Gén 8:1 Dios se acordó entonces de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en el arca. Hizo que soplara un fuerte viento sobre la tierra, y las aguas comenzaron a bajar.
Gén 8:2 Se cerraron las fuentes del mar profundo y las compuertas del cielo, y dejó de llover.
Gén 8:3 Poco a poco las aguas se fueron retirando de la tierra. Al cabo de ciento cincuenta días las aguas habían disminuido.
Gén 8:4 El día diecisiete del mes séptimo el arca se detuvo sobre las montañas de Ararat,
Gén 8:5 y las aguas siguieron bajando hasta que el primer día del mes décimo pudieron verse las cimas de las montañas.
Gén 8:6 Después de cuarenta días, Noé abrió la ventana del arca que había hecho
Gén 8:7 y soltó un cuervo, el cual estuvo volando de un lado a otro, esperando a que se secara la tierra.
Gén 8:8 Luego soltó una paloma, para ver si las aguas que cubrían la tierra ya se habían retirado.
Gén 8:9 Pero la paloma no encontró un lugar donde posarse, y volvió al arca porque las aguas aún cubrían la tierra. Noé extendió la mano, tomó la paloma y la metió consigo en el arca.
Gén 8:10 Esperó siete días más y volvió a soltar la paloma fuera del arca.
Gén 8:11 Caía la noche cuando la paloma regresó, trayendo en su pico una ramita de olivo recién cortada. Así Noé se dio cuenta de que las aguas habían bajado hasta dejar la tierra al descubierto.
Gén 8:12 Esperó siete días más y volvió a soltar la paloma, pero esta vez la paloma ya no regresó.
Gén 8:13 Noé tenía seiscientos un años cuando las aguas se secaron. El primer día del primer mes de ese año, Noé quitó la cubierta del arca y vio que la tierra estaba seca.
Gén 8:14 Para el día veintisiete del segundo mes, la tierra estaba ya completamente seca.
Gén 8:15 Entonces Dios le dijo a Noé:
Gén 8:16 «Sal del arca junto con tus hijos, tu esposa y tus nueras.
Gén 8:17 Saca también todos los seres vivientes que están contigo: las aves, el ganado y todos los animales que se arrastran por el suelo. ¡Que sean fecundos! ¡Que se multipliquen y llenen la tierra!»
Gén 8:18 Salieron, pues, del arca Noé y sus hijos, su esposa y sus nueras.
Gén 8:19 Salieron también todos los animales: el ganado, las aves, y todos los reptiles que se mueven sobre la tierra, cada uno según su especie.
Gén 8:20 Luego Noé construyó un altar al Señor, y sobre ese altar ofreció como holocausto animales puros y aves puras.
Gén 8:21 Cuando el Señor percibió el grato aroma, se dijo a sí mismo: «Aunque las intenciones del ser humano son perversas desde su juventud, nunca más volveré a maldecir la tierra por culpa suya. Tampoco volveré a destruir a todos los seres vivientes, c
Gén 8:22 »Mientras la tierra exista,habrá siembra y cosecha,frío y calor,verano e invierno,y días y noches.»
Gén 8:1 Y acordóse Dios de Noé, y de todas las fieras y de todo el ganado que estaban, con él en el arca, y trajo viento sobre la tierra, y cesaron las aguas.
Gén 8:2 Y cerráronse las fuentes del abismo y las cataratas del cielo; y detenida fue la lluvia del cielo;
Gén 8:3 y retirábanse las aguas yéndose de la tierra, y disminuyeron después de ciento cincuenta días.(a)
Gén 8:4 Y asentóse el arca en el mes séptimo, el día vigésimo séptimo del mes, sobre los montes de Ararat.
Gén 8:5 Y las aguas, yéndose, disminuyeron hasta el décimo mes, y en el décimo(b) mes, el primero del mes, aparecieron las cimas de los montes.
Gén 8:6 Y aconteció después de cuarenta días abrir Noé la ventana del arca que había hecho;
Gén 8:7 y envió el cuervo;(c) que saliendo no volvió(d) hasta que se secaron las aguas sobre la tierra.
Gén 8:8 Y envió la paloma de sí, para ver si habían cesado las aguas sobre la faz de la tierra.
Gén 8:9 Y no hallando la paloma reposo para sus pies,(e) volvió a él al arca, porque agua había sobre la faz de toda la tierra; y, extendiendo su mano, cogióla y entróla en el arca.
Gén 8:10 Y aguardando todavía siete días más, de nuevo envió la paloma.
Gén 8:11 Y volvió a él la paloma hacia la tarde y tenía una hoja de olivo cogida en su boca. Y conoció Noé que habían cesado las aguas sobre la tierra.
Gén 8:12 Y, aguardando todavía siete días más, de nuevo envió la paloma; y no hubo de volver a él ya.
Gén 8:13 Y aconteció en el sexcentésimo primer año(f) , el primer mes, el primer día del mes, haberse secado las aguas sobre la tierra; y, abrió Noé el techo del arca, y vio que se habían secado las aguas de la faz de la tierra.
Gén 8:14 Y en el mes segundo, el séptimo y vigésimo día del mes del todo seca estaba la tierra.
Gén 8:15 Y habló Dios a Noé, diciendo:
Gén 8:16 «Sal del arca tú y tu mujer, y tus hijos y las mujeres de tus hijos, contigo.
Gén 8:17 Y todos los animales que están contigo, de toda carne, de volátiles a ganado y todos los reptiles que se mueven sobre la tierra, saca contigo y esparcíos sobre la tierra; creced y multiplicaos sobre la tierra».
Gén 8:18 Y salió Noé y su mujer, y sus hijos y las mujeres de sus hijos con él;
Gén 8:19 y todas las fieras, ganado y reptiles que se mueven sobre la tierra, según su género, salieron del arca.
Gén 8:20 Y edificó Noé altar al Señor, y tomó de todo ganado y volátiles puros, y ofreció holocaustos sobre el altar.
