Biblia Adventista - Biblia de Estudio
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 BibliadeEstudioAdventistaEvangelio.Juan: 04.BibliadeEstudioAdventista

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Jua 4:1  Como conoció, pues, el Señor que oyeron los fariseos que Jesús más discípulos hace y bautiza que Juan,
Jua 4:2  (aunque Jesús mismo no bautizaba, sino sus discípulos)
Jua 4:3  dejó la Judea y retiróse otra vez a la Galilea.
Jua 4:4  Y debía atravesar por la Samaria.
Jua 4:5  Viene, pues, a una ciudad de la Samaria, llamada Sicar, cerca del paraje que dio Jacob a José, su hijo.
Jua 4:6  Y había allí una fuente de Jacob. Jesús, pues, fatigado del viaje, sentóse así(a)  sobre la fuente. Hora era como sexta;
Jua 4:7  viene una mujer de la Samaria, a sacar agua. Dícela Jesús: «Dame de beber».
Jua 4:8  Pues sus discípulos habíanse ido a la ciudad a alimentos comprar.
Jua 4:9  Dice, pues, a él la mujer, la samaritana: «¿Cómo tú que judío eres, a mí de beber pides que mujer samaritana soy?» (Pues no tratan judíos con samaritanos).
Jua 4:10  Respondió Jesús y díjola: «Si supieras el don de Dios y quién es el que te dice: «Dame de beber»; tú le pedirías y él te daría agua viva».
Jua 4:11  Dícele la mujer: «Señor, ni cubo tienes, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua, la viva?
Jua 4:12  ¿Acaso tú mayor eres que nuestro padre Jacob; que nos dio el pozo; y él mismo de él bebió, y sus hijos y sus crianzas(b) ?»
Jua 4:13  Respondió Jesús y díjola: «Todo el que bebe de esta agua, tendrá sed de nuevo;
Jua 4:14  pero el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed, no, por el siglo(c) , sino el agua que le daré, haráse en él fuente de agua saltando a vida eterna».
Jua 4:15  Dice a él la mujer: «Señor dame esta agua, para no tener sed, ni atravesar acá a sacar».
Jua 4:16  Dícela: «Vete, llama tu marido y ven acá».
Jua 4:17  Respondió la mujer y dijo: «No tengo marido». Dícela Jesús: «Bellamente has dicho: que «marido no tengo»;
Jua 4:18  pues cinco maridos has tenido; y ahora el que tienes, no es tu marido. Esto verdadero has dicho».
Jua 4:19  Dícele la mujer: «Señor: veo que profeta eres tú.
Jua 4:20  Nuestros padres en este monte adoraron; y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde adorar se debe».
Jua 4:21  Dícela Jesús: «Créeme, mujer, que viene hora, cuando, ni en este monte, ni en Jerusalén, adoraréis al Padre.
Jua 4:22  Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salud, de(d)  los judíos es;
Jua 4:23  empero viene hora y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad. Pues también el Padre tales busca; los que le adoren.
Jua 4:24  Espíritu, Dios, también los que le adoran, en espíritu y verdad deben adorarle».
Jua 4:25  Dícele la mujer: «Sé que el Mesías viene (el llamado Cristo); cuando viniere aquél, nos declarará todo».
Jua 4:26  Dícela Jesús: «Yo soy, el que hablo contigo».
Jua 4:27  Y en esto vinieron sus discípulos, y maravillábanse de que con mujer(e)  hablaba; nadie, sin embargo, dijo: «¿Qué buscas o qué hablas con ella?».
Jua 4:28  Dejó, pues, su hidria la mujer y se fue a la ciudad, y dice a los hombres:
Jua 4:29  «Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho: ¿acaso éste no es el Cristo?»
Jua 4:30  Salieron de la ciudad y vinieron a él.
Jua 4:31  Entre tanto rogábanle los discípulos, diciendo: «Rabí, come».
Jua 4:32  Mas él díjoles: «Yo alimento tengo para comer, que vosotros no sabéis».
Jua 4:33  Decían, pues, los discípulos entre sí: «¿Acaso alguien le ha traído de comer?»
Jua 4:34  Díceles Jesús: «Mi alimento es que yo haga la voluntad del que me ha enviado y cumpla su obra.
Jua 4:35  ¿No decís vosotros: que «todavía un cuatrimestre es y la siega viene(f) ?» He aquí dígoos, levantad vuestros ojos y mirad las regiones, pues albas están para la mies. Ya
Jua 4:36  el que siega, salario recibe y recoge fruto para vida eterna; para que el que siembra, a la vez se goce y el que siega.
Jua 4:37  Pues en esto la palabra es verdadera: que «otro es el que siembra, y otro el que siega».
Jua 4:38  Yo os he enviado a segar lo que no vosotros habéis trabajado: otros han trabajado, y vosotros en su trabajo habéis entrado».
Jua 4:39  Y de aquella ciudad muchos creyeron en él, de los samaritanos, por la palabra de la mujer atestiguando: que «díjome todo lo que he hecho».
Jua 4:40  Vinieron, pues, a él los samaritanos; rogábanle quedar con ellos. Y quedó allí dos días;
Jua 4:41  y muchos más creyeron por la palabra de él;
Jua 4:42  y a la mujer decían: «No ya por tu habla creemos; pues nosotros mismos hemos oído, y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo».
Jua 4:43  Después de los dos días, salió de allí a la Galilea.
Jua 4:44  Pues el mismo Jesús atestiguó que un profeta en su propia patria honor no tiene.
Jua 4:45  Cuando vino, pues, a la Galilea, recibiéronle los galileos, que todo habían visto cuanto hizo en Jerusalén en la fiesta; pues también ellos vinieron a la fiesta.
Jua 4:46  Vino, pues, de nuevo a Caná de la Galilea; donde hizo el agua vino. Y había un regio(g) , de quien el hijo estaba enfermo, en Cafarnaúm;
Jua 4:47  éste, oyendo que Jesús llega, de la Judea, a la Galilea, fuese a él; y rogábale que bajara y sanara a su hijo; porque había de morir.
Jua 4:48  Dijo, pues, Jesús a él: «Si no señales y prodigios viereis, no creeréis, no».
Jua 4:49  Dijo a él el regio: «Señor, baja, antes que muera el niñito mío».
Jua 4:50  Dícele Jesús: «Ve: tu hijo vive». Creyó el hombre a la palabra que le dijo Jesús, y se iba.
Jua 4:51  Y, ya bajando él, sus siervos encontráronle, diciendo: «que tu niño vive».
Jua 4:52  Indagó, pues, aquella hora en que mejoró. Dijéronle, pues: que «ayer a la hora séptima dejóle la fiebre».
Jua 4:53  Conoció, pues, el padre que(h)  en aquella hora en que le dijo Jesús: «Tu hijo vive»; y creyó él y su casa entera.
Jua 4:54  Y esta, de nuevo, segunda señal hizo Jesús, viniendo, de la Judea, a la Galilea.

 


 

Jua 4:1  Así, pues, que supo el Señor que habían oído los fariseos cómo Jesús hacia más discípulos y bautizaba más que Juan,
Jua 4:2  aunque Jesús mismo no bautizaba, sino sus discípulos,
Jua 4:3  abandonó la Judea y partió de nuevo para Galilea.
Jua 4:4  Tenía que pasar por Samaría.
Jua 4:5  Llega, pues, a una ciudad de Samaría llamada Sicar, próxima a la heredad que dio Jacob a José, su hijo,
Jua 4:6  donde estaba la fuente de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se sentó sin más junto a la fuente; era como la hora de sexta."
Jua 4:7  Llega una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús le dice: Dame de beber,
Jua 4:8  pues los discípulos habían ido a la ciudad a comprar provisiones.
Jua 4:9  Dícele la mujer samaritana: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, mujer samaritana? Porque no se tratan judíos y samaritanos.
Jua 4:10  Respondió Jesús y dijo: ¡Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le pedirías a El, y El te daría a tí agua viva!
Jua 4:11  Ella le dijo: Señor, no tienes con qué sacar el agua y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, te viene esa agua viva?"
Jua 4:12  ¿Acaso eres tú más grande que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebió él mismo, sus hijos y sus rebaños?
Jua 4:13  Respondió Jesús y le dijo: Quien bebe de esta agua volverá a tener sed;"
Jua 4:14  pero el que beba del agua que yo le diere no tendrá jamás sed; que el agua que yo le dé se hará en él una fuente que salte hasta la vida eterna."
Jua 4:15  Di jóle la mujer: Señor, dame de esa agua para que no sienta más sed ni tenga que venir aquí a sacarla.
Jua 4:16  El le dijo: Vete, llama a tu marido y ven acá.
Jua 4:17  Respondió la mujer y le dijo: No tengo marido. Díjole Jesús: Bien dices “No tengo marido”;"
Jua 4:18  porque cinco tuviste, y el que ahora tienes no es tu marido; en esto has dicho la verdad."
Jua 4:19  Díjole la mujer: Señor, veo que eres profeta.
Jua 4:20  Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que es Jerusalén el sitio donde hay que adorar.
Jua 4:21  Jesús le dijo: Créeme, mujer, que es llegada la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
Jua 4:22  Vosotros adoráis lo que no conocéis, nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salud viene de los judíos;"
Jua 4:23  pero ya llega la hora, y es ésta, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, pues tales son los adoradores que el Padre busca.
Jua 4:24  Dios es espíritu, y los que le adoran han de adorarle en espíritu y en verdad.
Jua 4:25  Díjole la mujer: Yo sé que el Mesías, el que se llama Cristo, está para venir y que, cuando venga, nos hará saber todas las cosas.
Jua 4:26  Díjole Jesús: Soy yo, el que contigo habla.
Jua 4:27  En esto llegaron los discípulos y se maravillaban de que hablase con una mujer; nadie, sin embargo, le dijo: ¿Qué deseas? ¿O qué hablas con ella?"
Jua 4:28  Dejó, pues, su cántaro la mujer, se fue a la ciudad y dijo a los hombres:
Jua 4:29  Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será el Mesías?
Jua 4:30  Salieron los de la ciudad y vinieron a El.
Jua 4:31  Entretanto, los discípulos le rogaban diciendo: Rabí, come.
Jua 4:32  Díjoles El: Yo tengo una comida que vosotros no sabéis.
Jua 4:33  Los discípulos se decían unos a otros: ¿Acaso alguien le ha traído de comer?
Jua 4:34  Jesús les dijo: Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y acabar su obra,
Jua 4:35  ¿No decís vosotros: Aún cuatro meses y llegará la mies? Pues bien, yo os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, que ya están amarillos para la siega.
Jua 4:36  El que siega recibe su salario y recoge el fruto para la vida eterna, para que se alegren juntamente el sembrador y el segador.
Jua 4:37  Porque en esto es verdadero el proverbio, que uno es el que siembra y otro el que siega.
Jua 4:38  Yo os envío a segar lo que no trabajasteis; otros lo trabajaron y vosotros os aprovecháis de su trabajo."
Jua 4:39  Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en El por la palabra de la mujer, que atestiguaba: Mc ha dicho todo cuanto he hecho.
Jua 4:40  Pero así que vinieron a El, le rogaron que se quedase con ellos; y permaneció allí dos días,"
Jua 4:41  y muchos más creyeron al oírle.
Jua 4:42  Decían a la mujer: Ya no creemos por tu palabra, pues nosotros mismos hemos oído y conocido que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.
Jua 4:43  Pasados dos días, partió de allí para Galilea.
Jua 4:44  El mismo Jesús declaró que ningún profeta es honrado en su propia patria.
Jua 4:45  Cuando llegó a Galilea, le acogieron los galileos que habían visto cuántas maravillas había hecho en Jerusalén durante las fiestas, pues también ellos habían ido a la fiesta.
Jua 4:46  Llegó, pues, otra vez a Cana de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había allí un cortesano cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaúm.
Jua 4:47  Oyendo que llegaba Jesús de Judea a Galilea, salió a su encuentro y le rogó que bajase y curase a su hijo, que estaba para morir.
Jua 4:48  Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creéis.
Jua 4:49  Díjole el cortesano: Señor, baja antes que mi hijo muera.
Jua 4:50  Jesús le dijo: Vete; tu hijo vive. Creyó el hombre en la palabra que le dijo Jesús y se fue."
Jua 4:51  Ya bajaba él, cuando le salieron al encuentro sus siervos, diciéndole: Tu hijo vive.
Jua 4:52  Preguntóles entonces la hora en que se había puesto mejor, y le dijeron: Ayer, a la hora séptima, le dejó la fiebre.
Jua 4:53  Conoció, pues, el padre que aquella misma era la hora en que Jesús le dijo: “Tu hijo vive.” Y creyó él y toda su casa.
Jua 4:54  Este fue el segundo milagro que hizo Jesús viniendo de Judea a Galilea.

