Biblia Adventista - Biblia de Estudio
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  BibliadeEstudioAdventista2 de Pedro 1BibliadeEstudioAdventista

La version Reina Valera 1990 con comentarios de elena White,referencias biblicas y otros complementos (Por editar)se encuentra en las subpaginas de 1.2. de Pedro


 

2Pe 1:1  Simeón(a)  Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que han alcanzado igual fe que nosotros en justicia del Dios nuestro y Salvador Jesucristo.
2Pe 1:2  Gracia a vosotros y paz multiplíquese, en conocimiento de Dios y Jesucristo, Señor nuestro:
2Pe 1:3  como todas las cosas(b)  a nosotros, de su divino poder, para vida y piedad; el que ha sido donado(c)  por el conocimiento del que nos ha llamado a la propia gloria y virtud.
2Pe 1:4  Por las cuales, las muy grandes y preciosas promesas nos ha donado; para que, por ellas, os hagáis de la divina partícipes naturaleza, huyendo de la del mundo de concupiscencia corrupción.
2Pe 1:5  Y por esto mismo también, solicitud toda empleando añadid a vuestra fe la virtud; y, a la virtud, la ciencia;
2Pe 1:6  y, a la ciencia, la templanza, y, a la templanza, la paciencia: y, a la paciencia, la piedad;
2Pe 1:7  y, a la piedad, la fraternidad; y a la fraternidad, la caridad;
2Pe 1:8  Pues, estas cosas en vosotros existiendo y acrecentándose, no ociosos ni infructuosos(d)  constituyen en el de nuestro Señor Jesucristo conocimiento,
2Pe 1:9  pues, quien no tiene estas cosas, ciego es, miopeando, olvido tomando de la purificación de sus antiguos pecados.
2Pe 1:10  Por lo cual más bien, hermanos, apresuraos, para que, por las hermosas obras cierta vuestra vocación y elección hagáis; que, esto haciendo, no caeréis jamás.
2Pe 1:11  Que así ricamente se os suministrará la entrada en el eterno reino de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
2Pe 1:12  Por lo cual os habré siempre de rememorar estas cosas, aún sabiéndolas y estando afirmados en la presente verdad.
2Pe 1:13  Y justo creo, mientras estoy en esta tienda, despertaros con recordación;
2Pe 1:14  sabiendo que rápida es la guarda de mi tienda; según también nuestro Señor Jesucristo me declaró.
2Pe 1:15  Y me empeñaré en que también de continuo tengáis, después de mi partida, cómo de estas cosas memoria hacer.
2Pe 1:16  Pues no de ingeniosas fábulas en pos siguiendo, os hemos manifestado de nuestro Señor Jesucristo virtud y parusia; sino espectadores hechos de la de aquél majestad.
2Pe 1:17  Pues, recibiendo(e)  de Dios Padre honor y gloria, una voz deslizándose sobre él, así, de la magnífica gloria: «El Hijo mío, el amado mío éste es, en quien yo me he complacido (a él oíd)».
2Pe 1:18  Y esta voz nosotros hemos oído del cielo deslizada con él estando en el santo monte.
2Pe 1:19  Y tenemos una más firme(f) : la profética palabra, a la que bellamente hacéis ateniéndoos, como a lámpara luciendo en tenebroso lugar, hasta que día irradie y lucero nazca en vuestros corazones;
2Pe 1:20  esto primero conociendo que toda profecía de la escritura, de propia interpretación(g) , no se hace;
2Pe 1:21  pues, no por voluntad de hombre, ha sido traída jamás una profecía; sino que de Espíritu santo llevados, han hablado (santos) de Dios, hombres.  

 


 

2Pe 1:1  Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que han alcanzado la misma preciosa fe por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo:
2Pe 1:2  Que la gracia y la paz se os multipliquen mediante el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús.
2Pe 1:3  Pues por el divino poder nos han sido otorgadas todas las cosas que tocan a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento del que nos llamó por su propia gloria y virtud,
2Pe 1:4  y nos hizo merced de preciosas y ricas promesas para hacernos así partícipes de la divina naturaleza, huyendo de la corrupción que por la concupiscencia existe en el mundo;"
2Pe 1:5  habéis de poner todo empeño por mostrar en vuestra fe virtud, en la virtud ciencia,
2Pe 1:6  en la ciencia templanza, en la templanza paciencia, en la paciencia piedad,
2Pe 1:7  en la piedad fraternidad y en la fraternidad caridad.
2Pe 1:8  Si éstas tenéis y en ellas abundáis, no os dejarán ellas ociosos ni estériles en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
2Pe 1:9  Mas el que de ellas carece es de muy corta vista, es un ciego que ha dado al olvido la purificación de sus antiguos pecados.
2Pe 1:10  Por lo cual, hermanos, tanto más procurad asegurar vuestra vocación y elección cuanto que, haciendo así, jamás tropezaréis,
2Pe 1:11  y tendréis ancha entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
2Pe 1:12  Por eso no cesaré de traeros a la memoria estas cosas, por más que las sepáis y estéis afianzados en la verdad que al presente poseéis,
2Pe 1:13  pues tengo por deber, mientras habito en esta tienda, estimularos con mis amonestaciones,
2Pe 1:14  considerando que pronto veré abatida mi tienda, según nos lo ha manifestado nuestro Señor Jesucristo.
2Pe 1:15  Quiero, pues, que, después de mi partida, en todo tiempo recordéis esto.
2Pe 1:16  Porque no fue siguiendo artificiosas fábulas como os dimos a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, sino como quienes han sido testigos oculares de su majestad.
2Pe 1:17  El recibió de Dios Padre el honor y la gloria cuando de la magnífica gloria se hizo oír aquella voz que decía: “Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias.”
2Pe 1:18  Y esta voz bajada del cielo la oímos los que con El estábamos en el monte santo.
2Pe 1:19  Y tenernos aún algo más firme, a saber: la palabra profética, a la cual muy bien hacéis en atender, como a lámpara que luce en lugar tenebroso hasta que luzca el día y el lucero se levante en vuestros corazones.
2Pe 1:20  Pues debéis ante todo saber que ninguna profecía de la Escritura es de privada interpretación,
2Pe 1:21  porque la profecía no ha sido en los tiempos pasados proferida por humana voluntad, antes bien, movidos del Espíritu Santo, hablaron los hombres de Dios.

