Biblia Adventista - Biblia de Estudio
  W122
 


  BibliadeEstudioAdventistaHebreos 12.BibliadeEstudioAdventista

La version Reina Valera 1990 con comentarios de elena White,referencias biblicas y otros complementos (Por editar)se encuentra en las subpaginas de Hebreos


 

Heb 12:1  Por lo tanto; también nosotros, tanta teniendo, que nos cerca, nube de testigos, carga deponiendo toda y el cautivador pecado, por paciencia corramos la que se nos propone, lid,
Heb 12:2  mirando al de la fe autor y consumador, Jesús; quien en vez del que se le proponía gozo, soportó cruz, vergüenza menospreciando; y a la diestra del trono de Dios está sentado.
Heb 12:3  Porque recapacitad al que tamaña(a)  ha soportado, de los pecadores, contra sí, contradicción; para que no os rindáis, en las almas vuestras desmayados.
Heb 12:4  Aún no hasta sangre habéis resistido, contra el pecado reluchando:
Heb 12:5  y os(b)  habéis olvidado de la consolación; la que con vosotros, cual con hijos conversa: (Prov. 3,11). Hijo mío, no apoques(c)  la corrección del Señor, ni desmayes, por él reprendido.
Heb 12:6  Pues al que ama Señor, corrige; y vapula a todo hijo que recibe(d) .
Heb 12:7  Hasta la corrección perseverad; cual a hijos, se os ofrece Dios; pues, ¿qué hijo(e)  a quien no corrige el padre?
Heb 12:8  Y, si fuera estáis de corrección, de que partícipes han sido hechos todos; luego bastardos, y no hijos sois.
Heb 12:9  Además; a los de nuestra carne padres teníamos de correctores; y les reverenciábamos; ¿no mucho más nos subordinaremos al padre de nuestros espíritus, y viviremos?
Heb 12:10  Pues aquéllos para pocos días, según lo que les parecía, educaban; éste, empero, en lo conveniente a participar de su santidad.
Heb 12:11  Pero toda educación, en cuanto a lo presente, no parece de gozo ser, sino de pesar; al fin, empero, fruto pacífico, a los por ella ejercitados, da de justicia.
Heb 12:12  Por lo cual, las remisas manos y las disueltas rodillas erguid,
Heb 12:13  y pasos rectos haced con vuestros pies para que lo claudicante no extravíe; sane, empero, más bien.
Heb 12:14  La paz seguid con todos, y la santificación; sin la cual nadie verá al Señor;
Heb 12:15  mirando que nadie falte a la gracia de Dios; que ninguna raíz de amargura, subiendo, empezca y por ella se manchen los muchos;
Heb 12:16  que ninguno(f) , ramero, o profano, como Esaú; quien, por manjar uno, vendió su primogenitura;
Heb 12:17  porque sabéis que también más adelante, queriendo heredar la bendición, reprobado fue; pues de penitencia lugar no halló; con lágrimas, buscándola.
Heb 12:18  Porque no os habéis allegado a palpable monte, y encendido fuego, nieblas y tinieblas, y tormenta,
Heb 12:19  y a de trompeta son y voz de palabras; la cual oyendo, pidieron que no se les dirigiera palabra;
Heb 12:20  (pues no sufrían lo que se ordenaba: Aun cuando bestia tocare el monte, lapidada será;
Heb 12:21  y tan temeroso era lo que aparecía que Moisés dijo: Espantado estoy y tembloroso);
Heb 12:22  sino que os habéis allegado a Sión monte y ciudad de Dios viviente, a Jerusalén celeste y a miríadas(g)  de ángeles,
Heb 12:23  a asamblea y congregación de primogénitos(h)  inscritos en los cielos, y al juez Dios de todos, y a espíritus de justos consumados(i) .
Heb 12:24  y a de alianza nueva medianero, Jesús, y a sangre de aspersión, mejor hablando que Abel.
Heb 12:25  Mirad que no desechéis al que habla; pues, si aquéllos no escaparon los que sobre la tierra desecharon al vaticinante(j) ; mucho menos nosotros los que al de los cielos desechamos;
Heb 12:26  cuya voz la tierra estremeció entonces; ahora, empero, ha prometido diciendo: (Ag. 2,6). Todavía una vez yo estremeceré, no sólo la tierra, sino también el cielo.
Heb 12:27  Y lo de: «Todavía una vez», declara la de las cosas estremecidas traslación, como(k)  de hechas; para que queden las no estremecidas.
Heb 12:28  Por lo cual reino inestremecible recibiendo, retengamos la gracia; por la que sirvamos gratamente a Dios, con reverencia y temor,
Heb 12:29  que nuestro Dios, fuego consumidor.  

 


 

Heb 12:1  Teniendo, pues, nosotros tal nube de testigos que nos envuelve, arrojemos todo peso y el pecado que nos asedia, y por la paciencia corramos el combate que se nos ofrece,
Heb 12:2  puestos los ojos en el autor y perfeccionador de nuestra fe, Jesús; el cual, por el gozo que se le proponía, soportó la cruz, sin hacer caso de la ignominia, y está sentado a la diestra del trono de Dios."
Heb 12:3  Traed, pues, a vuestra consideración al que soportó tal contradicción de los pecadores contra sí mismo, para que no decaigáis de ánimo rendidos por la fatiga.
Heb 12:4  Aún no habéis resistido hasta la sangre en vuestra lucha contra el pecado,
Heb 12:5  y os habéis ya olvidado de la exhortación que a vosotros como a hijos se dirige: “Hijo mío, no menosprecies la corrección del Señor y no desmayes reprendido por El;"
Heb 12:6  porque el Señor, a quien ama le reprende, y azota a todo el que recibe por hijo.”
Heb 12:7  Soportad la corrección. Como con hijos se porta Dios con vosotros. ¿Pues qué hijo hay a quien su padre no corrija?
Heb 12:8  Pero si no os alcanzase la corrección de la cual todos han participado, argumento sería de que erais bastardos y no legítimos.
Heb 12:9  Por otra parte, hemos tenido a nuestros padres carnales que nos corregían y nosotros los respetábamos; ¿no hemos de someternos mucho más al Padre de los espíritus para alcanzar la vida?"
Heb 12:10  En efecto, aquéllos, según bien les parecía, nos corregían para proporcionarnos una felicidad de pocos días; pero éste, mirando a nuestro provecho, nos corrige, para hacernos participantes de su santidad."
Heb 12:11  Ninguna corrección parece por el momento agradable, sino dolorosa; pero al fin ofrece frutos apacibles de justicia a los ejercitados por ella."
Heb 12:12  Por lo cual, enderezad las manos caídas y las rodillas debilitadas,
Heb 12:13  y enderezad vuestros pasos, para que los rengos no se salgan del camino, antes bien sean curados.
Heb 12:14  Procurad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá a Dios;"
Heb 12:15  mirando bien que ninguno sea privado de la gracia de Dios, que ninguna raíz amarga, brotando, la impida y corrompa la fe e inficione a muchos.
Heb 12:16  Mirad que ninguno incurra en fornicación, impureza o impiedad, como Esaú, que vendió su primogenitura por una comida.
Heb 12:17  Bien sabéis cómo queriendo después heredar la bendición fue desechado y no halló lugar de penitencia, aunque con lágrimas lo buscó.
Heb 12:18  Que no os habéis allegado al monte tangible, al fuego encendido, al torbellino, a la oscuridad, a la tormenta,
Heb 12:19  al sonido de la trompeta y a la voz de las palabras, que quienes las oyeron rogaron que no se les hablase más;"
Heb 12:20  porque no podían oírla sin temor. Si un animal tocaba al monte, había de ser apedreado.
Heb 12:21  Y tan terrible era la aparición, que Moisés dijo: “Estoy aterrado y tembloroso.”
Heb 12:22  Pero vosotros os habéis allegado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo, a la Jerusalén celestial y a las miríadas de ángeles, a la asamblea,
Heb 12:23  a la congregación de los primogénitos, que están escritos en los cielos, y a Dios, Juez de todos, y a los espíritus de los justos perfectos,
Heb 12:24  y al Mediador de la nueva alianza, Jesús, y a la aspersión de la sangre, que habla mejor que la de Abel.
Heb 12:25  Mirad que no recuséis al que habla, porque si aquéllos, recusando al que en la tierra les hablaba, no escaparon al castigo, mucho menos nosotros, si desechamos al que desde el cielo nos habla,
Heb 12:26  cuya voz entonces estremecía la tierra y ahora hace esta promesa: “Todavía una vez, yo conmoveré no sólo la tierra, sino también el cielo.”
Heb 12:27  Este “todavía una vez” muestra el cambio de las cosas movibles, por razón de haberse ya cumplido, a fin de que permaneciesen las no conmovibles.
Heb 12:28  Por lo cual, ya que recibimos el reino inconmovible, guardemos la gracia, por la cual serviremos agradablemente a Dios con temor y reverencia,
Heb 12:29  porque mostró Dios ser un fuego devorador.