Gén 8:21 Y olió Dios olor de suavidad y dijo Dios pensando:(g) «No volveré ya a maldecir la tierra por los hombres; que yace el pensamiento solícitamente sobre lo malo desde su adolescencia. No volveré, pues, a percutir a toda carne viviente, tal como lo hice.
Gén 8:22 Todos los días de la tierra, simiente y mies, frío y calor, noche y día no reposarán».
Gén 8:1 Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas.
Gén 8:2 Y se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida.
Gén 8:3 Y las aguas decrecían gradualmente de sobre la tierra; y se retiraron las aguas al cabo de ciento cincuenta días.
Gén 8:4 Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat.
Gén 8:5 Y las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo; en el décimo, al primero del mes, se descubrieron las cimas de los montes.
Gén 8:6 Sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca que había hecho,
Gén 8:7 y envió un cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra.
Gén 8:8 Envió también de sí una paloma, para ver si las aguas se habían retirado de sobre la faz de la tierra.
Gén 8:9 Y no halló la paloma donde sentar la planta de su pie, y volvió a él al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra. Entonces él extendió su mano, y tomándola, la hizo entrar consigo en el arca.
Gén 8:10 Esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca.
Gén 8:11 Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de olivo en el pico; y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra.
Gén 8:12 Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no volvió ya más a él.
Gén 8:13 Y sucedió que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, el día primero del mes, las aguas se secaron sobre la tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba seca.
Gén 8:14 Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra.
Gén 8:15 Entonces habló Dios a Noé, diciendo:
Gén 8:16 Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo.
Gén 8:17 Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra.
Gén 8:18 Entonces salió Noé, y sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos con él.
Gén 8:19 Todos los animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca.
Gén 8:20 Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar.
Gén 8:21 Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho.
Gén 8:22 Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.
Gén 8:1
Fin del diluvio
Entonces Dios se acordó[a] de Noé y de todos los animales que estaban con él en el arca. Hizo que el viento soplara sobre la tierra, y el agua comenzó a bajar;
Gén 8:2 se cerraron las fuentes del mar profundo y las compuertas del cielo.[b] Dejó de llover,
Gén 8:3 y el agua comenzó a bajar poco a poco. Al cabo de ciento cincuenta días, el agua ya iba baja;
Gén 8:4 y el día diecisiete del mes séptimo, la barca se detuvo sobre las montañas de Ararat.[c]
Gén 8:5 El agua siguió bajando, y el primer día del mes décimo ya se podían ver las partes más altas de los montes.
Gén 8:6 Después de cuarenta días[d] abrió Noé la ventana[e] del arca que había construido,
Gén 8:7 y soltó un cuervo; pero el cuervo volaba de un lado a otro, esperando que la tierra se secara.
Gén 8:8 Después del cuervo, Noé soltó una paloma, para ver si la tierra ya estaba seca;
Gén 8:9 pero la paloma regresó al arca porque no encontró lugar alguno donde descansar, pues la tierra todavía estaba cubierta de agua. Así que Noé sacó la mano, tomó la paloma y la hizo entrar en el arca.
Gén 8:10 Noé esperó otros siete días,[f] y volvió a soltar la paloma.
Gén 8:11 Y ya empezaba a anochecer, cuando la paloma regresó. Traía una ramita de olivo en el pico, y así Noé comprendió que la tierra se iba secando.
Gén 8:12 Esperó siete días más, y volvió a enviar la paloma; pero la paloma ya no regresó.[g]
Gén 8:13 Cuando Noé tenía seiscientos un años, la tierra quedó seca. El primer día del mes primero, Noé quitó el techo del arca y vio que la tierra estaba seca.
Gén 8:14 Para el día veintisiete del mes segundo, la tierra estaba ya bien seca.
Gén 8:15 Entonces Dios dijo a Noé:
Gén 8:16 “Sal del arca, junto con tu esposa, tus hijos y tus nueras.
Gén 8:17 Saca también a todos los animales que están contigo: las aves, los animales domésticos y los que se arrastran por el suelo, para que vayan por toda la tierra y tengan muchas crías y llenen el mundo.”
Gén 8:18 Entonces Noé y su esposa, y sus hijos y nueras, salieron del arca.
Gén 8:19 También salieron todos los animales domésticos y salvajes, los que se arrastran y los que vuelan.
Gén 8:20 Luego Noé construyó un altar en honor del Señor, tomó aves y animales puros,[h] de cada clase, y los ofreció en holocausto[i] al Señor.
Gén 8:21 Cuando al Señor le llegó aquel olor tan agradable,[j] dijo: “Nunca más volveré a maldecir la tierra por culpa del hombre,[k] porque el hombre, desde joven, solo piensa en hacer lo malo.[l] Tampoco volveré a destruir a todos los animales, como hice esta vez.[m]
Gén 8:22 “Mientras el mundo exista
habrá siembra y cosecha;
hará calor y frío,
habrá invierno y verano,
y días con sus noches.”[n]
Gén 8:1 Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y cesaron las aguas.
Gén 8:2 Y se cerraron las fuentes del abismo, y las ventanas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida.
Gén 8:3 Y se tornaron las aguas de sobre la tierra, yendo y volviendo; y decrecieron las aguas al cabo de ciento cincuenta días.
Gén 8:4 Y reposó el arca en el mes séptimo, a diecisiete días del mes, sobre los montes de Armenia.
Gén 8:5 Y las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo; en el décimo, al primero del mes, se descubrieron las cabezas de los montes.
Gén 8:6 Y fue, que al cabo de cuarenta días, Noé abrió la ventana del arca que había hecho,
Gén 8:7 y envió al cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y tornando hasta que las aguas se secaron de sobre la tierra.
Gén 8:8 Envió también de sí a la paloma, para ver si las aguas se habían aliviado de sobre la faz de la tierra;
Gén 8:9 y no halló la paloma donde reposar la planta de su pie, y se volvió a él al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra. Y él extendió su mano y la tomó, la metió consigo en el arca.
Gén 8:10 Y esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma del arca.
Gén 8:11 Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de oliva tomada en su boca; y entendió Noé que las aguas se habían aliviado de sobre la tierra.
