Biblia Adventista - Biblia de Estudio
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 BibliadeEstudioAdventistaHechos de los A: 19.BibliadeEstudioAdventista

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Hch 19:1  Y aconteció, mientras Apolo estaba en Corinto, que Pablo, atravesando las superiores partes, viniese a éfeso y hallase algunos discípulos;
Hch 19:2  y dijo a ellos: «¿Si Espíritu Santo habéis recibido creyendo?» Y ellos a él: «Pero ni si Espíritu Santo hay hemos oído».
Hch 19:3  Y dijo: «¿En qué(a) , pues, habéis sido bautizados? Y ellos dijeron: «En el de Juan bautismo».
Hch 19:4  Y dijo Pablo: «Juan bautizó bautismo de arrepentimiento, al pueblo diciendo, en el que venía después de él creyesen; esto es: en Jesús»
Hch 19:5  Y, oyendo bautizáronse en el nombre del Señor Jesús;
Hch 19:6  e, imponiéndoles Pablo manos, vino el Espíritu, el Santo, sobre ellos, y hablaban en lenguas y profetizaban.
Hch 19:7  Y eran todos varones como doce.
Hch 19:8  Y, entrando en la sinagoga, hablaban libremente por meses tres; disputando y persuadiendo acerca del reino de Dios.
Hch 19:9  Y, como algunos, se endurecían y desobedecían, maldiciendo el camino del Señor a faz de la muchedumbre; separándose de ellos, segregó los discípulos; cada día disputando en la escuela de Tirano.
Hch 19:10  Y esto sucedió por años dos; así que todos los que habitaban el Asia, oyeron la palabra del Señor, y judíos y helenos.
Hch 19:11  Y virtudes, no las habituales, Dios hacía por las manos de Pablo;
Hch 19:12  tal que también sobre los enfermos se llevaban, de la piel(b)  de él, sudarios o delantales, y retirábanse de ellos las dolencias, y los espíritus los inmundos salían.
Hch 19:13  Y pusieron mano algunos también de los ambulantes judíos exorcistas a nombrar, sobre los que tenían los espíritus los malos, el nombre del Señor Jesús, diciendo: «Conjúroos por el Jesús a quien Pablo predica».
Hch 19:14  Y había de un Sceva, judío sumo sacerdote, siete hijos que esto hacían.
Hch 19:15  Pero, respondiendo el espíritu el malo, díjoles: «A Jesús, por cierto conozco, y a Pablo sé; pues vosotros ¿quiénes sois?»
Hch 19:16  Y, saltando el hombre sobre ellos, en quien estaba el espíritu, el malo; y, apoderándose de ambos, prevaleció contra ellos, tal que, desnudos y heridos, escapáronse de aquella casa.
Hch 19:17  Y esto hízose notorio a todos, y judíos y helenos los que habitaban en éfeso; y cayó temor sobre todos ellos y engrandecían el nombre del Señor Jesús;
Hch 19:18  y muchos de los creyentes venían, confesando y refiriendo sus prácticas(c) .
Hch 19:19  Y bastantes de los que las cosas curiosas(d)  practicaran, trayendo al par los libros, íbanlos quemando a faz de todos; y computaron los precios de ellos y hallaron de plata miríadas(e)  cinco.
Hch 19:20  Así con poderío del Señor la palabra crecía y fortificábase.
Hch 19:21  Y, como se cumplió esto, puso Pablo en el espíritu, pasando la Macedonia y Acaya, ir a Jerusalén, diciendo: que, «después de estarme allí, debo también a Roma ver».
Hch 19:22  Y, enviando a la Macedonia dos de los que le servían: Timoteo y Erasto, él estúvose un tiempo en el Asia.
Hch 19:23  Y hubo por aquél tiempo tumulto no poco acerca del camino (del Señor).
Hch 19:24  Pues uno, por nombre, Demetrio platero, que hacía templos(f)  argénteos de Diana(g) ; brindaba a los artífices no poca obra;
Hch 19:25  a los cuales reuniendo y a los en torno de semejantes cosas obreros, dijo: «Varones sabéis que de esta obra nuestro bienestar es;
Hch 19:26  y veis y oís que, no sólo de éfeso, sino de casi toda el Asia este Pablo persuadiendo, ha apartado bastante turba; diciendo que no son dioses los con manos hechas.
Hch 19:27  Y no sólo esta parte pelígranos venir a menosprecio, sino también el de la gran diosa Diana santuario, a ser en nada estimado, y haber de ser arrasada la majestad de ella a quien toda el Asia y el orbe venera».
Hch 19:28  Y, oyendo y poniéndose llenos de cólera, gritaban, diciendo: «¡Grande, la Diana de efesios!»
Hch 19:29  Y llenóse la ciudad de confusión, y precipitáronse unánimemente al teatro, arrastrando consigo a Gayo y Aristarco macedonios, coperegrinos de Pablo.
Hch 19:30  Y Pablo, queriendo entrar en la plebe, —no le permitieron los discípulos;
Hch 19:31  y algunos también de los asiarcas(h) , siendo con él amigos, mandando a él, exhortaron a no darse en el teatro.
Hch 19:32  Otros, en tanto, otra cosa gritaban, porque estaba la iglesia(i)  confusa; y los más no sabían a qué se habían reunido.
Hch 19:33  Y, de la turba, retiraron a Alejandro, adelante echándole los judíos; y Alejandro hacia abajo agitando la mano, quiso apologar(j)  al pueblo.
Hch 19:34  Pero, reconociendo que judío es, voz hubo una de todos, como por horas dos gritando: «¡Grande, la Diana de efesios! ¡Grande, la Diana de Efesios!»
Hch 19:35  Y, apaciguando la turba el escriba(k) , dice: «Varones efesios, ¿pues quién hay de hombres que no sepa que la de efesios ciudad barrendera(l)  es de la gran Diana y de la del cielo caída(m) ?
Hch 19:36  Incontestables, pues, siendo estas cosas; menester es que vosotros apaciguados estéis y nada precipitado obréis.
Hch 19:37  Porque habéis traído a estos varones ni sacrílegos ni blasfemando a vuestra diosa.
Hch 19:38  Si en verdad Demetrio y los con él artífices tienen contra alguno palabra, forenses(n)  y procónsules hay; acúsense entre sí.
Hch 19:39  Pero, si más allá(o) , inquirís, en legal iglesia, resolveráse.
Hch 19:40  Pues también peligramos ser acusados de sedición por la de hoy: nada motivado habiendo de qué podamos dar razón de este tumulto».
Hch 19:41  Y esto diciendo, despidió la iglesia.

 


 

Hch 19:1  En el tiempo en que Apolo se hallaba en Corinto, Pablo, atravesando las regiones altas, llegó a Efeso, donde halló algunos discípulos;"
Hch 19:2  y les dijo: ¿Habéis recibido el Espíritu Santo al abrazar la fe? Ellos le contestaron: Ni siquiera hemos oído del Espíritu Santo.
Hch 19:3  Díjoles él: ¿Pues qué bautismo habéis recibido? Ellos le respondieron: El bautismo de Juan.
Hch 19:4  Dijo Pablo: Juan bautizaba un bautismo de penitencia, diciendo al pueblo que creyese en el que venía detrás de él, esto es, en Jesús.
Hch 19:5  Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús.
Hch 19:6  E imponiéndoles Pablo las manos, descendió sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban lenguas y profetizaban.
Hch 19:7  Eran unos doce hombres.
Hch 19:8  Entrando en la sinagoga habló con libertad por tres meses, conferenciando y discutiendo acerca del reino de Dios.
Hch 19:9  Pero así que algunos endurecidos e incrédulos comenzaron a maldecir del camino del Señor delante de la muchedumbre, se retiró de ellos, separando a los discípulos, y predicaba todos los días en la escuela de Tirano.
Hch 19:10  Esto hizo durante dos años, de manera que todos los habitantes de Asia oyeron la palabra del Señor, tanto los judíos como los griegos.
Hch 19:11  Obraba Dios por mano de Pablo milagros extraordinarios,
Hch 19:12  de suerte que hasta los pañuelos y delantales que habían tocado su cuerpo, aplicados a los enfermos, hacían desaparecer de ellos las enfermedades y salir a los espíritus malignos.
Hch 19:13  Hasta algunos exorcistas judíos ambulantes llegaron a invocar sobre los que tenían espíritus malignos el nombre del Señor Jesús, diciendo: Os conjuro por Jesús, a quien Pablo predica.
Hch 19:14  Eran los que esto hacían siete hijos de Esceva, sumo sacerdote judío;"
Hch 19:15  pero respondiendo el espíritu maligno, les dijo: Conozco a Jesús y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?"
Hch 19:16  Y arrojándose sobre ellos aquel en quien estaba el espíritu maligno, se apoderó de unos y otros y los sujetó, de modo que desnudos y heridos tuvieron que huir de aquella casa.
Hch 19:17  Fue esto conocido de todos los judíos y griegos que moraban en Efeso, apoderándose de todos un gran temor y siendo glorificado el nombre del Señor Jesús.
Hch 19:18  Muchos de los que habían creído, venían, confesaban y manifestaban sus prácticas supersticiosas;"
Hch 19:19  y bastantes de los que habían profesado las artes mágicas traían sus libros y los quemaban en público, llegando a calcularse el precio de los quemados en cincuenta mil monedas de plata;"
Hch 19:20  tan poderosamente crecía y se robustecía la palabra del Señor.
Hch 19:21  Después de esto resolvió Pablo ir a Jerusalén, atravesando la Macedonia y la Acaya, porque se decía: Desde allí iré a Roma.
Hch 19:22  Enviando a Macedonia dos de sus auxiliares, Timoteo y Erasto, él se detuvo algún tiempo en Asia.
Hch 19:23  Pero hubo por aquellos días un alboroto no pequeño, a propósito del camino del Señor,
Hch 19:24  ocasionado por un platero llamado Demetrio, que hacía en plata templos de Artemisa, que proporcionaban a los artífices no poca ganancia;"
Hch 19:25  y convocándolos, así como a todos los obreros de este ramo, les dijo: Bien sabéis que nuestro negocio depende de este oficio.
Hch 19:26  Asimismo estáis viendo y oyendo que no sólo en Efeso, sino en casi toda el Asia, este Pablo ha persuadido y llevado tras sí una gran muchedumbre, diciendo que no son dioses los hechos por manos de hombres.
Hch 19:27  Esto no solamente es un peligro para nuestra industria, sino que es en descrédito del templo de la gran diosa Artemisa, que será reputada en nada y vendrá a quedar despojada de su majestad aquella a quien toda el Asia y el orbe veneran.
Hch 19:28  Al oír esto, se llenaron de ira y comenzaron a gritar, diciendo: Grande es la Artemisa de los efesios.
Hch 19:29  Toda la ciudad se llenó de confusión y a una se precipitaron en el teatro, arrastrando consigo a Gayo y Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo.
Hch 19:30  Quería Pablo entrar allá, pero no se lo permitieron los discípulos.
Hch 19:31  Algunos de los asiarcas, que eran sus amigos, le mandaron recado rogándole que no se presentase en el teatro.
Hch 19:32  Unos gritaban una cosa y otros otra. Estaba la asamblea llena de confusión y muchos no sabían ni por qué se habían reunido.
Hch 19:33  En esto, empujado por los judíos, se destacó entre la multitud Alejandro, que con la mano hacía señas de que quería hablar al pueblo;"
Hch 19:34  pero en cuanto supieron que era judío, todos a una levantaron la voz, y por espacio de dos horas estuvieron gritando: ¡Grande es la Artemisa de los efesios!
Hch 19:35  Habiendo logrado el secretario calmar a la muchedumbre, dijo: Efesios, ¿quién no sabe que la ciudad de Efeso es la guardiana de la gran Artemisa y de su estatua bajada del cielo?
Hch 19:36  Siendo esto incontestable, conviene que os aquietéis y no os precipitéis.
Hch 19:37  Porque habéis traído a estos hombres que ni son sacrilegos ni blasfemos contra vuestra diosa.
Hch 19:38  Si Demetrio y los de su profesión tienen alguna queja contra alguno, públicas asambleas se celebran y procónsules hay; que recurran a la justicia para defender cada uno su derecho."
Hch 19:39  Si algo más pretendéis, debe tratarse eso en una asamblea legal,
Hch 19:40  porque hay peligro de que seamos acusados de sedición por lo de este día, pues no hay motivo alguno para justificar esta reunión tumultuosa. Dicho esto, disolvió la asamblea.
Hch 19:41  (TEXTO OMITIDO)