 


 

2Pe 1:1  Yo, Simón Pedro, estoy al servicio de Jesucristo, quien me envió a anunciar su mensaje. Reciban mis saludos. Jesucristo, nuestro Dios y Salvador, ha sido justo y bueno con todos ustedes, pues los hizo confiar en él, como nos hizo confiar a nosotros.
2Pe 1:2  Le pido a Dios que los ame mucho y les permita vivir en paz, y que ustedes estén siempre dispuestos a conocer más a Dios y a nuestro Señor Jesús.
2Pe 1:3  Dios utilizó su poder para darnos todo lo que necesitamos, y para que vivamos como él quiere. Dios nos dio todo eso cuando nos hizo conocer a Jesucristo. Por medio de él, nos eligió para que seamos parte de su reino maravilloso.
2Pe 1:4  Además, nos ha dado todas las cosas importantes y valiosas que nos prometió. Por medio de ellas, ustedes podrán ser como Dios y no como la gente pecadora de este mundo, porque los malos deseos de esa gente destruyen a los demás.
2Pe 1:5  Por eso, mi consejo es que pongan todo su empeño en: Afirmar su confianza en Dios, esforzarse por hacer el bien, procurar conocer mejor a Dios,
2Pe 1:6  y dominar sus malos deseos. Además, deben ser pacientes, entregar su vida a Dios,
2Pe 1:7  estimar a sus hermanos en Cristo y, sobre todo, amar a todos por igual.
2Pe 1:8  Si ustedes conocen a Jesucristo, harán todo eso, y tratarán de hacerlo cada vez mejor. Así, vivirán haciendo el bien.
2Pe 1:9  Pero quien no lo hace así es como si estuviera ciego, y olvida que Dios le ha perdonado todo lo malo que hizo.
2Pe 1:10  Hermanos, Dios los ha elegido para formar parte de su pueblo, y si quieren serlo para siempre, deben esforzarse más por hacer todo esto. De ese modo, nunca fracasarán en su vida cristiana,
2Pe 1:11  y Dios, con gusto, les dará la bienvenida en el reino de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, quien reina para siempre.
2Pe 1:12  Por eso yo les seguiré recordando siempre todo esto, aun cuando ya lo saben y siguen creyendo en la verdad que les enseñaron.
2Pe 1:13  Mientras yo viva, creo que es mi deber recordarles todo esto.
2Pe 1:14  Nuestro Señor Jesucristo me ha permitido saber que pronto moriré;
2Pe 1:15  pero yo haré todo lo posible para que ustedes recuerden estos consejos aun después de mi muerte.
2Pe 1:16  Cuando les enseñábamos acerca del poder de nuestro Señor Jesucristo y de su regreso, no estábamos inventando una historia, sino que con nuestros propios ojos vimos el gran poder de nuestro Señor.
2Pe 1:17  Nosotros estábamos allí cuando Dios el Padre trató a Jesús con mucho honor y mostró lo maravilloso que es él. Y allí mismo, en la montaña sagrada, oímos cuando nuestro grande y maravilloso Dios dijo: «Éste es mi Hijo. Yo lo amo mucho y estoy muy contento con él.»
2Pe 1:19  Por eso estoy completamente seguro de que el mensaje de Dios que anunciaron los profetas es la verdad. Por favor, préstenle atención a ese mensaje, pues les dirá cómo vivir hasta el día en que Cristo vuelva y cambie sus vidas.
2Pe 1:20  Pero, antes que nada, deben saber que ninguna enseñanza de la Biblia se puede explicar como uno quisiera.
2Pe 1:21  Ningún profeta habló por su propia cuenta. Al contrario, todos ellos hablaron de parte de Dios y fueron guiados por el Espíritu Santo. 

 


 

