Biblia Adventista - Biblia de Estudio
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La version Reina Valera 1990 con comentarios de elena White,referencias biblicas y otros complementos (Por editar)se encuentra en las subpaginas de 1.2 de Corintios.


 

1Co 2:1  Y yo, viniendo a vosotros, hermanos, vine, no según supereminencia de palabra o sabiduría, anunciándoos el testimonio de Dios.
1Co 2:2  Pues no he juzgado algo saber entre vosotros, sino a Jesucristo, y éste, crucificado.
1Co 2:3  Y yo, en flaqueza, y en temor y en temblor mucho estuve con vosotros;
1Co 2:4  y mi palabra, y mi predicación, no en persuasivas de sabiduría palabras, sino en demostración de espíritu y virtud;
1Co 2:5  para que vuestra fe no esté en sabiduría de hombres, sino en virtud de Dios.
1Co 2:6  Y sabiduría hablamos entre los perfectos, y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, los que son destruidos;
1Co 2:7  sino que hablamos de Dios sabiduría en misterio, la oculta, que predestinó Dios antes de los siglos, para gloria nuestra;
1Co 2:8  que ninguno de los príncipes de este mundo conoció (pues, si conocieran, no al Señor de la gloria crucificaran);
1Co 2:9  empero, según está escrito: Is. 64,3 . «Lo que ojo no vio y oreja no oyó; y a corazón de hombre no ascendió— cuanto preparó Dios a los que le aman»;
1Co 2:10  Pues a nosotros reveló Dios por su Espíritu. Pues el Espíritu todo escudriña, hasta las profundidades de Dios.
1Co 2:11  Pues ¿quién ha conocido de hombres lo del hombre, sino el espíritu del hombre, el en él? Así también lo de Dios nadie ha conocido, sino el Espíritu de Dios.
1Co 2:12  Mas nosotros, no el espíritu del mundo hemos recibido, porque sepamos lo por Dios agraciado a vosotros;
1Co 2:13  lo que también hablamos, no en doctas de humana sabiduría palabras, sino en doctas del Espíritu, a lo espiritual lo espiritual comparando(a) 
1Co 2:14  Mas el psíquico hombre(b)  no percibe las cosas del Espíritu de Dios; pues estultas para él son y no puede conocer; pues espiritualmente se juzgan.
1Co 2:15  Pero el espiritual juzga, a la verdad, todo; pero él de nadie es juzgado.
1Co 2:16  Pues Is. 40,13 . ¿quién ha conocido mente del Señor, que le arguya? Y nosotros mente del Señor tenemos.  

 


 

1Co 2:1  Yo, hermanos, llegué a anunciaros el testimonio de Dios no con sublimidad de elocuencia o de sabiduría,
1Co 2:2  que nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado.
1Co 2:3  Y me presenté a vosotros en debilidad, temor y mucho temblor;"
1Co 2:4  mi palabra y mi predicación no fue en discursos de sabiduría, sino en manifestación de Espíritu y de poder,
1Co 2:5  para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
1Co 2:6  Hablamos, sin embargo, entre los perfectos, una sabiduría que no es de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, abocados a la destrucción;"
1Co 2:7  sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria;"
1Co 2:8  que no conoció ninguno de los príncipes de este siglo; pues si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria."
1Co 2:9  Pero, según escrito está: “Ni el ojo vio, y ni el oído oyó, ni vino a la mente del hombre lo que Dios ha preparado para los que le aman.”
1Co 2:10  Pues Dios nos la ha revelado por su Espíritu, que el espíritu todo lo escudriña, hasta las profundidades de Dios.
1Co 2:11  ¿Pues qué hombre conoce lo que en el hombre hay, sino el espíritu del hombre, que en él está? Así también las cosas de Dios nadie las conoce sino el Espíritu de Dios.
1Co 2:12  Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos los dones que Dios nos ha concedido.
1Co 2:13  De éstos hablamos, y no con estudiadas palabras de humana sabiduría, sino con palabras aprendidas del Espíritu, adaptando a los espirituales las cosas espirituales.
1Co 2:14  Pero el hombre animal no percibe las cosas del Espíritu de Dios; son para él locura y no puede entenderlas, porque hay que juzgarlas espi-ritualmente."
1Co 2:15  Al contrario, el espiritual juzga de todo, pero a él nadie puede juzgarle.
1Co 2:16  Porque “¿quién conocióla mente del Señor para poder enseñarle?” Mas nosotros tenemos el pensamiento de Cristo.