 


 

Heb 12:1  ¡Todas esas personas están a nuestro alrededor como testigos! Por eso debemos dejar de lado el pecado que es un estorbo, pues la vida es una carrera que exige resistencia.
Heb 12:2  Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de él viene nuestra confianza, y es él quien hace que confiemos cada vez más y mejor. Jesús soportó la vergüenza de morir clavado en una cruz porque sabía que, después de tanto sufrimiento, sería muy feliz. Y ahora se ha sentado a la derecha del trono de Dios.
Heb 12:3  Piensen en el ejemplo de Jesús. Mucha gente pecadora lo odió y lo hizo sufrir, pero él siguió adelante. Por eso, ustedes no deben rendirse ni desanimarse,
Heb 12:4  pues en su lucha contra el pecado todavía no han tenido que morir como él.
Heb 12:5  Pero ustedes parecen haberse olvidado ya del consejo que Dios les da a sus hijos en la Biblia: «Querido jovencito, no tomes las intrucciones de Dios como algo sin importancia. Ni te pongas triste cuando él te reprenda.
Heb 12:6  »Porque Dios corrige y castiga a todo aquel que ama y que considera su hijo.»
Heb 12:7  Si ahora ustedes están sufriendo, es porque Dios los ama y los corrige, como si fueran sus hijos. Porque no hay un padre que no corrija a su hijo.
Heb 12:8  Si Dios no los corrige, como lo hace con todos sus hijos, entonces ustedes no son en verdad sus hijos.
Heb 12:9  Cuando éramos niños, nuestros padres aquí en la tierra nos corregían, y nosotros los respetábamos. Con mayor razón debemos obedecer a Dios, que es nuestro Padre que está en el cielo, pues así tendremos vida eterna.
Heb 12:10  Cuando éramos niños, nuestros padres nos corregían porque pensaban que eso era lo mejor para nosotros. Pero Dios nos corrige para nuestro verdadero bien, para hacernos santos como él.
Heb 12:11  Desde luego que ningún castigo nos gusta en el momento de recibirlo, pues nos duele. Pero si aprendemos la lección que Dios nos quiere dar, viviremos en paz y haremos el bien.
Heb 12:12  Por todo eso, no debemos dejar de confiar totalmente en Dios. Si la vida es como una carrera, y ustedes tienen ya cansadas las manos y débiles las rodillas, cobren nuevas fuerzas.
Heb 12:13  Corran por un camino recto y parejo, para que el pie que esté cojo se sane y no se tuerza más.
Heb 12:14  Traten de vivir en paz con todos, y de obedecer a Dios; porque si no lo hacen, jamás lo verán cara a cara.
Heb 12:15  No dejen que nadie se aleje del amor de Dios. Tampoco permitan que nadie cause problemas en el grupo, porque eso les haría daño; ¡sería como una planta amarga, que los envenenaría!
Heb 12:16  Ninguno debe tener relaciones sexuales prohibidas ni despreciar a Dios. Eso fue lo que hizo Esaú, pues cambió sus derechos de hijo mayor por un plato de comida,
Heb 12:17  y cuando quiso que su padre le reconociera esos derechos, él no se los reconoció. Esaú lloró mucho, pero ya no había nada que hacer.
Heb 12:18  Ustedes no se acercaron al monte Sinaí, el cual se podía ver y tocar, y en el que había fuego, oscuridad, tinieblas y tormenta.
Heb 12:19  Tampoco oyeron el sonido de una trompeta, ni la voz de Dios dándoles mandamientos. Los que oyeron esa voz en el monte Sinaí pedían que se callara,
Heb 12:20  pues no podían obedecer el mandamiento que les ordenaba: «Deberán matar a pedradas, o con una lanza, a cualquier persona o animal que ponga un pie en este monte.»
Heb 12:21  Tan terrible fue lo que ellos vieron en ese monte, que Moisés mismo dijo: «Estoy temblando de miedo.»
Heb 12:22  Ustedes, por el contrario, se han acercado al monte Sión y a la ciudad de Dios, quien vive para siempre. Esa es la ciudad de Jerusalén, que está en el cielo. Allí hay miles de ángeles que alaban a Dios,
Heb 12:23  y allí están todos aquellos a quienes Dios trató como a hijos, y a quienes les dio el derecho de vivir en el cielo. Ustedes se han acercado a Dios, quien juzgará a todo el mundo. También se han acercado a los espíritus de las personas buenas que Dios hizo perfectas.
Heb 12:24  Se han acercado a Jesús, y recuerden que, por medio de él, Dios hizo un nuevo pacto con ustedes. Gracias a la sangre que Jesús derramó al morir, hemos sido perdonados de nuestros pecados. Por eso Jesús es mejor que Abel, pues la sangre de Abel no ofrece perdón, sino que pide venganza.
Heb 12:25  Tengan cuidado cuando Dios les llame la atención. No lo rechacen, porque los israelitas que en el pasado lo rechazaron, no escaparon del castigo. En aquella ocasión, cuando Dios les habló, su voz hizo temblar la tierra. Y si nosotros rechazamos a Dios, que nos llama la atención desde el cielo, tampoco escaparemos del castigo. Porque ahora él dice: «Otra vez haré temblar, no sólo la tierra, sino también el cielo.»
Heb 12:27  Y cuando dice «otra vez», entendemos que él quitará las cosas creadas, las que se pueden mover, para dejar las cosas que no pueden ser movidas.
Heb 12:28  Gracias a Dios, el reino que él nos da no puede ser movido. Por eso debemos adorar a Dios con el amor y la honra que a él le gusta recibir.
Heb 12:29  Porque nuestro Dios es como un fuego destructor. 

