Biblia Adventista - Biblia de Estudio
  V3
 
Seminario Biblico Adventista
"Vientos de Doctrina"
blackmanteacherreadinghac61.gif predicador1 image by bibliadeestudioadventista
Autores:
Dr. Colin Standish y Dr. Russell Standish

 

Capítulo 3: Haciendo Con Que el Espíritu de Profecía Sea de Ningún Efecto

 “El último engaño de Satanás será el de dejar sin ningún efecto el testimonio del Espíritu de Dios”. 1 MS:48; 2 MS:78.

 Satanás ha alcanzado este objetivo con muchos en la Iglesia Adventista del Séptimo Día de tres maneras diferentes. Primero, en aquellos creyentes liberales que abiertamente niegan la importancia de los Testimonios para nuestros días. De esa manera ellos lo recha-zan en una forma desvergonzada. Segundo, la mayor parte de los Adventistas del Séptimo Día Laodiceanos le dan poco crédito a la validez y a la inspiración de los Testimonios, pero casi nunca lo leen, y así ignoran sus mensajes en el curso de sus vidas diarias.
 Más preocupantes que estos dos grupos, es el tercer grupo el cual sistemáticamente destruye la efectividad de los escritos del Espíritu de Profecía. Este grupo dice estar formado por dedicados Adventistas del Séptimo Día que creen en los escritos del Espíritu de Profecía y que lo practican y lo defienden. Estos individuos, sin embargo, están dejando sin ningún efecto el testimonio del Espíritu de Dios, al decir que los últimos escritos de la hermana White fueron tan mutilados por sus asistentes y otros obreros denominacionales, que están completamente infiltrados con errores. Algunos han declarado que los escritos de la hermana White, después de 1884, no tienen las credenciales divinas, debido a este hecho. 
 
Así, los libros El Deseado de Todas las Gentes, Camino a Cristo, El Discurso Maestro de Jesucristo, Ministerio de Curación, La Educación, Palabras de Vida del Gran Maestro, la edición de 1911 de la Gran Controversia, Profetas y reyes y los Testimonios para la Iglesia, volúmenes 5-9 han sido denigrados a escritos corrompidos. Los artículos de la hermana White en la Review and Herald están contenidos en seis grandes volúmenes, pero en 1884 sus artículos no habían aun llenado el primer volumen. Esto significa, que más de las cin-co/sextas partes de los artículos de la hermana White en la Review and Herald fueron escritos después de 1884.
 
La hermana White vivió 31 años después de 1884. Aceptar el concepto que sus escritos durante sus últimos 31 años de su vida, los cuales son sus años más prolíficos, están corrompidos, nos llevarían a tener que aceptar una o varias presuposiciones increíbles. Cuatro de estas suposiciones serán suficientes para aclarar esta materia.

Cuatro Falsas Suposiciones.-

• La hermana White nunca se molestó en usar sus libros publicados y sus artículos, igno-rando algún libro o algún artículo, después de haber terminado su manuscrito. Esto prueba que ella no sabía nada de las “alteraciones”.

• La hermana White examinó sus libros y sus artículos publicados, pero nunca se preocupó de que sus materiales hubiesen sido alterados sin su consentimiento, y continuó siendo una prolífica escritora, sin preocuparse con el hecho de que sus mensajes fuesen distorsionados por individuos no autorizados.

• Dios falló al no advertir a la hermana White durante un periodo de 31 años, diciéndole que sus palabras inspiradas estaban siendo corrompidas.

• La hermana White era parte de un engaño deliberado de Dios para con Su pueblo, sa-biendo perfectamente que estas publicaciones estaban siendo escritas por otras personas, mientras que ella decía que eran suyas.

Bien, uno puede aceptar una o todas estas increíbles posibilidades, pero muchas personas no creen que estas posibilidades sean reales.

