
EL SELLO DE DIOS
En Apocalipsis 14:6-12 encontramos un triple mensaje que es proclamado al
mundo entero justo antes del regreso de Jesús. Uno de los temas centrales del
mensaje es la adoración. Presenta un fuerte contraste entre los que adoran al Creador
(“Aquel que hizo”) y los que adoran a la bestia. ¿Cuál es el significado?
El primer capítulo del Génesis registra la forma en la que Dios creó nuestro
mundo, y cómo, al final de seis días, Dios contempló lo que había hecho y declaró que
era muy bueno (Génesis 1:31). ¡La creación era perfecta! No había dolor, ni
sufrimiento, ni enfermedad, ni muerte. En sólo seis días, Dios había logrado la
perfección; pero todavía no había terminado.
El séptimo día, Dios hizo algo más. Génesis 2:1-3 nos dice que el séptimo día
Dios realizó tres cosas: (1) descansó, (2) bendijo el séptimo día, y (3) lo santificó, o sea
que lo apartó para uso sagrado. ¡No había hecho nada de eso con los otros seis días!
¿Por qué lo hizo con el séptimo? ¿Estaba cansado? No. Isaías 40:28 explica
claramente que el Creador no se cansa. En realidad, nos estaba dando el ejemplo. Nos
estaba otorgando un día en el cual pudiéramos descansar de los afanes de la vida y
compartir algún tiempo con él. Semana a semana, ese día nos recuerda que todos
tenemos un Dios que ha hecho todas las cosas que están a nuestro alrededor. Si Dios
hubiera erigido una columna como monumento a su poder creador, alguien hubiese
podido derribarla. Si hubiera colocado una placa en la pared, alguien hubiese podido
arrancarla. Pero Dios eligió un día, algo que nadie puede tocar y, como resultado, la
semana de siete días continúa hasta hoy.
Este monumento especial en el tiempo era tan importante para Dios que se
encuentra en la ley moral de los Diez Mandamientos (véase Exodo 20:8-11); donde
Dios nos explica que debemos considerar al séptimo día sagrado, como un recordatorio
de su poder creador. Algunos han sostenido erróneamente que el séptimo día fue
apartado para los judíos en el Monte Sinaí. Podríamos preguntar: ¿Cuántos judíos
había en el jardín del Edén? ¡Ninguno! No hubo judíos durante siglos después de la
creación. Ese día fue apartado y bendecido mucho antes de que Moisés recibiera los
Diez Mandamientos sobre las tablas de piedra.
Exodo 16:26-30 lo ilustra. Antes de que Moisés recibiera su ejemplar de los Diez
Mandamientos, Dios reprendió a los israelitas por recolectar alimentos en sábado. Es
obvio que el sábado estaba vigente antes del Monte Sinaí; existía desde la creación.
El sábado es importante porque nos mantiene concentrados en el hecho de que
Dios es el Creador. De esa manera Dios queda desvinculado de cualquier cosa que los
seres humanos puedan elegir para adorarlo. Algunos pasajes bíblicos como 1 Crónicas
16:26; Salmo 96:5 y Jeremías 10:11, 12 señalan que lo que distingue a Dios de los
falsos dioses es su capacidad creadora. Los dioses falsos no puede crear a partir de la
nada. Ni siquiera Satanás puede hacerlo, y por eso odia al cuarto mandamiento.
¡Porque deja en evidencia que él no es un verdadero dios! Satanás dijo que quería
sentarse en el trono de Dios (ver Isaías 14:12-14), pero el cuarto mandamiento indica
con claridad que no reúne las condiciones. De todos los mandamientos, el cuarto es el
mayor recordatorio de que Lucifer no es Dios. Si hay un mandamiento que el diablo
odia más que a los demás, adivina cuál es...
El sábado estaba en vigencia cuando Jesús caminó sobre esta tierra. Lucas 4:16
nos dice que Jesús tenía la costumbre de asistir a la iglesia los sábados. Si hubiese
tenido la intención de cambiar el día de adoración, ¡nunca lo dijo! En realidad, cuando
murió en el Calvario, sus seguidores aún guardaban el sábado. Lucas 23:54-56 nos
dice que después de la crucifixión, sus discípulos seguían guardando el sábado
“conforme al mandamiento”. ¡Aparentemente, Jesús nunca les mencionó que había
cambiado el día de adoración!
