Biblia Adventista - Biblia de Estudio
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Gál 2:1  Tras de esto, después de catorce años, de nuevo subí a Jerusalén con Bernabé, llevando juntamente también a Tito;
Gál 2:2  y subí, según revelación, y expúseles el evangelio que predico en las gentes, y, aparte, a los estimados(a) , para no en vano correr o haber corrido(b) .
Gál 2:3  Empero, ni Tito conmigo, heleno siendo, obligado fue a circuncidarse;
Gál 2:4  y(c)  por los subintroducidos pseudohermanos; los cuales se subintrodujeron a espiar la libertad nuestra, que tenemos en Cristo Jesús, para esclavizarnos ellos;
Gál 2:5  a quienes ni por una hora cedimos con sujeción; a fin de que la verdad del Evangelio permaneciera con vosotros.
Gál 2:6  Pero, de los que estimaban ser algo (cuáles antes fueran, nada me importa: rostro Dios de hombre no acepta) —pues a mí los estimados nada me han añadido(d) ;
Gál 2:7  sino que, lo contrario: viendo ellos que me había sido confiado el evangelio del prepucio, así a como a Pedro, de la circuncisión;
Gál 2:8  (pues el que obró por Pedro(e) , para apostolado de la circuncisión, obró también por mí para las gentes)
Gál 2:9  y conociendo la gracia la dada a mí, Santiago, y Cefas y Juan, que son estimados columnas ser, diestras dieron a mí y a Bernabé, de compañía, para que nosotros(f) , a las gentes, y ellos, a la circuncisión;
Gál 2:10  sólo de los pobres que nos acordásemos, lo que también me he empeñado esto mismo en hacer.
Gál 2:11  Y, cuando vino Cefas a Antioquía, a faz le resistí, porque reprensible era.
Gál 2:12  Pues, antes de venir algunos(g) , de Santiago, con las gentes comía; pero, cuando vinieron sustraía y separábase, temiendo a los de circuncisión.
Gál 2:13  Y disimularon con él los demás judíos, tal que también Bernabé fue al par arrastrado a la disimulación de ellos.
Gál 2:14  Empero, cuando vi que no con recto pie andaban, según la verdad(h)  del Evangelio, dije a Cefas delante de todos: «Si tú, judío como eres, gentílica(i) , y no ya judaicamente vives ¿cómo las gentes obligas a judaizar?»
Gál 2:15  Nosotros por naturaleza judíos(j) , y no de entre gentes pecadores(k) ;
Gál 2:16  y, sabiendo que no se justifica el hombre por obras de ley, sino por la fe de Cristo Jesús, también nosotros en Jesucristo hemos creído, para ser justificados por fe de Cristo, y no obras de ley; porque, por obras de ley, no será justificada toda carne.
Gál 2:17  Y, si, buscando justificarnos en Cristo, hemos sido hallados también nosotros mismos pecadores ¿acaso Cristo, de pecado ministro(l) ? ¡No sea!
Gál 2:18  pues, si lo que he deshecho, esto de nuevo edifico, transgresor me constituyo.
Gál 2:19  Que yo, por ley, a ley he muerto, para a Dios vivir.
Gál 2:20  Con Cristo he sido crucificado; y vivo, no ya yo, pero vive en mí Cristo; y lo que ahora vivo en carne, en fe vivo la de Dios y Cristo; el que me amó y se entregó por mí.
Gál 2:21  No desecho la gracia de Dios; pues, si por ley, justicia, luego en vano murió.  

 


 

Gál 2:1  Luego, al cabo de catorce años, subí otra vez a Jerusalén, acompañado de Bernabé y llevando conmigo a Tito.
Gál 2:2  Subí en virtud de una revelación, y les expuse el evangelio que predico entre los gentiles, particularmente a los que eran algo, no sea que corriese o hubiese corrido en vano.
Gál 2:3  Pero ni Tito, que iba conmigo, con ser gentil, fue obligado a circuncidarse,
Gál 2:4  a pesar de los hermanos intrusos que se infiltraron solapadamente para espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús y reducirnos a servidumbre;"
Gál 2:5  a los cuales ni por un momento cedimos, para que la verdad del Evangelio se mantuviese íntegra entre vosotros.
Gál 2:6  De los que eran algo — lo que hayan sido en otro tiempo no interesa, que Dios no es aceptador de personas — , éstos que eran algo, digo, nada me añadieron;"
Gál 2:7  antes al contrario, cuando vieron que yo había recibido el evangelio de la incircuncisión, como Pedro el de la circuncisión —
Gál 2:8  pues el que obró en Pedro para el apostolado de la circuncisión, obró también en mí para el de los gentiles — ,
Gál 2:9  Santiago, Cefas y Juan, los que eran tenidos como columnas, reconocieron la gracia a mí dada, y nos dieron a mí y a Bernabé la mano en señal de comunión, para que nosotros nos dirigiésemos a los gentiles y ellos a los circuncisos.
Gál 2:10  Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres, cosa que procuré yo cumplir con mucha solicitud.
Gál 2:11  Pero cuando Cefas fue a Antioquía, en su misma cara le resistí, porque se había hecho reprensible;"
Gál 2:12  pues antes de venir algunos de los de Santiago, comía con los gentiles; pero en cuanto aquéllos llegaron, se retraía y apartaba, por miedo a los de la circuncisión."
Gál 2:13  Y consintieron con él en la misma simulación los otros judíos, tanto, que hasta Bernabé se dejó arrastrar a su simulación.
Gál 2:14  Pero cuando yo vi que no caminaban rectamente según la verdad del Evangelio, dije a Cefas delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como gentil y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?
Gál 2:15  Nosotros somos judíos de nacimiento, no pecadores procedentes de la gentilidad;"
Gál 2:16  y sabiendo que no se justifica el hombre por las obras de la Ley, sino por la fe en Jesucristo, hemos creído también en Cristo Jesús, esperando ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la Ley, pues “por las obras de la Ley nadie se justifica.”
Gál 2:17  Mas si, buscando ser justificados por Cristo, somos aún tenidos por pecadores, ¿será que Cristo es ministro de pecado? De ninguna manera.
Gál 2:18  Porque si vuelvo a edificar lo que había destruido, a mí mismo me doy por trans-gresor.
Gál 2:19  En efecto, yo por la Ley he muerto a la Ley, por vivir para Dios; estoy crucificado con Cristo,"
Gál 2:20  y ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí. Y aunque al presente vivo en carne, vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.
Gál 2:21  No desecho el don de Dios; pues si por la Ley se obtiene la justicia, en vano murió Cristo."

