Los dos libros conocidos hoy como 1 y 2 de Samuel aparecen como un solo volúmen en todos los manuscritos hebreos preparados antes de 1517. No fue hasta la traducción del AT al griego, alrededor del siglo III AC, cuando el libro fue dividido por primera vez en dos partes. En esa traducción, la LXX, esas dos partes aparecían como "Primero de los Reinos" y "Segundo de los Reinos"; los libros que ahora conocemos como 1 y 2 Reyes aparecían como "Tercero de los Reinos" y "Cuarto de los Reinos". La Vulgata latina de Jerónimo, del siglo IV DC, es la primera que presenta los títulos de "Reyes" en lugar de "Reinos". Fue varios siglos después de Cristo cuando los masoretas notaron que la declaración de 1 Sam. 28: 24 estaba en el centro del libro en el texto hebreo. En realidad, las Biblias hebreas conservaron la forma original hasta la edición impresa hecha por Daniel Bomberg en Venecia, en 1517.
Debido a que la vida y el ministerio de Samuel domina la primera mitad del libro, a éste originalmente se le dio su nombre. Este título fue apropiado en vista del importante papel que Samuel desempeñó como el último de los jueces, por ser uno de los mayores profetas, el fundador de las escuelas de los profetas (ver 1 Sam. 10: 25). Por lo tanto, en esencia, el nombres Samuel designa contenido más bien que partenidad literaria.
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Marco Historico
El libro de 1 Samuel abarca el período de transición desde los jueces hasta el reino unido de Israel, e incluye al último juez, Samuel, y al primer rey, Saúl. El segundo libro de Samuel trata exclusivamente del reinado de David. Por lo tanto, 1 Samuel abarca casi un siglo, desde alrededor de 1100 hasta 1011 AC; y 2 Samuel, 40 años, o sea desde 1011 hasta 971 AC. El período de 1200 a 900 AC fue de desasosiego nacional y controversia política. Se puso poco empeño en el mundo antiguo por registrar y conservar relatos escritos de los sucesos de ese tiempo. Los historiadores antiguos tales como Herodoto, Beroto, Josefo y más tarde Eusebio, se vieron en la necesidad de basarse mayormente en relatos folklóricos de los sucesos ocurridos en el mundo durante esa época. Por esta razón es preciso cotejar sus declaraciones con los descubrimientos arqueológicos modernos, que proporcionan mucha información no disponible anteriormente. Hay material nuevo que constantemente va apareciendo y que aumentan nuestro conocimiento del período durante el cual ocurrieron los acontecimientos de 1 y 2 Samuel. Este período de desasosiego, agitación y transición se inició con las migraciones de los pueblos del mar que, directa o indirectamente, afectaron a todo el antiguo Oriente. Durante el período abarcado por 1 y 2 Samuel gobernaron a Egipto los reyes sacerdotes de la XX dinastía (ver pág. 28) y los gobernantes seculares de la XXI dinastía, cuyos reinados se caracterizaron por debilidad, decadencia y desunión nacionales. Durante la mayor parte de este período Asiria fue también sumamente débil. En Babilonia las condiciones eran muy similares a las de Egipto y Asiria: la debilidad interna y las invasiones del exterior estaban a la orden del día. La influencia política de Egipto y de Siria desapareció en tales circunstancias de Palestina. Las migraciones de los pueblos de mar y de los arameos se añadieron a las dificultades internas, y mantuvieron la situación política internacional en todo el antiguo Oriente en un estado de agitación durante casi dos siglos. Como resultado, los primeros reyes de Israel estuvieron comparativamente libres para consolidar su dominio sobre la tierra prometida y las regiones circundantes, sin la interferencia de sus anteriormente fuertes vecinos del norte y del sur. Sus únicos enemigos eran las naciones de la región de Palestina, tales como los filisteos, amalecitas, edomitas, madianitas y amonitas. La resistencia de estas tribus vecinas fue vencida gradualmente, y la mayoría de ellas se sometió al dominio israelita. David y Salomón rigieron finalmente extensas regiones que habían pertenecido anteriormente al imperio egipcio y a las naciones de Mesopotamia.Cuando Israel entró en Canaán, el Señor le ordenó que asignase ciudades a los levitas en todas las diferentes tribus. Así podría instruirse a todo el pueblo en los caminos de la justicia. Pero los israelitas parecen haber prestado poca o ninguna 449 atención a la orden. En