que El permanece unido con nosotros: por el Ruaj HaKodesh que El nos dio.[28]

 


 

1Jn 3:1  "Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce a Dios."
1Jn 3:2  "Mis queridos amigos, ahora somos hijos de Dios pero todavía no sabemos lo que seremos en el futuro. Lo que sí sabemos, es que cuando Cristo regrese seremos como él, pues lo veremos tal y como él es."
1Jn 3:3  "Y todo el que tenga esta esperanza puesta en él, se purifica a sí mismo, así como Cristo es puro."
1Jn 3:4  El que peca viola la ley de Dios porque pecar es vivir en contra de la ley de Dios.
1Jn 3:5  "Ustedes saben que Cristo vino para quitar nuestros pecados, y en él no hay ningún pecado."
1Jn 3:6  "Todo el que vive en Cristo no sigue pecando. Todo el que sigue pecando, nunca lo ha visto y ni siquiera lo ha conocido."
1Jn 3:7  "Hijitos, no dejen que nadie los lleve por el camino equivocado. El que practica el bien es bueno, así como Cristo es bueno."
1Jn 3:8  "El que sigue pecando es del diablo, pues el diablo siempre ha pecado, por eso el hijo de Dios vino para destruir las obras que hace el diablo. "
1Jn 3:9  "Ninguno que sea hijo de Dios continúa en el pecado, pues tiene la nueva vida que Dios le dio y por esto no puede seguir pecando."
1Jn 3:10  "Hay una forma de saber quién es hijo de Dios y quién es hijo del diablo: el que no hace el bien y no ama a su hermano, no es de Dios."
1Jn 3:11  Este es el mensaje que han oído desde el principio: que debemos amarnos unos a otros.
1Jn 3:12  "No debemos ser como Caín, quien era del diablo y mató a su hermano. ¿Y por qué razón lo mató? Porque sus actos eran malos, mientras que los de su hermano eran buenos."
1Jn 3:13  "Hermanos, no se sorprendan si la gente del mundo los odia."
1Jn 3:14  Sabemos que hemos dejado la muerte y pasado a la vida porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama todavía está muerto.
1Jn 3:15  "Todo el que no ama a su hermano es un asesino, y ustedes saben que ningún asesino tiene la vida eterna."
1Jn 3:16  Sabemos lo que es el verdadero amor porque Cristo dio su vida por nosotros. Entonces nosotros también debemos dar la vida por nuestros hermanos.
1Jn 3:17  "Pero si alguien tiene mucho dinero, y ve a su hermano en necesidad y no siente el deseo de ayudarlo, ¿cómo puede vivir el amor de Dios en él?"
1Jn 3:18  "Hijitos, nuestro amor no debe ser sólo de palabras, pues el verdadero amor se demuestra con hechos."
1Jn 3:19  "Así es como sabemos que pertenecemos a la verdad. Tendremos paz con Dios incluso si nuestra conciencia nos hace sentir culpables, porque Dios es más grande que nuestros sentimientos, y lo sabe todo."
1Jn 3:20  "Así es como sabemos que pertenecemos a la verdad. Tendremos paz con Dios incluso si nuestra conciencia nos hace sentir culpables, porque Dios es más grande que nuestros sentimientos, y lo sabe todo."
1Jn 3:21  "Queridos amigos, si no nos sentimos culpables de estar haciendo lo malo, entonces podremos acercarnos a Dios sin miedo."
1Jn 3:22  Recibiremos de él cualquier cosa que le pidamos porque obedecemos sus mandamientos y estamos haciendo lo que a él le agrada.
1Jn 3:23  Este es su mandamiento: que pongamos nuestra fe en su hijo Jesucristo y que nos amemos unos a otros así como Jesús mandó.
1Jn 3:24  "El que obedece los mandamientos de Dios, está unido a Dios, y Dios a él. Así es como sabemos que Dios vive en nosotros: por el Espíritu que él nos dio."

 


 
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