Pioneros Adventistas
Elena G de White

Estructura Familiar

Ellen Gould Harmon
Nació en Gorham, Maine, 26 de noviembre 1827Murió St. Helena, California, 16 de julio de 1915, Se casó en Portland, Maine, 30 de agosto 1846
James Springer White
Nació en Palmyra, Maine, 4 August 1821Murió Battle Creek, Michigan, 6 August 1881Se casó en Portland, Maine, 30 de agosto 1846
Hijos
Henry Nichols White,
Nacio en Gorham, Maine, 26 August 1847; Murio en Topsham, Maine, 8 Diciembre 1863.
James Edson White,
Nacio en Rocky Hill, Connecticut, 28 July 1849; Murio en Otsego, Michigan, 3 June 1928; married (1) Emma L. MacDearman, Murio en 1916; (2) Rebecca Burrill.
William Clarence White,
Nacio en Rochester, New York, 29 August 1854; Murio en in St. Helena, California, 31 August 1937; married (1) Mary Kelsey, who Murio en 1890; (2) Ethel May Lacey; seven children.
Herbert White,
Nacio en Battle Creek, Michigan, 20 September 1860;
Murio el14 December 1860
Padres

Robert Harmon
Nacio en Standish, Maine, 28 February 1786 Murio en Berlin, Connecticut, 6 November 1866, aged 82 y
Se caso en Portland, Maine, 4 July 1810
Eunice Gould
Nacio en [probably Portland] Maine, about 1786 Murio en Greene County, Illinois, January 1864?,
Se caso en Portland, Maine, 4 July 1810
Elena G. de White: Una breve biografía

¿Quién fue Elena G. de White y porqué millones consideran sus escritos especialmente valiosos y significativos? En forma breve se puede decir que fue una mujer de destacados dones espirituales que vivió la mayor parte de su vida durante el siglo XIX (1827-1915), y quien, mediante sus escritos, todavía produce un impacto sobre millones de personas alrededor del mundo. Durante su vida escribió más de 5.000 artículos de periódicos y 40 libros; pero en la actualidad, incluyendo compilaciones de sus 50.000 páginas de manuscritos, hay más de 1.000 títulos disponibles en inglés. Es la escritora femenina más traducida en toda la historia de la literatura, y la autora estadounidense más traducida en cualquier género. Sus escritos abarcan una amplia gama de temas, incluyendo religión, educación, relaciones sociales, evangelismo, profecía, cuestiones sobre publicación, nutrición y administración. Su obra maestra, que habla del cambio de vida para lograr una vida cristiana de éxito, El camino a Cristo, ha sido publicada en más de 140 idiomas. Los Adventistas del Séptimo Día creen que la Sra. White era más que una escritora de talento; creen que ella fue elegida por Dios como una mensajera especial para atraer la atención del mundo a las Sagradas Escrituras y para ayudar a preparar un pueblo para el segundo advenimiento de Cristo. Desde que ella contaba con 17 años hasta su muerte, 70 años después, Dios le dio aproximadamente 2.000 visiones y sueños. Las visiones variaron en duración de menos de un minuto hasta cerca de cuatro horas. Los conocimientos y los consejos recibidos por medio de estas revelaciones, los escribió para compartirlos con otros. Así sus escritos especiales son aceptados por los Adventistas del Séptimo Día como inspirados, y su excepcional calidad es reconocida incluso por lectores casuales. Como aparece en Creencias de los Adventistas del Séptimo Día: “Los escritos de Elena de White no constituyen un sustituto de la Escritura. No pueden ser colocados en el mismo nivel. Las Sagradas Escrituras están colocadas en un nivel que les pertenece sólo a ellas, la única regla por la cual sus escritos –y todos los demás deben ser juzgados-, y a la cual deben hallarse sujetos” (Asociación Ministerial, Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, Washington D.C., 1988, p. 262). Además, como Elena de White misma dijo, “La circunstancia de haber revelado Dios su voluntad a los hombres por su Palabra, no anuló la necesidad que tienen ellos de la continua presencia y dirección del Espíritu Santo” (El conflicto de los siglos, p. 9). Lo que sigue es una descripción más detallada acerca de la vida y la obra de esta destacada mujer quien, enfrentando todas las pruebas de un verdadero profeta como se presentan en las Sagradas Escrituras, ayudó a fundar la iglesia Adventista del Séptimo Día.
Los primeros años

Elena, junto con su hermana melliza Elizabeth, nació el 26 de noviembre de 1827, en la familia de Roberto y Eunice Harmon. Con ocho hijos en la familia, el hogar era un lugar interesante y lleno de tareas. La familia vivía en una pequeña granja cerca del poblado de Gorham, en Maine, en la parte noreste de los Estados Unidos. No obstante, unos pocos años después del nacimiento de las mellizas, Roberto Harmon dejó los trabajos de la granja y se mudó con su familia a la ciudad de Portland, unos 19 kilómetros hacia el este. Durante su niñez, Elena colaboraba en el hogar y ayudaba a su padre en la manufactura de sombreros. A la edad de nueve años, una tarde, mientras regresaba a su hogar después de la escuela, fue severamente lastimada en su rostro por una piedra que le arrojó una compañera de clase. Por tres semanas estuvo inconsciente, y en los años siguientes sufrió significativamente como resultado de las graves daños en su nariz. La educación formal de Elena terminó abruptamente y a todos les parecía que tan prometedora jovencita no viviría mucho más. En el año 1840, Elena y sus padres asistieron a un retiro campestre metodista en Buxton, Maine, y allí, a la edad de 12 años, entregó su corazón a Dios. El 26 de junio de 1842, solicitó ser bautizada por inmersión en Casco Bay, Pórtland. Ese mismo día fue aceptada como miembro de la Iglesia Metodista.
El mensaje adventista