 En 1906, 22 años después de 1884, la hermana White declaró inequívocamente:

 “Mientras vivió mi esposo, actuó como ayudante y consejero en el envío de los men-sajes que me eran dados. Viajábamos mucho. A veces se me daba luz durante la noche, a veces durante el día delante de grandes congregaciones. La instrucción que recibía en visión era fielmente redactada por mí cuando tenía tiempo y vigor para esa obra. Después examinábamos juntos el asunto. Mi esposo corregía los errores gramaticales y eliminaba repeticiones inútiles. Eso era cuidadosamente copiado para las personas a quienes iba dirigido, o para el impresor.

A medida que creció la obra, otros me ayudaron en la preparación del material para su publicación. Después de la muerte de mi esposo, se me unieron fieles ayudantes, los que trabajaron infatigablemente en la obra de copiar los testimonios y preparar artículos para su publicación.

Pero no son verdaderos los informes que han circulado, que se permitía a cualquiera de mis ayudantes añadir material o cambiar el sentido de los mensajes que escribo.

Mientras estuvimos en Australia, el Señor me instruyó que W. C. White debía ser aliviado de las muchas responsabilidades que los hermanos ponían sobre él para que pudiera ayudar más libremente en la obra que el Señor me había confiado. La promesa había sido dada: "Pondré mi Espíritu sobre él y le daré sabiduría".
Desde que volví a Norteamérica, he recibido varias veces la instrucción de que el Señor me ha dado a W. C. White como mi ayudante y que en esa obra el Señor le dará de su Espíritu”. 1MS:57.

 El único recurso para aquellos que desean continuar destruyendo los testimonios del Espíritu de Dios en la manera en que ha sido descrita anteriormente, es afirmar que este pasaje del primer volumen de Mensajes Selectos, página 57, aun es “otro” ejemplo de gente despreciable que altera los mensajes de la hermana White. Ellos se ven forzados a insistir que el Señor permitió esta situación de dejar sin una advertencia tanto a la hermana White como a Su pueblo.

 Los propios escritos son su propio testimonio. Desde nuestro punto de vista, El Deseado de Todas las Gentes es el mayor libro escrito en los últimos mil novecientos años.

 Cuando nosotros éramos muchachos en el Colegio de Avondale, éramos grandemente bendecidos de tiempos en tiempos, al escuchar las inspiradas presentaciones del Pr. A. H. Piper, entonces un ministro retirado de vasta experiencia. El Pastor Piper, cuando era estudiante en el Colegio de Avondale, durante los últimos años del siglo diecinueve, vivió durante 18 meses con la hermana White en su último hogar, “Sunnyside” (lugar o lado soleado). A él le gustaba contar sus experiencias con la hermana White a los estudiantes mayores en nuestros días. Una vez él recibió el comentario de que ella no habría escrito muchas de sus obras. Él rechazó este comentario, de que ella necesitaba que eruditos le escribiesen sus libros, con el siguiente comentario: “Cualquiera que la hubiese escuchado ciertamente sabía que ella tenía la maestría necesaria como para escribir sus obras inspiradas”.
 
Aun existen muchos que declaran que la única edición válida de la Gran Controversia es la edición de 1884, también conocida como Espíritu de Profecía, volumen 4. Una posición tal no solamente desafía el sentido común, sino que aun más importante, las claras palabras del propio Espíritu de Profecía. Este uno de los métodos de Satanás para conseguir cumplir sus deseos de que el Espíritu de Profecía quede sin ningún efecto en estos últimos días. No son pocos los sinceros de nuestro pueblo que han sido persuadidos con estos argumentos sutiles, de que después de 1884 los escritos de la hermana White fueron falsificados, sin su consentimiento o conocimiento.