 


 

Hch 19:1  Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo cruzó la región montañosa y llegó a la ciudad de Éfeso. Allí encontró a algunos que habían creído en el Mesías,
Hch 19:2  y les preguntó: —¿Recibieron el Espíritu Santo cuando creyeron? Ellos contestaron: —No. Ni siquiera sabemos nada acerca del Espíritu Santo.
Hch 19:3  Pablo les dijo: —¿Por qué se bautizaron ustedes? Ellos contestaron: —Nos bautizamos por lo que Juan el Bautista nos enseñó.
Hch 19:4  Pablo les dijo: —Juan bautizaba a la gente que le pedía perdón a Dios. Pero también le dijo a la gente que tenía que creer en Jesús, quien vendría después de él.
Hch 19:5  Cuando ellos oyeron eso, se bautizaron aceptando a Jesús como su Señor.
Hch 19:6  Pablo puso sus manos sobre la cabeza de esos doce hombres y, en ese momento, el Espíritu Santo vino sobre ellos. Entonces comenzaron a hablar en idiomas extraños y dieron mensajes de parte de Dios.
Hch 19:8  Durante tres meses, Pablo estuvo yendo a la sinagoga todos los sábados. Sin ningún temor hablaba a la gente acerca del reino de Dios, y trataba de convencerla para que creyera en Jesús.
Hch 19:9  Pero algunos judíos se pusieron tercos y no quisieron creer. Al contrario, comenzaron a decirle a la gente cosas terribles acerca de los seguidores de Jesús. Al ver esto, Pablo dejó de reunirse con ellos y, acompañado de los nuevos seguidores, comenzó a reunirse todos los días en la escuela de un hombre llamado Tirano.
Hch 19:10  Durante dos años, Pablo fue a ese lugar para hablar de Jesús. Fue así como muchos de los que vivían en toda la provincia de Asia escucharon el mensaje del Señor Jesús. Algunos de ellos eran judíos, y otros no lo eran.
Hch 19:11  En la ciudad de Éfeso, Dios hizo grandes milagros por medio de Pablo.
Hch 19:12  La gente llevaba los pañuelos o la ropa que Pablo había tocado, y los ponía sobre los enfermos, y ellos se sanaban. También ponía pañuelos sobre los que tenían espíritus malos, y los espíritus salían de esas personas.
Hch 19:13  Allí, en Éfeso, andaban algunos judíos que usaban el nombre del Señor Jesús para expulsar de la gente los malos espíritus. Decían a los espíritus: «Por el poder de Jesús, de quien Pablo habla, les ordeno que salgan.»
Hch 19:14  Esto lo hacían los siete hijos de un sacerdote judío llamado Esceva.
Hch 19:15  Pero una vez, un espíritu malo les contestó: «Conozco a Jesús, y también conozco a Pablo, pero ustedes ¿quiénes son?»
Hch 19:16  Enseguida, el hombre que tenía el espíritu malo saltó sobre ellos y comenzó a golpearlos. De tal manera los maltrató, que tuvieron que huir del lugar completamente desnudos y lastimados.
Hch 19:17  Los que vivían en Éfeso, judíos y no judíos, se dieron cuenta de lo sucedido y tuvieron mucho miedo. Y por todos lados se respetaba el nombre del Señor Jesús.
Hch 19:18  Muchos de los que habían creído en Jesús le contaban a la gente todo lo malo que antes habían hecho.
Hch 19:19  Otros, que habían sido brujos, traían sus libros de brujería y los quemaban delante de la gente. Y el valor de los libros quemados era como de cincuenta mil monedas de plata.
Hch 19:20  El mensaje del Señor Jesús se anunciaba en más y más lugares, y cada vez más personas creían en él, porque veían el gran poder que tenía.
Hch 19:21  Después de todo eso, Pablo decidió ir a la ciudad de Jerusalén, pasando por las regiones de Macedonia y Acaya. Luego pensó ir de Jerusalén a la ciudad de Roma,
Hch 19:22  así que envió a Timoteo y Erasto, que eran dos de sus ayudantes, a la región de Macedonia, mientras él se quedaba unos días más en Asia.
Hch 19:23  Por aquel tiempo, los seguidores de Jesús tuvieron un gran problema,
Hch 19:24  provocado por un hombre llamado Demetrio. Este hombre se dedicaba a fabricar figuras de plata, y él y sus ayudantes ganaban mucho dinero haciendo la figura del templo de la diosa Artemisa.
Hch 19:25  Demetrio se reunió con sus ayudantes, y también con otros hombres que se dedicaban a hacer cosas parecidas, y les dijo: «Amigos, ustedes saben cuánto necesitamos de este trabajo para vivir bien.
Hch 19:26  Pero, según hemos visto y oído, este hombre llamado Pablo ha estado alborotando a la gente de Éfeso y de toda la provincia de Asia. Según él, los dioses que nosotros hacemos no son dioses de verdad, y mucha gente le ha creído.
Hch 19:27  Pablo no sólo está dañando nuestro negocio, sino que también le está quitando fama al templo de la gran diosa Artemisa. Hasta el momento, ella es amada y respetada en toda la provincia de Asia y en el mundo entero, pero muy pronto nadie va a querer saber nada de ella.»
Hch 19:28  Cuando aquellos hombres oyeron eso, se enojaron mucho y gritaron: «¡Viva Artemisa, la diosa de los efesios!»
Hch 19:29  Entonces toda la gente de la ciudad se alborotó, y algunos fueron y apresaron a Gayo y a Aristarco, los dos compañeros de Pablo que habían venido de Macedonia, y los arrastraron hasta el teatro.
Hch 19:30  Pablo quiso entrar para hablar con la gente, pero los seguidores de Jesús no se lo aconsejaron.
Hch 19:31  Además, algunos amigos de Pablo, autoridades del lugar, le mandaron a decir que no debía entrar.
Hch 19:32  Mientras tanto, en el teatro todo era confusión. La gente se puso a gritar, aunque algunos ni siquiera sabían para qué estaban allí.
Hch 19:33  Varios de los líderes judíos empujaron a un hombre, llamado Alejandro, para que pasara al frente y viera lo que pasaba. Alejandro levantó la mano y pidió silencio para defender a los judíos.
Hch 19:34  Pero, cuando se dieron cuenta de que Alejandro también era judío, todos se pusieron a gritar durante casi dos horas: «¡Viva Artemisa, la diosa de los efesios!»
Hch 19:35  Finalmente, el secretario de la ciudad los hizo callar, y les dijo: «Habitantes de Éfeso, nosotros somos los encargados de cuidar el templo de la gran diosa Artemisa y su estatua, la cual bajó del cielo.
Hch 19:36  Esto lo sabemos todos muy bien, así que no hay razón para este alboroto. Cálmense y piensen bien las cosas.
Hch 19:37  Estos hombres que ustedes han traído no han hecho nada en contra del templo de la diosa Artemisa, ni han hablado mal de ella.
Hch 19:38  Si Demetrio y sus ayudantes tienen alguna queja en contra de ellos, que vayan ante los tribunales y hablen con los jueces. Allí cada uno podrá defenderse.
Hch 19:39  Y si aún tuvieran alguna otra cosa de qué hablar, deberán tratar el asunto cuando las autoridades de la ciudad se reúnan.
Hch 19:40  No tenemos ningún motivo para causar todo este alboroto; más bien, se nos podría acusar ante los jueces de alborotar a la gente.» Cuando el secretario terminó de hablar, les pidió a todos que se marcharan.