 


 

1Co 2:1  Hermanos en Cristo, cuando fui a ustedes, para hablarles de los planes que Dios tenía en secreto, no lo hice con palabras difíciles ni traté de impresionarlos.
1Co 2:2  Al contrario, decidí hablarles sólo de Cristo, y principalmente de su muerte en la cruz.
1Co 2:3  Cuando me acerqué para enseñarles y anunciarles el mensaje, me sentía poco importante y temblaba de miedo.
1Co 2:4  No fui a ustedes como un sabelotodo, ni usé palabras elegantes. Sólo dejé que el Espíritu de Dios mostrara su poder y los convenciera.
1Co 2:5  Y así, ustedes creyeron en Dios, no por medio de la sabiduría humana sino por el poder de Dios.
1Co 2:6  Sin embargo, cuando hablamos con los que ya entienden mejor el mensaje de Dios, hablamos con sabiduría. Pero no empleamos la sabiduría humana como la emplean la gente y los gobernantes de este mundo. El poder que ellos tienen está condenado a desaparecer.
1Co 2:7  Nosotros enseñamos el mensaje con palabras inteligentes, que vienen de Dios. Ese mensaje habla de los planes que Dios tenía en secreto desde antes de crear el mundo, y que él quiso manifestarnos para que podamos compartir su gloria.
1Co 2:8  Claro que este plan inteligente de Dios no lo entendió ninguno de los gobernantes del mundo. Si ellos lo hubieran entendido, no habrían colgado de la cruz a nuestro Señor, quien es el dueño de la vida.
1Co 2:9  Como dice la Biblia: «Para aquellos que lo aman, Dios ha preparado cosas que nadie jamás pudo ver, ni escuchar ni imaginar.»
1Co 2:10  Dios nos dio a conocer todo esto por medio de su Espíritu, porque el Espíritu de Dios lo examina todo, hasta los secretos más profundos de Dios.
1Co 2:11  Nadie puede saber lo que piensa otra persona. Sólo el espíritu de esa persona sabe lo que ella está pensando. De la misma manera, sólo el Espíritu de Dios sabe lo que piensa Dios.
1Co 2:12  Pero como Dios nos dio su Espíritu, nosotros podemos darnos cuenta de lo que Dios, en su bondad, ha hecho por nosotros.
1Co 2:13  Cuando hablamos de lo que Dios ha hecho por nosotros, no usamos las palabras que nos dicta la inteligencia humana, sino que usamos el lenguaje espiritual que nos enseña el Espíritu de Dios.
1Co 2:14  Los que no tienen el Espíritu de Dios no aceptan las enseñanzas espirituales, pues las consideran una tontería. Y tampoco pueden entenderlas, porque no tienen el Espíritu de Dios.
1Co 2:15  En cambio, los que tienen el Espíritu de Dios todo lo examinan y todo lo entienden. Pero los que no tienen el Espíritu, no pueden examinar ni entender a quienes lo tienen.
1Co 2:16  Como dice la Biblia: «¿Quién sabe lo que piensa el Señor? ¿Quién puede darle consejos?» Pero nosotros tenemos el Espíritu de Dios, y por eso pensamos como Cristo. 