 


 

Gál 2:1  Catorce años después, Dios me hizo ver que yo debía ir a Jerusalén. En esa ocasión me acompañaron Bernabé y Tito. Allí nos reunimos con los miembros de la iglesia, y les explicamos el mensaje que yo anuncio a los que no son judíos. Luego me reuní a solas con los que eran reconocidos como líderes de la iglesia, pues quería estar seguro de que mi trabajo, pasado y presente, no iba a resultar un esfuerzo inútil.
Gál 2:3  Ellos no obligaron a nadie a circuncidarse; ni siquiera a Tito, que no era judío.
Gál 2:4  Tuvimos esa reunión porque hubo algunos que, a escondidas, se metieron en el grupo de la iglesia para espiarnos. Esos falsos seguidores sólo querían quitarnos la libertad que Jesucristo nos dio, y obligarnos a obedecer las leyes judías.
Gál 2:5  Pero ni por un momento nos dejamos convencer, pues queríamos que ustedes siguieran obedeciendo el verdadero mensaje de la buena noticia.
Gál 2:6  Aquellos que en la iglesia eran reconocidos como líderes no agregaron nada nuevo al mensaje que yo predico. Y no me interesa saber si en verdad eran líderes o no, pues Dios no se fija en las apariencias.
Gál 2:7  Más bien, ellos comprendieron que a Pedro se le había encargado anunciar la buena noticia a los judíos, y que a mí se me había encargado anunciarla a todos los que no lo son.
Gál 2:8  Fue Dios mismo quien envió a Pedro como apóstol para los judíos, y a mí como apóstol para aquellos que no lo son.
Gál 2:9  Santiago, Pedro y Juan, que eran considerados los líderes más importantes de la iglesia, se dieron cuenta de ese privilegio que Dios me había dado. Entonces quedamos de acuerdo en que Bernabé y yo anunciaríamos la buena noticia a los que no son judíos, y que ellos la anunciarían a quienes sí lo son. Y para mostrarnos que estaban de acuerdo, nos dieron la mano.
Gál 2:10  La única condición que nos pusieron fue que no dejáramos de ayudar a los pobres de la iglesia en Jerusalén. Y eso es precisamente lo que he estado procurando hacer.
Gál 2:11  Cuando Pedro vino a la ciudad de Antioquía, me enfrenté a él y le dije que no estaba bien lo que hacía.
Gál 2:12  Pues antes de que llegaran los judíos que Santiago envió, Pedro comía con los cristianos que no son judíos; pero, en cuanto llegaron los judíos, dejó de hacerlo, porque les tenía miedo.
Gál 2:13  Pedro y los judíos disimularon muy bien sus verdaderos sentimientos, y hasta el mismo Bernabé les creyó.
Gál 2:14  ¡Esa conducta iba en contra del verdadero mensaje de la buena noticia! Por eso, hablé con Pedro delante de todos los miembros de la iglesia de Antioquía, y le dije: «Tú, que eres judío, has estado viviendo como si no lo fueras. ¿Por qué, entonces, quieres obligar a los que no son judíos a vivir como si lo fueran?»
Gál 2:15  Todos nosotros somos judíos desde que nacimos, y no somos pecadores como los que no son judíos.
Gál 2:16  Sabemos muy bien que Dios sólo acepta a los que confían en Jesucristo, y que nadie se salva sólo por obedecer la ley. Nosotros mismos hemos confiado en Jesucristo, para que Dios nos acepte por confiar en él. Porque Dios no aceptará a nadie sólo por obedecer la ley.
Gál 2:17  Nosotros queremos que Dios nos acepte por medio de Cristo. Pero si al hacer esto descubrimos que también nosotros somos pecadores como la gente de otros países, ¿vamos a pensar por eso que Cristo nos hizo pecar? ¡Claro que no!
Gál 2:18  Si yo digo que la ley no sirve, pero luego vuelvo a obedecerla, demuestro que estoy totalmente equivocado.
Gál 2:19  Para la ley estoy muerto, y lo estoy por causa de la ley misma. Sin embargo, ¡ahora vivo para Dios!
Gál 2:20  En realidad, también yo he muerto en la cruz, junto con Jesucristo. Y ya no soy yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí. Y ahora vivo gracias a mi confianza en el Hijo de Dios, porque él me amó y quiso morir para salvarme.
Gál 2:21  No rechazo el amor de Dios. Porque si él nos aceptara sólo porque obedecemos la ley, entonces de nada serviría que Cristo haya muerto. 

