Biblia Adventista - Biblia de Estudio
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  BibliadeEstudioAdventistaHechos de los A: 06.BibliadeEstudioAdventista

La version Reina Valera 1990 con comentarios de elena White,referencias biblicas y otros complementos (Por editar)se encuentra en las subpaginas de Hechos de los Apostoles.


 

Hch 6:1  Y en estos días, multiplicándose los discípulos, hubo murmullo de los helenistas(a)  contra los hebreos, de mirarse de reojo en el ministerio cotidiano las viudas de ellos.
Hch 6:2  Y, llamando a sí los doce a la muchedumbre de los discípulos, dijeron: «No grato es que nosotros, abandonando la palabra de Dios, sirvamos a mesas.
Hch 6:3  Considerad ya, hermanos, hombres de vosotros, testimoniados, siete, llenos de Espíritu santo y sabiduría; que constituyamos sobre esta necesidad;
Hch 6:4  y nosotros en la oración y el ministerio de la palabra perseveraremos».
Hch 6:5  Y plugo la palabra a faz de toda la muchedumbre; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y Espíritu Santo; y a Felipe, y Prócoro, y Nicanor, y Timón, y Parmenás, y Nicolás, prosélito antioqueno;
Hch 6:6  que pusieron a faz de los apóstoles: y, orando, impusiéronles las manos.
Hch 6:7  Y la palabra de Dios crecía; y multiplicábase el número de los discípulos en Jerusalén sobremanera; mucha turba también de los sacerdotes obedecían a la fe.
Hch 6:8  Y Esteban, lleno de gracia y fuerza, hacía prodigios y señales grandes en el pueblo.
Hch 6:9  Y levantáronse de los de la sinagoga, la dicha de libertinos(b) , y cirenenses, y alejandrinos, y los de Cilicia y Asia, disputando con Esteban;
Hch 6:10  y no podían oponerse a la sabiduría y al Espíritu que hablaba.
Hch 6:11  Entonces sobornaron a varones, diciendo: que «oídole hemos hablar palabras blasfemas contra Moisés y Dios»;
Hch 6:12  y conmovieron al pueblo, y a los ancianos y los escribas: y, sobreviniendo, arrastráronle consigo y llevaron al sanedrín;
Hch 6:13  y pusieron testigos falsos, diciendo: «El hombre éste no cesa de hablar palabras contra el lugar el sagrado, y la ley;
Hch 6:14  que le hemos oído decir: que «Jesús el Nazareno, éste deshará este lugar y mudará las costumbres que nos entregó Moisés».
Hch 6:15  Y, fijándose en él todos los sentados en el sanedrín, vieron la faz de él, cual si faz de ángel.

 


 

Hch 6:1  Por aquellos días, habiendo crecido el número de los discípulos, se produjo una murmuración de los helenistas contra los hebreos, porque las viudas de aquéllos eran mal atendidas en el servicio cotidiano.
Hch 6:2  Los doce, convocando a la muchedumbre de los discípulos, dijeron: No es razonable que nosotros abandonemos el ministerio de la palabra de Dios para servir a las mesas.
Hch 6:3  Elegid, hermanos, de entre vosotros a siete varones, estimados de todos, llenos de espíritu y de sabiduría, a los que constituyamos sobre este ministerio,
Hch 6:4  pues nosotros debemos atender a la oración y al ministerio de la palabra.
Hch 6:5  Fue bien recibida la propuesta por toda la muchedumbre, y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Pármenas y a Nicolas, prosélito antioqueno;"
Hch 6:6  los cuales fueron presentados a los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.
Hch 6:7  La palabra de Dios fructificaba, y se multiplicaba grandemente el número de los discípulos en Jerusalén, y numerosa muchedumbre de sacerdotes se sometía a la fe.
Hch 6:8  Estean, lleno de gracia y de virtud, hacía prodigios y señales grandes en el pueblo.
Hch 6:9  Se levantaron algunos de la sinagoga fundada de los libertos, cirenenses y alejandrinos y disputar con Esteban,
Hch 6:10  sin poder resistir a la espíritu con que hablaba”
Hch 6:11  Entonces sobornaron a los que dijesen: Nosotros hemos oído a éste proferio blasfemas contra Moisés y contra Dios.
Hch 6:12  Y conmociono el pueblo a los ancianos y escribas, y llegando le arrestaron y le llevaron ante el sanedrín.
Hch 6:13  Presentaron testigo. Se decían: Este hombre no cesa de proferir palabras contra el lugar santo y contra la Ley;"
Hch 6:14  y nosotros le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar y mudará las costumbres que nos dio Moisés.
Hch 6:15  Fijando los ojos en él todos los que estaban sentados en el sanedrín, vieron su rostro como el rostro de un ángel.