 


 

1Co 2:1  Yo, pues, hermanos míos, cuando fui a vosotros a predicaros el testimonio de la buena nueva de Cristo , no fui con sublimes discursos, ni sabiduría humana;
1Co 2:2  puesto que no me he preciado de saber otra cosa entre vosotros, sino a Jesucristo, y éste crucificado.
1Co 2:3  Y mientras estuve ahí entre vosotros, estuve siempre con mucha pusilanimidad, o humillación, mucho temor, y en continuo susto;
1Co 2:4  y mi modo de hablar, y mi predicación, no fue con palabras persuasivas de humano saber, pero sí con los efectos sensibles del espíritu y de la virtud de Dios;
1Co 2:5  para que vuestra fe no se funda en saber de hombres, sino en el poder de Dios.
1Co 2:6  Esto no obstante, enseñamos sabiduría entre los perfectos, o verdaderos cristianos; mas una sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, los cuales son destruidos con la cruz;
1Co 2:7  sino que predicamos la sabiduría de Dios en el misterio de la encarnación, sabiduría recóndita, la cual predestinó y preparó Dios antes de los siglos para gloria nuestra,
1Co 2:8  sabiduría que ninguno de los príncipes de este siglo ha entendido; que si la hubiesen entendido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria;
1Co 2:9  y de la cual está escrito: Ni ojo vio, ni oreja oyó, ni pasó a hombre por pensamiento cuáles cosas tiene Dios preparadas para aquellos que le aman.
1Co 2:10  A nosotros nos lo ha revelado Dios por medio de su Espíritu; pues el Espíritu de Dios todas las cosas penetra, aun las más íntimas de Dios.
1Co 2:11  Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino solamente el espíritu del hombre, que está dentro de él? Así es que las cosas de Dios nadie las ha conocido, sino el Espíritu de Dios.
1Co 2:12  Nosotros, pues, no hemos recibido el espíritu de este mundo, sino el Espíritu que es de Dios a fin de que conozcamos las cosas que Dios nos ha comunicado.
1Co 2:13  Las cuales por eso tratamos no con palabras estudiadas de humana ciencia, sino conforme nos enseña el Espíritu de Dios, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
1Co 2:14  Porque el hombre animal no puede hacerse capaz de las cosas que son del Espíritu de Dios; pues para él todas son una necedad, y no puede entenderlas, puesto que se han de discernir con una luz espiritual que no tiene.
1Co 2:15  El hombre espiritual discierne o juzga de todo, y nadie que no tenga esta luz puede a él discernirle.
1Co 2:16  Porque ¿quién conoce la mente o designios del Señor, para darle instrucciones? Mas nosotros tenemos el Espíritu de Cristo . 

 


 

1Co 2:1  

Proclamando a Cristo crucificado
  Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría.
1Co 2:2  Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.
1Co 2:3  Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor;(A)
1Co 2:4  y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder,
1Co 2:5  para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. 

La revelación por el Espíritu de Dios
 
1Co 2:6  Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.
1Co 2:7  Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria,
1Co 2:8  la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.
1Co 2:9  Antes bien, como está escrito:
 Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
 Ni han subido en corazón de hombre,
 Son las que Dios ha preparado para los que le aman.(B)
1Co 2:10  Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
1Co 2:11  Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
1Co 2:12  Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,
1Co 2:13  lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
1Co 2:14  Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
1Co 2:15  En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
1Co 2:16  Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá?(C) Mas nosotros tenemos la mente de Cristo. 
 