 


 

Gál 2:1  Catorce años después volví a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito.
Gál 2:2  Este viaje lo hice movido de una revelación; y conferí con los fieles de allí la buena nueva, que predico entre las naciones, en particular con los más autorizados, por no seguir quizá mi carrera sin fruto, o haberla seguido en vano.
Gál 2:3  Mas ni aun Tito, que me acompañaba, con ser gentil, fue obligado a circuncidarse.
Gál 2:4  Ni aun por miramiento a aquellos falsos hermanos, que furtivamente se metieron a espiar la libertad con que procedemos en Cristo Jesús , a fin de reducirnos a la servidumbre de la ley antigua.
Gál 2:5  A los cuales ni por un momento quisimos ceder ni sujetarnos, para que la verdad de la buena nueva se mantenga firme entre vosotros.
Gál 2:6  En cuanto a los que parecían ser los más distinguidos (nada me importa lo que hayan sido en otro tiempo, en Dios no hay preferencia de personas), aquellos, digo, que parecían ser los más autorizados, nada me enseñaron de nuevo;
Gál 2:7  antes al contrario habiendo reconocido que a mí se me había confiado por Dios el evangelizar a los incircuncisos, así como a Pedro a los circuncisos
Gál 2:8  (pues quien dio eficacia a Pedro para el apostolado entre los circuncisos, me la dio también a mí para entre los gentiles);
Gál 2:9  habiendo, digo, conocido Santiago, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas de la Iglesia, la gracia que se me había dado, nos dieron las manos, en señal de convenio, a mí y a Bernabé, para que nosotros predicásemos a los gentiles, y ellos a los circuncidados.
Gál 2:10  Solamente nos recomendaron que tuviésemos presentes a los pobres de la Judea; cosa que he procurado hacer con esmero.
Gál 2:11  Y cuando vino después Cefas, o Pedro, a Antioquía, le hice resistencia cara a cara, por ser digno de reprensión;
Gál 2:12  pues antes que llegasen ciertos sujetos de parte de Santiago, comía con los gentiles; mas llegados que fueron, empezó a recatarse y separarse, por temor de aquellos circuncisos.
Gál 2:13  Y los demás judíos se conformaron con su porte disimulado, de manera que aun Bernabé fue inducido por ellos a usar de la misma simulación.
Gál 2:14  Pero yo, visto que no andaban derechamente conforme a la verdad de la buana nueva, dije a Cefas en presencia de todos: Si tú, con ser judío, vives como los gentiles, y no como los judíos, ¿cómo con tu ejemplo fuerzas a los gentiles a judaizar?
Gál 2:15  Nosotros somos de naturaleza judíos, y no de casta de gentiles pecadores o idólatras.
Gál 2:16  Sin embargo, sabiendo que no se justifica el hombre por las obras solas de la ley, sino por la fe de Jesucristo, por eso creemos en Cristo Jesús , a fin de ser justificados por la fe de Cristo , y no por las obras de la ley, por cuanto ningún mortal será justificado por las obras de la ley.
Gál 2:17  Y si queriendo ser justificados en Cristo , venimos a ser también nosotros pecadores por no observar la antigua ley, ¿no se dirá entonces que Cristo es ministro y causa del pecado? En ninguna manera puede jamás serlo.
Gál 2:18  Mas si yo vuelvo a edificar lo mismo que he destruido como inútil, me convenzo a mí mismo de prevaricador.
Gál 2:19  Pero la verdad es que yo estoy muerto a la ley antigua, por lo que me enseña la ley misma; a fin de vivir para Dios, estoy clavado en la cruz con Cristo ;
Gál 2:20  y yo vivo ahora, o más bien no soy yo el que vivo, sino que Cristo vive en mí. Así la vida que vivo ahora en esta carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo a la muerte por mí.
Gál 2:21  No desecho esta gracia o merced de Dios. Porque si por la ley antigua se obtiene la justicia, luego en balde Cristo murió. 

 


 

Gál 2:1  Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén(A) con Bernabé, llevando también conmigo a Tito.
Gál 2:2  Pero subí según una revelación, y para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles.
Gál 2:3  Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse;
Gál 2:4  y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud,
Gál 2:5  a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros.
Gál 2:6  Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personas(B)), a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron.
Gál 2:7  Antes por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión
Gál 2:8  (pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles),
Gál 2:9  y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión.
Gál 2:10  Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer. 

Pablo reprende a Pedro en Antioquía
 
Gál 2:11  Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar.
Gál 2:12  Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión.
Gál 2:13  Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos.
Gál 2:14  Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?
Gál 2:15  Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles,
Gál 2:16  sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley,(C) sino por la fe de Jesucristo,(D) nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.
Gál 2:17  Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera.
Gál 2:18  Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago.
Gál 2:19  Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios.
Gál 2:20  Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Gál 2:21  No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo. 
 

 


 

Gál 2:1  Después, pasados catorce años, fui otra vez a Jerusalén juntamente con Bernabé, tomando también conmigo a Tito.
Gál 2:2  Pero fui por revelación, y les comuniqué el Evangelio que predico entre los gentiles; mas particularmente a los que parecían ser algo, por no correr en vano, o haber corrido.
Gál 2:3  Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, siendo griego, fue compelido a circuncidarse.
Gál 2:4  Y eso a pesar de los falsos hermanos, que se entraban secretamente para espiar nuestra libertad que tenemos en el Cristo Jesús, para ponernos en servidumbre;
Gál 2:5  a los cuales ni aun por una hora accedimos a someternos, para que la verdad del Evangelio permaneciese con vosotros.
Gál 2:6  Pero de aquellos que parecían ser algo (cuales hayan sido en algún tiempo, no tengo que ver; Dios no acepta apariencia de hombre), a mí ciertamente los que parecían ser algo, nada me dieron.
Gál 2:7  Antes por el contrario, como vieron que el Evangelio de la incircuncisión me era encargado, como a Pedro el de la circuncisión,
Gál 2:8  (porque el que obró Pedro para el apostolado de la circuncisión, obró también en mí para con los gentiles);
Gál 2:9  y como vieron la gracia que me era dada, Jacobo y Cefas y Juan, que parecían ser las columnas, nos dieron la diestra de compañía a mí y a Bernabé, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión.
Gál 2:10  Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo mismo que fui también solícito en hacer.
Gál 2:11  Pero viniendo Pedro a Antioquía, le resistí en la cara, porque era de condenar.
Gál 2:12  Porque antes que viniesen unos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; mas después que vinieron, se retraía y apartaba, teniendo miedo de los que eran de la circuncisión.
Gál 2:13  Y a su disimulación consentían también los otros judíos; de tal manera que aun Bernabé fue también llevado de ellos en su hipocresía.
Gál 2:14  Como vi que no andaban derechamente conforme a la verdad del Evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como gentil y no como judío, ¿por qué constriñes a los gentiles a judaizar?
Gál 2:15  Nosotros que somos judíos naturaleza, y no pecadores de los gentiles,
Gál 2:16  sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesús, el Cristo, nosotros también hemos creído en Jesús, el Cristo, para que fuésemos justificados por la fe de Cristo, y no por las obras de la ley; por cuanto por las obras de la ley ninguna carne será justificada.
Gál 2:17  Y si buscando nosotros ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso el Cristo ministro de nuestro pecado? En ninguna manera.
Gál 2:18  Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, rebelde me hago.
Gál 2:19  Porque yo por la ley soy muerto a la ley, para vivir a Dios.
Gál 2:20  Con Cristo estoy juntamente colgado en el madero, y vivo, no ya yo, sino vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo por mí.
Gál 2:21  No desecho la gracia de Dios; porque si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo. 

