El título del libro consiste simplemente del nombre del profeta que fue su autor. Nahúm, Heb. Najum, significa "consolado" o "el que es consolado". El nombre aparece sólo aquí en el AT, aunque está relacionado con el nombre de Nehemías: "Yahweh ha consolado", y Manahem: "consolador".
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Paternidad Literaria
No hay más información en cuanto a Nahúm que la que se halla en su profecía. Era natural de "Elcos" (ver com. cap. 1: 1)
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Marco Historico
Un indicio del tiempo del ministerio profético de Nahúm se halla en la referencia a la caída de No- Amón (cap. 3:8, BJ). Esta ciudad (conocida por los griegos con el nombre de Tebas, RVR, y más tarde como Dióspolis) fue destruida por Asurbanipal, rey de Asiria, en 663 a. C. Por lo tanto, a lo menos una parte del ministerio de Nahúm debe haberse efectuado después de ese tiempo. El profeta contempla la caída de Nínive como todavía futura (cap. 3:7), y por eso una fecha razonable para Nahúm podría ser alrededor de 640 a. C. Siendo que esta profecía, que atañe al fin de Asiria, fue escrita cuando esa nación estaba aún en el apogeo de su poder y prosperidad, el libro de Nahúm admirablemente comprueba la profecía bíblica y atestigua de la inspiración divina de los profetas. En el reinado de Asurbanipal la mayor parte de las naciones de la Media Luna Fértil habían sido subyugadas por los ejércitos asirios o pagaban tributo a Asiria. Sin embargo, antes de que él muriera, empezó a cambiar el cuadro, y después de su muerte (alrededor de 627?), el imperio asirio se desmoronó rápidamente. Al fin, después de un sitio de tres meses, Nínive misma fue tomada en 612 a. C. por los medos y los babilonios (ver t. II, pp. 67-68). Para una descripción de la ciudad de Nínive
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Tema
El libro tiene un tema principal: la futura destrucción de Nínive. Por esta razón, la profecía complementa el mensaje de Jonás. Este predicó el arrepentimiento en Nínive, y por haberse humillado sus habitantes ante Dios, la ciudad fue perdonada. Sin embargo, Nínive recayó en la iniquidad, y la misión de Nahúm fue predecir la sentencia divina de su destrucción. El orgullo, la crueldad, y la idolatría de Nínive habían colmado la medida. Durante demasiado tiempo los reyes de Asiria desafiaron al Dios del cielo y a su soberanía, colocando al Creador del universo en el mismo nivel de los ídolos de los países circunvecinos (2 Rey. 18: 33-35; 19: 8-22), pues esos reyes, al parecer, llevaban a cabo los deseos de su Dios Asur al luchar contra otras naciones (ver t. 11, pp. 56- 57). La forma en que Asirla desafiaba a Dios debía cesar, sino era mediante el arrepentimiento de la nación, lo sería por medio de su destrucción. La derrota de las fuerzas asirias en Judá había sido predicha antes por Isaías (Isa. 37: 21-38), pero la predicción de Nahúm previó la caída final de la capital misma del imperio.
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Ambientacion
La referencia de Nah. 3:8-10 a la caída de Tebas (No), destruida por Asurbanipal de Asiria en el 663 a.C., sugiere que Nahum escribió su libro poco después de esa fecha. Como predice la desolación de Nínive (3:7), la capital asiria, su libro puede fecharse entre el 663 y el 612 a.C., tal vez c 640 a.C. Anuncia la suerte del gran Imperio Asirio precisamente en el momento en que estaba en la cúspide de su poder. Jerusalén y Judá habían sufrido sus repetidas invasiones y fueron obligadas a pagar tributo en forma intermitente por 3/4 de siglo. Asiria parecía invencible, pero Dios profetizó por medio de Nahum que él quebraría su yugo (1:13). Este mensaje aseguró a los fieles de Judá que Dios todavía cuidaba de su pueblo y que castigaría a sus opresores. Durante el reinado de Asurbanipal (669-627? a.C.) la mayoría de las naciones del Fértil Creciente, desde Mesopotamía hasta Egipto, estaban sujetas a Asiria o le pagaban tributo. Sin embargo, antes de su muerte, posiblemente en el 627 a.C., la situación ya había comenzado a cambiar. Poco después el imperio se desintegró, y Nínive cayó en el 612 a.C. ante los medos y los babilonios. Véase Asiria.