 


 

Heb 12:1  poniendo siempre los ojos en Jesús , autor y consumador de la fe, el cual en vista del gozo que le estaba preparado en la gloria sufrió la cruz, sin hacer caso de la ignominia, y en premio está sentado a la diestra del trono de Dios.
Heb 12:2  Considerad, pues, atentamente a aquel Señor que sufrió tal contradicción de los pecadores contra su misma persona, a fin de que no desmayéis, perdiendo vuestros ánimos.
Heb 12:3  Pues aun no habéis resistido hasta derramar la sangre, como Jesucristo, combatiendo contra el pecado;
Heb 12:4  sino que os habéis olvidado ya de las palabras de consuelo, que os dirige Dios como a hijos, diciendo en la Escritura. Hijo mío, no desprecies la corrección o castigo del Señor, ni caigas de ánimo cuando te reprende.
Heb 12:5  Porque el Señor al que ama, le castiga; y a cualquiera que recibe por hijo suyo, le azota y le prueba con adversidades.
Heb 12:6  Sufrid, pues, y aguantad firmes, la corrección. Dios se porta con vosotros como con hijos. Porque ¿cuál es el hijo a quien su padre no corrige?
Heb 12:7  Que si estáis fuera de la corrección o castigo, de que todos los justos participaron, bien se ve que sois bastardos, y no hijos legítimos.
Heb 12:8  Por otra parte, si tuvimos a nuestros padres carnales que nos corrigieron, y los respetábamos, y amábamos, ¿no es mucho más justo que obedezcamos al Padre de los espíritus, para alcanzar la vida eterna?
Heb 12:9  Y a la verdad aquellos por pocos días no castigaban a su arbitrio; pero éste nos amaestra en aquello que sirve para hacernos santos.
Heb 12:10  Es indudable que toda corrección, por lo pronto parece que no trae gozo, sino pena; mas después producirá en los que son labrados con ella fruto apacibilísimo de justicia.
Heb 12:11  Por tanto, volved a levantar vuestras manos lánguidas y caídas, y fortificad vuestras rodillas debilitadas;
Heb 12:12  marchad con paso firme por el recto camino, a fin de que alguno por andar claudicando en la fe no se aparte de ella, sino antes bien se corrija.
Heb 12:13  Procurad tener paz con todos, y la santidad de vida, sin la cual nadie puede ver a Dios,
Heb 12:14  atendiendo a que ninguno se aparte de la gracia de Dios, que ninguna raíz de amargura brotando fuera y extendiendo sus ramas sofoque la buena semilla, y por dicha raíz se contaminen muchos.
Heb 12:15  Ninguno sea fornicario, ni tampoco profano como Esaú, que por un potaje o plato de comida vendió su primogenitura.
Heb 12:16  Pues tened entendido que después, por más que pretendía ser heredero de la bendición, fue desechado; no pudiendo hacer que su padre cambiase la resolución, por más que con lágrimas lo solicitase.
Heb 12:17  Además de que vosotros no os habéis acercado al monte sensible o terrestre, y a fuego encendido, y torbellino, y negra nube, y tempestad,
Heb 12:18  y sonido de trompeta, y estruendo de una voz tan espantosa, que los que la oyeron, pidieron por merced que no se les hablase más, sino por medio de Moisés;
Heb 12:19  pues no podían sufrir la severidad de esto que se les intimaba: Si una bestia tocare al monte, ha de ser apedreada.
Heb 12:20  Y era tan espantoso lo que se veía, que dijo Moisés: Despavorido estoy y temblando.
Heb 12:21  Mas vosotros os habéis acercado al monte de Sión y a la ciudad de Dios vivo, la celestial Jerusalén , al coro de muchos millares de ángeles,
Heb 12:22  a la Iglesia de los primogénitos, que están alistados en los cielos, y a Dios juez de todos, y a los espíritus de los justos ya perfectos o bienaventurados,
Heb 12:23  y a Jesús mediador de la nueva alianza, y a la aspersión de aquella su sangre que habla mejor que la de Abel.
Heb 12:24  Mirad que no desechéis al que os habla. Porque si no escaparon del castigo aquellos que desobedecieron al siervo de Dios Moisés, que les hablaba sobre la tierra, mucho más castigados seremos nosotros si desecháremos al Hijo de Dios que nos habla desde los cielos,
Heb 12:25  cuya voz hizo entonces temblar la tierra; pero ahora promete más, diciendo: Una vez todavía os hablaré en público; y yo conmoveré no tan sólo la tierra, sino también el cielo.
Heb 12:26  Mas con decir: Una vez todavía, declara el cambio de las cosas movibles o instables como cosas hechas sólo para algún tiempo, a fin de que permanezcan aquellas que son inconmovibles.
Heb 12:27  Así, que ateniéndonos nosotros, hermanos míos, a aquel reino que no está sujeto a cambio alguno, conservemos la gracia, mediante la cual agradando a Dios, le sirvamos con temor y reverencia;
Heb 12:28  pues nuestro Dios es como un fuego devorador.
Heb 12:29  Conservad siempre la caridad para con vuestros hermanos. 

 


 

Heb 12:1  

Puestos los ojos en Jesús
  Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
Heb 12:2  puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Heb 12:3  Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
Heb 12:4  Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado;
Heb 12:5  y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:
 Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,
 Ni desmayes cuando eres reprendido por él;
Heb 12:6  Porque el Señor al que ama, disciplina,
 Y azota a todo el que recibe por hijo.(A)
Heb 12:7  Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
Heb 12:8  Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.
Heb 12:9  Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
Heb 12:10  Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.
Heb 12:11  Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados. 

Los que rechazan la gracia de Dios
 
Heb 12:12  Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas;(B)
Heb 12:13  y haced sendas derechas para vuestros pies,(C) para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.
Heb 12:14  Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Heb 12:15  Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura,(D) os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
Heb 12:16  no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.(E)
Heb 12:17  Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.(F)
Heb 12:18  Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad,
Heb 12:19  al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más,(G)
Heb 12:20  porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo;(H)
Heb 12:21  y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando;(I)
Heb 12:22  sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,
Heb 12:23  a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,
Heb 12:24  a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.(J)
Heb 12:25  Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra,(K) mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos.
Heb 12:26  La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo.(L)
Heb 12:27  Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles.
Heb 12:28  Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;
Heb 12:29  porque nuestro Dios es fuego consumidor.(M) 
 

 


 