Gén 8:12 Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no tornó a volver a él más.
Gén 8:13 Y fue, que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, al primero del mes, las aguas se enjugaron de sobre la tierra y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba enjuta.
Gén 8:14 Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra.
Gén 8:15 Y habló Dios a Noé diciendo:
Gén 8:16 Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo.
Gén 8:17 Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de toda criatura que anda arrastrándose sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen, y multiplíquense sobre la tierra.
Gén 8:18 Entonces salió Noé, y sus hijos, y su mujer, y las mujeres de sus hijos con él.
Gén 8:19 Todos los animales, y toda criatura, y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca.
Gén 8:20 Y edificó Noé un altar al SEÑOR y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar.
Gén 8:21 Y olió el SEÑOR olor de reposo; y dijo el SEÑOR en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su niñez; ni volveré más a herir toda cosa viva, como he hecho.
Gén 8:22 Todavía serán todos los tiempos de la tierra; es a saber sementera, y siega, y frío y calor, verano e invierno, y día y noche, no cesarán.
Gén 8:1 Después de eso Dios se acordó de Noé y de toda bestia salvaje y de todo animal doméstico que estaba con él en el arca, y Dios hizo pasar un viento sobre la tierra, y las aguas empezaron a bajar.
Gén 8:2 Y se cerraron los manantiales de la profundidad acuosa y las compuertas de los cielos, y así se contuvo la fuerte precipitación del cielo.
Gén 8:3 Y las aguas empezaron a retirarse de sobre la tierra, retirándose progresivamente; y al cabo de ciento cincuenta días faltaban las aguas.
Gén 8:4 Y en el séptimo mes, en el día diecisiete del mes, el arca llegó a descansar sobre las montañas de Ararat.
Gén 8:5 Y las aguas siguieron menguando progresivamente hasta el mes décimo. En el mes décimo, en el primer día del mes, aparecieron las cimas de las montañas.
Gén 8:6 Así sucedió que al cabo de cuarenta días Noé procedió a abrir la ventana del arca que había hecho.
Gén 8:7 A continuación envió un cuervo, y este continuó volando al aire libre, yendo y volviendo, hasta que las aguas se secaron de sobre la tierra.
Gén 8:8 Más tarde él envió de consigo una paloma para ver si las aguas habían decrecido de sobre la superficie del suelo.
Gén 8:9 Y la paloma no halló lugar de descanso para la planta de su pie, de modo que volvió a él dentro del arca porque las aguas todavía estaban sobre la superficie de toda la tierra. Por lo cual él alargó la mano y la tomó y la trajo a sí dentro del arca.
Gén 8:10 Y siguió esperando aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca.
Gén 8:11 Más tarde la paloma volvió a él como a la hora del atardecer y, ¡mire!, tenía en el pico una hoja de olivo recién arrancada, y así Noé se enteró de que las aguas habían decrecido de sobre la tierra.
Gén 8:12 Y siguió esperando aún otros siete días. Entonces envió a la paloma, pero esta ya no volvió más a él.
Gén 8:13 Ahora bien, en el año seiscientos uno, en el primer mes, en el primer día del mes, aconteció que se habían secado las aguas de sobre la tierra; y Noé procedió a quitar la cubierta del arca y a mirar, y resultó que la superficie del suelo se había desecado.
Gén 8:14 Y en el segundo mes, en el día veintisiete del mes, la tierra quedó completamente seca.
Gén 8:15 Ahora Dios habló a Noé, y dijo:
Gén 8:16 “Sal del arca, tú y tu esposa y tus hijos y las esposas de tus hijos contigo.
Gén 8:17 Toda criatura viviente que está contigo de toda clase de carne, entre las criaturas voladoras y entre las bestias y entre todos los animales movientes que se mueven sobre la tierra, sácala contigo, puesto que tienen que enjambrar en la tierra y ser fructíferos y llegar a ser muchos sobre la tierra”.
Gén 8:18 Con eso salió Noé, y con él también sus hijos y su esposa y las esposas de sus hijos.
Gén 8:19 Toda criatura viviente, todo animal moviente y toda criatura voladora, todo lo que se mueve sobre la tierra, según sus familias salieron del arca.
Gén 8:20 Y Noé empezó a edificar un altar a Jehová y a tomar algunas de todas las bestias limpias y de todas las criaturas voladoras limpias y a ofrecer ofrendas quemadas sobre el altar.
Gén 8:21 Y Jehová empezó a oler un olor conducente a descanso, de modo que dijo Jehová en su corazón: “Nunca más invocaré el mal sobre el suelo a causa del hombre, porque la inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud; y nunca más asestaré un golpe a toda cosa viviente tal como he hecho.
Gén 8:22 Durante todos los días que continúe la tierra, nunca cesarán siembra y cosecha, y frío y calor, y verano e invierno, y día y noche”.
Gén 8:1 Dios tuvo compasión de Noé, y de todos los animales domésticos y salvajes que estaban con él en la casa flotante. Por eso lanzó un fuerte viento sobre la tierra, para que bajara el agua.
Gén 8:2 Las aguas que estaban debajo de la tierra dejaron de salir a la superficie, y del cielo dejó de caer agua.
Gén 8:3 El agua fue bajando poco a poco, y después de ciento cincuenta días,
Gén 8:4 la casa flotante se asentó sobre las montañas de Ararat. Era el día diecisiete del mes de Etanim.
Gén 8:5 El agua siguió bajando hasta el mes de Tébet, y el día primero de ese mes ya pudieron verse las cumbres de las montañas.
Gén 8:6 Cuarenta días después, Noé abrió la ventana de la casa
Gén 8:7 y soltó un cuervo, el cual estuvo volando de un lado para otro, pues no encontraba tierra seca donde pararse.
Gén 8:8 Después Noé soltó una paloma, para ver si ya el agua se había retirado.
Gén 8:9 Pero la paloma regresó a la casa flotante, pues no encontró dónde descansar. Y es que la tierra todavía estaba cubierta por el agua. Por eso Noé tomó la paloma, y la metió en la casa flotante.