 


 

Hch 19:1  Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo, recorridas las provincias superiores del Asia, pasó a Efeso, y encontró a algunos discípulos,
Hch 19:2  y les preguntó: ¿Habéis recibido al Espíritu Santo después que abrazasteis la fe? Mas ellos le respondieron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo.
Hch 19:3  ¿Pues con qué bautismo , les replicó, fuisteis bautizados? Y ellos respondieron: Con el bautismo de Juan.
Hch 19:4  Dijo entonces Pablo: Juan bautizó al pueblo con el bautismo de penitencia, advirtiendo que creyesen en aquel que había de venir después de él, esto es, en Jesús .
Hch 19:5  Oído esto, se bautizaron en nombre del Señor Jesús .
Hch 19:6  Y habiéndoles Pablo impuesto las manos, descendió sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban varias lenguas, y profetizaban.
Hch 19:7  Eran en todos como unos doce hombres.
Hch 19:8  Pablo, entrando después en la sinagoga, predicó libremente por espacio de tres meses, disputando con los judíos, y procurando convencerlos en lo tocante al reino de Dios.
Hch 19:9  Mas como algunos de ellos endurecidos no creyesen, antes blasfemasen de la doctrina del Señor delante de los oyentes, apartándose de ellos, separó a los discípulos, y platicaba o enseñaba todos los días en la escuela de un tal Tirano.
Hch 19:10  Lo que practicó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, oyeron la palabra del Señor, así judíos como gentiles.
Hch 19:11  Y obraba Dios milagros extraordinarios por medio de Pablo.
Hch 19:12  Tanto que aplicando solamente los pañuelos y ceñidores que habían tocado a su cuer-po, a los enfermos, al momento las dolencias se les quitaban, y los espíritus malignos salían fuera.
Hch 19:13  Tentaron así mismo ciertos judíos exorcistas que andaban girando de una parte a otra, el invocar sobre los endemoniados el nombre del Señor Jesús , diciendo: Os conjuro por aquel Jesús , a quien Pablo predica.
Hch 19:14  Los que hacían esto eran siete hijos de un judío llamado Esceva, príncipe de los sacerdotes.
Hch 19:15  Pero el maligno espíritu respondiendo, les dijo: Conozco a Jesús , y sé quién es Pablo; mas vosotros ¿quiénes sois?
Hch 19:16  Y al instante el hombre, que estaba poseído de un pésimo demonio, se echó sobre ellos y se apoderó de dos, y los maltrató de tal suerte que los hizo huir de aquella casa desnudos y heridos.
Hch 19:17  Cosa que fue notoria a todos los judíos y gentiles que habitaban en Efeso; y todos ellos quedaron llenos de temor, y era engrandecido el nombre del Señor Jesús .
Hch 19:18  Y muchos de los creyentes, o fieles, venían a confesar y a declarar todo lo malo que habían hecho.
Hch 19:19  Muchos asimismo de los que se habían dado al ejercicio de vanas curiosidades o ciencia mágica, hicieron un montón de sus libros, y los quemaron a vista de todos; y valuados, se halló que montaban a cincuenta mil denarios, o siclos de plata.
Hch 19:20  Así se iba propagando más y más y prevaleciendo la palabra de Dios.
Hch 19:21  Concluidas estas cosas, resolvió Pablo por inspiración divina ir a Jerusalén , bajando por la Macedonia y Acaya, y decía: Después de haber estado allí, es necesario que yo vaya también a Roma.
Hch 19:22  Y habiendo enviado a Macedonia a dos de los que le ayudaban en su ministerio, Timoteo y Erasto él se quedó por algún tiempo en Asia.
Hch 19:23  Durante este tiempo fue cuando acaeció un no pequeño alboroto con ocasión del camino del Señor, o de la buena nueva.
Hch 19:24  El caso fue que cierto Demetrio, platero de oficio, fabricando de plata templitos de Diana, daba no poco que ganar a los demás de este oficio.
Hch 19:25  A los cuales, como a otros que vivían de semejantes labores, habiéndolos convocado, les dijo: Amigos, bien sabéis que nuestra ganancia depende de esta industria;
Hch 19:26  y veis también y oís cómo ese Pablo, no sólo en Efeso, sino casi en toda el Asia, con sus persuasiones ha hecho cambiar de creencia a mucha gente, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos.
Hch 19:27  Por donde, no sólo esta profesión nuestra correrá peligro de ser desacreditada, sino, lo que es más, el templo de la gran diosa Diana perderá toda su estimación, y la majestad de aquélla, a quien toda el Asia y el mundo entero adora, caerá por tierra.
Hch 19:28  Oído esto, se enfurecieron, y exclamaron, diciendo: ¡Viva la gran Diana de los efesios!
Hch 19:29  Se llenó luego la ciudad de confusión, y corrieron todos impetuosamente al teatro, arrebatando consigo a Gayo y a Aristarco macedonios, compañeros de Pablo.
Hch 19:30  Quería éste salir a presentarse en medio del pueblo, mas los discípulos no se lo permitieron.
Hch 19:31  Algunos también de los señores principales del Asia, que eran amigos suyos, enviaron a rogarle que no compareciese en el teatro.
Hch 19:32  Por lo demás unos gritaban una cosa y otros otra; porque todo el concurso era un tumulto, y la mayor parte de ellos no sabían a qué se habían juntado.
Hch 19:33  Entre tanto un tal Alejandro, habiendo podido salir de entre el tropel, ayudado de los judíos, pidiendo con la mano que tuviesen silencio, quería informar al pueblo.
Hch 19:34  Mas luego que conocieron ser judío, todos a una voz se pusieron a gritar por espacio de casi dos horas: ¡Viva la gran Diana de los efesios!
Hch 19:35  Al fin el secretario, o síndico, habiendo sosegado el tumulto, les dijo: Varones efesinos, ¿quién hay entre los hombres que ignore que la ciudad de Efeso está dedicada toda al culto de la gran Diana, hija de Júpiter?
Hch 19:36  Siendo, pues, esto tan cierto que nadie lo puede contradecir, es preciso que os soseguéis, y no procedáis inconsideradamente.
Hch 19:37  Estos hombres que habéis traído aquí, ni son sacrílegos, ni blasfemadores de vuestra diosa.
Hch 19:38  Mas si Demetrio y los artífices que le acompañan, tienen queja contra alguno, audiencia pública hay, y procónsules: acúsenle, y demanden contra él.
Hch 19:39  Y si tenéis alguna otra pretensión, podrá ésta decidirse en legítimo ayuntamiento.
Hch 19:40  De lo contrario estamos a riesgo de que se nos acuse de sediciosos por lo de este día, no pudiendo alegar ninguna causa para justificar esta reunión.
Hch 19:41  Dicho esto, hizo retirar a todo el concurso.

 


 

Hch 19:1 

Pablo en Efeso
  Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos,
Hch 19:2  les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo.
Hch 19:3  Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan.
Hch 19:4  Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.(A)
Hch 19:5  Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
Hch 19:6  Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.
Hch 19:7  Eran por todos unos doce hombres.
Hch 19:8  Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios.
Hch 19:9  Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno.
Hch 19:10  Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús.
Hch 19:11  Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo,
Hch 19:12  de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían.
Hch 19:13  Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo.
Hch 19:14  Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto.
Hch 19:15  Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?
Hch 19:16  Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.
Hch 19:17  Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús.
Hch 19:18  Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.
Hch 19:19  Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata.
Hch 19:20  Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.
Hch 19:21  Pasadas estas cosas, Pablo se propuso en espíritu ir a Jerusalén, después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: Después que haya estado allí, me será necesario ver también a Roma.
Hch 19:22  Y enviando a Macedonia a dos de los que le ayudaban, Timoteo y Erasto, él se quedó por algún tiempo en Asia.

El alboroto en Efeso
 
Hch 19:23  Hubo por aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca del Camino.
Hch 19:24  Porque un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los artífices;
Hch 19:25  a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza;
Hch 19:26  pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos.
Hch 19:27  Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero.
Hch 19:28  Cuando oyeron estas cosas, se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: ¡Grande es Diana de los efesios!
Hch 19:29  Y la ciudad se llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo.
Hch 19:30  Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron.
Hch 19:31  También algunas de las autoridades de Asia, que eran sus amigos, le enviaron recado, rogándole que no se presentase en el teatro.
Hch 19:32  Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían reunido.
Hch 19:33  Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empujándole los judíos. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quería hablar en su defensa ante el pueblo.
Hch 19:34  Pero cuando le conocieron que era judío, todos a una voz gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios!
Hch 19:35  Entonces el escribano, cuando había apaciguado a la multitud, dijo: Varones efesios, ¿y quién es el hombre que no sabe que la ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter?
Hch 19:36  Puesto que esto no puede contradecirse, es necesario que os apacigüéis, y que nada hagáis precipitadamente.
Hch 19:37  Porque habéis traído a estos hombres, sin ser sacrílegos ni blasfemadores de vuestra diosa.
Hch 19:38  Que si Demetrio y los artífices que están con él tienen pleito contra alguno, audiencias se conceden, y procónsules hay; acúsense los unos a los otros.
Hch 19:39  Y si demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea se puede decidir.
Hch 19:40  Porque peligro hay de que seamos acusados de sedición por esto de hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso.
Hch 19:41  Y habiendo dicho esto, despidió la asamblea.

