
EL MOVIMIENTO PROFÉTICO DEL TIEMPO DEL FIN
Estamos experimentando una fenomenal explosión de fenómenos psíquicos hoy
en día. Hay una gran fascinación con lo oculto y la astrología. Más de 3000 de nuestros
periódicos principales en los Estados Unidos tienen una columna sobre astrología.
Cualquier librería ofrece libros de así llamadas revelaciones sobrenaturales. Algunos
han llegado a ser “best-sellers”. El libro de Ruth Montgomery, The Gift of Prophecy (El
Don de Profecía), sobre la vida de Jeanne Dixon vendió más de un millón de copias.
The Sleeping Prophet (El profeta durmiente), un libro sobre la vida del psíquico Edgar
Cayce, continúa generando ventas fenomenales. Al acercarnos a la hora de crisis de la
historia, las personas están buscando respuestas más allá de ellos mismos. Pero este
deseo entraña ciertos riesgos: Algunas voces hablan con gran certeza, y llevan a las
personas al borde de un precipicio. ¿Cómo sabemos qué voz escuchar? ¿Cómo estar
seguros de que un profeta o una voz del más allá es genuina?
Jesús advirtió: “falsos cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y
prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos...
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero
por dentro son lobos rapaces”. Mateo 24:24; 17:15. Hay falsos profetas, astrólogos y
psíquicos por todos lados hoy como señal de la última generación. Satanás ha
intentado falsificar el don profético genuino. ¿Has visto alguna vez un billete falso de
treinta dólares? ¡Ningún falsificador siquiera intentaría hacer billetes de treinta dólares
porque no hay tales billetes en circulación! Los falsificadores imitan lo verdadero. Y la
advertencia de Jesús contra falsos profetas en los últimos días implica que debe haber
una manifestación auténtica de este don de profecía. Si no, él simplemente nos diría
que nuna escuchemos a alguien reclamando ser profeta, porque no habría ninguno.
¡Pero en vez de que el don de profecía cesase en tiempos bíblicos, Dios predice
la manifestación de este don en los últimos días! Efesios 4:8, 11-13 nos dice que
cuando Jesús ascendió al cielo, el dió “dones especiales a los hombres”. Entre estos
dones está el don de profecía. Su propósito, de acuerdo a este pasaje, era perfeccionar
a un pueblo y preparar una iglesia para la venida de Cristo. Y esos dones permanecen
en la iglesia de Dios “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe... a la medida de la
estatura de la plenitud de Cristo”. Ese continuo proceso de crecimiento no termina
hasta que Cristo regrese. Por eso, Pablo escribió estas palabras en 1 Corintios 1:7: “de
tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro
Señor Jesucristo”.
El Testimonio de Jesús es el Espíritu de Profecía: La Biblia predice que el
don profético será restaurado en los últimos días dentro de la verdadera iglesia de
Dios. Apocalipsis 12:17 dice, “el dragón (Satanás) se llenó de ira contra la mujer; y se
fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los
mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”. Sabemos lo que son “los
mandamientos de Dios”, pero ¿qué es el testimonio de Jesucristo?” Apocalipsis 19:10
nos dice claramente: “El testimonio de Jesucristo es el espíritu de profecía”. El don
profético será restaurado en la iglesia de Dios de los últimos días, su iglesia remanente.
Los Profetas reciben mensajes de dos maneras básicas: (1) Un ángel les
trae una visión mientras están despiertos, o un sueño mientras duermen, Números 12:6
y Apocalipsis 1:1. O, (2) El Espíritu Santo impresiona sus mentes, revelándoles la
verdad del cielo. Un verdadero profeta no enseña sus propias ideas, es un mensajero
del cielo, parte del canal de comunicación de Dios.
No todos los profetas de Dios escribieron libros incluídos en la Biblia: Por
ejemplo, Enoc y Elías no contribuyeron para escribir la Biblia, pero sirvieron a Dios
como profetas (Judas 14; 1 Reyes 18:36). No hay un libro en la Biblia llamado Juan el
Bautista, sin embargo Jesús dijo en Lucas 7:28 que no hubo mayor profeta que Juan el
Bautista. Numerosos ejemplos más confirman este punto, tales como Abraham,
Génesis 20:7, Nathan, 1 Reyes 1:34; Zacarías, Lucas 1:67; Agabo, Hechos 11:27, 28;
Silas, Hechos 15:32; etc.