En realidad, Jesús predijo que sus seguidores estarían guardando el sábado
mucho tiempo después que él regresara al cielo. En Mateo 24:15-20 Jesús habla de la
destrucción de Jerusalén (un hecho que ocurrió 40 años después de su resurrección) e
indica que el sábado aún estaría vigente. Los discípulos tampoco cambiaron el día de
adoración. Pasajes tales como Hechos 13:4, Hechos 13:42-44, Hechos 16:13 y Hechos
18:4, evidencian que continuaron observándolo mucho después de la resurrección.
La cuestión es que los Diez Mandamientos de la ley moral de Dios no se puede
cambiar. Santiago 2:10-12 enseña que si quebrantamos un mandamiento, los
quebrantamos a todos. Son una unidad compacta, y no podemos librarnos de ninguno
de ellos. En Mateo 5:17-19 Jesús dijo que “ni una jota ni una tilde” (ni el más mínimo
detalle) pasaría de la ley de Dios hasta que hubieran pasado el cielo y la tierra. En
ningún lugar de la Biblia se dice que el sábado haya sido abolido o cambiado.
Muchas personas entienden que la observancia del domingo es una
conmemoración de la resurrección, pero si buscas en la Biblia, no encontrarás ninguna
instrucción al respecto. La Biblia proporciona dos recordatorios de la muerte, la
sepultura y la resurrección de Jesús: el bautismo (Romanos 6). y el servicio de
comunión o santa cena (Lucas 22:19). Pero el domingo, el primer día de la semana,
nunca fue establecido como día de adoración.
Pero, ¿no se trata del “Día del Señor”? Esa expresión se encuentra una sola vez
en la Biblia, en Apocalipsis 1:10. Léelo. Nada indica que Dios se esté refiriendo al
primer día de la semana. De hecho, el contexto del resto de la Biblia hace obvio cuál es
el día del Señor. Mateo 12:8 y Ezequiel 20:20 declaran que el día del Señor es el
sábado. El cuarto mandamiento dice que el séptimo día es el “sábado del Señor”. El
domingo no es el día del Señor, el séptimo día sí lo es.
¿No deberíamos guardar todos los días para el Señor? Por supuesto. Debemos
servir a Dios y dedicarnos a él cada día, pero el cuarto mandamiento no sólo proclama
que el séptimo día es sagrado, sino que también declara que los otros seis días son
para trabajar (Exodo 20:8-11). Dios no bendijo a los otros seis días ni los apartó para
uso sagrado. Son para trabajar. El séptimo día es diferente a todos los demás.
¿No fue adulterado el calendario? Sí. Pero el ciclo semanal nunca se modificó.
En 1582 se quitaron diez días del calendario, pero el jueves 4 de octubre fue seguido
por el viernes 15 de octubre. El sábado sigue siendo el mismo que en los días de
Jesús. De hecho, en por lo menos 108 idiomas, al sábado se lo llama “día de reposo”.
No hay duda alguna. El sábado estuvo en la creación, estuvo con los israelitas,
estuvo en los días de Jesús, estuvo con los discípulos y la iglesia del Nuevo
Testamento. ¡Y todavía estará en el mundo venidero! Isaías 66:22, 23 nos dice que en
los nuevos cielos y en la nueva tierra, adoraremos a Dios cada sábado.
La Biblia dice que en los últimos días se proclamará un mensaje de advertencia
a todo el mundo: “Adorad a aquel que hizo” (Apocalipsis 14:7). es una cuestión de
lealtad. “Si me amáis, dijo Jesús, guardad mi mandamientos” (Juan 14:15).