 En 1890 la hermana White escribió una carta (conocida como la Carta 1, 1890) la cual está insertada en 3 Mensajes Selectos:413-414. Esta carta la reproducimos tal como apare-ce en aquel volumen; los paréntesis son los mismos que aparecen en el artículo. En ella la hermana White está describiendo la validez de la edición de 1888 de la Gran Controversia. El título del cuarto párrafo, “Los Eventos Venideros Mostrados a Ellen White”, no aparecen en la carta original, sino que fueron añadidos por los editores de 3 Mensajes Selectos. Podrán notar que las alteraciones que fueron hechas a la edición de 1888, fueron hechas de tal manera que la edición de 1884, la cual fue especialmente diseñada para miembros de iglesia, pudiese ser compartida con el mundo. Note las palabras, “el libro ha sido adap-tado para que pueda también ser distribuido en el mundo” en el último párrafo (énfasis adicionado).
 “Fui movida por el Espíritu del Señor a escribir ese libro, y mientras trabajaba en él, sentía una gran carga sobre mi alma. Sabía que el tiempo era breve, que las escenas que pronto han de agolparse sobre nosotros, al final vendrían en forma muy rápida y repentina, como se las presenta en las palabras de la 128 Escritura: "Porque vosotros sabéis perfectamente que el  día del Señor vendrá así como ladrón en la noche" (1 Tes. 5: 2).

El Señor ha presentado delante de mí asuntos que son  de urgente importancia para el tiempo presente, y que alcanzan al futuro. Como un mandato me han sido repetidas las palabras: "Escribe en un libro las cosas que has  visto y has oído, y permite que éste vaya a toda la gente; porque el tiempo está cercano cuando la historia pasada se repetirá". He sido despertada a la una, a las dos o a las tres de la mañana, con algún punto fuertemente impreso en mi mente, como si hubiera sido hablado por la voz de Dios. Se me mostró que muchos de nuestros propios hermanos dormían en sus pecados, y aun cuando decían ser cristianos, perecerían a menos que fueran convertidos.

He tratado de traer ante los demás las solemnes impresiones hechas en mi mente mientras la verdad era presentada ante mí en forma clara, para que cada uno sintiera la necesidad de tener una experiencia religiosa por sí mismo, de tener un conocimiento del Salvador por sí mismo, de buscar arrepentimiento, fe, amor, esperanza y santidad por sí mismo.

Se me aseguró que no había tiempo que perder. Los llamados y las amonestaciones deben ser dados; nuestras iglesias deben ser despertadas, deben ser instruidas, para que puedan dar la amonestación a todos los que puedan alcanzarse, para declarar que la es-pada del Señor, que la ira del Señor sobre el mundo libertino no se demorará más. Se me mostró que muchos prestarían oídos a las amonestaciones. Sus mentes serían preparadas para discernir precisamente las cosas que esa amonestación les señalaba.
Se me mostró que gran parte de mi tiempo ha estado ocupado en hablar al pueblo, y que en cambio era más esencial que me dedicara a escribir los importantes asuntos para el to-mo IV, que la advertencia debe ir a donde no puede llegar el mensajero vivo, y que debe llamar la atención de muchos a los importantes acontecimientos que han de ocurrir en las escenas finales de la historia de este mundo.

 A medida que se abría delante de mí la condición de la iglesia y del mundo, y a medida que observaba las terribles escenas que se desarrollaban delante de nosotros, me sentí alarmada por las perspectivas. Y noche tras noche, mientras toda la casa dormía, yo redactaba las cosas que me fueron dadas por Dios. Se me mostraron las herejías que se le-vantarán, los engaños que prevalecerán, el poder milagroso de Satanás ­ los falsos Cristos que aparecerán ­ que engañarán a la mayor parte, aun del mundo religioso, inclusive, y que arrastrarán, si es posible, aun a los elegidos. 

¿Es esta obra la obra del Señor? Yo sé que lo es, y nuestro pueblo también profesa creerlo. La amonestación y la instrucción de este libro son necesarias para todos los que profesan creer la verdad presente (Carta 1, 1890).  3MS:127-129.

 En el libro “Vientos de Doctrina” aparece aun el siguiente trecho como haciendo parte de la carta: “La advertencia y la instrucción de este libro son necesarias para todos los que profesan creer en la verdad presente, y el libro está adaptado para ir también al mundo, llamando su atención a las solemnes escenas que están justamente delante de mí”.