 


 

1Co 2:1  Así que, hermanos, cuando fui a vosotros, no fui con altivez de palabra, o de sabiduría, a anunciaros el testimonio de Dios.
1Co 2:2  Porque no me juzgué saber algo entre vosotros, sino a Jesús el Cristo, y a este colgado en el madero.
1Co 2:3  Y estuve yo con vosotros con flaqueza, y mucho temor y temblor.
1Co 2:4  Y ni mi palabra ni mi predicación fue en palabras persuasivas de humana sabiduría, sino en demostración del Espíritu y de potencia;
1Co 2:5  para que vuestra fe no esté fundada en sabiduría de hombres, sino en potencia de Dios.
1Co 2:6  Pero hablamos sabiduría de Dios perfectísima; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que se deshacen,
1Co 2:7  sino hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría ocultada; la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria;
1Co 2:8  la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció (porque si la hubieran conocido, nunca habrían colgado en el madero al Señor de gloria);
1Co 2:9  antes, como está escrito: Lo que ojo no vio, ni oreja oyó, ni ha subido en corazón de hombre, es lo que Dios ha preparado para aquellos que le aman.
1Co 2:10  Pero Dios nos lo reveló a nosotros por su Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
1Co 2:11  Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del mismo hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas que son de Dios, sino el Espíritu de Dios.
1Co 2:12  Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es venido de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado;
1Co 2:13  lo cual también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría, sino con doctrina del Espíritu Santo, acomodando lo espiritual por medio de lo espiritual.
1Co 2:14  Pero el hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura; y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
1Co 2:15  Pero el espiritual discierne todas las cosas; mas él de nadie es discernido.
1Co 2:16  Porque ¿quién conoció el entendimiento del Señor? ¿Quién le instruyó? Mas nosotros tenemos el entendimiento del Cristo. 

 


 

1Co 2:1  And I, brethren, when I came to you, came not with excellency of speech or of wisdom, declaring unto you the testimony of God.
1Co 2:2  For I determined not to know any thing among you, save Jesus Christ, and him crucified.
1Co 2:3  And I was with you in weakness, and in fear, and in much trembling.
1Co 2:4  And my speech and my preaching was not with enticing words of man's wisdom, but in demonstration of the Spirit and of power:
1Co 2:5  That your faith should not stand in the wisdom of men, but in the power of God.
1Co 2:6  Howbeit we speak wisdom among them that are perfect: yet not the wisdom of this world, nor of the princes of this world, that come to nought:
1Co 2:7  But we speak the wisdom of God in a mystery, even the hidden wisdom, which God ordained before the world unto our glory:
1Co 2:8  Which none of the princes of this world knew: for had they known it, they would not have crucified the Lord of glory.
1Co 2:9  But as it is written, Eye hath not seen, nor ear heard, neither have entered into the heart of man, the things which God hath prepared for them that love him.
1Co 2:10  But God hath revealed them unto us by his Spirit: for the Spirit searcheth all things, yea, the deep things of God.
1Co 2:11  For what man knoweth the things of a man, save the spirit of man which is in him? even so the things of God knoweth no man, but the Spirit of God.
1Co 2:12  Now we have received, not the spirit of the world, but the spirit which is of God; that we might know the things that are freely given to us of God.
1Co 2:13  Which things also we speak, not in the words which man's wisdom teacheth, but which the Holy Ghost teacheth; comparing spiritual things with spiritual.
1Co 2:14  But the natural man receiveth not the things of the Spirit of God: for they are foolishness unto him: neither can he know them, because they are spiritually discerned.
1Co 2:15  But he that is spiritual judgeth all things, yet he himself is judged of no man.
1Co 2:16  For who hath known the mind of the Lord, that he may instruct him? But we have the mind of Christ. 

 


 