LOS OCHO TEXTOS BÍBLICOS ACERCA DEL PRIMER DÍA DE LA SEMANA
Sólo hay ocho textos en el Nuevo Testamento que mencionan al primer día de la
semana, o domingo:
1. Juan 20:19
Aquí tenemos una reunión de los discípulos en el primer día de la
semana. Algunos han supuesto que se trataba de una reunión religiosa, pero el texto
indica claramente que se habían reunido “por miedo de los judíos”. Se estaban
escondiendo porque tenían temor de ser los próximos en colgar de una cruz. Nada
sugiere que haya habido un cambio en el día de adoración.
2. 1 Corintios 16:1, 2
Algunos leen en este texto que todos los cristianos se
reunían los domingos y recogían una ofrenda. Pero léelo detenidamente. Pablo les da
instrucciones para que cada uno aparte algo “guardándolo”. En otras palabras, debían
apartar algo para la ofrenda mientras estaban trabajando. Hechos 18 nos recuerda que
Pablo se congregaba con la iglesia de Corinto cada sábado, nunca en domingo. Aquí
Pablo les recuerda que tienen que apartar algo al comienzo de cada semana para no
tener que hacer la colecta del dinero cuando él llegara. Nuevamente, no hay nada que
indique el cambio del cuarto mandamiento.
3. Hechos 20:7-12
Como esta historia ocurrió en el primer día de la semana,
algunos han llegado a la conclusión de que la iglesia primitiva tenía la costumbre de
congregarse los domingos. Pero si lees con cuidado verás que no dice eso. Pablo
predicó hasta la medianoche, luego murió Eutico. Después de que Eutico fuera
resucitado, Pablo continuó predicando hasta el amanecer. ¿Quiere decir que Pablo
predicó todo el domingo y siguió haciéndolo hasta la mañana del lunes? En absoluto.
En los días de Pablo, no se contaban los días de la medianoche a la medianoche, sino
desde la puesta del sol hasta la puesta del sol siguiente. La primera parte del día era la
parte oscura. (Véase Génesis 1, donde se describen los días como “tarde y mañana”,
la parte oscura en primer lugar.) El primer día de la semana comenzó al atardecer del
sábado, cuando el sol se ocultó. ¡Pablo estaba predicando un sábado por la tarde! Mira
cómo tradujeron este versículo los eruditos de la Nueva Biblia Inglesa (New English
Bible): “El sábado de noche, en nuestra reunión para compartir el pan, Pablo quien
habría de irse al día siguiente, les habló y continuó haciéndolo hasta la medianoche”
(Hechos 20:7). Pablo habló hasta la medianoche del sábado, entonces resucitó a
Eutico, y luego continuó predicando hasta la mañana del domingo. Más tarde, ese
domingo, caminó 30 kilómetros para abordar un barco (Hechos 20:13, 14). Esa reunión
no era un servicio religioso regular. Era una reunión para despedir a Pablo.
Estas cinco últimas referencias al primer día de la semana son sencillas:
4. Lucas 23:56-24:1
5. Marcos 16:1, 2
6. Marcos 16:9
7. Juan 20:1
8. Mateo 28:1
Todos esos pasajes se refieren a la resurrección de Jesús en el
primer día de la semana. ¡Pero tampoco en ellos hay alguna indicación de que se haya
cambiado el día de adoración! En la Biblia no se encuentra nada que sugiera que el
domingo es sagrado. Tampoco hay orden alguna para cambiar el día de reposo.
Además hay un par de pasajes bíblicos que han causado algunas confusiones
sobre el tema:
Colosenses 2:16, 17.
Este pasaje parecería sugerir que el sábado fue abolido.
Pero léelo detenidamente. Los “sábados” que menciona Pablo son “sombra de lo que
ha de venir”. El séptimo día como día de reposo no fue entregado como una sombra
que señalara al futuro, sino como un recordatorio que apuntaba hacia atrás, a la
creación. En este versículo se habla de otra cosa. En el Antiguo Testamento había
distintos tipos de sábado. Además del sábado semanal, había sábados anuales.