realidad, ni siquiera echaron a los cananeos, sino que vivieron entre ellos (Juec. 1: 21, 27, 29-33). Después de pocos años, los levitas -que no habían recibido una heredad específica- se hallaron sin empleo. Hasta Jonatán, el nieto de Moisés (ver com. Juec. 18: 30), visitó la casa de Micaía el efrainita "donde moraba" y pudo "encontrar lugar" (Juec. 17: 5), y llegó a ser sacerdote para la "casa de dioses" de Micaía (Juec. 17: 5). Finalmente robó las imágenes de la casa de Micaía y se fue con los migratorios descendientes de Dan para ser su sacerdote (ver Juec. 18). De esa manera, en un tiempo cuando "cada uno hacía lo que bien le parecía", Israel violó el plan de Dios de que los levitas instruyesen al pueblo en sus caminos, y pronto cayó en los hábitos de ignorancia y superstición de los paganos que lo rodeaban. Seis veces durante el período de los jueces Dios procuró despertar a su pueblo respecto del error de su camino, al permitir que fuese subyugado por las naciones circunvecinas. Pero poco después de cada liberación de la servidumbre, volvía a caer en la indiferencia y la idolatría. Aunque creció en ese ambiente, Samuel prefirió repudiar los males de ese tiempo y dedicarse a la corrección de esas tendencias. Su plan para realizar esto giró en torno del establecimiento de las así llamadas "escuelas de los profetas". Una de éstas estaba en Ramá, su hogar ancestral (1 Sam. 19: 19-24), y otras fueron establecidas más tarde en Gilgal (2 Rey. 4: 38), Bet-el (2 Rey. 2: 3) y Jericó (2 Rey. 2: 15-22). Allí los jóvenes estudiaban los principios de la lectura, la escritura, la música, la ley y la historia sagrada. Se ocupaban en diversos oficios, a fin de que, tanto como fuese posible, aprendiesen a sostenerse a sí mismos. La expresión "escuelas de los profetas" no aparece en el AT, pero los jóvenes que allí estudiaban eran llamados "hijos de los profetas". Se dedicaban al servicio de Dios y algunos de ellos eran empleados como consejeros del rey. Hacia el fin de su vida Samuel -con desagrado de su parte- fue llamado a ser el instrumento para establecer la monarquía. Después de tratar el asunto con el pueblo, escribió un libro sobre "las leyes del reino" y lo guardó delante del Señor (1 Sam. 10: 25). Esto no fue probablemente de valor alguno para Saúl, de quien se cree que no sabía leer. Samuel animó a Saúl asegurándole la presencia permanente de Dios, pero éste rechazó pronto el consejo inspirado de Samuel, se rodeó de una fuerte guardia y se convirtió rápidamente en un monarca absoluto.Después del rechazo de Saúl, Samuel fue llamado a escoger y preparar un hombre conforme al corazón de Dios (1 Sam. 13: 14), uno que no se pusiese por encima de la ley, sino que obedeciese a Dios. La preparación de David, como la de Cristo, fue llevada a cabo frente a los celos y el odio. Aunque David cayó a veces en la transgresión de la ley que veneraba y defendía, siempre se humilló ante esa ley que consideraba suprema. Como resultado de la cooperación de David con los principios establecidos por Dios mediante Moisés y Samuel, Israel gradualmente sometió a todos sus enemigos, y los límites de la nación se extendieron hacia el norte, prácticamente hasta el Eufrates, y hacia el sur hasta la frontera de Egipto. Dios pudo bendecir a Israel que, como resultado, disfrutó de una época de prosperidad y gloria nacionales que continuó a través del reinado de Salomón, y que desde entonces nunca ha sido igualada
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Libros 1 y 2
La antigua tradición judía afirma que Samuel fue el autor del libro (Talmud Babilónico, Baba Bathra 14b, 15a). La expresión repetida: "En aquellos días no había rey en Israel" (Jue. 17:6), indica que el libro fue escrito después que se estableció la monarquía bajo Saúl. Sin embargo, debería fecharse antes de la victoria de David sobre los jebuseos y la torna de Jerusalén a comienzos de su reinado (2 S. 5:6-9; cf Jue. 19:10, 11). La ocupación de Canaán por los hebreos fue un proceso gradual (Jue. 2:3). La conquista preliminar, que se completó en 6 o 7 años después del cruce del Jordán, proporcionó espacio suficiente para proveer hogares permanentes para todos y tierra para las diferentes tribus (Jos. 11:16, 23). Pero aún después que "Josué [tomó] toda la tierra", le dijo al pueblo: "Queda aún mucha tierra por poseer" (13:1). Al principio, los hebreos ocuparon mayormente