En 1840 y 1842, Elena junto con otros miembros de la familia, asistieron a las reuniones Adventistas celebradas en Portland, aceptaron los puntos de vista presentados por Guillermo Miller y sus colaboradores, y esperaron confiadamente el inminente regreso de Cristo. Elena era una activa misionera que buscaba ganar a sus jóvenes amigos y hacer su parte en la proclamación del mensaje Adventista. Las dificultades del Gran Chasco provocados porque Cristo no regresó a la tierra el 22 de octubre de 1844, no fue menor por ser Elena una joven, y ella, junto con otros, estudió la Biblia y oró fervientemente por luz y conducción en los días de perplejidad que siguieron a esa fecha. Una mañana a fines de diciembre de ese año, cuando muchos se debilitaron y abandonaron su experiencia adventista, Elena Harmon se reunió con otras cuatro mujeres para adorar en el hogar de una amiga en South Portland. El cielo parecía estar cerca del grupo que oraba, y mientras el poder de Dios descansaba sobre Elena, ella fue testigo en la visión del viaje del pueblo adventista a la ciudad de Dios. (Primeros escritos, pp. 13-30.) Cuando la jovencita de 17 años, en forma poco dispuesta y temblando, relató esta visión al grupo de adventistas en Portland, éste la aceptó como luz de Dios. En respuesta a una visión posterior, Elena viajó de lugar en lugar con amigos y familiares para relatar a los grupos esparcidos de adventistas lo que le había sido revelado en su primera visión y las siguientes. Aquellos no fueron días fáciles para los adventistas que habían sufrido el chasco. No sólo enfrentaron las burlas y el ridículo de todo el mundo, sino que no estaban unidos entre ellos mismos, y se levantaban entre ellos fanatismos de toda clase. Pero Dios, mediante revelación, expuso a Elena Harmon las consecuencias de estos movimientos fanáticos, y se le encargó la responsabilidad de reprochar las equivocaciones y señalar el error. Para ella fue muy difícil realizar esta tarea.
El matrimonio de Jaime White y Elena Harmon

En un viaje a Orrigton, Maine, Elena conoció a un joven predicador adventista, Jaime White, quien tenía entonces 23 años de edad. Como sus tareas ocasionalmente los reunía, surgió entre ellos un afecto que los unió más tarde en matrimonio en agosto de 1846. Durante las primeras semanas que siguieron a su matrimonio, Jaime y Elena estudiaron fervientemente un documento de 46 páginas publicado por José Bates, en New Bedford, Massachussets. El documento, titulado El sábado del séptimo día, presentaba las evidencias bíblicas sobre la santidad del séptimo día. Convencidos de que los puntos de vista presentados eran bíblicos, comenzaron a guardar el sábado como séptimo día. Unos seis meses más tarde, el 3 de abril de 1847, a Elena de White se le mostró en visión la ley de Dios en el santuario celestial con un halo de luz alrededor del cuarto mandamiento. Este punto de vista trajo una clara comprensión de la importancia de la doctrina del sábado y confirmaron la confianza de los adventistas en ella (Primeros escritos, pp. 32-35). Los primeros días de la vida de casados de Jaime y Elena White estuvieron llenos de pobreza y a veces ansiedades. Los que trabajaban en el movimiento adventista no tenían a nadie más que a sí mismos para su sostén financiero, así que Jaime White dividía su tiempo entre la predicación y el trabajar para ganar el sustento mediante el trabajo en el bosque, en el ferrocarril o en los campos juntando heno. A los White les nació un hijo, Henry, el 26 de agosto de 1847. Su presencia trajo gozo y consuelo a la joven madre, pero Elena de White pronto se dio cuenta que tenía que dejar a su hijo al cuidado de sus amigos de confianza para continuar con su obra de viajar y llevar los mensajes que Dios le había confiado. En los siguientes años ella escribió extensamente, viajó mucho para visitar al “rebaño esparcido” y asistió a conferencias.
Comenzando a publicar

Mientras estaba en Rocky Hill, Connecticut, en el verano de 1849 (entre junio y septiembre), Jaime White comenzó la publicación de La verdad presente, un periódico de 8 páginas de tirada casi mensual. Los últimos números contenían artículos de Elena de White presentando cuestiones proféticas del futuro de la iglesia e importantes notas de advertencia y consuelo. El año 1851 estuvo marcado por la aparición del primer libro de la Sra. White, un trabajo que abarcaba unas 64 páginas titulado: A Sketch of the Christian Experience and Views of Ellen G. White [Una reseña de la experiencia cristiana y las visiones de Elena G. de White]. Este primer documento y su Supplement (1854) se encuentran ahora en las páginas 11-127 del libro Primeros escritos. Los inicios de los periódicos Review and Herald en 1850 y de Youth’s Instructor en 1852, la compra de una prensa manual, luego la publicación de los periódicos en Rochester, Nueva York, durante los años 1852-1855, fueron días extremadamente activos y fatigosos. El dinero escaseaba. La enfermedad y las privaciones contribuyeron a traer angustia y desaliento. Pero habría días más brillantes por venir, y cuando en 1855 los creyentes adventistas en Michigan, invitaron a los White a Battle Creek y prometieron construir una pequeña casa publicadora, las apreturas parecieron comenzar a disminuir.
La mudanza a Battle Creek

En noviembre de 1855, la Asociación Publicadora Review and Herald, con su prensa manual y otros equipos de impresión, se mudó de Rochester, Nueva York, donde tenía sus oficinas alquiladas, a el nuevo edificio levantado en Battle Creek, Michigan, provisto en forma voluntaria por los creyentes adventistas. Pocos días después que el pastor White y su esposa, y quienes estaban asociados con ellos en la obra de publicaciones, llegaron a Battle Creek, se realizó una reunión de asociación con el propósito de considerar planes para la diseminación del mensaje adventista. Al cierre de esta reunión general, se le revelaron a Elena de White varios asuntos de importancia para la iglesia en general. Estos temas los escribió y leyó en la iglesia de Battle Creek. Los miembros de iglesia reconocieron que este mensaje beneficiaría a todos los grupos de creyentes, así que votaron que se debía publicar. A su debido tiempo salió de la prensa reestablecida un folleto de 16 páginas que llevaba el título, Testimony for the Church [Testimonio para la iglesia] (aparece en el volumen 1 de Testimonies, pp. 113-126), el primero de una serie de escritos que en el transcurso de 55 años totalizó cerca de 5.000 páginas, como aparece publicado en los nueve volúmenes de Testimonies for the Church [Testimonios para la iglesia]. Los registros de los años siguientes muestran al pastor White y su esposa estableciendo la obra de publicaciones y la organización de la iglesia, y viajando de aquí para allá en tren, carruaje y carreta. Es un registro de sufrimiento, de fuertes fríos en largos viajes a través de pueblos establecidos en lugares distantes, y de la protección especial de Dios de muchos peligros. Es un registro con imágenes de desaliento, cuando se dirigían ataques directamente contra la obra, y también de gran aliento, a medida que el poder de Dios producía la victoria en las vidas de los guardadores del sábado y el éxito de la tarea de aquellos que estaban liderando el avance de la causa adventista.
La visión de “el gran conflicto”