 


 

Jua 4:1  Los fariseos se enteraron de que el número de seguidores de Jesús aumentaba cada día más, y de que Jesús bautizaba más que Juan el Bautista. Cuando Jesús se dio cuenta de que los fariseos se habían enterado de eso, salió de la región de Judea y regresó a Galilea.
Jua 4:4  En el viaje, tenía que pasar por Samaria.
Jua 4:5  En esa región llegó a un pueblo llamado Sicar. Cerca de allí había un pozo de agua que hacía mucho tiempo había pertenecido a Jacob. Cuando Jacob murió, el nuevo dueño del terreno donde estaba ese pozo fue su hijo José.
Jua 4:6  Eran como las doce del día, y Jesús estaba cansado del viaje. Por eso se sentó a la orilla del pozo,
Jua 4:7  mientras los discípulos iban al pueblo a comprar comida. En eso, una mujer de Samaria llegó a sacar agua del pozo. Jesús le dijo a la mujer: —Dame un poco de agua.
Jua 4:9  Como los judíos no se llevaban bien con los de Samaria, la mujer le preguntó: —¡Pero si usted es judío! ¿Cómo es que me pide agua a mí, que soy samaritana?
Jua 4:10  Jesús le respondió: —Tú no sabes lo que Dios quiere darte, y tampoco sabes quién soy yo. Si lo supieras, tú me pedirías agua, y yo te daría el agua que da vida.
Jua 4:11  La mujer le dijo: —Señor, ni siquiera tiene usted con qué sacar agua de este pozo profundo. ¿Cómo va a darme esa agua?
Jua 4:12  Hace mucho tiempo nuestro antepasado Jacob nos dejó este pozo. Él, sus hijos y sus rebaños bebían agua de aquí. ¿Acaso es usted más importante que Jacob?
Jua 4:13  Jesús le contestó: —Cualquiera que bebe del agua de este pozo vuelve a tener sed,
Jua 4:14  pero el que beba del agua que yo doy nunca más tendrá sed. Porque esa agua es como un manantial del que brota vida eterna.
Jua 4:15  Entonces la mujer le dijo: —Señor, démeusted de esa agua, para que yo no vuelva a tener sed, ni tenga que venir aquí a sacarla.
Jua 4:16  Jesús le dijo: —Ve a llamar a tu esposo y regresa aquí con él.
Jua 4:17  —No tengo esposo —respondió la mujer. Jesús le dijo: —Es cierto,
Jua 4:18  porque has tenido cinco, y el hombre con el que ahora vives no es tu esposo.
Jua 4:19  Al oír esto, la mujer le dijo: —Señor, me parece que usted es un profeta.
Jua 4:20  Desde hace mucho tiempo mis antepasados han adorado a Dios en este cerro, pero ustedes los judíos dicen que se debe adorar a Dios en Jerusalén.
Jua 4:21  Jesús le contestó: —Créeme, mujer, pronto llegará el tiempo cuando, para adorar a Dios, nadie tendrá que venir a este cerro ni ir a Jerusalén.
Jua 4:22  Ustedes los samaritanos no saben a quién adoran. Pero nosotros los judíos sí sabemos a quién adoramos. Porque el salvador saldrá de los judíos.
Jua 4:23  Dios es espíritu, y los que lo adoran, para que lo adoren como se debe, tienen que ser guiados por el Espíritu. Se acerca el tiempo en que los que adoran a Dios el Padre lo harán como se debe, guiados por el Espíritu, porque así es como el Padre quiere ser adorado. ¡Y ese tiempo ya ha llegado!
Jua 4:25  La mujer le dijo: —Yo sé que va a venir el Mesías, a quien también llamamos el Cristo. Cuando él venga, nos explicará todas las cosas.
Jua 4:26  Jesús le dijo: —Yo soy el Mesías. Yo soy, el que habla contigo.
Jua 4:27  En ese momento llegaron los discípulos de Jesús, y se extrañaron de ver que hablaba con una mujer. Pero ninguno se atrevió a preguntarle qué quería, o de qué conversaba con ella.
Jua 4:28  La mujer dejó su cántaro, se fue al pueblo y le dijo a la gente:
Jua 4:29  «Vengan a ver a un hombre que sabe todo lo que he hecho en la vida. ¡Podría ser el Mesías!»
Jua 4:30  Entonces la gente salió del pueblo y fue a buscar a Jesús.
Jua 4:31  Mientras esto sucedía, los discípulos le rogaban a Jesús: —Maestro, por favor, come algo.
Jua 4:32  Pero él les dijo: —Yo tengo una comida que ustedes no conocen.
Jua 4:33  Los discípulos se preguntaban: «¿Será que alguien le trajo comida?»
Jua 4:34  Pero Jesús les dijo: «Mi comida es obedecer a Dios, y completar el trabajo que él me envió a hacer.
Jua 4:35  »Después de sembrar el trigo, ustedes dicen: “Dentro de cuatro meses recogeremos la cosecha.” Fíjense bien: toda esa gente que viene es como un campo de trigo que ya está listo para la cosecha.
Jua 4:36  Dios premiará a los que trabajan recogiendo toda esta cosecha de gente, pues todos tendrán vida eterna. Así, el que sembró el campo y los que recojan la cosecha se alegrarán juntos.
Jua 4:37  Es cierto lo que dice el refrán: “Uno es el que siembra, y otro el que cosecha.”
Jua 4:38  Yo los envío a cosechar lo que a ustedes no les costó ningún trabajo sembrar. Otros invitaron a toda esta gente a venir, y ustedes se han beneficiado del trabajo de ellos.»
Jua 4:39  Mucha gente que vivía en ese pueblo de Samaria creyó en Jesús, porque la mujer les había dicho: «Él sabe todo lo que he hecho en la vida.»
Jua 4:40  Por eso, cuando la gente del pueblo llegó a donde estaba Jesús, le rogó que se quedara con ellos. Él se quedó allí dos días,
Jua 4:41  y muchas otras personas creyeron al oír lo que él decía.
Jua 4:42  La gente le dijo a la mujer: «Ahora creemos, no por lo que tú nos dijiste, sino porque nosotros mismos lo hemos oído; y sabemos que en verdad él es el Salvador del mundo.»
Jua 4:43  Algunos no trataban bien a Jesús cuando él les hablaba. Por eso Jesús dijo una vez: «A ningún profeta lo reciben bien en su propio pueblo.» Después de estar dos días en aquel pueblo de Samaria, Jesús y sus discípulos salieron
Jua 4:45  hacia la región de Galilea. La gente de Galilea lo recibió muy bien, porque habían estado en la ciudad de Jerusalén para la fiesta de la Pascua, y habían visto todo lo que Jesús hizo en aquella ocasión.
Jua 4:46  Más tarde, Jesús regresó al pueblo de Caná, en Galilea, donde había convertido el agua en vino. En ese pueblo había un oficial importante del rey Herodes Antipas. Ese oficial tenía un hijo enfermo en el pueblo de Cafarnaúm.
Jua 4:47  Cuando el oficial supo que Jesús había viajado desde la región de Judea a Galilea, fue y le pidió que lo acompañara a su casa y sanara a su hijo, pues el muchacho estaba a punto de morir.
Jua 4:48  Jesús le contestó: —Ustedes sólo creen en Dios si ven señales y milagros.
Jua 4:49  Pero el oficial insistió: —Señor, venga usted pronto a mi casa, antes de que muera mi hijo.
Jua 4:50  Jesús le dijo: —Regresa a tu casa. Tu hijo vive. El hombre creyó lo que Jesús dijo, y se fue.
Jua 4:51  Mientras regresaba a su casa, sus criados salieron a su encuentro y le dijeron: «¡Su hijo vive!»
Jua 4:52  El oficial les preguntó a qué hora el muchacho había empezado a sentirse mejor, y ellos respondieron: «La fiebre se le quitó ayer a la una de la tarde.»
Jua 4:53  El padre del muchacho recordó que, a esa misma hora, Jesús le había dicho: «Regresa a tu casa. Tu hijo vive.» Por eso, el oficial del rey y toda su familia creyeron en Jesús.
Jua 4:54  Esta fue la segunda señal que Jesús hizo en Galilea al volver de Judea.