la región montañosa del centro del país, mientras que las tribus cananeas siguieron viviendo en los valles y las llanuras. "Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué" (Jos. 24:31), pero después que pasó la generación que había presenciado el poder de Dios en el cruce del Jordán y la conquista preliminar de la tierra, el pueblo adoptó las costumbres y prácticas religiosas de los cananeos. La apostasía creciente fue acompañada por el deterioro de la vida social, civil y militar, hasta el punto que fueron incapaces de defenderse de las tribus cananeas que los rodeaban y, mucho menos, extender sus conquistas. Sin un gobierno central permanente, y de no ser por la conducción de los jueces que se levantaban de tiempo en tiempo, "cada uno hacía lo que bien le parecía" (Jue. 17:6; 21:25; etc.). De modo que las tribus, separadas como estaban unas de otras por pueblos cananeos fortificados, estaban muy expuestas a los ataques, y sólo con dificultad podían unir sus fuerzas para aferrarse a la tierra que ya habían quitado a la población local hostil. La gran lección del libro es que el pecado y la apostasía dan como resultado el retiro de la mano protectora de Dios, pero que el verdadero arrepentimiento trae liberación y la justicia exalta a la nación..
Mientras 1 S. contiene el relato de la transición del gobierno hebreo a partir de los "jueces" administrativos y militares (que duró alrededor de un siglo; c 1111-c 1011 a.C.), 2 S. se refiere exclusivamente al reino de David (que duró unos 40 años; c 1011-c 971 a.C.). La transición algo repentina de siglos de pura teocracia (ejercida por medio de profetas y jueces) hacia la monarquía fue una época de difíciles ajustes para el pueblo hebreo. A esto le siguió una edad de oro que comenzó con el glorioso reinado de David. El informe acerca de los últimos años de David y de su muerte aparece en los 2 primeros capítulos de 1 R.
La narración comienza con el nacimiento de Samuel, su dedicación a servir en el santuario y su llamado al ministerio profético (1 S. 1:1-4:1). Cuando Samuel sucede a Elí en el cargo de sacerdote, juez y profeta, Israel se halla postrado bajo los filisteos, pero pronto cambia el destino de la nación (cps 5-7). En las postrimerías de su ministerio la demanda popular de un rey conduce a la elevación de Saúl al trono (cps 8-12). Los primeros años del reinado de Saúl están marcados por guerras frecuentes con los filisteos y otras naciones vecinas (14:47). En ese tiempo Saúl desobedece 2 veces flagrantemente las claras instrucciones del Señor dadas por medio de Samuel (cps 13-15). Cuando Dios rechaza a Saúl como rey, Samuel unge secretamente a David; el resto de 1 S. se dedica mayormente a relatar los intentos de Saúl, nacidos de los celos, de destruir a David (cps 16-27). Finalmente, en una batalla entre los filisteos y los israelitas, Saúl halla la muerte (cps 28-31). Después David llega a ser rey de Judá, y al cabo de unos 7 1/2 años de contiendas las otras tribus también lo reconocen como rey (2 S.1:1-5:5). Los cps 5-10 nos cuentan las glorias de los primeros años del reinado de David, mientras que los cps 11-21 se dedican en amplia medida a su pecado y a las dificultades familiares que afectan el trono. Los cps 22-24 constituyen una especie de apéndice que contiene el himno de acción de gracias; de David, sus últimas instrucciones y una lista de sus valientes y de sus hazañas. La historia termina con el relato del pecado que cometió al censar al pueblo y los tristes resultados que le siguieron (cp 24; véase CBA 2:447-453)
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Autor
En contraste con el Pentatéuco, en el cual se declara específicamente, respecto de ciertas porciones, que fueron escritas por Moisés, los libros de Samuel no contienen información alguna en cuanto a quien pudo haber sido el autor, o los autores. De acuerdo con la traducción judía, los primeros 24 capítulos de 1 Samuel fueron escritos por Samuel, y el resto de 1 Samuel, junto con 2 Samuel, por Natán y Gad (ver 1 Crón. 29: 29). Cuando el libro fue dividido -en el texto hebreo y en la mayoría de las traducciones- el nombre original, Samuel, se aplicó a ambas partes, aunque su nombre no se menciona ni una sola vez en la segunda parte. La muerte de Samuel se registra en 1 Sam. 25: 1, y su nombre, en estos dos libros, aparece por última vez en 1 Sam. 28: 20.