Heb 12:1  Por tanto nosotros también, teniendo puesta sobre nosotros una tan grande nube de testigos, dejando todo el peso del pecado que nos rodea, corramos por paciencia la carrera que nos es propuesta,
Heb 12:2  puestos los ojos en el Autor y Consumador de la fe, Jesús, el cual, habiéndole sido propuesto gozo, sufrió el madero, menospreciando la vergüenza, y fue sentado a la diestra de Dios.
Heb 12:3  Traed pues muchas veces a vuestro pensamiento a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que no os fatiguéis en vuestros ánimos desmayando.
Heb 12:4  Que aún no habéis resistido hasta la sangre combatiendo contra el pecado;
Heb 12:5  y estáis ya olvidados de la consolación que como con hijos habla con vosotros, (diciendo): Hijo mío, no menosprecies el castigo del Señor, ni desmayes cuando eres de él redargüido;
Heb 12:6  porque el Señor al que ama castiga, y azota a cualquiera que recibe por hijo.
Heb 12:7  Si sufrís el castigo, Dios se os presenta como a hijos, porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no castiga?
Heb 12:8  Mas si estáis fuera del castigo, del cual todos los hijos han sido hechos participantes, luego adulterinos sois y no hijos.
Heb 12:9  Además, tuvimos por castigadores a los padres de nuestra carne, y los reverenciábamos: ¿por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
Heb 12:10  Y aquellos, a la verdad, por pocos días nos castigaban como a ellos les parecía; mas éste para lo que nos es provechoso, es a saber , para que recibamos su santificación.
Heb 12:11  Es verdad que ningún castigo al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; mas después da fruto apacible de justicia a los que en él son ejercitados.
Heb 12:12  Por lo cual alzad las manos caídas y las rodillas descoyuntadas.
Heb 12:13  Y haced derechos pasos a vuestros pies, para que lo que es cojo no salga fuera de camino; antes sea sanado.
Heb 12:14  Seguid la paz con todos; y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor:
Heb 12:15  Mirando bien que ninguno se aparte de la gracia de Dios; que ninguna raíz de amargura brotando os impida, y por ella muchos sean contaminados.
Heb 12:16  Que ninguno sea fornicario o profano, como Esaú, que por una vianda vendió su primogenitura.
Heb 12:17  Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue reprobado, que no halló lugar de arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.
Heb 12:18  Porque no os habéis llegado al monte que se podía tocar, y al fuego encendido, y al turbión, y a la oscuridad, y a la tempestad,
Heb 12:19  y al sonido de la trompeta, y a la voz de las palabras, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más;
Heb 12:20  (porque no podían tolerar lo que se decía: y, si una bestia tocare al monte, será apedreada, o pasada con dardo;
Heb 12:21  y tan terrible cosa era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy asombrado y temblando).
Heb 12:22  Mas os habéis llegado al monte de Sión, y a la ciudad del Dios viviente, Jerusalén la celestial, y a la compañía de muchos millares de ángeles,
Heb 12:23  y a la Congregación de la Iglesia de los Primogénitos que están tomados por lista en los cielos, y a Dios el Juez de todos, y a los espíritus de los justos ya perfectos,
Heb 12:24  y a Jesús el Mediador del Nuevo Testamento; y a la sangre del esparcimiento que habla mejor que la de Abel.
Heb 12:25  Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que hablaba en la tierra, mucho menos escaparemos nosotros, si desecháramos al que habla desde los cielos.
Heb 12:26  La voz del cual entonces conmovió la tierra; mas ahora ha denunciado, diciendo: Aún una vez, y yo conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo.
Heb 12:27  Y lo que dice: Aún una vez, declara el quitamiento de las cosas movibles, como de cosas hechizas, para que queden las que son firmes.
Heb 12:28  Así que, tomando el Reino inmóvil, retengamos la gracia por la cual sirvamos a Dios, agradándole con temor y reverencia.
Heb 12:29  Porque nuestro Dios es fuego consumidor. 

 


 

Heb 12:1  Wherefore seeing we also are compassed about with so great a cloud of witnesses, let us lay aside every weight, and the sin which doth so easily beset us, and let us run with patience the race that is set before us,
Heb 12:2  Looking unto Jesus the author and finisher of our faith; who for the joy that was set before him endured the cross, despising the shame, and is set down at the right hand of the throne of God.
Heb 12:3  For consider him that endured such contradiction of sinners against himself, lest ye be wearied and faint in your minds.
Heb 12:4  Ye have not yet resisted unto blood, striving against sin.
Heb 12:5  And ye have forgotten the exhortation which speaketh unto you as unto children, My son, despise not thou the chastening of the Lord, nor faint when thou art rebuked of him:
Heb 12:6  For whom the Lord loveth he chasteneth, and scourgeth every son whom he receiveth.
Heb 12:7  If ye endure chastening, God dealeth with you as with sons; for what son is he whom the father chasteneth not?
Heb 12:8  But if ye be without chastisement, whereof all are partakers, then are ye bastards, and not sons.
Heb 12:9  Furthermore we have had fathers of our flesh which corrected us, and we gave them reverence: shall we not much rather be in subjection unto the Father of spirits, and live?
Heb 12:10  For they verily for a few days chastened us after their own pleasure; but he for our profit, that we might be partakers of his holiness.
Heb 12:11  Now no chastening for the present seemeth to be joyous, but grievous: nevertheless afterward it yieldeth the peaceable fruit of righteousness unto them which are exercised thereby.
Heb 12:12  Wherefore lift up the hands which hang down, and the feeble knees;
Heb 12:13  And make straight paths for your feet, lest that which is lame be turned out of the way; but let it rather be healed.
Heb 12:14  Follow peace with all men, and holiness, without which no man shall see the Lord:
Heb 12:15  Looking diligently lest any man fail of the grace of God; lest any root of bitterness springing up trouble you, and thereby many be defiled;
Heb 12:16  Lest there be any fornicator, or profane person, as Esau, who for one morsel of meat sold his birthright.
Heb 12:17  For ye know how that afterward, when he would have inherited the blessing, he was rejected: for he found no place of repentance, though he sought it carefully with tears.
Heb 12:18  For ye are not come unto the mount that might be touched, and that burned with fire, nor unto blackness, and darkness, and tempest,
Heb 12:19  And the sound of a trumpet, and the voice of words; which voice they that heard intreated that the word should not be spoken to them any more:
Heb 12:20  (For they could not endure that which was commanded, And if so much as a beast touch the mountain, it shall be stoned, or thrust through with a dart:
Heb 12:21  And so terrible was the sight, that Moses said, I exceedingly fear and quake:)
Heb 12:22  But ye are come unto mount Sion, and unto the city of the living God, the heavenly Jerusalem, and to an innumerable company of angels,
Heb 12:23  To the general assembly and church of the firstborn, which are written in heaven, and to God the Judge of all, and to the spirits of just men made perfect,
Heb 12:24  And to Jesus the mediator of the new covenant, and to the blood of sprinkling, that speaketh better things than that of Abel.
Heb 12:25  See that ye refuse not him that speaketh. For if they escaped not who refused him that spake on earth, much more shall not we escape, if we turn away from him that speaketh from heaven:
Heb 12:26  Whose voice then shook the earth: but now he hath promised, saying, Yet once more I shake not the earth only, but also heaven.
Heb 12:27  And this word, Yet once more, signifieth the removing of those things that are shaken, as of things that are made, that those things which cannot be shaken may remain.
Heb 12:28  Wherefore we receiving a kingdom which cannot be moved, let us have grace, whereby we may serve God acceptably with reverence and godly fear:
Heb 12:29  For our God is a consuming fire. 