En un servicio fúnebre realizado una tarde de domingo en Ohio, en marzo de 1858, en la escuela pública de Lovett’s Grove (actualmente Bowling Green), se le dio a la Sra. White una visión sobre los largos siglos de conflicto entre Cristo y sus ángeles y Satanás y sus ángeles. Dos días después Satanás intentó quitarle la vida, para que ella no pudiera presentar a otros lo que se le había revelado.
No obstante, sostenida por Dios para realizar la tarea que se le confió, ella escribió una descripción de las escenas que se le habían mostrado y durante el verano de 1858 se publicó el primer volumen, de 219 páginas, del libro titulado Spiritual Gifts, The Great Controversy Between Christ and His Angels and Satan and His Angels [Dones espirituales, la gran controversia entre Cristo y sus ángeles y Satanás y sus ángeles]. Este volumen fue bien recibido y sumamente apreciado por su clara exposición de las fuerzas que contienden en el gran conflicto, tocando puntos importantes de la lucha pero tratando más plenamente las escenas finales de la historia de esta tierra. (Véase Primeros escritos, pp. 133-295).
El hogar en Battle Creek

Los diarios de Elena de White de fines de la década de 1850 revelan que no todo su tiempo lo dedicó a escribir y publicar. Las tareas de la casa, el trato amistoso con los vecinos, especialmente aquellos que estaban con necesidades, clamaban por su atención, y ocasionalmente ayudaba a doblar y pegar libros y folletos cuando había mucho trabajo en la oficina de la Review. Para el otoño de 1860, la familia White sumaba ya seis miembros, con cuatro hijos varones que contaban desde pocas semanas hasta 13 años de edad.
No obstante, el niño más pequeño, Herbert, vivió sólo unos pocos meses, su muerte trajo el primer quebrantamiento del círculo familiar.
Los esfuerzos culminantes para establecer la iglesia y la organización de asociaciones, sumados a las demandas por escribir mucho, viajar y las tareas personales, ocuparon los primeros años de la década de 1860. El clímax llegó con la organización de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día en mayo de 1863.
La visión de la reforma pro salud

Dos semanas después de esto, Jaime y Elena White visitaron Otsego, Michigan, durante el fin de semana para alentar a los obreros evangélicos del lugar. Mientras el grupo se inclinaba en oración al comienzo del sábado, Elena de White recibió una visión de la relación entre la salud física y la espiritual, de la importancia de seguir principios correctos en la dieta y en el cuidado del cuerpo, y de los beneficios de los remedios naturales –aire limpio, luz solar, ejercicio y agua pura. Antes de esta visión, poco se pensó o se dedicó a las cuestiones de salud, y varios ministros que estaban sobrecargados se habían visto forzados a la inactividad a causa de la enfermedad. Esta revelación del 6 de junio de 1863, produjo un impacto en los líderes de la iglesia recientemente organizada acerca de la importancia de la reforma pro salud. En los meses siguientes, a medida que se veía al mensaje de salud como parte del mensaje de los Adventistas del Séptimo Día, se inauguró un programa educativo para la salud. Un paso introductorio, en este esfuerzo, fue la publicación de seis folletos de 64 páginas cada uno, titulados Health [Salud] o How to Live [Cómo vivir], compilado por Jaime y Elena White. Un artículo de la Sra. White se incluyó en cada folleto. La muerte imprevista de Enrique White a la edad de 16 años, la severa enfermedad del pastor Jaime White, que lo forzó a dejar por tres años su tarea, y los sufrimientos de muchos otros ministros, impresionó hondamente a los líderes que vivieron en los primeros días de la iglesia sobre la importancia de la reforma pro salud. A principios de 1866, en respuesta a la instrucción dada a Elena de White en el día de navidad de 1865 (Testimonies for the Church, vol. 1, p. 489), en cuanto a que los Adventistas del Séptimo Día debían establecer un instituto de salud para el cuidado de los enfermos y para impartir instrucción sobre la salud, se realizaron planes para el Instituto de la Reforma de la Salud del Oeste [Western Health Reform Institute] que se abrió en septiembre de 1866. Mientras los White estaban yendo y viniendo de Battle Creek entre 1865 a 1868, la pobre condición física del pastor White los llevó a mudarse a una pequeña granja cerca de Greenville, Michigan. Lejos de las tareas estresantes de las oficinas de la iglesia, Elena de White tuvo la oportunidad de escribir, y retomó la presentación de la historia del conflicto como se le había mostrado más plenamente en revelaciones posteriores. En 1870, se publicó The Spirit of Prophecy [El Espíritu de Profecía], volumen 1, conteniendo la historia desde la caída de Lucifer en el cielo hasta el tiempo de Salomón. El trabajo con esta serie se interrumpió, y pasaron siete años hasta que salió el siguiente volumen.
La obra se extiende

El éxito de las reuniones campestres Adventistas del Séptimo Día realizadas en Wisconsin y Michigan a fines de la década de 1860, hizo que se realizaran planes más amplios para empresas similares en los años siguientes. Jaime White tuvo una parte activa no sólo en la planificación de estos encuentros sino también en la asistencia a tantas reuniones como la presión de sus tareas administrativas y su decaída salud se lo permitieran. Los largos períodos de sobrecarga laboral y de la lucha durante los días iniciales de la iglesia, la extenuante labor de las tareas editoriales, sumadas a las responsabilidades de la presidencia de la Asociación General y la presidencia de varias juntas institucionales, cobró su cuota sobre su salud. Elena de White acompañaba a su esposo en sus viajes, haciendo plenamente su tarea de predicar y de atención personal, y, cuando el tiempo lo permitía, avanzaba con sus escritos. El invierno de 1872-1873 encontró a la pareja en California interesada en fortalecer proyectos de la iglesia en la costa del Pacífico. Este fue el primero de varios viajes extensos por el oeste durante los siguientes siete años. El 1 de abril de 1874, se le dio a Elena de White una visión importante mientras estaba en el oeste. En esa visión se abrió ante ella la forma maravillosa en que la tarea de la denominación habría de ampliarse y desarrollarse no sólo en los estados del oeste sino también fuera del país. Pocas semanas después, se realización reuniones campestres en Oakland, California, y como resultado de este esfuerzo público, el pastor White inició el periódico Signs of the Times [Señales de los tiempos].
El Colegio de Battle Creek