En vista de que David se destaca en la segunda parte, su nombre podría ser un título más apropiado para 2 Samuel. Es obvio que es errónea la declaración del Talmud de que Samuel escribió todo lo que ahora lleva su nombre, porque todo 2 Samuel -como también la última parte de 1 Samuel- registran la historia de Israel después de su muerte. Algunos eruditos bíblicos han señalado 1 Sam. 27: 6 como una prueba de que los libros de Samuel datan del tiempo de la división del reino. Pero si las dos partes de Samuel fueron escritas en tiempos diferentes por distintos autores, ¿por qué se publicaron originalmente como una sola entidad? Sin embargo, si representan la obra continua de un autor, éste debe haber escrito después de la muerte de Saúl (2 Sam. 21: 1-14) y de David (ver 2 Sam. 23: 1). Parece muy razonable concluir que 1 y 2 Samuel son obras de varios autores, y que son una colección de narraciones, cada una completa en sí misma. Cada autor escribió por inspiración, y todas las partes fueron finalmente reunidas como un todo bajo la dirección del Espíritu Santo.
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Tema
El primer libro de Samuel registra y relata la transición, algo repentina, de siglos de teocracia pura -que se ejercía mediante profetas y jueces- a la condición de reino. El relato del reinado de Saúl revela algunos de los problemas que acompañaron el establecimiento del reino y explica por qué la casa de David reemplazó a la de Saúl. El segundo libro de Samuel trata del glorioso reinado de David, primeramente en Hebrón y luego en Jerusalén, y concluye con su compra de la era de Arauna, en la cual más tarde fue levantado el templo por Salomón. El relato de los últimos años de David y su muerte aparece en los primeros capítulos de 1 Reyes
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Sin Editar
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Sin Editar
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Bosquejo 1 Samuel
I. Historia de Samuel, restaurador de Israel, 1 Sam. 1: 1 a 7: 17.
A. Nacimiento y preparación inicial, 1: 1 a 2: 11
.
