Biblia Adventista - Biblia de Estudio
  Genesis A42
 

Capitulo 42

Gén 42:1  Cuando Jacob se enteró de que había alimento en Egipto, les dijo a sus hijos: «¿Qué hacéis ahí parados, mirándoos unos a otros?
Gén 42:2  He sabido que hay alimento en Egipto. Id allí y comprad comida para nosotros, para que no muramos, sino que podamos sobrevivir.»
Gén 42:3  Diez de los hermanos de José fueron a Egipto a comprar alimento.
Gén 42:4  Pero Jacob no dejó que Benjamín, el hermano de José, se fuera con ellos porque pensó que podría sucederle alguna desgracia.
Gén 42:5  Fue así como los hijos de Israel fueron a comprar alimento, al igual que otros, porque el hambre se había apoderado de Canaán.
Gén 42:6  José era el gobernador del país, y el que vendía trigo a todo el mundo. Cuando sus hermanos llegaron ante él, se postraron rostro en tierra.
Gén 42:7  En cuanto José vio a sus hermanos, los reconoció; pero, fingiendo no conocerlos, les habló con rudeza:—¡Y vosotros!, ¿de dónde venís?—Venimos de Canaán, para comprar alimento —contestaron.
Gén 42:8  Aunque José los había reconocido, sus hermanos no lo reconocieron a él.
Gén 42:9  En ese momento se acordó José de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo:—¡De seguro vosotros sois espías, y habéis venido para investigar las zonas desprotegidas del país!
Gén 42:10  —¡No, señor! —respondieron—. Tus siervos hemos venido a comprar alimento.
Gén 42:11  Todos nosotros somos hijos de un mismo padre, y además somos gente honrada. ¡Tus siervos no somos espías!
Gén 42:12  —¡No es verdad! —insistió José—. Vosotros habéis venido para investigar las zonas desprotegidas del país.
Gén 42:13  Pero ellos volvieron a responder:—Nosotros, tus siervos, éramos doce hermanos, todos hijos de un mismo padre que vive en Canaán. El menor se ha quedado con nuestro padre, y el otro ya no vive.
Gén 42:14  Pero José los increpó una vez más:—Es tal como os he dicho. ¡Vosotros sois espías!
Gén 42:15  Y con esto lo vamos a comprobar: Os juro por la vida del faraón, que de aquí no saldréis con vida a menos que traigáis a vuestro hermano menor.
Gén 42:16  Mandad a uno de vosotros a buscar a vuestro hermano; los demás os quedaréis en la cárcel. Así sabremos si es verdad lo que decís. Y si no es así, ¡por la vida del faraón, vosotros sois espías!
Gén 42:17  José los encerró en la cárcel durante tres días.
Gén 42:18  Al tercer día les dijo:—Yo soy un hombre temeroso de Dios. Haced lo siguiente y salvaréis vuestra vida.
Gén 42:19  Si en verdad sois honrados, quédese uno de vosotros bajo custodia, e id los demás y llevad alimento para calmar el hambre de vuestras familias.
Gén 42:20  Pero traedme a vuestro hermano menor y probadme que decís la verdad. Así no moriréis.Ellos aceptaron la propuesta,
Gén 42:21  pero se decían unos a otros:—Sin duda estamos sufriendo las consecuencias de lo que hicimos con nuestro hermano. Aunque vimos su angustia cuando nos suplicaba que le tuviéramos compasión, no le hicimos caso. Por eso ahora nos vemos en aprietos.
Gén 42:22  Entonces habló Rubén:—Yo os advertí que no le hicieráis daño al muchacho, pero no me hicisteis caso. ¡Ahora tenemos que pagar el precio de su sangre!
Gén 42:23  Como José les hablaba por medio de un intérprete, ellos no sabían que él entendía todo lo que estaban diciendo.
Gén 42:24  José se apartó de ellos y se echó a llorar. Luego, cuando se controló y pudo hablarles, apartó a Simeón y ordenó que lo ataran en presencia de ellos.
Gén 42:25  José dio también la orden de que llenaran de alimentos sus costales, que repusieran en cada una de sus bolsas el dinero que habían pagado, y que les dieran provisiones para el viaje. Y así se hizo.
Gén 42:26  Entonces ellos cargaron el alimento sobre sus asnos y emprendieron el viaje de vuelta.
Gén 42:27  Cuando llegaron al lugar donde acamparon esa noche, uno de ellos abrió su bolsa para darle de comer a su asno, ¡y allí en la abertura descubrió su dinero!
Gén 42:28  Entonces les dijo a sus hermanos:—¡Me devolvieron el dinero! Mirad, ¡aquí está, en mi bolsa!Los otros se asustaron mucho, y temblando se decían unos a otros:—¿Qué es lo que Dios nos ha hecho?
Gén 42:29  Al llegar a Canaán, donde estaba su padre Jacob, le contaron todo lo que les había sucedido:
Gén 42:30  —El hombre que gobierna aquel país nos trató con rudeza, a tal grado que nos acusó de ser espías.
Gén 42:31  Nosotros le dijimos: “Somos gente honrada. No somos espías.”
Gén 42:32  Además, le dijimos: “Somos doce hermanos, hijos de un mismo padre. Uno ya no vive, y el menor se ha quedado con nuestro padre en Canaán.”
Gén 42:33  »Entonces el hombre que gobierna aquel país nos dijo: “Con esto voy a comprobar si en verdad sois gente honrada. Dejad aquí conmigo a uno de vuestros hermanos, e id a llevar alimento para calmar el hambre de vuestras familias.
Gén 42:34  Pero a la vuelta traedme a vuestro hermano menor. Así comprobaré que no sois espías, y que en verdad sois gente honrada. Luego os entregaré de vuelta a vuestro hermano, y podréis moveros con libertad por el país.”
Gén 42:35  Cuando comenzaron a vaciar sus costales, se encontraron con que la bolsa de dinero de cada uno estaba allí. Esto hizo que ellos y su padre se llenaran de temor.
Gén 42:36  Entonces Jacob, su padre, les dijo:—¡Vosotros me vais a dejar sin hijos! José ya no está con nosotros, Simeón tampoco está aquí, ¡y ahora os queréis llevar a Benjamín! ¡Todo esto me perjudica!
Gén 42:37  Pero Rubén le dijo a su padre:—Yo me hago cargo de Benjamín. Si no te lo devuelvo, podrás matar a mis dos hijos.
Gén 42:38  —¡Mi hijo no se irá con vosotros! —replicó Jacob—. Su hermano José ya está muerto, y ahora sólo él me queda. Si le llega a pasar una desgracia en el viaje que vais a emprender, vosotros tendréis la culpa de que este pobre viejo se muera de tris

Gén 42:1  Y, viendo Jacob que había venta(a)  en Egipto, dijo a sus hijos «¿Por qué os estáis mirando?(b) 
Gén 42:2  He oído que hay trigo en Egipto: bajad allá y compradnos unos pocos víveres para que vivamos, y no muramos».
Gén 42:3  Y bajaron los hermanos de José, los diez, a comprar trigo de Egipto;
Gén 42:4  pero a Benjamín, el hermano de José, no envió con sus hermanos, pues dijo: «No sea que le suceda daño».
Gén 42:5  Y vinieron los hijos de Israel a comprar con los que venían, pues había hambre en tierra de Canaán.
Gén 42:6  Y José era príncipe de la tierra; éste vendía a todo el pueblo de la tierra; y viniendo los hermanos de José, adoráronle de rostro sobre la tierra.
Gén 42:7  Y José vio a sus hermanos, y conocióles; tratóles cual extraños; y hablóles cosas duras, y díjoles: «¿De dónde venís?» Y ellos dijeron: «De tierra de Canaán a comprar víveres».
Gén 42:8  Y conoció José a sus hermanos; pero ellos no le conocieron.
Gén 42:9  Y rememoró José los sueños que él había visto. Y díjoles: «Espías sois; a explorar las huellas(c)  de la región habéis venido».
Gén 42:10  Pero ellos dijeron: «No señor; niños tuyos hemos venido a comprar víveres;
Gén 42:11  todos somos hijos de un hombre; pacíficos somos; no son los niños tuyos espías».
Gén 42:12  Y díjoles: «No; sino que las huellas de la tierra habéis venido a ver».
Gén 42:13  Y ellos dijeron: «Doce somos, tus niños, hermanos, en tierra de Canaán; y he aquí el menor, con nuestro padre, hoy; y el otro no es».
Gén 42:14  Y díjoles José: «Esto es, lo que os he dicho, diciendo: «Espías sois».
Gén 42:15  En esto se os probará: ¡vive Faraón!: no saldréis, no, de aquí, si el hermano vuestro, el menor, no viniere acá.
Gén 42:16  Enviad uno de vosotros a traed a vuestro hermano; y vosotros seréis detenidos hasta que se hagan manifiestas vuestras palabras: si verdad decís o no; y, si no ¡vive Faraón! que sois espías».
Gén 42:17  Y púsoles en prisión tres días.
Gén 42:18  Y díjoles al día tercero: «Esto haced, y viviréis; pues temo yo a Dios:(d) 
Gén 42:19  si pacíficos sois, un hermano de vosotros quédese detenido en prisión; y vosotros id y llevad la compra de vuestra provisión de trigo;
Gén 42:20  y a vuestro hermano el menor traed a mí; y serán creídas vuestras palabras; y, si no, moriréis». E hicieron así.
Gén 42:21  Y dijo cada uno a su hermano: «Sí; en pecado estamos acerca de nuestro hermano, porque nos desentendimos de la tribulación de su alma, y no le escuchamos; por esto ha venido sobre nosotros esta tribulación».
Gén 42:22  Y, respondiendo Rubén, díjoles: «¿No os lo decía yo, diciendo: «No dañéis al niñito?» y no me escuchásteis; y he aquí su sangre se pide».
Gén 42:23  Y no sabían ellos que escuchaba José; pues el intérprete en medio de ellos estaba;
Gén 42:24  y retirándose de ellos, lloró José; y vino de nuevo a ellos y hablóles; y tomó a Simeón de ellos, y atóle ante sus ojos.
Gén 42:25  Y mandó José llenar sus vasos de trigo; y devolver el dinero de cada uno en su saco; y darles viático para el camino; y se les hizo así.
Gén 42:26  Y, poniendo el trigo sobre sus asnos, retiráronse de allí.
Gén 42:27  Y, desatando uno su alforja, para dar forraje a sus asnos, donde se hospedaron, vio el atado de dinero, y he aquí estaba encima de la boca de su alforja.
Gén 42:28  Y dijo a sus hermanos: «Devuéltoseme ha el dinero, y helo aquí en mi alforja. Y extasióse su corazón y turbáronse unos a otros diciendo: «¿Qué nos ha hecho esto Dios?»
Gén 42:29  Y vinieron a Jacob su padre a la tierra de Canaán y contáronle todo lo a ellos acontecido, diciendo:
Gén 42:30  «Ha hablado el hombre, el señor de la tierra a nosotros cosas duras, y puéstonos en prisión por espías de la tierra.
Gén 42:31  Y dijímosle: «No somos espías;
Gén 42:32  doce hermanos somos, hijos de nuestro padre; el uno no es, y el menor con nuestro padre hoy en tierra de Canaán».
Gén 42:33  Y díjonos el hombre, el señor de la tierra: «En esto se os conocerá que sois pacíficos: un hermano dejad aquí conmigo; y, la compra de la provisión vuestra de trigo tomando, idos; y traed a mí a vuestro hermano el menor; y conoceré que no sois espías sino que pacíficos sois;
Gén 42:34  y vuestro hermano devolveréos, y en la tierra conversad».
Gén 42:35  Y aconteció que, vaciando ellos sus sacos, estaba el atado de dinero de cada uno en su saco; y miraron(e)  los atados de su dinero, ellos y su padre; y amedrentáronse.
Gén 42:36  Y díjoles Jacob su padre: «A mí sin hijos me habéis dejado: José no es; Simeón no es, y a Benjamín habéis de llevar; sobre mí viene todo esto».
Gén 42:37  Y dijo Rubén a su padre; diciendo: «A mis dos hijos mata, si no te lo devuelvo; dale en mi mano, y yo te lo devolveré».
Gén 42:38  Y dijo Jacob: «No bajará mi hijo con vosotros; su hermano muerto es; y él solo ha quedado(f)  y sucederá que reciba daño en el camino que vais, y bajaréis mi vejez, con tristeza, a los infiernos.