2Pe 1:1  la gracia y paz crezca más y más en vosotros por el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesucristo.
2Pe 1:2  Así como todos los dones que nos ha dado su poder divino, correspondientes a la vida y a la piedad cristiana, se nos han comunicado por el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y por su virtud,
2Pe 1:3  también por él mismo nos ha dado Dios las grandes y preciosas gracias que había prometido, para haceros partícipes, por medio de estas mismas gracias, de la naturaleza divina, huyendo la corrupción por la concupiscencia que hay en el mundo.
2Pe 1:4  Vosotros, pues, habéis de poner todo vuestro estudio y cuidado en juntar con vuestra fe la fortaleza, con la fortaleza la ciencia,
2Pe 1:5  con la ciencia la templanza, con la templanza la paciencia, con la paciencia la piedad,
2Pe 1:6  con la piedad el amor fraternal, y con el amor fraternal la caridad, o amor de Dios.
2Pe 1:7  Porque si estas virtudes se hallan en vosotros, y van creciendo más y más, no quedará estéril y sin fruto el conocimiento que tenéis de nuestro Señor Jesucristo.
2Pe 1:8  Mas quien no las tiene, está ciego, y anda con la mano a tientas, olvidando de qué manera fue lavado de sus antiguos delitos.
2Pe 1:9  Por tanto, hermanos míos, esforzaos más y más y haced cuanto podáis para asegurar, o afirmar, vuestra vocación y elección por medio de las buenas obras; porque haciendo esto, no pecaréis jamás.
2Pe 1:10  Pues de este modo se os abrirá de par en par la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
2Pe 1:11  Por lo cual no cesaré jamás de advertiros eso mismo, por más que vosotros estéis bien instruidos y confirmados en la verdad presente;
2Pe 1:12  pues me parece justo el despertaros con mis amonestaciones, mientras estoy en este cuerpo mortal como en una tienda de campaña,
2Pe 1:13  estando cierto de que presto saldré de él, según me lo ha significado ya nuestro Señor Jesucristo.
2Pe 1:14  Mas yo cuidaré de que aun después de mi muerte podáis con frecuencia hacer memoria de estas cosas.
2Pe 1:15  Por lo demás, no os hemos hecho conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, siguiendo fábulas o ficciones ingeniosas; sino como testigos oculares de su grandeza,
2Pe 1:16  porque al recibir de Dios Padre aquel glorioso testimonio, cuando desde la nube en que apareció con tanta brillantez la gloria de Dios, descendió una voz que le decía: Este es mi Hijo amado, en quien estoy complaciéndome, escuchadle,
2Pe 1:17  nosotros oímos también esta voz venida del cielo, y vimos su gloria estando con él en el monte santo del Tabor.
2Pe 1:18  Pero tenemos todavía el testimonio más firme que el nuestro que es el de los profetas, al cual hacéis bien en mirar atentamente, como a una antorcha que luce en un lugar oscuro, hasta tanto que amanezca el día, y la estrella de la mañana nazca en vuestros corazones,
2Pe 1:19  bien entendido, ante todas cosas, que ninguna profecía de la Escritura se declara por interpretación privada;
2Pe 1:20  porque no traen su origen las profecías de la voluntad de los hombres, sino que los varones santos de Dios hablaron, siendo inspirados del Espíritu Santo.
2Pe 1:21  Verdad es que hubo también falsos profetas en el antiguo pueblo de Dios, así como se verán entre vosotros, maestros embusteros, que introducirán con disimulo sectas de perdición, y renegarán del Señor que los rescató, acarreándose a sí mismos una pronta venganza. 

 


 

2Pe 1:1  

Salutación
  Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra:
2Pe 1:2  Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. 

Partícipes de la naturaleza divina
 
2Pe 1:3  Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,
2Pe 1:4  por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;
2Pe 1:5  vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;
2Pe 1:6  al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;
2Pe 1:7  a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
2Pe 1:8  Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
2Pe 1:9  Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.
2Pe 1:10  Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.
2Pe 1:11  Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
2Pe 1:12  Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente.
2Pe 1:13  Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este cuerpo, el despertaros con amonestación;
2Pe 1:14  sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado.
2Pe 1:15  También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas. 

Testigos presenciales de la gloria de Cristo
 
2Pe 1:16  Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.
2Pe 1:17  Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia.
2Pe 1:18  Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo.(A)
2Pe 1:19  Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
2Pe 1:20  entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,
2Pe 1:21  porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. 
 

 


 

2Pe 1:1  Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesús, el Cristo, a los que habéis alcanzado fe igualmente preciosa con nosotros en la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesús, el Cristo:
2Pe 1:2  Gracia y paz os sea multiplicada en el conocimiento de Dios, y de nuestro Señor Jesús.
2Pe 1:3  Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos son dadas de su divina potencia, por el conocimiento de aquel que nos ha llamado por su gloria y virtud,
2Pe 1:4  por las cuales nos son dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas fueseis hechos participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que está en el mundo por la concupiscencia.
2Pe 1:5  Vosotros también, poniendo toda diligencia en esto mismo, mostrad en vuestra fe, virtud; y en la virtud, ciencia;
2Pe 1:6  y en la ciencia, templanza; y en la templanza, paciencia; y en la paciencia, temor de Dios;
2Pe 1:7  y en el temor de Dios, amor fraternal; y en el amor fraternal, caridad.
2Pe 1:8  Porque si en vosotros hay estas cosas, y abundan, no os dejarán estar ociosos, ni estériles en el conocimiento de nuestro Señor Jesús, el Cristo.
2Pe 1:9  Pero el que no tiene estas cosas, es ciego, y anda tentando el camino con la mano, habiendo olvidado de la purgación de sus antiguos pecados.
2Pe 1:10  Por lo cual, hermanos, procurad tanto más de hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.
2Pe 1:11  Porque de esta manera os será abundantemente administrada la entrada en el Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesús, el Cristo.
2Pe 1:12  Por esto, yo no dejaré de amonestaros siempre de estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente.
2Pe 1:13  Porque tengo por justo, (en tanto que estoy en este tabernáculo), de incitaros con amonestación,
2Pe 1:14  sabiendo que brevemente tengo que dejar este mi tabernáculo, como nuestro Señor Jesús el Cristo me ha declarado.
2Pe 1:15  También yo procuraré con diligencia, que después de mi fallecimiento, vosotros podáis tener memoria de estas cosas.
2Pe 1:16  Porque nosotros no os hemos dado a conocer la potencia y la venida de nuestro Señor Jesús, el Cristo, siguiendo fábulas por arte compuestas; sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.
2Pe 1:17  Porque él había recibido de Dios el Padre honra y gloria, cuando una tal voz fue a él enviada de la magnífica gloria: Este es el amado Hijo mío, en el cual yo me he agradado.
2Pe 1:18  Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos juntamente con él en el Monte Santo.
2Pe 1:19  Tenemos también la palabra de los profetas más firme, a la cual hacéis bien de estar atentos como a una lámpara que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.
2Pe 1:20  Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de particular interpretación;
2Pe 1:21  porque la profecía no fue en los tiempos pasados traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Espíritu Santo. 