 De esta manera la edición de 1888 “tiene que ir donde el mensajero viviente no pue-de ir”. “Llamará la atención de muchos a los eventos importantes que ocurrirán en las es-cenas finales de la historia del mundo”. “La advertencia y la instrucción de este libro son necesarias para todos los que profesan creer en la verdad presente”. No nos dejemos engañar por aquellos que en nuestro medio quieren eliminar esta advertencia. Tanto la edi-ción de 1884 como la de 1888 de la Gran Controversia fueron inspirados por Dios. ¿Quién se atrevería a decir que las profecías de estos libros no se están cumpliendo delante de nuestros propios ojos hoy día?
 
Muchos, atrapados por la teoría de que los libros escritos después de la mitad de 1880 están falsificados, no han leído el testimonio anterior ni tampoco el material citado en el Remnant Herald (Noviembre de 1996).

 Es una lástima que 3 Mensajes Selectos:127-129 omita el primer párrafo de la carta ori-ginal, el cual confirma más allá de cualquier disputa que la hermana White se estaba refi-riendo a la edición de 1888 y no a la edición de 1884. Note las palabras, “Son ya casi dos años desde que la nueva edición fue completada (énfasis adicionada). La edición de 1884 había sido completada seis años antes. Esta declaración especifica claramente como “nueva” la edición de 1888. Así esta carta confirma la inspiración de la edición de 1888.

 Además, en esta carta la hermana White pregunta y responde una pregunta frecuentemente hecha hoy día:
 “¿Es esta obra la obra del Señor? Yo sé que lo es, y nuestro pueblo también profesa creerlo. La amonestación y la instrucción de este libro son necesarias para todos los que profesan creer la verdad presente. La advertencia y la instrucción de este libro son necesarias para todos los que profesan creer en la verdad presente, y el libro está adaptado para ir también al mundo”.
 
En la página 3 de la Carta 1, 1890, la hermana White una vez más se refiere a la “nue-va edición del volumen IV”. En la página 4 de la carta, la sierva del Señor reitera que:

 “Cerca de dos años el libro conteniendo advertencias e instrucciones del Señor, dadas especialmente para este tiempo, ha permanecido en nuestras casas publicadoras”. (énfasis añadida). Esto solamente se puede referir a la edición de 1888.
 No podemos por lo tanto aceptar el punto de vista que hoy es diseminado amplia-mente, que virtualmente todos los escritos de la hermana White están contaminados por otras personas después de 1884.

 El punto de vista que los libros y otros manuscritos de la hermana White estaban falsificados después de 1884 le era bien conocido a ella y esta es la razón por la cual ella hace la siguiente declaración en la Carta 229, escrita en 1903 y publicada en el libro Evangelis-mo, en la página 366. La hermana White habló de los libros Patriarcas y Profetas, La Gran Controversia, y el Deseado de Todas las Gentes. Estos nombres no fueron aplicados al Espíritu de Profecía (cuatro volúmenes), excepto que toda la serie fue llamada “La Gran Controversia”. Así, cuando la hermana White dice, “Patriarcas y Profetas y La Gran Controversia son libros que están especialmente adaptados para aquellos que han llegado recientemente a la fe, de manera que puedan ser establecidos en la verdad”, ella podría estar refiriéndose solamente al volumen de 1888 de La Gran Controversia, y no al volumen 4 de la serie del Espíritu de Profecía. De esta manera ella apoyó firmemente ese libro, como siendo uno que debería ser usado por el pueblo de Dios.
 
En el libro Testimonios, volumen 5, pág. 625, la hermana White, escribiendo una carta fechada el 20 de Abril de 1888 (ver el final de la página 628 para confirmar esta fecha), declara:
 “Estoy escribiendo más completamente el volumen La Gran Controversia, el cual contiene la historia de la caída de Satanás y la introducción del pecado en nuestro mundo; y puedo tener un sentido más vívido de esta gran controversia entre Cristo, el Príncipe de la luz y Satanás, el príncipe de las tinieblas, como nunca lo tuve antes”. 5T:625.