1Co 2:1  Pues yo, hermanos, cuando fui a vosotros, no fui con el prestigio de la palabra o de la sabiduría a anunciaros el misterio de Dios,
1Co 2:2  pues no quise saber entre vosotros sino a Jesucristo, y éste crucificado.
1Co 2:3  Y me presenté ante vosotros débil, tímido y tembloroso.
1Co 2:4  Y mi palabra y mi predicación no tuvieron nada de los persuasivos discursos de la sabiduría, sino que fueron una demostración del Espíritu y del poder
1Co 2:5  para que vuestra fe se fundase, no en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios.
1Co 2:6  Sin embargo, hablamos de sabiduría entre los perfectos, pero no de sabiduría de este mundo ni de los príncipes de este mundo, abocados a la ruina;
1Co 2:7  sino que hablamos de una sabiduría de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra,
1Co 2:8  desconocida de todos los príncipes de este mundo - pues de haberla conocido no hubieran crucificado al Señor de la Gloria -.
1Co 2:9  Más bien, como dice la Escritura, anunciamos: = lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios = preparó = para los que le aman. =
1Co 2:10  Porque a nosotros nos lo reveló Dios por medio del Espíritu; y el Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios.
1Co 2:11  En efecto, ¿qué hombre conoce lo íntimo del hombre sino el espíritu del hombre que está en él? Del mismo modo, nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios.
1Co 2:12  Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para conocer las gracias que Dios nos ha otorgado,
1Co 2:13  de las cuales también hablamos, no con palabras aprendidas de sabiduría humana, sino aprendidas del Espíritu, expresando realidades espirituales.
1Co 2:14  El hombre naturalmente no capta las cosas del Espíritu de Dios; son necedad para él. Y no las puede conocer pues sólo espiritualmente pueden ser juzgadas.
1Co 2:15  En cambio, el hombre de espíritu lo juzga todo; y a él nadie puede juzgarle.
1Co 2:16  Porque = ¿quién conoció la mente del Señor para instruirle? = Pero nosotros tenemos la mente de Cristo.

 


 

1Co 2:1  Pero hermanos, cuando yo fui a hablarles del designio secreto de Dios, lo hice sin hacer alardes de retórica o de sabiduría.
1Co 2:2  y , estando entre ustedes, no quise saber de otra cosa sino de Jesucristo y , más estrictamente, de Jesucristo crucificado.
1Co 2:3  Me presenté ante ustedes débil y temblando de miedo,
1Co 2:4  y cuando les hablé y les prediqué el mensaje, no usé palabras sabias para convencerlos. Al contrario, los convencí haciendo demostración del Espíritu y del poder de Dios,
1Co 2:5  para que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de los hombres.
1Co 2:6  Sin embargo, entre los que y a han alcanzado la madurez en su fe sí usamos palabras de sabiduría. Pero no se trata de una sabiduría propia de este mundo ni de quienes lo gobiernan, [1] los cuales y a están perdiendo su poder.
1Co 2:7  Se trata más bien de la sabiduría oculta de Dios, del designio secreto que él, desde la eternidad, [2] ha tenido para nuestra gloria.
1Co 2:8  Esto es algo que no han entendido los gobernantes del mundo presente, pues si lo hubieran entendido no habrían crucificado al Señor de la gloria.
1Co 2:9  Pero, como se dice en la Escritura:
"Dios ha preparado para los que lo aman
cosas que nadie ha visto ni oído,
y ni siquiera pensado."[3]
1Co 2:10  Estas son las cosas que Dios nos ha hecho conocer por medio del Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las cosas más profundas de Dios.
1Co 2:11  ¿Quién entre los hombres puede saber lo que hay en el corazón del hombre, sino solo el espíritu que está dentro del hombre? De la misma manera, solamente el Espíritu de Dios sabe lo que hay en Dios.
1Co 2:12  y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que entendamos las cosas que Dios en su bondad nos ha dado.
1Co 2:13  Hablamos de estas cosas con palabras que el Espíritu de Dios nos ha enseñado, y no con palabras que hayamos aprendido por nuestra propia sabiduría. Así explicamos las cosas espirituales con términos espirituales.
1Co 2:14  El que no es espiritual no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son tonterías. Y tampoco las puede entender, porque son cosas que tienen que juzgarse espiritualmente.
1Co 2:15  Pero aquel que tiene el Espíritu puede juzgar todas las cosas, y nadie lo puede juzgar a él.
1Co 2:16  Pues la Escritura dice: "¿Quién conoce la mente del Señor?¿Quién podrá instruirle?"[4]
 Sin embargo, nosotros tenemos lamente de Cristo. 