Gén 42:1 

Los hermanos de José vienen por alimentos
  Viendo Jacob que en Egipto había alimentos, dijo a sus hijos: ¿Por qué os estáis mirando?
Gén 42:2  Y dijo: He aquí, yo he oído que hay víveres en Egipto; descended allá, y comprad de allí para nosotros, para que podamos vivir, y no muramos.(A)
Gén 42:3  Y descendieron los diez hermanos de José a comprar trigo en Egipto.
Gén 42:4  Mas Jacob no envió a Benjamín, hermano de José, con sus hermanos; porque dijo: No sea que le acontezca algún desastre.
Gén 42:5  Vinieron los hijos de Israel a comprar entre los que venían; porque había hambre en la tierra de Canaán.
Gén 42:6  Y José era el señor de la tierra, quien le vendía a todo el pueblo de la tierra; y llegaron los hermanos de José, y se inclinaron a él rostro a tierra.
Gén 42:7  Y José, cuando vio a sus hermanos, los conoció; mas hizo como que no los conocía, y les habló ásperamente, y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la tierra de Canaán, para comprar alimentos.
Gén 42:8  José, pues, conoció a sus hermanos; pero ellos no le conocieron.
Gén 42:9  Entonces se acordó José de los sueños que había tenido acerca de ellos,(B) y les dijo: Espías sois; por ver lo descubierto del país habéis venido.
Gén 42:10  Ellos le respondieron: No, señor nuestro, sino que tus siervos han venido a comprar alimentos.
Gén 42:11  Todos nosotros somos hijos de un varón; somos hombres honrados; tus siervos nunca fueron espías.
Gén 42:12  Pero José les dijo: No; para ver lo descubierto del país habéis venido.
Gén 42:13  Y ellos respondieron: Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un varón en la tierra de Canaán; y he aquí el menor está hoy con nuestro padre, y otro no parece.
Gén 42:14  Y José les dijo: Eso es lo que os he dicho, afirmando que sois espías.
Gén 42:15  En esto seréis probados: Vive Faraón, que no saldréis de aquí, sino cuando vuestro hermano menor viniere aquí.
Gén 42:16  Enviad a uno de vosotros y traiga a vuestro hermano, y vosotros quedad presos, y vuestras palabras serán probadas, si hay verdad en vosotros; y si no, vive Faraón, que sois espías.
Gén 42:17  Entonces los puso juntos en la cárcel por tres días.
Gén 42:18  Y al tercer día les dijo José: Haced esto, y vivid: Yo temo a Dios.
Gén 42:19  Si sois hombres honrados, quede preso en la casa de vuestra cárcel uno de vuestros hermanos, y vosotros id y llevad el alimento para el hambre de vuestra casa.
Gén 42:20  Pero traeréis a vuestro hermano menor, y serán verificadas vuestras palabras, y no moriréis. Y ellos lo hicieron así.
Gén 42:21  Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.
Gén 42:22  Entonces Rubén les respondió, diciendo: ¿No os hablé yo y dije: No pequéis contra el joven,(C) y no escuchasteis? He aquí también se nos demanda su sangre.
Gén 42:23  Pero ellos no sabían que los entendía José, porque había intérprete entre ellos.
Gén 42:24  Y se apartó José de ellos, y lloró; después volvió a ellos, y les habló, y tomó de entre ellos a Simeón, y lo aprisionó a vista de ellos.
Gén 42:25  Después mandó José que llenaran sus sacos de trigo, y devolviesen el dinero de cada uno de ellos, poniéndolo en su saco, y les diesen comida para el camino; y así se hizo con ellos.
Gén 42:26  Y ellos pusieron su trigo sobre sus asnos, y se fueron de allí.
Gén 42:27  Pero abriendo uno de ellos su saco para dar de comer a su asno en el mesón, vio su dinero que estaba en la boca de su costal.
Gén 42:28  Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y helo aquí en mi saco. Entonces se les sobresaltó el corazón, y espantados dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?
Gén 42:29  Y venidos a Jacob su padre en tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había acontecido, diciendo:
Gén 42:30  Aquel varón, el señor de la tierra, nos habló ásperamente, y nos trató como a espías de la tierra.
Gén 42:31  Y nosotros le dijimos: Somos hombres honrados, nunca fuimos espías.
Gén 42:32  Somos doce hermanos, hijos de nuestro padre; uno no parece, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán.
Gén 42:33  Entonces aquel varón, el señor de la tierra, nos dijo: En esto conoceré que sois hombres honrados: dejad conmigo uno de vuestros hermanos, y tomad para el hambre de vuestras casas, y andad,
Gén 42:34  y traedme a vuestro hermano el menor, para que yo sepa que no sois espías, sino hombres honrados; así os daré a vuestro hermano, y negociaréis en la tierra.
Gén 42:35  Y aconteció que vaciando ellos sus sacos, he aquí que en el saco de cada uno estaba el atado de su dinero; y viendo ellos y su padre los atados de su dinero, tuvieron temor.
Gén 42:36  Entonces su padre Jacob les dijo: Me habéis privado de mis hijos; José no parece, ni Simeón tampoco, y a Benjamín le llevaréis; contra mí son todas estas cosas.
Gén 42:37  Y Rubén habló a su padre, diciendo: Harás morir a mis dos hijos, si no te lo devuelvo; entrégalo en mi mano, que yo lo devolveré a ti.
Gén 42:38  Y él dijo: No descenderá mi hijo con vosotros, pues su hermano ha muerto, y él solo ha quedado; y si le aconteciere algún desastre en el camino por donde vais, haréis descender mis canas con dolor al Seol.


Gén 42:1 
Los hermanos de José van a Egipto
Cuando Jacob supo que en Egipto había trigo, dijo a sus hijos: “¿Qué hacéis ahí, mirándoos unos a otros?
Gén 42:2  Me han dicho que en Egipto hay trigo. Id allá y comprad trigo para nosotros, para que podamos seguir viviendo.”[a]
Gén 42:3  Entonces diez de los hermanos de José fueron a Egipto a comprar trigo;
Gén 42:4  pero Jacob no dejó ir a Benjamín, el hermano de José,[b] porque pensó que podría pasarle algo malo.
Gén 42:5  Los hijos de Israel fueron entre otros que también iban a comprar, porque en toda la tierra de Canaán había hambre.
Gén 42:6  José era el gobernador del país, y el que vendía trigo a la gente que llegaba de todas partes. Cuando sus hermanos se presentaron ante él, se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente.[c]
Gén 42:7  José reconoció a sus hermanos en cuanto los vio; pero hizo como que no los conocía y les preguntó bruscamente:
–¡Vosotros!, ¿de dónde venís?
–Venimos de Canaán, a comprar trigo –contestaron.
Gén 42:8  José reconoció a sus hermanos, pero ellos no le reconocieron.
Gén 42:9  Entonces José se acordó de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo:
–Vosotros sois espías. Sólo venís a ver cuáles son los puntos débiles del país.[d]
Gén 42:10  –¡No, señor! –contestaron ellos–. Nosotros, tus servidores, hemos venido a comprar trigo.
Gén 42:11  Todos nosotros somos hijos del mismo padre. Somos gente honrada. Nunca hemos sido espías.
Gén 42:12  –No es cierto –insistió José–. Vosotros venís a descubrir los puntos débiles del país.
Gén 42:13  Pero ellos contestaron:
–Tus servidores somos doce hermanos, hijos del mismo padre, y vivimos en Canaán. Nuestro hermano menor se ha quedado con nuestro padre, y el otro ya no está con nosotros.
Gén 42:14  Sin embargo, José volvió a decirles:
–¡Tal como dije! Vosotros sois espías,
Gén 42:15  y con esto vamos a probarlo: os juro por el faraón que no saldréis de aquí hasta que venga vuestro hermano menor.
Gén 42:16  Que vaya uno de vosotros a traerlo. Los demás se quedarán presos. Vamos a ver si es cierto lo que habéis dicho, y si no es cierto, es que sois espías.[e] ¡Lo juro por el faraón!
Gén 42:17  José los tuvo presos a todos ellos durante tres días,
Gén 42:18  pero al tercer día les dijo:
–Yo tengo temor de Dios.[f] Haced esto y se os perdonará la vida:
Gén 42:19  si sois de veras honrados, dejad en la cárcel a uno de vuestros hermanos, y los demás id y llevad trigo para que coman vuestras familias.
Gén 42:20  Traedme luego a vuestro hermano menor y veremos si habéis dicho la verdad. Si no, moriréis.
Ellos aceptaron,
Gén 42:21  pero se decían unos a otros:
–Verdaderamente nos portamos muy mal con nuestro hermano, pues no le hicimos caso cuando nos rogaba que tuviéramos compasión de él, aunque veíamos que estaba angustiado. Por eso nos ha venido ahora esta aflicción.
Gén 42:22  Rubén les contestó:
–Ya os dije que no hicierais daño al muchacho;[g] pero no me hicisteis caso y ahora tenemos que responder de su muerte.
Gén 42:23  Ellos no sabían que José los entendía, porque él había estado hablándoles por medio de un intérprete.
Gén 42:24  José se apartó de ellos y se echó a llorar. Cuando regresó a donde ellos estaban y pudo hablarles, apartó a Simeón y, a la vista de ellos, hizo que lo ataran.
Gén 42:25  Después ordenó que les llenaran de trigo sus costales, que devolvieran a cada uno su dinero poniéndolo dentro de cada costal, y que les dieran comida para el camino. Así se hizo.
Gén 42:26  Entonces ellos cargaron el trigo en sus asnos y se fueron de allí.
Gén 42:27  Cuando llegaron al lugar donde iban a pasar la noche, uno de ellos abrió su costal para dar de comer a su asno y vio que su dinero estaba allí, en la boca del costal.
Gén 42:28  Entonces dijo a sus hermanos:
–¡Mirad, me han devuelto mi dinero! ¡Aquí está, en mi costal!
Todos ellos se asustaron mucho, y temblando de miedo se decían unos a otros:
–¿Qué es esto que Dios nos ha hecho?
Gén 42:29  Al llegar a Canaán, contaron a su padre Jacob todo lo que les había pasado, y le dijeron:
Gén 42:30  –El hombre que gobierna en aquel país nos habló con mucha brusquedad, y nos acusó de haber ido a su país como espías.
Gén 42:31  Pero nosotros le dijimos que éramos gente honrada y que nunca habíamos sido espías;
Gén 42:32  que éramos doce hermanos, hijos del mismo padre; que uno ya no estaba con nosotros y que el menor se había quedado contigo en Canaán.
Gén 42:33  Entonces él nos dijo: ‘Con esto voy a ver si sois de veras honrados: dejad aquí conmigo a uno de vuestros hermanos e id a llevar un poco de trigo a vuestras familias,
Gén 42:34  pero traedme a vuestro hermano menor. Así podré estar seguro de que sois gente honrada, y no espías; entonces dejaré libre a vuestro otro hermano y podréis andar libremente por este país.’
Gén 42:35  En el momento de vaciar sus costales, los hermanos de José vieron que en cada costal había una bolsita con el dinero de cada uno de ellos. Al ver las bolsitas con el dinero, tanto ellos como su padre se asustaron.
Gén 42:36  Entonces Jacob les dijo:
–Me estáis dejando sin hijos. José ya no está con nosotros, Simeón tampoco, ¡y ahora me vais a quitar a Benjamín! ¡Y siempre el perjudicado soy yo!
Gén 42:37  Entonces Rubén dijo a su padre:
–Deja a Benjamín a mi cuidado y yo te lo devolveré. Si no te lo devuelvo, puedes matar a mis dos hijos.
Gén 42:38  Pero Jacob contestó:
–Mi hijo no irá con vosotros. Su hermano José ha muerto y sólo queda él.[h] Si le pasa algo malo en el viaje que vais a hacer, vosotros tendréis la culpa de que este viejo se muera de tristeza.