 


 

Jua 4:1  Luego que supo Jesús que los fariseos habían sabido que él juntaba más discípulos, y bautizaba más que Juan
Jua 4:2  (si bien Jesús no bautizada por sí mismo, sino por sus discípulos),
Jua 4:3  dejó la Judea, y partió otra vez a Galilea.
Jua 4:4  Debía por tanto pasar por la provincia de Samaria.
Jua 4:5  Llegó, pues, a la ciudad de Samaria, llamada Sicar, o Siquem, vecina a la heredad que Jacob dio a su hijo José.
Jua 4:6  Aquí estaba el pozo llamado la Fuente de Jacob . Jesús , pues, cansado del camino, se sentó sobre el brocal de ese pozo. Era ya cerca del mediodía.
Jua 4:7  Vino entonces una mujer samaritana a sacar agua. Le dijo Jesús : Dame de beber.
Jua 4:8  (Es de advertir que sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer).
Jua 4:9  Pero la mujer samaritana le respondió: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? Porque los judíos no se comunican con los samaritanos.
Jua 4:10  Le dijo Jesús en respuesta: Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dijo: Dame de beber, puede ser que tú le hubieras pedido a él, y él te hubiera dado agua viva.
Jua 4:11  Le dijo la mujer: Señor, tú no tienes con qué sacarla, y el pozo es profundo: ¿dónde tienes, pues, esa agua viva?
Jua 4:12  ¿Eres tú por ventura mayor que nuestro padre Jacob , que nos dio este pozo, del cual bebió él mismo, sus hijos, y sus ganados?
Jua 4:13  Le respondió Jesús : Cualquiera que bebe de esta agua, tendrá otra vez sed; pero quien bebiere del agua que yo le daré, nunca jamás volverá a tener sed.
Jua 4:14  Antes el agua que yo le daré, vendrá a ser dentro de él un manantial de agua que manará sin cesar hasta la vida eterna.
Jua 4:15  La mujer le dijo: Señor, dame de esa agua, para que no tenga yo más sed, ni haya de venir aquí a sacarla.
Jua 4:16  Pero Jesús le dijo: Anda, llama a tu marido, y vuelve con él acá.
Jua 4:17  Respondió la mujer: Yo no tengo marido. Le dijo Jesús : Tienes razón en decir que no tienes marido;
Jua 4:18  porque has tenido cinco maridos; y el que ahora tienes, no es marido tuyo; en eso verdad has dicho.
Jua 4:19  Le dijo la mujer: Señor, yo veo que tú eres un profeta.
Jua 4:20  Nuestros padres adoraron a Dios en este monte, y vosotros los judíos decís que en Jerusalén está el lugar donde se debe adorar.
Jua 4:21  Le respondió Jesús : Mujer, créeme a mí, ya llega el tiempo en que ni precisamente en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
Jua 4:22  Vosotros adoráis lo que no conocéis, pues sabéis poco de Dios; pero nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salud o el Salvador procede de los judíos.
Jua 4:23  Pero ya llega tiempo, ya estamos en él, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Porque tales son los adoradores que el Padre busca.
Jua 4:24  Dios es espíritu, y verdad; y por lo mismo los que le adoran en espíritu y verdad deben adorarle.
Jua 4:25  Le dijo la mujer: Sé que está para venir el Mesías (esto es, el Cristo ); cuando venga, pues, él nos lo declarará todo.
Jua 4:26  Y Jesús le responde: Ese soy yo, que hablo contigo.
Jua 4:27  En esto llegaron sus discípulos; y extrañaban que hablase con aquella mujer. No obstante nadie le dijo: ¿Qué le preguntas, o por qué hablas con ella?
Jua 4:28  Entretanto la mujer, dejando allí su cántaro, se fue a la ciudad, y dijo a las gentes:
Jua 4:29  Venid y veréis a un hombre que me ha dicho todo cuanto yo he hecho. ¿Será quizá éste el Cristo ?
Jua 4:30  Con eso salieron de la ciudad, y vinieron a encontrarle.
Jua 4:31  Entretanto le instaban los discípulos diciendo: Maestro, come.
Jua 4:32  Les dijo él: Yo tengo para alimentarme un manjar que vosotros no sabéis.
Jua 4:33  Se decían, pues, los discípulos unos a otros: ¿Si le habrá traído alguno de comer?
Jua 4:34  Pero Jesús les dijo: Mi comida es hacer la voluntad del que me ha enviado, y dar cumplimiento a su obra.
Jua 4:35  ¿No decís vosotros: Dentro de cuatro meses estaremos ya en la siega? Pues ahora os digo yo: Alzad vuestros ojos, tended la vista por los campos, y ved ya las mieses blancas y a punto de segarse.
Jua 4:36  Aquel que siega recibe su jornal, y recoge frutos para la vida eterna, a fin de que igualmente se gocen así el que siembra como el que siega.
Jua 4:37  Y en esta ocasión se verifica aquel refrán: Uno es el que siembra, y otro el que siega.
Jua 4:38  Yo os he enviado a vosotros a segar lo que no labrasteis, otros hicieron la labranza, y vosotros habéis entrado en sus labores.
Jua 4:39  El hecho fue que muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en él, por las palabras de la mujer, que aseguraba: Me ha dicho todo cuanto yo hice.
Jua 4:40  Y venidos a él los samaritanos, le rogaron que se quedase allí. En efecto se detuvo dos días en aquella ciudad;
Jua 4:41  con lo que fueron muchos más los que creyeron en él por haber oído sus discursos;
Jua 4:42  y decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú has dicho; pues nosotros mismos le hemos oído, y hemos conocido que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.
Jua 4:43  Pasados, pues, dos días, salió de allí, y prosiguió su viaje a Galilea.
Jua 4:44  Porque el mismo Jesús había atestiguado que un profeta por lo regular no es mirado con veneración en su patria.
Jua 4:45  Así que llegó a Galilea, fue bien recibido de los galileos, porque habían visto todas las cosas que había hecho en Jerusalén durante la fiesta; pues también ellos habían concurrido a celebrarla.
Jua 4:46  Y fue Jesús nuevamente a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había en Cafarnaúm un señor de la corte que tenía un hijo enfermo.
Jua 4:47  Este señor habiendo oído decir que Jesús venía de Judea a Galilea, fue a encontrarle, suplicándole que bajase desde Caná a Cafarnaúm a curar a su hijo, que estaba muriéndose.
Jua 4:48  Pero Jesús le respondió: Vosotros, si no veis milagros y prodigios, no creéis.
Jua 4:49  Le rogaba el de la corte: Ven, Señor, antes que muera mi hijo.
Jua 4:50  Le dijo Jesús : Anda, que tu hijo está bueno. Creyó aquel hombre en la palabra que Jesús le dijo, y se puso en camino.
Jua 4:51  Yendo ya hacia su casa, le salieron al encuentro los criados, con la nueva de que su hijo esta ya bueno.
Jua 4:52  Les preguntó a qué hora había sentido la mejoría. Y le respondieron: Ayer a la una de la tarde le dejó la fiebre.
Jua 4:53  Reflexionó el padre que aquella era la hora misma en que Jesús le dijo: Tu hijo está bueno; y así creyó él, y toda su familia.
Jua 4:54  Este fue el segundo milagro que hizo Jesús , después de haber vuelto de Judea a Galilea.

 


 

Jua 4:1 

Jesús y la mujer samaritana
  Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan
Jua 4:2  (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos),
Jua 4:3  salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea.
Jua 4:4  Y le era necesario pasar por Samaria.
Jua 4:5  Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José.(A)
Jua 4:6  Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.
Jua 4:7  Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber.
Jua 4:8  Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer.
Jua 4:9  La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.(B)
Jua 4:10  Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.
Jua 4:11  La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?
Jua 4:12  ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?
Jua 4:13  Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;
Jua 4:14  mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
Jua 4:15  La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla.
Jua 4:16  Jesús le dijo: Vé, llama a tu marido, y ven acá.
Jua 4:17  Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido;
Jua 4:18  porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.
Jua 4:19  Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.
Jua 4:20  Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.
Jua 4:21  Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
Jua 4:22  Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.
Jua 4:23  Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Jua 4:24  Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Jua 4:25  Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas.
Jua 4:26  Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.
Jua 4:27  En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué hablas con ella?
Jua 4:28  Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres:
Jua 4:29  Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?
Jua 4:30  Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él.
Jua 4:31  Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come.
Jua 4:32  El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.
Jua 4:33  Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer?
Jua 4:34  Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
Jua 4:35  ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.
Jua 4:36  Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega.
Jua 4:37  Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega.
Jua 4:38  Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores.
Jua 4:39  Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho.
Jua 4:40  Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí dos días.
Jua 4:41  Y creyeron muchos más por la palabra de él,
Jua 4:42  y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.

Jesús sana al hijo de un noble
 
Jua 4:43  Dos días después, salió de allí y fue a Galilea.
Jua 4:44  Porque Jesús mismo dio testimonio de que el profeta no tiene honra en su propia tierra.(C)
Jua 4:45  Cuando vino a Galilea, los galileos le recibieron, habiendo visto todas las cosas que había hecho en Jerusalén, en la fiesta;(D) porque también ellos habían ido a la fiesta.
Jua 4:46  Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.(E) Y había en Capernaum un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo.
Jua 4:47  Este, cuando oyó que Jesús había llegado de Judea a Galilea, vino a él y le rogó que descendiese y sanase a su hijo, que estaba a punto de morir.
Jua 4:48  Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creeréis.
Jua 4:49  El oficial del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi hijo muera.
Jua 4:50  Jesús le dijo: Vé, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue.
Jua 4:51  Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirle, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive.
Jua 4:52  Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a las siete le dejó la fiebre.
Jua 4:53  El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: Tu hijo vive; y creyó él con toda su casa.
Jua 4:54  Esta segunda señal hizo Jesús, cuando fue de Judea a Galilea.