 


 

1Co 2:1  Y así es que yo, cuando fui a ustedes, hermanos, no fui con extravagancia de habla o de sabiduría al declararles el secreto sagrado de Dios.
1Co 2:2  Porque decidí no conocer cosa alguna entre ustedes salvo a Jesucristo, y a él fijado en el madero.
1Co 2:3  Y fui a ustedes en debilidad y en temor y con mucho temblor;
1Co 2:4  y mi habla y lo que prediqué no fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con una demostración de espíritu y poder,
1Co 2:5  para que su fe no estuviera en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
1Co 2:6  Ahora bien, hablamos sabiduría entre los que son maduros, pero no la sabiduría de este sistema de cosas, ni la de los gobernantes de este sistema de cosas, que han de quedar reducidos a nada.
1Co 2:7  Más bien, hablamos la sabiduría de Dios en un secreto sagrado, la sabiduría escondida, que Dios predeterminó antes de los sistemas de cosas para nuestra gloria.
1Co 2:8  Esta [sabiduría] ni uno de los gobernantes de este sistema de cosas la llegó a conocer, porque si [la] hubieran conocido, no habrían fijado en el madero al glorioso Señor.
1Co 2:9  Pero así como está escrito: “Ojo no ha visto, ni oído ha oído, ni se han concebido en el corazón del hombre las cosas que Dios ha preparado para los que lo aman”.
1Co 2:10  Pues es a nosotros a quienes Dios las ha revelado mediante su espíritu, porque el espíritu escudriña todas las cosas, hasta las cosas profundas de Dios.
1Co 2:11  Porque, ¿quién entre los hombres conoce las cosas del hombre salvo el espíritu del hombre que está en él? Así, también, nadie ha llegado a conocer las cosas de Dios, salvo el espíritu de Dios.
1Co 2:12  Ahora bien, nosotros recibimos, no el espíritu del mundo, sino el espíritu que proviene de Dios, para que conozcamos las cosas que Dios nos ha dado bondadosamente.
1Co 2:13  De estas cosas también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por [el] espíritu, al combinar nosotros [asuntos] espirituales con [palabras] espirituales.
1Co 2:14  Pero el hombre físico no recibe las cosas del espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no [las] puede llegar a conocer, porque se examinan espiritualmente.
1Co 2:15  Sin embargo, el hombre espiritual examina de hecho todas las cosas, pero él mismo no es examinado por ningún hombre.
1Co 2:16  Porque “¿quién ha llegado a conocer la mente de Jehová, para que le instruya?”. Pero nosotros sí tenemos la mente de Cristo.

 


 