 Ciertamente esto no se está refiriendo a la edición de 1884, sino que a la de 1888 de La Gran Controversia, y la hermana White aquí revela que ella estaba presentando un mensaje más poderoso que el que ella había presentado anteriormente, el cual, desde luego, incluye el volumen de 1884 de La Gran Controversia.
 En la introducción de la edición de 1911 la hermana White declara:
 “Mediante la iluminación del Espíritu Santo, las escenas de la lucha secular entre el bien y el mal fueron reveladas a quien escribe estas páginas. En una y otra ocasión se me permitió contemplar las peripecias de la gran lucha secular entre Cristo, Príncipe de la vida, Autor de nuestra salvación, y Satanás, príncipe del mal, autor del pecado y primer transgresor de la santa ley de Dios”. El Conflicto de los Siglos:13, Introducción.

 Aquí ella dice haber sido inspirada para escribir la edición de 1911 de La Gran Controversia.

 La afirmación escrita por la hermana White de la edición de 1911 de La Gran Contro-versia revela: (1) ella estaba complacida con ese libro; (2) los ángeles de Dios estaban con ella a medida que ella lo iba escribiendo; (3) ella había visto muchas de las escenas de las cuales había escrito; (4) fue especialmente escrito para aquellos que no pertenecen a nuestra fe; (5) ella aprobó cada cambio efectuado; (6) ella aun tiene la suficiente claridad mental como para continuar en esta obra o en cualquier otra. He aquí sus palabras escritas:
 “Hace pocos días recibí un ejemplar de la nueva edición del libro El conflicto de los siglos, recientemente impreso en Mountain View, y también un ejemplar similar impreso en Washington. El libro me agrada. He pasado muchas horas revisando sus páginas, y veo que las casas editoras han hecho un buen trabajo.
Aprecio el libro El conflicto de los siglos más que la plata y el oro, y deseo grandemente que llegue a poder del pueblo. Mientras escribía el manuscrito de El conflicto de los siglos, a menudo era consciente de la presencia de ángeles de Dios. Y muchas veces las escenas acerca de las cuales estaba escribiendo me eran presentadas de nuevo en visiones nocturnas, de manera que resultaban frescas y vívidas en mi mente. 

Recientemente fue necesario que este libro fuera recompuesto, porque las planchas de electrotipo estaban muy gastadas. Me ha costado mucho que esto se hiciera, pero no me quejo, porque cualquiera sea el costo, aprecio esta nueva edición con gran satisfacción. 

Ayer leí lo que W. C. White escribió recientemente a los agentes de colportaje y a los hombres responsables de nuestras casas editoras con respecto a esta última edición de El conflicto, y creo que él ha presentado el asunto en forma correcta y bien. 
Cuando supe que El conflicto de los siglos debía ser recompuesto, determiné que examinaríamos muy detenidamente todas las cosas, para ver si las verdades contenidas estaban presentadas de la mejor manera, para convencer a aquellos que no son de nuestra fe acerca de que el Señor me ha guiado y sostenido en la tarea de escribir sus páginas.

Como resultado del examen que hicieron de él nuestros ayudantes más experimentados, se han propuesto algunos cambios de palabras. He examinado cuidadosamente estos cambios, y los he aprobado. Estoy agradecida de que todavía vivo y tengo la fuerza y la claridad mental para ésta y para otras obras de carácter literario”. 3MS:139-140.

 Nosotros creemos que no puede haber ninguna duda de que las tres ediciones de La Gran Controversia son inspiradas, porque tenemos el propio testimonio de la sierva del Señor en relación a este hecho. Sería inconcebible que Dios hubiese permitido que la hermana White produjese una gran cantidad de escritos en diversos volúmenes y que no la haya informado de que estaban siendo falsificados.