En el otoño de 1874, los White estaban de regreso en Michigan, ayudando con el Instituto Bíblico, conduciendo servicios en sábado y asumiendo un papel importante en la fundación del Colegio de Battle Creek. El 4 de enero de 1875, mientras Elena de White estaba de pie ante el grupo que se había reunido proveniente de diferentes estados para dedicar dicho colegio, la primera institución educativa de la denominación, ella relató lo que se le había mostrado en visión hacía pocos días. La imagen que ella presentó de la obra internacional, que debían realizar los Adventistas del Séptimo Día, causó impresión en la asamblea de obreros [empleados de dedicación exclusiva] y creyentes en cuanto a la importancia y la necesidad del colegio. Entre otras cosas, ella habló de que se le habían mostrado casas publicadoras operando en varias tierras y una obra bien organizada desarrollándose en amplios territorios del mundo en los cuales los Adventistas del Séptimo Día, de ese tiempo, nunca habían pensado en entrar.
Escribiendo y viajando

Durante los siguientes años, la mayoría del tiempo de la Sra. White estuvo ocupado en escribir la parte de la historia del conflicto que trataba sobre la vida de Cristo y la obra de los apóstoles. Esto apareció en los volúmenes 2 y 3 de The Spirit of Prophecy [El Espíritu de Profecía], entre 1877 y 1878. El pastor White estaba muy ocupado en el establecimiento de la Pacific Press [Casa Publicadora Pacífico] en Oakland, California, y en juntar dinero para ampliar el Sanatorio de Battle Creek y el edificio del Tabernáculo en Battle Creek. Cuando los White visitaron la nueva institución de salud cerca de Santa Elena, California, a comienzos de 1878, Elena de White exclamó que ella había visto esos edificios y sus alrededores en la visión en que se le había mostrado los alcances de la obra en la costa oeste. Éste fue el tercer emprendimiento que había visto en la visión de 1874, los otros eran el periódico Signs of the Times [Señales de los tiempos] y la imprenta Pacific. Durante la temporada de reuniones campestres de fines de la década de 1870, Elena de White predicó a varias audiencias numerosas; la más grande fue la congregación de un domingo por la tarde en Groveland, Massachusets, a fines de agosto de 1877, en la que 20.000 personas oyeron su discurso sobre lo que abarcaba la temperancia cristiana. Sus viajes y tareas durante este período la condujeron del este al oeste y hacia el noroeste del Pacífico. Escribió en forma incesante, asistió a sesiones de la Asociación General, cumplió con sus compromisos como oradora en reuniones campestres y en iglesias, apareció ante grupos pro temperancia, e incluso cumplió con compromisos en pueblos y prisiones estatales. La decaída salud del pastor White lo llevó a viajar a Texas durante el invierno de 1878-1879. Fue allí donde Arturo Daniells, que en años posteriores sirvió como presidente de la Asociación General, y su esposa, María, se unieron a la familia White, el joven Arturo como compañero y enfermero del pastor White y María como cocinera y ama de llaves.
La muerte de Jaime White

Había momentos, durante los dos años siguientes, en que el pastor White estaba razonablemente saludable y era capaz de continuar con su tarea. Pero los largos períodos de sobrecarga mental y física habían disminuido sus fuerzas vitales, y murió en Battle Creek el 6 de agosto de 1881. Parada al lado del cajón de su esposo en el servicio fúnebre, Elena de White rogaba por sí misma para continuar la obra que se le había confiado. Pronto, Elena de White estuvo otra vez en la costa del Pacífico, sintiendo profundamente la pérdida de su compañero, pero activamente comprometida en la escritura de su cuarto y último volumen de la serie The Spirit of Prophecy [El Espíritu de Profecía]. La historia del conflicto desde la destrucción de Jerusalén hasta el final del tiempo aparecía en este volumen largamente esperado. Cuando salió de la imprenta en 1884, el libro fue bien recibido. Se publicó una edición ilustrada para la venta casa por casa y que llevaba el título The Great Controversy Between Christ and His Angels and Satan and His Angels [La gran controversia entre Cristo y sus ángeles y Satanás y sus ángeles]. En el lapso de tres años se vendieron 50.000 copias.
Elena de White visita Europa

Por algún tiempo la Asociación General había estado pidiendo a la Sra. White y a su hijo, W. C. White, que visitara las misiones en Europa. Mientras ella se preparaba para el viaje, algunos que estaban cerca de ella pensaban que por su condición física el viaje sería imposible. No obstante, obediente a lo que consideraba un deber, se embarcó en el viaje y se le dio la salud necesaria. Dedicó a las ciudades europeas, el tiempo que va desde el otoño de 1885 hasta el verano de 1887. Desde Basel, Suiza, donde se ubicaban entonces las oficinas de la obra de la Iglesia Adventista en Europa, la Sra. White realizó viajes a Inglaterra, Alemania, Francia, Italia, Dinamarca, Noruega y Suecia. De interés particular fueron dos viajes a los valles valdenses en Italia, donde ella visitó lugares que había visto en visión en relación con los siglos del oscurantismo y la Reforma. Tanto en Basel, Suiza como en Christiana (actualmente Oslo), Noruega, Elena de White reconoció las prensas para impresión como aquellas que se le habían mostrado en la visión del 3 de enero de 1875, cuando ella vio muchas prensas operando en tierras lejanas fuera de Estados Unidos. El consejo dado por Elena de White a los obreros [empleados de dedicación exclusiva] de la iglesia en Europa significaron mucho para la fijación de normas y planes correctos.
El conflicto de los siglos y Patriarcas y profetas

Debido a la demanda por la traducción del volumen 4 de The Spirit of Prophecy a los idiomas europeos, Elena de White sintió que debía escribir en forma más completa las escenas de la controversia que mencionaban los lugares vistos en Europa. El resultado fue el libro que actualmente se conoce como The Great Controversy [El conflicto de los siglos], que se publicó por primera vez en 1888. De regreso en los Estados Unidos, Elena de White fijó su residencia en Healdsburg, California, pero asistió a la sesión de la Asociación General de 1888 en Minneapolis, Minnesota. En los meses siguientes viajó y predicó buscando la unidad de la iglesia sobre la doctrina de la justificación por la fe. Durante ese mismo período trabajó en el libro Patriarcas y profetas, que apareció en el año 1890.
El llamado a Australia