1Co 2:1  Hermanos en Cristo, cuando fui a ustedes, para hablarles de los planes que Dios tenía en secreto, no lo hice con palabras difíciles ni traté de impresionarlos.
1Co 2:2  Al contrario, decidí hablarles sólo de Cristo, y principalmente de su muerte en la cruz.
1Co 2:3  Cuando me acerqué para enseñarles y anunciarles el mensaje, me sentía poco importante y temblaba de miedo.
1Co 2:4  No fui a ustedes como un sabelotodo, ni usé palabras elegantes. Sólo dejé que el Espíritu de Dios mostrara su poder y los convenciera.
1Co 2:5  Y así, ustedes creyeron en Dios, no por medio de la sabiduría humana sino por el poder de Dios.
1Co 2:6  Sin embargo, cuando hablamos con los que ya entienden mejor el mensaje de Dios, hablamos con sabiduría. Pero no empleamos la sabiduría humana como la emplean la gente y los gobernantes de este mundo. El poder que ellos tienen está condenado a desaparecer.
1Co 2:7  Nosotros enseñamos el mensaje con palabras inteligentes, que vienen de Dios. Ese mensaje habla de los planes que Dios tenía en secreto desde antes de crear el mundo, y que él quiso manifestarnos para que podamos compartir su gloria.
1Co 2:8  Claro que este plan inteligente de Dios no lo entendió ninguno de los gobernantes del mundo. Si ellos lo hubieran entendido, no habrían colgado de la cruz a nuestro Señor, quien es el dueño de la vida.
1Co 2:9  Como dice la Biblia: «Para aquellos que lo aman, Dios ha preparado cosas que nadie jamás pudo ver, ni escuchar ni imaginar.»
1Co 2:10  Dios nos dio a conocer todo esto por medio de su Espíritu, porque el Espíritu de Dios lo examina todo, hasta los secretos más profundos de Dios.
1Co 2:11  Nadie puede saber lo que piensa otra persona. Sólo el espíritu de esa persona sabe lo que ella está pensando. De la misma manera, sólo el Espíritu de Dios sabe lo que piensa Dios.
1Co 2:12  Pero como Dios nos dio su Espíritu, nosotros podemos darnos cuenta de lo que Dios, en su bondad, ha hecho por nosotros.
1Co 2:13  Cuando hablamos de lo que Dios ha hecho por nosotros, no usamos las palabras que nos dicta la inteligencia humana, sino que usamos el lenguaje espiritual que nos enseña el Espíritu de Dios.
1Co 2:14  Los que no tienen el Espíritu de Dios no aceptan las enseñanzas espirituales, pues las consideran una tontería. Y tampoco pueden entenderlas, porque no tienen el Espíritu de Dios.
1Co 2:15  En cambio, los que tienen el Espíritu de Dios todo lo examinan y todo lo entienden. Pero los que no tienen el Espíritu, no pueden examinar ni entender a quienes lo tienen.
1Co 2:16  Como dice la Biblia: «¿Quién sabe lo que piensa el Señor? ¿Quién puede darle consejos?» Pero nosotros tenemos el Espíritu de Dios, y por eso pensamos como Cristo.

 


 

1Co 2:1  En cuanto a mí, hermanos, cuando fui a ustedes, no fue con una elocuencia y sabiduría sorprendentes que les anuncié la verdad de YAHWEHla cual estaba previamente escondida,[11]
1Co 2:2  pues había decidido que cuando estuviera con ustedes olvidaría todo, excepto Yahshúa Ha Mashíaj y, hasta El, sólo como alguien que había sido ejecutado en la estaca como un criminal.
1Co 2:3  También, yo mismo estaba con ustedes como alguien débil, nervioso y temblando de miedo por todo mi cuerpo,
1Co 2:4  y ni la entrega ni el contenido de mi mensaje se apoyaban en palabras forzadas de "sabiduría," sino en demostración del poder del Ruaj,
1Co 2:5  para que la confianza de ustedes no se apoyara en la sabiduría humana, sino en el poder de YAHWEH.
1Co 2:6  Aún hay una sabiduría de la cual estamos hablando para que los que son suficientemente maduros, pero no es sabiduría de este mundo o de los gobernantes de este mundo, que están en el proceso de pasar a la otra vida.
1Co 2:7  Por el contrario, estamos comunicando una sabiduría secreta de YAHWEH, que ha estado oculta hasta ahora, pero que antes que la historia comenzara YAHWEH había decretado que nos traería gloria.
1Co 2:8  Ni uno de los gobernantes de este mundo lo ha entendido, porque si lo hubieran comprendido, no hubieran ejecutado al Adón de quien fluye esta gloria.
1Co 2:9  Pero como dice el Tanaj : "Ningún ojo ha visto, ni oídos han escuchado y el corazón de nadie se ha imaginado todas las cosas que YAHWEH ha preparado para aquellos que le aman."[Is 64:4, 52:15]
1Co 2:10  Es a nosotros, sin embargo, que YAHWEH ha revelado estas cosas. ¿Cómo? Por medio del Ruaj. Porque el Ruaj todo lo escudriña, aun las mayores profundidades de YAHWEH.[12]
1Co 2:11  Porque, ¿quién sabe los asuntos internos de una persona, excepto el ruaj de la propia persona que mora dentro de ella? Asimismo nadie sabe los asuntos internos de YAHWEH excepto el Ruaj de YAHWEH.
1Co 2:12  Ahora bien, no hemos recibido el ruaj del mundo, sino el Ruaj HaKodesh, para que podamos entender las cosas que YAHWEH nos ha dado libremente.
1Co 2:13  Estas son las cosas de las cuales estamos hablando, cuando rechazamos la forma de hablar que dicta la sabiduría humana y, en cambio, usamos la forma de hablar que nos dicta el Ruaj, por la cual explicamos cosas del Ruaj a las personas que tienen el Ruaj.
1Co 2:14  Pero el hombre natural no recibe las cosas del Ruaj de YAHWEH, ¡para él son absurdas! Además, él no tiene capacidad para entenderlas, porque son evaluadas por medio del Ruaj.
1Co 2:15  Pero la persona que tiene el Ruaj puede evaluarlo todo, mientras nadie está en la posición para evaluarlo a él.
1Co 2:16  Porque, ¿quién ha conocido la mente de YAHWEH? ¿Quién le aconsejará?