 


 

Hch 19:1  Y aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, andadas las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando ciertos discípulos,
Hch 19:2  les dijo: ¿Habéis recibido el Espíritu Santo después que creisteis? Y ellos le dijeron: Antes ni aun hemos oído si hay Espíritu Santo.
Hch 19:3  Entonces dijo: ¿En qué pues sois bautizados? Y ellos dijeron: En el bautismo de Juan.
Hch 19:4  Y dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en el que había de venir después de él, es a saber, en Cristo Jesús.
Hch 19:5  Oídas estas cosas, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
Hch 19:6  Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.
Hch 19:7  Y eran por todos como unos doce hombres.
Hch 19:8  Y entrando él dentro de la sinagoga, hablaba libremente por espacio de tres meses, disputando y persuadiendo del Reino de Dios.
Hch 19:9  Mas endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, apartándose Pablo de ellos separó a los discípulos, disputando cada día en la escuela de un cierto Tiranno.
Hch 19:10  Y esto fue por espacio de dos años; de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la Palabra del Señor Jesús.
Hch 19:11  Y hacía Dios singulares maravillas por manos de Pablo,
Hch 19:12  de tal manera que aun se llevaban sobre los enfermos los sudarios y los pañuelos de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los malos espíritus salían de ellos.
Hch 19:13  Y algunos de los Judíos, exorcistas vagabundos, tentaron a invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuramos por Jesús, el que Pablo predica.
Hch 19:14  (Y había siete hijos de un tal Esceva, judío, príncipe de los sacerdotes, que hacían esto.)
Hch 19:15  Y respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; mas vosotros, ¿quiénes sois?
Hch 19:16  Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando en ellos, y enseñoreándose de ellos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.
Hch 19:17  Y esto fue notorio a todos, así judíos como griegos, los que habitaban en Efeso; y cayó temor sobre todos ellos, y era ensalzado el Nombre del Señor Jesús.
Hch 19:18  Y muchos de los que habían creído, venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.
Hch 19:19  Asimismo muchos de los que habían practicado vanas artes, trajeron los libros, y los quemaron delante de todos; y echada la cuenta del precio de ellos, hallaron ser cincuenta mil denarios.
Hch 19:20  Así crecía poderosamente la palabra del Señor, y prevalecía.
Hch 19:21  Y acabadas estas cosas, se propuso Pablo por el Espíritu ir a Jerusalén, después de andar en Macedonia y Acaya, diciendo: Después que hubiere estado allá me será necesario ver también a Roma.
Hch 19:22  Y enviando a Macedonia a dos de los que le ayudaban, Timoteo y Erasto, él se estuvo por algún tiempo en Asia.
Hch 19:23  Entonces hubo un alboroto no pequeño acerca del Camino.
Hch 19:24  Porque un platero llamado Demetrio, el cual hacía de plata templecillos de Diana, daba a los artífices no poca ganancia;
Hch 19:25  a los cuales, reunidos con los obreros de semejante oficio, dijo: Varones, sabéis que de esta ganancia tenemos nuestras riquezas;
Hch 19:26  y veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino a gran multitud de casi toda el Asia, ha apartado con persuasión, diciendo, que no son dioses los que se hacen con las manos.
Hch 19:27  Y no solamente hay peligro de que este negocio se nos vuelva en reproche, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida su majestad, la cual honra toda el Asia y el mundo.
Hch 19:28  Oídas estas cosas, se llenaron de ira, y dieron alarido diciendo: ¡Grande es Diana de los efesios!
Hch 19:29  Y toda la ciudad se llenó de confusión; y unánimes se arrojaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo.
Hch 19:30  Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron.
Hch 19:31  También algunos de los principales de Asia, que eran sus amigos, enviaron a él rogando que no se presentase en el teatro.
Hch 19:32  Unos gritaban una cosa, y otros gritaban otra cosa; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían juntado.
Hch 19:33  Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empujándole los judíos. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quería dar razón al pueblo.
Hch 19:34  Pero cuando conocieron que era judío, fue hecha un voz de todos, que gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios!
Hch 19:35  Entonces el escribano, apaciguando al pueblo, dijo: Varones efesios ¿y quién hay de los hombres que no sepa que la ciudad de los efesios es honradora de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter?
Hch 19:36  Así que, pues esto no puede ser contradicho, conviene que os apacigüéis, y que nada hagáis temerariamente;
Hch 19:37  pues habéis traído a estos hombres, sin ser sacrílegos ni blasfemadores de vuestra diosa.
Hch 19:38  Que si Demetrio y los oficiales que están con él tienen negocio con alguno, audiencias se hacen, y procónsules hay; acúsense los unos a los otros.
Hch 19:39  Y si demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea se pueda decidir.
Hch 19:40  Porque peligro hay de que seamos argüidos de sedición por hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso.
Hch 19:41  Y habiendo dicho esto, despidió la concurrencia.

 


 

Hch 19:1  And it came to pass, that, while Apollos was at Corinth, Paul having passed through the upper coasts came to Ephesus: and finding certain disciples,
Hch 19:2  He said unto them, Have ye received the Holy Ghost since ye believed? And they said unto him, We have not so much as heard whether there be any Holy Ghost.
Hch 19:3  And he said unto them, Unto what then were ye baptized? And they said, Unto John's baptism.
Hch 19:4  Then said Paul, John verily baptized with the baptism of repentance, saying unto the people, that they should believe on him which should come after him, that is, on Christ Jesus.
Hch 19:5  When they heard this, they were baptized in the name of the Lord Jesus.
Hch 19:6  And when Paul had laid his hands upon them, the Holy Ghost came on them; and they spake with tongues, and prophesied.
Hch 19:7  And all the men were about twelve.
Hch 19:8  And he went into the synagogue, and spake boldly for the space of three months, disputing and persuading the things concerning the kingdom of God.
Hch 19:9  But when divers were hardened, and believed not, but spake evil of that way before the multitude, he departed from them, and separated the disciples, disputing daily in the school of one Tyrannus.
Hch 19:10  And this continued by the space of two years; so that all they which dwelt in Asia heard the word of the Lord Jesus, both Jews and Greeks.
Hch 19:11  And God wrought special miracles by the hands of Paul:
Hch 19:12  So that from his body were brought unto the sick handkerchiefs or aprons, and the diseases departed from them, and the evil spirits went out of them.
Hch 19:13  Then certain of the vagabond Jews, exorcists, took upon them to call over them which had evil spirits the name of the Lord Jesus, saying, We adjure you by Jesus whom Paul preacheth.
Hch 19:14  And there were seven sons of one Sceva, a Jew, and chief of the priests, which did so.
Hch 19:15  And the evil spirit answered and said, Jesus I know, and Paul I know; but who are ye?
Hch 19:16  And the man in whom the evil spirit was leaped on them, and overcame them, and prevailed against them, so that they fled out of that house naked and wounded.
Hch 19:17  And this was known to all the Jews and Greeks also dwelling at Ephesus; and fear fell on them all, and the name of the Lord Jesus was magnified.
Hch 19:18  And many that believed came, and confessed, and shewed their deeds.
Hch 19:19  Many of them also which used curious arts brought their books together, and burned them before all men: and they counted the price of them, and found it fifty thousand pieces of silver.
Hch 19:20  So mightily grew the word of God and prevailed.
Hch 19:21  After these things were ended, Paul purposed in the spirit, when he had passed through Macedonia and Achaia, to go to Jerusalem, saying, After I have been there, I must also see Rome.
Hch 19:22  So he sent into Macedonia two of them that ministered unto him, Timotheus and Erastus; but he himself stayed in Asia for a season.
Hch 19:23  And the same time there arose no small stir about that way.
Hch 19:24  For a certain man named Demetrius, a silversmith, which made silver shrines for Diana, brought no small gain unto the craftsmen;
Hch 19:25  Whom he called together with the workmen of like occupation, and said, Sirs, ye know that by this craft we have our wealth.
Hch 19:26  Moreover ye see and hear, that not alone at Ephesus, but almost throughout all Asia, this Paul hath persuaded and turned away much people, saying that they be no gods, which are made with hands:
Hch 19:27  So that not only this our craft is in danger to be set at nought; but also that the temple of the great goddess Diana should be despised, and her magnificence should be destroyed, whom all Asia and the world worshippeth.
Hch 19:28  And when they heard these sayings, they were full of wrath, and cried out, saying, Great is Diana of the Ephesians.
Hch 19:29  And the whole city was filled with confusion: and having caught Gaius and Aristarchus, men of Macedonia, Paul's companions in travel, they rushed with one accord into the theatre.
Hch 19:30  And when Paul would have entered in unto the people, the disciples suffered him not.
Hch 19:31  And certain of the chief of Asia, which were his friends, sent unto him, desiring him that he would not adventure himself into the theatre.
Hch 19:32  Some therefore cried one thing, and some another: for the assembly was confused; and the more part knew not wherefore they were come together.
Hch 19:33  And they drew Alexander out of the multitude, the Jews putting him forward. And Alexander beckoned with the hand, and would have made his defence unto the people.
Hch 19:34  But when they knew that he was a Jew, all with one voice about the space of two hours cried out, Great is Diana of the Ephesians.
Hch 19:35  And when the townclerk had appeased the people, he said, Ye men of Ephesus, what man is there that knoweth not how that the city of the Ephesians is a worshipper of the great goddess Diana, and of the image which fell down from Jupiter?
Hch 19:36  Seeing then that these things cannot be spoken against, ye ought to be quiet, and to do nothing rashly.
Hch 19:37  For ye have brought hither these men, which are neither robbers of churches, nor yet blasphemers of your goddess.
Hch 19:38  Wherefore if Demetrius, and the craftsmen which are with him, have a matter against any man, the law is open, and there are deputies: let them implead one another.
Hch 19:39  But if ye enquire any thing concerning other matters, it shall be determined in a lawful assembly.
Hch 19:40  For we are in danger to be called in question for this day's uproar, there being no cause whereby we may give an account of this concourse.
Hch 19:41  And when he had thus spoken, he dismissed the assembly.