 


 

Jua 4:1  De manera que cuando el Señor supo como los fariseos habían oído que Jesús hacía discípulos y bautizaba más que Juan,
Jua 4:2  (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos),
Jua 4:3  dejó a Judea, y se fue otra vez a Galilea.
Jua 4:4  Y era necesario que pasase por Samaria.
Jua 4:5  Vino, pues, a una ciudad de Samaria que se llamaba Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a José su hijo.
Jua 4:6  Y estaba allí la fuente de Jacob. Pues Jesús, cansado del camino, así se sentó a la fuente. Era como la hora sexta.
Jua 4:7  Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dice: Dame de beber.
Jua 4:8  (Porque sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer.)
Jua 4:9  Y la mujer samaritana le dice: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
Jua 4:10  Respondió Jesús y le dijo: Si conocieses el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú pedirías de él, y él te daría agua viva.
Jua 4:11  La mujer le dice: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes el agua viva?
Jua 4:12  ¿Eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual él bebió, y sus hijos, y sus ganados?
Jua 4:13  Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;
Jua 4:14  mas el que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed; sino que el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
Jua 4:15  La mujer le dice: Señor, dame esta agua, para que no tenga sed, ni venga acá a sacarla.
Jua 4:16  Jesús le dice: Ve, llama a tu marido, y ven acá.
Jua 4:17  Respondió la mujer, y le dijo: No tengo marido. Le dice Jesús: Bien has dicho: No tengo marido;
Jua 4:18  porque cinco maridos has tenido; y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.
Jua 4:19  Le dice la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.
Jua 4:20  Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde es necesario adorar.
Jua 4:21  Le dice Jesús: Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
Jua 4:22  Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salud viene de los Judíos.
Jua 4:23  Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Jua 4:24  Dios es Espíritu; y los que le adoran, en Espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Jua 4:25  Le dice la mujer: Sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice el Cristo; cuando él viniere nos declarará todas las cosas.
Jua 4:26  Le dice Jesús: Yo Soy, que hablo contigo.
Jua 4:27  Y en esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con aquella mujer; mas ninguno dijo: ¿Qué preguntas? O, ¿Qué hablas con ella?
Jua 4:28  Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a aquellos hombres:
Jua 4:29  Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho; ¿si quizás es éste el Cristo?
Jua 4:30  Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él.
Jua 4:31  Entre tanto los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come.
Jua 4:32  Y él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.
Jua 4:33  Entonces los discípulos decían el uno al otro: ¿Si le habrá traído alguien de comer?
Jua 4:34  Les dice Jesús: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
Jua 4:35  ¿No decís vosotros que aún hay cuatro meses y la siega viene? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos, y mirad el campo, porque ya están blancas para la siega.
Jua 4:36  Y el que siega, recibe salario, y allega fruto para vida eterna; para que el que siembra también goce, y el que siega.
Jua 4:37  Porque en esto es el dicho verdadero: Que uno es el que siembra, y otro es el que siega.
Jua 4:38  Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores.
Jua 4:39  Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio, diciendo : Que me dijo todo lo que he hecho.
Jua 4:40  Viniendo pues los samaritanos a él, le rogaron que se quedase allí; y permaneció allí dos días.
Jua 4:41  Y creyeron muchos más por la palabra de él.
Jua 4:42  Y decían a la mujer: Ya no creemos por tu dicho; porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.
Jua 4:43  Y dos días después, salió de allí, y se fue a Galilea.
Jua 4:44  Porque el mismo Jesús dio testimonio de que un profeta en su tierra no tiene honra.
Jua 4:45  Y cuando vino a Galilea, los galileos le recibieron, vistas todas las cosas que había hecho en Jerusalén en la Fiesta; porque también ellos habían ido a la Fiesta.
Jua 4:46  Vino pues Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había hecho el vino del agua. Y había en Capernaum uno del rey, cuyo hijo estaba enfermo.
Jua 4:47  Este, cuando oyó que Jesús venía de Judea a Galilea, fue a él, y le rogaba que descendiese, y sanase a su hijo, porque se comenzaba a morir.
Jua 4:48  Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y milagros no creeréis.
Jua 4:49  El del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi niño muera.
Jua 4:50  Le dice Jesús: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó a la palabra que Jesús le dijo, y se fue.
Jua 4:51  Y cuando ya él descendía, los siervos le salieron a recibir, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive.
Jua 4:52  Entonces él les preguntó a qué hora comenzó a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a la séptima le dejó la fiebre.
Jua 4:53  El padre entonces entendió, que aquella hora era cuando Jesús le dijo: Tu hijo vive; y creyó él y toda su casa.
Jua 4:54  Esta también el la segunda señal que Jesús hizo, cuando vino de Judea a Galilea.

 


 

Jua 4:1  When therefore the Lord knew how the Pharisees had heard that Jesus made and baptized more disciples than John,
Jua 4:2  (Though Jesus himself baptized not, but his disciples,)
Jua 4:3  He left Judaea, and departed again into Galilee.
Jua 4:4  And he must needs go through Samaria.
Jua 4:5  Then cometh he to a city of Samaria, which is called Sychar, near to the parcel of ground that Jacob gave to his son Joseph.
Jua 4:6  Now Jacob's well was there. Jesus therefore, being wearied with his journey, sat thus on the well: and it was about the sixth hour.
Jua 4:7  There cometh a woman of Samaria to draw water: Jesus saith unto her, Give me to drink.
Jua 4:8  (For his disciples were gone away unto the city to buy meat.)
Jua 4:9  Then saith the woman of Samaria unto him, How is it that thou, being a Jew, askest drink of me, which am a woman of Samaria? for the Jews have no dealings with the Samaritans.
Jua 4:10  Jesus answered and said unto her, If thou knewest the gift of God, and who it is that saith to thee, Give me to drink; thou wouldest have asked of him, and he would have given thee living water.
Jua 4:11  The woman saith unto him, Sir, thou hast nothing to draw with, and the well is deep: from whence then hast thou that living water?
Jua 4:12  Art thou greater than our father Jacob, which gave us the well, and drank thereof himself, and his children, and his cattle?
Jua 4:13  Jesus answered and said unto her, Whosoever drinketh of this water shall thirst again:
Jua 4:14  But whosoever drinketh of the water that I shall give him shall never thirst; but the water that I shall give him shall be in him a well of water springing up into everlasting life.
Jua 4:15  The woman saith unto him, Sir, give me this water, that I thirst not, neither come hither to draw.
Jua 4:16  Jesus saith unto her, Go, call thy husband, and come hither.
Jua 4:17  The woman answered and said, I have no husband. Jesus said unto her, Thou hast well said, I have no husband:
Jua 4:18  For thou hast had five husbands; and he whom thou now hast is not thy husband: in that saidst thou truly.
Jua 4:19  The woman saith unto him, Sir, I perceive that thou art a prophet.
Jua 4:20  Our fathers worshipped in this mountain; and ye say, that in Jerusalem is the place where men ought to worship.
Jua 4:21  Jesus saith unto her, Woman, believe me, the hour cometh, when ye shall neither in this mountain, nor yet at Jerusalem, worship the Father.
Jua 4:22  Ye worship ye know not what: we know what we worship: for salvation is of the Jews.
Jua 4:23  But the hour cometh, and now is, when the true worshippers shall worship the Father in spirit and in truth: for the Father seeketh such to worship him.
Jua 4:24  God is a Spirit: and they that worship him must worship him in spirit and in truth.
Jua 4:25  The woman saith unto him, I know that Messias cometh, which is called Christ: when he is come, he will tell us all things.
Jua 4:26  Jesus saith unto her, I that speak unto thee am he.
Jua 4:27  And upon this came his disciples, and marvelled that he talked with the woman: yet no man said, What seekest thou? or, Why talkest thou with her?
Jua 4:28  The woman then left her waterpot, and went her way into the city, and saith to the men,
Jua 4:29  Come, see a man, which told me all things that ever I did: is not this the Christ?
Jua 4:30  Then they went out of the city, and came unto him.
Jua 4:31  In the mean while his disciples prayed him, saying, Master, eat.
Jua 4:32  But he said unto them, I have meat to eat that ye know not of.
Jua 4:33  Therefore said the disciples one to another, Hath any man brought him ought to eat?
Jua 4:34  Jesus saith unto them, My meat is to do the will of him that sent me, and to finish his work.
Jua 4:35  Say not ye, There are yet four months, and then cometh harvest? behold, I say unto you, Lift up your eyes, and look on the fields; for they are white already to harvest.
Jua 4:36  And he that reapeth receiveth wages, and gathereth fruit unto life eternal: that both he that soweth and he that reapeth may rejoice together.
Jua 4:37  And herein is that saying true, One soweth, and another reapeth.
Jua 4:38  I sent you to reap that whereon ye bestowed no labour: other men laboured, and ye are entered into their labours.
Jua 4:39  And many of the Samaritans of that city believed on him for the saying of the woman, which testified, He told me all that ever I did.
Jua 4:40  So when the Samaritans were come unto him, they besought him that he would tarry with them: and he abode there two days.
Jua 4:41  And many more believed because of his own word;
Jua 4:42  And said unto the woman, Now we believe, not because of thy saying: for we have heard him ourselves, and know that this is indeed the Christ, the Saviour of the world.
Jua 4:43  Now after two days he departed thence, and went into Galilee.
Jua 4:44  For Jesus himself testified, that a prophet hath no honour in his own country.
Jua 4:45  Then when he was come into Galilee, the Galilaeans received him, having seen all the things that he did at Jerusalem at the feast: for they also went unto the feast.
Jua 4:46  So Jesus came again into Cana of Galilee, where he made the water wine. And there was a certain nobleman, whose son was sick at Capernaum.
Jua 4:47  When he heard that Jesus was come out of Judaea into Galilee, he went unto him, and besought him that he would come down, and heal his son: for he was at the point of death.
Jua 4:48  Then said Jesus unto him, Except ye see signs and wonders, ye will not believe.
Jua 4:49  The nobleman saith unto him, Sir, come down ere my child die.
Jua 4:50  Jesus saith unto him, Go thy way; thy son liveth. And the man believed the word that Jesus had spoken unto him, and he went his way.
Jua 4:51  And as he was now going down, his servants met him, and told him, saying, Thy son liveth.
Jua 4:52  Then enquired he of them the hour when he began to amend. And they said unto him, Yesterday at the seventh hour the fever left him.
Jua 4:53  So the father knew that it was at the same hour, in the which Jesus said unto him, Thy son liveth: and himself believed, and his whole house.
Jua 4:54  This is again the second miracle that Jesus did, when he was come out of Judaea into Galilee.