Gén 8:10 Siete días después, Noé volvió a soltar la paloma.
Gén 8:11 Al caer la tarde volvió la paloma con una hoja de olivo en el pico. Así Noé entendió que ya no había agua sobre la tierra.
Gén 8:12 Sin embargo, esperó otros siete días y la volvió a soltar, pero la paloma ya no volvió.
Gén 8:13 El año en que Noé cumplió seiscientos un años, la tierra quedó seca. Era el día primero del mes de Abib. Al ver esto, Noé le quitó el techo a la casa flotante.
Gén 8:14 Dos meses después la tierra estaba ya completamente seca.
Gén 8:15 Entonces Dios le dijo a Noé:
Gén 8:16 «Quiero que salgas ya de la casa, junto con tus hijos, tu esposa y tus nueras.
Gén 8:17 Deja salir también a todos los animales, incluyendo las aves y los reptiles que están contigo, para que se multipliquen y llenen la tierra».
Gén 8:18 Así fue como Noé salió de la casa, junto con sus hijos, su esposa y sus nueras.
Gén 8:19 Salieron también todos los animales, las aves y los reptiles.
Gén 8:20 Más tarde, Noé construyó un altar para adorar a Dios. Tomó entonces algunos de los animales y aves de los que Dios acepta como ofrenda, y en su honor los quemó sobre el altar.
Gén 8:21 Y cuando a Dios le llegó tan grato aroma, tomó la siguiente decisión: «Aunque todo hombre y mujer sólo están pensando en hacer lo malo desde su niñez, por ninguno de ellos volveré a maldecir ni destruir la tierra como esta vez.
Gén 8:22 »Mientras la tierra exista, siempre habrá siembras y cosechas; siempre hará calor y frío, siempre habrá invierno y verano, y también noches y días».
Gén 8:1 Acordóse Dios de Noé y de todos los animales y de los ganados que con él estaban en el arca. Dios hizo pasar un viento sobre la tierra y las aguas decrecieron.
Gén 8:2 Se cerraron las fuentes del abismo y las compuertas del cielo, y cesó la lluvia del cielo.
Gén 8:3 Poco a poco retrocedieron las aguas de sobre la tierra. Al cabo de 150 días, las aguas habían menguado,
Gén 8:4 y en el mes séptimo, el día diecisiete del mes, varó el arca sobre los montes de Ararat.
Gén 8:5 Las aguas siguieron menguando paulatinamente hasta el mes décimo, y el día primero del décimo mes asomaron las cumbres de los montes.
Gén 8:6 Al cabo de cuarenta días, abrió Noé la ventana que había hecho en el arca,
Gén 8:7 y soltó al cuervo, el cual estuvo saliendo y retornando hasta que se secaron las aguas sobre la tierra.
Gén 8:8 Después soltó a la paloma, para ver si habían menguado ya las aguas de la superficie terrestre.
Gén 8:9 La paloma, no hallando donde posar el pie, tornó donde él, al arca, porque aún había agua sobre la superficie de la tierra; y alargando él su mano, la asió y metióla consigo en el arca.
Gén 8:10 Aún esperó otros siete días y volvió a soltar la paloma fuera del arca.
Gén 8:11 La paloma vino al atardecer, y he aquí que traía en el pico un ramo verde de olivo, por donde conoció Noé que habían disminuido las aguas de encima de la tierra.
Gén 8:12 Aún esperó otros siete días y soltó la paloma, que ya no volvió donde él.
Gén 8:13 El año 601 de la vida de Noé, el día primero del primer mes, se secaron las aguas de encima de la tierra. Noé retiró la cubierta del arca, miró y he aquí que estaba seca la superficie del suelo.
Gén 8:14 En el segundo mes, el día veintisiete del mes, quedó seca la tierra.
Gén 8:15 Habló entonces Dios a Noé en estos términos:
Gén 8:16 «Sal del arca tú, y contigo tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos.
Gén 8:17 Saca contigo todos los animales de toda especie que te acompañan, aves, ganados y todas las sierpes que reptan sobre la tierra. Que pululen sobre la tierra y sean fecundos y se multipliquen sobre la tierra.»
Gén 8:18 Salió, pues, Noé, y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos.
Gén 8:19 Todos los animales, todos los ganados, todas las aves y todas las sierpes que reptan sobre la tierra salieron por familias del arca.
Gén 8:20 Noé construyó un altar a Yahveh, y tomando de todos las animales puros y de todas las aves puras, ofreció holocaustos en el altar.
Gén 8:21 Al aspirar Yahveh el calmante aroma, dijo en su corazón: «Nunca más volveré al maldecir el suelo por causa del hombre, porque las trazas del corazón humano son malas desde su niñez, ni volveré a herir a todo ser viviente como lo he hecho.
Gén 8:22 «Mientras dure la tierra, sementera y siega, frío y calor, verano e invierno, día y noche, no cesarán.»
Gén 8:1 Dios se acordó entonces de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en el arca. Hizo que soplara un fuerte viento sobre la tierra, y las aguas comenzaron a bajar.
Gén 8:2 Se cerraron las fuentes del mar profundo y las compuertas del cielo, y dejó de llover.
Gén 8:3 Poco a poco las aguas se fueron retirando de la tierra. Al cabo de ciento cincuenta días las aguas habían disminuido.
Gén 8:4 El día diecisiete del mes séptimo el arca se detuvo sobre las montañas de Ararat,
Gén 8:5 y las aguas siguieron bajando hasta que el primer día del mes décimo pudieron verse las cimas de las montañas.
Gén 8:6 Después de cuarenta días, Noé abrió la ventana del arca que había hecho
Gén 8:7 y soltó un cuervo, el cual estuvo volando de un lado a otro, esperando a que se secara la tierra.
Gén 8:8 Luego soltó una paloma, para ver si las aguas que cubrían la tierra ya se habían retirado.
Gén 8:9 Pero la paloma no encontró un lugar donde posarse, y volvió al arca porque las aguas aún cubrían la tierra. Noé extendió la mano, tomó la paloma y la metió consigo en el arca.