 


 

Hch 6:1  Cada vez había más y más seguidores de Jesús, y comenzó a haber problemas entre los seguidores judíos que hablaban griego y los que hablaban arameo. Y es que los que hablaban griego decían que las viudas de su grupo no recibían suficiente ayuda para sus necesidades de cada día.
Hch 6:2  Entonces los apóstoles llamaron a todos a una reunión, y allí dijeron: —Nuestro deber principal es anunciar el mensaje de Dios, así que no está bien que nos dediquemos a repartir el dinero y la comida.
Hch 6:3  Elijan con cuidado a siete hombres, para que se encarguen de ese trabajo. Tienen que ser personas en las que todos ustedes confíen, que hagan lo bueno y sean muy sabios, y que tengan el poder del Espíritu Santo.
Hch 6:4  Nosotros nos dedicaremos entonces a servir a Dios por medio de la oración, y a anunciar el mensaje de salvación.
Hch 6:5  A todo el grupo le pareció buena la idea, y eligieron a Esteban, un hombre que confiaba mucho en Dios y que tenía el poder del Espíritu Santo. También eligieron a otros seis: Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás. Este Nicolás era de la región de Antioquía, y antes se había convertido a la religión judía.
Hch 6:6  Luego los llevaron ante los apóstoles, y estos pusieron sus manos sobre la cabeza de cada uno y oraron.
Hch 6:7  Los apóstoles siguieron anunciando el mensaje de Dios. Por eso, más y más personas se convirtieron en seguidores de Jesús, y muchos sacerdotes judíos también creyeron en él.
Hch 6:8  Dios le dio a un joven llamado Esteban un poder especial para hacer milagros y señales maravillosas entre la gente.
Hch 6:9  Sin embargo, algunos judíos del pueblo de Cirene se pusieron a discutir con él, junto con otros judíos de la ciudad de Alejandría, que pertenecían a la Sinagoga de los Hombres Libres. También discutieron con Esteban otros que venían de la región de Cilicia y de la provincia de Asia,
Hch 6:10  pero ninguno de ellos pudo vencerlo, porque él hablaba con la sabiduría que le daba el Espíritu Santo.
Hch 6:11  Entonces aquellos judíos les dieron dinero a otros para que mintieran. Tenían que decir: «Esteban ha insultado a Dios y a nuestro antepasado Moisés. Nosotros mismos lo hemos oído.»
Hch 6:12  Fue así como alborotaron al pueblo, a los líderes del país y a los maestros de la Ley. Luego apresaron a Esteban. Lo llevaron ante la Junta Suprema,
Hch 6:13  y llamaron a algunos hombres para que dijeran más mentiras. Uno de ellos dijo: «Este hombre anda diciendo cosas terribles contra el santo templo y contra la Ley de Moisés.
Hch 6:14  Lo hemos oído decir que Jesús de Nazaret destruirá el templo, y que cambiará las costumbres que Moisés nos enseñó.»
Hch 6:15  Cuando todos los de la Junta Suprema se fijaron en Esteban, vieron que su cara parecía la de un ángel.

 


 