 


 

Gál 2:1  Then fourteen years after I went up again to Jerusalem with Barnabas, and took Titus with me also.
Gál 2:2  And I went up by revelation, and communicated unto them that gospel which I preach among the Gentiles, but privately to them which were of reputation, lest by any means I should run, or had run, in vain.
Gál 2:3  But neither Titus, who was with me, being a Greek, was compelled to be circumcised:
Gál 2:4  And that because of false brethren unawares brought in, who came in privily to spy out our liberty which we have in Christ Jesus, that they might bring us into bondage:
Gál 2:5  To whom we gave place by subjection, no, not for an hour; that the truth of the gospel might continue with you.
Gál 2:6  But of these who seemed to be somewhat, (whatsoever they were, it maketh no matter to me: God accepteth no man's person:) for they who seemed to be somewhat in conference added nothing to me:
Gál 2:7  But contrariwise, when they saw that the gospel of the uncircumcision was committed unto me, as the gospel of the circumcision was unto Peter;
Gál 2:8  (For he that wrought effectually in Peter to the apostleship of the circumcision, the same was mighty in me toward the Gentiles:)
Gál 2:9  And when James, Cephas, and John, who seemed to be pillars, perceived the grace that was given unto me, they gave to me and Barnabas the right hands of fellowship; that we should go unto the heathen, and they unto the circumcision.
Gál 2:10  Only they would that we should remember the poor; the same which I also was forward to do.
Gál 2:11  But when Peter was come to Antioch, I withstood him to the face, because he was to be blamed.
Gál 2:12  For before that certain came from James, he did eat with the Gentiles: but when they were come, he withdrew and separated himself, fearing them which were of the circumcision.
Gál 2:13  And the other Jews dissembled likewise with him; insomuch that Barnabas also was carried away with their dissimulation.
Gál 2:14  But when I saw that they walked not uprightly according to the truth of the gospel, I said unto Peter before them all, If thou, being a Jew, livest after the manner of Gentiles, and not as do the Jews, why compellest thou the Gentiles to live as do the Jews?
Gál 2:15  We who are Jews by nature, and not sinners of the Gentiles,
Gál 2:16  Knowing that a man is not justified by the works of the law, but by the faith of Jesus Christ, even we have believed in Jesus Christ, that we might be justified by the faith of Christ, and not by the works of the law: for by the works of the law shall no flesh be justified.
Gál 2:17  But if, while we seek to be justified by Christ, we ourselves also are found sinners, is therefore Christ the minister of sin? God forbid.
Gál 2:18  For if I build again the things which I destroyed, I make myself a transgressor.
Gál 2:19  For I through the law am dead to the law, that I might live unto God.
Gál 2:20  I am crucified with Christ: nevertheless I live; yet not I, but Christ liveth in me: and the life which I now live in the flesh I live by the faith of the Son of God, who loved me, and gave himself for me.
Gál 2:21  I do not frustrate the grace of God: for if righteousness come by the law, then Christ is dead in vain. 

 


 

Gál 2:1  Luego, al cabo de catorce años, subí nuevamente a Jerusalén con Bernabé, llevando conmigo también a Tito.
Gál 2:2  Subí movido por una revelación y les expuse el Evangelio que proclamo entre los gentiles - tomando aparte a los notables - para saber si corría o había corrido en vano.
Gál 2:3  Pues bien, ni siquiera Tito que estaba conmigo, con ser griego, fue obligado a circuncidarse.
Gál 2:4  Pero, a causa de los intrusos, los falsos hermanos que solapadamente se infiltraron para espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús, con el fin de reducirnos a esclavitud,
Gál 2:5  a quienes ni por un instante cedimos, sometiéndonos, a fin de salvaguardar para vosotros la verdad del Evangelio...
Gál 2:6  Y de parte de los que eran tenidos por notables - ¡qué me importa lo que fuesen!: en Dios no hay acepción de personas - en todo caso, los notables nada nuevo me impusieron.
Gál 2:7  Antes al contrario, viendo que me había sido confiada la evangelización de los incircuncisos, al igual que a Pedro la de los circuncisos,
Gál 2:8  - pues el que actuó en Pedro para hacer de él un apóstol de los circuncisos, actuó también en mí para hacerme apóstol de los gentiles -
Gál 2:9  y reconociendo la gracia que me había sido concedida, Santiago, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos tendieron la mano en señal de comunión a mí y a Bernabé: nosotros nos iríamos a los gentiles y ellos a los circuncisos;
Gál 2:10  sólo que nosotros debíamos tener presentes a los pobres, cosa que he procurado cumplir con todo esmero.
Gál 2:11  Mas, cuando vino Cefas a Antioquía, me enfrenté con él cara a cara, porque era digno de reprensión.
Gál 2:12  Pues antes que llegaran algunos del grupo de Santiago, comía en compañía de los gentiles; pero una vez que aquéllos llegaron, se le vio recatarse y separarse por temor de los circuncisos.
Gál 2:13  Y los demás judíos le imitaron en su simulación, hasta el punto de que el mismo Bernabé se vio arrastrado por la simulación de ellos.
Gál 2:14  Pero en cuanto vi que no procedían con rectitud, según la verdad del Evangelio, dije a Cefas en presencia de todos: «Si tú, siendo judío, vives como gentil y no como judío, ¿cómo fuerzas a los gentiles a judaizar?»
Gál 2:15  Nosotros somos judíos de nacimiento y no gentiles pecadores; a pesar de todo,
Gál 2:16  conscientes de que el hombre no se justifica por las obras de la ley sino sólo por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús a fin de conseguir la justificación por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley, pues por las obras de la ley = nadie será justificado. =
Gál 2:17  Ahora bien, si buscando nuestra justificación en Cristo, resulta que también nosotros somos pecadores, ¿estará Cristo al servicio del pecado? ¡De ningún modo!
Gál 2:18  Pues si vuelvo a edificar lo que una vez destruí, a mí mismo me declaro transgresor.
Gál 2:19  En efecto, yo por la ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios: con Cristo estoy crucificado:
Gál 2:20  y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Gál 2:21  No tengo por inútil la gracia de Dios, pues si por la ley se obtuviera la justificación, entonces hubiese muerto Cristo en vano.