Gén 8:10 Esperó siete días más y volvió a soltar la paloma fuera del arca.
Gén 8:11 Caía la noche cuando la paloma regresó, trayendo en su pico una ramita de olivo recién cortada. Así Noé se dio cuenta de que las aguas habían bajado hasta dejar la tierra al descubierto.
Gén 8:12 Esperó siete días más y volvió a soltar la paloma, pero esta vez la paloma ya no regresó.
Gén 8:13 Noé tenía seiscientos un años cuando las aguas se secaron. El primer día del primer mes de ese año, Noé quitó la cubierta del arca y vio que la tierra estaba seca.
Gén 8:14 Para el día veintisiete del segundo mes, la tierra estaba ya completamente seca.
Gén 8:15 Entonces Dios le dijo a Noé:
Gén 8:16 "Sal del arca junto con tus hijos, tu esposa y tus nueras.
Gén 8:17 Saca también a todos los seres vivientes que están contigo: las aves, el ganado y todos los animales que se arrastran por el suelo. ¡Que sean fecundos! ¡Que se multipliquen y llenen la tierra!"
Gén 8:18 Salieron, pues, del arca Noé y sus hijos, su esposa y sus nueras.
Gén 8:19 Salieron también todos los animales: el ganado, las aves, y todos los reptiles que se mueven sobre la tierra, cada uno según su especie.
Gén 8:20 Luego Noé construyó un altar al Señor, y sobre ese altar ofreció como *holocausto animales puros y aves puras.
Gén 8:21 Cuando el Señor percibió el grato aroma, se dijo a sí mismo: "Aunque las intenciones del *ser humano son perversas desde su juventud, nunca más volveré a maldecir la tierra por culpa suya. Tampoco volveré a destruir a todos los seres vivientes, como acabo de hacerlo.
Gén 8:22 "Mientras la tierra exista, habrá siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, y días y noches."
Gén 8:1 Entonces Dios se acordó de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en el arca. Hizo soplar un viento sobre la tierra, y las aguas empezaron a bajar.
Gén 8:2 Se cerraron las fuentes del océano y las compuertas del cielo, y cesó la fuerte lluvia que caía del cielo.
Gén 8:3 Poco a poco las aguas se fueron retirando de la tierra; y al cabo de ciento cincuenta días ya habían disminuido tanto,
Gén 8:4 que el decimoséptimo día del séptimo mes, el arca se detuvo sobre las montañas de Ararat.
Gén 8:5 Así continuaron disminuyendo paulatinamente hasta el décimo mes; y el primer día del décimo mes aparecieron las cimas de las montañas.
Gén 8:6 Al cabo de cuarenta días, Noé abrió la ventana que había hecho en el arca,
Gén 8:7 y soltó un cuervo, el cual revoloteó, yendo y viniendo hasta que la tierra estuvo seca.
Gén 8:8 Después soltó una paloma, para ver si las aguas ya habían bajado.
Gén 8:9 Pero la paloma no pudo encontrar un lugar donde apoyarse, y regresó al arca porque el agua aún cubría toda la tierra. Noé extendió su mano, la tomó y la introdujo con él en el arca.
Gén 8:10 Luego esperó siete días más, y volvió a soltar la paloma fuera del arca.
Gén 8:11 Esta regresó al atardecer, trayendo en su pico una rama verde de olivo. Así supo Noé que las aguas habían terminado de bajar.
Gén 8:12 Esperó otros siete días y la soltó nuevamente. Pero esta vez la paloma no volvió.
Gén 8:13 La tierra comenzó a secarse en el año seiscientos uno de la vida de Noé, el primer día del mes. Noé retiró el techo del arca, y vio que la tierra se estaba secando.
Gén 8:14 Y el vigésimo séptimo día del mes, la tierra ya estaba seca.
Gén 8:15 Entonces Dios dijo a Noé:
Gén 8:16 "Sal del arca con tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos.
Gén 8:17 Saca también a todos los seres vivientes que están contigo -aves, ganado o cualquier clase de animales que se arrastran por el suelo- y que ellos llenen la tierra, sean fecundos y se multipliquen",
Gén 8:18 Noé salió acompañado de sus hijos, de su mujer y de las mujeres de sus hijos.
Gén 8:19 Todo lo que se mueve por el suelo; todas las bestias, todos los reptiles y todos los pájaros salieron del arca, un grupo detrás de otro.
Gén 8:20 Luego Noé levantó un altar al Señor, y tomando animales puros y pájaros puros de todas clases, ofreció holocaustos sobre el altar.
Gén 8:21 Cuando el Señor aspiró el aroma agradable, se dijo a sí mismo: "Nunca más volveré a maldecir el suelo por causa del hombre, porque los designios del corazón humano son malos desde su juventud; ni tampoco volveré a castigar a todos los seres vivientes, como acabo de hacerlo.
Gén 8:22 De ahora en adelante, mientras dure la tierra, no cesarán la siembra y la cosecha, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche".
Gén 8:1 Dios tuvo compasión de Noé, y de todos los animales domésticos y salvajes que estaban con él en la casa flotante. Por eso lanzó un fuerte viento sobre la tierra, para que bajara el agua.
Gén 8:2 Las aguas que estaban debajo de la tierra dejaron de salir a la superficie, y del cielo dejó de caer agua.
Gén 8:3 El agua fue bajando poco a poco, y después de ciento cincuenta días,
Gén 8:4 la casa flotante se asentó sobre las montañas de Ararat. Era el día diecisiete del mes de Etanim.
Gén 8:5 El agua siguió bajando hasta el mes de Tébet, y el día primero de ese mes ya pudieron verse las cumbres de las montañas.
Gén 8:6 Cuarenta días después, Noé abrió la ventana de la casa
Gén 8:7 y soltó un cuervo, el cual estuvo volando de un lado para otro, pues no encontraba tierra seca donde pararse.
Gén 8:8 Después Noé soltó una paloma, para ver si ya el agua se había retirado.