 


 

Jua 4:1  Cuando Jesús se enteró de que había llegado a oídos de los fariseos que él hacía más discípulos y bautizaba más que Juan -
Jua 4:2  aunque no era Jesús mismo el que bautizaba, sino sus discípulos -,
Jua 4:3  abandonó Judea y volvió a Galilea.
Jua 4:4  Tenía que pasar por Samaria.
Jua 4:5  Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la heredad que Jacob dio a su hijo José.
Jua 4:6  Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, como se había fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor de la hora sexta.
Jua 4:7  Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dice: «Dame de beber.»
Jua 4:8  Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice a la mujer samaritana:
Jua 4:9  «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?» (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.)
Jua 4:10  Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva.»
Jua 4:11  Le dice la mujer: «Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva?
Jua 4:12  ¿Es que tú eres más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?»
Jua 4:13  Jesús le respondió: «Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed;
Jua 4:14  pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna.»
Jua 4:15  Le dice la mujer: «Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla.»
Jua 4:16  El le dice: «Vete, llama a tu marido y vuelve acá.»
Jua 4:17  Respondió la mujer: «No tengo marido.» Jesús le dice: «Bien has dicho que no tienes marido,
Jua 4:18  porque has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es marido tuyo; en eso has dicho la verdad.»
Jua 4:19  Le dice la mujer: «Señor, veo que eres un profeta.
Jua 4:20  Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.»
Jua 4:21  Jesús le dice: «Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
Jua 4:22  Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.
Jua 4:23  Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren.
Jua 4:24  Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad.»
Jua 4:25  Le dice la mujer: «Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo. Cuando venga, nos lo explicará todo.»
Jua 4:26  Jesús le dice: «Yo soy, el que te está hablando.»
Jua 4:27  En esto llegaron sus discípulos y se sorprendían de que hablara con una mujer. Pero nadie le dijo: «¿Qué quieres?» o «¿Qué hablas con ella?»
Jua 4:28  La mujer, dejando su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente:
Jua 4:29  «Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será el Cristo?»
Jua 4:30  Salieron de la ciudad e iban donde él.
Jua 4:31  Entretanto, los discípulos le insistían diciendo: «Rabbí, come.»
Jua 4:32  Pero él les dijo: «Yo tengo para comer un alimento que vosotros no sabéis.»
Jua 4:33  Los discípulos se decían unos a otros: «¿Le habrá traído alguien de comer?»
Jua 4:34  Les dice Jesús: «Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra.
Jua 4:35  ¿No decís vosotros: Cuatro meses más y llega la siega? Pues bien, yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos, que blanquean ya para la siega. Ya
Jua 4:36  el segador recibe el salario, y recoge fruto para vida eterna, de modo que el sembrador se alegra igual que el segador.
Jua 4:37  Porque en esto resulta verdadero el refrán de que uno es el sembrador y otro el segador:
Jua 4:38  yo os he enviado a segar donde vosotros no os habéis fatigado. Otros se fatigaron y vosotros os aprovecháis de su fatiga.»
Jua 4:39  Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por las palabras de la mujer que atestiguaba: «Me ha dicho todo lo que he hecho.»
Jua 4:40  Cuando llegaron donde él los samaritanos, le rogaron que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días.
Jua 4:41  Y fueron muchos más los que creyeron por sus palabras,
Jua 4:42  y decían a la mujer: «Ya no creemos por tus palabras; que nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.»
Jua 4:43  Pasados los dos días, partió de allí para Galilea.
Jua 4:44  Pues Jesús mismo había afirmado que un profeta no goza de estima en su patria.
Jua 4:45  Cuando llegó, pues, a Galilea, los galileos le hicieron un buen recibimiento, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.
Jua 4:46  Volvió, pues, a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real, cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaúm.
Jua 4:47  Cuando se enteró de que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue donde él y le rogaba que bajase a curar a su hijo, porque se iba a morir.
Jua 4:48  Entonces Jesús le dijo: «Si no veis señales y prodigios, no creéis.»
Jua 4:49  Le dice el funcionario: «Señor, baja antes que se muera mi hijo.»
Jua 4:50  Jesús le dice: «Vete, que tu hijo vive.» Creyó el hombre en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino.
Jua 4:51  Cuando bajaba, le salieron al encuentro sus siervos, y le dijeron que su hijo vivía.
Jua 4:52  El les preguntó entonces la hora en que se había sentido mejor. Ellos le dijeron: «Ayer a la hora séptima le dejó la fiebre.»
Jua 4:53  El padre comprobó que era la misma hora en que le había dicho Jesús: «Tu hijo vive», y creyó él y toda su familia.
Jua 4:54  Esta nueva señal, la segunda, la realizó Jesús cuando volvió de Judea a Galilea.

 


 

Jua 4:1  Los fariseos se enteraron de que Jesús hacía más discípulos y bautizaba más que Juan
Jua 4:2  (aunque en realidad no era Jesús el que bautizaba, sino sus discípulos).
Jua 4:3  Cuando Jesús lo supo, salió de Judea para volver a Galilea.
Jua 4:4  En su viaje, tenía que pasar por la región de Samaria.
Jua 4:5  De modo que llegó a un pueblo de Samaria que se llamaba Sicar, cerca del terreno que Jacob había dado en herencia a su hijo José. [1]
Jua 4:6  Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía.
Jua 4:7  Los discípulos habían ido al pueblo a comprar algo de comer. En eso, una mujer de Samaria llegó al pozo a sacar agua, y Jesús le dijo:
 –Dame un poco de agua.
Jua 4:8  (TEXT OMITTED)
Jua 4:9  Pero como los judíos no tienen trato con los samaritanos, la mujer le respondió:
 –¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides agua a mí, que soy samaritana?
Jua 4:10  Jesús le contestó:
 –Si supieras lo que Dios da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva. [2]
Jua 4:11  La mujer le dijo:
 –Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua, y el pozo es muy hondo: ¿de dónde vas a darme agua viva?
Jua 4:12  Nuestro antepasado Jacob nos dejó este pozo, del que él mismo bebía y del que bebían también sus hijos y sus animales. ¿Acaso eres tú más que él?
Jua 4:13  Jesús le contestó:
 –Todos los que beben de esta agua, volverán a tener sed;
Jua 4:14  pero el que beba del agua que yo le daré, nunca volverá atener sed. Porque el agua que yo le daré se convertirá en él en manantial de agua que brotará dándole vida eterna.
Jua 4:15  La mujer le dijo:
 –Señor, dame de esa agua, para que no vuelva yo a tener sed ni tenga que venir aquí a sacar agua.
Jua 4:16  Jesús le dijo:
 –Ve a llamar a tu marido y vuelve acá.
Jua 4:17  La mujer le contestó:
 –No tengo marido.
 Jesús le dijo:
 –Bien dices que no tienes marido;
Jua 4:18  porque has tenido cinco maridos, y el que ahora tienes no es tu marido. Es cierto lo que has dicho.
Jua 4:19  Al oír esto, la mujer le dijo:
 –Señor, y a veo que eres un profeta.
Jua 4:20  Nuestros antepasados, los samaritanos, adoraron a Dios aquí, en este monte;[3] pero ustedes los judíos dicen que Jerusalén es el lugar donde debemos adorarlo.
Jua 4:21  Jesús le contestó:
 –Créeme, mujer, que llega la hora en que ustedes adorarán al Padre sin tener que venir a este monte ni ir a Jerusalén.
Jua 4:22  Ustedes no saben a quién adoran; pero nosotros sabemos a quién adoramos, pues la salvación viene de los judíos. [4]
Jua 4:23  Pero llega la hora, y es ahora mismo, cuando los que de veras adoran al Padre lo harán de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios. Pues el Padre quiere que así lo hagan los que lo adoran.
Jua 4:24  Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios.
Jua 4:25  La mujer le dijo:
 –Yo sé que va a venir el Mesías (es decir, el Cristo); y cuando él venga, nos lo explicará todo.
Jua 4:26  Jesús le dijo:
 –Ese soy yo, el mismo que habla contigo.
Jua 4:27  En esto llegaron sus discípulos, y se quedaron extrañados de que Jesús estuviera hablando con una mujer. Pero ninguno se atrevió a preguntarle qué quería, o de qué estaba conversando con ella.
Jua 4:28  La mujer dejó su cántaro y se fue al pueblo, donde dijo a la gente:
Jua 4:29  –Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será este el Mesías?
Jua 4:30  Entonces salieron del pueblo y fueron a donde estaba Jesús.
Jua 4:31  Mientras tanto, los discípulos le rogaban:
 –Maestro, come algo.
Jua 4:32  Pero él les dijo:
 –Yo tengo una comida, que ustedes no conocen.
Jua 4:33  Los discípulos comenzaron a preguntarse unos a otros:
 –¿Será que le habrán traído algo de comer?
Jua 4:34  Pero Jesús les dijo:
 –Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y terminar su trabajo.
Jua 4:35  Ustedes dicen: 'Todavía faltan cuatro meses para la cosecha'; pero yo les digo que se fijen en los sembrados, pues y a están maduros para la cosecha. [5]
Jua 4:36  El que trabaja en la cosecha recibe su paga, y la cosecha que recoge es para vida eterna, para que tanto el que siembra como el que cosecha se alegren juntamente.
Jua 4:37  Pues bien dice el dicho, que 'Unos siembran y otros cosechan. '
Jua 4:38  y yo los envié a ustedes a cosechar lo que no les costó ningún trabajo; otros fueron los que trabajaron, y ustedes son los que se han beneficiado del trabajo de ellos.
Jua 4:39  Muchos de los habitantes de aquel pueblo de Samaria creyeron en Jesús por lo que les había asegurado la mujer: "Me ha dicho todo lo que he hecho."
Jua 4:40  Así que, cuando los samaritanos llegaron, rogaron a Jesús que se quedara con ellos. Él se quedó allí dos días,
Jua 4:41  y muchos más creyeron al oír lo que él mismo decía.
Jua 4:42  y dijeron a la mujer:
 –Ahora creemos, no solamente por lo que tú nos dijiste, sino también porque nosotros mismos le hemos oído y sabemos que de veras es el Salvador del mundo.
Jua 4:43  Pasados esos dos días, Jesús salió de Samaria y siguió su viaje a Galilea.
Jua 4:44  Porque, como él mismo dijo, a un profeta no lo honran en su propia tierra. [6]
Jua 4:45  Cuando llegó a Galilea, los de aquella región lo recibieron bien, porque también habían ido a la fiesta de la Pascua a Jerusalén y habían visto todo lo que él hizo entonces. [7]
Jua 4:46  Jesús regresó a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había un alto oficial del rey, que tenía un hijo enfermo en Cafarnaúm. [8]
Jua 4:47  Cuando el oficial supo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo y le rogó que fuera a su casa y sanara a su hijo, que estaba a punto de morir.
Jua 4:48  Jesús le contestó:
 –Ustedes no creen, si no ven señales y milagros.
Jua 4:49  Pero el oficial le dijo:
 –Señor, ven pronto, antes que mi hijo se muera.
Jua 4:50  Jesús le dijo entonces:
 –Vuelve a casa; tu hijo vive.
 El hombre creyó lo que Jesús le dijo, y se fue.
Jua 4:51  Mientras regresaba a su casa, sus criados salieron a su encuentro y le dijeron:
 –¡Su hijo vive!
Jua 4:52  Él les preguntó a qué hora había comenzado a sentirse mejor su hijo, y le contestaron:
 –Ayer a la una de la tarde se le quitó la fiebre.
Jua 4:53  El padre cayó entonces en la cuenta de que era la misma hora en que Jesús le dijo: "Tu hijo vive"; y él y toda su familia creyeron en Jesús.
Jua 4:54  Esta fue la segunda señal milagrosa que hizo Jesús, cuando volvió de Judea a Galilea.