 


 

Heb 12:1  Por tanto, también nosotros, teniendo en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con fortaleza la prueba que se nos propone,
Heb 12:2  fijos los ojos en Jesús, el que inicia y consuma la fe, el cual, en lugar del gozo que se le proponía, soportó la cruz sin miedo a la ignominia y = está sentado a la diestra = del trono de Dios.
Heb 12:3  Fijaos en aquel que soportó tal contradicción de parte de los pecadores, para que no desfallezcáis faltos de ánimo.
Heb 12:4  No habéis resistido todavía hasta llegar a la sangre en vuestra lucha contra el pecado.
Heb 12:5  Habéis echado en olvido la exhortación que como a hijos se os dirige: = Hijo mío, no menosprecies la corrección del Señor; ni te desanimes al ser reprendido por él. =
Heb 12:6  = Pues a quien ama el Señor, le corrige; y azota a todos los hijos que acoge. =
Heb 12:7  Sufrís para = corrección = vuestra. Como a = hijos = os trata Dios, y ¿qué = hijo = hay a quien su padre no = corrige? =
Heb 12:8  Mas si quedáis sin corrección, cosa que todos reciben, señal de que sois bastardos y no = hijos =.
Heb 12:9  Además, teníamos a nuestros padres según la carne, que nos corregían, y les respetábamos. ¿No nos someteremos mejor al Padre de los espíritus para vivir?
Heb 12:10  ¡Eso que ellos nos corregían según sus luces y para poco tiempo!; mas él, para provecho nuestro, en orden a hacernos partícipes de su santidad.
Heb 12:11  Cierto que ninguna corrección es de momento agradable, sino penosa; pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella.
Heb 12:12  Por tanto, = levantad las manos caídas y las rodillas entumecidas =
Heb 12:13  = y enderezad para vuestros pies los caminos tortuosos, = para que el cojo no se descoyunte, sino que más bien se cure.
Heb 12:14  = Procurad la paz = con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Heb 12:15  Poned cuidado en que nadie se vea privado de la gracia de Dios; en que = ninguna raíz amarga retoñe ni os turbe = y por ella llegue a inficionarse la comunidad.
Heb 12:16  Que no haya ningún fornicario o impío como Esaú, que por una comida = vendió su primogenitura. =
Heb 12:17  Ya sabéis cómo luego quiso heredar la bendición; pero fue rechazado y no logró un cambio de parecer, aunque lo procuró con lágrimas.
Heb 12:18  No os habéis acercado a una realidad sensible: = fuego ardiente, oscuridad, tinieblas, huracán, =
Heb 12:19  = sonido de trompeta = y = a un ruido de palabras = tal, que suplicaron los que lo oyeron no se les hablara más.
Heb 12:20  Es que no podían soportar esta orden: = El que toque el monte, aunque sea un animal, será lapidado. =
Heb 12:21  Tan terrible era el espectáculo, que el mismo Moisés dijo: = Espantado estoy = y temblando.
Heb 12:22  Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, reunión solemne
Heb 12:23  y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos, y a Dios, juez universal, y a los espíritus de los justos llegados ya a su consumación,
Heb 12:24  y a Jesús, mediador de una nueva Alianza, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel.
Heb 12:25  Guardaos de rechazar al que os habla; pues si los que rechazaron al que promulgaba los oráculos desde la tierra no escaparon al castigo, mucho menos nosotros, si volvemos la espalda al que nos habla desde el cielo.
Heb 12:26  Su voz conmovió entonces la tierra. Mas ahora hace esta promesa: = Una vez más haré yo que se estremezca = no sólo = la tierra, = sino también = el cielo. =
Heb 12:27  Estas palabras, = una vez más, = quieren decir que las cosas conmovidas se cambiarán, ya que son realidades creadas, a fin de que permanezcan las inconmovibles.
Heb 12:28  Por eso, nosotros que recibimos un reino inconmovible, hemos de mantener la gracia y, mediante ella, ofrecer a Dios un culto que le sea grato, con religiosa piedad y reverencia,
Heb 12:29  pues nuestro = Dios es fuego devorador. =

 


 

Heb 12:1  Por eso, nosotros, teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante.
Heb 12:2  Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. Jesús soportó la cruz, sin hacer caso de lo vergonzoso de esa muerte, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría; y se sentó a la derecha del trono de Dios. [1]
Heb 12:3  Por lo tanto, mediten en el ejemplo de Jesús, que sufrió tanta contradicción de parte de los pecadores; por eso, no se cansen ni se desanimen.
Heb 12:4  Pues ustedes aún no han tenido que llegar hasta la muerte en su lucha contra el pecado,
Heb 12:5  y han olvidado y a lo que Dios les aconseja como a hijos suyos. Dice en la Escritura:
"No desprecies, hijo mío,
la corrección del Señor,
ni te desanimes cuando te reprenda.
 
Heb 12:6  Porque el Señor corrige a quien él ama,
y castiga a aquel a quien recibe
como hijo."[2]
Heb 12:7  Ustedes están sufriendo para su corrección: Dios los trata como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no corrija?
Heb 12:8  Pero si Dios no los corrige a ustedes como corrige a todos sus hijos, entonces ustedes no son hijos legítimos.
Heb 12:9  Además, cuando éramos niños, nuestros padres aquí en la tierra nos corregían, y los respetábamos. ¿Por qué no hemos de someternos, con mayor razón, a nuestro Padre celestial, para obtener la vida?
Heb 12:10  Nuestros padres aquí en la tierra nos corregían durante esta corta vida, según lo que les parecía más conveniente; pero Dios nos corrige para nuestro verdadero provecho, para hacernos santos como él.
Heb 12:11  Ciertamente, ningún castigo es agradable en el momento de recibirlo, sino que duele; pero si uno aprende la lección, el resultado es una vida de paz y rectitud.
Heb 12:12  Así pues, renueven las fuerzas de sus manos cansadas y de sus rodillas debilitadas,
Heb 12:13  y busquen el camino derecho, para que sane el pie que está cojo y no se tuerza más.
Heb 12:14  Procuren estar en paz con todos y llevar una vida santa; pues sin la santidad, nadie podrá ver al Señor.
Heb 12:15  Procuren que a nadie le falte la gracia de Dios, a fin de que ninguno sea como una planta de raíz amarga que hace daño y envenena a la gente.
Heb 12:16  Que ninguno de ustedes se entregue a la prostitución ni desprecie lo sagrado; pues esto hizo Esaú, que por una sola comida vendió sus derechos de hijo mayor. [3]
Heb 12:17  y ustedes saben que después, cuando quiso recibir la bendición de su padre, fue rechazado; y aunque lloró mucho, y a no hubo remedio para lo sucedido. [4]
Heb 12:18  Ustedes no se acercaron, como los israelitas, a algo que se podía tocar y que ardía en llamas, donde había oscuridad, tinieblas y tempestad;
Heb 12:19  ni oyeron el sonido de la trompeta ni la voz de Dios. Los que oyeron esa voz rogaron que no les siguiera hablando,
Heb 12:20  porque no podían soportar el mandato que decía: "Al que ponga el pie en el monte, hay que matarlo a pedradas o con lanza, aunque sea un animal."[5]
Heb 12:21  Tan espantoso era lo que se veía, que el mismo Moisés dijo: "Estoy temblando de miedo."[6]
Heb 12:22  Ustedes, por el contrario, se han acercado al monte Sión, y a la ciudad del Dios viviente, la Jerusalén celestial, y a muchos miles de ángeles reunidos para alabar a Dios,
Heb 12:23  y a la comunidad de los primeros hijos de Dios inscritos en el cielo. Se han acercado a Dios, el Juez de todos, a los espíritus de los hombres buenos que Dios ha hecho perfectos,
Heb 12:24  a Jesús, mediador de una nueva alianza, y a la sangre con que hemos sido purificados, la cual nos habla mejor que la sangre de Abel. [7]
Heb 12:25  Por eso tengan cuidado de no rechazar al que nos habla. Pues los que rechazaron a Dios cuando él les llamó la atención aquí en la tierra, no escaparon. Y mucho menos podremos escapar nosotros, si le damos la espalda al que nos llama la atención desde el cielo. [8]
Heb 12:26  En aquel tiempo, la voz de Dios hizo temblar la tierra, pero ahora dice: "Una vez más haré temblar no solo la tierra, sino también el cielo."[9]
Heb 12:27  Al decir "una vez más", se entiende que se quitarán las cosas creadas, lo que puede ser movido, para que permanezca lo que no puede moverse.
Heb 12:28  El reino que Dios nos da, no puede ser movido. Demos gracias por esto, y adoremos a Dios con la devoción y reverencia que le agradan.
Heb 12:29  Porque nuestro Dios es como un fuego que todo lo consume. [10] 