Gén 8:9 Pero la paloma regresó a la casa flotante, pues no encontró dónde descansar. Y es que la tierra todavía estaba cubierta por el agua. Por eso Noé tomó la paloma, y la metió en la casa flotante.
Gén 8:10 Siete días después, Noé volvió a soltar la paloma.
Gén 8:11 Al caer la tarde volvió la paloma con una hoja de olivo en el pico. Así Noé entendió que ya no había agua sobre la tierra.
Gén 8:12 Sin embargo, esperó otros siete días y la volvió a soltar, pero la paloma ya no volvió.
Gén 8:13 El año en que Noé cumplió seiscientos un años, la tierra quedó seca. Era el día primero del mes de Abib. Al ver esto, Noé le quitó el techo a la casa flotante.
Gén 8:14 Dos meses después la tierra estaba ya completamente seca.
Gén 8:15 Entonces Dios le dijo a Noé:
Gén 8:16 «Quiero que salgas ya de la casa, junto con tus hijos, tu esposa y tus nueras.
Gén 8:17 Deja salir también a todos los animales, incluyendo las aves y los reptiles que están contigo, para que se multipliquen y llenen la tierra».
Gén 8:18 Así fue como Noé salió de la casa, junto con sus hijos, su esposa y sus nueras.
Gén 8:19 Salieron también todos los animales, las aves y los reptiles.
Gén 8:20 Más tarde, Noé construyó un altar para adorar a Dios. Tomó entonces algunos de los animales y aves de los que Dios acepta como ofrenda, y en su honor los quemó sobre el altar.
Gén 8:21 Y cuando a Dios le llegó tan grato aroma, tomó la siguiente decisión: «Aunque todo hombre y mujer sólo están pensando en hacer lo malo desde su niñez, por ninguno de ellos volveré a maldecir ni destruir la tierra como esta vez.
Gén 8:22 »Mientras la tierra exista, siempre habrá siembras y cosechas; siempre hará calor y frío, siempre habrá invierno y verano, y también noches y días».
Gén 8:1 Y Elohim se acordó de Noaj, de toda bestia salvaje y todo animal de crianza, y todas las criaturas que vuelan, y todas las cosas que se arrastran, tantas como había con él en el arca, y Elohim causó un viento pasar por sobre la tierra, y el agua se quedó.
Gén 8:2 También las fuentes del abismo y las ventanas del cielo fueron cerradas, la lluvia del cielo fue restringida,
Gén 8:3 y el agua regresó de completamente cubrir la tierra. Fue después de 150 días que el agua bajó.
Gén 8:4 En el vigésimo séptimo día del séptimo mes el arca vino a reposar en las montañas del Ararat[27]
Gén 8:5 El agua siguió bajando hasta el décimo mes; en el primer día del décimo mes las cumbres de las montañas fueron vistas.
Gén 8:6 Después de cuarenta días Noaj abrió la ventana del arca que él había edificado;
Gén 8:7 y envió afuera al cuervo para ver si el agua había cesado, el cual voló y no regresó hasta que el agua fue seca de la tierra.
Gén 8:8 Luego él envió una paloma para ver si el agua se había ido de la superficie de la tierra.
Gén 8:9 Pero la paloma no encontró lugar para que sus patas descansaran, así que ella regresó a él en el arca, porque el agua todavía cubría la tierra. El la puso en sus manos, la tomó y la trajo a él en el arca.
Gén 8:10 Esperó otros siete días y de nuevo envió la paloma desde el arca.
Gén 8:11 La paloma vino a él al anochecer, y allí en su pico había una hoja de olivo, una ramita en su boca, así que Noaj supo que el agua había cesado de sobre la tierra.
Gén 8:12 El esperó aún otros siete días y envió la paloma, y ella no regresó más a él.
Gén 8:13 Para el primer día del primer mes del año 601 de la vida de Noaj el agua había menguado de la tierra; y Noaj removió la cubierta del arca cual él había hecho, y vio que el agua había menguado de la faz de la tierra.
Gén 8:14 Fue en el vigésimo séptimo día del segundo mes que la tierra estaba seca.
Gén 8:15 Y YAHWEH Elohim habló a Noaj, diciendo:
Gén 8:16 "Salgan del arca, tú, tu esposa, tus hijos y las esposas de tus hijos contigo.
Gén 8:17 Traigan con ustedes toda carne que tienen con ustedes – criaturas que vuelan, animales de crianza, y toda cosa que se arrastra en la tierra – para que ellos puedan proliferar en la tierra, ser fructíferos y multiplicarse en la tierra."
Gén 8:18 Así que Noaj salió con sus hijos, su esposa y las esposas de sus hijos,
Gén 8:19 todos los animales, toda cosa que se arrastra y toda criatura que vuela, lo que se moviera en la tierra, conforme a sus familias, salieron del arca.
Gén 8:20 Noaj edificó un altar a YAHWEH. Entonces tomó de todo animal limpio y de toda criatura que vuela limpia, y ofreció ofrendas quemadas en el altar.
Gén 8:21 YAHWEH olió el aroma dulce, y YAHWEH consideró, y dijo: "Yo nunca jamás maldeciré la tierra a causa de los hombres, puesto que las imaginaciones del corazón de la persona son torcidas desde su juventud; Yo no destruiré jamás toda criatura viviente como he hecho.
Gén 8:22 Todos los días de la tierra, no cesará el tiempo de la siembra y de la cosecha, frío y calor, verano y primavera, y día y noche."
Gén 8:1 Y Dios se acordó de Noé y de todas las fieras salvajes y de los otros animales que estaban con él en el arca. Dios hizo soplar un viento sobre la tierra, y las aguas descendieron.
Gén 8:2 Entonces se cerraron los manantiales que brotaban del abismo, como también las compuertas del cielo, y la lluvia cesó de caer sobre la tierra.
Gén 8:3 Las aguas iban bajando sobre la tierra, con flujo y reflujo; empezaron a descender después de los ciento cincuenta días.
Gén 8:4 El día diecisiete del séptimo mes, el arca descansó sobre los montes de Ararat.