 


 

Jua 4:1  Ahora bien, cuando el Señor se dio cuenta de que los fariseos habían oído que Jesús hacía y bautizaba más discípulos que Juan
Jua 4:2  —aunque, en realidad, Jesús mismo en ningún caso bautizaba, sino sus discípulos—
Jua 4:3  salió de Judea y partió otra vez para Galilea.
Jua 4:4  Pero era necesario que pasara por Samaria.
Jua 4:5  Por consiguiente, vino a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca del campo que Jacob había dado a José su hijo.
Jua 4:6  De hecho, allí estaba la fuente de Jacob. Ahora Jesús, cansado del viaje, estaba sentado junto a la fuente tal como estaba. La hora era a eso de la sexta.
Jua 4:7  Llegó una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dijo: “Dame de beber”.
Jua 4:8  (Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar víveres.)
Jua 4:9  Por lo tanto, la mujer, la samaritana, le dijo: “¿Cómo es que tú, a pesar de ser judío, me pides de beber a mí, que soy mujer samaritana?”. (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.)
Jua 4:10  En respuesta, Jesús le dijo: “Si hubieras conocido la dádiva gratuita de Dios, y quién es el que te dice: ‘Dame de beber’, tú le habrías pedido, y él te habría dado agua viva”.
Jua 4:11  Ella le dijo: “Señor, ni siquiera tienes un cubo para sacar agua, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes esta agua viva?
Jua 4:12  Tú no eres mayor que nuestro antepasado Jacob, que nos dio el pozo y que bebió de él él mismo junto con sus hijos y su ganado vacuno, ¿verdad?”.
Jua 4:13  En respuesta, Jesús le dijo: “A todo el que bebe de esta agua le dará sed otra vez.
Jua 4:14  A cualquiera que beba del agua que yo le daré de ningún modo le dará sed jamás, sino que el agua que yo le daré se hará en él una fuente de agua que brotará para impartir vida eterna”.
Jua 4:15  La mujer le dijo: “Señor, dame esta agua, para que ni tenga sed ni siga viniendo acá a este lugar a sacar agua”.
Jua 4:16  Él le dijo: “Ve, llama a tu esposo y ven a este lugar”.
Jua 4:17  En respuesta, la mujer dijo: “No tengo esposo”. Jesús le dijo: “Bien dijiste: ‘No tengo esposo’.
Jua 4:18  Porque has tenido cinco esposos, y el que ahora tienes no es tu esposo. Esto lo has dicho verazmente”.
Jua 4:19  Le dijo la mujer: “Señor, percibo que eres profeta.
Jua 4:20  Nuestros antepasados adoraron en esta montaña; pero ustedes dicen que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar”.
Jua 4:21  Jesús le dijo: “Créeme, mujer: La hora viene cuando ni en esta montaña ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre.
Jua 4:22  Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación se origina de los judíos.
Jua 4:23  No obstante, la hora viene, y ahora es, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre con espíritu y con verdad, porque, en realidad, el Padre busca a los de esa clase para que lo adoren.
Jua 4:24  Dios es un Espíritu, y los que lo adoran tienen que adorarlo con espíritu y con verdad”.
Jua 4:25  La mujer le dijo: “Yo sé que el Mesías viene, el que se llama Cristo. Cuando llegue ese, él nos declarará todas las cosas abiertamente”.
Jua 4:26  Jesús le dijo: “Yo, el que habla contigo, soy ese”.
Jua 4:27  En esto, pues, llegaron sus discípulos, y se admiraban de que hablara con una mujer. Por supuesto, nadie dijo: “¿Qué buscas?”, o: “¿Por qué hablas con ella?”.
Jua 4:28  La mujer, por lo tanto, dejó su cántaro de agua y se fue a la ciudad y dijo a los hombres:
Jua 4:29  “Vengan acá, vean a un hombre que me ha dicho todas las cosas que hice. ¿Acaso no es este el Cristo?”.
Jua 4:30  Ellos salieron de la ciudad y empezaron a venir a él.
Jua 4:31  Entretanto, los discípulos estaban instándole, diciendo: “Rabí, come”.
Jua 4:32  Pero él les dijo: “Yo tengo alimento para comer del cual ustedes no saben”.
Jua 4:33  Por lo tanto, los discípulos empezaron a decirse unos a otros: “Nadie le ha traído de comer, ¿verdad?”.
Jua 4:34  Jesús les dijo: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra.
Jua 4:35  ¿No dicen ustedes que todavía hay cuatro meses antes que venga la siega? ¡Miren! Les digo: Alcen los ojos y miren los campos, que están blancos para la siega. Ya
Jua 4:36  el segador está recibiendo salario y recogiendo fruto para vida eterna, a fin de que el sembrador y el segador se regocijen juntos.
Jua 4:37  En este sentido, realmente, es verdadero el dicho: Uno es el sembrador y otro el segador.
Jua 4:38  Yo los despaché a segar aquello en que ustedes no han hecho labor. Otros han labrado, y ustedes han entrado en el provecho de la labor de ellos”.
Jua 4:39  Ahora bien, muchos de los samaritanos de aquella ciudad pusieron fe en él a causa de la palabra de la mujer que había dicho en testimonio: “Me dijo todas las cosas que hice”.
Jua 4:40  Por eso, cuando los samaritanos vinieron a él, se pusieron a pedirle que se quedara con ellos; y él se quedó allí dos días.
Jua 4:41  Por consiguiente, muchos más creyeron a causa de lo que él dijo,
Jua 4:42  y empezaron a decir a la mujer: “Ya no creemos a causa de tu habla; porque hemos oído por nosotros mismos y sabemos que este hombre es verdaderamente el salvador del mundo”.
Jua 4:43  Después de los dos días, partió de allí para Galilea.
Jua 4:44  Jesús mismo, sin embargo, dio testimonio de que el profeta no tiene honra en su propia tierra.
Jua 4:45  Por lo tanto, cuando llegó a Galilea, lo recibieron los galileos, porque habían visto todas las cosas que había hecho en Jerusalén en la fiesta, porque ellos también habían ido a la fiesta.
Jua 4:46  Así que fue otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Ahora bien, había cierto servidor del rey cuyo hijo estaba enfermo en Capernaum.
Jua 4:47  Cuando este hombre oyó que Jesús había venido de Judea a Galilea, se fue a donde él y se puso a pedirle que bajara y sanara a su hijo, porque este estaba a punto de morir.
Jua 4:48  Sin embargo, Jesús le dijo: “A menos que ustedes vean señales y prodigios, de ninguna manera creerán”.
Jua 4:49  El servidor del rey le dijo: “Señor, baja antes que mi niñito muera”.
Jua 4:50  Jesús le dijo: “Ponte en camino; tu hijo vive”. El hombre creyó la palabra que Jesús le habló, y se fue.
Jua 4:51  Pero ya mientras iba bajando sus esclavos lo encontraron para decirle que su muchachito vivía.
Jua 4:52  De modo que él se puso a inquirir de ellos la hora en que mejoró de salud. Por consiguiente, le dijeron: “Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre”.
Jua 4:53  De manera que el padre supo que era en la misma hora en que Jesús le había dicho: “Tu hijo vive”. Y él y toda su casa creyeron.
Jua 4:54  De nuevo, esta fue la segunda señal que Jesús ejecutó cuando vino de Judea a Galilea.

 


 