Hch 6:1  Por aquellos días, creciendo el número de los discípulos, se suscitó una queja de los judíos griegos contra los judíos hebreos, o nacidos en el país, porque no se hacía caso de sus viudas en el servicio o distribución del sustento diario.
Hch 6:2  En atención a esto, los doce apóstoles, convocando a todos los discípulos, les dijeron: No es justo que nosotros descuidemos la predicación de la palabra de Dios, por tener cuidado de las mesas:
Hch 6:3  por tanto, hermanos, nombrad de entre vosotros siete sujetos de buena fama, llenos del Espíritu Santo y de inteligencia, a los cuales encarguemos este ministerio.
Hch 6:4  Y con esto podremos nosotros emplearnos enteramente en la oración y en la predicación de la palabra divina.
Hch 6:5  Pareció bien esta propuesta a toda la asamblea; y así nombraron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe y a Prócoro, a Nicanor y a Timón, a Pármenas y a Nicolás prosélito antioqueno.
Hch 6:6  Lo presentaron a los apóstoles, los cuales, haciendo oración, les impusieron las manos, o consagraron.
Hch 6:7  Entretanto la palabra de Dios iba fructificando, y multiplicándose sobremanera el número de los discípulos en Jerusalén ; y se sujetaban también a la fe muchos de los sacerdotes.
Hch 6:8  Mas Esteban, lleno de gracia y de fortaleza, obraba grandes prodigios y milagros entre el pueblo.
Hch 6:9  Se levantaron, pues, algunos de la sinagoga llamada de los libertinos, o libertos, y de las sinagogas de los cireneos, de los alejandrinos, de los cilicianos y de los asiáticos, y trabaron disputas con Esteban,
Hch 6:10  pero no podían contrarrestar a la sabiduría y al Espíritu que hablaba en él.
Hch 6:11  Entonces sobornaron a algunos que dijesen haberlo oído proferir blasfemias contra Moisés y contra Dios.
Hch 6:12  Con eso alborotaron a la plebe y a los ancianos, y a los escribas, y echándose sobre él, le arrebataron y trajeron al concilio,
Hch 6:13  y produjeron testigos falsos que afirmasen: Este hombre no cesa de proferir palabras contra este lugar santo y contra la ley;
Hch 6:14  pues nosotros le hemos oído decir que aquel Jesús Nazareno ha de destruir este lugar y cambiar las tradiciones u observancias que nos dejó ordenadas Moisés.
Hch 6:15  Entonces fijando en él los ojos todos los del concilio, vieron su rostro como el rostro de un ángel.

 


 

Hch 6:1 

Elección de siete diáconos
  En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria.
Hch 6:2  Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas.
Hch 6:3  Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.
Hch 6:4  Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.
Hch 6:5  Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía;
Hch 6:6  a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.
Hch 6:7  Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.

Arresto de Esteban
 
Hch 6:8  Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo.
Hch 6:9  Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban.
Hch 6:10  Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba.
Hch 6:11  Entonces sobornaron a unos para que dijesen que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios.
Hch 6:12  Y soliviantaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y le trajeron al concilio.
Hch 6:13  Y pusieron testigos falsos que decían: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley;
Hch 6:14  pues le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las costumbres que nos dio Moisés.
Hch 6:15  Entonces todos los que estaban sentados en el concilio, al fijar los ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel.

 


 

Hch 6:1  En aquellos días, creciendo el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que sus viudas eran menospreciadas en el ministerio cotidiano.
Hch 6:2  Así que, los doce convocaron la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, y sirvamos a las mesas.
Hch 6:3  Buscad pues, hermanos, siete varones de vosotros de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, los cuales pongamos en esta obra.
Hch 6:4  Y nosotros persistiremos en la oración, y en el ministerio de la palabra.
Hch 6:5  Y agradó el parecer a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás, prosélito de Antioquía;
Hch 6:6  a éstos presentaron delante de los apóstoles, los cuales orando les pusieron las manos encima.
Hch 6:7  Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba mucho en Jerusalén; también mucha compañía de los sacerdotes obedecía a la fe.
Hch 6:8  Pero Esteban, lleno de fe y de potencia, hacía prodigios y milagros grandes en el pueblo.
Hch 6:9  Se levantaron entonces unos de la sinagoga que se llama de los libertinos, y cireneos, y alejandrinos, y de los de Cilicia, y de Asia, disputando con Esteban.
Hch 6:10  Mas no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu que hablaba.
Hch 6:11  Entonces sobornaron a unos que dijesen que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y Dios.
Hch 6:12  Y conmovieron al pueblo, y a los ancianos, y a los escribas; y arremetiendo le arrebataron, y le trajeron al concilio.
Hch 6:13  Y pusieron testigos falsos, que dijesen: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y la ley;
Hch 6:14  porque le hemos oído decir, que Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las tradiciones que nos dio Moisés.
Hch 6:15  Entonces todos los que estaban sentados en el concilio, puestos los ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel. 