 


 

2Pe 1:1  Simon Peter, a servant and an apostle of Jesus Christ, to them that have obtained like precious faith with us through the righteousness of God and our Saviour Jesus Christ:
2Pe 1:2  Grace and peace be multiplied unto you through the knowledge of God, and of Jesus our Lord,
2Pe 1:3  According as his divine power hath given unto us all things that pertain unto life and godliness, through the knowledge of him that hath called us to glory and virtue:
2Pe 1:4  Whereby are given unto us exceeding great and precious promises: that by these ye might be partakers of the divine nature, having escaped the corruption that is in the world through lust.
2Pe 1:5  And beside this, giving all diligence, add to your faith virtue; and to virtue knowledge;
2Pe 1:6  And to knowledge temperance; and to temperance patience; and to patience godliness;
2Pe 1:7  And to godliness brotherly kindness; and to brotherly kindness charity.
2Pe 1:8  For if these things be in you, and abound, they make you that ye shall neither be barren nor unfruitful in the knowledge of our Lord Jesus Christ.
2Pe 1:9  But he that lacketh these things is blind, and cannot see afar off, and hath forgotten that he was purged from his old sins.
2Pe 1:10  Wherefore the rather, brethren, give diligence to make your calling and election sure: for if ye do these things, ye shall never fall:
2Pe 1:11  For so an entrance shall be ministered unto you abundantly into the everlasting kingdom of our Lord and Saviour Jesus Christ.
2Pe 1:12  Wherefore I will not be negligent to put you always in remembrance of these things, though ye know them, and be established in the present truth.
2Pe 1:13  Yea, I think it meet, as long as I am in this tabernacle, to stir you up by putting you in remembrance;
2Pe 1:14  Knowing that shortly I must put off this my tabernacle, even as our Lord Jesus Christ hath shewed me.
2Pe 1:15  Moreover I will endeavour that ye may be able after my decease to have these things always in remembrance.
2Pe 1:16  For we have not followed cunningly devised fables, when we made known unto you the power and coming of our Lord Jesus Christ, but were eyewitnesses of his majesty.
2Pe 1:17  For he received from God the Father honour and glory, when there came such a voice to him from the excellent glory, This is my beloved Son, in whom I am well pleased.
2Pe 1:18  And this voice which came from heaven we heard, when we were with him in the holy mount.
2Pe 1:19  We have also a more sure word of prophecy; whereunto ye do well that ye take heed, as unto a light that shineth in a dark place, until the day dawn, and the day star arise in your hearts:
2Pe 1:20  Knowing this first, that no prophecy of the scripture is of any private interpretation.
2Pe 1:21  For the prophecy came not in old time by the will of man: but holy men of God spake as they were moved by the Holy Ghost. 

 


 