 


 

Hch 19:1  Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó las regiones altas y llegó a Éfeso donde encontró algunos discípulos;
Hch 19:2  les preguntó: «¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando abrazasteis la fe?» Ellos contestaron: «Pero si nosotros no hemos oído decir siquiera que exista el Espíritu Santo.»
Hch 19:3  El replicó: «¿Pues qué bautismo habéis recibido?» - «El bautismo de Juan», respondieron.
Hch 19:4  Pablo añadió: «Juan bautizó con un bautismo de conversión, diciendo al pueblo que creyesen en el que había de venir después de él, o sea en Jesús.»
Hch 19:5  Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
Hch 19:6  Y, habiéndoles Pablo impuesto las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo y se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar.
Hch 19:7  Eran en total unos doce hombres.
Hch 19:8  Entró en la sinagoga y durante tres meses hablaba con valentía, discutiendo acerca del Reino de Dios e intentando convencerles.
Hch 19:9  Pero como algunos, obstinados e incrédulos, hablaban mal del Camino ante la gente, rompió con ellos y formó grupo aparte con los discípulos; y diariamente les hablaba en la escuela de Tirano.
Hch 19:10  Esto duró dos años, de forma que pudieron oír la Palabra del Señor todos los habitantes de Asia, tanto judíos como griegos.
Hch 19:11  Dios obraba por medio de Pablo milagros no comunes,
Hch 19:12  de forma que bastaba aplicar a los enfermos los pañuelos o mandiles que había usado y se alejaban de ellos las enfermedades y salían los espíritus malos.
Hch 19:13  Algunos exorcistas judíos ambulantes intentaron también invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, y decían: «Os conjuro por Jesús a quien predica Pablo.»
Hch 19:14  Eran siete hijos de un tal Esceva, sumo sacerdote judío, los que hacían esto.
Hch 19:15  Pero el espíritu malo les respondió: «A Jesús le conozco y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?»
Hch 19:16  Y arrojándose sobre ellos el hombre poseído del mal espíritu, dominó a unos y otros y pudo con ellos de forma que tuvieron que huir de aquella casa desnudos y cubiertos de heridas.
Hch 19:17  Llegaron a enterarse de esto todos los habitantes de Éfeso, tanto judíos como griegos. El temor se apoderó de todos ellos y fue glorificado el nombre del Señor Jesús.
Hch 19:18  Muchos de los que habían creído venían a confesar y declarar sus prácticas.
Hch 19:19  Bastantes de los que habían practicado la magia reunieron los libros y los quemaron delante de todos. Calcularon el precio de los libros y hallaron que subía a 50.000 monedas de plata.
Hch 19:20  De esta forma la Palabra del Señor crecía y se robustecía poderosamente.
Hch 19:21  Después de estos sucesos, Pablo tomó la decisión de ir a Jerusalén pasando por Macedonia y Acaya. Y decía: «Después de estar allí he de visitar también Roma.»
Hch 19:22  Envió a Macedonia a dos de sus auxiliares, Timoteo y Erasto, mientras él se quedaba algún tiempo en Asia.
Hch 19:23  Por entonces se produjo un tumulto no pequeño con motivo del Camino.
Hch 19:24  Cierto platero, llamado Demetrio, que labraba en plata templetes de Artemisa y proporcionaba no pocas ganancias a los artífices,
Hch 19:25  reunió a éstos y también a los obreros de este ramo y les dijo: «Compañeros, vosotros sabéis que a esta industria debemos el bienestar;
Hch 19:26  pero estáis viendo y oyendo decir que no solamente en Éfeso, sino en casi toda el Asia, ese Pablo persuade y aparta a mucha gente, diciendo que no son dioses los que se fabrican con las manos.
Hch 19:27  Y esto no solamente trae el peligro de que nuestra profesión caiga en descrédito, sino también de que el templo de la gran diosa Artemisa sea tenido en nada y venga a ser despojada de su grandeza aquella a quien adora toda el Asia y toda la tierra.»
Hch 19:28  Al oír esto, llenos de furor se pusieron a gritar: «¡Grande es la Artemisa de los efesios!»
Hch 19:29  La ciudad se llenó de confusión. Todos a una se precipitaron en el teatro arrastrando consigo a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de viaje de Pablo.
Hch 19:30  Pablo quiso entrar y presentarse al pueblo, pero se lo impidieron los discípulos.
Hch 19:31  Incluso algunos asiarcas, que eran amigos suyos, le enviaron a rogar que no se arriesgase a ir al teatro.
Hch 19:32  Unos gritaban una cosa y otros otra. Había gran confusión en la asamblea y la mayoría no sabía por qué se habían reunido.
Hch 19:33  Algunos de entre la gente aleccionaron a Alejandro a quien los judíos habían empujado hacia delante. Alejandro pidió silencio con la mano y quería dar explicaciones al pueblo.
Hch 19:34  Pero al conocer que era judío, todos a una voz se pusieron a gritar durante casi dos horas: «¡Grande es la Artemisa de los efesios!»
Hch 19:35  Cuando el magistrado logró calmar a la gente, dijo: «Efesios, ¿quién hay que no sepa que la ciudad de los efesios es la guardiana del templo de la gran Artemisa y de su estatua caída del cielo?
Hch 19:36  Siendo, pues, esto indiscutible, conviene que os calméis y no hagáis nada inconsideradamente.
Hch 19:37  Habéis traído acá a estos hombres que no son sacrílegos ni blasfeman contra nuestra diosa.
Hch 19:38  Si Demetrio y los artífices que le acompañan tienen quejas contra alguno, audiencias y procónsules hay; que presenten sus reclamaciones.
Hch 19:39  Y si tenéis algún otro asunto, se resolverá en la asamblea legal.
Hch 19:40  Porque, además, corremos peligro de ser acusados de sedición por lo de hoy, no existiendo motivo alguno que nos permita justificar este tumulto.» Dicho esto disolvió la asamblea.

 


 

Hch 19:1  Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo cruzó la región montañosa y llegó a Éfeso, donde encontró a varios creyentes.
Hch 19:2  Les preguntó:
 –¿Recibieron ustedes el Espíritu Santo cuando se hicieron creyentes?
 Ellos le contestaron:
 –Ni siquiera habíamos oído hablar del Espíritu Santo.
Hch 19:3  Pablo les preguntó:
 –Pues ¿qué bautismo recibieron ustedes?
 y ellos respondieron:
 –El bautismo de Juan.
Hch 19:4  Pablo les dijo:
 –Sí, Juan bautizaba a los que se volvían a Dios, pero les decía que creyeran en el que vendría después de él, es decir, en Jesús. [1]
Hch 19:5  Al oír esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús;
Hch 19:6  y cuando Pablo les impuso las manos, también vino sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban en lenguas extrañas, y comunicaban mensajes proféticos.
Hch 19:7  Eran entre todos unos doce hombres.
Hch 19:8  Durante tres meses, Pablo estuvo yendo a la sinagoga, donde anunciaba el mensaje sin ningún temor, y hablaba y trataba de convencer a la gente acerca del reino de Dios.
Hch 19:9  Pero algunos, tercamente, no quisieron creer, sino que delante de la gente hablaban mal del Nuevo Camino. [2] Entonces Pablo se apartó de ellos y llevó a los creyentes a la escuela de un tal Tirano. Allí hablaba todos los días,
Hch 19:10  y así lo hizo durante dos años, de modo que todos los que vivían en la provincia de Asia, tanto los judíos como los que no lo eran, oyeron el mensaje del Señor.
Hch 19:11  y Dios hacía grandes milagros por medio de Pablo,
Hch 19:12  tanto que hasta los pañuelos o las ropas que habían sido tocados por su cuerpo eran llevados a los enfermos, y estos se curaban de sus enfermedades, y los espíritus malignos salían de ellos.
Hch 19:13  Pero algunos judíos que andaban por las calles expulsando de la gente espíritus malignos, quisieron usar para ello el nombre del Señor Jesús; así que decían a los espíritus: "¡En el nombre de Jesús, a quien Pablo anuncia, les ordeno que salgan!"
Hch 19:14  Esto es lo que hacían los siete hijos de un judío llamado Esceva, que era un jefe de los sacerdotes.
Hch 19:15  Pero en cierta ocasión el espíritu maligno les contestó: "Conozco a Jesús, y sé quién es Pablo; pero ustedes, ¿quiénes son?"
Hch 19:16  Al mismo tiempo, el hombre que tenía el espíritu maligno se lanzó sobre ellos, y con gran fuerza los dominó a todos, maltratándolos con tanta violencia que huyeron de la casa desnudos y heridos.
Hch 19:17  Todos los que vivían en Éfeso, judíos y no judíos, lo supieron, y se llenaron de temor. De esta manera crecía la fama del nombre del Señor Jesús.
Hch 19:18  También muchos de los que creyeron llegaban confesando públicamente todo lo malo que antes habían hecho,
Hch 19:19  y muchos que habían practicado la brujería trajeron sus libros y los quemaron en presencia de todos. Cuando se calculó el precio de aquellos libros, resultó que valían como cincuenta mil monedas de plata.
Hch 19:20  Así el mensaje del Señor iba extendiéndose y demostrando su poder.
Hch 19:21  Después de estas cosas, Pablo decidió visitar Macedonia y Acaya, y seguir su viaje hasta Jerusalén. Además decía que después de ir a Jerusalén tendría que ir también a Roma.
Hch 19:22  Entonces mandó a Macedonia a dos de sus ayudantes, Timoteo y Erasto, mientras él se quedaba algún tiempo más en Asia.
Hch 19:23  Por aquel tiempo hubo en Éfeso un gran alboroto acerca del Nuevo Camino,
Hch 19:24  causado por uno llamado Demetrio, que era platero. Este hombre hacía figuritas de plata que representaban el templo de la diosa Artemisa, [3] y daba mucha ganancia a los que trabajaban con él.
Hch 19:25  Reunió, pues, a estos, junto con otros que trabajaban en oficios semejantes, y les dijo: "Señores, ustedes saben que nuestro bienestar depende de este oficio.
Hch 19:26  Pero como ustedes ven y oyen, ese tal Pablo anda diciendo que los dioses hechos por los hombres no son dioses; y así ha convencido a mucha gente, no solamente aquí en Éfeso sino en casi toda la provincia de Asia.
Hch 19:27  Esto es muy peligroso, porque nuestro negocio puede echarse a perder, y el templo mismo de la gran diosa Artemisa puede también perder la fama que tiene, y así será despreciada la grandeza de esta diosa que es adorada en toda la provincia de Asia y en el mundo entero."
Hch 19:28  Cuando oyeron esto, se enojaron mucho y gritaron: "¡Viva Artemisa de los efesios!"
Hch 19:29  Hubo, pues, confusión en toda la ciudad. Se lanzaron sobre Gayo y Aristarco, dos hombres de Macedonia que acompañaban a Pablo, y los arrastraron hasta el teatro.
Hch 19:30  Pablo quiso entrar allí para hablar a la gente, pero los creyentes no lo dejaron.
Hch 19:31  También entre las autoridades de Asia había algunos amigos de Pablo, que mandaron a decirle que no debía meterse allí.
Hch 19:32  Entre tanto, en la reunión, unos gritaban una cosa y otros otra, porque la gente estaba alborotada y la mayor parte ni sabía para qué se habían reunido.
Hch 19:33  Pero algunos de ellos explicaron el asunto a Alejandro, a quien los judíos habían empujado al frente de todos. Alejandro hizo señas con la mano para pedir silencio y hablar en defensa de los judíos delante del pueblo.
Hch 19:34  Pero cuando se dieron cuenta de que él mismo era judío, gritaron todos durante un par de horas: "¡Viva Artemisa de los efesios!"
Hch 19:35  El secretario de la ciudad, cuando pudo calmar a la gente, dijo: "Ciudadanos de Éfeso, todo el mundo sabe que esta ciudad está encargada de cuidar el templo de la gran diosa Artemisa y de la imagen de ella que cayó del cielo.
Hch 19:36  Como nadie puede negar esto, cálmense ustedes y no hagan nada sin pensarlo bien.
Hch 19:37  Porque estos hombres que ustedes han traído no han profanado el templo ni han hablado mal de nuestra diosa.
Hch 19:38  Si Demetrio y los que trabajan con él tienen alguna queja contra alguien, ahí están los jueces y los juzgados; que reclamen ante las autoridades y que cada uno defienda su derecho.
Hch 19:39  y si ustedes piden alguna otra cosa, deberá tratarse en una reunión legal.
Hch 19:40  Con lo que hoy ha pasado corremos peligro de que nos acusen de agitadores, pues no hay ninguna razón que podamos dar, si nos preguntan por la causa de este alboroto." Dicho esto, despidió ala gente.
Hch 19:41  (TEXT OMITTED)