 


 

Hch 6:1  And in those days, when the number of the disciples was multiplied, there arose a murmuring of the Grecians against the Hebrews, because their widows were neglected in the daily ministration.
Hch 6:2  Then the twelve called the multitude of the disciples unto them, and said, It is not reason that we should leave the word of God, and serve tables.
Hch 6:3  Wherefore, brethren, look ye out among you seven men of honest report, full of the Holy Ghost and wisdom, whom we may appoint over this business.
Hch 6:4  But we will give ourselves continually to prayer, and to the ministry of the word.
Hch 6:5  And the saying pleased the whole multitude: and they chose Stephen, a man full of faith and of the Holy Ghost, and Philip, and Prochorus, and Nicanor, and Timon, and Parmenas, and Nicolas a proselyte of Antioch:
Hch 6:6  Whom they set before the apostles: and when they had prayed, they laid their hands on them.
Hch 6:7  And the word of God increased; and the number of the disciples multiplied in Jerusalem greatly; and a great company of the priests were obedient to the faith.
Hch 6:8  And Stephen, full of faith and power, did great wonders and miracles among the people.
Hch 6:9  Then there arose certain of the synagogue, which is called the synagogue of the Libertines, and Cyrenians, and Alexandrians, and of them of Cilicia and of Asia, disputing with Stephen.
Hch 6:10  And they were not able to resist the wisdom and the spirit by which he spake.
Hch 6:11  Then they suborned men, which said, We have heard him speak blasphemous words against Moses, and against God.
Hch 6:12  And they stirred up the people, and the elders, and the scribes, and came upon him, and caught him, and brought him to the council,
Hch 6:13  And set up false witnesses, which said, This man ceaseth not to speak blasphemous words against this holy place, and the law:
Hch 6:14  For we have heard him say, that this Jesus of Nazareth shall destroy this place, and shall change the customs which Moses delivered us.
Hch 6:15  And all that sat in the council, looking stedfastly on him, saw his face as it had been the face of an angel.

 


 

Hch 6:1  Por aquellos días, al multiplicarse los discípulos, hubo quejas de los helenistas contra los hebreos, porque sus viudas eran desatendidas en la asistencia cotidiana.
Hch 6:2  Los Doce convocaron la asamblea de los discípulos y dijeron: «No parece bien que nosotros abandonemos la Palabra de Dios por servir a las mesas.
Hch 6:3  Por tanto, hermanos, buscad de entre vosotros a siete hombres, de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría, y los pondremos al frente de este cargo;
Hch 6:4  mientras que nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra.»
Hch 6:5  Pareció bien la propuesta a toda la asamblea y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía;
Hch 6:6  los presentaron a los apóstoles y, habiendo hecho oración, les impusieron las manos.
Hch 6:7  La Palabra de Dios iba creciendo; en Jerusalén se multiplicó considerablemente el número de los discípulos, y multitud de sacerdotes iban aceptando la fe.
Hch 6:8  Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba entre el pueblo grandes prodigios y señales.
Hch 6:9  Se levantaron unos de la sinagoga llamada de los Libertos, cirenenses y alejandrinos, y otros de Cilicia y Asia, y se pusieron a disputar con Esteban;
Hch 6:10  pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba.
Hch 6:11  Entonces sobornaron a unos hombres para que dijeran: «Nosotros hemos oído a éste pronunciar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios.»
Hch 6:12  De esta forma amotinaron al pueblo, a los ancianos y escribas; vinieron de improviso, le prendieron y le condujeron al Sanedrín.
Hch 6:13  Presentaron entonces testigos falsos que declararon: «Este hombre no para de hablar en contra del Lugar Santo y de la Ley;
Hch 6:14  pues le hemos oído decir que Jesús, ese Nazoreo, destruiría este Lugar y cambiaría las costumbres que Moisés nos ha transmitido.»
Hch 6:15  Fijando en él la mirada todos los que estaban sentados en el Sanedrín, vieron su rostro como el rostro de un ángel.