 


 

1Co 2:1  "Queridos hermanos, cuando los visité, les anuncié el plan secreto de Dios sin usar palabras elevadas ni de gran sabiduría."
1Co 2:2  "Pues decidí que mientras estuviera con ustedes me olvidaría de todo, excepto de Jesucristo, y especialmente de su muerte en la cruz."
1Co 2:3  Estaba débil y temblaba de miedo cuando me presenté ante ustedes.
1Co 2:4  "Yo no anuncié el mensaje con palabras de sabiduría que se usan para convencer a la gente; al contrario, fue el Espíritu que con poder demostró que lo que dije es verdad,"
1Co 2:5  para que su fe se apoye en el poder de Dios y no en la sabiduría humana.
1Co 2:6  "Ahora bien, es cierto que enseñamos sabiduría entre los que son maduros. Pero la sabiduría que compartimos no viene de este mundo ni de los que lo gobiernan, quienes están perdiendo todo su poder."
1Co 2:7  Lo que enseñamos es la sabiduría secreta de Dios que ha estado oculta desde el comienzo del mundo. El propósito de Dios es usar esta sabiduría para nuestra gloria.
1Co 2:8  "Y ninguno de los gobernantes de este mundo la entiende. Si la hubieran conocido, no habrían crucificado al glorioso Señor."
1Co 2:9  "Pero, así dice la Escritura: ""Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, y nadie ha imaginado lo que Dios tiene preparado para aquellos que lo aman""."
1Co 2:10  "Pero Dios nos ha mostrado eso por medio del Espíritu porque lo sabe todo, incluso los secretos más profundos de Dios."
1Co 2:11  "Nadie puede saber los pensamientos de los demás. El único que sabe los pensamientos de alguien es el espíritu que está dentro de él. Igualmente, nadie sabe los pensamientos de Dios sino el Espíritu de Dios."
1Co 2:12  "Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para poder entender lo que Dios nos ha dado."
1Co 2:13  "Cuando hablamos de eso, no usamos las palabras que nos enseñan los humanos, sino las que nos enseña el Espíritu. Usamos palabras espirituales para explicar lo espiritual."
1Co 2:14  El que no es espiritual no acepta lo que viene del Espíritu de Dios porque le parece una tontería. No puede entenderlo porque eso tiene que juzgarse espiritualmente.
1Co 2:15  "En cambio, el que es espiritual puede juzgarlo todo, pero a él nadie lo puede juzgar. Pues así dice la Escritura:"
1Co 2:16  """¿Quién conoce la mente del Señor? ¿Quién puede darle consejo?"" Pero nosotros tenemos la mente de Cristo."

 


 
 
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