2Pe 1:1  Esta es ya, queridos, la segunda carta que os escribo; en ambas, con lo que os recuerdo, despierto en vosotros el recto criterio.
2Pe 1:1  Hubo también en el pueblo falsos profetas, como habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán herejías perniciosas y que, negando al Dueño que los adquirió, atraerán sobre sí una rápida destrucción.
2Pe 1:1  Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como la nuestra.
2Pe 1:2  Pedro 2
2Pe 1:2  A vosotros, gracia y paz abundantes por el conocimiento de nuestro Señor.
2Pe 1:2  Acordaos de las predicciones de los santos profetas y del mandamiento de vuestros apóstoles que es el mismo del Señor y Salvador.
2Pe 1:2  Pedro 3
2Pe 1:2  Muchos seguirán su libertinaje y, por causa de ellos, el Camino de la verdad será difamado.
2Pe 1:3  Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud,
2Pe 1:3  Sabed ante todo que en los últimos días vendrán hombres llenos de sarcasmo, guiados por sus propias pasiones,
2Pe 1:3  Traficarán con vosotros por codicia, con palabras artificiosas; desde hace tiempo su condenación no está ociosa, ni su perdición dormida.
2Pe 1:4  Pues si Dios no perdonó a los Ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó para ser custodiados hasta el Juicio;
2Pe 1:4  que dirán en son de burla: «¿Dónde queda la promesa de su Venida? Pues desde que murieron los Padres, todo sigue como al principio de la creación».
2Pe 1:4  por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os hicierais partícipes de la naturaleza divina, huyendo de la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia.
2Pe 1:5  Por esta misma razón, poned el mayor empeño en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento,
2Pe 1:5  si no perdonó al antiguo mundo, aunque preservó a Noé, heraldo de la justicia, y a otros siete, cuando hizo venir el diluvio sobre un mundo de impíos;
2Pe 1:5  Porque ignoran intencionadamente que hace tiempo existieron unos cielos y también una tierra surgida del agua y establecida entre las aguas por la Palabra de Dios,
2Pe 1:6  si condenó a la destrucción las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a cenizas, poniéndolas como ejemplo para los que en el futuro vivirían impíamente;
2Pe 1:6  al conocimiento la templanza, a la templanza la tenacidad, a la tenacidad la piedad,
2Pe 1:6  y que, por esto, el mundo de entonces pereció inundado por las aguas del diluvio,
2Pe 1:7  y que los cielos y la tierra presentes, por esa misma Palabra, están reservados para el fuego y guardados hasta el día del Juicio y de la destrucción de los impíos.
2Pe 1:7  y si libró a Lot, el justo, oprimido por la conducta licenciosa de aquellos hombres disolutos
2Pe 1:7  a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad.
2Pe 1:8  - pues este justo, que vivía en medio de ellos, torturaba día tras día su alma justa por las obras inicuas que veía y oía -
2Pe 1:8  Pues si tenéis estas cosas y las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.
2Pe 1:8  Mas una cosa no podéis ignorar, queridos: que ante el Señor un día es como mil años y, = mil años, como un día. =
2Pe 1:9  No se retrasa el Señor en el cumplimiento de la promesa, como algunos lo suponen, sino que usa de paciencia con vosotros, no queriendo que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión.
2Pe 1:9  Quien no las tenga es ciego y corto de vista; ha echado al olvido la purificación de sus pecados pasados.
2Pe 1:9  es porque el Señor sabe librar de las pruebas a los piadosos y guardar a los impíos para castigarles en el día del Juicio,
2Pe 1:10  sobre todo a los que andan tras la carne con apetencias impuras y desprecian al Señorío. Atrevidos y arrogantes, no temen insultar a las Glorias,
2Pe 1:10  Por tanto, hermanos, poned el mayor empeño en afianzar vuestra vocación y vuestra elección. Obrando así nunca caeréis.
2Pe 1:10  El Día del Señor llegará como un ladrón; en aquel día, los cielos, con ruido ensordecedor, se desharán; los elementos, abrasados, se disolverán, y la tierra y cuanto ella encierra se consumirá.
2Pe 1:11  cuando los Ángeles, que son superiores en fuerza y en poder, no pronuncian juicio injurioso contra ellas en presencia del Señor.
2Pe 1:11  Puesto que todas estas cosas han de disolverse así, ¿cómo conviene que seáis en vuestra santa conducta y en la piedad,
2Pe 1:11  Pues así se os dará amplia entrada en el Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
2Pe 1:12  esperando y acelerando la venida del Día de Dios, en el que los cielos, en llamas, se disolverán, y los elementos, abrasados, se fundirán?
2Pe 1:12  Por esto, estaré siempre recordándoos estas cosas, aunque ya las sepáis y estéis firmes en la verdad que poseéis.
2Pe 1:12  Pero éstos, como animales irracionales, destinados por naturaleza a ser cazados y muertos, que injurian lo que ignoran, con muerte de animales morirán,
2Pe 1:13  sufriendo daño en pago del daño que hicieron. Tienen por felicidad el placer de un día; hombres manchados e infames, que se entregan de lleno a los placeres mientras banquetean con vosotros.
2Pe 1:13  Me parece justo, mientras me encuentro en esta tienda, estimularos con el recuerdo,
2Pe 1:13  Pero esperamos, según nos lo tiene prometido, nuevos cielos y nueva tierra, en lo que habite la justicia.
2Pe 1:14  Tienen los ojos llenos de adulterio, que no se sacian de pecado, seducen a las almas débiles, tienen el corazón ejercitado en la codicia, ¡hijos de maldición!
2Pe 1:14  Por lo tanto, queridos, en espera de estos acontecimientos, esforzaos por ser hallados en paz ante él, sin mancilla y sin tacha.
2Pe 1:14  sabiendo que pronto tendré que dejar mi tienda, según me lo ha manifestado nuestro Señor Jesucristo.
2Pe 1:15  Abandonando el camino recto, se desviaron y siguieron el camino de Balaam, hijo de Bosor, que amó un salario de iniquidad,
2Pe 1:15  Pero pondré empeño en que, en todo momento, después de mi partida, podáis recordar estas cosas.
2Pe 1:15  La paciencia de nuestro Señor juzgadla como salvación, como os lo escribió también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le fue otorgada.
2Pe 1:16  pero fue reprendido por su mala acción. Un mudo jumento, hablando con voz humana, impidió la insensatez del profeta.
2Pe 1:16  Lo escribe también en todas las cartas cuando habla en ellas de esto. Aunque hay en ellas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente - como también las demás Escrituras - para su propia perdición.
2Pe 1:16  Os hemos dado a conocer el poder y la Venida de nuestro Señor Jesucristo, no siguiendo fábulas ingeniosas, sino después de haber visto con nuestros propios ojos su majestad.
2Pe 1:17  Estos son fuentes secas y nubes llevadas por el huracán, a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas.
2Pe 1:17  Vosotros, pues, queridos, estando ya advertidos, vivid alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos disolutos, os veáis derribados de vuestra firme postura.
2Pe 1:17  Porque recibió de Dios Padre honor y gloria, cuando la sublime Gloria le dirigió esta voz: «Este es mi Hijo muy amado en quien me complazco.»
2Pe 1:18  Creced, pues, en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. A él la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
2Pe 1:18  Hablando palabras altisonantes, pero vacías, seducen con las pasiones de la carne y el libertinaje a los que acaban de alejarse de los que viven en el error.
2Pe 1:18  Nosotros mismos escuchamos esta voz, venida del cielo, estando con él en el monte santo.
2Pe 1:19  Y así se nos hace más firme la palabra de los profetas, a la cual hacéis bien en prestar atención, como a lámpara que luce en lugar oscuro, hasta que despunte el día y se levante en vuestros corazones el lucero de la mañana.
2Pe 1:19  Les prometen libertad, mientras que ellos son esclavos de la corrupción, pues uno queda esclavo de aquel que le vence.
2Pe 1:20  Porque si, después de haberse alejado de la impureza del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, se enredan nuevamente en ella y son vencidos, su postrera situación resulta peor que la primera.
2Pe 1:20  Pero, ante todo, tened presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia;
2Pe 1:21  Pues más les hubiera valido no haber conocido el camino de la justicia que, una vez conocido, volverse atrás del santo precepto que le fue transmitido.
2Pe 1:21  porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios.
2Pe 1:22  Les ha sucedido lo de aquel proverbio tan cierto: = «el perro vuelve a su vómito» = y «la puerca lavada, a revolcarse en el cieno».