Levítico 23 describe esos sábados especiales: la Pascua, la Fiesta de las Primicias, la
Fiesta de los Tabernáculos, y otros. Esas fiestas se celebraban cada año en la misma
fecha, pero no en el mismo día de la semana; como sucede con la navidad o con
nuestro cumpleaños. Eran diferentes del sábado del séptimo día. Levítico 23:38
remarca que esos sábados anuales especiales eran “además de los días de reposo de
Jehová”, o además del sábado semanal. No formaban parte de la ley moral de los Diez
Mandamientos; sino de la ley ceremonial que tenía que ver con los sacrificios, los
rituales, las ofrendas de comida y bebidas (ver Levítico 23:13, 37), etc. Eran sombra
de algo por venir, señalaban a la obra de Jesús. Hebreos 10:1 afirma que la ley
ceremonial, la ley que trataba acerca de los sacrificios y las fiestas anuales, era una
sombra de cosas que habrían del llegar. Cuando leemos detenidamente Colosenses
2:16, 17 en este contexto, resulta obvio a qué se está refiriendo Pablo. Menciona la
comida y la bebida (¿recuerdas las ofrendas de comida y bebida?), y los días (¡plural!)
de sábado que son “sombra de lo que ha de venir”. No se refiere en absoluto al séptimo
día de la semana. Ese pasaje trata de los sábados anuales especiales que señalaban a
Cristo y que ya no fueron necesarios después de la cruz.
Romanos 14:5, 6
Aquí Pablo parecería decir que guardar o no guardar el
sábado es una cuestión de elección personal. En el versículo 1, Pablo aclara que está
contendiendo con “opiniones”. Si lees el resto de la carta de Pablo a los Romanos,
resulta claro que él no tenía dudas con respecto de la validez de la ley moral de Dios
en los Diez Mandamientos. (Ver, por ejemplo, Romanos 3:31; 6:1, 2, 14, 15; Romanos
7:7, 12) Entonces, ¿a qué se refiere Pablo? El contexto lo aclara. Fíjate que Pablo
menciona la comida y la observancia del día en el mismo párrafo (versículo 6). En la
iglesia primitiva, algunos judíos convertidos a la fe cristiana insistían con que los
gentiles observaran los rituales judíos. Un buen ejemplo se encuentra en Hechos 15,
donde el tema de la circuncisión se debatió acaloradamente. Otro ejemplo está en 1
Corintios 8, donde el tema en cuestión es si era apropiado comer los alimentos que los
paganos habían ofrecido a sus ídolos, o no lo era. En Romanos 14, el tema parece
haber sido si se le debía exigir a todos que observaran los días ceremoniales de ayuno,
o no. El contexto inmediato de esos versículos y el contexto general de la Biblia deja en
claro que Pablo no está discutiendo la observancia del sábado semanal. El sábado, tan
firmemente atrincherado en los Diez Mandamientos, está fuera de toda duda.
Dios nos entregó el sábado para darnos descanso, y está esperando para
bendecirnos. Un día que Dios aparta para la adoración tiene algo especial. Enriquecerá
tu relación con Jesús y profundizará tu amor por él. Isaías 58:12-14 nos promete que si
dejamos de lado la tradición, y ayudamos a restaurar lo que el mundo más ha olvidado,
y guardamos su día santo, Dios nos hará ascender a las alturas de la tierra. ¿Estás
cansado? ¿Luchas contra las preocupaciones? “Venid a mí, dice Jesús, y hallaréis
descanso”.
LA MARCA DE LA BESTIA
Algunas personas le tienen tanto miedo que evitan tener un número de Seguro
Social. Otros se preocupan acerca de las barras de códigos que se escanden en los
productos que se compran, ¿que podría estar detrás de todo esto? Nuestro tema aquí
es la marca de la bestia, un tema que ha inspirado mucha especulación, y algunas
ideas muy extrañas. Pero sigue siendo uno de los temas vitales del libro de
Apocalipsis. Nos preguntamos: ¿Quién es la bestia? Será una persona o una
organización? ¿Qué significa el 666? ¿Qué es la marca de la bestia? Y más importante
aún, ¿cómo puedo evitar esa marca?
Vayamos al libro de Apocalipsis por respuestas. Allí es donde se introduce la
figura de la bestia y donde encontramos claves para su identidad. En Apocalipsis 13:1,
Juan dice, “vi subir del mar una bestia…” Nosotros hablamos del águila americana y del
oso ruso. Esos son símbolos que representan naciones y poderes en el mundo. Aquí
en Apocalipsis se describe a un gran poder subiendo del mar. El mar en la profecía
Bíblica representa naciones o pueblos, porque Apocalipsis 17:15 dice, “las aguas que
has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas”.