Jua 4:1  Los fariseos se enteraron de que el número de seguidores de Jesús aumentaba cada día más, y de que Jesús bautizaba más que Juan el Bautista. Cuando Jesús se dio cuenta de que los fariseos se habían enterado de eso, salió de la región de Judea y regresó a Galilea.
Jua 4:4  En el viaje, tenía que pasar por Samaria.
Jua 4:5  En esa región llegó a un pueblo llamado Sicar. Cerca de allí había un pozo de agua que hacía mucho tiempo había pertenecido a Jacob. Cuando Jacob murió, el nuevo dueño del terreno donde estaba ese pozo fue su hijo José.
Jua 4:6  Eran como las doce del día, y Jesús estaba cansado del viaje. Por eso se sentó a la orilla del pozo,
Jua 4:7  mientras los discípulos iban al pueblo a comprar comida. En eso, una mujer de Samaria llegó a sacar agua del pozo. Jesús le dijo a la mujer: —Dame un poco de agua.
Jua 4:9  Como los judíos no se llevaban bien con los de Samaria, la mujer le preguntó: —¡Pero si usted es judío! ¿Cómo es que me pide agua a mí, que soy samaritana?
Jua 4:10  Jesús le respondió: —Tú no sabes lo que Dios quiere darte, y tampoco sabes quién soy yo. Si lo supieras, tú me pedirías agua, y yo te daría el agua que da vida.
Jua 4:11  La mujer le dijo: —Señor, ni siquiera tiene usted con qué sacar agua de este pozo profundo. ¿Cómo va a darme esa agua?
Jua 4:12  Hace mucho tiempo nuestro antepasado Jacob nos dejó este pozo. Él, sus hijos y sus rebaños bebían agua de aquí. ¿Acaso es usted más importante que Jacob?
Jua 4:13  Jesús le contestó: —Cualquiera que bebe del agua de este pozo vuelve a tener sed,
Jua 4:14  pero el que beba del agua que yo doy nunca más tendrá sed. Porque esa agua es como un manantial del que brota vida eterna.
Jua 4:15  Entonces la mujer le dijo: —Señor, démeusted de esa agua, para que yo no vuelva a tener sed, ni tenga que venir aquí a sacarla.
Jua 4:16  Jesús le dijo: —Ve a llamar a tu esposo y regresa aquí con él.
Jua 4:17  —No tengo esposo —respondió la mujer. Jesús le dijo: —Es cierto,
Jua 4:18  porque has tenido cinco, y el hombre con el que ahora vives no es tu esposo.
Jua 4:19  Al oír esto, la mujer le dijo: —Señor, me parece que usted es un profeta.
Jua 4:20  Desde hace mucho tiempo mis antepasados han adorado a Dios en este cerro, pero ustedes los judíos dicen que se debe adorar a Dios en Jerusalén.
Jua 4:21  Jesús le contestó: —Créeme, mujer, pronto llegará el tiempo cuando, para adorar a Dios, nadie tendrá que venir a este cerro ni ir a Jerusalén.
Jua 4:22  Ustedes los samaritanos no saben a quién adoran. Pero nosotros los judíos sí sabemos a quién adoramos. Porque el salvador saldrá de los judíos.
Jua 4:23  Dios es espíritu, y los que lo adoran, para que lo adoren como se debe, tienen que ser guiados por el Espíritu. Se acerca el tiempo en que los que adoran a Dios el Padre lo harán como se debe, guiados por el Espíritu, porque así es como el Padre quiere ser adorado. ¡Y ese tiempo ya ha llegado!
Jua 4:25  La mujer le dijo: —Yo sé que va a venir el Mesías, a quien también llamamos el Cristo. Cuando él venga, nos explicará todas las cosas.
Jua 4:26  Jesús le dijo: —Yo soy el Mesías. Yo soy, el que habla contigo.
Jua 4:27  En ese momento llegaron los discípulos de Jesús, y se extrañaron de ver que hablaba con una mujer. Pero ninguno se atrevió a preguntarle qué quería, o de qué conversaba con ella.
Jua 4:28  La mujer dejó su cántaro, se fue al pueblo y le dijo a la gente:
Jua 4:29  «Vengan a ver a un hombre que sabe todo lo que he hecho en la vida. ¡Podría ser el Mesías!»
Jua 4:30  Entonces la gente salió del pueblo y fue a buscar a Jesús.
Jua 4:31  Mientras esto sucedía, los discípulos le rogaban a Jesús: —Maestro, por favor, come algo.
Jua 4:32  Pero él les dijo: —Yo tengo una comida que ustedes no conocen.
Jua 4:33  Los discípulos se preguntaban: «¿Será que alguien le trajo comida?»
Jua 4:34  Pero Jesús les dijo: «Mi comida es obedecer a Dios, y completar el trabajo que él me envió a hacer.
Jua 4:35  »Después de sembrar el trigo, ustedes dicen: “Dentro de cuatro meses recogeremos la cosecha.” Fíjense bien: toda esa gente que viene es como un campo de trigo que ya está listo para la cosecha.
Jua 4:36  Dios premiará a los que trabajan recogiendo toda esta cosecha de gente, pues todos tendrán vida eterna. Así, el que sembró el campo y los que recojan la cosecha se alegrarán juntos.
Jua 4:37  Es cierto lo que dice el refrán: “Uno es el que siembra, y otro el que cosecha.”
Jua 4:38  Yo los envío a cosechar lo que a ustedes no les costó ningún trabajo sembrar. Otros invitaron a toda esta gente a venir, y ustedes se han beneficiado del trabajo de ellos.»
Jua 4:39  Mucha gente que vivía en ese pueblo de Samaria creyó en Jesús, porque la mujer les había dicho: «Él sabe todo lo que he hecho en la vida.»
Jua 4:40  Por eso, cuando la gente del pueblo llegó a donde estaba Jesús, le rogó que se quedara con ellos. Él se quedó allí dos días,
Jua 4:41  y muchas otras personas creyeron al oír lo que él decía.
Jua 4:42  La gente le dijo a la mujer: «Ahora creemos, no por lo que tú nos dijiste, sino porque nosotros mismos lo hemos oído; y sabemos que en verdad él es el Salvador del mundo.»
Jua 4:43  Algunos no trataban bien a Jesús cuando él les hablaba. Por eso Jesús dijo una vez: «A ningún profeta lo reciben bien en su propio pueblo.» Después de estar dos días en aquel pueblo de Samaria, Jesús y sus discípulos salieron
Jua 4:45  hacia la región de Galilea. La gente de Galilea lo recibió muy bien, porque habían estado en la ciudad de Jerusalén para la fiesta de la Pascua, y habían visto todo lo que Jesús hizo en aquella ocasión.
Jua 4:46  Más tarde, Jesús regresó al pueblo de Caná, en Galilea, donde había convertido el agua en vino. En ese pueblo había un oficial importante del rey Herodes Antipas. Ese oficial tenía un hijo enfermo en el pueblo de Cafarnaúm.
Jua 4:47  Cuando el oficial supo que Jesús había viajado desde la región de Judea a Galilea, fue y le pidió que lo acompañara a su casa y sanara a su hijo, pues el muchacho estaba a punto de morir.
Jua 4:48  Jesús le contestó: —Ustedes sólo creen en Dios si ven señales y milagros.
Jua 4:49  Pero el oficial insistió: —Señor, venga usted pronto a mi casa, antes de que muera mi hijo.
Jua 4:50  Jesús le dijo: —Regresa a tu casa. Tu hijo vive. El hombre creyó lo que Jesús dijo, y se fue.
Jua 4:51  Mientras regresaba a su casa, sus criados salieron a su encuentro y le dijeron: «¡Su hijo vive!»
Jua 4:52  El oficial les preguntó a qué hora el muchacho había empezado a sentirse mejor, y ellos respondieron: «La fiebre se le quitó ayer a la una de la tarde.»
Jua 4:53  El padre del muchacho recordó que, a esa misma hora, Jesús le había dicho: «Regresa a tu casa. Tu hijo vive.» Por eso, el oficial del rey y toda su familia creyeron en Jesús.
Jua 4:54  Esta fue la segunda señal que Jesús hizo en Galilea al volver de Judea.

 


 

Jua 4:1  Cuando Yahshúa supo que los Perushim habían oído lo que El estaba haciendo, y sumergiendo más talmidim que Yojanán
Jua 4:2  (aunque no era el mismo Yahshúa que sumergía a la gente, sino sus talmidim),
Jua 4:3  Yahshúa se fue de Yahudáh y fue en dirección a Galil.
Jua 4:4  Esto significaba que tenía que pasar a través de Shomron.[29]
Jua 4:5  Llegó a un pueblo en Shomron llamado Shijem, cerca del campo que Ya'akov había dado a su hijo Yosef.
Jua 4:6  El pozo de Ya'akov estaba allí; entonces Yahshúa, agotado de su viaje, se sentó junto al pozo; era como el mediodía.
Jua 4:7  Una mujer de Shomron[30] vino a sacar un poco de agua; y Yahshúa le dijo: "Dame un poco de agua."
Jua 4:8  (Sus talmidim habían ido al pueblo a comprar comida.)
Jua 4:9  La mujer de Shomron le dijo: "¿Cómo es que Tú, un Judío, me pides agua a mí, una mujer de Shomron?" (Porque los Judíos no se asocian con la gente de Shomron.)[31]
Jua 4:10  Yahshúa le respondió: "Si conocieras el don de YAHWEH, esto es, quién es el que te está diciendo, 'dame un poco de agua,' entonces, le hubieras pedido; y El te hubiera dado agua viva."
Jua 4:11  Ella le dijo: "Adón, Tú no tienes un cubo, y el pozo es muy hondo; así que, ¿de dónde sacas esta 'agua viva'?
Jua 4:12  ¿Acaso eres Tú mayor que nue stro padre Ya'akov? El nos dio este pozo y bebió de él, así como sus hijos y su ganado."[32]
Jua 4:13  Yahshúa respondió: "¡Todos los que beben de esta agua tendrán sed de nuevo; pero el que beba del agua que Yo le doy de beber, nunca estará sediento otra vez!
Jua 4:14  ¡Por el contrario, el agua que Yo le doy se convertirá en una fuente de agua dentro de él, agua que brota saltando para vida eterna!"[33]
Jua 4:15  "Adón, dame de esta agua," la mujer le dijo, "para que no tenga sed, ni tenga que seguir viniendo a sacar agua."
Jua 4:16  El le dijo: "Ve, llama a tu esposo, y regresa."
Jua 4:17  Ella respondió: "Yo no tengo esposo." Yahshúa le dijo a ella: "¡Estás en lo correcto, no tienes esposo!
Jua 4:18  ¡Has tenido cinco esposos en el pasado, y no estás casada con el hombre con quién vives ahora! ¡Has hablado la verdad!"[34]
Jua 4:19  "Adón, puedo ver que eres un profeta," la mujer le dijo.[35]
Jua 4:20  "Nuestros padres adoraron en esta montaña, pero ustedes dicen que el lugar donde hay que adorar es en Yerushalayim."
Jua 4:21  Yahshúa dijo: "Mujer, créeme, el tiempo se está acercando cuando ni en esta montaña ni en Yerushalayim adoraran al Padre.
Jua 4:22  Ustedes no saben lo que están adorando; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los Judíos.[36]
Jua 4:23  Pero el momento se acerca; en verdad, ya está aquí, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en el Ruaj y verdaderamente; porque ésta es la clase de gente que el Padre quiere adorándole.[37]
Jua 4:24  YAHWEH es Ruaj; y los adoradores tienen que adorarlo en el Ruaj y verdaderamente."
Jua 4:25  La mujer respondió: "Yo sé que el Mashíaj viene" (esto es, el que ha sido ungido). "Cuando El venga, nos dirá todo."
Jua 4:26  Yahshúa le dijo: "Yo, la persona que está hablando contigo, soy El."
Jua 4:27  En este momento vinieron sus talmidim. Ellos estaban asombrados de que El estaba hablando con una mujer; pero ninguno dijo: "¿Qué es lo que quieres? ¿O por qué estás hablando con ella?"[38]
Jua 4:28  Así que la mujer dejó su cántaro, y fue al pueblo a decirle a la gente allí:
Jua 4:29  "Vengan, vean a un hombre que me dijo todo lo que he hecho. ¿Podría ser que El es el Mashíaj?"
Jua 4:30  Ellos salieron del pueblo, y vinieron a El.
Jua 4:31  Mientras tanto, los talmidim estaban instando a Yahshúa: "Rabí, come algo."
Jua 4:32  Pero El contestó: "Yo tengo comida para comer, de la cual ustedes no saben nada."
Jua 4:33  Oyendo esto, los talmidim se preguntaron uno al otro: "¿Podría ser que alguien le trajo comida?"
Jua 4:34  Yahshúa les dijo: "Mi comida es hacer lo que quiera el que me envió y que lleve su obra a término.
Jua 4:35  ¿No tienen ustedes un dicho que dice: 'cuatro meses más y entonces la cosecha'? Bueno, lo que les digo a ustedes: ¡abran sus ojos y miren los campos! ¡Están maduros para la cosecha![39]
Jua 4:36  El que siega recibe su jornal y recoge fruto para vida eterna; para que el que siembra y el que recoge se unan en alegría.
Jua 4:37  Por este hecho, el proverbio: 'Uno siembra y el otro recoge,' mantiene su verdad.
Jua 4:38  Yo los he mandado a recoger lo que por ello ustedes no han trabajado. Otros han hecho la ardua labor y ustedes se han be neficiado del trabajo de ellos."[40]
Jua 4:39  Mucha gente de ese pueblo de Shomron puso su confianza en El por el testimonio de la mujer, cuando ella dijo: "El me dijo todas estas cosas que yo he hecho."
Jua 4:40  Por tanto, cuando la gente de Shomron vino a El, ellos le pidieron que se quedara; y se quedó dos días.
Jua 4:41  Y mucha más gente llegó a confiar por lo que El dijo.
Jua 4:42  Ellos dijeron a la mujer: "Ya nosotros no confiamos por lo que tú dijiste, porque que hemos oído por nosotros mismos. Nosotros sabemos por cierto que este hombre es realmente el Salvador del mundo."[41]
Jua 4:43  Después de dos días, El se fue de allí hacia Galil.
Jua 4:44  Ahora, el mismo Yahshúa dijo: "Un profeta no es respetado en su propia tierra."
Jua 4:45  Pero cuando llegó a Galil, la gente le dio la bienvenida, porque habían visto todo lo que había hecho en la Festividad en Yerushalayim; puesto que ellos también habían ido allí.[42]
Jua 4:46  El fue de nuevo a Kenah en Galil, donde había convertido el agua en vino. Un oficial del servicio real estaba allí, y su hijo estaba enfermo en Kefar-Najum.
Jua 4:47  Este hombre, que había oído que Yahshúa había venido de Yahudáh a Galil, vino a El y le pidió que viniera a sanar a su hijo, porque estaba cerca de la muerte.
Jua 4:48  Yahshúa respondió: "¡A no ser que ustedes vean señales y milagros, sencillamente no van a confiar!"
Jua 4:49  El oficial le dijo: "Adón ven antes de que mi hijo muera."
Jua 4:50  Yahshúa respondió: "Puedes irte, tu hijo está vivo." El hombre creyó lo que Yahshúa le dijo, y se fue.
Jua 4:51  Cuando él ya descendía, sus sirvientes lo recibieron con las noticias de que su hijo estaba vivo.
Jua 4:52  De modo que les preguntó a que hora se había mejorado, ellos dijeron: "La fiebre le dejó ayer a la una de la tarde."
Jua 4:53  El padre supo que a esa misma hora fue que Yahshúa le había dicho: "Tu hijo está vivo"; y él y toda su casa confiaron.
Jua 4:54  Esta fue una segunda señal que Yahshúa hizo, la hizo después que había venido de Yahudáh a Galil.