Gén 42:1  Y viendo Jacob que en Egipto había alimentos, dijo a sus hijos: ¿Por qué os estáis mirando?
Gén 42:2  Y dijo: He aquí, yo he oído que hay alimentos en Egipto; descended allá, y comprad de allí para nosotros, para que podamos vivir, y no nos muramos.
Gén 42:3  Y descendieron los diez hermanos de José a comprar trigo a Egipto.
Gén 42:4  Mas Jacob no envió a Benjamín, hermano de José, con sus hermanos; porque dijo: Para que no le acontezca algún desastre.
Gén 42:5  Y vinieron los hijos de Israel a comprar entre los que venían; porque había hambre en la tierra de Canaán.
Gén 42:6  Y José era el señor de la tierra, que vendía el trigo a todo el pueblo de la tierra; y llegaron los hermanos de José, y se inclinaron a él rostro por tierra.
Gén 42:7  Y cuando José vio a sus hermanos, los conoció; mas hizo que no los conocía, y les habló ásperamente, y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la tierra de Canaán a comprar alimentos.
Gén 42:8  Y José conoció a sus hermanos, pero ellos no le conocieron.
Gén 42:9  Entonces se acordó José de los sueños que había soñado de ellos, y les dijo: Espías sois; por ver lo descubierto de la tierra habéis venido.
Gén 42:10  Y ellos le respondieron: No, señor mío; mas tus siervos han venido a comprar alimentos.
Gén 42:11  Todos nosotros somos hijos de un varón; somos hombres de la verdad; tus siervos nunca fueron espías.
Gén 42:12  Y él les dijo: No; a ver lo descubierto del país habéis venido.
Gén 42:13  Ellos respondieron: Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un varón en la tierra de Canaán; y he aquí el menor está hoy con nuestro padre, y otro no parece.
Gén 42:14  Y José les dijo: Eso es lo que os he dicho, afirmando que sois espías.
Gén 42:15  En esto seréis probados: Vive el Faraón que no saldréis de aquí, sino cuando vuestro hermano menor viniere aquí.
Gén 42:16  Enviad uno de vosotros, y traiga a vuestro hermano; y vosotros quedad presos, y vuestras palabras serán probadas, si la verdad esta con vosotros; y si no, vive el Faraón, que sois espías.
Gén 42:17  Y los juntó en la cárcel por tres días.
Gén 42:18  Y al tercer día les dijo José: Haced esto, y vivid. Yo temo a Dios.
Gén 42:19  Si sois hombres de la verdad, quede preso en la casa de vuestra cárcel uno de vuestros hermanos; y vosotros id, llevad el alimento para el hambre de vuestra casa;
Gén 42:20  pero habéis de traerme a vuestro hermano menor, y serán verificadas vuestras palabras, y no moriréis. Y ellos lo hicieron así.
Gén 42:21  Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, que vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le oímos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.
Gén 42:22  Entonces Rubén les respondió, diciendo: ¿No os hablé yo y dije: No pequéis contra el joven; y no escuchasteis? He aquí también su sangre es requerida.
Gén 42:23  Y ellos no sabían que los entendía José, porque había intérprete entre ellos.
Gén 42:24  Y se apartó José de ellos, y lloró; después volvió a ellos, y les habló, y tomó de entre ellos a Simeón, y le aprisionó a vista de ellos.
Gén 42:25  Y mandó José que llenaran sus sacos de trigo, y devolviesen el dinero de cada uno de ellos, poniéndolo en su saco, y les diesen comida para el camino; y fue hecho con ellos así.
Gén 42:26  Y ellos pusieron su trigo sobre sus asnos, y se fueron de allí.
Gén 42:27  Y abriendo uno su saco para dar de comer a su asno, en el mesón, vio su dinero que estaba en la boca de su costal.
Gén 42:28  Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y aun helo aquí en mi saco. Se les sobresaltó entonces el corazón, y espantados dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?
Gén 42:29  Y venidos a Jacob su padre en tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había acaecido, diciendo:
Gén 42:30  Aquel varón, señor de la tierra, nos habló ásperamente, y nos trató como a espías de la tierra:
Gén 42:31  Y nosotros le dijimos: Somos hombres de la verdad, nunca fuimos espías.
Gén 42:32  Somos doce hermanos, hijos de nuestro padre; el uno no parece, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán.
Gén 42:33  Y aquel varón, señor de la tierra, nos dijo: En esto conoceré que sois hombres de verdad; dejad conmigo uno de vuestros hermanos, y tomad para el hambre de vuestras casas, y andad,
Gén 42:34  y traedme a vuestro hermano el menor, para que yo sepa que no sois espías, sino hombres de la verdad; así os daré a vuestro hermano, y negociaréis en la tierra.
Gén 42:35  Y aconteció que vaciando ellos sus sacos, he aquí que en el saco de cada uno estaba el atado de su dinero; y viendo ellos y su padre los atados de su dinero, tuvieron temor.
Gén 42:36  Entonces su padre Jacob les dijo: Me habéis privado de mis hijos; José no parece, ni Simeón tampoco, y a Benjamín le llevaréis; sobre mí son todas estas cosas.
Gén 42:37  Y Rubén habló a su padre, diciendo: Harás morir a mis dos hijos, si no te lo volviere; entrégalo en mi mano, que yo lo volveré a ti.
Gén 42:38  Y él dijo: No descenderá mi hijo con vosotros; que su hermano es muerto, y él solo ha quedado; y si le aconteciere algún desastre en el camino por donde vais, haréis descender mis canas con dolor a la sepultura.

Gén 42:1  Por fin Jacob llegó a ver que había cereales en Egipto. Entonces Jacob dijo a sus hijos: “¿Por qué siguen mirándose unos a otros?”.
Gén 42:2  Y añadió: “Miren que he oído que hay cereales en Egipto. Bajen allá y cómprennos de allí, para que nos mantengamos vivos y no muramos”.
Gén 42:3  Por consiguiente, bajaron diez hermanos de José a comprar grano de Egipto.
Gén 42:4  Pero Jacob no envió a Benjamín, el hermano de José, con sus otros hermanos, porque dijo: “De otro modo puede que le acaezca un accidente mortal”.
Gén 42:5  Así que vinieron los hijos de Israel con los otros que venían a comprar, porque existía el hambre en la tierra de Canaán.
Gén 42:6  Y José era el hombre que estaba en el poder sobre el país. Él era quien hacía la venta a toda la gente de la tierra. Por consiguiente, vinieron los hermanos de José y se inclinaron ante él, rostro a tierra.
Gén 42:7  Cuando José llegó a ver a sus hermanos, en seguida los reconoció, pero se hizo irreconocible para ellos. De modo que les habló con dureza y les dijo: “¿De dónde han venido?”, a lo cual dijeron: “De la tierra de Canaán para comprar víveres”.
Gén 42:8  Así reconoció José a sus hermanos, pero ellos mismos no lo reconocieron a él.
Gén 42:9  Inmediatamente se acordó José de los sueños que había soñado acerca de ellos, y pasó a decirles: “¡Son espías! ¡Han venido para ver la condición desvalida del país!”.
Gén 42:10  Entonces ellos le dijeron: “No, señor mío, sino que tus siervos han venido para comprar víveres.
Gén 42:11  Todos nosotros somos hijos de un mismo hombre. Somos hombres rectos. Tus siervos no actúan como espías”.
Gén 42:12  Pero él les dijo: “¡No es así! ¡Porque han venido para ver la condición desvalida del país!”.
Gén 42:13  A lo cual dijeron ellos: “Tus siervos somos doce hermanos. Somos hijos de un mismo hombre, en la tierra de Canaán; y mira que el más joven está con nuestro padre hoy, mientras que el otro ya no es”.
Gén 42:14  Sin embargo, José les dijo: “Es lo que les he hablado, diciendo: ‘¡Son espías!’.
Gén 42:15  Mediante esto serán probados. Tan ciertamente como que Faraón vive, no saldrán de aquí sino hasta que venga acá su hermano menor.
Gén 42:16  Envíen a uno de ustedes para que consiga a su hermano mientras ustedes quedan atados, para que sus palabras sean probadas como la verdad en el caso de ustedes. Y si no, entonces, tan ciertamente como que Faraón vive, son espías”.
Gén 42:17  Con eso, los puso juntos en custodia por tres días.
Gén 42:18  Después José les dijo al tercer día: “Hagan esto y manténganse vivos. Yo temo al Dios [verdadero].
Gén 42:19  Si son rectos, que uno de sus hermanos se quede atado en su casa de custodia, pero los demás de ustedes vayan, lleven cereales para el hambre de sus casas.
Gén 42:20  Entonces me traerán a su hermano menor, para que sus palabras sean halladas fidedignas; y no morirán”. Y ellos procedieron a hacer aquello.
Gén 42:21  Y empezaron a decirse uno a otro: “Indisputablemente somos culpables tocante a nuestro hermano, porque vimos la angustia de su alma cuando suplicaba de nosotros que tuviéramos compasión, pero no escuchamos. Por eso nos ha sobrevenido esta angustia”.
Gén 42:22  Entonces les contestó Rubén, y dijo: “¿No les dije yo: ‘No pequen contra el niño’, pero no escucharon? Y ahora, miren, su sangre ciertamente está siendo reclamada”.
Gén 42:23  En cuanto a ellos, no sabían que José estaba escuchando, porque había un intérprete entre ellos.
Gén 42:24  Por consiguiente, él se apartó de ellos y empezó a llorar. Entonces volvió a ellos y les habló y tomó de ellos a Simeón y lo ató ante los ojos de ellos.
Gén 42:25  Después de eso José dio el mandato, y se pusieron a llenarles de grano sus receptáculos. Además, habían de devolver el dinero de los hombres al saco individual de cada uno y darles provisiones para el viaje. En efecto, así se hizo con ellos.
Gén 42:26  De modo que ellos cargaron sus cereales sobre sus asnos y procedieron a irse de allí.
Gén 42:27  Cuando uno abrió su saco para dar pienso a su asno en el lugar de alojamiento, llegó a ver su dinero, y aquí estaba en la boca de su costal.
Gén 42:28  Ante aquello, dijo a sus hermanos: “¡Me ha sido devuelto mi dinero, y ahora aquí está en mi costal!”. Entonces se les hundió el corazón, de modo que, temblando, se dirigieron unos a otros y dijeron: “¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?”.
Gén 42:29  Por fin llegaron a donde Jacob su padre, a la tierra de Canaán, y le refirieron todas las cosas que les habían acaecido, diciendo:
Gén 42:30  “El hombre que es el señor del país nos habló con dureza, puesto que nos tomó por hombres que espiaban el país.
Gén 42:31  Pero nosotros le dijimos: ‘Somos hombres rectos. No actuamos como espías.
Gén 42:32  Somos doce hermanos, los hijos de nuestro padre. Uno ya no es, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán’.
Gén 42:33  Pero el hombre que es el señor del país nos dijo: ‘Por medio de esto sabré que son rectos: Hagan que uno de sus hermanos se quede conmigo. Entonces tomen algo para el hambre [que hay] en sus casas y váyanse.
Gén 42:34  Y tráiganme a su hermano menor, para que sepa yo que no son espías, sino que son rectos. Les devolveré a su hermano, y pueden negociar en el país’”.
Gén 42:35  Y aconteció que, al vaciar sus sacos, he aquí que el atado de dinero de cada uno estaba en su saco. Y llegaron a ver, tanto ellos como su padre, sus atados de dinero, y les dio miedo.
Gén 42:36  Entonces Jacob su padre les exclamó: “¡Es a mí a quien han privado de hijos! ¡José ya no es y Simeón ya no es, y a Benjamín se lo van a llevar! ¡Es sobre mí sobre quien han venido todas estas cosas!”.
Gén 42:37  Pero Rubén dijo a su padre: “A los dos hijos míos les puedes dar muerte si no te lo traigo de vuelta. Entrégalo a mi cuidado, y yo seré el que te lo devuelva”.
Gén 42:38  Sin embargo, él dijo: “No bajará mi hijo con ustedes, porque su hermano está muerto y él ha quedado solo. Si le acaeciera un accidente mortal por el camino en que fueran, entonces ciertamente harían descender mis canas con desconsuelo al Seol”.