 


 

Hch 19:1  En el transcurso de los sucesos, mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo pasó por las partes del interior y bajó a Éfeso, y halló a algunos discípulos;
Hch 19:2  y les dijo: “¿Recibieron espíritu santo cuando se hicieron creyentes?”. Ellos le dijeron: “¡Si nunca hemos oído si hay o no espíritu santo!”.
Hch 19:3  Y él dijo: “Entonces, ¿en qué fueron bautizados?”. Dijeron: “En el bautismo de Juan”.
Hch 19:4  Pablo dijo: “Juan bautizó con el bautismo [en símbolo] de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyeran en el que había de venir después de él, es decir, en Jesús”.
Hch 19:5  Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús.
Hch 19:6  Y cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el espíritu santo, y empezaron a hablar en lenguas y a profetizar.
Hch 19:7  En conjunto, eran unos doce varones.
Hch 19:8  Entrando en la sinagoga, él habló con denuedo por tres meses, pronunciando discursos y usando persuasión respecto al reino de Dios.
Hch 19:9  Pero cuando algunos persistieron en endurecerse y en no creer, y hablaban perjudicialmente acerca del Camino delante de la multitud, se retiró de ellos y separó de ellos a los discípulos, y pronunciaba discursos diariamente en [la sala de conferencias de] la escuela de Tirano.
Hch 19:10  Esto se efectuó por dos años, de modo que todos los que habitaban en el [distrito de] Asia oyeron la palabra del Señor, tanto judíos como griegos.
Hch 19:11  Y Dios siguió ejecutando obras extraordinarias de poder mediante las manos de Pablo,
Hch 19:12  de manera que hasta llevaban paños y delantales de su cuerpo a los dolientes, y las dolencias los dejaban, y los espíritus inicuos salían.
Hch 19:13  Pero ciertos individuos de los judíos ambulantes que practicaban la expulsión de demonios también intentaron nombrar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus inicuos, diciendo: “Les ordeno solemnemente por Jesús a quien Pablo predica”.
Hch 19:14  Ahora bien, había siete hijos de cierto Esceva, sacerdote principal judío, que hacían esto.
Hch 19:15  Pero, en respuesta, el espíritu inicuo les dijo: “Conozco a Jesús, y sé quién es Pablo; pero ustedes, ¿quiénes son?”.
Hch 19:16  Con eso, el hombre en quien estaba el espíritu inicuo se echó sobre ellos de un salto, logró el dominio de uno tras otro, y prevaleció contra ellos, de modo que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.
Hch 19:17  Esto llegó a ser conocido de todos, tanto de los judíos como de los griegos que moraban en Éfeso; y cayó temor sobre todos ellos, y el nombre del Señor Jesús siguió siendo engrandecido.
Hch 19:18  Y muchos de los que se habían hecho creyentes venían y confesaban e informaban acerca de sus prácticas abiertamente.
Hch 19:19  De hecho, buen número de los que habían practicado artes mágicas juntaron sus libros y los quemaron delante de todos. Y calcularon en conjunto los precios de ellos y hallaron que valían cincuenta mil piezas de plata.
Hch 19:20  Así, de una manera poderosa, la palabra de Jehová siguió creciendo y prevaleciendo.
Hch 19:21  Ahora bien, cuando estas cosas se habían completado, Pablo se propuso en su espíritu que, después de pasar por Macedonia y Acaya, haría el viaje a Jerusalén, y dijo: “Después que llegue allá tengo que ver también a Roma”.
Hch 19:22  De modo que despachó a Macedonia a dos de los que le servían, Timoteo y Erasto, pero él mismo se detuvo por algún tiempo en el [distrito de] Asia.
Hch 19:23  En aquel mismo tiempo surgió un disturbio no pequeño acerca del Camino.
Hch 19:24  Porque cierto hombre, de nombre Demetrio, platero, haciendo en plata templetes de Ártemis, proporcionaba a los artífices no poca ganancia;
Hch 19:25  y reunió a estos y a los que trabajaban en cosas semejantes y dijo: “Varones, bien saben ustedes que de este negocio nos viene nuestra prosperidad.
Hch 19:26  También, contemplan y oyen cómo, no solo en Éfeso, sino en casi todo el [distrito de] Asia, este Pablo ha persuadido a una muchedumbre considerable y los ha vuelto a otra opinión, diciendo que no son dioses los que son hechos con las manos.
Hch 19:27  Además, existe el peligro, no solo de que esta ocupación nuestra caiga en descrédito, sino también de que el templo de la gran diosa Ártemis sea tenido en nada, y hasta su magnificencia que todo el [distrito de] Asia y la tierra habitada adora esté a punto de ser reducida a nada”.
Hch 19:28  Al oír esto y llenarse de cólera, los hombres empezaron a gritar, diciendo: “¡Grande es Ártemis de los efesios!”.
Hch 19:29  De modo que la ciudad se llenó de confusión, y de común acuerdo entraron precipitadamente en el teatro, llevando consigo por la fuerza a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de viaje de Pablo.
Hch 19:30  Por su parte, Pablo quería ir adentro a la gente, pero los discípulos no se lo permitían.
Hch 19:31  Hasta algunos de los comisionados de fiestas y juegos, que eran amigables con él, enviaron a donde él y empezaron a suplicarle que no se arriesgara en el teatro.
Hch 19:32  Lo cierto es que unos gritaban una cosa y otros otra; porque la asamblea estaba en confusión, y la mayoría de ellos no sabía por qué razón se habían reunido.
Hch 19:33  Así que, juntos, sacaron a Alejandro de entre la muchedumbre, empujado por los judíos hacia el frente; y Alejandro hizo señas con la mano y quería presentar su defensa ante el pueblo.
Hch 19:34  Pero cuando reconocieron que era judío, se levantó un mismo grito de parte de todos, y ellos vociferaron por unas dos horas: “¡Grande es Ártemis de los efesios!”.
Hch 19:35  Por fin, cuando el registrador de la ciudad hubo aquietado a la muchedumbre, dijo: “Varones de Éfeso, ¿quién verdaderamente hay de la humanidad que no sepa que la ciudad de los efesios es la guardiana del templo de la gran Ártemis y de la imagen que cayó del cielo?
Hch 19:36  Por lo tanto, puesto que estas cosas son indiscutibles, es conveniente que ustedes se mantengan sosegados y que no obren precipitadamente.
Hch 19:37  Porque han traído a estos varones, que ni son saqueadores de templos ni blasfemadores de nuestra diosa.
Hch 19:38  Por lo tanto, si Demetrio y los artífices que están con él sí tienen causa contra alguien, hay días en que los tribunales celebran sesiones, y hay procónsules; presenten cargos unos contra otros.
Hch 19:39  Sin embargo, si ustedes están buscando algo más allá de eso, tendrá que decidirse en una asamblea formal.
Hch 19:40  Porque verdaderamente estamos en peligro de ser acusados de sedición por el asunto de hoy, pues no existe ni una sola causa que nos permita dar razón de esta chusma desordenada”.
Hch 19:41  Y cuando hubo dicho estas cosas, despidió a la asamblea.

 


 