Gén 8:5 Y las aguas siguieron bajando hasta el mes décimo, hasta que el día primero de ese mes aparecieron las cumbres de los montes.
Gén 8:6 Después de cuarenta días, Noé abrió la ventana que había hecho en el arca
Gén 8:7 y soltó al cuervo, el cual revoloteaba sobre las aguas, yendo y viniendo, hasta que se evaporaron las aguas de la tierra.
Gén 8:8 Entonces Noé soltó a la paloma, para ver si las aguas se habían retirado de la superficie de la tierra.
Gén 8:9 Pero la paloma no encontró dónde posarse, y volvió al arca, pues todavía las aguas cubrían toda la superficie de la tierra. Noé extendió su brazo, tomó a la paloma y la introdujo en el arca.
Gén 8:10 Esperó siete días más y de nuevo soltó a la paloma fuera del arca.
Gén 8:11 La paloma regresó al atardecer, trayendo en su pico una rama verde de olivo.
Entonces Noé se dio cuenta que las aguas se habían retirado de la superficie de la tierra.
Gén 8:12 Todavía esperó otros siete días más y soltó a la paloma, que ya no regresó más al arca.
Gén 8:13 El año seiscientos uno de la vida de Noé, en el primer día del primer mes, las aguas desaparecieron de la tierra. Noé quitó la cubierta del arca y miró fuera, y vio que la superficie de la tierra estaba seca.
Gén 8:14 El día ventisiete del segundo mes, la tierra estaba ya seca.
Gén 8:15 Entonces Dios habló de esta manera a Noé:
Gén 8:16 Sal del arca, tú y tu esposa, tus hijos y tus nueras.
Gén 8:17 Saca también contigo a todos los seres vivientes que tienes dentro de todas las especies: aves, animales, bestias y reptiles que se arrastran por el suelo. Que pululen, llenen la tierra y se multipliquen."
Gén 8:18 Salió, pues, Noé y con él sus hijos, su esposa y sus nueras.
Gén 8:19 Todos los animales salvajes y domésticos, todas las aves y todos los reptiles que se arrastran sobre la tierra, salieron por familias del arca.
Gén 8:20 Noé construyó un altar a Yavé, y tomando de todos los animales puros y de todas las aves puras, los ofreció en sacrificio sobre el altar.
Gén 8:21 Al aspirar el agradable aroma, Yavé decidió: "Nunca más maldeciré la tierra por causa del hombre, pues veo que sus pensamientos están inclinados al mal ya desde la infancia. Nunca más volveré a castigar a todo ser viviente como acabo de hacerlo.
Gén 8:22 Mientras dure la tierra,
habrá siembra y cosecha,
pues nunca cesarán
ni el frío ni el calor,
ni el verano ni el invierno
ni los días ni las noches."
Gén 8:1 Entonces Dios se ocupó de Noé y de todos los animales, salvajes y domésticos, que estaban con él en el barco. Hizo que un viento soplara sobre la tierra y el agua comenzó a evaporarse.
Gén 8:2 Las fuentes de la tierra y las ventanas del cielo se cerraron y la lluvia dejó de caer sobre la tierra.
Gén 8:3 El agua comenzó a bajar lentamente. Al cabo de ciento cincuenta días el agua ya había bajado lo suficiente,
Gén 8:4 y así en el día diecisiete del séptimo mes, el barco se detuvo sobre los montes de Ararat.
Gén 8:5 El agua siguió bajando hasta el décimo mes. En el primer día de ese mes, las cumbres de las montañas se hicieron visibles.
Gén 8:6 Al cabo de otros cuarenta días, Noé abrió la ventana del barco que él había hecho,
Gén 8:7 y soltó a un cuervo. Este voló de un lado a otro hasta que el agua de la tierra se secó.
Gén 8:8 Noé también envió a una paloma para ver si el agua había disminuido de la superficie de la tierra.
Gén 8:9 Pero la paloma no encontró suelo donde descansar, así que volvió al barco de Noé al ver que el agua aún cubría la tierra. Noé estiró su mano y metió la paloma al barco.
Gén 8:10 Esperó siete días más y volvió a enviar la paloma,
Gén 8:11 y ésta regresó al atardecer, ¡llevando una hoja fresca de olivo en el pico! Noé supo entonces que el agua había bajado.
Gén 8:12 Esperó siete días más y volvió a enviar a la paloma, pero esta ya no volvió.
Gén 8:13 A sus seiscientos años de edad, en el primer día del primer mes, el agua de la tierra se había secado. Entonces Noé abrió la puerta del barco y pudo ver que la superficie de la tierra estaba seca.
Gén 8:14 En el día veintisiete del segundo mes, la tierra ya estaba completamente seca.
Gén 8:15 Entonces Dios le dijo a Noé:
Gén 8:16 «Salgan del barco, tú, tu esposa, tus hijos y sus esposas.
Gén 8:17 Saca del barco a todo ser viviente que se encuentre contigo, todo animal, ave y criatura que se arrastre por el suelo, para que puedan tener hijos y multiplicarse sobre la tierra».
Gén 8:18 Así, Noé, sus hijos, su esposa, y las esposas de sus hijos, salieron del barco.
Gén 8:19 Todos los animales, aves y criaturas que se arrastran por el suelo, salieron en familias.
Gén 8:20 Entonces Noé construyó un altar al Señor y tomó algunos animales de cada animal puro y de cada ave pura y los quemó ofreciéndolos como sacrificio en el altar.
Gén 8:21 El Señor olió el agradable aroma de los sacrificios y se dijo a sí mismo: «Aunque la mente del ser humano es mala desde su juventud, nunca más volveré a maldecir la tierra por culpa del hombre. Así que nunca volveré a destruir la vida como lo acabo de hacer.
Gén 8:22 »Mientras el mundo exista, siempre habrá siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche».
Gén 8:1 Dios entretanto, teniendo presente a Noé , y a todos los animales, y a todas las bestias mansas, que estaban con él en el arca , hizo soplar el viento sobre la tierra, con que se fueron disminuyendo las aguas.
