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Respeto a las autoridades.
V1
Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén prontos para toda buena obra;
V2
que no hablen mal de nadie, que no sean pendencieros; sino amables, mostrando humildad con todos los hombres.
El cristiano convertido.
V3
Porque en otro tiempo, nosotros también éramos insensatos, desobedientes, extraviados, esclavos de diversas pasiones y placeres. Vivíamos en malicia y envidia. Éramos aborrecibles, aborreciéndonos unos a otros.*
V4
Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor hacia los hombres,
V5
nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavado regenerador y renovador del Espíritu Santo,
V6
que derramó en nosotros en abundancia, por Jesucristo nuestro Salvador,*
V7
para que, justificados por su gracia, seamos herederos según la esperanza de la vida eterna.*
Consejos personales para Tito.
V8
Palabra fiel es ésta. En estas cosas insiste con firmeza, para que los que creen en Dios, procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.
V9
Pero evita las cuestiones necias, las genealogías, las contenciones y los debates acerca de la Ley, porque son vanos y sin provecho.
V10
Al que causa divisiones, amonéstalo por primera y segunda vez. Después rehúyelo,
V11
sabiendo que el tal está trastornado, peca, y está condenado por su propio juicio.
V12
Cuando te envíe a Artemas o a Tíquico, procura venir a mí, a Nicópolis, porque decidí invernar allí.
V13
Encamina a Zenas, el maestro de la Ley, y a Apolo, procurando que nada les falte.
V14
Y aprendan los maestros a sobresalir en buenas obras para los casos de necesidad, para que no queden sin fruto.*
V15
Todos los que están conmigo te saludan. Saluda a los que nos aman en la fe. La gracia sea con todos vosotros.
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