Hch 19:1  Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo cruzó la región montañosa y llegó a la ciudad de Éfeso. Allí encontró a algunos que habían creído en el Mesías,
Hch 19:2  y les preguntó: —¿Recibieron el Espíritu Santo cuando creyeron? Ellos contestaron: —No. Ni siquiera sabemos nada acerca del Espíritu Santo.
Hch 19:3  Pablo les dijo: —¿Por qué se bautizaron ustedes? Ellos contestaron: —Nos bautizamos por lo que Juan el Bautista nos enseñó.
Hch 19:4  Pablo les dijo: —Juan bautizaba a la gente que le pedía perdón a Dios. Pero también le dijo a la gente que tenía que creer en Jesús, quien vendría después de él.
Hch 19:5  Cuando ellos oyeron eso, se bautizaron aceptando a Jesús como su Señor.
Hch 19:6  Pablo puso sus manos sobre la cabeza de esos doce hombres y, en ese momento, el Espíritu Santo vino sobre ellos. Entonces comenzaron a hablar en idiomas extraños y dieron mensajes de parte de Dios.
Hch 19:8  Durante tres meses, Pablo estuvo yendo a la sinagoga todos los sábados. Sin ningún temor hablaba a la gente acerca del reino de Dios, y trataba de convencerla para que creyera en Jesús.
Hch 19:9  Pero algunos judíos se pusieron tercos y no quisieron creer. Al contrario, comenzaron a decirle a la gente cosas terribles acerca de los seguidores de Jesús. Al ver esto, Pablo dejó de reunirse con ellos y, acompañado de los nuevos seguidores, comenzó a reunirse todos los días en la escuela de un hombre llamado Tirano.
Hch 19:10  Durante dos años, Pablo fue a ese lugar para hablar de Jesús. Fue así como muchos de los que vivían en toda la provincia de Asia escucharon el mensaje del Señor Jesús. Algunos de ellos eran judíos, y otros no lo eran.
Hch 19:11  En la ciudad de Éfeso, Dios hizo grandes milagros por medio de Pablo.
Hch 19:12  La gente llevaba los pañuelos o la ropa que Pablo había tocado, y los ponía sobre los enfermos, y ellos se sanaban. También ponía pañuelos sobre los que tenían espíritus malos, y los espíritus salían de esas personas.
Hch 19:13  Allí, en Éfeso, andaban algunos judíos que usaban el nombre del Señor Jesús para expulsar de la gente los malos espíritus. Decían a los espíritus: «Por el poder de Jesús, de quien Pablo habla, les ordeno que salgan.»
Hch 19:14  Esto lo hacían los siete hijos de un sacerdote judío llamado Esceva.
Hch 19:15  Pero una vez, un espíritu malo les contestó: «Conozco a Jesús, y también conozco a Pablo, pero ustedes ¿quiénes son?»
Hch 19:16  Enseguida, el hombre que tenía el espíritu malo saltó sobre ellos y comenzó a golpearlos. De tal manera los maltrató, que tuvieron que huir del lugar completamente desnudos y lastimados.
Hch 19:17  Los que vivían en Éfeso, judíos y no judíos, se dieron cuenta de lo sucedido y tuvieron mucho miedo. Y por todos lados se respetaba el nombre del Señor Jesús.
Hch 19:18  Muchos de los que habían creído en Jesús le contaban a la gente todo lo malo que antes habían hecho.
Hch 19:19  Otros, que habían sido brujos, traían sus libros de brujería y los quemaban delante de la gente. Y el valor de los libros quemados era como de cincuenta mil monedas de plata.
Hch 19:20  El mensaje del Señor Jesús se anunciaba en más y más lugares, y cada vez más personas creían en él, porque veían el gran poder que tenía.
Hch 19:21  Después de todo eso, Pablo decidió ir a la ciudad de Jerusalén, pasando por las regiones de Macedonia y Acaya. Luego pensó ir de Jerusalén a la ciudad de Roma,
Hch 19:22  así que envió a Timoteo y Erasto, que eran dos de sus ayudantes, a la región de Macedonia, mientras él se quedaba unos días más en Asia.
Hch 19:23  Por aquel tiempo, los seguidores de Jesús tuvieron un gran problema,
Hch 19:24  provocado por un hombre llamado Demetrio. Este hombre se dedicaba a fabricar figuras de plata, y él y sus ayudantes ganaban mucho dinero haciendo la figura del templo de la diosa Artemisa.
Hch 19:25  Demetrio se reunió con sus ayudantes, y también con otros hombres que se dedicaban a hacer cosas parecidas, y les dijo: «Amigos, ustedes saben cuánto necesitamos de este trabajo para vivir bien.
Hch 19:26  Pero, según hemos visto y oído, este hombre llamado Pablo ha estado alborotando a la gente de Éfeso y de toda la provincia de Asia. Según él, los dioses que nosotros hacemos no son dioses de verdad, y mucha gente le ha creído.
Hch 19:27  Pablo no sólo está dañando nuestro negocio, sino que también le está quitando fama al templo de la gran diosa Artemisa. Hasta el momento, ella es amada y respetada en toda la provincia de Asia y en el mundo entero, pero muy pronto nadie va a querer saber nada de ella.»
Hch 19:28  Cuando aquellos hombres oyeron eso, se enojaron mucho y gritaron: «¡Viva Artemisa, la diosa de los efesios!»
Hch 19:29  Entonces toda la gente de la ciudad se alborotó, y algunos fueron y apresaron a Gayo y a Aristarco, los dos compañeros de Pablo que habían venido de Macedonia, y los arrastraron hasta el teatro.
Hch 19:30  Pablo quiso entrar para hablar con la gente, pero los seguidores de Jesús no se lo aconsejaron.
Hch 19:31  Además, algunos amigos de Pablo, autoridades del lugar, le mandaron a decir que no debía entrar.
Hch 19:32  Mientras tanto, en el teatro todo era confusión. La gente se puso a gritar, aunque algunos ni siquiera sabían para qué estaban allí.
Hch 19:33  Varios de los líderes judíos empujaron a un hombre, llamado Alejandro, para que pasara al frente y viera lo que pasaba. Alejandro levantó la mano y pidió silencio para defender a los judíos.
Hch 19:34  Pero, cuando se dieron cuenta de que Alejandro también era judío, todos se pusieron a gritar durante casi dos horas: «¡Viva Artemisa, la diosa de los efesios!»
Hch 19:35  Finalmente, el secretario de la ciudad los hizo callar, y les dijo: «Habitantes de Éfeso, nosotros somos los encargados de cuidar el templo de la gran diosa Artemisa y su estatua, la cual bajó del cielo.
Hch 19:36  Esto lo sabemos todos muy bien, así que no hay razón para este alboroto. Cálmense y piensen bien las cosas.
Hch 19:37  Estos hombres que ustedes han traído no han hecho nada en contra del templo de la diosa Artemisa, ni han hablado mal de ella.
Hch 19:38  Si Demetrio y sus ayudantes tienen alguna queja en contra de ellos, que vayan ante los tribunales y hablen con los jueces. Allí cada uno podrá defenderse.
Hch 19:39  Y si aún tuvieran alguna otra cosa de qué hablar, deberán tratar el asunto cuando las autoridades de la ciudad se reúnan.
Hch 19:40  No tenemos ningún motivo para causar todo este alboroto; más bien, se nos podría acusar ante los jueces de alborotar a la gente.» Cuando el secretario terminó de hablar, les pidió a todos que se marcharan.

 


 

Hch 19:1  Mientras Apolos estaba en Corinto, Shaúl completaba sus viajes por las regiones del interior y luego vino a Efeso,[128] donde se encontró con algunos talmidim.
Hch 19:2  Y les preguntó: "¿Recibieron ustedes al Ruaj HaKodesh cuando llegaron a confiar?" "No," le dijeron ellos, "nosotros ni sabíamos que había tal cosa como el Ruaj HaKodesh."
Hch 19:3  "En ese caso," él dijo: "¿en quién fueron inmersos?" Ellos respondieron: "En la inmersión de Yojanán."
Hch 19:4  Shaúl dijo: "Yojanán practicó una inmersión relacionada con volverse de los pecados a YAHWEH, pero le dijo al pueblo que pusieran su confianza en el que vendría después de él, éste es Yahshúa."
Hch 19:5  Al oír esto, fueron sumergidos dentro Del Nombre de Yahshúa;
Hch 19:6  y cuando Shaúl les impuso las manos, el Ruaj HaKodesh vino sobre ellos; así, empezaron a hablar en lenguas y a profetizar.
Hch 19:7  Eran en total unos doce hombres.
Hch 19:8  Shaúl fue a la sinagoga; y por tres meses habló con audacia, teniendo diálogos y tratando de persuadir a la gente acerca del Reino de YAHWEH.
Hch 19:9  Pero algunos empezaron a endurecerse a sí mismos y a rehusar oírle, y ellos comenzaron a difamar "al Camino" ante toda la sinagoga, Shaúl se retrajo, se llevó a los talmidim con él y comenzó a tener diálogos diarios en la yeshivah de Tirano.
Hch 19:10  Esto continuó por dos años; de manera que todos los que vivían en la provincia de Asia tanto Judíos como Griegos oyeron la Palabra de YAHWEH.[129]
Hch 19:11  YAHWEH hizo milagros extraordinarios por medio de Shaúl.
Hch 19:12  Por ejemplo, pañuelos y delantales que habían sido tocados por él, eran traídos a la gente enferma, se recuperaban de lo que los aquejaba, y los ruajim malignos los dejaban.
Hch 19:13  Entonces algunos de los exorcistas Judíos, que viajaban de lugar en lugar trataron de hacer uso del Nombre del Adón Yahshúa en relación con gente que tenía ruajim malignos.[130] Ellos solían decir: "¡Yo te exorcizo por el Yahshúa que Shaúl está proclamando!"
Hch 19:14  Una vez, siete hijos de un kohen gadol Judío llamado Skeva, hacían esto;
Hch 19:15  y el ruaj maligno les respondió: "A Yahshúa conozco, y a Shaúl conozco. Pero ustedes, ¿quienes son?"
Hch 19:16  Entonces el hombre con el ruaj maligno cayó sobre ellos y, dominándolos, les dio tal golpiza que ellos corrieron de la casa desnudos y sangrando.
Hch 19:17  Cuando todo esto fue conocido por los residentes de Efeso, cayó temor sobre todos ellos, Judíos y Griegos; y El Nombre del Adón Yahshúa llegó a ser de alta estima.[131]
Hch 19:18  Muchos de los que antes habían hecho profesiones de fe, ahora admitieron públicamente sus obras malignas,
Hch 19:19  y un número considerable de aquellos que habían sido atraídos por prácticas ocultas,[132] tiraron sus rollos en una pila y los quemaron delante de todos. Cuando calcularon el valor de los rollos era de cincuenta mil drachmas.
Hch 19:20  De manera que el mensaje acerca del Adón continuaba en una forma poderosa creciendo en influencia.
Hch 19:21  Algún tiempo después, Shaúl decidió por el Ruaj pasar por Macedonia y Acaya, y después ir a Yerushalayim. "Después que esté allí," dijo, "tengo que visitar Roma."
Hch 19:22  Así que despachó dos de sus ayudantes, Timoteo y Erasto a Macedonia; pero él mismo se quedó en la provincia de Asia por un tiempo.
Hch 19:23  Fue en este tiempo que un furor mayor se levantó relacionado con "el Camino."
Hch 19:24  Había un platero llamado Demetrio que fabricaba objetos de plata relacionados con la adoración a la diosa Artemisa,[133] y le proveía no poca cantidad de trabajo para los artesanos.
Hch 19:25  El convocó a una reunión con ellos y con los que tenían actividades similares, y dijo: "Señores, ustedes entienden que esta línea de oficio nos provee con nuestro sustento;
Hch 19:26  y pueden ver y oír por ustedes mismos que no sólo aquí en Efeso, pero prácticamente en toda la provincia de Asia, este Shaúl ha convencido y alejado a una considerable cantidad de gente diciendo que dioses hechos por manos de hombres no son en lo más mínimo dioses.
Hch 19:27  Ahora, el peligro no es tan sólo que la reputación de nuestro oficio sufra, sino que el templo de nuestra gran diosa Artemisa será tomado a la ligera. Podría terminar ella misma con su deidad, la cual es adorada a través de todo el mundo, ¡siendo ignominiosamente despojada de su majestad divina!"[134]
Hch 19:28  Al oír esto se llenaron de ira y comenzaron a vociferar: "¡Grande es Artemisa de Efeso!"
Hch 19:29  Pronto toda la ciudad estaba agitada. Como si fuera un solo hombre, la turba irrumpió en el teatro, arrastrando a Gayo y a Aristarco, los acompañantes Macedonios de Shaúl.
Hch 19:30  Shaúl mismo quería aparecer delante de la turba, pero los talmidim no se lo permitieron.
Hch 19:31  Y aun unos oficiales de la provincia amigos de él le enviaron un mensaje, rogándole que no entrara en el teatro.
Hch 19:32  Mientras algunos gritaban una cosa y los otros otra, porque la asamblea estaba en completa confusión, y la gran mayoría ni siquiera sabía por qué estaba allí.
Hch 19:33  Algunos en la turba explicaron la situación a Alejandro, a quien los Judíos habían empujado al frente. Así que Alejandro hizo moción para silencio, esperando hacer una oratoria defensiva ante el pueblo.
Hch 19:34  Pero tan pronto como reconocieron que él era un judío, comenzaron a vociferar al unísono: "¡Grande es Artemisa!" Y siguieron así por espacio de dos horas.
Hch 19:35  Al fin el secretario de la ciudad pudo apacentar a la gente, diciendo: "¡Hombres de Efeso! ¿Hay alguien que no sepa que la ciudad de Efeso es la guardiana del templo de la gran Artemisa y de la piedra sagrada que cayó del cielo?
Hch 19:36  Puesto que esto está fuera de discusión, mejor se calman y no hagan nada drástico.
Hch 19:37  Porque ustedes han traído a estos hombres aquí, ellos no han robado al templo, ni han insultado a su diosa.
Hch 19:38  Por lo tanto, si Demetrio y sus compañeros tienen alguna queja contra alguien, los tribunales están abiertos y los jueces están allí; que hagan denuncias y contra denuncias.
Hch 19:39  Pero si hay algo más que quieren, tendrá que ser solucionado en una asamblea legal.
Hch 19:40  Porque estamos en peligro de ser acusados de amotinarnos por causa de lo que hoy ha sucedido. No hay justificación para esto; y si nos preguntan, no podremos dar una explicación razonable por esta reunión tan desordenada."
Hch 19:41  Y con estas palabras despidió la asamblea.