 


 

Gál 2:1  Catorce años después fui otra vez a Jerusalén con Bernabé, y llevé a Tito conmigo.
Gál 2:2  Fui porque Dios me había mostrado que tenía que ir. Y allí expuse ante la comunidad el evangelio que anuncio a los no judíos. Y lo expliqué también en privado ante aquellos que eran reconocidos como de mayor autoridad, para dejar en claro que lo que yo estaba haciendo o había hecho no era trabajo inútil.
Gál 2:3  Pero ni siquiera Tito, que estaba conmigo y que era griego, fue obligado a someterse al rito de la circuncisión.
Gál 2:4  Algunos falsos hermanos se habían metido entre nosotros a escondidas, para espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús y hacernos otra vez esclavos de la ley.
Gál 2:5  Pero ni por un momento nos dejamos llevar por ellos, porque queríamos que la verdad del evangelio permaneciera en ustedes.
Gál 2:6  Pero no me añadieron nada nuevo los que eran reconocidos como de mayor autoridad (aunque a mí no me interesa lo que hayan sido ellos, porque Dios no juzga por las apariencias).
Gál 2:7  Al contrario, reconocieron que Dios me había encargado el trabajo de anunciar el evangelio a los no judíos, así como a Pedro le había encargado el trabajo de anunciarlo a los judíos.
Gál 2:8  Pues el mismo Dios que envió a Pedro como apóstol a los judíos, me envió también a mí como apóstol a los no judíos.
Gál 2:9  Santiago, Cefas y Juan, que eran tenidos por columnas de la iglesia, reconocieron que Dios me había concedido este privilegio, y para confirmar que nos aceptaban como compañeros, nos dieron la mano a mí y a Bernabé, y estuvieron de acuerdo en que nosotros fuéramos a trabajar entre los no judíos, mientras que ellos trabajarían entre los judíos.
Gál 2:10  Solamente nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, cosa que he procurado hacer con todo cuidado. [1]
Gál 2:11  Pero cuando Cefas fue a la ciudad de Antioquía, [2] lo reprendí en su propia cara, porque lo que estaba haciendo era condenable.
Gál 2:12  Pues primero comía con los no judíos, hasta que llegaron algunas personas de parte de Santiago; entonces comenzó a separarse, y dejó de comer con ellos, porque tenía miedo de los fanáticos de la circuncisión.
Gál 2:13  y los otros creyentes judíos consintieron también con Pedro en su hipocresía, tanto que hasta Bernabé se dejó llevar por ellos.
Gál 2:14  Por eso, cuando vi que no se portaban conforme a la verdad del evangelio, le dije a Cefas delante de toda la comunidad: "Tú, que eres judío, has estado viviendo como si no lo fueras; ¿por qué, pues, quieres obligar a los no judíos a vivir como si lo fueran?"
Gál 2:15  Nosotros somos judíos de nacimiento, y no pecadores paganos.
Gál 2:16  Sin embargo, sabemos que nadie es reconocido como justo por cumplir la ley sino gracias a la fe en Jesucristo. Por esto, también nosotros hemos creído en Jesucristo, para que Dios nos reconozca como justos, gracias a esa fe y no por cumplir la ley. Porque nadie será reconocido como justo[3] por cumplir la ley. [4]
Gál 2:17  Ahora bien, si buscando ser reconocidos como justos por medio de Cristo, resulta que también nosotros somos pecadores, ¿acaso esto querrá decir que Cristo nos hace pecadores? ¡Claro que no!
Gál 2:18  Pues si destruyo algo y luego lo vuelvo a construir, yo mismo soy el culpable.
Gál 2:19  Porque por medio de la ley yo he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo he sido crucificado,
Gál 2:20  y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí.
Gál 2:21  No quiero rechazar la bondad de Dios; pues si se obtuviera la justicia por medio de la ley, Cristo habría muerto inútilmente. 