Gén 8:2 Y se cerraron los manantiales del abismo del mar, y las cataratas del cielo, y se atajaron las lluvias que del cielo caían;
Gén 8:3 y se fueron retirando de la tierra las aguas ondeando y retrocediendo, y empezaron a menguar después de los ciento cincuenta días.
Gén 8:4 Y el Arca a los veintisiete días del mes séptimo, reposó sobre los montes de Armenia.
Gén 8:5 Las aguas iban de continuo menguando hasta el décimo mes, pues que en el primer día de este mes se descubrieron las cumbres de los montes.
Gén 8:6 Pasados después cuarenta días, abriendo Noé la ventana que tenía hecha en el Arca , despachó al cuervo;
Gén 8:7 el cual habiendo salido, no volvió hasta que las aguas se secaron sobre la tierra.
Gén 8:8 Envió también después de él la paloma, para ver si ya se habían acabado las aguas en el suelo de la tierra;
Gén 8:9 la cual como no hallase donde poner su pie se volvió a él al Arca , porque había aún agua sobre toda la tierra; así alargó la mano, y cogiéndola la metió en el Arca .
Gén 8:10 Esperando, pues, otros siete días más, segunda vez echó a volar la paloma fuera del Arca ;
Gén 8:11 mas ella volvió a Noé por la tarde trayendo en el pico un ramo de olivo con las hojas verdes, por donde conoció Noé que las aguas habían cesado de cubrir la tierra.
Gén 8:12 Con todo eso aguardó otros siete días, y echó a volar la paloma, la cual no volvió ya más a él.
Gén 8:13 Así que, el año seiscientos y uno de la vida de Noé , en el mes primero, el primer día del mes, se retiraron las aguas de sobre la tierra; y abriendo Noé la cubierta del Arca , miró y vio que se había secado la superficie de la tierra.
Gén 8:14 En el mes segundo, a veintisiete días del mes, quedó seca la tierra.
Gén 8:15 Entonces habló Dios a Noé , diciendo:
Gén 8:16 Sal del Arca , tú y tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos contigo.
Gén 8:17 Saca también fuera contigo todos los animales que tienes dentro, de toda casta, tanto de aves como de bestias y de todos los reptiles que andan arrastrando sobre la tierra, y salid a tierra; propagaos y multiplicaos sobre ella.
Gén 8:18 Salió, pues, Noé y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos.
Gén 8:19 Como también salieron del Arca todos los animales, jumentos, y reptiles que serpentean sobre la tierra, según sus especies.
Gén 8:20 Y edificó Noé un altar al Señor; y cogiendo todos los animales y aves limpias, ofreció holocaustos sobre el altar.
Gén 8:21 Y el Señor se complació en aquel olor de suavidad y dijo: Nunca más maldeciré la tierra por las culpas de los hombres, atento a que los sentidos y pensamientos del corazón humano están inclinados al mal desde su mocedad; no castigaré, pues, más a todos los vivientes como he hecho.
Gén 8:22 Mientras el mundo durare, no dejarán de sucederse la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, la noche y el día.
Gén 8:1 Acordóse Dios de Noé y de todas las fieras y bestias que con él estaban en el arca, e hizo Dios pasar un viento sobre la tierra y comenzaron a menguar las aguas.
Gén 8:2 Cerráronse las fuentes del abismo y las compuertas del cielo, y cesó la lluvia de los cielos,
Gén 8:3 y las aguas iban menguando poco a poco sobre la haz de la tierra; comenzaron a bajar al cabo de ciento cincuenta días."
Gén 8:4 El día veintisiete del séptimo mes se asentó el arca sobre los montes de Ararat.
Gén 8:5 Siguieron menguando las aguas hasta el mes décimo, y el día primero de este mes aparecieron las cumbres de los montes.
Gén 8:6 Pasados cuarenta más, abrió Noé la ventana que había hecho en el arca,
Gén 8:7 y, para ver cuánto habían menguado las aguas, soltó un cuervo, que volando iba y venía mientras se secaban las aguas sobre la tierra.
Gén 8:8 Siete días después, para ver si se habían secado ya las aguas sobre la haz de la tierra, soltó una paloma,
Gén 8:9 que, como no hallase dónde hacer pie, se volvió al arca, porque las aguas cubrían todavía la haz de la tierra. Sacó él la mano y, agarrándola, la metió en el arca.
Gén 8:10 Esperó otros siete días, y al cabo de ellos soltó otra vez la paloma,
Gén 8:11 que volvió a él a la tarde, trayendo en el pico una ramita de olivo. Conoció por esto Noé que las aguas no cubrían ya la tierra;"
Gén 8:12 pero todavía esperó otros siete días, y volvió a soltar la paloma, que no volvió más a él.
Gén 8:13 El año seiscientos uno, en el primer mes, el día primero de él, comenzó a secarse la superficie de la tierra, y, abriendo Noé el techo del arca, vio que estaba seca la superficie de la tierra.
Gén 8:14 El día veintisiete del segundo mes estaba ya seca la tierra.
Gén 8:15 Habló, pues, Dios a Noé, y le dijo:
Gén 8:16 “Sal del arca tú y tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos contigo.
Gén 8:17 Saca contigo también a todos los animales de toda especie, aves, ganados, y todos los reptiles que se arrastran sobre la tierra; llenad la tierra, procread y multiplicaos sobre ella.”
Gén 8:18 Salió, pues, Noé con sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos,
Gén 8:19 y salieron también todas las fieras, ganados, aves y reptiles que se arrastran sobre la tierra, según sus especies.
Gén 8:20 Alzó Noé un altar a Yahvé y, tomando de todos los animales puros y de todas las aves puras, ofreció sobre el altar un holocausto.
Gén 8:21 Y aspiró Yahvé el suave olor, y se dijo en su corazón: “No volveré ya más a maldecir a la tierra por el hombre, pues los deseos del corazón humano, desde la adolescencia, tienden al mal; no volveré ya a exterminar cuanto vivo hice sobre la tierra."
Gén 8:22 Mientras dure la tierra, habrá sementera y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche.”
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