 


 

2Pe 1:1  Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, saluda a los que han llegado a tener una fe tan preciosa como la nuestra, porque nuestro Dios y Salvador Jesucristo es justo.
2Pe 1:2  Reciban abundancia de gracia y de paz mediante el conocimiento que tienen de Dios y de Jesús, nuestro Señor.
2Pe 1:3  Dios, por su poder, nos ha concedido todo lo que necesitamos para la vida y la devoción, al hacernos conocer a aquel que nos llamó por su propia grandeza y sus obras maravillosas.
2Pe 1:4  Por medio de estas cosas nos ha dado sus promesas, que son muy grandes y de mucho valor, para que por ellas lleguen ustedes a tener parte en la naturaleza de Dios y escapen de la corrupción que los malos deseos han traído al mundo.
2Pe 1:5  y por esto deben esforzarse en añadir a su fe la buena conducta; a la buena conducta, el entendimiento;
2Pe 1:6  al entendimiento, el dominio propio; al dominio propio, la paciencia; a la paciencia, la devoción;
2Pe 1:7  a la devoción, el afecto fraternal; y al afecto fraternal, el amor.
2Pe 1:8  Si ustedes poseen estas cosas y las desarrollan, ni su vida será inútil ni habrán conocido en vano a nuestro Señor Jesucristo.
2Pe 1:9  Pero el que no las posee es como un ciego o corto de vista; ha olvidado que fue limpiado de sus pecados pasados.
2Pe 1:10  Por eso, hermanos, y a que Dios los ha llamado y escogido, procuren que esto arraigue en ustedes, pues haciéndolo así nunca caerán.
2Pe 1:11  De ese modo se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
2Pe 1:12  Por eso les seguiré recordando siempre todo esto, aun cuando ya lo saben y permanecen firmes en la verdad que les han enseñado.
2Pe 1:13  Mientras yo viva, creo que estoy en el deber de llamarles la atención con estos consejos.
2Pe 1:14  Nuestro Señor Jesucristo me ha hecho saber que pronto habré de dejar esta vida;
2Pe 1:15  pero haré todo lo posible para que también después de mi muerte se acuerden ustedes de estas cosas.
2Pe 1:16  La enseñanza que les dimos sobre el poder y el regreso de nuestro Señor Jesucristo, no consistía en cuentos inventados ingeniosamente, pues con nuestros propios ojos vimos al Señor en su grandeza.
2Pe 1:17  Lo vimos cuando Dios el Padre le dio honor y gloria, cuando la voz de Dios le habló de aquella gloriosa manera: "Este es mi Hijo amado, a quien he elegido."[1]
2Pe 1:18  Nosotros mismos oímos aquella voz que venía del cielo, pues estábamos con el Señor en el monte sagrado. [2]
2Pe 1:19  Esto hace más seguro el mensaje de los profetas, el cual con toda razón toman ustedes en cuenta. Pues ese mensaje es como una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que el día amanezca y la estrella de la mañana salga para alumbrarles el corazón.
2Pe 1:20  Pero ante todo tengan esto presente: que ninguna profecía de la Escritura es algo que uno pueda interpretar según el propio parecer,
2Pe 1:21  porque los profetas nunca hablaron por iniciativa humana; al contrario, eran hombres que hablaban de parte de Dios, dirigidos por el Espíritu Santo. [3]

 


 

2Pe 1:1  Simón Pedro, esclavo y apóstol de Jesucristo, a los que han obtenido una fe, tenida en igualdad de privilegio con la nuestra, por la justicia de nuestro Dios y de[l] Salvador Jesucristo:
2Pe 1:2  Que bondad inmerecida y paz les sean aumentadas por un conocimiento exacto de Dios y de Jesús nuestro Señor,
2Pe 1:3  por cuanto su poder divino nos ha dado libremente todas las cosas que atañen a la vida y a la devoción piadosa, mediante el conocimiento exacto de aquel que nos llamó mediante gloria y virtud.
2Pe 1:4  Mediante estas cosas nos ha dado libremente las preciosas y grandiosísimas promesas, para que por estas ustedes lleguen a ser partícipes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo por la lujuria.
2Pe 1:5  Sí; por esta misma razón, contribuyendo ustedes en respuesta todo esfuerzo solícito, suministren a su fe, virtud; a [su] virtud, conocimiento;
2Pe 1:6  a [su] conocimiento, autodominio; a [su] autodominio, aguante; a [su] aguante, devoción piadosa;
2Pe 1:7  a [su] devoción piadosa, cariño fraternal; a [su] cariño fraternal, amor.
2Pe 1:8  Porque si estas cosas existen en ustedes y rebosan, impedirán que ustedes sean inactivos o infructíferos respecto al conocimiento exacto de nuestro Señor Jesucristo.
2Pe 1:9  Porque si estas cosas no están presentes en alguien, está ciego, pues cierra los ojos [a la luz], y se ha hecho olvidadizo respecto al limpiamiento de sus pecados de hace mucho.
2Pe 1:10  Por esta razón, hermanos, tanto más hagan lo sumo por hacer seguros para sí su llamamiento y selección; porque si siguen haciendo estas cosas no fracasarán nunca.
2Pe 1:11  De hecho, así se les suministrará ricamente la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
2Pe 1:12  Por esta razón siempre estaré dispuesto a recordarles estas cosas, aunque [las] conocen y están firmemente establecidos en la verdad que está presente [en ustedes].
2Pe 1:13  Pero considero apropiado, mientras estoy en este tabernáculo, despertarlos por vía de hacerles recordar,
2Pe 1:14  puesto que sé que pronto veré quitado mi tabernáculo, tal como también me lo significó nuestro Señor Jesucristo.
2Pe 1:15  Así es que haré lo sumo posible también a todo tiempo para que, después de mi partida, ustedes puedan hacer mención de estas cosas para sí.
2Pe 1:16  No, no fue siguiendo cuentos falsos artificiosamente tramados como les hicimos conocer el poder y la presencia de nuestro Señor Jesucristo, sino por haber llegado a ser testigos oculares de su magnificencia.
2Pe 1:17  Porque él recibió de Dios el Padre honra y gloria, cuando palabras como estas le fueron dirigidas por la magnífica gloria: “Este es mi hijo, mi amado, a quien yo mismo he aprobado”.
2Pe 1:18  Sí, estas palabras las oímos dirigidas desde el cielo mientras estábamos con él en la santa montaña.
2Pe 1:19  Por consiguiente, tenemos la palabra profética [hecha] más segura; y ustedes hacen bien en prestarle atención como a una lámpara que resplandece en un lugar oscuro, hasta que amanezca el día y el lucero se levante, en sus corazones.
2Pe 1:20  Porque ustedes saben esto primero, que ninguna profecía de la Escritura proviene de interpretación privada alguna.
2Pe 1:21  Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo.