 


 

Heb 12:1  Pues, entonces, porque tenemos tan grande nube de testigos que nos cerca, quitémonos nosotros también todo peso, y el pecado que fácilmente nos enreda, y corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros,
Heb 12:2  mirando atentamente al Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús. Por el gozo que fue puesto delante de él aguantó un madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.
Heb 12:3  Sí, consideren con sumo cuidado y atención al que ha aguantado tal habla contraria de pecadores en contra de sus propios intereses, para que no vayan a cansarse y a desfallecer en sus almas.
Heb 12:4  Al ocuparse en su contienda contra ese pecado, ustedes todavía no han resistido hasta la sangre,
Heb 12:5  pero se han olvidado por completo de la exhortación que se dirige a ustedes como a hijos: “Hijo mío, no tengas en poco [la] disciplina de Jehová, ni desfallezcas cuando seas corregido por él;
Heb 12:6  porque Jehová disciplina a quien ama; de hecho, azota a todo aquel a quien recibe como hijo”.
Heb 12:7  Para disciplina ustedes están aguantando. Dios está tratando con ustedes como con hijos. Pues, ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
Heb 12:8  Pero si ustedes están sin la disciplina de la cual todos han llegado a ser participantes, son verdaderamente hijos ilegítimos, y no hijos.
Heb 12:9  Además, solíamos tener padres que eran de nuestra carne para disciplinarnos, y les mostrábamos respeto. ¿No hemos de sujetarnos mucho más al Padre de nuestra vida espiritual, y vivir?
Heb 12:10  Pues ellos por unos cuantos días nos disciplinaban según lo que les parecía bien, pero él lo hace para provecho nuestro de modo que participemos de su santidad.
Heb 12:11  Es cierto que ninguna disciplina parece por el presente ser cosa de gozo, sino penosa; sin embargo, después, a los que han sido entrenados por ella, da fruto pacífico, a saber, justicia.
Heb 12:12  Por lo tanto, enderecen las manos que cuelgan y las rodillas debilitadas,
Heb 12:13  y sigan haciendo sendas rectas para sus pies, para que lo cojo no se descoyunte, sino que, más bien, sea sanado.
Heb 12:14  Sigan tras la paz con todos, y la santificación sin la cual nadie verá al Señor,
Heb 12:15  vigilando cuidadosamente que nadie quede privado de la bondad inmerecida de Dios; que no brote ninguna raíz venenosa y cause perturbación, y que muchos no sean contaminados por ella;
Heb 12:16  que no haya ningún fornicador ni nadie que no aprecie cosas sagradas, como Esaú, que a cambio de una sola comida vendió regalados sus derechos de primogénito.
Heb 12:17  Porque ustedes saben que después, también, cuando quiso heredar la bendición, fue rechazado, pues aunque con lágrimas procuró solícitamente un cambio de parecer, no halló lugar para ello.
Heb 12:18  Porque ustedes no se han acercado a lo que se puede palpar y que ha sido encendido con fuego, ni a una nube oscura y a densa oscuridad y a una borrasca,
Heb 12:19  ni al fuerte sonido de trompeta y a la voz de palabras; respecto de la cual [voz] el pueblo al oírla imploró que no se le añadiera palabra alguna.
Heb 12:20  Porque no les era soportable el mandato: “Y si una bestia toca la montaña, tiene que ser apedreada”.
Heb 12:21  También, tan horrenda era la exhibición que Moisés dijo: “Estoy aterrado y temblando”.
Heb 12:22  Mas ustedes se han acercado a un monte Sión y a una ciudad de[l] Dios vivo, a Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles,
Heb 12:23  en asamblea general, y a la congregación de los primogénitos que han sido matriculados en los cielos, y a Dios el Juez de todos, y a las vidas espirituales de justos que han sido perfeccionados,
Heb 12:24  y a Jesús el mediador de un nuevo pacto, y a la sangre de la rociadura, que habla de mejor manera que la [sangre] de Abel.
Heb 12:25  Vean que no se excusen [de oír] al que está hablando. Porque si no escaparon los que se excusaron [de oír] al que estuvo dando advertencia divina sobre la tierra, con mucha más razón no escaparemos nosotros si nos apartamos del que habla desde los cielos.
Heb 12:26  En aquel tiempo su voz sacudió la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: “Todavía una vez más pondré en conmoción no solo la tierra, sino también el cielo”.
Heb 12:27  Ahora bien, la expresión “Todavía una vez más” significa la remoción de las cosas que son sacudidas como cosas que han sido hechas, a fin de que permanezcan las cosas que no son sacudidas.
Heb 12:28  Por eso, puesto que hemos de recibir un reino que no puede ser sacudido, continuemos teniendo bondad inmerecida, por la cual podamos rendir a Dios servicio sagrado de manera acepta, con temor piadoso y reverencia.
Heb 12:29  Porque nuestro Dios es también un fuego consumidor.

 


 