Así que la bestia sale de un area poblada. Apocalipsis 13:2 continúa, “Y la bestia que vi
era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león”.
Aquí describe de lo que está compuesta la bestia. Juan usa los mismos símbolos que
Daniel usó cuando el simbolizó a Babilonia como un león, a Medo-Persia como a un
oso, a Grecia como a un leopardo, y al Imperio Romano como a una bestia semejante
a un dragón. Esta bestia de Apocalipsis 13 le sigue a esos cuatro imperios. Veamos
siete claves que identifican a este poder-bestia. Las Sagradas Escrituras y la historia
secular se combinan para hacer segura su identificación.
Clave número uno:
La última parte de Apocalipsis 13:2 nos dice, “Y el dragón
le dio su poder y su trono, y grande autoridad”. El dragón aquí representa a Roma
pagana. Apocalipsis 12:9 nos dice que el dragón es símbolo de Satanás, pero Satanás
trabaja a través de agentes humanos. En Apocalipsis 12 el dragón intenta destruir a
Jesús a través de la Roma pagana. Un oficial romano, Herodes, trató de matar al niño
Jesús (Mateo 2). Un gobernador romano, Pilato, condenó a Jesús. Un verdugo romano
lo crucificó. Un emblema romano selló la tumba de Jesús. Un guarda romano custodió
esa tumba. Así que el dragón representa a Satanás trabajando a través de la Roma
pagana. Pero la Roma Pagana se convirtio en la Roma Papal cuando el emperador
Constantino trasladó su sede a Constantinopla, y dejó un vacío de poder que fue
llenado por el pontífice de Roma. El prominente historiador Arthur P. Stanley describe
un cambio del poder político a la jerarquía religiosa: “Los papas llenaron el lugar
vacante de los emperadores de Roma, heredando su poder, prestigio y títulos del
paganismo”. Thomas Hobbes podía verdaderamente decir que el papado era un
“fantasma del difunto Imperio Romano, sentado coronado sobre su tumba”.
Clave número dos:
Este poder en Apocalipsis 13 se convertiría en un poder
religioso mundial, no un poder político. Apocalipsis 13:8 dice, “Y la adoraron todos los
moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del
Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”. Todos los que moran en la
tierra la adorarán. Así que es un poder universal que inicia la adoración. Y, por
supuesto, el papado es un poder religioso universal que trasciende límites geográficos.
Clave número tres:
Apocalipsis 13:5 dice que a la bestia “se le dio boca que
hablaba grandes cosas y blasfemias”. Cristo mismo fue acusado de blasfemia dos
veces, una en Lucas 5:20, 21, porque el se atribuyó el poder de perdonar pecados, y
nuevamente en Juan 10:30-33, porque el reclamó ser Dios. ¡Jesús no fue culpable de
blasfemia porque él era Dios, y él realmente podía perdonar pecados! Pero que un
simple hombre pretenda tales cosas es ciertamente blasfemo.
Clave número cuatro:
Apocalipsis 13:7 dice, hablando de la bestia: “Y se le
permitió hacer guerra en contra de los santos, y vencerlos”. ¡Persecusión! Un cálculo
conservador estima que los cristianos martirizados por el estado y muertos durante la
Edad Oscura fueron más de 50 millones. En la Inquisición católica, las personas eran
torturadas y quemadas vivas. Familias enteras y comunidades eran erradicadas por el
crimen de “herejía”, se atrevían a creer algo diferente a lo que la iglesia enseñaba. Es
interesante notar que la iglesia romana admite haber infligido esta persecusión.