Dios usó mujeres tanto como hombres en la tarea de ser profeta: Ejemplos
bíblicos de este hecho son la hermana de Moisés, “Miriam la profetisa”, Exodo 15:20.
Débora fue una profetiza del Antiguo Testamento, Jueces 4:4. Ana fue una profetisa del
Nuevo Testamento, y vio al niño Jesús, Lucas 2:36. Y en Hechos 21:8, 9 se menciona
a las cuatro hijas de Felipe quienes sirvieron como profetisas de la iglesia. Otros
ejemplos se observan en 2 Reyes 22:14; 2 Crónicas 34:22; Nehemías 6:14 e Isaías
8:3. Ver también Joel 2:28, 29 y Hechos 2:18, 17. Así que tal vez podríamos decir que
Dios no muestra parcialidad pero es un empleador de igual oportunidad para todos.
La Biblia nos da seis pruebas específicas de un verdadero profeta. Vamos a
considerarlas brevemente, porque es de vital importancia que probemos todo por la
Palabra de Dios.
1ra. prueba de un verdadero profeta:
Exactitud. Un verdadero profeta debe
ser 100% correcto. Algunas profecías son condicionales, como en el caso de Jonás, su
cumplimiento depende de cómo las personas reaccionen a sus mensajes. Pero de otra
manera las profecías deben ser 100% exactas. Las predicciones de un verdadero
profeta siempre se cumplen. No hay adivinanzas. Jeremías 28:9: “cuando se cumpla la
palabra del profeta, será conocido como el profeta que Jehová en verdad envió”. Aún
los psíquicos más prominentes tienen un promedio muy pobre. Nosotros podríamos
hacer mejor que ellos simplemente adivinando. Pero el verdadero don de profecía es
100 por ciento exacto el 100 por ciento de las veces.
2da. prueba de un verdadero profeta:
Fidelidad a Dios y su Palabra. Un
verdadero profeta siempre lleva a la gente a Dios y sus enseñanzas, nunca los aparta
de ellas. Deuteronomio 13:1-5 condena a aquellos profetas que dicen, “Vamos en pos
de dioses ajenos...y sirvámosles’, no darás oído a las palabras de tal profeta...(él) ha de
ser muerto”. Lo que escribe un verdadero profeta siempre está de acuerdo con la
Biblia. Lee todos los escritos de Elena White, y no encontrarás ninguna contradicción
con la Palabra de Dios.
3ra. prueba de un verdadero profeta:
Un verdadero profeta siempre exalta la
ley de Dios. Él o ella siempre llama al pueblo a la obediencia. Isaías 8:20 nos señala
“¡a la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no le ha amanecido”.
El verdadero profeta realza los principios morales de Dios. Los profetas bíblicos
surgieron en tiempos de apostasía y llamaron a la gente a regresar a Dios y sus
mandamientos. Elías llamó a Israel de la idolatría, del culto al sol. Nehemías llamó a
una reforma en la observancia del sábado. Juan el Bautista desafió a Herodes a
arrepentirse del adulterio. Cada profeta bíblico exaltó la ley de Dios, y eso es lo que
Elena White hizo con sus palabras y sus escritos.
4ta. prueba de un verdadero profeta:
El foco central de un verdadero profeta
debe ser Jesús. Cristo debe ser exaltado. Muchos así llamados profetas hoy día
terminan exaltándose a sí mismos más que a Jesús. ¿Qué acerca de Elena White? A
través de su ministerio, ella magnificó el nombre de Cristo en una forma muy marcada.
5ta. prueba de un verdadero profeta:
Fenómenos físicos. Tres
manifestaciones físicas nos ayudan a distinguir el don genuino, de un falso profeta: (A)
Los verdaderos profetas experimentan visiones con los ojos abiertos, sus ojos
permanecen abiertos sin pestañear a través de toda la visión. Números 24:3, 4, 1, 16.
(B) En visión, un verdadero profeta no tiene fuerza física. Daniel 10:8. (C) Los profetas
verdaderos, mientras están en visión, no respiran. Daniel 10:17. A veces las visiones
de Elena White duraban por horas, a veces sólo minutos, pero los fenómenos físicos
que acompañaban sus visiones daban evidencia de que eran sobrenaturales.