1. Elcana y Ana, 1: 1-8.
2. Oración de Ana, l: 9-18.
3. Nacimiento de Samuel y sus primeros años, 1: 19-23.
4. Presentación de Samuel a Dios, 1: 24-28.
5. Canto de alabanza de Ana, 2: 1-11.
B. Condiciones en el sacerdocio, 2: 12-36.
1. Ministerio de los hijos de Elí, 2: 12-17.
2. Ministerio del niño Samuel, 2: 18, 19.
3. Bendición de Dios sobre Elcana y Ana, 2: 20, 21.
4. El fracaso de Elí en la disciplina, 2: 22-36.
C. Iniciación de Samuel en el oficio profético, 3: 1 a 4: l.
1. Mensaje de Dios para Elí, 3: 1-18.
2. Samuel se desarrolla como profeta, 3: 19 a 4: 1.
D. Captura del arca y su devolución, 4: 2 a 7: 1.
1. Batalla de Israel con los filisteos, 4: 2-9.
2. Los filisteos capturan el arca; muerte de Ios hijos de Elí, 4: 10, 11.
3. Muerte de Elí, el profeta y juez, 4: 12-22.
4. El arca en Filistea, 5: 1 a 6: 1.
5. El arca vuelve a Israel, 6: 2 a 7: l.
E. Ministerio de 20 años de Samuel, 7: 2-6.
F. La sujeción de los filisteos, 7: 7-14.
G. Samuel establecido como juez, 7: 15-17.
II. La creación de una monarquía, 1 Sam. 8: 1 a 15: 35.
A. Se pide un rey, 8: 1-22.
B. Sucesos que llevan al ungimiento de Saúl, 9: 1-27.
C. Saúl llamado a ser rey, 10: 1-27.
1. El ungimiento, 10: 1.
2. Evidencias sobrenaturales del favor de Dios, 10: 2-13.
3. Silencio de Saúl al regresar a su casa, 10: 14-16.
4. Elección de Saúl por suerte, 10: 17-25.
5. El partido opositor, 10: 26, 27.
D. Sucesos que llevan a la confirmación final de Saúl como rey, 11: 1 a 12: 25.
1. Batalla con los amonitas, 11: 1-11.
2. Saúl aclamado rey, 11: 12-15.
3. Samuel traspasa el poder administrativo a Saúl, 12: 1-5.
4. El testimonio de Dios de la elección del pueblo, 12: 16-18.
5. Continuo interés v oración de Samuel, 12: 19-25. 451
E. Guerra con los filisteos, 13: 1 a 14: 46.
1. Presunción de Saúl en Gilgal, 13: 1-23.
2. Hazaña de Jonatán en Micmas, 14: 1-23.
3. La errónea decisión de Saúl, 14: 24-46.
F. Genealogía de la casa de Saúl, 14: 47-52.
G. Segunda prueba de Saúl, 15: 1-35.
1. Perdona la vida de Agag, 15: 1-9.
2. El Señor rechaza a Saúl, 15: 10-35.
III. La preparación de David para el reino, 1 Sam. 16: 1 a 31: 13.
A. El ungimiento de David, 16: 1-13.
1. Samuel vacila antes de visitar Belén, 16: 1-4.
2. Los hijos de Isaí y el ungimiento de David, 16: 5-13.
B. Enajenamiento mental de Saúl al ser rechazado, 16: 14-23.
C. La guerra con los filisteos y sus consecuencias, 17: 1 a 18: 8.
1. El desafio de Goliat, 17: 1-1 l.
2. La fortaleza y victoria de David, 17: 12-58.
3. El pacto de Jonatán, 18: 1-4.
4. Popularidad de David, 18: 5-8.
D. Celos de Saúl y sus resultados, 18: 9 a 19: 24.
1. David en peligro, 18: 9-12.
2. Duplicidad de Saúl al ofrecer a su hija, 18: 13-27.
3. Enemistad manifiesta de Saúl contra David, 18: 28 a 19: 1 l.
4. David escapa de su casa y va a Samuel, 19: 12-18.
5. Visita de Saúl a Ramá y sus resultados, 19: 19-24.
E. Pacto de Jonatán con David, 20: 1-42.
1. Acuerdo para probar las intenciones de Saúl, 20: 1-8.
2. Jonatán confirma su pacto anterior, 20: 9-23.
3. La prueba de los sentimientos de Saúl, 20: 24-34.
4. David recibe aviso de que corre peligro, 20: 35-40.
5. Jonatán se despide de David, 20: 40-42.
F. David huye de Saúl, 21: 1 a 22: 23.
1. David huye a Nob y a Ahimelec, 21: 1-9.
2. Escape a Aquis en Gat, 21: 10-15.
3. Ida a la cueva de Adulam, 22: 1, 2.
4. Huida a Moab, 22: 3, 4.
5. Regreso a Judá, 22: 5.
6. Saúl se venga de la gente de Nob, 22: 6-23.
G. David socorre a Keila; la ingratitud de sus habitantes, 23: 1-12.
H. David huye por segunda vez de Saúl, 23: 13 a 24: 22.
1. Huida al desierto de Zif, 23: 13-15.
2. Visita de Jonatán, 23: 16-18.
3. Ineficaz marcha de Saúl contra David, 23: 19-28.
4. David va a Engadi, 23: 29 a 24: 2.
5. Magnanimidad de David para con Saúl en Engadi, 24: 3-22.
I. Muerte de Samuel, 25: 1.
J. Lo que le pasó a David con Nabal y Abigail, 25: 2-44.
K. Ultimo intento de Saúl de matar a David: sus resultados, 26: 1-25.
L. Segunda huida de David a Gat, 27: 1 a 28: 2. 452
1. Su residencia en Siclag, 27: 1-12.
2. Aquis ordena a David que vaya con él a la batalla, 28: 1, 2
.