 


 

Hch 6:1  En aquel tiempo, como el número de los creyentes iba aumentando, los de habla griega comenzaron a quejarse de los de habla hebrea, diciendo que las viudas griegas no eran bien atendidas en la distribución diaria de ayuda.
Hch 6:2  Los doce apóstoles reunieron a todos los creyentes, y les dijeron:
 –No está bien que nosotros dejemos de anunciar el mensaje de Dios para dedicarnos a la administración.
Hch 6:3  Así que, hermanos, busquen entre ustedes siete hombres de confianza, entendidos y llenos del Espíritu Santo, para que les encarguemos estos trabajos.
Hch 6:4  Nosotros seguiremos orando y proclamando el mensaje de Dios.
Hch 6:5  Todos estuvieron de acuerdo, y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, [1] a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Pármenas y a Nicolás, uno de Antioquía[2] que antes se había convertido al judaísmo.
Hch 6:6  Luego los llevaron a donde estaban los apóstoles, los cuales oraron y les impusieron las manos. [3]
Hch 6:7  El mensaje de Dios iba extendiéndose, y el número de los creyentes aumentaba mucho en Jerusalén. Incluso muchos sacerdotes judíos aceptaban la fe.
Hch 6:8  Esteban, lleno del poder y la bendición de Dios, hacía milagros y señales entre el pueblo.
Hch 6:9  Algunos de la sinagoga llamada de los Esclavos Libertados, [4] junto con algunos de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, comenzaron a discutir con Esteban;
Hch 6:10  pero no podían hacerle frente, porque hablaba con la sabiduría que le daba el Espíritu Santo.
Hch 6:11  Pagaron entonces a unos para que afirmaran que lo habían oído decir palabras ofensivas contra Moisés y contra Dios.
Hch 6:12  De este modo alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los maestros de la ley; por lo cual atacaron a Esteban, lo apresaron y lo llevaron ante la Junta Suprema.
Hch 6:13  Además buscaron testigos falsos, que dijeron:
 –Ese hombre no deja de hablar contra este santo templo y contrala ley.
Hch 6:14  Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret va a destruir el templo y que va a cambiar las costumbres que nos dejó Moisés.
Hch 6:15  Las autoridades y todos los que estaban allí sentados, al mirar a Esteban, vieron que su cara era como la de un ángel.

 


 

Hch 6:1  Ahora bien, en estos días, cuando aumentaban los discípulos, se suscitó una murmuración de parte de los judíos de habla griega contra los judíos de habla hebrea, porque a sus viudas se las pasaba por alto en la distribución diaria.
Hch 6:2  De modo que los doce convocaron a la multitud de los discípulos y dijeron: “No es cosa grata el que nosotros dejemos la palabra de Dios para distribuir [alimento] a las mesas.
Hch 6:3  Por eso, hermanos, búsquense siete varones acreditados de entre ustedes, llenos de espíritu y de sabiduría, para que los nombremos sobre este asunto necesario;
Hch 6:4  pero nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra”.
Hch 6:5  Y lo que se habló fue grato a toda la multitud, y seleccionaron a Esteban, varón lleno de fe y de espíritu santo, y a Felipe y a Prócoro y a Nicanor y a Timón y a Parmenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía;
Hch 6:6  y los colocaron delante de los apóstoles, y, después de haber orado, estos les impusieron las manos.
Hch 6:7  Por consiguiente, la palabra de Dios siguió creciendo, y el número de los discípulos siguió multiplicándose muchísimo en Jerusalén; y una gran muchedumbre de sacerdotes empezó a ser obediente a la fe.
Hch 6:8  Ahora bien, Esteban, lleno de gracia y de poder, ejecutaba grandes portentos presagiosos y señales entre el pueblo.
Hch 6:9  Pero se levantaron ciertos hombres de aquellos de la llamada Sinagoga de los Libertos, y de los cireneos y alejandrinos y de los de Cilicia y Asia, para disputar con Esteban;
Hch 6:10  y, sin embargo, no podían mantenerse firmes contra la sabiduría y el espíritu con que él hablaba.
Hch 6:11  Entonces, en secreto, indujeron a unos varones a decir: “Le hemos oído hablar dichos blasfemos contra Moisés y contra Dios”.
Hch 6:12  Y alborotaron al pueblo y a los ancianos y a los escribas, y, cayendo sobre él de repente, lo tomaron por la fuerza y lo condujeron al Sanedrín.
Hch 6:13  Y presentaron testigos falsos, que dijeron: “Este hombre no cesa de hablar cosas contra este lugar santo y contra la Ley.
Hch 6:14  Por ejemplo, le hemos oído decir que este Jesús el Nazareno derribará este lugar y cambiará las costumbres que Moisés nos transmitió”.
Hch 6:15  Y mientras todos los que estaban sentados en el Sanedrín lo miraban con fijeza, vieron que su rostro era como el rostro de un ángel.