En la sesión de la Asociación General de 1891, se le presentó a la Sra. White un llamado urgente para visitar Australia para dar consuelo y ayuda a la obra de la iglesia en esa región pionera. Respondiendo a ese llamado, llegó a Australia en Diciembre de 1891, acompañada por su hijo, el pastor W. C. White, y varios de sus ayudantes. Su presencia en Australia fue muy apreciada por los nuevos creyentes, y sus mensajes de consuelo en relación con la obra en desarrollo, contribuyó mucho en establecer firmemente los intereses denominacionales en este continente del sur. De nuevo, durante su visita a la casa publicadora de la iglesia en Australia, la Sra. White reconoció los equipos de impresión como aquellos que se les había mostrado en la visión de enero de 1875. No mucho después de su llegada, Elena de White vio claramente la necesidad urgente de una institución de enseñanza en Australia, para que los jóvenes Adventistas del Séptimo Día puedan ser educados en un ambiente cristiano, y así los obreros [empleados de dedicación exclusiva] puedan entrenarse para servir a su país y en los territorios de las islas. En respuesta a sus fuertes llamados, se abrió una escuela bíblica en la ciudad de Melbourne, Australia, en 1892. La escuela operaba en oficinas alquiladas por dos años, pero durante ese tiempo los escritos fervientes y los llamados orales de la Sra. White señalaron que el plan de Dios requería de una escuela ubicada en un ambiente rural.
El Colegio de Avondale