 


 

Hch 19:1  "Mientras Apolos estaba en la ciudad de Corinto, Pablo visitó algunos lugares camino a la ciudad de Éfeso. Allí Pablo encontró a algunos seguidores"
Hch 19:2  "y les preguntó: -Cuando ustedes creyeron, ¿recibieron el Espíritu Santo? Los seguidores le dijeron: - Nosotros ni siquiera hemos escuchado que hay un Espíritu Santo."
Hch 19:3  Pablo les preguntó: -¿Qué clase de bautismo tuvieron ustedes? Ellos le dijeron: -El bautismo que Juan enseñó.
Hch 19:4  "Pablo dijo: -Juan le dijo a la gente que se bautizara para demostrar que ellos querían cambiar su vida. Les dijo que creyeran en Jesús, el que vendría después de él."
Hch 19:5  Cuando escucharon eso fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
Hch 19:6  Pablo les impuso las manos y el Espíritu Santo llegó a ellos. Empezaron a hablar en otros idiomas y a decir profecías.
Hch 19:7  Eran como doce hombres en total.
Hch 19:8  Durante tres meses Pablo fue a la sinagoga y habló con valentía. Convenció a los judíos de que aceptaran lo que él estaba diciendo acerca del reino de Dios.
Hch 19:9  "Sin embargo, algunos de ellos fueron tercos y no quisieron creer y le hablaron mal del Camino de Jesús a toda la gente. Entonces Pablo los dejó y se fue con los creyentes a una escuela de un hombre llamado Tirano. Allí Pablo hablaba todos los días con la gente."
Hch 19:10  "Así continuó durante dos años, de manera que todos los de la región de Asia, judíos o no, escucharon la enseñanza del Señor."
Hch 19:11  Dios hacía grandes milagros por medio de Pablo.
Hch 19:12  "Algunos se llevaban paños y ropa que Pablo había usado para ponerlos sobre los enfermos y al hacerlo, ellos sanaban y los espíritus malignos los dejaban en paz."
Hch 19:13  "Pero unos judíos también andaban por los alrededores expulsando espíritus malignos de la gente. Ellos eran los siete hijos de Esceva, un sumo sacerdote, y trataban de expulsar espíritus malignos de la gente en el nombre del Señor Jesús. Les decían a los espíritus: ""Por el mismo Jesús del cual Pablo habla, les ordenamos que salgan de ahí""."
Hch 19:14  "Pero unos judíos también andaban por los alrededores expulsando espíritus malignos de la gente. Ellos eran los siete hijos de Esceva, un sumo sacerdote, y trataban de expulsar espíritus malignos de la gente en el nombre del Señor Jesús. Les decían a los espíritus: ""Por el mismo Jesús del cual Pablo habla, les ordenamos que salgan de ahí""."
Hch 19:15  "Pero una vez un espíritu maligno les dijo a estos judíos: ""Yo conozco a Jesús y sé quién es Pablo, pero ¿quiénes son ustedes?"""
Hch 19:16  "Luego, el hombre que tenía el espíritu maligno les cayó encima y los atacó con tanta violencia que salieron corriendo de la casa, desnudos y heridos."
Hch 19:17  Esto se supo entre todos los judíos y griegos que vivían en Éfeso. A todos les dio miedo y empezaron a honrar el nombre del Señor Jesús.
Hch 19:18  Muchos de los creyentes confesaban abiertamente las maldades que habían hecho.
Hch 19:19  Algunos de los nuevos creyentes que habían practicado la brujería trajeron sus libros y los quemaron delante de todos. Esos libros tenían un valor de cincuenta mil monedas de plata.
Hch 19:20  El mensaje del Señor tenía cada vez más influencia y más gente creía.
Hch 19:21  "Después de esto, Pablo decidió ir a Jerusalén. Planeó pasar por las regiones de Macedonia y Acaya y luego llegar a Jerusalén. También pensaba ir a Roma después de ir a Jerusalén."
Hch 19:22  "Pablo envió a Timoteo y a Erasto, dos de sus ayudantes, a la región de Macedonia y él se quedó en Asia por un tiempo."
Hch 19:23  Pero en ese tiempo hubo un gran disturbio por causa del Camino de Jesús.
Hch 19:24  Había un hombre llamado Demetrio que trabajaba la plata. Él hacía pequeños modelos en plata del templo de la diosa Artemisa y daba buenas ganancias a los artesanos que trabajaban con él.
Hch 19:25  "Demetrio organizó una reunión con ellos y otros más que trabajaban en el mismo oficio. Les dijo: ""Ustedes saben que nosotros ganamos mucho dinero con nuestro trabajo,"
Hch 19:26  "pero como pueden ver y oír, ese tal Pablo ha hecho cambiar la manera de pensar de muchos en Éfeso y en toda la región de Asia. Pablo dice que los dioses que el hombre hace no son verdaderos."
Hch 19:27  "Eso no sólo puede quitarle importancia a nuestro trabajo, sino también hacer que se acabe la fama del templo de la gran diosa Artemisa. Se corre peligro de que se destruya la grandeza de la diosa que se adora en toda Asia y en el mundo entero""."
Hch 19:28  "Cuando los hombres escucharon esto, se pusieron furiosos y gritaban: ""¡Viva Artemisa, diosa de los efesios!"""
Hch 19:29  "Toda la gente de la ciudad se enojó. Agarraron a Gayo y a Aristarco, dos hombres de Macedonia que iban con Pablo y todos fueron corriendo al teatro."
Hch 19:30  "Pablo quería entrar para hablar con la gente, pero los seguidores no lo dejaron."
Hch 19:31  También algunos de los líderes de la región que eran amigos de Pablo le mandaron el mensaje de que no entrara al teatro.
Hch 19:32  Algunos gritaban una cosa y otros otra. Había mucha confusión y la mayoría de la gente no sabía a qué había ido allí.
Hch 19:33  "Los judíos obligaron a Alejandro a colocarse en frente de la gente, entonces él con una señal de su mano pidió silencio porque quería explicarle todo a la gente,"
Hch 19:34  "pero cuando supieron que era judío, todos empezaron a gritar lo mismo por dos horas más, diciendo: ""¡Viva Artemisa, diosa de los efesios!"""
Hch 19:35  "Cuando el secretario del concejo municipal pudo calmar a la gente, dijo: ""Hombres de Éfeso, todos saben que Éfeso es la ciudad que custodia el gran templo de la diosa Artemisa. Todos saben también que nosotros custodiamos su piedra santa."
Hch 19:36  "Nadie puede decir que eso no es verdad, así que deberían callarse y pensar bien antes de hacer cualquier cosa."
Hch 19:37  """Ustedes trajeron a estos hombres, pero ellos no han dicho nada en contra de nuestra diosa ni se han robado nada de su templo."
Hch 19:38  "Nosotros tenemos tribunales y jueces, así que si Demetrio y los que trabajan con él tienen alguna acusación en contra de alguien, entonces deben ir a demandarlo al tribunal."
Hch 19:39  """Si tienen algún otro asunto qué discutir, entonces vengan a las reuniones normales de los ciudadanos, donde se podrá tomar una decisión."
Hch 19:40  "Con lo que ha pasado hoy, corremos el peligro de ser acusados de estar fomentando revueltas, ya que no tenemos ninguna explicación para justificar este alboroto""."
Hch 19:41  "Después de decir esto, hizo terminar la reunión y todos se dispersaron."

 


 
 
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