Gén 42:1  Cuando Jacob supo que en Egipto había trigo, les dijo a sus hijos: «¿Qué hacen allí, mirándose los unos a los otros? Me han dicho que en Egipto hay trigo. Si queremos seguir con vida y no morirnos de hambre, más vale que vayan allá y compren trigo para nosotros».
Gén 42:3  El hambre en Canaán iba en aumento, y mucha gente viajaba a Egipto para comprar trigo; entre esa gente iban diez hermanos de José. Jacob no dejó que Benjamín se fuera con ellos porque tenía miedo de que le sucediera alguna desgracia. Como sabemos, Benjamín era hermano de José por parte de padre y madre.
Gén 42:6  Cuando los hermanos de José llegaron a Egipto, se inclinaron ante José con mucho respeto, pues él gobernaba en Egipto y era el que vendía el trigo a todo su pueblo.
Gén 42:7  José reconoció a sus hermanos enseguida, pero ellos no lo reconocieron. Así que los dejó creer que era egipcio y con cara muy seria les preguntó: —Ustedes, ¿de dónde vienen? Ellos le respondieron: —Venimos de Canaán, y queremos comprar trigo.
Gén 42:9  Entonces él se acordó de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les contestó: —Yo creo que ustedes son espías, y sólo han venido a ver por dónde pueden atacarnos.
Gén 42:10  Ellos se defendieron: —¡De ninguna manera, señor! Nosotros estamos para servirle, y sólo hemos venido a comprar trigo.
Gén 42:11  Somos gente honrada, todos hijos del mismo padre. ¡No somos espías!
Gén 42:12  José insistió: —¡No les creo! Ustedes sólo han venido a ver por dónde pueden atacarnos.
Gén 42:13  Ellos le respondieron: —Nosotros somos doce hermanos, todos hijos de un mismo padre. El más joven se quedó con nuestro padre en Canaán, y el otro ya ha muerto.
Gén 42:14  José volvió a decirles: —¡Tal como les dije! ¡Ustedes son espías,
Gén 42:15  y les voy a probar que tengo la razón! Yo les juro, por la vida del rey de Egipto, que no van a salir de aquí hasta que traigan a su hermano menor.
Gén 42:16  Vamos a ver si es cierto lo que dicen: Uno de ustedes va a ir por su hermano, y los demás van a quedarse presos. Si no traen aquí a su hermano, quiere decir que ustedes son espías. ¡Lo juro por el rey de Egipto!
Gén 42:17  Y así, José los puso a todos bajo vigilancia durante tres días.
Gén 42:18  Pasado ese tiempo, les dijo: «Yo creo en Dios. Si ustedes realmente son gente honrada y quieren seguir con vida, hagan lo siguiente: dejen aquí a uno de ustedes, y vayan los demás a llevarles trigo a sus familiares, pues deben estar muriéndose de hambre. Pero tienen que traerme a su hermano menor. Así veré si es cierto lo que dicen». Ellos aceptaron lo que José les propuso,
Gén 42:21  pero se decían los unos a los otros: «Seguramente estamos recibiendo nuestro merecido por lo que le hicimos a nuestro hermano. Cuando nos rogaba que le perdonáramos la vida, no le hicimos caso, aunque podíamos ver su miedo. Ahora estamos pagando las consecuencias».
Gén 42:22  Entonces dijo Rubén: «¿Acaso no les decía yo que no le hicieran daño al muchacho? ¡Pero ustedes no me hicieron caso! ¡Por eso ahora recibimos este castigo!»
Gén 42:23  Como José estaba hablando con ellos por medio de un traductor, no se dieron cuenta de que él les podía entender.
Gén 42:24  Sin embargo, José se apartó de ellos y se echó a llorar. Luego regresó a donde estaban y ordenó que tomaran preso a Simeón, y que lo encadenaran.
Gén 42:25  Después ordenó que les llenaran de trigo sus sacos, y que pusieran en los sacos el dinero que habían pagado. También ordenó que les dieran comida para el viaje. Una vez hecho esto,
Gén 42:26  los hermanos de José echaron el trigo sobre los burros y se pusieron en camino.
Gén 42:27  Cuando llegaron al lugar donde iban a pasar la noche, uno de ellos abrió su saco para darle de comer a su burro, ¡y se encontró con que en el saco estaba su dinero! Enseguida les dijo a sus hermanos:
Gén 42:28  «¡Me devolvieron mi dinero! ¡Mírenlo, aquí está, dentro del saco!» Al ver esto, todos ellos se asustaron y empezaron a temblar de miedo, mientras se preguntaban: «¿Qué es lo que Dios está haciendo con nosotros?»
Gén 42:29  Cuando llegaron a Canaán, le contaron a su padre todo lo que les había pasado. Le dijeron:
Gén 42:30  «El gobernador de Egipto nos habló muy fuerte, y hasta nos acusó de ser espías.
Gén 42:31  Nosotros le dijimos que no éramos espías, sino gente honrada.
Gén 42:32  También le dijimos que éramos doce hermanos, hijos del mismo padre; que uno de nosotros ya había muerto, y que el menor se había quedado contigo aquí en Canaán.
Gén 42:33  »Pero el gobernador nos dijo: “Ahora voy a ver si de veras son gente honrada: Dejen aquí a uno de sus hermanos, y váyanse a llevarles comida a sus familiares, que deben estar muriéndose de hambre.
Gén 42:34  Pero tienen que traerme a su hermano menor. Así sabré que no son espías, sino gente honrada, y yo les devolveré a su hermano. Entonces podrán hacer negocios aquí”».
Gén 42:35  Cuando comenzaron a vaciar sus sacos, se encontraron con que en cada uno de ellos estaba su dinero. Al ver las bolsas de dinero, tanto ellos como su padre se asustaron mucho.
Gén 42:36  Entonces su padre les dijo: —¡Ustedes me van a dejar sin hijos! José ya no está con nosotros; Simeón, tampoco; ¡y ahora quieren llevarse también a Benjamín! ¡Todo esto acabará por matarme!
Gén 42:37  Pero Rubén le propuso a su padre: —Tú deja a Benjamín en mis manos, que yo te lo devolveré. Y si no te lo traigo de vuelta, ¡te dejo que mates a mis dos hijos!
Gén 42:38  Sin embargo, Jacob respondió: —Mi hijo no va a ir con ustedes. Ya su hermano está muerto, y sólo me queda él. Si algo llega a pasarle en este viaje, viviré triste por el resto de mis días.

Gén 42:1  Vio Jacob que se repartía grano en Egipto, y dijo Jacob a sus hijos: «¿Por qué os estáis ahí mirando?
Gén 42:2  Yo tengo oído que hay reparto de grano en Egipto. Bajad a comprarnos grano allí, para que vivamos y no muramos.»
Gén 42:3  Bajaron, pues, los diez hermanos de José a proveerse de grano en Egipto;
Gén 42:4  pero a Benjamín, hermano de José, no le envió Jacob con sus hermanos, pues se decía: «No vaya a sucederle alguna desgracia.»
Gén 42:5  Fueron, pues, los hijos de Israel a comprar con otros que iban, pues había hambre en el país cananeo.
Gén 42:6  José era el que regía en todo el país, y él mismo en persona era el que distribuía grano a todo el mundo. Llegaron los hermanos de José y se inclinaron rostro en tierra.
Gén 42:7  Vio José a sus hermanos y los reconoció, pero él no se dio a conocer, y hablándoles con dureza les dijo: «¿De dónde venís?» Dijeron: «De Canaán, para comprar víveres.»
Gén 42:8  O sea, que José reconoció a sus hermanos, pero ellos no le reconocieron.
Gén 42:9  José entonces se acordó de aquellos sueños que había soñado respecto a ellos, y les dijo: «Vosotros sois espías, que venís a ver los puntos desguarnecidos del país.»
Gén 42:10  Dijéronle: «No, señor, sino que tus siervos han venido a proveerse de víveres.
Gén 42:11  Todos nosotros somos hijos de un mismo padre, y somos gente de bien: tus siervos no son espías.»
Gén 42:12  Díjoles: «Nada de eso: a lo que venís es a ver los puntos desguarnecidos del país.»
Gén 42:13  Dijéronle: «Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un mismo padre, en el país cananeo; sólo que el menor está actualmente con nuestro padre, y el otro no existe.»
Gén 42:14  José replicó: «Lo que yo os dije: sois espías.
Gén 42:15  Con esto seréis probados, ¡por vida de Faraón!, no saldréis de aquí mientras no venga vuestro hermano pequeño acá.
Gén 42:16  Enviad a cualquiera de vosotros y que traiga a vuestro hermano, mientras los demás quedáis presos. Así serán comprobadas vuestras afirmaciones, a ver si la verdad está con vosotros. Que si no, ¡por vida de Faraón!, espías sois.»
Gén 42:17  Y los puso bajo custodia durante tres días.
Gén 42:18  Al tercer día les dijo José: «Haced esto - pues yo también temo a Dios - y viviréis.
Gén 42:19  Si sois gente de bien, uno de vuestros hermanos se quedará detenido en la prisión mientras los demás hermanos vais a llevar el grano que tanta falta hace en vuestras casas.
Gén 42:20  Luego me traéis a vuestro hermano menor; entonces se verá que son verídicas vuestras palabras y no moriréis.» - Así lo hicieron ellos. -
Gén 42:21  Y se decían el uno al otro: «A fe que somos culpables contra nuestro hermano, cuya angustia veíamos cuando nos pedía que tuviésemos compasión y no le hicimos caso. Por eso nos hallamos en esta angustia.»
Gén 42:22  Rubén les replicó: «!? Nos os decía yo que no pecarais contra el niño y no me hicisteis caso? ¡Ahora se reclama su sangre!»
Gén 42:23  Ignoraban ellos que José les entendía, porque mediaba un intérprete entre ellos.
Gén 42:24  Entonces José se apartó de su lado y lloró; y volviendo donde ellos tomó a Simeón y le hizo amarrar a vista de todos.
Gén 42:25  Mandó José que se les llenaran los envases de grano, que se devolviera a cada uno su dinero en la talega, y que se les pusiera provisiones para el camino; así se hizo con ellos.
Gén 42:26  Ellos pusieron su cargamento de grano sobre los burros, y se fueron de allí.
Gén 42:27  Al ir a hacer noche, uno de ellos abrió su talega para dar pienso a su burro, y vio que su dinero estaba en la boca de la talega de grano.
Gén 42:28  Y dijo a sus hermanos: «Me han devuelto el dinero; lo tengo aquí en mi talega.» Se quedaron sin aliento, y se miraban temblando y diciendo: «¿Qué es esto que ha hecho Dios con nosotros?»
Gén 42:29  Llegaron donde su padre, a Canaán, y le manifestaron todas sus aventuras, diciéndole:
Gén 42:30  «El hombre que es señor del país ha hablado con nosotros duramente y nos ha tomado por espías del país.
Gén 42:31  Nosotros le hemos dicho que éramos gente de bien y no espías,
Gén 42:32  que éramos doce hermanos, hijos del mismo padre; que uno de nosotros no existía, y que el otro se encontraba actualmente con nuestro padre en Canaán.
Gén 42:33  Entonces nos dijo el hombre que es señor del país: “De este modo conoceré si sois gente de bien; dejad conmigo a uno de vosotros, tomad lo que hace falta en vuestras casas y marchaos
Gén 42:34  a buscarme a vuestro hermano pequeño. Así conoceré que no sois espías, sino gente de bien. Entonces os entregaré a vuestro hermano y circularéis libremente por el país.”»
Gén 42:35  Ahora bien, cuando estaban vaciando sus talegas, he aquí que cada uno tenía su dinero en la talega, y tanto ellos como su padre, al ver las bolsas, sintieron miedo.
Gén 42:36  Su padre Jacob les dijo: «Me dejáis sin hijos: Falta José, falta Simeón, y encima vais a quitarme a Benjamín. Esto acabará conmigo.»
Gén 42:37  Dijo Rubén a su padre: «Que mueran mis dos hijos si no te lo traemos. Confíalo a mí y yo te lo devolveré.»
Gén 42:38  Replicó: «No bajará mi hijo con vosotros, pues su hermano está muerto y sólo me queda él. Si le ocurre cualquier desgracia en ese viaje que vais a hacer, entonces haríais bajar mi vejez con pena al seol.»