Cuando Dios indicó claramente su aprobación de la propiedad, se aseguró la compra del terreno de Avondale. Entonces, para dar aliento a aquellos que estaban en esta empresa pionera, la Sra. White compró un buen lote en la vecindad e hizo allí su hogar cerca de la nueva escuela. Esta escuela, indicó Dios, sería un modelo de lo que debería ser la educación Adventista. Con el propósito de que la obra que se desarrollaba en Australia fuera administrada apropiadamente, en 1894 se organizó el territorio en una unión asociación. La primera unión asociación en la historia de los Adventistas del Séptimo Día. Alguien que tuvo una parte en la administración de la obra en la unión asociación recientemente organizada, fue el pastor A. G. Daniells, quien, con su esposa, habían sido enviados a Nueva Zelanda en 1886 como misioneros. Su relación con la Sra. White, y la aceptación de sus consejos a medida que enfrentaba los problemas administrativos del campo de trabajo, ayudaron a prepararlo para la gran tarea que se le confió cuando, después de la sesión de la Asociación General de 1901, fue elegido como presidente de la Asociación General.
Inicio de la obra médica
Tan pronto como la obra educativa había comenzado a ir bien en Avondale, llegaron llamados para establecer un programa médico misionero. Para esto Elena de White no sólo dio un fuerte apoyo moral sino que contribuyó liberalmente con sus limitados medios para ayudar a hacer posible un sanatorio. De hecho, casi cada edificio de iglesia y cada línea de emprendimiento que se inició durante los nueve años de la residencia de la Sra. White en Australia, se benefició con su apoyo financiero. Además de las diversas actividades en la obra local de este campo pionero, la Sra. White encontró tiempo para escribir miles de páginas con consejos oportunos que cruzaron los mares y guiaron a líderes denominacionales. También preparó artículos semanalmente para los periódicos Review, Signs y Youth’s Instructor. Este cronograma apretado retrasó mucho su obra de publicar libros, y no fue sino hasta 1898 que El Deseado de todas las gentes terminó de completarse e hizo su aparición. El discurso maestro de Jesucristo lo precedió por dos años, y Lecciones prácticas del Gran Maestro [o Palabras de vida del Gran Maestro] y el tomo 6 de Testimonies for the Church [Testimonios para la iglesia] siguieron en 1900.
Alcanzar a los afro-americanos
En 1891, Elena de White apeló a los líderes de la iglesia para que comenzaran una labor de educación y evangelismo en pro de la raza negra en el sur de Estados Unidos. Tres años después, uno de sus hijos, Jaime Edson White, construyó un barco, Río Mississippi, y lo usó por cerca de una década como una misión flotante para los negros en Mississippi y Tennessee. En 1895 y 1896, la Sra. White escribió artículos en la Review and Herald continuando con llamados de urgencia para realizar esfuerzos por los negros en el sur, y de tiempo en tiempo enviaba, desde Australia, mensajes de consuelo y aliento a los obreros [empleados de la denominación] de ese campo. Dio un fuerte apoyo para el establecimiento del Colegio de Oakwood, en Huntsville, Alabama, que fue fundado con el propósito de educar a los jóvenes Afro-Americanos. En 1904 dio un discurso a los estudiantes y maestros, diciendo que “fue el propósito de Dios que la escuela se ubicara aquí”. A lo largo de los años restantes de su vida, mantuvo un profundo interés y preocupación por la obra de la iglesia entre los negros en los Estados del sur.
El regreso a los Estados Unidos
Un día en 1900, Elena de White sorprendió a su familia y obreros asociados diciéndoles que recibió instrucción divina durante la noche de que debía regresar a América. Desde el punto de vista de la obra en Australia parecía un momento muy importuno para partir, pero Uno cuyos ojos velan sobre los destinos de la iglesia como un todo y conoce el futuro, sabía bien la necesidad de su presencia en los Estados Unidos durante la crisis que vendría en los primeros años del nuevo siglo. Fijando su hogar en Elmshaven, a pocos kilómetros de la ciudad rural de Santa Elena, en el norte de California, Elena de White dedicó los 15 años restantes de su vida a la preparación de libros, a escribir, en la realización de trabajos personales y a viajar. Tan pronto como estuvo establecida en Santa Elena recibió un llamado para asistir a la sesión de la Asociación General de 1901 en Battle Creek, Michigan. En esta reunión importante, ella firmemente llamó a una reorganización de la obra de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, para que los intereses de expansión de la iglesia pudieran ser atendidos adecuadamente. Los delegados respondieron a su llamado, desarrollando e implementando un plan de reorganización, abriendo el camino para una amplia distribución de las crecientes responsabilidades que, en ese tiempo, sólo llevaban unos pocos hombres. Ellos adoptaron el plan de la Asociación General y asociaciones locales, y acomodaron los departamentos de la Asociación General. Estos pasos abrieron el camino para una gran expansión y desarrollo de la obra de la iglesia. Dos años más tarde, las oficinas de la Asociación General y el trabajo de la Asociación Publicadora Review and Herald fueron trasladadas de Battle Creek, y en armonía con los consejos de Elena de White de que debían estar cerca de la costa este, fueron establecidas en Takoma Park, Maryland, un suburbio de Washington, D. C. En ese momento la Sra. White dejó su hogar en California y se mudo a Takoma Park. Por cerca de cinco meses, ella continuó su obra allí. La presencia de la Sra. White en las oficinas centrales de la denominación ayudaron a mantener la confianza en la decisión de mudarla al este.
Los atareados años finales
A fines de 1905, El ministerio de curación, un libro que trata sobre la salud del cuerpo, la mente y el espíritu, salió de la prensa. La educación se había publicado en 1903, y dos volúmenes de Testimonies for the Church, el 7 y el 8, fueron lanzados en 1902 y 1904 respectivamente. Durante su estadía en Washington, la Sra. White alentó a los obreros de la iglesia en el sur de California a que buscaran un propiedad para el sanatorio de Loma Linda, y llamó a la apertura de la obra de educación para formar médicos misioneros en la costa del Pacífico. Durante los años siguientes, Elena de White interrumpió frecuentemente su labor con los libros para viajar a Loma Linda y así alentar a los obreros de ese lugar, y también al Sanatorio de Paradise Valley cerca de San Diego, que había ayudado a fundar en 1903. A la edad de 81 años, Elena de White viajó otra vez a Washington, para asistir a la sesión de la Asociación General en 1909. En las reuniones habló varias veces con voz clara y firme. Después de estas reuniones, cumpliendo un deseo largamente acariciado en su corazón, visitó su antiguo hogar en la ciudad de Pórtland, Maine. Allí ofreció nuevamente su testimonio en aquel histórico lugar donde su obra había comenzado unos 65 años antes. Éste fue su último viaje a los estados del este, y dejó una impresión perdurable y vívida en los Adventistas del Séptimo Día que la oyeron hablar o la encontraron en la sesión de la Asociación General. Cuando Elena de White regresó a Elmshaven, dándose cuenta que le quedaban pocos días, intensificó sus esfuerzos por producir libros que presentaran la instrucción esencial para la iglesia. En 1909 se publicó el volumen 9 de Testimonies for the Church. En 1911 apareció Hechos de los apóstoles. En 1913, salió Consejos para los maestros, y en 1914 se terminó el manuscrito de Obreros evangélicos que fue enviado a la prensa. Los activos meses finales de la vida de la Sra. White fueron dedicados al libro Profetas y reyes. En la mañana del 13 de febrero de 1915, mientras Elena de White ingresaba a su cuarto de estudio en Elmshaven, se resbaló y calló, y fue incapaz de levantarse. Se la ayudó pero pronto quedó claro que el accidente era serio. Un examen de rayos X mostró una fractura de su cadera izquierda, y por cinco meses la Sra. White fue confinada a su cama o a su silla de ruedas. Sus palabras a amigos y familiares durante las últimas semanas de su vida mostraban sentimientos de gozo, un sentido de haber realizado fielmente la obra que Dios le había confiado, y una confianza en que la causa de la verdad triunfaría finalmente. La vida de Elena de White llegó a su fin el 16 de julio de 1915, a la edad de 87 años. Sus restos descansan al lado de los de su esposo en el Cementerio de Oak Hill, Battle Creek, Michigan. Elena de White vivió para ver crecer el movimiento adventista de un puñado de creyentes a una feligresía mundial de 136.879, que para el año 2000 había excedido los 11 millones.