 


 

Gál 2:1  Entonces, después de catorce años, volví a subir a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito.
Gál 2:2  Pero subí como resultado de una revelación. Y puse ante ellos las buenas nuevas que estoy predicando entre las naciones, privadamente, sin embargo, ante los que eran hombres sobresalientes, por temor de que de algún modo estuviera corriendo o hubiera corrido en vano.
Gál 2:3  No obstante, ni siquiera Tito, que estaba conmigo, fue obligado a circuncidarse, aunque era griego.
Gál 2:4  Pero a causa de los falsos hermanos introducidos calladamente, que entraron a hurtadillas para espiar nuestra libertad que tenemos en unión con Cristo Jesús, a fin de esclavizarnos completamente...
Gál 2:5  a estos no cedimos a manera de sumisión, no, ni por una hora, para que la verdad de las buenas nuevas continuara con ustedes.
Gál 2:6  Pero de parte de los que parecían ser algo —qué clase de hombres hayan sido en otro tiempo a mí no me importa... Dios no se rige por la apariencia exterior del hombre— a mí, de hecho, aquellos hombres sobresalientes no me impartieron nada nuevo.
Gál 2:7  Pero, al contrario, cuando ellos vieron que yo tenía encomendadas a mí las buenas nuevas para los incircuncisos, así como Pedro [las tenía] para los circuncisos
Gál 2:8  —porque El que dio a Pedro poderes necesarios para un apostolado a los circuncisos me dio poderes también a mí para los que son de las naciones—;
Gál 2:9  sí, cuando llegaron a saber de la bondad inmerecida que me había sido dada, Santiago y Cefas y Juan, los que parecían ser columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la mano derecha de la coparticipación: que nosotros fuéramos a las naciones, mas ellos a los circuncisos.
Gál 2:10  Solamente que tuviéramos presentes a los pobres. Esta misma cosa también me he esforzado solícitamente por hacer.
Gál 2:11  Sin embargo, cuando Cefas vino a Antioquía, lo resistí cara a cara, porque se hallaba condenado.
Gál 2:12  Porque, antes de la llegada de ciertos hombres desde Santiago, solía comer con gente de las naciones; pero cuando estos llegaron, se puso a retirarse y a separarse, por temor a los de la clase circuncisa.
Gál 2:13  Los demás de los judíos también se unieron a él en hacer esta simulación, de modo que hasta Bernabé fue llevado con ellos en su simulación.
Gál 2:14  Mas cuando yo vi que no estaban andando rectamente conforme a la verdad de las buenas nuevas, dije a Cefas delante de todos ellos: “Si tú, aunque eres judío, vives como las naciones, y no como los judíos, ¿cómo obligas a gente de las naciones a vivir conforme a la práctica judía?”.
Gál 2:15  Nosotros que somos judíos por naturaleza, y no pecadores de entre las naciones,
Gál 2:16  sabiendo como lo sabemos que el hombre no es declarado justo debido a obras de ley, sino únicamente por medio de fe para con Cristo Jesús, hasta nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser declarados justos debido a fe para con Cristo, y no debido a obras de ley, porque debido a obras de ley ninguna carne será declarada justa.
Gál 2:17  Ahora bien, si, procurando que se nos declare justos mediante Cristo, a nosotros mismos también se nos ha hallado pecadores, ¿es Cristo en realidad ministro del pecado? ¡Jamás suceda eso!
Gál 2:18  Porque si las mismas cosas que en otro tiempo eché abajo las edifico de nuevo, demuestro que yo mismo soy transgresor.
Gál 2:19  En cuanto a mí, mediante ley morí tocante a ley, para llegar a vivir tocante a Dios.
Gál 2:20  Estoy fijado en un madero junto con Cristo. Ya no soy yo el que vivo; antes bien, es Cristo el que vive en unión conmigo. En verdad, la vida que ahora vivo en carne la vivo por la fe que es para con el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.
Gál 2:21  No echo a un lado la bondad inmerecida de Dios; porque si la justicia es mediante ley, Cristo realmente murió en balde.

 


 

Gál 2:1  Catorce años después, Dios me hizo ver que yo debía ir a Jerusalén. En esa ocasión me acompañaron Bernabé y Tito. Allí nos reunimos con los miembros de la iglesia, y les explicamos el mensaje que yo anuncio a los que no son judíos. Luego me reuní a solas con los que eran reconocidos como líderes de la iglesia, pues quería estar seguro de que mi trabajo, pasado y presente, no iba a resultar un esfuerzo inútil.
Gál 2:3  Ellos no obligaron a nadie a circuncidarse; ni siquiera a Tito, que no era judío.
Gál 2:4  Tuvimos esa reunión porque hubo algunos que, a escondidas, se metieron en el grupo de la iglesia para espiarnos. Esos falsos seguidores sólo querían quitarnos la libertad que Jesucristo nos dio, y obligarnos a obedecer las leyes judías.
Gál 2:5  Pero ni por un momento nos dejamos convencer, pues queríamos que ustedes siguieran obedeciendo el verdadero mensaje de la buena noticia.
Gál 2:6  Aquellos que en la iglesia eran reconocidos como líderes no agregaron nada nuevo al mensaje que yo predico. Y no me interesa saber si en verdad eran líderes o no, pues Dios no se fija en las apariencias.
Gál 2:7  Más bien, ellos comprendieron que a Pedro se le había encargado anunciar la buena noticia a los judíos, y que a mí se me había encargado anunciarla a todos los que no lo son.
Gál 2:8  Fue Dios mismo quien envió a Pedro como apóstol para los judíos, y a mí como apóstol para aquellos que no lo son.
Gál 2:9  Santiago, Pedro y Juan, que eran considerados los líderes más importantes de la iglesia, se dieron cuenta de ese privilegio que Dios me había dado. Entonces quedamos de acuerdo en que Bernabé y yo anunciaríamos la buena noticia a los que no son judíos, y que ellos la anunciarían a quienes sí lo son. Y para mostrarnos que estaban de acuerdo, nos dieron la mano.
Gál 2:10  La única condición que nos pusieron fue que no dejáramos de ayudar a los pobres de la iglesia en Jerusalén. Y eso es precisamente lo que he estado procurando hacer.
Gál 2:11  Cuando Pedro vino a la ciudad de Antioquía, me enfrenté a él y le dije que no estaba bien lo que hacía.
Gál 2:12  Pues antes de que llegaran los judíos que Santiago envió, Pedro comía con los cristianos que no son judíos; pero, en cuanto llegaron los judíos, dejó de hacerlo, porque les tenía miedo.
Gál 2:13  Pedro y los judíos disimularon muy bien sus verdaderos sentimientos, y hasta el mismo Bernabé les creyó.
Gál 2:14  ¡Esa conducta iba en contra del verdadero mensaje de la buena noticia! Por eso, hablé con Pedro delante de todos los miembros de la iglesia de Antioquía, y le dije: «Tú, que eres judío, has estado viviendo como si no lo fueras. ¿Por qué, entonces, quieres obligar a los que no son judíos a vivir como si lo fueran?»
Gál 2:15  Todos nosotros somos judíos desde que nacimos, y no somos pecadores como los que no son judíos.
Gál 2:16  Sabemos muy bien que Dios sólo acepta a los que confían en Jesucristo, y que nadie se salva sólo por obedecer la ley. Nosotros mismos hemos confiado en Jesucristo, para que Dios nos acepte por confiar en él. Porque Dios no aceptará a nadie sólo por obedecer la ley.
Gál 2:17  Nosotros queremos que Dios nos acepte por medio de Cristo. Pero si al hacer esto descubrimos que también nosotros somos pecadores como la gente de otros países, ¿vamos a pensar por eso que Cristo nos hizo pecar? ¡Claro que no!
Gál 2:18  Si yo digo que la ley no sirve, pero luego vuelvo a obedecerla, demuestro que estoy totalmente equivocado.
Gál 2:19  Para la ley estoy muerto, y lo estoy por causa de la ley misma. Sin embargo, ¡ahora vivo para Dios!
Gál 2:20  En realidad, también yo he muerto en la cruz, junto con Jesucristo. Y ya no soy yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí. Y ahora vivo gracias a mi confianza en el Hijo de Dios, porque él me amó y quiso morir para salvarme.
Gál 2:21  No rechazo el amor de Dios. Porque si él nos aceptara sólo porque obedecemos la ley, entonces de nada serviría que Cristo haya muerto.