Gén 42:1  Cuando Jacob se enteró de que había alimento en Egipto, les dijo a sus hijos: "¿Qué hacen ahí parados, mirándose unos a otros?
Gén 42:2  He sabido que hay alimento en Egipto. Vayan allá y compren comida para nosotros, para que no muramos, sino que podamos sobrevivir."
Gén 42:3  Diez de los hermanos de José fueron a Egipto a comprar alimento.
Gén 42:4  Pero Jacob no dejó que Benjamín, el hermano de José, se fuera con ellos porque pensó que podría sucederle alguna desgracia.
Gén 42:5  Fue así como los hijos de Israel fueron a comprar alimento, al igual que otros, porque el hambre se había apoderado de Canaán.
Gén 42:6  José era el gobernador del país, y el que vendía trigo a todo el mundo. Cuando sus hermanos llegaron ante él, se postraron rostro en tierra.
Gén 42:7  En cuanto José vio a sus hermanos, los reconoció; pero, fingiendo no conocerlos, les habló con rudeza: ¡Y ustedes!, ¿de dónde vienen? Venimos de Canaán, para comprar alimento contestaron.
Gén 42:8  Aunque José los había reconocido, sus hermanos no lo reconocieron a él.
Gén 42:9  En ese momento se acordó José de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo: ¡De seguro ustedes son espías, y han venido para investigar las zonas desprotegidas del país!
Gén 42:10  ¡No, señor! respondieron. Sus siervos hemos venido a comprar alimento.
Gén 42:11  Todos nosotros somos hijos de un mismo padre, y además somos gente honrada. ¡Sus siervos no somos espías!
Gén 42:12  ¡No es verdad! insistió José. Ustedes han venido para investigar las zonas desprotegidas del país.
Gén 42:13  Pero ellos volvieron a responder: Nosotros, sus siervos, éramos doce hermanos, todos hijos de un mismo padre que vive en Canaán. El menor se ha quedado con nuestro padre, y el otro ya no vive.
Gén 42:14  Pero José los increpó una vez más: Es tal como les he dicho. ¡Ustedes son espías!
Gén 42:15  Y con esto lo vamos a comprobar: Les juro por la vida del faraón, que de aquí no saldrán con vida a menos que traigan a su hermano menor.
Gén 42:16  Manden a uno de ustedes a buscar a su hermano; los demás se quedarán en la cárcel. Así sabremos si es verdad lo que dicen. Y si no es así, ¡por la vida del faraón, ustedes son espías!
Gén 42:17  José los encerró en la cárcel durante tres días.
Gén 42:18  Al tercer día les dijo: Yo soy un hombre temeroso de Dios. Hagan lo siguiente y salvarán su vida.
Gén 42:19  Si en verdad son honrados, quédese uno de ustedes bajo custodia, y vayan los demás y lleven alimento para calmar el hambre de sus familias.
Gén 42:20  Pero tráiganme a su hermano menor y pruébenme que dicen la verdad. Así no morirán. Ellos aceptaron la propuesta,
Gén 42:21  pero se decían unos a otros: Sin duda estamos sufriendo las consecuencias de lo que hicimos con nuestro hermano. Aunque vimos su angustia cuando nos suplicaba que le tuviéramos compasión, no le hicimos caso. Por eso ahora nos vemos en aprietos.
Gén 42:22  Entonces habló Rubén: Yo les advertí que no le hicieran daño al muchacho, pero no me hicieron caso. ¡Ahora tenemos que pagar el precio de su sangre!
Gén 42:23  Como José les hablaba por medio de un intérprete, ellos no sabían que él entendía todo lo que estaban diciendo.
Gén 42:24  José se apartó de ellos y se echó a llorar. Luego, cuando se controló y pudo hablarles, apartó a Simeón y ordenó que lo ataran en presencia de ellos.
Gén 42:25  José dio también la orden de que llenaran de alimentos sus costales, que repusieran en cada una de sus bolsas el dinero que habían pagado, y que les dieran provisiones para el viaje. Y así se hizo.
Gén 42:26  Entonces ellos cargaron el alimento sobre sus asnos y emprendieron el viaje de vuelta.
Gén 42:27  Cuando llegaron al lugar donde acamparían esa noche, uno de ellos abrió su bolsa para darle de comer a su asno, ¡y allí en la abertura descubrió su dinero!
Gén 42:28  Entonces les dijo a sus hermanos: ¡Me devolvieron el dinero! Miren, ¡aquí está, en mi bolsa! Los otros se asustaron mucho, y temblando se decían unos a otros: ¿Qué es lo que Dios nos ha hecho?
Gén 42:29  Al llegar a Canaán, donde estaba su padre Jacob, le contaron todo lo que les había sucedido:
Gén 42:30  El hombre que gobierna aquel país nos trató con rudeza, a tal grado que nos acusó de ser espías.
Gén 42:31  Nosotros le dijimos: Somos gente honrada. No somos espías.
Gén 42:32  Además, le dijimos: Somos doce hermanos, hijos de un mismo padre. Uno ya no vive, y el menor se ha quedado con nuestro padre en Canaán.
Gén 42:33  "Entonces el hombre que gobierna aquel país nos dijo: Con esto voy a comprobar si en verdad son gente honrada. Dejen aquí conmigo a uno de sus hermanos, y vayan a llevar alimento para calmar el hambre de sus familias.
Gén 42:34  Pero a la vuelta tráiganme a su hermano menor. Así comprobaré que no son espías, y que en verdad son gente honrada. Luego les entregaré de vuelta a su hermano, y podrán moverse [1] con libertad por el país.
Gén 42:35  Cuando comenzaron a vaciar sus costales, se encontraron con que la bolsa de dinero de cada uno estaba allí. Esto hizo que ellos y su padre se llenaran de temor.
Gén 42:36  Entonces Jacob, su padre, les dijo: ¡Ustedes me van a dejar sin hijos! José ya no está con nosotros, Simeón tampoco está aquí, ¡y ahora se quieren llevar a Benjamín! ¡Todo esto me perjudica!
Gén 42:37  Pero Rubén le dijo a su padre: Yo me hago cargo de Benjamín. Si no te lo devuelvo, podrás matar a mis dos hijos.
Gén 42:38  ¡Mi hijo no se irá con ustedes! replicó Jacob. Su hermano José ya está muerto, y ahora sólo él me queda. Si le llega a pasar una desgracia en el viaje que van a emprender, ustedes tendrán la culpa de que este pobre viejo se muera de tristeza.

Gén 42:1  Cuando Jacob se enteró de que en Egipto vendían cereales, preguntó a sus hijos: "¿Por qué se quedan ahí, mirándose unos a otros?".
Gén 42:2  Luego añadió: "He oído que en Egipto venden cereales. Vayan allí y compren algo para nosotros. Así podremos sobrevivir y no moriremos".
Gén 42:3  Entonces, diez de los hermanos de José bajaron a Egipto para abastecerse de cereales;
Gén 42:4  pero Jacob no dejó que Benjamín, el hermano de José fuera con ellos, por temor a que le sucediera una desgracia.
Gén 42:5  Así llegaron los hijos de Israel en medio de otra gente que también iba a procurarse víveres, porque en Canaán se pasaba hambre.
Gén 42:6  José tenía plenos poderes sobre el país y distribuía raciones a toda la población. Sus hermanos se presentaron ante él y se postraron con el rostro en tierra.
Gén 42:7  Al verlos, él los reconoció en seguida, pero los trató como si fueran extraños y les habló duramente. "¿De dónde vienen?", les preguntó. Ellos respondieron: "Venimos de Canaán para abastecernos de víveres".
Gén 42:8  Y al reconocer a sus hermanos, sin que ellos lo reconocieran a él,
Gén 42:9  José se acordó de los sueños que había tenido acerca de ellos. Entonces les dijo: "Ustedes son espías, y han venido a observar las zonas desguarnecidas del país".
Gén 42:10  "No, señor", le respondieron. "Es verdad que tus servidores han venido a comprar víveres.
Gén 42:11  Todos nosotros somos hijos de un mismo padre, y además, personas honradas. No somos espías".
Gén 42:12  Pero él insistió: "No, ustedes han venido a observar las zonas desguarnecidas del país".
Gén 42:13  Ellos continuaron diciendo: "Nosotros, tus servidores, somos doce hermanos, hijos de un hombre que reside en Canaán. El menor está ahora con nuestro padre, y otro ya no vive".
Gén 42:14  Pero él volvió a insistir: "Ya les he dicho que ustedes son espías.
Gén 42:15  Por eso van a ser sometidos a una prueba: juro por el Faraón que ustedes no quedarán en libertad, mientras no venga aquí su hermano menor.
Gén 42:16  Envíen a uno de ustedes a buscar a su hermano, los demás quedarán prisioneros. Así será puesto a prueba lo que ustedes han afirmado, para comprobar si dicen la verdad. De lo contrario, no habrá ninguna duda de que ustedes son espías".
Gén 42:17  E inmediatamente, los puso bajo custodia durante tres días.
Gén 42:18  Al tercer día, José les dijo: "Si quieren salvar la vida, hagan lo que les digo, porque yo soy un hombre temeroso de Dios.
Gén 42:19  Para probar que ustedes son sinceros, uno de sus hermanos quedará como rehén en la prisión donde están bajo custodia, mientras el resto llevará los víveres, para aliviar el hambre de sus familias.
Gén 42:20  Después me traerán a su hermano menor. Así se pondrá de manifiesto que ustedes han dicho la verdad y no morirán". Ellos estuvieron de acuerdo.
Gén 42:21  Pero en seguida comenzaron a decirse unos a otros: "¡Verdaderamente estamos expiando lo que hicimos contra nuestro hermano! Porque nosotros vimos su angustia cuando nos pedía que tuviéramos compasión, y no quisimos escucharlo. Por eso nos sucede esta desgracia".
Gén 42:22  Rubén les respondió: "¿Acaso no les advertí que no cometieran ese delito contra el muchacho? Pero ustedes no quisieron hacer caso, y ahora se nos pide cuenta de su sangre".
Gén 42:23  Ellos ignoraban que José los entendía, porque antes habían hablado por medio de un intérprete.
Gén 42:24  José se alejó de ellos para llorar; y cuando estuvo en condiciones de hablarles nuevamente, separó a Simeón y ordenó que lo ataran a la vista de todos.
Gén 42:25  Después José mandó que les llenaran las bolsas con trigo y que repusieran el dinero en la bolsa de cada uno. También ordenó que les entregaran provisiones para el camino. Así se hizo.
Gén 42:26  Ellos cargaron sus asnos con los víveres y partieron.
Gén 42:27  Cuando acamparon para pasar la noche, uno de los abrió la bolsa para dar de comer a su asno, y encontró el dinero junto a la abertura de la bolsa.
Gén 42:28  Entonces dijo a sus hermanos: "Me han devuelto el dinero. Está aquí, en mi bolsa". Ellos se quedaron pasmados y, temblando, se preguntaban unos a otros: "¿Por qué Dios nos habrá hecho esto?".
Gén 42:29  Al llegar a Canaán, relataron a su padre Jacob la aventura que habían tenido.
Gén 42:30  "El hombre que gobierna aquel país, le dijeron, nos habló duramente y nos acusó de haber entrado allí como espías.
Gén 42:31  Nosotros le aseguramos que éramos personas honradas y no espías.
Gén 42:32  También le dijimos que éramos doce hermanos, pero que uno ya no vivía, y que nuestro hermano menor estaba en ese momento en Canaán, al lado de nuestro padre.
Gén 42:33  El hombre que gobierna el país nos respondió: "Para demostrarme que ustedes son sinceros, dejen conmigo a uno de sus hermanos, mientras los demás llevan algo para aliviar el hambre de sus familias.
Gén 42:34  Luego tráiganme a su hermano menor, y así sabré que ustedes no son espías sino personas honradas. Entonces les devolveré a su hermano y podrán recorrer libremente el país".
Gén 42:35  Cuando vaciaron las bolsas, cada uno encontró su dinero y, al verlo, ellos y su padre se llenaron de temor.
Gén 42:36  Entonces Jacob les dijo: "Ustedes me van a dejar sin hijos. Primero, perdí a José, después, a Simeón; y ahora quieren quitarme a Benjamín. ¡A mí tenían que pasarme todas estas cosas!".
Gén 42:37  Pero Rubén le respondió: "Podrás matar a mis dos hijos si no te lo traigo de vuelta. Déjalo bajo mi cuidado, y yo te lo devolveré sano y salvo".
Gén 42:38  Jacob insistió: "Mi hijo no irá con ustedes, porque su hermano ya murió y ahora queda él solo. Si le sucede una desgracia durante el viaje que van a realizar, ustedes me harán bajar a la tumba lleno de aflicción".