Heb 12:1  ¡Todas esas personas están a nuestro alrededor como testigos! Por eso debemos dejar de lado el pecado que es un estorbo, pues la vida es una carrera que exige resistencia.
Heb 12:2  Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de él viene nuestra confianza, y es él quien hace que confiemos cada vez más y mejor. Jesús soportó la vergüenza de morir clavado en una cruz porque sabía que, después de tanto sufrimiento, sería muy feliz. Y ahora se ha sentado a la derecha del trono de Dios.
Heb 12:3  Piensen en el ejemplo de Jesús. Mucha gente pecadora lo odió y lo hizo sufrir, pero él siguió adelante. Por eso, ustedes no deben rendirse ni desanimarse,
Heb 12:4  pues en su lucha contra el pecado todavía no han tenido que morir como él.
Heb 12:5  Pero ustedes parecen haberse olvidado ya del consejo que Dios les da a sus hijos en la Biblia: «Querido jovencito, no tomes las intrucciones de Dios como algo sin importancia. Ni te pongas triste cuando él te reprenda.
Heb 12:6  »Porque Dios corrige y castiga a todo aquel que ama y que considera su hijo.»
Heb 12:7  Si ahora ustedes están sufriendo, es porque Dios los ama y los corrige, como si fueran sus hijos. Porque no hay un padre que no corrija a su hijo.
Heb 12:8  Si Dios no los corrige, como lo hace con todos sus hijos, entonces ustedes no son en verdad sus hijos.
Heb 12:9  Cuando éramos niños, nuestros padres aquí en la tierra nos corregían, y nosotros los respetábamos. Con mayor razón debemos obedecer a Dios, que es nuestro Padre que está en el cielo, pues así tendremos vida eterna.
Heb 12:10  Cuando éramos niños, nuestros padres nos corregían porque pensaban que eso era lo mejor para nosotros. Pero Dios nos corrige para nuestro verdadero bien, para hacernos santos como él.
Heb 12:11  Desde luego que ningún castigo nos gusta en el momento de recibirlo, pues nos duele. Pero si aprendemos la lección que Dios nos quiere dar, viviremos en paz y haremos el bien.
Heb 12:12  Por todo eso, no debemos dejar de confiar totalmente en Dios. Si la vida es como una carrera, y ustedes tienen ya cansadas las manos y débiles las rodillas, cobren nuevas fuerzas.
Heb 12:13  Corran por un camino recto y parejo, para que el pie que esté cojo se sane y no se tuerza más.
Heb 12:14  Traten de vivir en paz con todos, y de obedecer a Dios; porque si no lo hacen, jamás lo verán cara a cara.
Heb 12:15  No dejen que nadie se aleje del amor de Dios. Tampoco permitan que nadie cause problemas en el grupo, porque eso les haría daño; ¡sería como una planta amarga, que los envenenaría!
Heb 12:16  Ninguno debe tener relaciones sexuales prohibidas ni despreciar a Dios. Eso fue lo que hizo Esaú, pues cambió sus derechos de hijo mayor por un plato de comida,
Heb 12:17  y cuando quiso que su padre le reconociera esos derechos, él no se los reconoció. Esaú lloró mucho, pero ya no había nada que hacer.
Heb 12:18  Ustedes no se acercaron al monte Sinaí, el cual se podía ver y tocar, y en el que había fuego, oscuridad, tinieblas y tormenta.
Heb 12:19  Tampoco oyeron el sonido de una trompeta, ni la voz de Dios dándoles mandamientos. Los que oyeron esa voz en el monte Sinaí pedían que se callara,
Heb 12:20  pues no podían obedecer el mandamiento que les ordenaba: «Deberán matar a pedradas, o con una lanza, a cualquier persona o animal que ponga un pie en este monte.»
Heb 12:21  Tan terrible fue lo que ellos vieron en ese monte, que Moisés mismo dijo: «Estoy temblando de miedo.»
Heb 12:22  Ustedes, por el contrario, se han acercado al monte Sión y a la ciudad de Dios, quien vive para siempre. Esa es la ciudad de Jerusalén, que está en el cielo. Allí hay miles de ángeles que alaban a Dios,
Heb 12:23  y allí están todos aquellos a quienes Dios trató como a hijos, y a quienes les dio el derecho de vivir en el cielo. Ustedes se han acercado a Dios, quien juzgará a todo el mundo. También se han acercado a los espíritus de las personas buenas que Dios hizo perfectas.
Heb 12:24  Se han acercado a Jesús, y recuerden que, por medio de él, Dios hizo un nuevo pacto con ustedes. Gracias a la sangre que Jesús derramó al morir, hemos sido perdonados de nuestros pecados. Por eso Jesús es mejor que Abel, pues la sangre de Abel no ofrece perdón, sino que pide venganza.
Heb 12:25  Tengan cuidado cuando Dios les llame la atención. No lo rechacen, porque los israelitas que en el pasado lo rechazaron, no escaparon del castigo. En aquella ocasión, cuando Dios les habló, su voz hizo temblar la tierra. Y si nosotros rechazamos a Dios, que nos llama la atención desde el cielo, tampoco escaparemos del castigo. Porque ahora él dice: «Otra vez haré temblar, no sólo la tierra, sino también el cielo.»
Heb 12:27  Y cuando dice «otra vez», entendemos que él quitará las cosas creadas, las que se pueden mover, para dejar las cosas que no pueden ser movidas.
Heb 12:28  Gracias a Dios, el reino que él nos da no puede ser movido. Por eso debemos adorar a Dios con el amor y la honra que a él le gusta recibir.
Heb 12:29  Porque nuestro Dios es como un fuego destructor.

 


 

Heb 12:1  Por lo tanto, puesto que estamos rodeados por una gran nube de testigos, depongamos también todo impedimento; esto es, el pecado que fácilmente detiene nuestro movimiento hacia delante, y permanezcamos corriendo con resistencia en la carrera que tenemos ante nosotros.[69]
Heb 12:2  Puestos los ojos en el Iniciador y Consumador de esa confianza,[Hab 2:4] Yahshúa, quien a cambio por obtener la alegría puesta ante El soportó la ejecución en la estaca como un criminal, despreciando la deshonra, y se ha sentado a la mano derecha del trono de YAHWEH.[Sal 110:1]
Heb 12:3  Sí, piensen acerca de aquel, que soportó tal hostilidad de los pecadores contra sí mismo, para que ustedes no se cansen o se desanimen.
Heb 12:4  Ustedes no han resistido hasta el punto de derramar su sangre en la carrera contra el pecado.
Heb 12:5  También han olvidado el consejo que habla a ustedes como a hijos: "Mi hijo, no menosprecies la disciplina de YAHWEH ni se desanimen cuando El los corrija.
Heb 12:6  Porque YAHWEH disciplina a aquellos que ama y azota a todos los que recibe como hijos."[Pr 3:11-12]
Heb 12:7  Consideren la resistencia como disciplina; YAHWEH está tratando con ustedes como hijos. Pues ¿a qué hijo su padre no lo disciplina?
Heb 12:8  Todos los hijos legítimos participan de la disciplina, ¡así que, si tú no, eres un bastardo y no un hijo![70]
Heb 12:9  Además, nosotros tuvimos padres físicos que nos disciplinaron, y los respetábamos; ¡cuánto más, mucho más, debemos al Padre de los Ruajim, y viviremos!
Heb 12:10  Porque ellos nos disciplinaron, sólo por un corto tiempo y sólo lo mejor que pudieron; pero El nos disciplina en una forma que nos produce beneficio genuino y nos permite compartir en su Kedushah.
Heb 12:11  Ahora bien, toda disciplina mientras se está aplicando, en verdad, parece dolorosa y no se disfruta; pero para aquellos que han sido entrenados por ella, después produce fruto de Shalom que es justificación.[71]
Heb 12:12  de modo que: Fortalezcan los brazos caídos, y afirmen sus rodillas tambaleantes;[Is 35:3]
Heb 12:13  y hagan sendas niveladas para sus pies; [Pr 4:26] para lo que ha sido lastimado, no se disloque de su coyuntura, sino que sea sanado.
Heb 12:14  Permanezcan persiguiendo Shalom con todos, y ser Kadosh sin lo cual nadie verá al Adón.
Heb 12:15  Miren que nadie pierda la misericordia de YAHWEH; que ninguna raíz de amargura[De 9:19] brote causando problemas, y por ella muchos sean contaminados,
Heb 12:16  y que ninguno sea sexualmente inmoral, ni malvado como Esav, quien a cambio de una sola comida dio por vendida su primogenitura. [72]
Heb 12:17  Porque ustedes saben que después, cuando quiso las bendiciones de su padre, fue rechazado, en verdad, a pesar que las buscó con lágrimas, el cambio en su corazón no tuvo efecto alguno.[73]
Heb 12:18  Porque ustedes no se han acercado a una montaña tangible, a un fuego prendido, a la oscuridad, a las tinieblas, a un torbellino,
Heb 12:19  al sonido del shofar y a la voz cuyas palabras hicieron que sus oyentes imploraran que no les diera más ningún mensaje,
Heb 12:20  porque no pudieron soportar lo que se les estaba ordenando: "Si tan siquiera una bestia toca la montaña, tiene que ser apedreada hasta la muerte;" [Ex 19:12-13]
Heb 12:21  y tan aterrador era el espectáculo que Moshe dijo: "Estoy temblando con temor."[De 9:19]
Heb 12:22  Por el contrario ustedes han venido al Monte Tziyon, esto es, la cuidad del Elohim viviente, Yerushalayim celestial, a miríadas de malajim en asamblea festiva,
Heb 12:23  a una comunidad del primogénito cuyos nombres están escritos en el cielo, a un juez quien es Elohim de todos, a ruajim de gente justificada que han sido traídos a la meta;[74]
Heb 12:24  al mediador de un Pacto Renovado, Yahshúa, y a la Sangre rociada que habla de mejores cosas que la de Hevel.[75]
Heb 12:25  ¡Miren que no rechacen al que está hablando! Porque cuando El dio la advertencia Divina en la tierra, aquellos que la rechazaron no escaparon; piensen cuánto menos, mucho menos escaparemos nosotros si rechazamos al que nos amonesta desde el cielo.
Heb 12:26  Aun en aquellos tiempos su voz sacudió la tierra, pero ahora El ha hecho esta promesa: "¡Una vez más sacudiré no sólo la tierra, sino también el cielo!"[Hag 2:6]
Heb 12:27  Y esta frase: "una vez más," deja claro que las cosas que se sacuden son removidas, seguro, son cosas creadas, para que las cosas que no son sacudidas permanezcan.
Heb 12:28  Por lo tanto, puesto que hemos recibido un Reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella podamos ofrecer servicio que sea agradable a YAHWEH, con reverencia y temor.[76]
Heb 12:29  Porque en verdad: "¡Nuestro Elohim es fuego consumidor!"[De 4:24, 9:3; Is 33:14]