M. Saúl recurre a la necromancia, 28: 3-25.
N. Aquis despide a David, 29: 1-1 l.
0. Incursión de los amalecitas y sus resultados, 30: 1-31.
P. Muerte de Saúl, 31: 1-13.
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Bosquejo 2 Samuel
I. David reina sobre Judá, 2 Sam. l: 1 a 5: 5.
A. David después de la muerte de Saúl, l: 1-27.
1. Las noticias de la muerte de Saúl, l: 1-16.
2. Lamento de David por Saúl, l: 17-27.
B. La casa de Saúl se opone a David, 2: 1 a 3: 39.
1. David ungido rey de Judá y su gobierno en Hebrón, 2: 1-7.
2. Abner pone a Is-boset como rey de Israel, 2: 8-11.
3. Derrota de Abner y muerte de Asael, 2: 12-32.
4. Se fortalece la casa de David; el nombre de sus hijos, 3: 1-5.
5. Abner se somete a David, 3: 6-21.
6. Joab asesina a Abner, 3: 22-39.
C. David como única autoridad sobre todo Israel, 4: 1 a 5: 5.
1. Asesinato de Is-boset, 4: 1-8.
2. Castigo de Recab y Baana, 4: 9-12.
3. David ungido rey sobre todo Israel, 5: 1-5.
II. David reina sobre todo Israel, 2 Sam. 5: 6 a 24: 25.
A. Reinado inicial de David con poder y esplendor, 5: 6 a 10: 19.
1. Captura de Jerusalén, 5: 6-16.
2. Victoria sobre los filisteos, 5: 17-25.
3. Traslado del arca a Jerusalén, 6: 1-23.
4. David desea edificar un templo, 7: 1-29.
5. Victoria sobre enemigos extranjeros, 8: 1-14.
6. Organización del reino, 8: 15-18.
7. David acoge a Mefi-boset, 9: 1-13.
8. Derrota de los amonitas y sirios, 10: l- 19.
B. Pecado de David y sus dificultades, 1 l: 1 a 21: 22.
1. Adulterio de David con Betsabé y muerte de Urías, ll: 1-27.
2. Reprensión de Natán y arrepentimiento de David, 12: 1-25.
3. Captura de Rabá, 12: 26-31.
4. Dificultades familiares, 13: 1 a 14: 33.
a. Amnón y Tamar, 13: 1-21.
b. Absalón asesina a Amnón, 13: 22-33.
c. La huída de Absalón, 13: 34-39.
d. El regreso de Absalón, 14: 1-24.
e. Belleza de Absalón y su reconciliación con David, 14: 25-33.
5. Absalón se subleva, 15: 1 a 19: 43.
a. Absalón gana la voluntad de la gente, 15: 1-6.
b. La conspiración, 15: 7-12.
c. La huida de David, 15: 13-37. 453
d. David se encuentra con Siba, 16: 1-4.
e. Simei ultraja a David, 16: 5-14.
f. El consejo de Ahitofel y Husai, 16: 15 1 : 23.
(1) Husai enviado a Absalón, 16: 15-19.
(2) Consejo de Ahitofel, 16: 20-23.
(3) El consejo de Ahitofel superado por el de Husai, 17: 1-23.
g. David en Mahanaim, 17: 24-29.
h. La rebelión dominada, y muerte de Absalón, 18: 1-33.
i. David llora por Absalón, 19: 1-8.
j. David vuelve a Jerusalén, 19: 9-43.
6. La rebelión de Seba, 20: 1-22.
7. Diccionarios de David, 20: 23-26.
8. Tres años de hambre y el ahorcamiento de los hijos de Saúl, 21:1-14.
9. Guerra contra los filisteos, 21: 15-22.
C. Apéndice, 22: 1 a 24: 25.
1. Salmo de alabanza de David, 22: 1-51.
2. Ultimas palabras de instrucción de David, 23: 1-7.
3. Los valientes de David y sus hazañas, 23: 8-39.
4. Pecado de David por censar al pueblo y la plaga resultante, 24: 1-25.
a. David censa al pueblo, 24: 1-10.
b. Peste enviada por el Señor, 24: 11-15.
c. Cesa la peste, 24: 16, 17.
d. Compra de la era de Arauna, 24: 18-25.
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