Gén 42:1  Cuando Jacob supo que en Egipto había trigo, les dijo a sus hijos: «¿Qué hacen allí, mirándose los unos a los otros? Me han dicho que en Egipto hay trigo. Si queremos seguir con vida y no morirnos de hambre, más vale que vayan allá y compren trigo para nosotros».
Gén 42:3  El hambre en Canaán iba en aumento, y mucha gente viajaba a Egipto para comprar trigo; entre esa gente iban diez hermanos de José. Jacob no dejó que Benjamín se fuera con ellos porque tenía miedo de que le sucediera alguna desgracia. Como sabemos, Benjamín era hermano de José por parte de padre y madre.
Gén 42:6  Cuando los hermanos de José llegaron a Egipto, se inclinaron ante José con mucho respeto, pues él gobernaba en Egipto y era el que vendía el trigo a todo su pueblo.
Gén 42:7  José reconoció a sus hermanos enseguida, pero ellos no lo reconocieron. Así que los dejó creer que era egipcio y con cara muy seria les preguntó: —Ustedes, ¿de dónde vienen? Ellos le respondieron: —Venimos de Canaán, y queremos comprar trigo.
Gén 42:9  Entonces él se acordó de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les contestó: —Yo creo que ustedes son espías, y sólo han venido a ver por dónde pueden atacarnos.
Gén 42:10  Ellos se defendieron: —¡De ninguna manera, señor! Nosotros estamos para servirle, y sólo hemos venido a comprar trigo.
Gén 42:11  Somos gente honrada, todos hijos del mismo padre. ¡No somos espías!
Gén 42:12  José insistió: —¡No les creo! Ustedes sólo han venido a ver por dónde pueden atacarnos.
Gén 42:13  Ellos le respondieron: —Nosotros somos doce hermanos, todos hijos de un mismo padre. El más joven se quedó con nuestro padre en Canaán, y el otro ya ha muerto.
Gén 42:14  José volvió a decirles: —¡Tal como les dije! ¡Ustedes son espías,
Gén 42:15  y les voy a probar que tengo la razón! Yo les juro, por la vida del rey de Egipto, que no van a salir de aquí hasta que traigan a su hermano menor.
Gén 42:16  Vamos a ver si es cierto lo que dicen: Uno de ustedes va a ir por su hermano, y los demás van a quedarse presos. Si no traen aquí a su hermano, quiere decir que ustedes son espías. ¡Lo juro por el rey de Egipto!
Gén 42:17  Y así, José los puso a todos bajo vigilancia durante tres días.
Gén 42:18  Pasado ese tiempo, les dijo: «Yo creo en Dios. Si ustedes realmente son gente honrada y quieren seguir con vida, hagan lo siguiente: dejen aquí a uno de ustedes, y vayan los demás a llevarles trigo a sus familiares, pues deben estar muriéndose de hambre. Pero tienen que traerme a su hermano menor. Así veré si es cierto lo que dicen». Ellos aceptaron lo que José les propuso,
Gén 42:21  pero se decían los unos a los otros: «Seguramente estamos recibiendo nuestro merecido por lo que le hicimos a nuestro hermano. Cuando nos rogaba que le perdonáramos la vida, no le hicimos caso, aunque podíamos ver su miedo. Ahora estamos pagando las consecuencias».
Gén 42:22  Entonces dijo Rubén: «¿Acaso no les decía yo que no le hicieran daño al muchacho? ¡Pero ustedes no me hicieron caso! ¡Por eso ahora recibimos este castigo!»
Gén 42:23  Como José estaba hablando con ellos por medio de un traductor, no se dieron cuenta de que él les podía entender.
Gén 42:24  Sin embargo, José se apartó de ellos y se echó a llorar. Luego regresó a donde estaban y ordenó que tomaran preso a Simeón, y que lo encadenaran.
Gén 42:25  Después ordenó que les llenaran de trigo sus sacos, y que pusieran en los sacos el dinero que habían pagado. También ordenó que les dieran comida para el viaje. Una vez hecho esto,
Gén 42:26  los hermanos de José echaron el trigo sobre los burros y se pusieron en camino.
Gén 42:27  Cuando llegaron al lugar donde iban a pasar la noche, uno de ellos abrió su saco para darle de comer a su burro, ¡y se encontró con que en el saco estaba su dinero! Enseguida les dijo a sus hermanos:
Gén 42:28  «¡Me devolvieron mi dinero! ¡Mírenlo, aquí está, dentro del saco!» Al ver esto, todos ellos se asustaron y empezaron a temblar de miedo, mientras se preguntaban: «¿Qué es lo que Dios está haciendo con nosotros?»
Gén 42:29  Cuando llegaron a Canaán, le contaron a su padre todo lo que les había pasado. Le dijeron:
Gén 42:30  «El gobernador de Egipto nos habló muy fuerte, y hasta nos acusó de ser espías.
Gén 42:31  Nosotros le dijimos que no éramos espías, sino gente honrada.
Gén 42:32  También le dijimos que éramos doce hermanos, hijos del mismo padre; que uno de nosotros ya había muerto, y que el menor se había quedado contigo aquí en Canaán.
Gén 42:33  »Pero el gobernador nos dijo: “Ahora voy a ver si de veras son gente honrada: Dejen aquí a uno de sus hermanos, y váyanse a llevarles comida a sus familiares, que deben estar muriéndose de hambre.
Gén 42:34  Pero tienen que traerme a su hermano menor. Así sabré que no son espías, sino gente honrada, y yo les devolveré a su hermano. Entonces podrán hacer negocios aquí”».
Gén 42:35  Cuando comenzaron a vaciar sus sacos, se encontraron con que en cada uno de ellos estaba su dinero. Al ver las bolsas de dinero, tanto ellos como su padre se asustaron mucho.
Gén 42:36  Entonces su padre les dijo: —¡Ustedes me van a dejar sin hijos! José ya no está con nosotros; Simeón, tampoco; ¡y ahora quieren llevarse también a Benjamín! ¡Todo esto acabará por matarme!
Gén 42:37  Pero Rubén le propuso a su padre: —Tú deja a Benjamín en mis manos, que yo te lo devolveré. Y si no te lo traigo de vuelta, ¡te dejo que mates a mis dos hijos!
Gén 42:38  Sin embargo, Jacob respondió: —Mi hijo no va a ir con ustedes. Ya su hermano está muerto, y sólo me queda él. Si algo llega a pasarle en este viaje, viviré triste por el resto de mis días.

Gén 42:1  Ahora Ya'akov vio que había grano en Mitzrayim; así que Ya'akov dijo a sus hijos: "¿Por qué se miran el uno al otro?
Gén 42:2  Miren," él dijo, "he oído que hay grano en Mitzrayim. Desciendan allá y compren un poco de allá para nosotros, ¡para que podamos mantenernos vivos y no muramos!"
Gén 42:3  Así, pues, los diez hermanos de Yosef descendieron para comprar grano de Mitzrayim,
Gén 42:4  excepto por Binyamin, el hermano de Yosef. Ya'akov no lo envió con sus hermanos, porque tenía temor que algo le podría suceder.
Gén 42:5  Los hijos de Yisra'el vinieron a comprar junto con los otros que vinieron, puesto que la hambruna se extendió a la tierra de Kenaan.
Gén 42:6  Yosef era gobernador sobre la tierra; él era quien vendía a toda la gente de la tierra. Ahora, cuando los hermanos de Yosef vinieron y se postraron delante de él en la tierra,
Gén 42:7  Yosef vio a sus hermanos y los reconoció; pero actuó hacia ellos como si él fuera un extraño y les habló ásperamente. El les preguntó: "¿De dónde son? " Ellos respondieron: "De la tierra de Kenaan para comprar alimentos."
Gén 42:8  Así que Yosef reconoció a sus hermanos, pero ellos no lo reconocieron a él.
Gén 42:9  Recordando los sueños que él había tenido acerca de ellos, Yosef les dijo: "¡Ustedes son espías! ¡Ustedes han venido para detectar las debilidades de nuestro país!"
Gén 42:10  "No, mi señor," ellos respondieron, "tus sirvientes han venido para comprar alimento.
Gén 42:11  Todos somos hijos de un hombre, somos hombres rectos; tus sirvientes no son espías."
Gén 42:12  "No," él les dijo a ellos, "ustedes han venido a espiar las debilidades de nuestro país."
Gén 42:13  Ellos dijeron: "Nosotros, tus sirvientes, somos doce hermanos, los hijos de un hombre en la tierra de Kenaan; el menor se quedó con nuestro padre, y otro se ha ido."
Gén 42:14  "Justo como dije," respondió Yosef, "¡son espías!
Gén 42:15  Aquí está como pueden probar que no están mintiendo; como vive Faraón, ustedes no se irán a no ser que su hermano menor venga aquí.
Gén 42:16  Envíen a uno de ustedes, y que él traiga al hermano de ustedes. Mientras tanto ustedes estarán bajo custodia. Esto probará si hay alguna verdad en lo que ustedes dicen. De otra forma, como vive Faraón, ustedes de cierto son espías."
Gén 42:17  Entonces él los puso a todos en prisión por tres días.
Gén 42:18  Al tercer día, Yosef les dijo a ellos: "Hagan lo que yo digo, y permanezcan vivos, porque yo temo a Elohim.
Gén 42:19  Si ustedes son hombres rectos, dejen que uno de sus hermanos permanezca encarcelado en la prisión que ustedes están, mientras ustedes van y llevan grano de regreso para aliviar la hambruna en sus casas.
Gén 42:20  Pero tráiganme a su hermano menor. De esta forma sus palabras serán verificadas, y ustedes no morirán." Así lo hicieron.
Gén 42:21  Ellos se dijeron el uno al otro: "Nosotros somos de hecho culpables referente a nuestro hermano. El estaba afligido y nos rogaba; nosotros lo vimos y no quisimos escuchar. Por eso ahora ha venido esta aflicción sobre nosotros."
Gén 42:22  Reuven les respondió: "¿No les dije: 'no hagan daño al muchacho'? Pero ustedes no quisieron escuchar. ¡Ahora viene la demanda por su sangre!"
Gén 42:23  Ellos no tenían idea que Yosef los entendía, puesto que un intérprete estaba traduciendo para ellos.
Gén 42:24  Yosef se apartó de ellos y lloró; entonces regresó y habló con ellos: " El tomó a Shimeon de entre ellos y lo puso en prisión delante de sus ojos.
Gén 42:25  Luego ordenó que llenaran sus sacos de grano, que el dinero de todos los hombres fuera puesto de regreso en su saco y que le fueran dadas provisiones para el viaje. Cuando estas cosas fueron hechas para ellos,
Gén 42:26  cargaron el grano en sus asnos y se fueron.
Gén 42:27  Pero esa noche en el campamento, cuando uno de ellos abrió su saco para dar forraje a su asno, se percató de su dinero – allí estaba, justo dentro del saco.
Gén 42:28  El dijo a sus hermanos: "¡Mi dinero se me ha devuelto – aquí está, en mi saco!" A esto, sus corazones desmayaron; ellos se volvieron, temblando, el uno al otro, y dijeron: "¿Qué es esto que Elohim nos ha hecho a nosotros? "
Gén 42:29  Ellos regresaron a Ya'akov su padre en la tierra de Kenaan y le dijeron todo lo que les había pasado:
Gén 42:30  "El hombre, el señor de la tierra, nos habló ásperamente. Nos puso en prisión como espías de la tierra.
Gén 42:31  Nosotros le dijimos: 'Somos hombres rectos, no somos espías;
Gén 42:32  somos doce hermanos, hijos de nuestro padre; uno se ha ido, y el menor se quedó con nuestro padre en la tierra de Kenaan.'
Gén 42:33  Pero el hombre, el señor de la tierra, nos dijo: "'Aquí está cómo yo sabré que ustedes son hombres rectos; dejen a uno de sus hermanos conmigo, tomen grano para aliviar la hambruna en sus casas y vayan de camino;
Gén 42:34  traigan a su hermano menor a mí. Por esto sabré que no son espías, sino hombres rectos; entonces yo devolveré a su hermano; y ustedes negociarán en la tierra.'"
Gén 42:35  Luego, mientras vaciaban sus sacos, allí estaba la bolsa de dinero de cada hombre en su saco; y cuando ellos y su padre vieron sus bolsas de dinero, ellos tuvieron temor.
Gén 42:36  Ya'akov el padre de ellos les dijo: "¡Ustedes me han robado de mis hijos! ¡Yosef se ha ido, Shimeon se ha ido, ahora se están llevando a Binyamin – todo cae sobre mí!"
Gén 42:37  Reuven dijo a su padre: "¡S i yo no lo traigo pronto de regreso, puedes matar a mis propios dos hijos! Ponlo a mi cuidado; yo lo regresaré a ti."
Gén 42:38  Pero él respondió: "Mi hijo no descenderá contigo. Su hermano está muerto, y sólo queda él. Si algo le fuera a pasar a él mientras viaja contigo, tú harás descender mis canas al Sheol con dolor.