 


 

Gál 2:1  Entonces, después de catorce años, volví a subir a Yerushalayim, esta vez con Bar-Nabba y llevé conmigo a Tito.
Gál 2:2  Subí en obediencia a una revelación, y les expliqué a ellos las Buenas Noticias que proclamo entre los Gentiles, pero privadamente a los directores reconocidos. Hice esto por estar preocupado que mi trabajo previo y el actual hubieran podido haber sido en vano.
Gál 2:3  Pero ellos no forzaron a Tito, mi acompañante de los Gentiles, a someterse a la britmilah.[7]
Gál 2:4  En verdad la cuestión salió a relucir solamente cuando unos que pretendían ser hermanos, pero se habían infiltrado, vinieron subrepticiamente a espiar la libertad que nosotros tenemos en el Mashíaj Yahshúa, de modo que pudieran esclavizarnos.
Gál 2:5  Ni tan sólo por un minuto accedimos a ellos, para que la verdad de las Buenas Noticias fuera preservada para ustedes.[8]
Gál 2:6  Además, aquellos que eran los directores reconocidos, lo que ellos eran, a mi no me importa; YAHWEH no juzga por apariencias exteriores, estos directores no aportaron nada para mí.
Gál 2:7  Antes, por el contrario, ellos vieron que yo fui confiado con las Buenas Noticias para los incircuncisos,[9] tal como Kefa lo había sido para los circuncisos;
Gál 2:8  desde el momento que el que estaba trabajando en Kefa para hacerlo un emisario a los circuncisos; había trabajado en mi para hacerme un emisario a los Gentiles.
Gál 2:9  Así que, habiendo percibido la misericordia que se me había dado, Ya'akov, Kefa y Yojanán, los pilares reconocidos de la Asamblea, extendieron a Bar- Nabba y a mí la diestra de la confraternidad, para que pudiéramos ir a los Gentiles, y ellos a los circuncisos.
Gál 2:10  La única petición de ellos fue que debíamos acordarnos de los pobres; de lo que yo no me he reservado esfuerzos.
Gál 2:11  Además, cuando Kefa vino a Antioquía me opuse a él públicamente, porque estaba claramente equivocado.
Gál 2:12  Pues, antes de la llegada de ciertas personas dirigidas por Ya'akov, él estaba comiendo con aquellos de los pueblos,[10] pero después que vinieron, se retiró y se separó[11] a sí mismo, porque tenía miedo de la facción que favorecía la circuncisión.[12]
Gál 2:13  y los otros creyentes Judíos se volvieron hipócritas igual que él, hasta también Bar-Nabba fue descarriado por sus hipocresías.
Gál 2:14  Pero cuando vi que no estaban andando por camino recto, manteniéndose en línea con las verdades de las Buenas Noticias le dije a Kefa delante de todos: "Si tú, siendo Judío, vives como un Goi y no como un Judío, ¿por qué estás obligando a los Goyim a vivir como Judíos?[13]
Gál 2:15  Somos Judíos de nacimiento, no como los llamados 'pecadores Goishe';[14]
Gál 2:16  de cualquier modo nosotros hemos llegado a conocer que una persona no es declarada justificada por YAHWEH, basado en la observancia legalista [Obras de la ley][15] de los mandamientos de la Toráh, sino por medio de la confianza en la llenura de fe del Mashíaj. Entonces nosotros también ponemos nuestra confianza en el Mashíaj Yahshúa y nos volvemos fieles a El, para que podamos ser declarados justificados por la confianza en la llenura de fe del Mashíaj y no basado en la observancia legalista [Obras de la Ley][16] de los mandamientos de la Toráh. Por cuanto basado en la observancia legalista [Obras de la Ley] de los mandamientos de la Toráh nadie será declarado justificado.'[Sal 143:2]
Gál 2:17  Pero si en nuestra búsqueda por ser declarados justificados por YAHWEH, por medio de nuestra unión con el Mashíaj, nosotros mismos somos hallados pecadores, entonces ¿es el Mashíaj un instigador y cómplice del pecado? ¡YAHWEH no lo permita!
Gál 2:18  En verdad, si yo reedifico otra vez la esclavitud legalista que ya destruí, realmente me estoy haciendo un transgresor.
Gál 2:19  Pues fue dejando que la Toráh hablara por sí sola que yo morí a las tradicionales malas interpretaciones legalistas, para que así pudiera vivir en relación directa con YAHWEH.[17]
Gál 2:20  Cuando el Mashíaj fue ejecutado en la estaca como un criminal, yo también lo fui; así que mi soberbio ego ya no vive. Pero el Mashíaj vive en mí, y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por la misma confianza en la llenura de fe que tenía el Hijo de YAHWEH, el cual me amó y murió por mí.
Gál 2:21  Yo no rechazo el don de la misericordia de YAHWEH; pero si de la manera que uno obtiene justificación es por medio de legalismos [Obras de la Ley], entonces la muerte del Mashíaj no tiene ningún sentido.