 


 

Hch 6:1  Cada vez había más y más seguidores de Jesús, y comenzó a haber problemas entre los seguidores judíos que hablaban griego y los que hablaban arameo. Y es que los que hablaban griego decían que las viudas de su grupo no recibían suficiente ayuda para sus necesidades de cada día.
Hch 6:2  Entonces los apóstoles llamaron a todos a una reunión, y allí dijeron: —Nuestro deber principal es anunciar el mensaje de Dios, así que no está bien que nos dediquemos a repartir el dinero y la comida.
Hch 6:3  Elijan con cuidado a siete hombres, para que se encarguen de ese trabajo. Tienen que ser personas en las que todos ustedes confíen, que hagan lo bueno y sean muy sabios, y que tengan el poder del Espíritu Santo.
Hch 6:4  Nosotros nos dedicaremos entonces a servir a Dios por medio de la oración, y a anunciar el mensaje de salvación.
Hch 6:5  A todo el grupo le pareció buena la idea, y eligieron a Esteban, un hombre que confiaba mucho en Dios y que tenía el poder del Espíritu Santo. También eligieron a otros seis: Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás. Este Nicolás era de la región de Antioquía, y antes se había convertido a la religión judía.
Hch 6:6  Luego los llevaron ante los apóstoles, y estos pusieron sus manos sobre la cabeza de cada uno y oraron.
Hch 6:7  Los apóstoles siguieron anunciando el mensaje de Dios. Por eso, más y más personas se convirtieron en seguidores de Jesús, y muchos sacerdotes judíos también creyeron en él.
Hch 6:8  Dios le dio a un joven llamado Esteban un poder especial para hacer milagros y señales maravillosas entre la gente.
Hch 6:9  Sin embargo, algunos judíos del pueblo de Cirene se pusieron a discutir con él, junto con otros judíos de la ciudad de Alejandría, que pertenecían a la Sinagoga de los Hombres Libres. También discutieron con Esteban otros que venían de la región de Cilicia y de la provincia de Asia,
Hch 6:10  pero ninguno de ellos pudo vencerlo, porque él hablaba con la sabiduría que le daba el Espíritu Santo.
Hch 6:11  Entonces aquellos judíos les dieron dinero a otros para que mintieran. Tenían que decir: «Esteban ha insultado a Dios y a nuestro antepasado Moisés. Nosotros mismos lo hemos oído.»
Hch 6:12  Fue así como alborotaron al pueblo, a los líderes del país y a los maestros de la Ley. Luego apresaron a Esteban. Lo llevaron ante la Junta Suprema,
Hch 6:13  y llamaron a algunos hombres para que dijeran más mentiras. Uno de ellos dijo: «Este hombre anda diciendo cosas terribles contra el santo templo y contra la Ley de Moisés.
Hch 6:14  Lo hemos oído decir que Jesús de Nazaret destruirá el templo, y que cambiará las costumbres que Moisés nos enseñó.»
Hch 6:15  Cuando todos los de la Junta Suprema se fijaron en Esteban, vieron que su cara parecía la de un ángel.

 


 