 


 

2Pe 1:1  Yo, Simón Pedro, estoy al servicio de Jesucristo, quien me envió a anunciar su mensaje. Reciban mis saludos. Jesucristo, nuestro Dios y Salvador, ha sido justo y bueno con todos ustedes, pues los hizo confiar en él, como nos hizo confiar a nosotros.
2Pe 1:2  Le pido a Dios que los ame mucho y les permita vivir en paz, y que ustedes estén siempre dispuestos a conocer más a Dios y a nuestro Señor Jesús.
2Pe 1:3  Dios utilizó su poder para darnos todo lo que necesitamos, y para que vivamos como él quiere. Dios nos dio todo eso cuando nos hizo conocer a Jesucristo. Por medio de él, nos eligió para que seamos parte de su reino maravilloso.
2Pe 1:4  Además, nos ha dado todas las cosas importantes y valiosas que nos prometió. Por medio de ellas, ustedes podrán ser como Dios y no como la gente pecadora de este mundo, porque los malos deseos de esa gente destruyen a los demás.
2Pe 1:5  Por eso, mi consejo es que pongan todo su empeño en: Afirmar su confianza en Dios, esforzarse por hacer el bien, procurar conocer mejor a Dios,
2Pe 1:6  y dominar sus malos deseos. Además, deben ser pacientes, entregar su vida a Dios,
2Pe 1:7  estimar a sus hermanos en Cristo y, sobre todo, amar a todos por igual.
2Pe 1:8  Si ustedes conocen a Jesucristo, harán todo eso, y tratarán de hacerlo cada vez mejor. Así, vivirán haciendo el bien.
2Pe 1:9  Pero quien no lo hace así es como si estuviera ciego, y olvida que Dios le ha perdonado todo lo malo que hizo.
2Pe 1:10  Hermanos, Dios los ha elegido para formar parte de su pueblo, y si quieren serlo para siempre, deben esforzarse más por hacer todo esto. De ese modo, nunca fracasarán en su vida cristiana,
2Pe 1:11  y Dios, con gusto, les dará la bienvenida en el reino de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, quien reina para siempre.
2Pe 1:12  Por eso yo les seguiré recordando siempre todo esto, aun cuando ya lo saben y siguen creyendo en la verdad que les enseñaron.
2Pe 1:13  Mientras yo viva, creo que es mi deber recordarles todo esto.
2Pe 1:14  Nuestro Señor Jesucristo me ha permitido saber que pronto moriré;
2Pe 1:15  pero yo haré todo lo posible para que ustedes recuerden estos consejos aun después de mi muerte.
2Pe 1:16  Cuando les enseñábamos acerca del poder de nuestro Señor Jesucristo y de su regreso, no estábamos inventando una historia, sino que con nuestros propios ojos vimos el gran poder de nuestro Señor.
2Pe 1:17  Nosotros estábamos allí cuando Dios el Padre trató a Jesús con mucho honor y mostró lo maravilloso que es él. Y allí mismo, en la montaña sagrada, oímos cuando nuestro grande y maravilloso Dios dijo: «Éste es mi Hijo. Yo lo amo mucho y estoy muy contento con él.»
2Pe 1:19  Por eso estoy completamente seguro de que el mensaje de Dios que anunciaron los profetas es la verdad. Por favor, préstenle atención a ese mensaje, pues les dirá cómo vivir hasta el día en que Cristo vuelva y cambie sus vidas.
2Pe 1:20  Pero, antes que nada, deben saber que ninguna enseñanza de la Biblia se puede explicar como uno quisiera.
2Pe 1:21  Ningún profeta habló por su propia cuenta. Al contrario, todos ellos hablaron de parte de Dios y fueron guiados por el Espíritu Santo.

 


 