 


 

Gál 2:1  "Catorce años después regresé a Jerusalén, pero esta vez fui con Bernabé, y también llevé a Tito."
Gál 2:2  "Fui a Jerusalén porque Dios me mostró que debía volver. Allí, tuve una reunión en privado con los líderes de la iglesia. Les expliqué el mensaje de salvación que anuncio a los que no son judíos. Quería asegurarme de que el trabajo que ya había hecho y que estaba haciendo no era trabajo perdido."
Gál 2:3  "Tito estaba conmigo, y aunque él es griego, no fue obligado a circuncidarse."
Gál 2:4  Era necesario hablar de estos problemas porque se habían infiltrado algunos falsos hermanos para espiar la libertad que tenemos en Jesucristo y hacernos esclavos de la ley.
Gál 2:5  "Pero nosotros no aceptamos nada de lo que ellos exigían, pues queríamos que la verdad de las buenas noticias permaneciera a favor de ustedes."
Gál 2:6  "Los líderes que parecían más importantes no me pidieron cambiar en nada el mensaje que yo enseño. (Aunque a mí me da igual si ellos son importantes o no, porque ante Dios todos los hombres son iguales.)"
Gál 2:7  "En cambio, sí se dieron cuenta de que Dios me había dado una misión especial; así como la misión de Pedro es anunciar las buenas noticias entre los judíos, la mía es anunciar las buenas noticias entre los que no son judíos."
Gál 2:8  Dios le dio a Pedro el poder de hacer su trabajo de apóstol con los judíos; también Dios me dio a mí el poder de hacer mi trabajo de apóstol con los que no son judíos.
Gál 2:9  "Santiago, Pedro y Juan, que parecían ser los líderes allí, reconocieron que Dios me había dado ese privilegio especial. Así que, como señal de compañerismo, nos estrecharon la mano a mí y a Bernabé. Santiago, Pedro y Juan dijeron: ""Pablo y Bernabé, ustedes trabajen con los que no son judíos y nosotros trabajaremos con los judíos""."
Gál 2:10  "Ellos nos hicieron sólo una petición: que siempre ayudáramos a los pobres, que es precisamente lo que yo he estado haciendo con dedicación."
Gál 2:11  "Cuando Pedro fue a Antioquía, lo enfrenté cara a cara porque hizo algo muy malo."
Gál 2:12  "Esto fue lo que pasó: recién llegado a Antioquía, Pedro comía y tenía compañerismo con los que no eran judíos. Pero después, cuando algunos creyentes judíos vinieron de parte de Santiago, Pedro se separó de los que no eran judíos porque tenía miedo de esos judíos que afirman que los que no son judíos también tienen que ser circuncidados."
Gál 2:13  "Los otros creyentes judíos también se portaron como Pedro, fueron hipócritas y hasta Bernabé se dejó influenciar."
Gál 2:14  "Cuando vi que ellos no se comportaban según la verdad del mensaje de salvación, le dije a Pedro delante de todos: ""Tú eres judío, pero no vives como judío pues te comportas como los que no son judíos. Entonces, ¿cómo te atreves a obligar a los que no son judíos a que sigan las costumbres de los judíos?"""
Gál 2:15  "Nosotros somos judíos de nacimiento y no nacimos ""pecadores"" que es como le decimos a los que no son judíos."
Gál 2:16  "Sin embargo, sabemos que nadie consigue estar bien con Dios por cumplir la ley. Dios aprueba sólo a los que tienen fe en Jesucristo. Por eso hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para estar bien con Dios. Somos aprobados por Dios por nuestra fe en Cristo, no por cumplir la ley, porque nadie consigue estar bien con Dios por cumplir la ley."
Gál 2:17  "Nosotros, los creyentes que somos judíos, acudimos a Cristo para estar bien con Dios. Eso demuestra que también nosotros somos pecadores. ¿Entonces es Cristo el que nos hace pecadores? ¡Nada de eso!"
Gál 2:18  Lo que sí estaría muy mal es que yo enseñara otra vez lo que ya he abandonado.
Gál 2:19  "Ya no vivo para la ley pues he muerto para ella. La ley misma me mató, pero al morir para la ley, puedo ahora vivir para Dios. Es como si yo mismo hubiera sido clavado en la cruz con Cristo."
Gál 2:20  "Ahora ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Y mientras vivo en este cuerpo, vivo por fe en el Hijo de Dios, quien me amó y entregó su vida para salvarme."
Gál 2:21  "Así que yo no voy a rechazar el generoso amor de Dios. Pues si por la ley fuera posible que estuviéramos bien con Dios, entonces la muerte de Cristo no serviría de nada."

 


 
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