 Claro que hubieron alteraciones y cambios en la reimpresión de los libros más antiguos, pero el propósito de estos cambios fueron o para mejorar la claridad de los mensajes o para hacer con que los mensajes sean más efectivos en testimoniar a aquellos que no son de nuestra fe.

 Los detractores de la reputación de Ellen White han insinuado largamente que su mente no estaba suficientemente aguda en sus últimos años, de tal manera que ella le entregó esta tarea a sus ayudantes, y de que ella fue dirigida en lo que debía decir, por su hijo W. C. White y otros más.

 “¿Qué tipo de movimiento es ese que tú (Edson White) hiciste tan rápidamente hacia Battle Creek diciéndole a ellos que W. C. White, tu propio hermano, del cual tú debieras te-ner respeto, había manipulado mis escritos?...

 Tendré que hablar. No puedo y no sufriré alguna reprobación por hacer la causa de Dios y por hacer la obra que Dios me ha dado para hacer, al decir tú que él ha manipulado mis escritos. ¡Es una falsedad, qué tremenda acusación es esta! Ningún ser humano ha manipulado mis escritos...

 Él, W. C. White, ha querido que yo cambie una palabra que expresa la acción de mi-nistros, para que no suene tan fuerte, de tal manera que aquellos que tienen que ejercer el juicio no traten a esos hombres en forma muy severa, y vengan a herirlos, ya que eso es tan fácil de llevarlo a cabo – el no ejercer misericordia sino que el ser severo y despótico – si es que tienen una oportunidad de poder mostrar su autoridad. Él me ha preservado de escribirte a ti (Edson) las cargas de mi alma, no sea que alguien venga a escuchar eso y lo tome como una excusa para herirte. (Carta escrita por Ellen White al término de 1905, a su hijo Edson, citada por Arthur White, en Los Últimos Años en Elmshaven:100-101).

 El siguiente material es una reimpresión de Jerry Allen Moon, “W. C. White y Ellen G. White” en Atlantic Union Press, 1993:
 “Otro aspecto de la obra de W. C. White como consejero que ocasionalmente dio lu-gar a sospechas de “manipulación”, fue el hecho de que a medida que Ellen White crecía, ella a veces necesitaba que él le refrescara la memoria en relación a materias que ella le había mencionado anteriormente.
 La ilustración más notable de estos “recuerdos” fue la entrevista matinal en la reunión de Indianapolis en 1901... Ya sea porque los casos de tales acontecimientos se estaban haciendo más frecuentes y obvios a medida que ella iba alcanzando sus 78 años, o tal vez, porque los cargos de manipulación se estaban diseminando en una forma muy alarmante, W. C. White sintió la necesidad, en los dos últimos meses de 1905, de ofrecer explicaciones públicas al respecto.

 Algunos se han sorprendido de que, explicó Willie, algunas veces cuando la hermana White está hablando, casi al terminar sus comentarios, ella se da vuelta hacia mi y me dice: “¿He cubierto todos los asuntos, Willie? Y de esto ellos han sacado la conclusión de que yo he estado diciéndole a mi madre lo que ella tiene que decir en las reuniones.

 A menudo ha sucedido que mi madre nos cuenta algunos días antes, o algunas horas antes de la reunión, la línea de pensamientos que a ella le gustaría presentar, y ella a veces me pide que le haga recordar si algún punto esencial está siendo olvidado. Entonces, al concluir sus comentarios, ella se siente ansiosa en saber si alguna cosa esencial de lo que ella pretendía presentar, se le ha quedado olvidada”. W. C. White, “La Integridad de los Testimonios para la Iglesia”, 25 de Noviembre de 1905:8-9.

 “Estos casos pudieran ser interpretados como si W. C. White estuviese dictándole o planificando lo que Ellen White tenía que decir. Pero no ha sido así, ya que ambos dicen que él estaba solamente recordándole a ella sus propios puntos de vista, de los cuales ella ya le había informado anteriormente a él”. 



 
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