2Pe 1:1  De: Shimeon Kefa, un esclavo y emisario de Yahshúa Ha Mashíaj. A: Aquellos que por medio de la justificación de nuestro Elohim y de nuestro Salvador Yahshúa Ha Mashíaj, han sido dados la misma clase de confianza que a nosotros:
2Pe 1:2  La misericordia y Shalom sean de ustedes en medida abundante, mientras llegan al conocimiento completo de YAHWEH y de Yahshúa nuestro Adón.
2Pe 1:3  El poder de YAHWEH nos ha dado todo lo que necesitamos para la vida y Kedushah, mediante el conocimiento[1] de aquél que nos llamó a Su Gloria y Poder.
2Pe 1:4  Por medio del cual nos ha dado promesas valiosas y superlativas, para que por ellas podamos venir a compartir en la naturaleza de YAHWEH y escapar la corrupción que los deseos malignos han traído al mundo.
2Pe 1:5  Por esta misma razón, hagan todo lo posible para llenar su fe con bondad, bondad con conocimiento,
2Pe 1:6  conocimiento con dominio propio, dominio propio con perseverancia, perseverancia con Kedushah,
2Pe 1:7  Kedushah con afecto fraternal, y afecto fraternal con amor.
2Pe 1:8  Porque si tienen estas cualidades en abundancia, ellas los mantienen lejos de estar áridos e infructuosos en el conocimiento de nuestro Adón Yahshúa Ha Mashíaj.
2Pe 1:9  En verdad, cualquiera que no tiene estas virtudes está ciego, tan corto de vista que se olvida que sus pecados pasados han sido lavados.
2Pe 1:10  Por lo cual, hermanos, procuren mucho más que su llamado y su elección estén seguros. Porque si permanecen haciendo esto, nunca tropezaran.
2Pe 1:11  Porque de esta manera serán suplidos generosamente con todo lo que necesitan para entrar en el Reino eterno de nuestro Adón y Salvador Yahshúa Ha Mashíaj.[2]
2Pe 1:12  Por lo cual, siempre les recordaré acerca de estas cosas, aunque ustedes las sepan y estén establecidos firmemente en la verdad que ya tienen.
2Pe 1:13  Y yo consideré correcto permanecer agitándolos con recordatorios, mientras estoy en este tabernáculo de mi cuerpo.
2Pe 1:14  Yo sé que pronto pondré a un lado este tabernáculo mío, como nuestro Adón Yahshúa Ha Mashíaj me lo ha hecho claro.
2Pe 1:15  Y haré todo lo posible para que después de mi éxodo ustedes recuerden estas cosas en todo tiempo.
2Pe 1:16  Porque cuando les hicimos conocer el poder y el regreso de nuestro Adón Yahshúa Ha Mashíaj, no nos apoyamos en mitos astutos inventados. Por el contrario vimos su majestad con nuestros propios ojos.
2Pe 1:17  Porque estábamos allí cuando El recibió Honor y Gloria de Elohim el Padre; y la voz vino a El desde la grandeza de la Shejinah, diciendo: "¡Este es mi Hijo, a quien amo; estoy muy complacido con El!"
2Pe 1:18  Nosotros oímos esta voz venir del cielo cuando estábamos con El en el monte Kadosh.[3]
2Pe 1:19  Sí, tenemos la palabra profética muy clara. Ustedes harán muy bien en poner atención a ella como luz que alumbra en la oscuridad,[4] lugar de tinieblas, hasta que el Día amanezca y la Estrella De La Mañana[5] se levante en sus corazones.
2Pe 1:20  Primero que todo, entiendan esto: ninguna profecía[6] en las Escrituras es para ser interpretada por un individuo por cuenta propia;
2Pe 1:21  pues nunca una profecía ha venido por voluntad humana, por el contrario, personas movidas por el Ruaj HaKodesh hablaron el mensaje de YAHWEH.

 


 

2Pe 1:1  "Yo, Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, les escribo a todos los que comparten una fe tan preciosa como la nuestra. Ustedes recibieron esa fe porque nuestro Dios y Salvador Jesucristo es justo."
2Pe 1:2  "Que Dios les dé cada vez más de su generoso amor y paz a través de su conocimiento de Dios, y de nuestro Señor Jesús."
2Pe 1:3  "Con su poder divino, Jesús nos da todo lo que necesitamos para dedicar nuestra vida a Dios. Todo lo tenemos porque lo conocemos a él, quien nos llamó por su gloria y su poder."
2Pe 1:4  "Así, nos dio promesas preciosas y valiosas; confiando en ellas, ustedes serán semejantes a Dios y podrán escapar del mundo, el cual será destruido a causa de los malos deseos de los seres humanos."
2Pe 1:5  "Como ya tienen esas promesas, esfuércense ahora por mejorar su vida así: a la fe, añádanle buena conducta; a la buena conducta, añádanle conocimiento."
2Pe 1:6  "Al conocimiento, añádanle dominio propio; al dominio propio, añádanle constancia; a la constancia, añádanle servicio a Dios;"
2Pe 1:7  "al servicio a Dios, añádanle afecto a sus hermanos en Cristo y a ese afecto, añádanle amor por todos."
2Pe 1:8  "Si todas estas cosas están presentes en su vida y aumentan, entonces no serán gente inútil y no habrán conocido en vano a nuestro Señor Jesucristo."
2Pe 1:9  "Si a alguien le faltan estas cosas, no puede ver bien, está ciego y ha olvidado que sus pecados fueron perdonados."
2Pe 1:10  "Hermanos, Dios los llamó y los escogió. Esfuércense por demostrarlo en su vida, y así nunca caerán,"
2Pe 1:11  sino que recibirán una grandiosa bienvenida al reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
2Pe 1:12  "Ustedes ya saben todo esto y permanecen firmes en la verdad que se les enseñó; sin embargo, yo siempre los ayudaré a recordarlo."
2Pe 1:13  "Creo que hago bien en recordarles esto mientras esté aquí en la tierra, porque"
2Pe 1:14  nuestro Señor Jesucristo me ha hecho saber que pronto tendré que dejar esta vida.
2Pe 1:15  "Por eso haré todo lo que pueda para asegurarme de que siempre tengan esto presente, aun después de que yo me vaya."
2Pe 1:16  No les estábamos contando ningún cuento cuando les dijimos que nuestro Señor Jesucristo vendrá y revelará su poder porque nosotros vimos la grandeza de Jesús con nuestros propios ojos.
2Pe 1:17  "Él recibió honor y gloria cuando escuchó la voz de Dios Padre, el grandioso y glorioso, diciendo: ""Este es mi hijo amado, estoy muy contento con él""."
2Pe 1:18  Nosotros escuchamos esa voz que vino del cielo mientras estábamos con Jesús en la montaña sagrada.
2Pe 1:19  "Podemos confiar por completo en lo que dijeron los profetas y está muy bien que ustedes sigan cuidadosamente sus palabras. Sus profecías son como una lámpara que alumbra en la oscuridad hasta que llegue el amanecer en el que Cristo, como la estrella de la mañana, les traerá nueva luz al corazón."
2Pe 1:20  "Sobre todo, deben entender que ninguna profecía de las Escrituras fue interpretada según la voluntad de los profetas."
2Pe 1:21  "Ninguna profecía fue dicha por el impulso de algún hombre. Todo lo contrario, los profetas hablaron de parte de Dios, guiados por el Espíritu Santo."

 


 
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