Hch 6:1  En estos días, cuando el número de talmidim estaba creciendo, los Judíos de habla Griega empezaron a quejarse contra los que hablaban Hebreo, que sus viudas estaban siendo desatendidas en la distribución diaria.[44]
Hch 6:2  Así que los Doce convocaron una reunión general de los talmidim, y dijeron: "No es apropiado que seamos nosotros negligentes con la Palabra de YAHWEH para servir mesas.
Hch 6:3  Hermanos, escojan siete hombres de entre ustedes que sean conocidos por estar llenos del Ruaj HaKodesh y sabiduría. Nosotros los designaremos para que estén a cargo de este asunto importante.
Hch 6:4  Pero nosotros daremos completa atención a la oración y a servir a la Palabra."
Hch 6:5  Lo que ellos dijeron, fue aceptado por todos en la reunión. Eligieron a Esteban, un hombre lleno de fe y del Ruaj HaKodesh, Felipe, Prócoro, Nikanor, Timón, Parmenas y Nicolás, quien era un prosélito de Antioquía.[45]
Hch 6:6  Presentaron estos hombres a los emisarios que oraron e impusieron sus manos sobre ellos.
Hch 6:7  De modo que la Palabra de YAHWEH continuaba difundiéndose. El número de talmidim se incrementó rápidamente en Yerushalayim, y una multitud de kohanim estaba siendo obediente a la fe.
Hch 6:8  Ahora, Tzefanyah [Esteban], lleno de verdad y poder, hizo grandes milagros y señales entre el pueblo.
Hch 6:9  Pero se levantó la oposición entre los miembros de la sinagoga de los Esclavos Libres[46] (como era llamada), compuesta por gente de Cirene, Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia. Y discutían con Tzefanyah.
Hch 6:10  Pero no podían resistir contra su sabiduría o el Ruaj por el cual hablaba.
Hch 6:11  De modo que persuadieron a algunos hombres a alegar: "Le oímos hablar blasfemias contra Moshe y contra Elohim."
Hch 6:12  Ellos alborotaron al pueblo, también a los ancianos y a los maestros de la Toráh; así que vinieron, le arrestaron y le llevaron ante el Sanhedrin.
Hch 6:13  Por lo tanto, maquinaron presentar falsos testigos contra él, que dijeron: "Este hombre nunca para de hablar contra este Lugar Kadosh y contra la Toráh;
Hch 6:14  porque le hemos oído decir que Yahshúa de Netzaret destruirá este lugar y cambiará las costumbres que Moshe nos ha legado."
Hch 6:15  Todos los que estaban sentados en el Sanhedrin pusieron su mirada fijamente en Tzefanyah y vieron que su rostro lucía como el rostro de un malaj.

 


 

Hch 6:1  El número de seguidores de Jesús aumentaba más y más. Pero en esa época los seguidores judíos que hablaban griego se quejaban de los seguidores judíos que hablaban arameo. Decían que sus viudas no estaban recibiendo la ayuda diaria que les correspondía.
Hch 6:2  Los doce apóstoles llamaron a todo el grupo de seguidores y les dijeron: -No es correcto que nosotros descuidemos la enseñanza de la palabra de Dios por estar administrando la ayuda diaria.
Hch 6:3  "Entonces, hermanos, escojan de entre ustedes a siete hombres de toda su confianza. Ellos deben tener mucha sabiduría y estar llenos del Espíritu Santo. Nosotros les encargaremos ese trabajo."
Hch 6:4  Así podremos dedicar nuestro tiempo a orar y a enseñar la palabra de Dios.
Hch 6:5  "A todo el grupo le gustó la idea. Entonces escogieron a estos siete hombres: Esteban, hombre de mucha fe y lleno del Espíritu Santo, Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, uno de Antioquía que se había convertido en judío."
Hch 6:6  "Ellos les presentaron los siete hombres a los apóstoles, quienes oraron por los recién escogidos y les impusieron las manos."
Hch 6:7  "La palabra de Dios se difundía más y más. El grupo de seguidores en Jerusalén crecía muchísimo, y hasta un gran número de sacerdotes obedeció el mensaje de fe."
Hch 6:8  "Esteban, lleno del poder y la bendición de Dios, hacía grandes señales milagrosas entre el pueblo."
Hch 6:9  "Pero unos judíos de la sinagoga llamada Los Libertos se oponían a él. Estos judíos eran de Cirene y Alejandría y se unieron con unos de Cilicia y Asia. Todos ellos empezaron a discutir con Esteban,"
Hch 6:10  pero no podían contradecirlo porque él tenía la sabiduría que le daba el Espíritu Santo.
Hch 6:11  "Entonces los judíos les pagaron a algunos hombres para que dijeran: ""Nosotros lo escuchamos hablando contra Moisés y contra Dios""."
Hch 6:12  "Así alborotaron al pueblo, a los ancianos líderes y a los maestros de la ley. Estaban todos tan enojados que agarraron a Esteban y lo llevaron ante el Consejo."
Hch 6:13  "Presentaron unos testigos falsos contra Esteban, que dijeron: ""Este hombre no deja de hablar en contra de este lugar sagrado y en contra de la ley."
Hch 6:14  "Nosotros lo escuchamos decir que Jesús de Nazaret destruirá este lugar y cambiará las costumbres que Moisés nos dejó""."
Hch 6:15  Todos los que estaban ahí se fijaron en Esteban y vieron que su cara parecía la de un ángel.

 


 
 
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