 


 

Jua 4:1  "Jesús sabía que los fariseos habían oído hablar de él. Los fariseos se enteraron que Jesús ya tenía más seguidores que Juan, es decir que bautizaba más gente que Juan."
Jua 4:2  "(Aunque realmente no era Jesús el que bautizaba, sino sus seguidores.)"
Jua 4:3  "Jesús se fue de Judea y regresó otra vez a Galilea,"
Jua 4:4  atravesando la región de Samaria.
Jua 4:5  "Entonces llegó a un pueblo llamado Sicar, cerca de la tierra que Jacob le había dado a su hijo José."
Jua 4:6  "Allí estaba el pozo de Jacob, donde Jesús se sentó porque estaba cansado de caminar. Era casi el mediodía."
Jua 4:7  "Los seguidores se habían ido al pueblo a comprar comida. Mientras tanto, una mujer samaritana vino a sacar agua y Jesús le dijo: -Dame un poco de agua."
Jua 4:8  "Los seguidores se habían ido al pueblo a comprar comida. Mientras tanto, una mujer samaritana vino a sacar agua y Jesús le dijo: -Dame un poco de agua."
Jua 4:9  La samaritana le dijo: -¿Por qué me pides agua si tú eres judío y yo samaritana? (Le dijo eso porque los judíos no se tratan con los samaritanos.)
Jua 4:10  "Jesús le respondió: -No sabes lo que Dios da gratuitamente ni sabes quién soy yo. Te estoy pidiendo un poco de agua y si tú supieras quién soy, me estarías pidiendo a mí. Yo te puedo dar agua viva."
Jua 4:11  "La mujer le dijo: -Señor, no tienes ni siquiera un balde, y el pozo es profundo. ¿De dónde me vas a dar agua viva?"
Jua 4:12  Nuestro antepasado Jacob nos dio este pozo. Sus hijos y sus animales bebieron de él. ¿Acaso eres más que él?
Jua 4:13  Él le contestó: -Todos los que tomen de esta agua volverán a tener sed.
Jua 4:14  "Pero el que beba del agua que yo doy, nunca más tendrá sed. El agua que le daré brotará dentro de él como un manantial que da vida eterna."
Jua 4:15  "La mujer le dijo: -Señor dame de esa agua, para que ya jamás tenga sed. Ni siquiera tendré que venir aquí a sacar agua."
Jua 4:16  Él le dijo: -Ve a llamar a tu esposo y vuelve.
Jua 4:17  Ella le contestó: -No tengo esposo. Jesús le dijo: -Así es. Dices la verdad al decir que no tienes esposo. Has tenido cinco maridos y el hombre con quien vives ahora tampoco es tu marido.
Jua 4:18  Ella le contestó: -No tengo esposo. Jesús le dijo: -Así es. Dices la verdad al decir que no tienes esposo. Has tenido cinco maridos y el hombre con quien vives ahora tampoco es tu marido.
Jua 4:19  "-Señor, me doy cuenta de que eres un profeta."
Jua 4:20  "Nuestros antepasados adoraron a Dios en este monte, pero ustedes los judíos dicen que debe ser adorado en Jerusalén."
Jua 4:21  "Jesús le dijo: -Créeme, mujer, que llegará el momento en que ustedes no adorarán al Padre en este monte ni tampoco en Jerusalén."
Jua 4:22  Ustedes los samaritanos adoran algo que no entienden. Nosotros los judíos sabemos lo que adoramos porque Dios salvará al mundo por medio de los judíos.
Jua 4:23  Pero llegará el momento para adorar a Dios de una forma diferente y ese momento ya ha llegado. Los que en realidad adoran a Dios lo hacen espiritual y verdaderamente. Dios está buscando gente que lo adore así.
Jua 4:24  "Dios es Espíritu, y los que le adoran deben adorarlo espiritual y verdaderamente. La mujer le dijo:"
Jua 4:25  "-Yo sé que el Mesías va a venir, al que llaman el Cristo. Cuando venga hablará de todo esto."
Jua 4:26  "Jesús le dijo: -Ese soy yo, el que está hablando contigo."
Jua 4:27  "En ese momento regresaron sus seguidores. Estaban muy sorprendidos de que él estuviera hablando con una mujer. Pero ninguno le preguntó: ""¿Tú qué quieres de ella?"" o ""¿Por qué estás hablando con ella?"""
Jua 4:28  "La mujer dejó su jarra de agua, se fue al pueblo y le dijo a la gente:"
Jua 4:29  -¡Vengan a ver a un hombre que me dijo todo lo que he hecho! ¿Podría ser este el Cristo?
Jua 4:30  La gente salió del pueblo y fue a donde estaba Jesús.
Jua 4:31  "Mientras tanto, los seguidores le rogaban a Jesús: -Maestro, come algo."
Jua 4:32  Pero él les dijo: -Yo tengo comida que ustedes no conocen.
Jua 4:33  Entonces sus seguidores comenzaron a preguntarse unos a otros: -¿Será que alguien ya le trajo algo de comer?
Jua 4:34  Jesús les dijo: -Mi comida es hacer lo que Dios quiere porque él es quien me envió. Estaré satisfecho cuando termine el trabajo que él me dio.
Jua 4:35  Ustedes dicen: 'Hay que esperar cuatro meses más para la cosecha'.
Jua 4:36  El que cosecha recibe su paga. Está reuniendo una cosecha para la vida eterna. Así que tanto el que siembra como el que cosecha sienten alegría.
Jua 4:37  Realmente es cierto el dicho: 'Uno es el que siembra y otro el que cosecha'.
Jua 4:38  "Los envié para que cosechen un campo que ustedes no trabajaron. Fueron otros los que lo trabajaron, y ahora ustedes disfrutan del trabajo de ellos."
Jua 4:39  "Muchos samaritanos de ese pueblo creyeron en Jesús por lo que la mujer había dicho: ""Él me dijo todo lo que he hecho""."
Jua 4:40  Entonces los samaritanos se le acercaron y le pidieron que se quedara con ellos. Él se quedó allí dos días.
Jua 4:41  Fueron muchos más los que creyeron por lo que Jesús decía.
Jua 4:42  Le dijeron a la mujer: -Ya no creemos sólo por lo que tú dices. Creemos por lo que nosotros mismos hemos escuchado. Ahora sabemos que este hombre sí es el Salvador del mundo.
Jua 4:43  "Dos días después, Jesús se fue de ahí para Galilea."
Jua 4:44  "(Porque como él mismo dijo, ningún profeta es respetado en su tierra.)"
Jua 4:45  "Cuando llegó a Galilea, la gente le dio la bienvenida. Esa gente había ido a Jerusalén y había visto todo lo que él había hecho allí durante la fiesta de la Pascua."
Jua 4:46  "Jesús se fue otra vez para Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. En Capernaúm, el hijo de un oficial del rey estaba enfermo."
Jua 4:47  "El oficial supo que Jesús había venido a Galilea desde Judea. Así que fue a rogarle que fuera a Capernaúm y sanara a su hijo, que estaba a punto de morir."
Jua 4:48  Jesús le dijo: -Ustedes no creerán si no ven milagros y maravillas.
Jua 4:49  "El oficial del rey le dijo: -Señor, venga rápido antes de que mi hijo muera."
Jua 4:50  "Jesús le dijo: -Vete a casa, tu hijo vivirá. El hombre creyó lo que Jesús le dijo y se fue a casa."
Jua 4:51  "Camino a casa se encontró con sus siervos, quienes le contaron que su hijo vivía."
Jua 4:52  "Él les preguntó a qué hora se había mejorado, y ellos le dijeron: -La fiebre le bajó ayer a la una de la tarde."
Jua 4:53  "El padre se dio cuenta de que fue a la misma hora que Jesús le dijo: ""Tu hijo vivirá"". Él y todos los de su casa creyeron."
Jua 4:54  Este fue el segundo milagro que hizo Jesús después de volver a Galilea desde Judea.

 


 
 
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