Clave número cinco:
Apocalipsis 13:5 dice, “Y se le dio autoridad para actuar
cuarenta y dos meses”. La Biblia calcula 30 días por mes. (Génesis 7:11, 24; 8:34
muestra un período que se extiende por 150 días: con meses de treinta días). Y un día
equivale a un año en la profecía bíblica. Ezequiel 4:6. Así que 42 meses x 30 días =
1260 días proféticos, o 1260 años literales. Los libros de historia muestran que el año
538 d.C. fue una fecha importante para el papado. En ese año el decreto de Justiniano,
el emperador, fue puesto en efecto designando al obispo de Roma como cabeza de
todas las iglesias. Así, 538 d.C. marcó el comienzo de la supremacía papal. Ahora si
agregamos 1260 años a 538 d.C. llegamos al año 1798. En ese año el poder papal fue
seriamente herido. En 1798 Napoleón y su ejército tomó cautivo al papa quien más
tarde murió en exilio. La profecía y la historia están en perfecto acuerdo, ¡los 1260 años
cuadran precisamente! Pero si Napoleón hubiese consultado las Escrituras, él hubiese
visto que el papado no estaba terminado, sólo herido. Apocalipsis 13:3 nos dice que
esa “herida mortal” sería “sanada”. Y todo el mundo se maravillaría y seguiría a la
bestia en los últimos días.
Clave número seis:
Apocalipsis 13:18 nos desafía a calcular “el número de la
bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis” (666).
En la Biblia el número siete representa perfección, plenitud. Por otro lado, el número
seis representa error humano, imperfección. ¡Así que un triple seis representa que todo
está muy mal! Apocalipsis 13:17, 18 dice muy claramente que “el número de la
bestia… es número de hombre”. Más específicamente, es el “número de su nombre”.
Aún más al punto, un pie de página en la Biblia católica, version Douay dice: “Versículo
18. Seiscientos sesenta y seis. El numeral de las letras de su nombre sumarán el
número”. Los papas individuales han tenido muchos nombres diferentes, pero el título
official —el título que cubre todo— el título que se usa en las ceremonias de coronación
de cada papa, es VICARIUS FILII DEI, que significa en latín, “Vicario del Hijo de Dios”.
Siendo que este es un título romano, debemos usar números romanos para calcularlo.
La letra “V” era la misma que la “U” hasta siglos recientes. Los romanos
escribían la letra “V” para el sonido “U” como para el “V”, así como hoy usamos la letra
“C” tanto para el sonido “K” como para el “S” en palabras tales como calcular y
ciertamente. Más adelante, eruditosmedievales comenzaron a escribir la “U” como
vocal, y la “V” como consonante. Lasenciclopedias confirman este hecho. Usted
podrá ver nombres grabados en edificios quese ven así, por ejemplo, “ “PVBLIC LIBRARY”.
Clave número Siete:
Apocalipsis13:16, 17 dice que la bestia obliga a todos a
que “se les pusiese una marca en la manoderecha on en la frente; y que ninguno pudiese
comprar ni vender, sino el que tuviese la marcao el nombre de la bestia, o el número de su
nombre”. La marca de la bestia es un símbolode rebelión contra Dios, de deslealtad al
gobierno de Dios. Aquellos que se alían con labestia reciben esta marca. Pero otro grupo
recibe una marca diferente. Apocalipsis 7:2, 3dice, “los siervos de nuestro Dios” serán
sellados “en la frente” con el “sello del Diosviviente”. Son el pueblo fiel de Dios, el
remanente. Apocalipsis 14:12 los llama “lossantos…los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. El sello de Diosestá contenido en su ley. Isaías 8:16 dice, “sella la ley entre mis discípulos”.
Dios llama al sábado como su señal o sello, su marca de autoridad. ¿Qué es lo
que la bestia reclama como su marca de autoridad?
V …………..…5
I……………....1
C …………..100
A ……….…….0 (sin uso numérico)
R ………….….0 (sin uso numérico)
I ………….…..1
U …………..…5
S ………….….0
F ………….….0 (sin uso numérico)
I ………….…..1
L …………....50
I ………….…..1
I ………….…..1
D ……….….500
E ……….…….0 (sin uso numérico)
I ……….……..1
TOTAL = 666
En los últimos dias, dos grupos, dos diferentes marcas: la marca de la bestia y el
sello del Dios viviente. Por un lado, los divinos mandamientos de Dios. Por otro, la
bestia proclamando tradiciones de hombres e imponiendo un sustituto del Sábado, la
falsificación de Satanás. Aquí está el Señor 666, cuyo código numérico de su nombre,
así como el agente 007, ha llegado a ser con más frecuencia tema de conversación. El
cómputo suma exactamente 666, no más ni menos.