Ministerio Religioso
El ministerio religioso de la señora White fue muy activo. Ella escribia libros, con ayuda de secretarias, predicaba y visitaba los creyentes adventistas en los Estados Unidos, Europa y Australia. En cuanto a su producción literiaria se tienen como relevantes las siguientes fechas: 1851. julio. Publica su primer libro, A Sketch of Experience and Views (Bosquejo de experiencia y visiones). 1852-1855 En Rochester, Nueva York, donde su esposo publicó Review and Herald y Youth's Instructor (El instructor de la juventud). 1855. diciembre Se publicó Testimony for the Church (Testimonio para la Iglesia), número 1, un folleto de 16 páginas. 1865. Publicación de seis folletos, Health: or How to Live (Salud o cómo vivir). 1870. Se publicó The Spirit of Prophecy (El Espíritu de Profecía), tomo 1; predecesor de Patriarcas y Profetas. 1877. Se publicó The Spirit of Prophecy (El espíritu de profecía), tomo 2, precursor de El Deseado de Todas las Gentes. 1878. Se publicó The Spirit of Prophecy(El espíritu de profecía), tomo 3, predecesor de la última parte de El Deseado de Todas las Gentes y Los Hechos de los Apóstoles. 1882. Se publicó Primeros Escritos, incorporando tres de sus libros anteriores. 1884. Se publicó The Spirit of Prophecy (El Espíritu de Profecía), tomo 4; predecesor de El Conflicto de los Siglos. 1889. Se publicó Testimonies (Testimonios), tomo 5, incluyendo Testimonies, (Testimonios) números 31-33 (746 páginas). 1890. Se publicó Patriarcas y Profetas. 1892. Se publicaron El Camino a Cristo y Obreros Evangélicos. 1896. Se publicó El Discurso Maestro de Jesucristo. 1898. Se publicó El Deseado de Todas las Gente. 1900. Se publicó Palabras de Vida del Gran Maestro. 1910. Concentró su atención en la finalización de Los Hechos de los Apóstoles y la nueva edición de El Conflicto de los Siglos, obra que se extendió hasta 1911 inclusive. 1911-1915
A edad avanzada, realizó sólo unos pocos viajes al sur de California. En Elmshaven se dedicó al trabajo literario, concluyendo Profetas y Reyes y Consejos para Padres y Maestros. En cuanto a su trabajo misionero y administrativo de la iglesia cabe mencionar como relevantes los siguientes hechos: 1845, Primavera(en hemisf. norte; marzo-junio) Viajó al este de Maine para visitar a los creyentes: conoció a Jaime White. 1848, 20-24 de abril. Asistió al primer de los adventistas observadores del sábado en Rocky Hill. Connecticut. 1848, 18 de noviembre Visión para comenzar la obra de publicación "Streams of Light", (Rayos de luz). 1849, julio Primero de los once números de The Present Truth (La verdad presente), editada como resultado de la visión de noviembre de 1848. 1855, noviembre se muda con su familia con la planta impresora a Battle Creek, Michigan. 1860, 29 de septiembre. Elección del nombre Adventista del Séptimo Día para la iglesia que ayudó a establecer. 1866, 5 de septiembre Inauguración del Instituto Occidental de Reforma Pro-salud predecesor del Sanatorio de Battle Creek. 1876, agosto.
Habló a 20.000 personas en el congreso anual de Groveland, Massachusetts. 1877, 1º de julio Habló a 5.000 personas en Battle Creek sobre temperancia. 1881, noviembre. Asistió al congreso anual de California en Sacramento y participó en la planificación de un colegio en el oeste, que abrió sus puertas en 1882, en Healdsburg. 1885, Verano (en hemisf. norte; junio-septiembre) Partió de California rumbo a Europa. 1888, octubre-noviembre Asistió a la sesión de la Asociación General en Minneapolis. 1892, 12 de septiembre Zarpó hacia Australia vía Honolulu. 1892, junio. Habló en ocasión de la inauguración de la Escuela Bíblica Australiana en dos edificios alquilados en Melbourne. 1894, enero. Ayudó en la planificación de un colegio permanente en Australia. 1901, abril.
Asistió al Congreso de la Asociación General en Battle Creek. 1904, abril-septiembre Viajó al este para prestar ayuda en la iniciación de la obra en Washington, D. C., para visitar a su hijo Edson en Nashville y para asistir a importantes asambleas. 1904, noviembre-diciembre. Se comprometió en la búsqueda del lugar y el establecimiento del Sanatorio de Paradise Valley. 1905, mayo. Asistió a la sesión de la Asociación General enWashington, D. C. 1905 Se publicó El Ministerio de Curación. 1905, junio-diciembre. Se comprometió en la ubicación y el comienzo del Sanatorio de Loma Linda
Datos Historicos :
“Aquí están mis escritos; cuando me vaya ellos testificarán por mí”. * Las palabras del epígrafe no podrían ser más acertadas ni más plenamente justificadas. Una persona que en el transcurso de su vida escribió 40 libros y más de 5000 artículos para revistas, y cuyos manuscritos pasados a máquina llegan a alrededor de 60,000 páginas,** es una persona que ciertamente ha dejado huella, y huella profunda en el curso de la historia contemporánea. Y decimos historia contemporánea, no sólo por el impacto de su vida y escritos en el mundo de la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, sino porque su influencia se extiende hoy por los cinco continentes a través de sus escritos publicados en más de 126 libros en inglés (incluyendo compilaciones hechas a partir de sus manuscritos), con numerosas traducciones a otros idiomas, como es el caso de los más de 80 libros publicados en español , y el hecho de que su libro Steps to Christ (El camino a Cristo) ha sido publicado en cerca de 150 idiomas diferentes. ¿Pero quién fue esta mujer de tan prolífica y perdurable trayectoria? Elena Gould Harmon nació el 26 de noviembre de 1827 en el hogar de Roberto y Eunice Harmon. La familia incluía un total de ocho hijos, de los cuales los menores eran precisamente Elena y su hermana melliza Elizabeth. La familia vivía en una pequeña hacienda cerca de Gorham, Maine, en la parte nororiental de los Estados Unidos de Norteamérica. Siendo Elena aún muy pequeña, la familia se mudó a la ciudad de Portland, donde el Sr. Harmon se dedicó a los negocios, en tanto que Elena ayudaba tanto en la casa como a su padre en la confección de sombreros. Su infancia y niñez temprana transcurrieron en el ambiente tranquilo y alegre de una armoniosa familia cristiana, como era el hogar de los Harmon. Sin embargo, a la edad de nueve años, un terrible incidente rompió la paz familiar y afectó profundamente a Elena. Cierto día, al volver de la escuela, una niña de más edad le arrojó violentamente a la cara una piedra. Este trágico hecho no sólo le desfiguró completamente el rostro, sino que la tuvo inconsciente durante tres semanas y su salud quedó quebrantada, al punto de impedirle continuar su educación formal. La recuperación de Elena en el hogar de sus padres fue lenta y con altibajos. Sin embargo, el quebrantamiento de su salud no le impidió desarrollar su experiencia espiritual con Dios, pues busco insistentemente a Dios para obtener la seguridad del perdón de los pecados y de la salvación en Cristo. El 26 de junio de 1842, de acuerdo a su propio pedido, Elena fue bautizada e incorporada como miembro de la Iglesia Metodista. Entre 1840 y 1842, Elena y otros miembros de su familia asistieron a las reuniones adventistas que se celebraron en Portland, y aceptaron los puntos de vista de Guillermo Miller y sus asociados que anunciaban y aguardaban el inminente retorno de Cristo. Elena se dedicó fervientemente a compartir este mensaje entre sus amigos y conocidos, en espera del gran acontecimiento. Cuando llegó y pasó el 22 de octubre de 1844, fecha que había sido establecida correctamente en base a la interpretación de la profecía de Daniel 8:14, pero que los milleritas equivocadamente habían asumido que indicaba el retorno en gloria de Cristo, el chasco fue grande y doloroso. Sin embargo, Elena, así como