6ta. prueba de un verdadero profeta: Jesús dio una prueba muy simple pero
profunda en Mateo 7:20: “Por sus frutos los conoceréis”. Los profetas verdaderos son
conocidos “por sus frutos”, por los resultados de sus ministerios, por el impacto en las
vidas ajenas. Esa es la prueba de ácido.
Amós 3:7 - Dios se revela a sí mismo a través de los profetas.
Números 12:6 - Las visiones y los sueños son una manera como Dios comunica su
voluntad.
Apocalipsis 12:17 - El dragón hace guerra contra el remanente que guarda los
mandamientos de Dios y tiene “el testimonio de Jesús”.
Apocalipsis 19:10 - El testimonio de Jesús es el don de profecía.
Apocalipsis 22:6, 9 - El ángel que se le apareció a Juan era el ángel de la profecía.
El mismo ángel aparece en los últimos días
Efesios 4:8, 11-15 - Uno de los dones de Jesús es el don de profecía. Al igual que
sus otros dones, este permanece en la iglesia hasta el fin.
1 Corintios 1:4-7 - La iglesia esperando el regreso de Jesús no “carece de ningún
don”.
1 Juan 4:1 - La Biblia nos invita a “probar los espíritus”. Cada manifestación
profética debe coincidir con las pruebas bíblicas de un verdadero profeta. (ver
Mateo 24:5, 11, 24).
Evaluaciones bíblicas de un verdadero profeta
Deut eronomio 13:1-4 - Los verdaderos profetas siempre conducen a una obediencia
fiel a la voluntad de Dios.
Jeremías 28:98, 9 - Las profecías de los verdaderos profetas del Señor, cuando no son
condicionales, siempre se cumplen, ¡porque Dios no se equivoca!
Isaías 8:19, 20 - El Señor nos dirige hacia la ley y el testimonio, si los profetas no
hablan de acuerdo a su palabra, la Biblia, ¡no hay luz en ellos!
Ezequiel 7:26 - Cuando ellos desobedecen la ley, Dios les quita la visión.
Lamentaciones 2:9 - La ley y los profetas van juntos: no ley, no profetas ni visiones.
1 Juan 4:1-3 - Los profetas colocan el énfasis en la centralidad y divinidad de
Jesucristo.
Daniel 10:17 - Mientras está en visión, un verdadero profeta no respira.
Mateo 7:15-20 - Los frutos en las vidas de los profetas revelan sus credenciales
divinas.
2 Crónicas 20:20 - Creed en sus profetas y seréis prosperados.
1 Corintios 12:27, 28 - Dios coloca sus verdaderos profetas en la iglesia que guarda
sus mandamientos para guiarlos a través de las crisis. Tal como envió a Juan el
Bautista a su pueblo para prepararlos para la primera venida de Jesús, él promete que
la iglesia de los últimos días que guarda los mandamientos, sería bendecida por el Don
de Profecía. Los Adventistas del Séptimo día creen que Dios levantó nuevamente el
don de profecía genuino en la vida y las enseñanzas de Elena G. de White, quien nació
en un hogar humilde de Gorham, Maine, en los Estados Unidos. Cuando era tan sólo
una niña, tuvo un trágico accidente, por lo que sólo pudo asistir a la escuela unos
pocos años. Se sentía como “la más débil de los débiles”. Cuando aún era jovencita,
Dios se le manifestó en visiones y sueños. Escribió los mensajes de Dios para
aconsejar a la iglesia. Sus libros sobre salud y educación son reconocidos
mundialmente. Los millares de páginas que escribió acerca de Jesús son obras
maestras de la literatura espiritual. Libros como El Camino a Cristo, El Deseado de
Todas las Gentes, y El Gran Conflicto, se han impreso por millones. Elena G. de White
fue una mujer sencilla que exaltó a Jesús y siempre condujo a sus lectores de regreso
a la Biblia. Sostuvo que sus escritos eran “una luz menor para llevar a hombres y
mujeres a la luz mayor [la Biblia]”. Sus escritos de ninguna manera toman el lugar de la
Biblia. Son el cumplimiento de Apocalipsis 12:17 que declara que el don de profecía
sería manifestado en la iglesia de Dios en los últimos días. Sus escritos pasan la
prueba bíblica de un verdadero profeta.
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