En contraste con la Marca de la Bestia encontramos el Sello de Dios. Un Sello
official y firma de autoridad siempre tiene tres elementos:
1. El NOMBRE del legislador
2. El OFICIO o TÍTULO—su derecho de dictaminar.
3. El TERRITORIO sobre el cual preside —su jurisdicción.
Por ejemplo:
1. Nombre: George Washington
2. Título: Presidente
3. Territorio: Estados Unidos
El sello de Dios o su firma lo encontramos en su Ley, específicamente en el
Cuarto Mandamiento. Exodo 20:8-11 contiene todos estos tres elementos:
1. Nombre: EL SEÑOR. Isaías 42:8; Jeremías 16:21; Exodo 15:3; Amós 5:8
muestran que el nombre de Jehová es “el Señor”.
2. Título: CREADOR y HACEDOR. Exodo 20;11 declara: “hizo Jehová…”
3. Territorio: CIELO y TIERRA.
Así como los sellos de los gobernantes terrenales se encuentran en sus leyes,
así también encontramos el sello del Dios viviente en su Ley, los Diez Mandamientos.
¡El Señor, escribiendo con su propio dedo, formalmente firmó y selló su divina ley!
Citas
• El Papa es de tan grande dignidad y tan exaltado que el no es un simple
hombre, pero como si fuera Dios, y el vacario de Dios… El Papa es como si
fuera Dios en la tierra”.—Lucius Ferraris, “Papa”, artículo 2 en su Prompta
Bibliotheca (Biblioteca Rápida), Volumen 6, páginas 26-29.
• “Nosotros (los Papas) tenemos aquí en la tierra el lugar del Dios
Todopoderoso”.—Papa León XIII, The Great Encyclical Letters of Pople Leo XIII,
página 304.
• “Busque donde usted quiera, por el cielo y la tierra, y sólo encontrará un ser
creado que puede perdonar al pecador… Ese ser extraordinario es el sacerdote,
el sacerdote católico”.—Michael Muller, The Catholic Priest, página 78.
• “El perdonar un sólo pecado requiere toda la omnipotencia de Dios… Los judíos
justamente dijeron: “¿Quién puede perdonar pecados sino Dios?” Pero lo que
sólo Dios puede hacer por su omnipotencia, el sacerdote puede también hacer al
decir ‘Ego te absolvo a peccatis tuis’ (te absuelvo de tus pecados)”.—Alphonsus
de Liguori, Dignity and Duties of the Priest, página 34, 35.
• La publicación católica Western Watchman, del 24 de Diciembre de 1908, hace
esta admisión: “La Iglesia ha perseguido. Solo un principiante (uno que recién
comienza) en historia de la iglesia lo negaría… Cuando la iglesia considera que
es bueno usar fuerza física, ella la usará”.
• Aún más perturbante es esta declaracion del texto católico: “La iglesia puede,
por luz divina, confiscar la propiedad de heréticos, encarcelar sus personas y
condenarlos a las llamas… el derecho de infligir las penalidades más severas,
aún la muerte, pertenecen a la iglesia… No hay ofensa más grave que la
herejía…por lo tanto debe ser erradicada”. Public Ecclesiastical Law, Volúmen 2,
página 142.
• “El domingo es nuestra marca de autoridad…La iglesia está por encima de la
Biblia, y esta transferencia de la observancia del Sábado es una prueba de este
hecho”.—Catholic Record, Septiembre 1, 1923.
• “La Biblia dice, acuérdate del día Sábado para santificarlo. ¡La Iglesia Católica
dice, ¡no! Por mi poder divino yo abrogo el día Sábado, y te mando que guardes
el primer día de la semana. ¡Y he aquí! Todo el mundo civilizado se postra en
reverente obediencia a la orden de la santa Iglesia Católica”.—Padre Enright, expresidente
del Colegio Redentor.
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