otros fervientes participantes del movimiento millerita de la primera mitad del siglo XIX, continuaron orando y escudriñando la Palabra de Dios, convencidos de que la mano de Dios y la poderosa obra del Espíritu Santo habían estado presentes en ese gran reavivamiento de la fe en Cristo y en su pronto retorno. Y así llegaron a comprende lo que de otra parte resultaba obvio, pero que para ellos hasta entonces estuvo velado, y era que la profecía de Daniel 8:14 se refería claramente a algo que a partir de aquella fecha comenzaría a ocurrir en el santuario de Dios en el cielo, no en la tierra, y que tenía que ver con el ministerio de Cristo en el santuario celestial. De hecho, llegaron a comprender que la fecha del 22 de octubre de 1844 tiene trascendente significado escatológico y marca el inicio de la fase final y decisiva del ministerio de Cristo en el santuario celestial, al final de la cual vendrá en gloria para llevar consigo a los redimidos. En diciembre de 1844 Elena recibió su primera visión, dada por Dios para fortalecer la fe de los sinceros creyentes que habían participado del movimiento adventista. A pesar de ser sólo una frágil adolescente de 17 años de edad, y de sentirse anonadada por el llamado de Dios a servirle en un controvertido rol profético, Elena fue obediente al llamado divino y comenzó a compartir los mensajes que Dios le daba, fortaleciendo de este modo la fe de los creyentes adventistas en la dirección divina y en la fidelidad de la Palabra de Dios. A lo largo de su ministerio, Elena recibió alrededor de 2000 visiones y sueños proféticos. Cabe entender que el carácter profético de las revelaciones por ella recibidas no tiene que ver exclusiva ni mayoritariamente con predicciones de acontecimientos futuros, aunque ciertamente hay profecía predictiva en sus escritos. Pero son en gran medida revelaciones dadas por Dios para esclarecer o confirmar la comprensión de la doctrina bíblica y para combatir el error, así como mensajes de amonestación y advertencia dirigidos a la iglesia en su conjunto o a miembros individuales en particular, o instrucción en cuanto a la adecuada conducción de los asuntos eclesiásticos y la mejor manera de llevar adelante el cumplimiento de la misión y el ministerio encomendados por Cristo a la Iglesia.
Más aún, un amplio segmento de los mensajes transmitidos por ella tiene que ver con orientación sobre asuntos como el estilo de vida saludable, los fundamentos y pautas para un apropiado sistema educativo, y asimismo los principios que norman y garantizan la estabilidad, armonía y bienestar del hogar y la familia. Algo que impacta no sólo al creyente adventista que lee los escritos de Elena de White, sino incluso al lector informado y ajeno a la fe adventista, es la sobriedad, equilibrio, sensatez, y amplitud de visión que en ellos se manifiesta. La lectura y estudios de sus escritos sobre asuntos educativos han conducido a la implementación de reformas educativas y a la implantación de sistemas educativos que han recibido reconocimiento a nivel internacional. El “estilo de vida adventista” por ella patrocinado (y que lamentablemente muchos adventistas no siguen) ha motivado una serie de estudios científicos, tales como el Adventist Health Study, conducidos por Loma Linda University desde 1960 con apoyo de organismos públicos de la salud y que han llegado a la conclusión de que quienes siguen el estilo de vida adventista viven más años y con mejor salud que el resto de la población. La Iglesia Adventista del Séptimo Día reconoce la manifestación del don profético en la vida y obra de Elena de White, pero sostiene la autoridad de las Sagradas Escrituras como la norma de fe y de práctica a la cual debe sujetarse toda doctrina de la Iglesia, así como todo aspecto de la vida de la Iglesia y de cada creyente. En uno de sus primeros libros Elena de White misma declaraba: “Recomiendo al amable lector la Palabra de Dios como regla de fe y práctica. Por esa Palabra hemos de ser juzgados.” (Primeros escritos, 78). Posición que siempre mantuvo, como que años después escribía: “En su Palabra Dios comunicó a los hombres el conocimiento necesario para la salvación. Las Santas Escrituras deben ser aceptadas como dotadas de autoridad absoluta y como revelación infalible de su voluntad. Constituyen la regla del carácter, nos revelan doctrinas, y son la piedra de toque de la experiencia religiosa.” (El conflicto de los siglos, 9). Ella consideraba su rol como el de llevar la atención hacia las Sagradas Escrituras y ayudar en su comprensión, así como el de ser una “mensajera del Señor” para trasmitir su orientación, consejos y oportunas advertencias a la comunidad de creyentes que mantienen viva en sus mentes y corazones la “bienaventurada esperanza de la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:13) y que se preparan para el encuentro definitivo con él. *
Carta de WCW, 9 de julio, 1922 [MR, p. 931]. Citado en Arthur White, Elena de White : Mujer de visión (Buenos Aires: ACES, 2003), 580. **
Ver: Arthur L. White, Ellen G. White: A Brief Biography (The Official Ellen G. White Website), 1. Asimismo: Richard W. Schwarz, and Floyd
Greenleaf, Light Bearers: A History of the Seventh-day Adventist Church (Silver Springs, Maryland: General conference of Seventh-day
Adventists, Department of Education, 2000), 356
Una breve Historia Acerca de Elena G. de White
La joven Elena Harmon (Más tarde Elena G. de White) tuvo su primera visión profética al mes siguiente de haber cumplido sus diecisiete años y solamente dos meses después del chasco de octubre de 1844. Debió haber sido una ocasión conmovedora. Estaba arrodillada en oración con otras cuatro amigas en la casa de su querida amiga, la señora Hains, en el sur de Portland, Maine. Estas cinco consagradas mujeres oraron con la esperanza de que su Padre celestial les revelara la razón por la cual Jesús no había venido como lo habían esperado en octubre 22. Mientras oraban por entendimiento y dirección, la joven Elena sintió el poder de Dios sobre ella como nunca lo había sentido antes. Arthur W. Spalding dijo: "En un momento perdió de vista a los que la rodeaban, vio la visión de Dios". "Vio una senda angosta y derecha que se perdía arriba sobre el mundo, sobre la cual el pueblo de Dios viajaba a la Ciudad Eterna del Más Allá. Detrás de ellos sobre la senda brilló una luz resplandeciente, en la cual un ángel le dijo que era el 'llanto de medianoche de 1844'. El 22 de octubre de 1844 fue llamado el Día del Chasco, pero en realidad fue el Día de Su Encuentro. Aquellos viajeros sobre el sendero que mantuvieron sus ojos en Jesús y caminaron en la luz que fue vertida sobre su senda fueron con seguridad, pero los que desarrollaron desánimo y cobardía perdieron el paso y cayeron. Pronto escucharon la voz de Dios anunciando la Segunda Venida de Jesús, y entonces vieron una pequeña nube negra aumentando en tamaño y brillantez, hasta que el arco iris del cielo reveló la venida del Hijo del Hombre en Su gloria". Footprints of the Pioneers, págs. 65, 66. Cuando Elena salió de esta primera visión, sus amigos se sintieron aliviados pues habían pensado que estaba muerta. No había aliento en sus pulmones, sus ojos estaban abiertos pero no podía ver nada. Unicamente con los ojos de su mente podía ver las escenas de la visión. Dijo: "Nunca pensé que vendría al mundo otra vez. Cuando mi aliento vino a mi cuerpo, no podía oír nada. Todo estaba oscuro.
La luz y la gloria sobre la que mis ojos han descansado, ha ocultado la luz. Así fue por muchas horas. Entonces gradualmente empecé a reconocer la luz y pregunté dónde estaba. "'Estás aquí en mi casa', dijo la dueña de la casa. ¿Qué? ¿Aquí? ¿No sabes acerca de esto? entonces todo volvió a mí. ¿Es este mi hogar? ¿He venido aquí otra vez? ¡Oh!, el peso y la carga que vinieron a mi alma" MS 16, 1894; Messenger to the Remanent, pág. 6. Lloré cuando me encontré aquí, y me sentí nostálgica. Había visto un mundo mejor, y él había dañado éste para mí., --Life Sketches, págs. 67, 68.
Esta es la preciosa luz que la hermana White recibió en sus visiones y que vemos reflejados en cada página de sus maravillosos libros.
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