Gén 42:1  Al saber Jacob que había trigo en Egipto, dijo a sus hijos: "¿Por qué se están ahí mirando el uno al otro?
Gén 42:2  He oído que se vende trigo en Egipto. Vayan también ustedes allá y compren trigo para nosotros, "pues es cosa de vida o de muerte"."
Gén 42:3  Los hermanos de José -diez de ellos-, bajaron entonces a Egipto para comprar trigo;
Gén 42:4  Jacob no dejó ir con ellos a Benjamín, hermano de José, pues pensaba: "No sea que le vaya a pasar algo."
Gén 42:5  Se fueron los hijos de Israel a comprar trigo junto con la otra gente, pues arreciaba el hambre en Canaán.
Gén 42:6  Siendo José el gobernador del país, vendía el trigo a toda la gente. Al llegar sus hermanos, se postraron ante él hasta tocar el suelo con la cara.
Gén 42:7  José reconoció a sus hermanos, pero no se lo dio a entender, sino que más bien los trató duramente. Les preguntó: "¿De dónde vienen ustedes?" Respondieron ellos: "Venimos de la tierra de Canaán a comprar grano para comer."
Gén 42:8  José, pues, había reconocido a sus hermanos, pero no ellos a él.
Gén 42:9  Y se acordó José de los sueños que había tenido con respecto a ellos.
Gén 42:10  Les dijo: "Ustedes son espías y vienen a descubrir los secretos del país." Respondieron ellos: "No, señor, tus siervos han venido a comprar alimentos.
Gén 42:11  Somos todos hijos de un mismo padre y somos honrados. Tus servidores no son espías."
Gén 42:12  Pero él les dijo: "No, ustedes han venido a descubrir los puntos débiles del país."
Gén 42:13  Ellos se defendieron diciéndole: "Eramos doce hermanos, hijos de un mismo padre, que vive en Canaán. El menor se quedó con nuestro padre, y el otro ya no vive."
Gén 42:14  José insistió todavía: "¡Lo que he dicho: ustedes son espías!
Gén 42:15  Y ahora mismo los pondré a prueba. Por la vida de Faraón, que ustedes no dejarán este país hasta que no llegue aquí su hermano menor.
Gén 42:16  Manden a uno de ustedes a buscar a su hermano, y los demás quedarán presos. Así sabré si es cierto lo que me acaban de decir. Y si me han mentido, ¡por la vida de Faraón!, que quedará así comprobado que son espías."
Gén 42:17  Y los metió a todos en la cárcel por tres días.
Gén 42:18  Al tercer día José les dijo: "Les doy un medio para que se salven, pues yo también tengo temor de Dios.
Gén 42:19  Si han dicho la verdad, que se quede sólo uno de ustedes como prisionero en la casa de la guardia donde ahora están, y los demás llevarán el trigo que tanta falta hace en sus casas.
Gén 42:20  Pero habrán de traerme a su hermano menor para que yo compruebe que es cierto lo que ustedes me han dicho; y así podrán salvar su vida."
 Así se hizo,
Gén 42:21  y ellos comentaban entre sí: "Verdaderamente estamos pagando lo que hicimos con nuestro hermano, pues a pesar de ver su aflicción y de oír sus súplicas, no le hicimos caso. Por eso ahora ha venido sobre nosotros esta desgracia."
Gén 42:22  Rubén dijo a los demás: "¿No les decía yo que no le hicieran mal al muchacho? Pero ustedes no me escucharon y ahora estamos pagando por su muerte."
Gén 42:23  Ellos no sabían que José les entendía, pues entre él y ellos había un intérprete.
Gén 42:24  Al oír esto, José se retiró y lloró. Después volvió, habló a sus hermanos, tomó a Simeón, lo hizo amarrar en su presencia.
Gén 42:25  José mandó llenar de trigo sus bolsas, devolverle a cada uno dentro de su bolsa su dinero, y también que se les dieran provisiones para el camino. Y así se hizo.
Gén 42:26  Cargaron, pues, el trigo sobre sus burros y se fueron.
Gén 42:27  Cuando acamparon para pasar la noche, uno de ellos abrió su bolsa para dar forraje a su burro, y vio su plata: ¡Estaba en la boca de la bolsa!
Gén 42:28  Les dijo a sus hermanos: "Me han devuelto el dinero: está aquí en mi bolsa." Se quedaron sin aliento y se miraban asustados mientras decían: "¿Qué es esto que Dios nos ha hecho?"
Gén 42:29  Al llegar donde su padre Jacob, en la tierrra de Canaán, le contaron todo lo que les había sucedido:
Gén 42:30  El hombre que gobierna ese país nos habló con aspereza y nos tomó por espías,
Gén 42:31  pero nosotros le dijimos: "Nosotros somos gente honrada y no espías.
Gén 42:32  Eramos doce hermanos, hijos del mismo padre, pero uno de nosotros ya no vive, y el hermano más pequeño se quedó con nuestro padre en el país de Canaán."
Gén 42:33  Entonces el señor del país, nos dijo: "Para que yo pueda comprobar si ustedes dicen la verdad, se va a quedar conmigo uno de ustedes; mientras tanto tomen lo que hace falta en sus casas y márchense.
Gén 42:34  Pero tráiganme a su hermano menor, y así conoceré que ustedes son personas honradas y no espías. Sólo entonces les devolveré a su hermano y podrán moverse libremente por este país."
Gén 42:35  Ahora bien, cuando vaciaron sus bolsas, cada uno de ellos encontró su dinero en la boca de la misma. Este descubrimiento les produjo temor a ellos y a su padre.
Gén 42:36  Jacob, su padre, les dijo: "Ustedes me van a dejar sin hijos: falta José, falta Simeón, ¡y ahora quieren llevarse a Benjamín! ¡Todas estas cosas recaen sobre mí!"
Gén 42:37  Pero Rubén dijo a su padre: "Quita la vida a mis dos hijos si no te lo devuelvo. Confíamelo a mí, y yo te lo traigo de vuelta."
Gén 42:38  Jacob respondió: "No bajará mi hijo con ustedes. Su hermano ha muerto y sólo me queda él. Si le ocurre cualquier desgracia en el viaje, me moriré de pena en mi ancianidad, y será por culpa de ustedes."

Gén 42:1  Cuando Jacob se enteró de que en Egipto vendían cereales, preguntó a sus hijos: "¿Por qué se quedan ahí, mirándose unos a otros?".
Gén 42:2  Luego añadió: "He oído que en Egipto venden cereales. Vayan allí y compren algo para nosotros. Así podremos sobrevivir y no moriremos".
Gén 42:3  Entonces, diez de los hermanos de José bajaron a Egipto para abastecerse de cereales;
Gén 42:4  pero Jacob no dejó que Benjamín, el hermano de José fuera con ellos, por temor a que le sucediera una desgracia.
Gén 42:5  Así llegaron los hijos de Israel en medio de otra gente que también iba a procurarse víveres, porque en Canaán se pasaba hambre.
Gén 42:6  José tenía plenos poderes sobre el país y distribuía raciones a toda la población. Sus hermanos se presentaron ante él y se postraron con el rostro en tierra.
Gén 42:7  Al verlos, él los reconoció en seguida, pero los trató como si fueran extraños y les habló duramente. "¿De dónde vienen?", les preguntó. Ellos respondieron: "Venimos de Canaán para abastecernos de víveres".
Gén 42:8  Y al reconocer a sus hermanos, sin que ellos lo reconocieran a él,
Gén 42:9  José se acordó de los sueños que había tenido acerca de ellos. Entonces les dijo: "Ustedes son espías, y han venido a observar las zonas desguarnecidas del país".
Gén 42:10  "No, señor", le respondieron. "Es verdad que tus servidores han venido a comprar víveres.
Gén 42:11  Todos nosotros somos hijos de un mismo padre, y además, personas honradas. No somos espías".
Gén 42:12  Pero él insistió: "No, ustedes han venido a observar las zonas desguarnecidas del país".
Gén 42:13  Ellos continuaron diciendo: "Nosotros, tus servidores, somos doce hermanos, hijos de un hombre que reside en Canaán. El menor está ahora con nuestro padre, y otro ya no vive".
Gén 42:14  Pero él volvió a insistir: "Ya les he dicho que ustedes son espías.
Gén 42:15  Por eso van a ser sometidos a una prueba: juro por el Faraón que ustedes no quedarán en libertad, mientras no venga aquí su hermano menor.
Gén 42:16  Envíen a uno de ustedes a buscar a su hermano, los demás quedarán prisioneros. Así será puesto a prueba lo que ustedes han afirmado, para comprobar si dicen la verdad. De lo contrario, no habrá ninguna duda de que ustedes son espías".
Gén 42:17  E inmediatamente, los puso bajo custodia durante tres días.
Gén 42:18  Al tercer día, José les dijo: "Si quieren salvar la vida, hagan lo que les digo, porque yo soy un hombre temeroso de Dios.
Gén 42:19  Para probar que ustedes son sinceros, uno de sus hermanos quedará como rehén en la prisión donde están bajo custodia, mientras el resto llevará los víveres, para aliviar el hambre de sus familias.
Gén 42:20  Después me traerán a su hermano menor. Así se pondrá de manifiesto que ustedes han dicho la verdad y no morirán". Ellos estuvieron de acuerdo.
Gén 42:21  Pero en seguida comenzaron a decirse unos a otros: "¡Verdaderamente estamos expiando lo que hicimos contra nuestro hermano! Porque nosotros vimos su angustia cuando nos pedía que tuviéramos compasión, y no quisimos escucharlo. Por eso nos sucede esta desgracia".
Gén 42:22  Rubén les respondió: "¿Acaso no les advertí que no cometieran ese delito contra el muchacho? Pero ustedes no quisieron hacer caso, y ahora se nos pide cuenta de su sangre".
Gén 42:23  Ellos ignoraban que José los entendía, porque antes habían hablado por medio de un intérprete.
Gén 42:24  José se alejó de ellos para llorar; y cuando estuvo en condiciones de hablarles nuevamente, separó a Simeón y ordenó que lo ataran a la vista de todos.
Gén 42:25  Después José mandó que les llenaran las bolsas con trigo y que repusieran el dinero en la bolsa de cada uno. También ordenó que les entregaran provisiones para el camino. Así se hizo.
Gén 42:26  Ellos cargaron sus asnos con los víveres y partieron.
Gén 42:27  Cuando acamparon para pasar la noche, uno de los abrió la bolsa para dar de comer a su asno, y encontró el dinero junto a la abertura de la bolsa.
Gén 42:28  Entonces dijo a sus hermanos: "Me han devuelto el dinero. Está aquí, en mi bolsa". Ellos se quedaron pasmados y, temblando, se preguntaban unos a otros: "¿Por qué Dios nos habrá hecho esto?".
Gén 42:29  Al llegar a Canaán, relataron a su padre Jacob la aventura que habían tenido.
Gén 42:30  "El hombre que gobierna aquel país, le dijeron, nos habló duramente y nos acusó de haber entrado allí como espías.
Gén 42:31  Nosotros le aseguramos que éramos personas honradas y no espías.
Gén 42:32  También le dijimos que éramos doce hermanos, pero que uno ya no vivía, y que nuestro hermano menor estaba en ese momento en Canaán, al lado de nuestro padre.
Gén 42:33  El hombre que gobierna el país nos respondió: "Para demostrarme que ustedes son sinceros, dejen conmigo a uno de sus hermanos, mientras los demás llevan algo para aliviar el hambre de sus familias.
Gén 42:34  Luego tráiganme a su hermano menor, y así sabré que ustedes no son espías sino personas honradas. Entonces les devolveré a su hermano y podrán recorrer libremente el país".
Gén 42:35  Cuando vaciaron las bolsas, cada uno encontró su dinero y, al verlo, ellos y su padre se llenaron de temor.
Gén 42:36  Entonces Jacob les dijo: "Ustedes me van a dejar sin hijos. Primero, perdí a José, después, a Simeón; y ahora quieren quitarme a Benjamín. ¡A mí tenían que pasarme todas estas cosas!".
Gén 42:37  Pero Rubén le respondió: "Podrás matar a mis dos hijos si no te lo traigo de vuelta. Déjalo bajo mi cuidado, y yo te lo devolveré sano y salvo".
Gén 42:38  Jacob insistió: "Mi hijo no irá con ustedes, porque su hermano ya murió y ahora queda él solo. Si le sucede una desgracia durante el viaje que van a realizar, ustedes me harán bajar a la tumba lleno de aflicción".

Gén 42:1  Y oyendo Jacob que se vendían víveres en Egipto, dijo a sus hijos: ¿Por qué os estáis sin hacer ninguna diligencia?
Gén 42:2  He oído que se vende trigo en Egipto; bajad allá, y compradnos lo necesario, para que podamos vivir, y no muramos de hambre.
Gén 42:3  Bajando, pues, diez hermanos de José a comprar granos en Egipto,
Gén 42:4  retenido en casa Benjamín por Jacob , que dijo a sus hermanos: No sea que le suceda en el camino algún desastre.
Gén 42:5  Entraron en la tierra de Egipto con otras gentes que iban también a comprar; porque se sentía el hambre en la tierra de Canaán.
Gén 42:6  Y en la tierra de Egipto mandaba José, y a su arbitrio se vendían los granos a los pueblos. Pues como sus hermanos le hubiesen adorado,
Gén 42:7  y José, los conoció a ellos, hablándoles con alguna aspereza como a extraños, les preguntó: ¿De dónde venís vosotros? De la tierra de Canaán, respondieron, a comprar lo necesario para el sustento.
Gén 42:8  Y aunque conoció José a sus hermanos, no fue conocido de ellos.
Gén 42:9  Entonces, acordándose de los sueños que había tenido en otro tiempo, les dijo: Vosotros sois espías que habéis venido a reconocer los parajes menos fortificados de la tierra.
Gén 42:10  Señor, no es así, respondieron ellos; sino que tus siervos han venido a comprar qué comer.
Gén 42:11  Todos somos hijos de un mismo padre: venimos en paz, ni tus siervos maquinan mal alguno.
Gén 42:12  José les respondió: No, antes muy al contrario, vosotros habéis venido a observar los lugares indefensos de este país.
Gén 42:13  Mas ellos dijeron: Somos nosotros siervos tuyos, doce hermanos, hijos de un mismo padre, en la tierra de Canaán; el más chico queda con nuestro padre, el otro ya no existe.
Gén 42:14  Ahora me confirmo, dijo José, en lo que tengo dicho: Espías sois.
Gén 42:15  Desde luego voy a probar si decís la verdad: por vida del faraón que no saldréis de aquí hasta tanto que comparezca ese vuestro hermano más chico.
Gén 42:16  Enviad uno de vosotros que le traiga; y vosotros, entre tanto, quedaréis presos, mientras se averigua si son falsas o verdaderas las cosas que habéis dicho; cuando no, por vida del faraón que espías sois.
Gén 42:17  En consecuencia los metió en la cárcel por tres días.
Gén 42:18  Pero al tercero, sacándolos de ella, dijo: Haced lo que os he dicho, y quedaréis con vida; porque yo temo a Dios.
Gén 42:19  Si sois gente de paz, quede atado en la cárcel un hermano vuestro; y vosotros id a llevar a vuestras casas los granos que habéis comprado,
Gén 42:20  y traedme a vuestro hermano menor, para que yo pueda certificarme de vuestros dichos y vosotros no seáis condenados a muerte. Lo hicieron como él decía,
Gén 42:21  y conversaban entre sí, diciendo: Justamente padecemos lo que padecemos, por haber pecado contra nuestro hermano, y porque al ver las angustias de su alma, cuando nos rogaba que tuviésemos compasión de él, nosotros no le escuchamos; por esto nos ha sobrevenido esta tribulación.
Gén 42:22  Uno de ellos, Rubén, dijo: ¿Por ventura no os dije yo entonces: No cometáis ese crimen contra el muchacho, y no hicisteis caso? Mirad cómo Dios nos demanda su sangre.
Gén 42:23  No sabían ellos que José los entendía, pues les hablaba por intérprete.
Gén 42:24  Y se retiró por un poco de tiempo, y lloró; y habiendo vuelto, les habló otra vez.
Gén 42:25  E hizo prender a Simeón, y atarle en presencia de ellos; y mandó a los ministros que les llenasen de trigo los costales, y el dinero de cada uno lo metiesen dentro de los sacos, dándoles además víveres para el camino; los cuales así lo hicieron.
 
Gén 42:26  Con esto, cargando ellos el grano en sus jumentos, marcharon.
Gén 42:27  En la posada, abriendo uno de ellos el costal para dar un pienso al jumento, visto el dinero en la boca del saco,
Gén 42:28  dijo a sus hermanos: Me han vuelto el dinero; vedle aquí en el saco. Ellos, atónitos y sobresaltados, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto que ha hecho Dios con nosotros?
Gén 42:29  Llegaron, en fin, a su padre Jacob , en el país de Canaán, y le contaron todo lo acontecido, diciendo:
Gén 42:30  El señor de aquella tierra nos habló con aspereza, y pensó que íbamos a espiar el país.
Gén 42:31  Nosotros le respondimos: Somos gente de paz, no maquinamos asechanza alguna.
Gén 42:32  Doce hermanos fuimos hijos de un mismo padre: uno ya no existe y el más pequeño está con nuestro padre en tierra de Canaán.
Gén 42:33  Nos dijo él: De este modo averiguaré si sois gente de paz: dejad en mi poder un hermano vuestro, y tomad los víveres que necesitéis para vuestras familias, e idos,
Gén 42:34  y traedme vuestro hermano el más pequeño, a fin de que yo conozca que no sois espías, y vosotros podáis recobrar a éste que queda preso, y en adelante tengáis facultad de venir a comprar aquí lo que quisiereis.
Gén 42:35  Dicho esto, al vaciar los granos, todos hallaron atado el dinero en la boca de los costales; y todos a una quedaron asombrados.
Gén 42:36  Les dijo entonces su padre Jacob : Vosotros me habéis dejado sin hijos. José ya no existe; Simeón está en cadenas; y queréis aun quitarme a Benjamín; todos estos desastres han recaído sobre mí.
Gén 42:37  Le respondió Rubén: Quita la vida a mis dos hijos si yo no te le devolviere; entrégamele a mí, que yo te le restituiré.
Gén 42:38  Pero Jacob replicó: No irá mi hijo con vosotros; su hermano murió, y ha quedado sólo éste; si le acaeciere algún desastre en el país a donde vais, precipitaréis con la pesadumbre mis canas en el sepulcro.

Gén 42:1  Viendo Jacob que había trigo en Egipto, dijo a sus hijos: “¿Qué estáis ahí mirándoos unos a otros?
Gén 42:2  He oído decir que en Egipto hay trigo. Bajad, pues, allá para comprárnoslo, y vivamos, y no muramos.”
Gén 42:3  Bajaron, pues, diez de los hermanos de José a Egipto a comprar pan;"
Gén 42:4  a Benjamín, el hermano de José, no le mandó Jacob con sus hermanos por temor de que le sucediera alguna desgracia.
Gén 42:5  Llegaron los hijos de Israel con otros que venían también a comprar trigo, pues había hambre en toda la tierra de Canaán.
Gén 42:6  Como era José el jefe de la tierra y el que vendía el trigo a cuantos venían a comprarlo, los hermanos de José entraron y se postraron ante él rostro a tierra.
Gén 42:7  Al verlos, José los reconoció, pero disimuló, y les habló con dureza, diciéndoles: “¿De dónde venís?”; y ellos respondieron: “De la tierra de Canaán para comprar mantenimientos.”
Gén 42:8  Conoció José a sus hermanos, pero ellos no le conocieron a él.
Gén 42:9  Acordóse José de los sueños que les había contado, y les dijo: “Vosotros sois unos espías que habéis venido a reconocer las partes no fortificadas del país.”
Gén 42:10  Ellos le dijeron: “No, señor mío; tus siervos han venido a comprar mantenimientos;"
Gén 42:11  todos nosotros somos hijos del mismo padre; somos gente buena; no son tus siervos unos espías.”
Gén 42:12  El repuso: “No, sois unos espías que habéis venido a ver lo indefenso de la tierra.”
Gén 42:13  Ellos dijeron: “Eramos tus siervos doce hermanos, todos del mismo padre, en la tierra de Canaán; el más pequeño se quedó con nuestro padre, y el otro no vive ya.”
Gén 42:14  Insistió José: “Es lo que os he dicho: sois unos espías.”
Gén 42:15  Pero voy a probaros. Por la vida del faraón que no saldréis de aquí mientras no venga vuestro hermano menor.
Gén 42:16  Mandad a uno de vosotros a buscar a vuestro hermano, y los demás quedaréis aquí presos. Así probaré si lo que decís es verdad, y si no, por la vida del faraón que sois unos espías.”
Gén 42:17  Y les hizo meter a todos juntos en prisión por espacio de tres días.
Gén 42:18  Al tercero les dijo José: “Haced esto y viviréis, pues yo temo a Dios.
Gén 42:19  Si en verdad sois gente buena, que se quede uno de los hermanos preso en la cárcel donde estáis, y los otros id a llevar el trigo para remediar el hambre de vuestras casas,
Gén 42:20  y me traéis a vuestro hermano menor para probar la verdad de vuestras palabras, y no moriréis.”
Gén 42:21  Ellos se dijeron unos a otros: “Ciertamente somos nosotros reos de culpa contra nuestro hermano, a quien vimos con angustia de su alma pedirnos compasión, y no le escuchamos. Por eso ha venido sobre nosotros esta desventura.”
Gén 42:22  Rubén les dijo: “¿No os advertí yo, diciéndoos: No pequéis contra el joven, y no me escuchasteis? Ved cómo ahora se nos demanda su sangre.”
Gén 42:23  Ellos no sabían que José les entendía, pues él les había hablado por medio de intérprete.
Gén 42:24  Alejóse José llorando, y, cuando volvió, les habló, y eligió a Simeón entre ellos, y le hizo atar ante los ojos de los otros.
Gén 42:25  Mandó José que llenaran de trigo sus sacos, que pusieran en el de cada uno su dinero y les diesen provisiones para el camino, y así se hizo.
Gén 42:26  Ellos cargaron el trigo sobre los asnos y se partieron de allí.
Gén 42:27  Abrió uno de ellos el saco para dar pienso a su asno en el lugar donde pernoctaron, y vio que su dinero estaba en la boca del saco,
Gén 42:28  y dijo a sus hermanos: “Me han devuelto mi dinero; aquí está en mi saco.”Quedáronse estupefactos, y unos a otros se decían temblando: “¿Qué será esto que ha hecho Dios con nosotros?”
Gén 42:29  Llegaron a Jacob, su padre, a la tierra de Canaán, y le contaron cuanto les había sucedido:
Gén 42:30  “El hombre que es señor de aquella tierra nos habló duramente y nos tomó por espías de la tierra.
Gén 42:31  Nosotros le dijimos: Somos gente buena, no somos espías.
Gén 42:32  Eramos doce hermanos, hijos todos del mismo padre; uno ha desaparecido, el más pequeño está con nuestro padre en la tierra de Canaán."
Gén 42:33  Y nos dijo el hombre, señor de la tierra: En esto sabré que sois gente buena: dejad aquí a uno de vosotros, tomad con qué atender a la necesidad de vuestras casas y partid;"
Gén 42:34  traedme a vuestro hermano pequeño; así sabré que no sois unos espías, sino gente buena. Entonces os devolveré a vuestro hermano y podréis recorrer la tierra.”
Gén 42:35  Cuando vaciaron los sacos, cada uno encontró el paquete de su dinero en la boca de su saco, y, al ver los paquetes de dinero, ellos y su padre se llenaron de temor.
Gén 42:36  Jacob, su padre, les dijo: “¡Vais a dejarme sin hijos! José desapareció, Simeón desapareció, y ¿vais a llevaros a Benjamín? Todo esto ha venido sobre mí.”
Gén 42:37  Rubén dijo a su padre: “Haz morir a mis dos hijos si yo no te devuelvo a Benjamín. Entrégamelo y yo te lo devolveré.”
Gén 42:38  El le contestó: “No bajará mi hijo con vosotros. Su hermano murió y no queda más que él. Si en el viaje que vais a hacer le ocurre una desgracia, haréis descender en dolor mis canas al sepulcro.”

 

 

 
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