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Tema
El libro sólo se ocupa de la suerte venidera de Nínive. Casi 1 1/2 siglo antes de Nahum, Jonás fue a la ciudad con un llamado al arrepentimiento, y por un tiempo el rey y el pueblo se humillaron ante Dios (Jon. 3:5-10). En consecuencia, se salvó. Pero la reforma no fue duradera, y Nahum ahora predijo la inminente destrucción de la "ciudad sanguinaria" (Nah. 3:1). Un siglo antes de Nahum, Asiria había sido la "vara" de la ira de Dios contra el reino norteño de Israel, cuyas 10 tribus llevó cautivas (Is. 10:5). Unos pocos años más tarde, bajo Senaquerib, usó la misma vara para castigar al pueblo de Jerusalén y Judá (cps 36; 37; cf 8:7, . Pero por su enorme orgullo y crueldad descarada, los asirios habían llenado la copa de su iniquidad. Estaban desafiando la soberanía del Dios del cielo y rebajando al Creador del universo al nivel de sus ídolos (36:7,14-20). La nación había rehusado cooperar con el propósito de Dios para con ella, y por lo tanto perdió su mandato para gobernar.
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Estilo Literario
La profecía de Nahum está escrita en estilo poético, en la que su 1er capítulo es un salmo alfabético de forma poco usual. Aunque en el texto como nos ha llegado faltan algunas letras y otras están fuera de orden, es muy posible que originalmente la disposición estuviera en regla y completa. Cada letra del alfabeto presenta un pensamiento nuevo. Así, en el v 5, el 1er par del paralelismo poético -"los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten"- comienza en hebreo con la letra hêz; mientras que el 2º -"la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan"- empieza con wâw, la siguiente letra del alfabeto. Véase Acróstico.
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Contenido
La profecía se divide lógicamente en 2 partes: 1. Un tributo de alabanza, destacando a Dios como misericordioso y justo, como el gobernante de la tierra y árbitro del destino nacional (Nah. 1:1-10). 2. Una vívida descripción de la caída de Nínive (1:11-3:19). Nahum titula su predicción como "Profecía sobre Nínive". Dios toma a los enemigos de su pueblo como sus propios "adversarios" (1:2). Aunque es "tardo para la ira", no soportará para siempre su maldad (v 3). Las fuerzas de la naturaleza -el mar, los ríos, los montes, la tierra- están sometidas a su voluntad (vs 4-6). Para su pueblo es "fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían" (v 7). Cuando decida castigar a los asirios "hará consumación", y nunca más se levantarán para oprimir a su pueblo (v 9). Por algún tiempo, Dios les permitió prosperar (v 12), pero está próximo el momento en que quebrará el yugo asirio y restaurará la paz a Judá (vs 13-15). El destructor aparece sitiando Nínive, y con ironía Dios llama a su guarnición a prepararse para defender la ciudad (2:1). Los escudos de los defensores son rojos, aparentemente por la sangre, y los carros retumban por las calles al ir al lugar del ataque (vs 3, 4). Los guerreros se atropellan para ocupar sus lugares señalados sobre los muros (v 5); las compuertas se abren y el palacio se inunda (v 6). Mientras sus habitantes tiemblan de miedo, los invasores se precipitan sobre la ciudad y toman sus despojos (vs 7-10). El cp 3 describe a los jinetes mientras levantan sus lanzas y espadas en la batalla, y multitudes caen muertas (3:1-3). Dios está contra Nínive por causa de sus crímenes, de su inmoralidad y de su opresión a los demás (vs 4-6); por tanto, será asolada (v 7). No es mejor que la ciudad de Tebas de Egipto, o de otras naciones que han caído (vs 7-9). Su pueblo es llevado en cautiverio, o se esparce sin líderes por las montañas; los "pastores", los dirigentes de Asiria, son sepultados en el polvo. La herida de Nínive es mortal, y " no hay medicina" para la que ahora sufre (vs 10-19; véase CBA 4:1057, 1058).
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Sin Editar
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Bosquejo
I. El propósito divino al castigar a Nínive, 1: 1-15.
A. El sobrescrito o prefacio, 1: 1.
B. El poder de Dios para castigar a los impíos, 1: 2-8.
C.La certidumbre del castigo venidero, 1: 9-15.
II.Una descripción de la futura destrucción de Nínive, 2: 1-13.
A. El sitio y la toma de la ciudad, 2: 1-8.
B. El saqueo de la ciudad, 2: 9-13.
III. La impiedad de Nínive, la razón de su castigo, 3: 1-7.
IV.La destrucción de No-Amón (Tebas), un ejemplo de la destrucción de Nínive, 3: 8-11.
V.La finalidad y la totalidad de la destrucción de Nínive, 3: 12-19.
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