 


 

Heb 12:1  "Fijémonos entonces que nos rodean muchísimas personas que demostraron su fe. Corramos sin fallar la carrera que tenemos por delante. Quitemos de nuestra vida cualquier cosa que nos impida avanzar, especialmente el pecado que nos hace caer tan fácilmente."
Heb 12:2  "Fijemos nuestra mirada en Jesús, en quien empieza y termina nuestra fe. Él sufrió la muerte en la cruz y aceptó la humillación como si no fuera nada. Pudo hacerlo por el gozo que le esperaba: sentarse a la derecha del trono de Dios."
Heb 12:3  "Si alguna vez se sienten desfallecidos y agobiados, piensen en Jesús, quien soportó pacientemente el maltrato de los pecadores."
Heb 12:4  "Ustedes han luchado contra el pecado, pero no hasta el punto de perder la vida."
Heb 12:5  "Son hijos de Dios, pero olvidaron lo que él les dice a sus hijos para animarlos: ""Hijo mío, toma en serio la disciplina del Señor, no te desanimes cuando el Señor te corrija."
Heb 12:6  "El Señor disciplina a todo el que ama, y castiga a todo al que acepta como su hijo""."
Heb 12:7  "Entonces soporten esos sufrimientos como se acepta la disciplina de un padre, porque Dios lo hace como un padre que corrige a sus hijos."
Heb 12:8  "Si Dios no los disciplinara, significaría que no le importan. Cuando un padre no corrige a sus hijos es porque realmente no los considera sus hijos."
Heb 12:9  Todos hemos tenido padres en la tierra que nos han disciplinado y nosotros los respetamos. Entonces es aun más importante someternos a nuestro Padre celestial para poder vivir.
Heb 12:10  "Nuestros padres en la tierra nos corrigieron por poco tiempo. Lo hicieron de la mejor manera que pudieron, pero Dios nos corrige para ayudarnos a ser santos como él."
Heb 12:11  "No nos gusta cuando nos corrigen porque nos duele, pero luego de haber sido corregidos da buenos resultados. Entonces nos llenamos de paz y empezamos a vivir como debe ser."
Heb 12:12  "Fortalézcanse nuevamente, porque se han debilitado."
Heb 12:13  Fíjense bien por dónde caminan para que su debilidad no los haga perder y puedan salvarse.
Heb 12:14  "Traten de vivir en paz con todo el mundo y tengan una vida libre de pecado. El que no tenga una vida dedicada a Dios, no podrá ver al Señor."
Heb 12:15  "Tengan cuidado de que ninguno de ustedes pierda el favor de Dios, ni sea como mala hierba, pues esto los puede perjudicar a todos."
Heb 12:16  No cometan inmoralidades sexuales ni le falten al respeto a Dios. Eso fue lo que hizo Esaú cuando vendió los derechos que tenía como hijo mayor a cambio de una sola comida.
Heb 12:17  "Ustedes ya saben que después trató de conseguir la bendición de su padre y, aunque la suplicó con lágrimas, él no se la dio pues ya no podía cambiar lo que había hecho."
Heb 12:18  "Ustedes han llegado a un nuevo lugar, muy distinto del monte al que se acercó el pueblo de Israel. No han llegado a un monte que se puede tocar y que echa fuego. No es un lugar tormentoso, tenebroso ni oscuro."
Heb 12:19  No hay sonidos de trompeta ni esa voz que el pueblo oyó y rogó no volver a oír jamás.
Heb 12:20  "No soportaron la orden que se les dio: ""Si alguien, incluso un animal, toca el monte, morirá a pedradas""."
Heb 12:21  "Todo parecía tan terrible que Moisés dijo: ""Estoy temblando de miedo""."
Heb 12:22  "Ustedes han llegado a un lugar diferente que es el monte Sión, la ciudad del Dios viviente, la Jerusalén celestial, donde se reúnen millares de ángeles para celebrar, y"
Heb 12:23  "también están reunidos los primogénitos de Dios, cuyos nombres están escritos en el cielo. Ustedes han llegado a donde está Dios, el juez de todos, y a donde están los espíritus que fueron aprobados y perfeccionados por él."
Heb 12:24  "Están junto a Jesús, quien trajo el nuevo pacto de Dios a la gente. En este lugar está la sangre que purifica, la que nos habla de algo mejor que la sangre de Abel."
Heb 12:25  "Asegúrense de no rechazar al que les está hablando. Los israelitas se negaron a escucharlo cuando él les hizo la advertencia aquí en la tierra, y no escaparon del castigo y mucho menos nosotros si no hacemos caso al que nos habla desde el cielo."
Heb 12:26  "En ese momento su voz hizo temblar la tierra. Ahora él promete: ""Nuevamente haré temblar la tierra, pero también moveré el cielo""."
Heb 12:27  "La palabra ""nuevamente"" nos demuestra con claridad que todo lo creado, lo que se puede hacer temblar será destruido y sólo permanecerá lo que no se puede mover."
Heb 12:28  "Nosotros estamos recibiendo un reino que nadie puede hacer tambalear. Por eso seamos agradecidos y adoremos a Dios de la manera que a él le agrada. Hagámoslo con respeto y con temor,"
Heb 12:29  porque nuestro Dios es como un fuego que lo consume todo.

 


 
  Conocen nuestro sitio 594154 visitantes (2103719 clics a subpáginas) ¡Que nuestro Dios ensanche tu Territorio!  
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis