Biblia Adventista - Biblia de Estudio
  Genesis A30
 

Capitulo 30

Gén 30:1  Cuando Raquel se dio cuenta de que no le podía dar hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana y le dijo a Jacob:—¡Dame hijos! Si no me los das, ¡me muero!
Gén 30:2  Pero Jacob se enojó muchísimo con ella y le dijo:—¿Acaso crees que soy Dios? ¡Es él quien te ha hecho estéril!
Gén 30:3  —Aquí tienes a mi criada Bilhá —propuso Raquel—. Acuéstate con ella. Así ella dará a luz sobre mis rodillas, y por medio de ella también yo podré formar una familia.
Gén 30:4  Entonces Raquel le dio a Jacob por mujer su criada Bilhá, y Jacob se acostó con ella.
Gén 30:5  Bilhá quedó embarazada y le dio un hijo a Jacob.
Gén 30:6  Y Raquel exclamó: «¡Dios me ha hecho justicia! ¡Escuchó mi plegaria y me ha dado un hijo!» Por eso Raquel le puso por nombre Dan.
Gén 30:7  Después Bilhá, la criada de Raquel, quedó embarazada otra vez y dio a luz un segundo hijo de Jacob.
Gén 30:8  Y Raquel dijo: «He tenido una lucha muy grande con mi hermana, pero he vencido.» Por eso Raquel lo llamó Neftalí.
Gén 30:9  Lea, al ver que ya no podía tener hijos, tomó a su criada Zilpá y se la entregó a Jacob por mujer,
Gén 30:10  y ésta le dio a Jacob un hijo.
Gén 30:11  Entonces Lea exclamó: «¡Qué suerte!» Por eso lo llamó Gad.
Gén 30:12  Zilpá, la criada de Lea, le dio un segundo hijo a Jacob.
Gén 30:13  Lea volvió a exclamar: «¡Qué feliz soy! Las mujeres me dirán que soy feliz.» Por eso lo llamó Aser.
Gén 30:14  Durante los días de la cosecha de trigo, Rubén salió al campo. Allí encontró unas frutas llamadas mandrágoras, y se las llevó a Lea, su madre. Entonces Raquel le dijo a Lea:—Por favor, dame algunas mandrágoras de las que te trajo tu hijo.
Gén 30:15  Pero Lea le contestó:—¿Te parece poco el haberme quitado a mi marido, que ahora quieres también quitarme las mandrágoras de mi hijo?—Bueno —contestó Raquel—, te propongo que, a cambio de las mandrágoras de tu hijo, Jacob duerma contigo esta noc
Gén 30:16  Al anochecer, cuando Jacob volvía del campo, Lea salió a su encuentro y le dijo:—Hoy te acostarás conmigo, porque te he alquilado a cambio de las mandrágoras de mi hijo.Y Jacob durmió con ella esa noche.
Gén 30:17  Dios escuchó a Lea, y ella quedó embarazada y le dio a Jacob un quinto hijo.
Gén 30:18  Entonces dijo Lea: «Dios me ha recompensado, porque yo le entregué mi criada a mi esposo.» Por eso lo llamó Isacar.
Gén 30:19  Lea quedó embarazada de nuevo, y le dio a Jacob un sexto hijo.
Gén 30:20  «Dios me ha favorecido con un buen regalo —dijo Lea—. Esta vez mi esposo se quedará conmigo, porque le he dado seis hijos.» Por eso lo llamó Zabulón.
Gén 30:21  Luego Lea dio a luz una hija, a la cual llamó Dina.
Gén 30:22  Pero Dios también se acordó de Raquel; la escuchó y le quitó la esterilidad.
Gén 30:23  Fue así como ella quedó embarazada y dio a luz un hijo. Entonces exclamó: «Dios ha borrado mi desgracia.»
Gén 30:24  Por eso lo llamó José, y dijo: «Quiera el Señor darme otro hijo.»
Gén 30:25  Después de que Raquel dio a luz a José, Jacob le dijo a Labán:—Déjame regresar a mi hogar y a mi propia tierra.
Gén 30:26  Dame las mujeres por las que te he servido, y mis hijos, y déjame ir. Tú bien sabes cómo he trabajado para ti.
Gén 30:27  Pero Labán le contestó:—Por favor, quédate. He sabido por adivinación que, gracias a ti, el Señor me ha bendecido.
Gén 30:28  Y le propuso:—Fija tú mismo el salario que quieras ganar, y yo te lo pagaré.
Gén 30:29  Jacob le respondió:—Tú bien sabes cómo he trabajado, y cómo gracias a mis desvelos han mejorado tus animales.
Gén 30:30  Lo que tenías antes de mi venida, que era muy poco, se ha multiplicado enormemente. Gracias a mí, el Señor te ha bendecido. Ahora quiero hacer algo por mi propia familia.
Gén 30:31  —¿Cuánto quieres que te pague? —preguntó Labán.—No tienes que pagarme nada —respondió Jacob—. Si aceptas lo que estoy por proponerte, seguiré cuidando tus ovejas.
Gén 30:32  Hoy, cuando pase yo con todo tu rebaño, tú irás apartando toda oveja manchada o moteada, y todos los corderos negros, y todos los cabritos manchados o moteados. Ellos serán mi salario.
Gén 30:33  Así, el día de mañana, cuando vengas a controlar lo que he ganado, mi honradez responderá por mí: si encuentras alguna oveja o cabrito que no sea manchado o moteado, o algún cordero que no sea negro, será que te lo he robado.
Gén 30:34  —Está bien —acordó Labán—, acepto tu propuesta.
Gén 30:35  Ese mismo día Labán apartó todos los chivos rayados y moteados, todas las cabras manchadas y moteadas, todas las que tenían alguna mancha blanca, y todos los corderos negros, y los puso al cuidado de sus hijos.
Gén 30:36  Después de eso, puso una distancia de tres días de viaje entre él y Jacob. Mientras tanto, Jacob seguía cuidando las otras ovejas de Labán.
Gén 30:37  Jacob cortó ramas verdes de álamo, de almendro y de plátano, y las peló de tal manera que quedaran franjas blancas al descubierto.
Gén 30:38  Luego tomó las ramas que había pelado, y las puso en todos los abrevaderos para que el rebaño las tuviera enfrente cuando se acercara a beber agua. Cuando las ovejas estaban en celo y llegaban a los abrevaderos,
Gén 30:39  los machos se unían con las hembras frente a las ramas, y así tenían crías rayadas, moteadas o manchadas.
Gén 30:40  Entonces Jacob apartaba estos corderos y los ponía frente a los animales rayados y negros del rebaño de Labán. De esta manera logró crear su propio rebaño, diferente al de Labán.
Gén 30:41  Además, cuando las hembras más robustas estaban en celo, Jacob colocaba las ramas en los bebederos, frente a los animales, para que se unieran mirando hacia las ramas.
Gén 30:42  Pero cuando llegaban los animales más débiles, no colocaba las ramas. Así los animales débiles eran para Labán y los robustos eran para Jacob.
Gén 30:43  De esta manera Jacob prosperó muchísimo y llegó a tener muchos rebaños, criados y criadas, camellos y asnos. 

Gén 30:1  Y, viendo Raquel que no le paría a Jacob, envidió a su hermana, y dijo a Jacob: dame hijos; de no me muero».
Gén 30:2  Y airóse Jacob con Raquel y díjola: «¿Acaso estoy en lugar de Dios yo, quien te ha negado fruto de vientre?»
Gén 30:3  Y dijo: «He aquí mi servidora Bala; entra a ella a fin de que para sobre mis rodillas(a) , y tenga yo también hijos de ella».
Gén 30:4  Y dióle Bala su servidora por mujer, y entró a ella Jacob;
Gén 30:5  y concibió y parió a Jacob un hijo.
Gén 30:6  Y dijo Raquel: «Juzgádome ha Dios, y escuchado mi voz y dádome un hijo»; por esto llamó su nombre: Dan(b) .
Gén 30:7  Y concibió otra vez Bala, la servidora de Raquel, y parió a Jacob un segundo hijo.
Gén 30:8  Y Raquel dijo: «Lucha de Dios luché con mi hermana, y vencí»; y nombró su nombre: Neftalí(c) .
Gén 30:9  Y vio Lía que había cesado de parir y tomó a Zelfá, su servidora y dióla a Jacob por mujer.
Gén 30:10  Y parió Zelfá, la servidora de Lía a Jacob un hijo.
Gén 30:11  Y dijo Lía: «Felizmente»; y llamó su nombre: Gad(d) .
Gén 30:12  Y parió Zelfá, la servidora de Lía, un segundo hijo a Jacob.
Gén 30:13  Y dijo Lía: «Bienaventurada yo, porque bienaventurada me dicen las mujeres»; y llamó: Aser(e) .
Gén 30:14  Y fue Rubén en los días de la mies del trigo, y halló manzanas de mandrágora(f)  en el campo y trájolas a Lía su madre. Y dijo Raquel a Lía: «Dame de las mandrágoras de tu hijo».
Gén 30:15  Y dijo: «¿No te basta haberte llevado mi marido, que también las mandrágoras de mi hijo te has de llevar?». Y dijo Raquel: «Duerma contigo esta noche a trueque de las mandrágoras de tu hijo».
Gén 30:16  Y vino Jacob del campo a la tarde, y fue Lía a su encuentro y dijo: «A mí entrarás hoy, que te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo». Y durmió con ella esa noche».
Gén 30:17  Y oyóla Dios, y concibió y parió a Jacob el hijo quinto.
Gén 30:18  Y dijo: «Me ha dado Dios mi galardón porque di mi servidora a mi marido»; y llamó su nombre Isacar(g) .
Gén 30:19  Y concibió todavía Lía y parió el hijo sexto a Jacob.
Gén 30:20  Y dijo Lía: «Me ha dado Dios dádiva bella; esta vez habitará conmigo mi marido, pues le he parido seis hijos»; y llamó su nombre Zabulón(h) .
Gén 30:21  Y, después de esto, parió hija; y llamó su nombre: Dina.
Gén 30:22  Y acordóse Dios de Raquel, y oyóla y abrió su matriz.
Gén 30:23  Y concibió y parió un hijo, y dijo: «Quitó Dios mi oprobio».
Gén 30:24  Y llamó su nombre: José(i) , diciendo: «Añadiérame Dios otro hijo».
Gén 30:25  Y aconteció, cuando parió Raquel a José, dijo Jacob a Labán: «Despídeme para volverme a mi lugar y a mi tierra.
Gén 30:26  Dame mis mujeres y mis hijos, por quienes te he servido para irme; pues tú conoces la servidumbre con que te he servido.
Gén 30:27  Y díjole Labán: Si he hallado gracia delante de ti —(he augurado; pues me ha bendecido Dios por ti);
Gén 30:28  determina el salario tuyo, y te lo daré».
Gén 30:29  Y díjole Jacob: «Tú conoces cómo te he servido, y cuánto era tu ganado conmigo;
Gén 30:30  pues poco era, cuanto había delante de mí, y ha crecido en muchedumbre; y bendecídote Señor a mi pisada. Ahora, empero ¿cuándo me he de hacer yo también casa?
Gén 30:31  Y dijo Labán: «¿Qué te daré»? Y díjole Jacob: «No me darás nada: si me hicieres esta palabra, de nuevo pastorearé tus ovejas y guardaré:
Gén 30:32  Atraviesa(j)  por todas tus ovejas hoy, y separa de allí toda oveja pintada y abigarrada; y todo lo que fuere negro y manchado y pintado, tanto en las ovejas como en las cabras, será mi salario.
Gén 30:33  Y testimoniará por mí mañana mi justicia, cuando viniere mi salario ante ti: todo lo que no fuere pintado y abigarrado y negro tanto en las ovejas como en las cabras, hurtado será delante de mí».
Gén 30:34  Y dijo Labán: «Sea según tu palabra».
Gén 30:35  Y separó aquel día las cabras, y ovejas y los cabríos y los carneros pintados y manchados; pero todo ganado unicolor, esto es: de vellón blanco y negro entregó en mano de sus hijos.
Gén 30:36  Y puso un camino de tres días entre sí y Jacob; y Jacob apacentaba las ovejas de Labán.(k) 
Gén 30:37  Y tomóse Jacob varas verdes de pobo,(l)  y almendro y plátano y descortézolas con descortezaduras blancas, arrancando lo verde; y apareció multicolor lo blanco(m)  lo de las varas.
Gén 30:38  Y dispuso las varas que había descortezado, dentro de los abrevaderos de las aguas, para que, viniendo las ovejas a beber, a la vista de las varas, se recalentaran.
Gén 30:39  Y recalentáronse las ovejas a la vista de las varas, y parieron blanquizcos, y pintados y cenicientos.
Gén 30:40  Y los corderos separó Jacob, y puso delante de las ovejas lo blanquizco y todo lo pintado en los corderos, y segregó para sí greyes aparte, y no la mezcló con las ovejas de Labán.
Gén 30:41  Y aconteció que, cuando la primera vez apetecían ayuntamiento las ovejas, ponía Jacob las varas delante de las ovejas en los abrevaderos, para que, a su vista, concibiesen;
Gén 30:42  pero, cuando venían las concepciones tardías, no las ponía; e hízose lo tardío de Labán y lo primerizo de Jacob.
Gén 30:43  Y enriquecióse el hombre muy sobremanera, y tuvo ganado mucho, y siervos y siervas; y camellos y asnos.


Gén 30:1  Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero.
Gén 30:2  Y Jacob se enojó contra Raquel, y dijo: ¿Soy yo acaso Dios, que te impidió el fruto de tu vientre?
Gén 30:3  Y ella dijo: He aquí mi sierva Bilha; llégate a ella, y dará a luz sobre mis rodillas, y yo también tendré hijos de ella.
Gén 30:4  Así le dio a Bilha su sierva por mujer; y Jacob se llegó a ella.
Gén 30:5  Y concibió Bilha, y dio a luz un hijo a Jacob.
Gén 30:6  Dijo entonces Raquel: Me juzgó Dios, y también oyó mi voz, y me dio un hijo. Por tanto llamó su nombre Dan.[a]
Gén 30:7  Concibió otra vez Bilha la sierva de Raquel, y dio a luz un segundo hijo a Jacob.
Gén 30:8  Y dijo Raquel: Con luchas de Dios he contendido[b] con mi hermana, y he vencido. Y llamó su nombre Neftalí.
Gén 30:9  Viendo, pues, Lea, que había dejado de dar a luz, tomó a Zilpa su sierva, y la dio a Jacob por mujer.
Gén 30:10  Y Zilpa sierva de Lea dio a luz un hijo a Jacob.
Gén 30:11  Y dijo Lea: Vino la ventura; y llamó su nombre Gad.[c]
Gén 30:12  Luego Zilpa la sierva de Lea dio a luz otro hijo a Jacob.
Gén 30:13  Y dijo Lea: Para dicha mía; porque las mujeres me dirán dichosa; y llamó su nombre Aser.[d]
Gén 30:14  Fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo.
Gén 30:15  Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de llevar las mandrágoras de mi hijo? Y dijo Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo.
Gén 30:16  Cuando, pues, Jacob volvía del campo a la tarde, salió Lea a él, y le dijo: Llégate a mí, porque a la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo. Y durmió con ella aquella noche.
Gén 30:17  Y oyó Dios a Lea; y concibió, y dio a luz el quinto hijo a Jacob.
Gén 30:18  Y dijo Lea: Dios me ha dado mi recompensa,[e] por cuanto di mi sierva a mi marido; por eso llamó su nombre Isacar.
Gén 30:19  Después concibió Lea otra vez, y dio a luz el sexto hijo a Jacob.
Gén 30:20  Y dijo Lea: Dios me ha dado una buena dote; ahora morará[f] conmigo mi marido, porque le he dado a luz seis hijos; y llamó su nombre Zabulón.
Gén 30:21  Después dio a luz una hija, y llamó su nombre Dina.
Gén 30:22  Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos.
Gén 30:23  Y concibió, y dio a luz un hijo, y dijo: Dios ha quitado mi afrenta;
Gén 30:24  y llamó su nombre José,[g] diciendo: Añádame Jehová otro hijo.

Tretas de Jacob y de Labán
 
Gén 30:25  Aconteció cuando Raquel hubo dado a luz a José, que Jacob dijo a Labán: Envíame, e iré a mi lugar, y a mi tierra.
Gén 30:26  Dame mis mujeres y mis hijos, por las cuales he servido contigo, y déjame ir; pues tú sabes los servicios que te he hecho.
Gén 30:27  Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate; he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa.
Gén 30:28  Y dijo: Señálame tu salario, y yo lo daré.
Gén 30:29  Y él respondió: Tú sabes cómo te he servido, y cómo ha estado tu ganado conmigo.
Gén 30:30  Porque poco tenías antes de mi venida, y ha crecido en gran número, y Jehová te ha bendecido con mi llegada; y ahora, ¿cuándo trabajaré también por mi propia casa?
Gén 30:31  Y él dijo: ¿Qué te daré? Y respondió Jacob: No me des nada; si hicieres por mí esto, volveré a apacentar tus ovejas.
Gén 30:32  Yo pasaré hoy por todo tu rebaño, poniendo aparte todas las ovejas manchadas y salpicadas de color, y todas las ovejas de color oscuro, y las manchadas y salpicadas de color entre las cabras; y esto será mi salario.
Gén 30:33  Así responderá por mí mi honradez mañana, cuando vengas a reconocer mi salario; toda la que no fuere pintada ni manchada en las cabras, y de color oscuro entre mis ovejas, se me ha de tener como de hurto.
Gén 30:34  Dijo entonces Labán: Mira, sea como tú dices.
Gén 30:35  Y Labán apartó aquel día los machos cabríos manchados y rayados, y todas las cabras manchadas y salpicadas de color, y toda aquella que tenía en sí algo de blanco, y todas las de color oscuro entre las ovejas, y las puso en mano de sus hijos.
Gén 30:36  Y puso tres días de camino entre sí y Jacob; y Jacob apacentaba las otras ovejas de Labán.
Gén 30:37  Tomó luego Jacob varas verdes de álamo, de avellano y de castaño, y descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo así lo blanco de las varas.
Gén 30:38  Y puso las varas que había mondado delante del ganado, en los canales de los abrevaderos del agua donde venían a beber las ovejas, las cuales procreaban cuando venían a beber.
Gén 30:39  Así concebían las ovejas delante de las varas; y parían borregos listados, pintados y salpicados de diversos colores.
Gén 30:40  Y apartaba Jacob los corderos, y ponía con su propio rebaño los listados y todo lo que era oscuro del hato de Labán. Y ponía su hato aparte, y no lo ponía con las ovejas de Labán.
Gén 30:41  Y sucedía que cuantas veces se hallaban en celo las ovejas más fuertes, Jacob ponía las varas delante de las ovejas en los abrevaderos, para que concibiesen a la vista de las varas.
Gén 30:42  Pero cuando venían las ovejas más débiles, no las ponía; así eran las más débiles para Labán, y las más fuertes para Jacob.
Gén 30:43  Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos.


Gén 30:1  Cuando Raquel vio que no podía dar hijos a Jacob, sintió envidia de su hermana Lía, y dijo a su esposo:
–Dame hijos, porque si no, me moriré.
Gén 30:2  Pero Jacob se enojó con ella y le dijo:
–¿Acaso yo soy Dios? Él es quien no te deja tener hijos.
Gén 30:3  Entonces ella le dijo:
–Mira, toma a mi esclava Bilhá y únete con ella, y cuando ella tenga hijos, será como si yo misma los tuviera.[a] Así yo podré tener hijos.
Gén 30:4  De esta manera, Raquel le dio a Jacob su esclava Bilhá, para que fuera su concubina. Jacob se unió con Bilhá,
Gén 30:5  y esta dio un hijo a Jacob.
Gén 30:6  Entonces Raquel dijo: “Este niño se llamará Dan, porque Dios oyó mi oración y me hizo justicia al darme un hijo.”[b]
Gén 30:7  Después Bilhá dio otro hijo a Jacob,
Gén 30:8  y Raquel dijo: “Este niño se llamará Neftalí, porque he luchado mucho[c] contra mi hermana y la he vencido.”
Gén 30:9  Cuando Lía vio que ya no podía tener hijos, tomó a su esclava Zilpá y se la entregó a Jacob para que fuera su concubina.
Gén 30:10  Y cuando Zilpá dio un hijo a Jacob,
Gén 30:11  Lía dijo: “¡Qué dicha! Por eso el niño se llamará Gad.”
Gén 30:12  Después Zilpá dio otro hijo a Jacob,
Gén 30:13  y entonces Lía dijo: “¡Qué felicidad! Ahora las mujeres dirán que soy feliz. Por eso el niño se llamará Aser.”[d]
Gén 30:14  Un día fue Rubén al campo, durante la cosecha de trigo, y encontró unas plantas llamadas mandrágoras, las cuales llevó a su madre Lía. Cuando Raquel las vio, dijo a Lía:
–Por favor, dame algunas de esas mandrágoras[e] que tu hijo te ha traído.
Gén 30:15  Pero Lía le contestó:
–¿Te parece poco haberme quitado el marido, que ahora quieres también quitarme las mandrágoras de mi hijo?
–Pues a cambio de las mandrágoras de tu hijo, esta noche Jacob dormirá contigo –propuso Raquel.
Gén 30:16  Por la noche, cuando Jacob regresó del campo, Lía salió a su encuentro y le dijo:
–Hoy vas a dormir conmigo, porque te he alquilado a cambio de las mandrágoras de mi hijo.
Aquella noche Jacob durmió con Lía,
Gén 30:17  y ella dio a Jacob su quinto hijo, porque Dios oyó su oración.
Gén 30:18  Entonces Lía dijo: “Este niño se llamará Isacar, pues Dios me ha premiado porque le di mi esclava a mi marido.”
Gén 30:19  Después Lía dio a Jacob su sexto hijo,
Gén 30:20  y dijo: “Dios me ha dado un buen regalo. Ahora mi marido me amará más, porque ya le he dado seis hijos. Por eso este niño se llamará Zabulón.”
Gén 30:21  Por último, Lía tuvo una hija, a la cual llamó Dina.
Gén 30:22  Pero Dios se acordó de Raquel, oyó su oración y le permitió tener hijos.
Gén 30:23  Cuando tuvo el primero, dijo: “Dios me ha quitado la vergüenza de no tener hijos.
Gén 30:24  ¡Ojalá me permita tener otro!” Por eso le llamó José.[f]

Jacob y Labán se engañan mutuamente
Gén 30:25  Después que Raquel dio a luz a José, Jacob dijo a Labán:
–Déjame regresar a mi propia tierra.
Gén 30:26  Dame mis hijos y mis mujeres, pues por ellas he trabajado contigo, y déjame ir. Tú bien sabes cómo he trabajado para ti.
Gén 30:27  Pero Labán le contestó:
–Por favor, quédate conmigo. He sabido por adivinación que el Señor me ha bendecido por medio de ti.
Gén 30:28  Dime qué salario quieres ganar, y te lo pagaré.
Gén 30:29  Entonces Jacob le dijo:
–Tú bien sabes cómo he trabajado para ti, y cómo he cuidado tus animales;
Gén 30:30  lo poco que tenías antes que yo viniera ha aumentado en gran manera, pues desde que llegué, el Señor te ha bendecido; pero, ¿cuándo voy a comenzar a trabajar para mi propia familia?
Gén 30:31  –¿Qué salario quieres que te pague? –insistió Labán.
–No me pagues nada –respondió Jacob–. Volveré a cuidar tus ovejas, si aceptas lo que te voy a proponer:
Gén 30:32  déjame pasar hoy por entre tu rebaño, para apartar todos los corderitos negros y todos los cabritos manchados y moteados.[g] Ellos serán mi salario.
Gén 30:33  Así, cuando más adelante vengas a ver lo que he ganado, tendrás la prueba de mi honradez: pues si en mi rebaño hay cabras que no sean manchadas o moteadas, o corderos que no sean negros, será que te los he robado.
Gén 30:34  –Está bien, acepto lo que propones –dijo Labán.
Gén 30:35  Pero aquel mismo día apartó Labán todos los chivos rayados y moteados, y todas las cabras manchadas y moteadas o que tenían algo blanco, y todos los corderos negros, y se los dio a sus hijos para que los cuidaran.
Gén 30:36  Luego, con este rebaño, se apartó de donde estaba Jacob, a una distancia de tres días de camino.
Jacob, por su parte, siguió cuidando las otras ovejas de Labán.
Gén 30:37  Cortó ramas verdes de álamo, almendro y castaño, y las peló de forma que se pudieran ver rayas blancas;
Gén 30:38  luego puso las varas, ya peladas, frente a los rebaños, en el lugar donde bebían agua. Allí era donde los machos se unían con las hembras, y como lo hacían delante de las varas, las crías nacían rayadas, manchadas y moteadas.[h]
Gén 30:39  --
Gén 30:40  Entonces Jacob las apartaba y las ponía frente a los animales rayados y negros del rebaño de Labán. Así Jacob fue formando su propio rebaño, separándolo del rebaño de Labán.
Gén 30:41  Cada vez que los animales más gordos se unían para tener crías, Jacob ponía las varas en el lugar donde bebían agua, de manera que pudieran ver las varas en el momento de unirse;
Gén 30:42  pero cuando venían los animales más flacos, no ponía las varas. Y así los animales más flacos eran para Labán, y los más gordos para Jacob.
Gén 30:43  De este modo Jacob se hizo muy rico, y llegó a tener muchas ovejas, esclavos, esclavas, camellos y asnos.[i]


Gén 30:1  Y viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, yo soy muerta.
Gén 30:2  Y Jacob se enojaba contra Raquel, y decía: ¿Soy yo en lugar de Dios, que te impidió el fruto de tu vientre?
Gén 30:3  Y ella dijo: He aquí mi sierva Bilha; entra a ella, y dará a luz sobre mis rodillas, y yo también tendré hijos de ella.
Gén 30:4  Así le dio a Bilha su sierva por mujer; y Jacob entró a ella.
Gén 30:5  Y concibió Bilha, y dio a luz un hijo a Jacob.
Gén 30:6  Y dijo Raquel: Me juzgó Dios, y también oyó mi voz, y me dio un hijo. Por tanto llamó su nombre Dan.
Gén 30:7  Y concibió otra vez Bilha, la sierva de Raquel, y dio a luz el hijo segundo a Jacob.
Gén 30:8  Y dijo Raquel: Con luchas de Dios he luchado con mi hermana, y he vencido. Y llamó su nombre Neftalí.
Gén 30:9  Y viendo Lea que había dejado de dar a luz, tomó a Zilpa su sierva, y la dio a Jacob por mujer.
Gén 30:10  Y Zilpa, sierva de Lea, dio a luz un hijo a Jacob.
Gén 30:11  Y dijo Lea: Vino la buena ventura. Y llamó su nombre Gad.
Gén 30:12  Y Zilpa, la sierva de Lea, dio a luz otro hijo a Jacob.
Gén 30:13  Y dijo Lea: Para hacerme bienaventurada; porque las mujeres me dirán bienaventurada; y llamó su nombre Aser.
Gén 30:14  Y fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo.
Gén 30:15  Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de llevar las mandrágoras de mi hijo? Y dijo Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo.
Gén 30:16  Y cuando Jacob volvía del campo a la tarde, salió Lea a él, y le dijo: A mí has de entrar, porque a la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo. Y durmió con ella aquella noche.
Gén 30:17  Y oyó Dios a Lea; y concibió, y dio a luz el quinto hijo a Jacob.
Gén 30:18  Y dijo Lea: Dios me ha dado mi salario, por cuanto di mi sierva a mi marido; por eso llamó su nombre Isacar.
Gén 30:19  Y concibió Lea otra vez, y dio a luz el sexto hijo a Jacob.
Gén 30:20  Y dijo Lea: Dios me ha dado buena dádiva; ahora morará conmigo mi marido, porque le he dado a luz seis hijos; y llamó su nombre Zabulón.
Gén 30:21  Y después dio a luz una hija, y llamó su nombre Dina.
Gén 30:22  Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y abrió su matriz.
Gén 30:23  Y concibió, y dio a luz un hijo; y dijo: Dios ha quitado mi vergüenza;
Gén 30:24  y llamó su nombre José, diciendo: Añádame el SEÑOR otro hijo.
Gén 30:25  Y aconteció, cuando Raquel dio a luz a José, que Jacob dijo a Labán: Envíame, e iré a mi lugar, y a mi tierra.
Gén 30:26  Dame mis mujeres y mis hijos, por las cuales he servido contigo, porque tú sabes el servicio que te he hecho.
Gén 30:27  Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, he experimentado que el SEÑOR me ha bendecido por tu causa.
Gén 30:28  Y dijo: Señálame tu salario, que yo lo daré.
Gén 30:29  Y él respondió: Tú sabes cómo te he servido, y cuánto ha sido tu ganado conmigo;
Gén 30:30  porque poco tenías antes de mi venida , y ha crecido en multitud; y el SEÑOR te ha bendecido con mi entrada; y ahora ¿cuándo tengo de hacer yo también por mi propia casa?
Gén 30:31  Y él dijo: ¿Qué te daré? Respondió Jacob: No me des nada; si hicieres por mí esto, volveré a apacentar tus ovejas.
Gén 30:32  Yo pasaré hoy por todas tus ovejas, poniendo aparte toda oveja pintada y manchada, y todo carnero bermejo entre los carneros, y lo pintado y manchado entre las cabras; y esto será mi salario.
Gén 30:33  Así responderá por mí mi justicia mañana cuando me viniere mi salario delante de ti; todo lo que no fuere pintado ni manchado en las cabras y bermejo en las ovejas mías , se me ha de tener por de hurto.
Gén 30:34  Y dijo Labán: Mira, Deseo que fuese como tú dices.
Gén 30:35  Y apartó Labán aquel día los machos cabríos cinchados y manchados; y todas las cabras pintadas y manchadas, y todo lo que tenía en sí algo de blanco, y todo lo bermejo entre las ovejas, y las puso en la mano de sus hijos;
Gén 30:36  y puso tres días de camino entre sí y Jacob; y Jacob apacentaba las otras ovejas de Labán.
Gén 30:37  Luego tomó Jacob varas de álamo verdes, y de almendro, y de castaño, y descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo así lo blanco de las varas.
Gén 30:38  Y puso las varas que había mondado en las pilas, en los abrevaderos del agua donde las ovejas venían a beber, delante de las ovejas, las cuales se calentaban viniendo a beber.
Gén 30:39  Y concebían las ovejas delante de las varas, y parían borregos cinchados, pintados y manchados.
Gén 30:40  Y apartaba Jacob los corderos, y los ponía con su rebaño, los cinchados, y todo lo que era bermejo en el hato de Labán. Y ponía su hato aparte, y no lo ponía con las ovejas de Labán.
Gén 30:41  Y sucedía que cuantas veces se calentaban las tempranas, Jacob ponía las varas delante de las ovejas en las pilas, para que concibiesen delante de las varas.
Gén 30:42  Y cuando venían las ovejas tardías, no las ponía; así eran las tardías para Labán, y las tempranas para Jacob.
Gén 30:43  Y se multiplicó el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos.

Gén 30:1  Cuando Raquel llegó a ver que no le había dado hijos a Jacob, Raquel se puso celosa de su hermana y empezó a decir a Jacob: “Dame hijos, o si no seré mujer muerta”.
Gén 30:2  Ante esto, la cólera de Jacob ardió contra Raquel, y él dijo: “¿Estoy yo en el lugar de Dios, que ha retenido de ti el fruto del vientre?”.
Gén 30:3  De modo que ella dijo: “Aquí está mi esclava Bilhá. Ten relaciones con ella, para que dé a luz sobre mis rodillas y para que yo, sí, yo, consiga de ella hijos”.
Gén 30:4  Con eso le dio a Bilhá su sierva por esposa, y Jacob tuvo relaciones con ella.
Gén 30:5  Y Bilhá quedó encinta y con el tiempo le dio a luz un hijo a Jacob.
Gén 30:6  Entonces dijo Raquel: “Dios ha obrado como juez mío y también ha escuchado mi voz, de modo que me dio un hijo”. Por eso lo llamó por nombre Dan.
Gén 30:7  Y Bilhá, la sierva de Raquel, quedó encinta otra vez, y con el tiempo le dio a luz un segundo hijo a Jacob.
Gén 30:8  Entonces dijo Raquel: “Con enérgicas luchas he luchado con mi hermana. ¡También he salido vencedora!”. De modo que lo llamó por nombre Neftalí.
Gén 30:9  Cuando Lea llegó a ver que había cesado de dar a luz, procedió a tomar a Zilpá su sierva y darla a Jacob por esposa.
Gén 30:10  Con el tiempo Zilpá, la sierva de Lea, le dio a luz un hijo a Jacob.
Gén 30:11  Entonces dijo Lea: “¡Con buena fortuna!”. De modo que lo llamó por nombre Gad.
Gén 30:12  Después Zilpá, la sierva de Lea, le dio a luz un segundo hijo a Jacob.
Gén 30:13  Entonces dijo Lea: “¡Con mi felicidad! Porque las hijas ciertamente me pronunciarán feliz”. De modo que lo llamó por nombre Aser.
Gén 30:14  Ahora bien, Rubén fue a andar en los días de la siega del trigo y llegó a hallar mandrágoras en el campo. Así que las llevó a Lea su madre. Entonces Raquel dijo a Lea: “Dame, por favor, de las mandrágoras de tu hijo”.
Gén 30:15  Ante esto, ella le dijo: “¿Es esto cosa pequeña, el que hayas tomado a mi esposo, que ahora hayas de tomar también las mandrágoras de mi hijo?”. De modo que Raquel dijo: “Por esa razón él va a acostarse contigo esta noche a cambio de las mandrágoras de tu hijo”.
Gén 30:16  Cuando Jacob venía del campo al atardecer, Lea salió a su encuentro y entonces dijo: “Es conmigo con quien vas a tener relaciones, porque te he alquilado directamente con las mandrágoras de mi hijo”. Por consiguiente, él se acostó con ella aquella noche.
Gén 30:17  Y Dios oyó a Lea y le respondió, y ella quedó encinta y con el tiempo le dio a luz un quinto hijo a Jacob.
Gén 30:18  Entonces dijo Lea: “Dios me ha dado salario de persona alquilada, por haberle dado mi sierva a mi esposo”. De modo que lo llamó por nombre Isacar.
Gén 30:19  Y otra vez quedó encinta Lea y con el tiempo le dio a luz un sexto hijo a Jacob.
Gén 30:20  Entonces dijo Lea: “Dios me ha dotado a mí, sí, a mí, con una buena dote. Por fin me tolerará mi esposo, porque le he dado a luz seis hijos”. De modo que lo llamó por nombre Zabulón.
Gén 30:21  Y después dio a luz una hija y entonces la llamó por nombre Dina.
Gén 30:22  Por fin Dios se acordó de Raquel, y Dios la oyó y le respondió, por cuanto le abrió la matriz.
Gén 30:23  Y ella quedó encinta y dio a luz un hijo. Entonces dijo: “¡Dios ha quitado mi oprobio!”.
Gén 30:24  De modo que lo llamó por nombre José, diciendo: “Jehová me añade otro hijo”.
Gén 30:25  Y resultó que cuando Raquel hubo dado a luz a José, Jacob dijo inmediatamente a Labán: “Envíame para que me vaya a mi lugar y a mi país.
Gén 30:26  Entrégame mis esposas y mis hijos, por quienes he servido contigo, para que me vaya; porque tú mismo debes saber el servicio que te he prestado”.
Gén 30:27  Entonces le dijo Labán: “Si ahora he hallado favor a tus ojos..., por los agüeros he entendido que Jehová me está bendiciendo debido a ti”.
Gén 30:28  Y añadió: “Estipúlame tu salario y lo daré”.
Gén 30:29  De modo que él le dijo: “Tú mismo tienes que saber cómo te he servido y cómo le ha ido a tu manada conmigo;
Gén 30:30  que era poco lo que realmente tenías antes de mi venida, y se fue ensanchando hasta ser una multitud, puesto que Jehová te bendijo desde que yo entré. De modo que, ahora, ¿cuándo he de hacer algo yo también por mi propia casa?”.
Gén 30:31  Entonces él dijo: “¿Qué te daré?”. Y pasó a decir Jacob: “¡No me darás absolutamente nada! Si quieres hacerme esta cosa, volveré a pastorear tu rebaño. Continuaré guardándolo.
Gén 30:32  Ciertamente pasaré hoy entre todo tu rebaño. Aparta tú de allí toda oveja moteada y con manchas de color, y toda oveja morena oscura entre los carneros jóvenes y cualquiera con manchas de color y moteada entre las cabras. De aquí en adelante las tales tienen que ser mi salario.
Gén 30:33  Y mi recto obrar tiene que responder por mí en cualquier día futuro que vengas para examinar mi salario; todo lo que no sea moteado y con manchas de color entre las cabras y moreno oscuro entre los carneros jóvenes es algo hurtado si se halla conmigo”.
Gén 30:34  Ante esto, Labán dijo: “¡Pues, eso es excelente! Sea conforme a tu palabra”.
Gén 30:35  Entonces apartó en aquel día los machos cabríos rayados y con manchas de color y todas las cabras moteadas y con manchas de color, todo aquel en que hubiera algo de blanco y todo el que fuera moreno oscuro entre los carneros jóvenes, pero los entregó en manos de sus hijos.
Gén 30:36  Después de eso fijó una distancia de tres días de camino entre él y Jacob, y Jacob estaba pastoreando los rebaños de Labán que quedaban.
Gén 30:37  Entonces Jacob tomó para su uso varas todavía húmedas de estoraque y de almendro y de plátano, y descortezó en ellas partecitas blancas descortezadas por medio de dejar al descubierto los lugares blancos que había en las varas.
Gén 30:38  Por fin colocó las varas que había descortezado enfrente del rebaño, en los canales, en los abrevaderos de agua, adonde venían los rebaños a beber, para que se pusieran en celo delante de ellos cuando vinieran a beber.
Gén 30:39  Por consiguiente, se ponían en celo los rebaños delante de las varas, y los rebaños producían [carneros] rayados, moteados y manchados de color.
Gén 30:40  Y Jacob separó los carneros jóvenes y entonces volvió las caras de los rebaños hacia los rayados y todos los morenos oscuros entre los rebaños de Labán. Entonces puso sus propios hatos aparte y no los puso cerca de los rebaños de Labán.
Gén 30:41  Y siempre sucedía que, cuando los rebaños robustos se ponían en celo, Jacob colocaba las varas en los canales delante de los ojos de los rebaños, para que se pusieran en celo cerca de las varas.
Gén 30:42  Pero cuando los rebaños se mostraban endebles, no las colocaba allí. Así que los endebles siempre llegaban a ser de Labán, pero los robustos de Jacob.
Gén 30:43  Y el hombre siguió aumentando más y más, y llegaron a ser suyos grandes rebaños, y siervas y siervos, y camellos y asnos.

Gén 30:1  Cuando Raquel se dio cuenta de que no podía tener hijos, se puso celosa de su hermana. Por eso le dijo a Jacob: —Si no me das hijos, ¡me muero!
Gén 30:2  Jacob se enojó con ella, y le dijo: —¿Acaso crees que yo soy Dios? ¡Él es quien no te deja tener hijos!
Gén 30:3  Entonces Raquel le dijo: —Te voy a dar a mi esclava Bilhá, para que tengas hijos con ella. Así, los hijos que ella tenga serán considerados míos.
Gén 30:4  Raquel le dio a Jacob su propia esclava como esposa. Jacob tuvo relaciones sexuales con Bilhá,
Gén 30:5  y ella quedó embarazada y tuvo un hijo.
Gén 30:6  Raquel lo llamó Dan, que significa «justicia», porque dijo: «Dios es justo, pues vio que yo no había hecho nada malo y me dio un hijo».
Gén 30:7  Bilhá volvió a quedar embarazada y tuvo otro hijo con Jacob.
Gén 30:8  A este niño Raquel lo llamó Neftalí, que significa «lucha», porque dijo: «La lucha contra mi hermana ha sido dura, pero he ganado».
Gén 30:9  Cuando Lía se dio cuenta de que ya no podía tener más hijos, tomó a su esclava Zilpá y se la dio a Jacob como esposa.
Gén 30:10  Zilpá tuvo un hijo con Jacob,
Gén 30:11  al que Lía le puso por nombre Gad, que significa «buena suerte», porque dijo: «¡Qué buena suerte he tenido!»
Gén 30:12  Por segunda vez Zilpá tuvo un hijo con Jacob,
Gén 30:13  y Lía le puso por nombre Aser, que significa «dicha» pues dijo: «¡Qué dichosa soy! ¡Y así me van a considerar mis amigas!»
Gén 30:14  Un día, durante la cosecha del trigo, Rubén salió al campo y encontró unas frutas llamadas mandrágoras. Entonces se las llevó a su madre Lía. Al ver las frutas, Raquel le rogó a Lía que le diera algunas,
Gén 30:15  pero Lía le respondió: —Ya me quitaste el marido, ¿y ahora quieres quitarme las frutas que me trajo mi hijo? Raquel le propuso: —Si me das las mandrágoras, Jacob dormirá contigo esta noche.
Gén 30:16  Esa noche, cuando Jacob regresó del campo, Lía salió a su encuentro y le dijo: «Esta noche la vas a pasar conmigo, pues te he alquilado a cambio de las mandrágoras que me dio mi hijo». Entonces Jacob pasó la noche con Lía.
Gén 30:17  Dios contestó las oraciones de Lía, y ella quedó embarazada y tuvo un quinto hijo con Jacob.
Gén 30:18  Ella le puso por nombre Isacar, que significa «premio», porque dijo: «Este es el premio que Dios me dio por haberle dado mi esclava a mi marido».
Gén 30:19  Otra vez quedó embarazada Lía, y tuvo un sexto hijo con Jacob.
Gén 30:20  Y le puso por nombre Zabulón, que significa «regalo», porque dijo: «¡Qué regalo tan precioso Dios me dio! Ahora mi marido va a tratarme mejor, pues ya le he dado seis hijos».
Gén 30:21  Pasado algún tiempo, Lía tuvo una hija y le puso por nombre Dina.
Gén 30:22  Pero Dios tuvo compasión de Raquel y respondió a sus oraciones. Le permitió quedar embarazada
Gén 30:23  y tener un hijo. Cuando nació el niño, Raquel dijo: «Dios me quitó la vergüenza de no tener hijos». Y le puso por nombre José, que significa «que Dios me dé otro», pues dijo: «¡Ojalá que Dios me dé otro hijo!»
Gén 30:25  Tiempo después de que José nació, Jacob le dijo a Labán: —Dame mis esposas y mis hijos, pues por ellos te he servido. Déjame regresar a mi país.
Gén 30:27  Labán le dijo: —Por favor, no te vayas. Preferiría que te quedes conmigo. Dios me hizo ver que gracias a ti soy muy rico.
Gén 30:28  Así que dime cuánto quieres ganar. Yo te pagaré lo que me pidas.
Gén 30:29  Jacob le respondió: —Tú sabes que he trabajado muy duro para ti, y que he cuidado muy bien tu ganado.
Gén 30:30  Antes de mi llegada, era muy poco lo que tenías; ahora eres muy rico, pues desde que llegué Dios te ha bendecido en todo. Pero yo necesito trabajar para mi propia familia.
Gén 30:31  Labán insistió —¿Qué quieres que te dé? Y Jacob le aclaró: —No me des nada. Yo seguiré cuidando tus ovejas, con tal de que aceptes lo que voy a proponerte.
Gén 30:32  Si me dejas pasar hoy entre todos tus rebaños, pondré aparte todas las ovejas y cabras que tengan la piel manchada, y todos los cordero que tengan la piel oscura. Con ellos me daré por bien pagado.
Gén 30:33  Con el tiempo podrás ver que te estoy tratando con honradez. Cuando quieras revisar cuáles animales son míos, podrás hacerlo. Y si encuentras en mi rebaño alguna oveja o cabra que no sea manchada, o algún cordero que no sea de color oscuro, podrás decir que te lo robé.
Gén 30:34  Labán estuvo de acuerdo,
Gén 30:35  pero ese mismo día apartó la mayoría de los carneros de piel manchada, de las cabras moteadas y manchadas, y de los corderos de color oscuro, y los puso al cuidado de sus hijos.
Gén 30:36  Luego envió esos rebaños a unos cincuenta kilómetros de distancia de donde estaba Jacob. Mientras tanto, Jacob se quedó cuidando el resto de los rebaños de Labán.
Gén 30:37  Pero cortó unas ramas de álamo, almendro y plátano, y les quitó la corteza, de modo que podían verse en ellas unas rayas blancas.
Gén 30:38  Luego de pelar las ramas, las puso frente a todos los bebederos, para que las ovejas las vieran cuando vinieran a beber. Y así, cuando las ovejas en celo venían a beber,
Gén 30:39  se apareaban frente a las ramas y tenían crías con piel rayada y manchada.
Gén 30:40  Jacob ponía estas crías aparte, y el resto del rebaño lo ponía frente a los animales rayados y de color oscuro que había dejado Labán. Y así fue formando sus rebaños, sin mezclarlos con los de Labán.
Gén 30:41  Cuando los animales más fuertes estaban en celo, Jacob les ponía las ramas para que se aparearan frente a ellas,
Gén 30:42  pero las quitaba cuando se apareaban los animales más débiles. De ese modo, los animales débiles le quedaban a Labán, y los fuertes le quedaban a Jacob.
Gén 30:43  Fue así como Jacob llegó a ser muy rico, pues tenía grandes rebaños, y también esclavos y esclavas, camellos y burros.

Gén 30:1  Vio Raquel que no daba hijos a Jacob, y celosa de su hermana dijo a Jacob: «Dame hijos, o si no me muero.»
Gén 30:2  Jacob se enfadó con Raquel y dijo: ¿Estoy yo acaso en el lugar de Dios, que te ha negado el fruto del vientre?»
Gén 30:3  Ella dijo: «Ahí tienes a mi criada Bilhá; únete a ella y que dé a luz sobre mis rodillas: así también yo ahijaré de ella.»
Gén 30:4  Diole, pues, a su esclava Bilhá por mujer; y Jacob unióse a ella.
Gén 30:5  Concibió Bilhá y dio a Jacob un hijo.
Gén 30:6  Y dijo Raquel: «Dios me ha hecho justicia, pues ha oído mi voz y me ha dado un hijo.» Por eso le llamó Dan.
Gén 30:7  Otra vez concibió Bilhá, la esclava de Raquel, y dio a Jacob un segundo hijo.
Gén 30:8  Y dijo Raquel: «Me he trabado con mi hermana a brazo partido y la he podido»; y le llamó Neftalí.
Gén 30:9  Viendo Lía que había dejado de dar a luz, tomó a su esclava Zilpá, y se la dio a Jacob por mujer.
Gén 30:10  Y Zilpá, la esclava de Lía, dio a Jacob un hijo.
Gén 30:11  Lía dijo: «¡Enhorabuena!» Y le llamó Gad.
Gén 30:12  Zilpá, la esclava de Lía, dio a Jacob un segundo hijo,
Gén 30:13  y dijo Lía: «¡Feliz de mí! pues me felicitarán las demás.» Y le llamó Aser.
Gén 30:14  Una vez fue Rubén, al tiempo de la siega del trigo, y encontró en el campo unas mandrágoras que trajo a su madre Lía. Y dijo Raquel a Lía “«¿Quieres darme las mandrágoras de tu hijo?»
Gén 30:15  Respondióle: «¿Es poco haberte llevado mi marido, que encima vas a llevarte las mandrágoras de mi hijo?» Dijo Raquel: «Sea: que se acueste contigo Jacob esta noche, a cambio de las mandrágoras de tu hijo.»
Gén 30:16  A la tarde, cuando Jacob volvió del campo, sale Lía a su encuentro y le dice: «Tienes que venir conmigo porque he pagado por ti unas mandrágoras de mi hijo.» Y él se acostó con ella aquella noche.
Gén 30:17  Dios oyó a Lía, que concibió y dio un quinto hijo a Jacob.
Gén 30:18  Y dijo Lía: «Dios me ha dado mi recompensa, a mí, que tuve que dar mi esclava a mi marido.» Y le llamó Isacar.
Gén 30:19  Lía concibió otra vez y dio el sexto hijo a Jacob.
Gén 30:20  Y dijo Lía: «Me ha hecho Dios un buen regalo. Ahora sí que me apreciará mi marido, pues le he dado seis hijos.» Y le llamó Zabulón.
Gén 30:21  Después dio a luz una hija a la que llamó Dina.
Gén 30:22  Entonces se acordó Dios de Raquel. Dios la oyó y abrió su seno,
Gén 30:23  y ella concibió y dio a luz un hijo. Y dijo: «Ha quitado Dios mi afrenta.»
Gén 30:24  Y le llamó José, como diciendo: «Añádame Yahveh otro hijo.»
Gén 30:25  Cuando Raquel hubo dado a luz a José, dijo Jacob a Labán: «Déjame que me vaya a mi lugar y a mi tierra.
Gén 30:26  Dame a mis mujeres y a mis hijos por quienes te he servido, para que me vaya; pues bien sabes bajo qué condiciones te he servido.»
Gén 30:27  Díjole Labán: «¡Si en algo me estimas!... Yo estaba bajo un maleficio, pero Yahveh me ha bendecido gracias a ti.»
Gén 30:28  Y agregó: «Fíjame tu paga, y te la daré.»
Gén 30:29  Respondióle: «Tu sabes cómo te he servido, y cómo le fue a tu ganado conmigo:
Gén 30:30  bien poca cosa tenías antes de venir yo, pero ya se ha multiplicado muchísimo, y Yahveh te ha bendecido a mi llegada. Pues bien: ¿cuándo voy a hacer yo también algo por mi casa?»
Gén 30:31  Dijo Labán: «¿Qué he de darte?» Respondió Jacob: «No me des nada. Si haces por mí esta, volveré a apacentar tu rebaño. Fíjate bien:
Gén 30:32  Voy a desfilar hoy con todo tu rebaño. Aparta toda oveja negra y las cabras pintas y manchadas, y eso será mi paga,
Gén 30:33  y la garantía de mi honradez el día de mañana. Cuando te presente a controlar mi paga, todo lo que no fuere pinto y manchado entre las cabras y negro entre los corderos, será lo que he robado.»
Gén 30:34  Dijo Labán: «Bien, sea como dices.»
Gén 30:35  Y aquel mismo día apartó los machos cabríos listados y manchados, todo lo que tenía en sí algo de blanco, así como todo lo negro entre las ovejas, y lo confió a sus hijos,
Gén 30:36  interponiendo tres jornadas de camino entre él y Jacob. Este último apacentaba el resto del rebaño de Labán.
Gén 30:37  Entonces Jacob se procuró unas vares verdes de álamo, de almendro y de plátano, y labró en ellas unas muescas blancas, dejando al descubierto lo blanco de las varas,
Gén 30:38  e hincó las varas así labradas en las pilas o abrevaderos a donde venían las reses a beber, justo delante de las reses, con lo que éstas se calentaban al acercarse a beber.
Gén 30:39  O sea, que se calentaban a la vista de las varas, y así parían crías listadas, pintas o manchadas.
Gén 30:40  Luego separó Jacob los machos, echándolos a lo listado y negro que ahora había en el rebaño de Labán, y así se fue formando unos hatajos propios, que no mezclaba con el rebaño de Labán.
Gén 30:41  Además, siempre que se calentaban las reses vigorosas, poníales Jacob las varas ante los ojos en las pilas, para que se calentaran bajo el influjo de las varas;
Gén 30:42  mas cuando el ganado estaba débil, no las ponía de modo que las crías débiles eran para Labán, y las vigorosas para Jacob.
Gén 30:43  Así que éste medró muchísimo, y llegó a tener rebaños numerosos, y siervas y siervos y camellos y asnos.

Gén 30:1  Cuando Raquel se dio cuenta de que no le podía dar hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana y le dijo a Jacob: ¡Dame hijos! Si no me los das, ¡me muero!
Gén 30:2  Pero Jacob se enojó muchísimo con ella y le dijo: ¿Acaso crees que soy Dios? ¡Es él quien te ha hecho estéril!
Gén 30:3  Aquí tienes a mi criada Bilhá propuso Raquel. Acuéstate con ella. Así ella dará a luz sobre mis rodillas, y por medio de ella también yo podré formar una familia.
Gén 30:4  Entonces Raquel le dio a Jacob por mujer su criada Bilhá, y Jacob se acostó con ella.
Gén 30:5  Bilhá quedó embarazada y le dio un hijo a Jacob.
Gén 30:6  Y Raquel exclamó: "¡Dios me ha hecho justicia! ¡Escuchó mi plegaria y me ha dado un hijo!" Por eso Raquel le puso por *nombre Dan. [1]
Gén 30:7  Después Bilhá, la criada de Raquel, quedó embarazada otra vez y dio a luz un segundo hijo de Jacob.
Gén 30:8  Y Raquel dijo: "He tenido una lucha muy grande con mi hermana, pero he vencido." Por eso Raquel lo llamó Neftalí. [2]
Gén 30:9  Lea, al ver que ya no podía tener hijos, tomó a su criada Zilpá y se la entregó a Jacob por mujer,
Gén 30:10  y ésta le dio a Jacob un hijo.
Gén 30:11  Entonces Lea exclamó: "¡Qué suerte!" Por eso lo llamó Gad. [3]
Gén 30:12  Zilpá, la criada de Lea, le dio un segundo hijo a Jacob.
Gén 30:13  Lea volvió a exclamar: "¡Qué feliz soy! Las mujeres me dirán que soy feliz." Por eso lo llamó Aser. [4]
Gén 30:14  Durante los días de la cosecha de trigo, Rubén salió al campo. Allí encontró unas frutas llamadas mandrágoras, y se las llevó a Lea, su madre. Entonces Raquel le dijo a Lea: Por favor, dame algunas mandrágoras de las que te trajo tu hijo.
Gén 30:15  Pero Lea le contestó: ¿Te parece poco el haberme quitado a mi marido, que ahora quieres también quitarme las mandrágoras de mi hijo? Bueno contestó Raquel, te propongo que, a cambio de las mandrágoras de tu hijo, Jacob duerma contigo esta noche.
Gén 30:16  Al anochecer, cuando Jacob volvía del campo, Lea salió a su encuentro y le dijo: Hoy te acostarás conmigo, porque te he alquilado a cambio de las mandrágoras de mi hijo. Y Jacob durmió con ella esa noche.
Gén 30:17  Dios escuchó a Lea, y ella quedó embarazada y le dio a Jacob un quinto hijo.
Gén 30:18  Entonces dijo Lea: "Dios me ha recompensado, porque yo le entregué mi criada a mi esposo." Por eso lo llamó Isacar. [5]
Gén 30:19  Lea quedó embarazada de nuevo, y le dio a Jacob un sexto hijo.
Gén 30:20  "Dios me ha favorecido con un buen regalo dijo Lea. Esta vez mi esposo se quedará conmigo, [6] porque le he dado seis hijos." Por eso lo llamó Zabulón. [7]
Gén 30:21  Luego Lea dio a luz una hija, a la cual llamó Dina.
Gén 30:22  Pero Dios también se acordó de Raquel; la escuchó y le quitó la esterilidad.
Gén 30:23  Fue así como ella quedó embarazada y dio a luz un hijo. Entonces exclamó: "Dios ha borrado mi desgracia."
Gén 30:24  Por eso lo llamó José, y dijo: "Quiera el Señor darme otro hijo."
Gén 30:25  Después de que Raquel dio a luz a José, Jacob le dijo a Labán: Déjame regresar a mi hogar y a mi propia tierra.
Gén 30:26  Dame las mujeres por las que te he servido, y mis hijos, y déjame ir. Tú bien sabes cómo he trabajado para ti.
Gén 30:27  Pero Labán le contestó: Por favor, quédate. He sabido por adivinación que, gracias a ti, el Señor me ha bendecido.
Gén 30:28  Y le propuso: Fija tú mismo el salario que quieras ganar, y yo te lo pagaré.
Gén 30:29  Jacob le respondió: Tú bien sabes cómo he trabajado, y cómo gracias a mis desvelos han mejorado tus animales.
Gén 30:30  Lo que tenías antes de mi venida, que era muy poco, se ha multiplicado enormemente. Gracias a mí, el Señor te ha bendecido. Ahora quiero hacer algo por mi propia familia.
Gén 30:31  ¿Cuánto quieres que te pague? preguntó Labán. No tienes que pagarme nada respondió Jacob. Si aceptas lo que estoy por proponerte, seguiré cuidando tus ovejas.
Gén 30:32  Hoy, cuando pase yo con todo tu rebaño, tú irás apartando toda oveja manchada o moteada, y todos los corderos negros, y todos los cabritos manchados o moteados. Ellos serán mi salario.
Gén 30:33  Así, el día de mañana, cuando vengas a controlar lo que he ganado, mi honradez responderá por mí: si encuentras alguna oveja o cabrito que no sea manchado o moteado, o algún cordero que no sea negro, será que te lo he robado.
Gén 30:34  Está bien acordó Labán, acepto tu propuesta.
Gén 30:35  Ese mismo día Labán apartó todos los chivos rayados y moteados, todas las cabras manchadas y moteadas, todas las que tenían alguna mancha blanca, y todos los corderos negros, y los puso al cuidado de sus hijos.
Gén 30:36  Después de eso, puso una distancia de tres días de viaje entre él y Jacob. Mientras tanto, Jacob seguía cuidando las otras ovejas de Labán.
Gén 30:37  Jacob cortó ramas verdes de álamo, de almendro y de plátano, y las peló de tal manera que quedaran franjas blancas al descubierto.
Gén 30:38  Luego tomó las ramas que había pelado, y las puso en todos los abrevaderos para que el rebaño las tuviera enfrente cuando se acercara a beber agua. Cuando las ovejas estaban en celo y llegaban a los abrevaderos,
Gén 30:39  los machos se unían con las hembras frente a las ramas, y así tenían crías rayadas, moteadas o manchadas.
Gén 30:40  Entonces Jacob apartaba estos corderos y los ponía frente a los animales rayados y negros del rebaño de Labán. De esta manera logró crear su propio rebaño, diferente al de Labán.
Gén 30:41  Además, cuando las hembras más robustas estaban en celo, Jacob colocaba las ramas en los bebederos, frente a los animales, para que se unieran mirando hacia las ramas.
Gén 30:42  Pero cuando llegaban los animales más débiles, no colocaba las ramas. Así los animales débiles eran para Labán y los robustos eran para Jacob.
Gén 30:43  De esta manera Jacob prosperó muchísimo y llegó a tener muchos rebaños, criados y criadas, camellos y asnos.

Gén 30:1  Al ver que no podía dar hijos a Jacob, Raquel tuvo envidia de su hermana, y dijo a su marido: "Dame hijos, porque si no, me muero".
Gén 30:2  Pero Jacob, indignado, le respondió: "¿Acaso yo puedo hacer las veces de Dios, que te impide ser madre?".
Gén 30:3  Ella añadió: "Aquí tienes a mi esclava Bilhá. Únete a ella, y que dé a luz sobre mis rodillas. Por medio de ella, también yo voy a tener hijos".
Gén 30:4  Así le dio por mujer a su esclava Bilhá. Jacob se unió a ella,
Gén 30:5  y cuando Bilhá concibió y dio un hijo a Jacob.
Gén 30:6  Raquel dijo: "Dios me hizo justicia: él escuchó mi voz y me ha dado un hijo". Por eso lo llamó Dan.
Gén 30:7  Después Bilhá, la esclava de Raquel, volvió a concebir y dio un segundo hijo a Jacob.
Gén 30:8  Entonces Raquel dijo: "Sostuve con mi hermana una lucha muy grande, pero al fin he vencido". Y lo llamó Neftalí.
Gén 30:9  Lía, por su parte, viendo que había dejado de dar a luz, tomó a su esclava Zilpá y se la dio como mujer a Jacob.
Gén 30:10  Cuando Zilpá, la esclava de Lía, dio un hijo a Jacob,
Gén 30:11  Lía exclamó: "¡Qué suerte!". Y lo llamó Gad.
Gén 30:12  Después Zilpá, la esclava de Lía, dio otro hijo a Jacob.
Gén 30:13  Lía dijo entonces: "¡Qué felicidad! Porque todas las mujeres me felicitarán". Y lo llamó Aser.
Gén 30:14  Rubén salió una vez mientras se estaba cosechando el trigo, y encontró en el campo unas mandrágoras, que luego entregó a su madre. Entonces Raquel dijo a Lía: "Por favor, dame algunas de esas mandrágoras que trajo tu hijo".
Gén 30:15  Pero Lía respondió: "¿No te basta con haberme quitado a mi marido, que ahora quieres arrebatarme también las mandrágoras de mi hijo?". "Está bien, respondió Raquel, que esta noche duerma contigo, a cambio de las mandrágoras de tu hijo".
Gén 30:16  Al atardecer, cuando Jacob volvía del campo, Lía salió a su encuentro y le dijo: "Tienes que venir conmigo, porque he pagado por ti las mandrágoras que encontró mi hijo". Aquella noche Jacob durmió con ella,
Gén 30:17  y Dios la escuchó, porque concibió una vez más, y dio a Jacob un quinto hijo.
Gén 30:18  Entonces Lía exclamó: "Dios me ha recompensado, por haber dado mi esclava a mi marido". Y lo llamó Isacar.
Gén 30:19  Luego Lía volvió a concebir y dio un sexto hijo a Jacob.
Gén 30:20  "Dios me hizo un precioso regalo", dijo Lía. "Esta vez mi marido me honrará, porque le he dado seis hijos". Y lo llamó Zabulón.
Gén 30:21  Finalmente tuvo una hija, a la que llamó Dina.
Gén 30:22  Dios también se acordó de Raquel, la escuchó e hizo fecundo su seno.
Gén 30:23  Ella concibió y dio a luz un hijo. Entonces exclamó: "Dios ha borrado mi afrenta".
Gén 30:24  Y lo llamó José, porque dijo: "Que el Señor me conceda un hijo más".
Gén 30:25  Después que Raquel dio a luz a José, Jacob dijo a Labán: "Déjame volver a mi casa y a mi país.
Gén 30:26  Dame a mis mujeres, por las que te he servido, y a mis hijos, para que pueda irme. Porque tú sabes muy bien cuánto trabajé por ti".
Gén 30:27  Pero Labán le respondió: "Si quieres hacerme un favor, quédate conmigo. Yo he llegado a saber, por medio de la adivinación, que el Señor me bendijo gracias a ti.
Gén 30:28  Por eso, siguió diciendo, fíjame tú mismo el salario que debo pagarte".
Gén 30:29  Entonces Jacob añadió: "Tú sabes bien cómo te he servido, y cómo prosperó tu hacienda gracias a mis cuidados.
Gén 30:30  Lo poco que tenías antes que yo llegara se ha acrecentado enormemente, ya que el Señor te bendijo gracias a mí. Pero ya es hora de que también haga algo por mi propia casa".
Gén 30:31  "¿Qué debo darte en pago?", preguntó Labán. Y Jacob respondió: "No tendrás que pagarme nada. Si haces lo que te voy a proponer, yo volveré a apacentar tu rebaño y a ocuparme de él.
Gén 30:32  Revisa hoy mismo todo tu rebaño, y aparta de él todas las ovejas negras y todas las cabras moteadas o manchadas. Ese será mi salario.
Gén 30:33  Y más adelante, cuando tú mismo vengas a verificar mis ganancias, mi honradez responderá por mí; si llego a tener en mi poder alguna cabra que no sea manchada o moteada, o alguna oveja que no sea negra, eso será un robo que yo he cometido".
Gén 30:34  "Está bien, dijo Labán, que sea como tú dices".
Gén 30:35  Pero aquel mismo día, Labán separó los chivos rayados y moteados, todas las cabras manchadas y moteadas -todo lo que tenía una mancha blanca- y todos los corderos negros, y los confió al cuidado de sus hijos.
Gén 30:36  Después interpuso entre él y Jacob una distancia de tres días de camino. Mientras tanto, Jacob apacentaba el resto del rebaño de Labán.
Gén 30:37  Jacob tomó unas ramas verdes de álamo, almendro y plátano, y trazó en ellas unas franjas blancas, dejando al descubierto la parte blanca de las ramas.
Gén 30:38  Luego puso frente a los animales, en los bebederos o recipientes de agua donde iba a beber el rebaño, las ramas que había descortezado. Y cuando los animales iban a beber, entraban en celo.
Gén 30:39  De esta manera, se unían delante de las ramas y así tenían crías rayadas, moteadas o manchadas.
Gén 30:40  Además, Jacob separó a los carneros y los puso frente a los animales rayados y negros del rebaño de Labán. Así pudo formar sus propios rebaños, que mantuvo separados de los rebaños de Labán.
Gén 30:41  Y cuando los animales que entraban en celo eran robustos, Jacob ponía las ramas en los bebederos, bien a la vista de los animales, para que se unieran delante de las ramas;
Gén 30:42  pero cuando los animales eran débiles, no las ponía. Así los animales robustos eran para Jacob, y los débiles para Labán.
Gén 30:43  De esta manera Jacob se hizo extremadamente rico, y llegó a tener una gran cantidad de ganado, de esclavos, esclavas, camellos y asnos.

Gén 30:1  Cuando Raquel se dio cuenta de que no podía tener hijos, se puso celosa de su hermana. Por eso le dijo a Jacob: —Si no me das hijos, ¡me muero!
Gén 30:2  Jacob se enojó con ella, y le dijo: —¿Acaso crees que yo soy Dios? ¡Él es quien no te deja tener hijos!
Gén 30:3  Entonces Raquel le dijo: —Te voy a dar a mi esclava Bilhá, para que tengas hijos con ella. Así, los hijos que ella tenga serán considerados míos.
Gén 30:4  Raquel le dio a Jacob su propia esclava como esposa. Jacob tuvo relaciones sexuales con Bilhá,
Gén 30:5  y ella quedó embarazada y tuvo un hijo.
Gén 30:6  Raquel lo llamó Dan, que significa «justicia», porque dijo: «Dios es justo, pues vio que yo no había hecho nada malo y me dio un hijo».
Gén 30:7  Bilhá volvió a quedar embarazada y tuvo otro hijo con Jacob.
Gén 30:8  A este niño Raquel lo llamó Neftalí, que significa «lucha», porque dijo: «La lucha contra mi hermana ha sido dura, pero he ganado».
Gén 30:9  Cuando Lía se dio cuenta de que ya no podía tener más hijos, tomó a su esclava Zilpá y se la dio a Jacob como esposa.
Gén 30:10  Zilpá tuvo un hijo con Jacob,
Gén 30:11  al que Lía le puso por nombre Gad, que significa «buena suerte», porque dijo: «¡Qué buena suerte he tenido!»
Gén 30:12  Por segunda vez Zilpá tuvo un hijo con Jacob,
Gén 30:13  y Lía le puso por nombre Aser, que significa «dicha» pues dijo: «¡Qué dichosa soy! ¡Y así me van a considerar mis amigas!»
Gén 30:14  Un día, durante la cosecha del trigo, Rubén salió al campo y encontró unas frutas llamadas mandrágoras. Entonces se las llevó a su madre Lía. Al ver las frutas, Raquel le rogó a Lía que le diera algunas,
Gén 30:15  pero Lía le respondió: —Ya me quitaste el marido, ¿y ahora quieres quitarme las frutas que me trajo mi hijo? Raquel le propuso: —Si me das las mandrágoras, Jacob dormirá contigo esta noche.
Gén 30:16  Esa noche, cuando Jacob regresó del campo, Lía salió a su encuentro y le dijo: «Esta noche la vas a pasar conmigo, pues te he alquilado a cambio de las mandrágoras que me dio mi hijo». Entonces Jacob pasó la noche con Lía.
Gén 30:17  Dios contestó las oraciones de Lía, y ella quedó embarazada y tuvo un quinto hijo con Jacob.
Gén 30:18  Ella le puso por nombre Isacar, que significa «premio», porque dijo: «Este es el premio que Dios me dio por haberle dado mi esclava a mi marido».
Gén 30:19  Otra vez quedó embarazada Lía, y tuvo un sexto hijo con Jacob.
Gén 30:20  Y le puso por nombre Zabulón, que significa «regalo», porque dijo: «¡Qué regalo tan precioso Dios me dio! Ahora mi marido va a tratarme mejor, pues ya le he dado seis hijos».
Gén 30:21  Pasado algún tiempo, Lía tuvo una hija y le puso por nombre Dina.
Gén 30:22  Pero Dios tuvo compasión de Raquel y respondió a sus oraciones. Le permitió quedar embarazada
Gén 30:23  y tener un hijo. Cuando nació el niño, Raquel dijo: «Dios me quitó la vergüenza de no tener hijos». Y le puso por nombre José, que significa «que Dios me dé otro», pues dijo: «¡Ojalá que Dios me dé otro hijo!»
Gén 30:25  Tiempo después de que José nació, Jacob le dijo a Labán: —Dame mis esposas y mis hijos, pues por ellos te he servido. Déjame regresar a mi país.
Gén 30:27  Labán le dijo: —Por favor, no te vayas. Preferiría que te quedes conmigo. Dios me hizo ver que gracias a ti soy muy rico.
Gén 30:28  Así que dime cuánto quieres ganar. Yo te pagaré lo que me pidas.
Gén 30:29  Jacob le respondió: —Tú sabes que he trabajado muy duro para ti, y que he cuidado muy bien tu ganado.
Gén 30:30  Antes de mi llegada, era muy poco lo que tenías; ahora eres muy rico, pues desde que llegué Dios te ha bendecido en todo. Pero yo necesito trabajar para mi propia familia.
Gén 30:31  Labán insistió —¿Qué quieres que te dé? Y Jacob le aclaró: —No me des nada. Yo seguiré cuidando tus ovejas, con tal de que aceptes lo que voy a proponerte.
Gén 30:32  Si me dejas pasar hoy entre todos tus rebaños, pondré aparte todas las ovejas y cabras que tengan la piel manchada, y todos los cordero que tengan la piel oscura. Con ellos me daré por bien pagado.
Gén 30:33  Con el tiempo podrás ver que te estoy tratando con honradez. Cuando quieras revisar cuáles animales son míos, podrás hacerlo. Y si encuentras en mi rebaño alguna oveja o cabra que no sea manchada, o algún cordero que no sea de color oscuro, podrás decir que te lo robé.
Gén 30:34  Labán estuvo de acuerdo,
Gén 30:35  pero ese mismo día apartó la mayoría de los carneros de piel manchada, de las cabras moteadas y manchadas, y de los corderos de color oscuro, y los puso al cuidado de sus hijos.
Gén 30:36  Luego envió esos rebaños a unos cincuenta kilómetros de distancia de donde estaba Jacob. Mientras tanto, Jacob se quedó cuidando el resto de los rebaños de Labán.
Gén 30:37  Pero cortó unas ramas de álamo, almendro y plátano, y les quitó la corteza, de modo que podían verse en ellas unas rayas blancas.
Gén 30:38  Luego de pelar las ramas, las puso frente a todos los bebederos, para que las ovejas las vieran cuando vinieran a beber. Y así, cuando las ovejas en celo venían a beber,
Gén 30:39  se apareaban frente a las ramas y tenían crías con piel rayada y manchada.
Gén 30:40  Jacob ponía estas crías aparte, y el resto del rebaño lo ponía frente a los animales rayados y de color oscuro que había dejado Labán. Y así fue formando sus rebaños, sin mezclarlos con los de Labán.
Gén 30:41  Cuando los animales más fuertes estaban en celo, Jacob les ponía las ramas para que se aparearan frente a ellas,
Gén 30:42  pero las quitaba cuando se apareaban los animales más débiles. De ese modo, los animales débiles le quedaban a Labán, y los fuertes le quedaban a Jacob.
Gén 30:43  Fue así como Jacob llegó a ser muy rico, pues tenía grandes rebaños, y también esclavos y esclavas, camellos y burros.

Gén 30:1  Cuando Rajel vio que ella no estaba dando hijos a Ya'akov, ella envidió a su hermana, y dijo a Ya'akov: "¡Dame hijos, o moriré!"
Gén 30:2  Esto hizo que Ya'akov se enojara con Rajel; él respondió: ¿Estoy yo en el lugar de Elohim? El es el que te está negando hijos."
Gén 30:3  Ella dijo: "Aquí esta mi esclava Bilhah. Ve a dormir con ella, y deja que ella de a luz un hijo que será puesto en mis rodillas, para que así por medio de ella yo también pueda edificar una familia."
Gén 30:4  Así que ella le dio a Bilhah su esclava como su esposa, y Ya'akov entró y durmió con ella.
Gén 30:5  Bilhah la esclava de Rajel concibió y le dio a Ya'akov un hijo.
Gén 30:6  Rajel dijo: "Elohim ha juzgado a mi favor; de cierto El me ha oído y me ha dado un hijo." Por lo tanto ella lo llamó Dan [El juzgó].
Gén 30:7  Bilhah la esclava de Rajel concibió otra vez y dio a Ya'akov un segundo hijo.
Gén 30:8  Rajel dijo: "He luchado fuertemente con mi hermana y he ganado," y lo llamó Naftali [mi lucha].
Gén 30:9  Cuando Leah vio que ella había cesado de tener hijos, ella tomó a Zilpah su esclava y la dio a Ya'akov como su esposa.
Gén 30:10  Y él entró sobre ella, y Zilpah la esclava de Leah concibió dio a Ya'akov un hijo;
Gén 30:11  y Leah dijo: "Buenaventura ha venido," llamándolo Gad [buenaventura].
Gén 30:12  Zilpah la esclava de Leah le dio a Ya'akov un segundo hijo;
Gén 30:13  y Leah dijo: "¡Qué feliz estoy! ¡Las mujeres dirán que soy feliz!" Y lo llamó Asher [feliz].
Gén 30:14  Durante la temporada de cosecha del trigo Reuven fue y encontró mandrágoras[90] en el campo y las trajo a su madre Leah. Rajel dijo a Leah: "Por favor dame algunas mandrágoras [para que pueda ser fértil]."
Gén 30:15  Ella respondió: "¿No es suficiente que has tomado a mi esposo? ¿También tienes que tomar las mandrágoras de mi hijo? " Rajel dijo: "Muy bien, a cambio por las mandrágoras de tu hijo, duerme con él esta noche."
Gén 30:16  Cuando Ya'akov vino del campo en la noche, Leah salió a recibirlo, y dijo: "Tienes que venir a dormir conmigo, porque te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo." Así que Ya'akov durmió con Leah esa noche.
Gén 30:17  "Elohim escuchó a Leah y Leah concibió, y le dio a Ya'akov un quinto hijo.
Gén 30:18  Leah dijo: "Elohim me ha dado mi recompensa, porque di mi esclava a mi esposo." Así que lo llamó Yissajar [salario, recompensa].
Gén 30:19  Leah concibió otra vez y dio un sexto hijo a Ya'akov.
Gén 30:20  Leah dijo: "Elohim me ha dado un regalo maravilloso. Ahora por fin mi esposo vivirá conmigo, puesto que le he dado seis hijos." Y ella lo llamó Zevulun [habitando juntos].
Gén 30:21  Después de esto ella dio a luz a una hija y la llamó Dinah [controversia sobre derechos].
Gén 30:22  Entonces Elohim tomó nota de Rajel, escuchó su oración y la hizo fértil.
Gén 30:23  Ella concibió, tuvo un hijo, y dijo: "Elohim ha quitado mi desgracia."
Gén 30:24  Ella lo llamó Yosef [que El añada], diciendo: "YAHWEH me añada otro hijo."
Gén 30:25  Después que Rajel había dado a luz a Yosef, Ya'akov dijo a Lavan: "Envíame de camino, para que pueda regresar a mi propio lugar, a mi propio país.
Gén 30:26  Déjame llevarme a mis esposas, por quienes te he servido, y a mis hijos; y déjame ir. Tú sabes muy bien como te he servido fielmente."
Gén 30:27  Lavan le respondió: "Si me consideras favorablemente, entonces por favor escucha: Yo he observado las señales que YAHWEH me ha bendecido a causa tuya.
Gén 30:28  Nombra tus jornales," él dijo, "y yo los pagaré."
Gén 30:29  Ya'akov respondió: "Tú sabes como te he servido fielmente y como tu ganado ha prosperado bajo mi cuidado.
Gén 30:30  Los pocos que tenías antes de que yo viniera han aumentado sustancialmente; YAHWEH te ha bendecido dondequiera que yo he ido. Pero ahora, ¿cuándo proveeré yo para mi propia casa? "
Gén 30:31  Lavan dijo: "¿Qué debo darte? " "Nada," respondió Ya'akov, "sólo haz esta cosa por mí: una vez más yo pastorearé tu rebaño y lo cuidaré.
Gén 30:32  También pasaré por todo el rebaño y escogeré todas las ovejas grises entre los carneros, y todas las que son manchadas y pintas entre los carneros; estos serán mis jornales.
Gén 30:33  Y yo dejaré que mi integridad esté como testigo contra mí en el futuro, porque es mi recompensa delante de ti, Todo carnero que no sea manchado o pintado entre los carneros y los grises entre los carneros contará como robado por mí."
Gén 30:34  Lavan respondió: "Como tú lo has dicho, así será."
Gén 30:35  Ese día Lavan removió los carneros que eran manchados o pintados y todas las cabras que eran manchadas o pintadas, todas las ovejas grises, y todos los que eran blancos entre ellos; y las dio a sus hijos;
Gén 30:36  y puso tres días de distancia entre él y Ya'akov. Ya'akov apacentó el resto de los rebaños de Lavan.
Gén 30:37  Ya'akov tomó ramas verdes de árbol de estoraque, noga l y castaño, y peló en ellas franjas blancas descortezando las ramas; y mientras pelaba lo verde, la franja blanca, cual él había hecho, aparecía alternando en las ramas.
Gén 30:38  Y puso las ramas que había descortezado paradas delante de los bebederos de agua, para que los animales las vieran cuando vinieran a beber. Y puesto que ellas procreaban cuando venían a beber,
Gén 30:39  los animales se juntaban delante de las ramas y parían cabritos manchados, pintados y listados.
Gén 30:40  Ya'akov dividió los animales e hizo que los animales se aparearan con los pintados y oscuros en el rebaño de Lavan. El también mantuvo su propio rebaño separado y no los unió con el rebaño de Lavan.
Gén 30:41  Cuando fuera que los animales más fuertes venían a celo, Ya'akov ponía las ramas en los bebederos; para que los animales las vieran y concibieran en su panza delante de ellas;
Gén 30:42  pero él no ponía las ramas delante de los animales más débiles. Así los más débiles eran de Lavan y los más fuertes eran de Ya'akov.[91]
Gén 30:43  De esta forma el hombre se enriqueció y tenía grandes rebaños, junto con esclavos y esclavas, camellos y asnos.

Gén 30:1  Raquel, viendo que no daba hijos a Jacob, se puso envidiosa de su hermana y dijo a Jacob: "Dame hijos, porque si no, me muero."
Gén 30:2  Entonces Jacob se enojó con Raquel y le dijo: "Si Dios te ha negado los hijos, ¿qué puedo hacer yo?"
Gén 30:3  Ella le contestó: "Aquí tienes a mi esclava Bilá. Únete a ella y que dé a luz sobre mis rodillas. Así tendré yo también un hijo por medio de ella."
Gén 30:4  Le dio, pues, a su esclava Bilá, y Jacob se unió a ella.
Gén 30:5  Bilá quedó embarazada, y dio a Jacob un hijo.
Gén 30:6  Entonces Raquel dijo: "Dios me ha hecho justicia, pues ha oído mi voz y me ha dado un hijo." Por eso le puso por nombre Dan.
Gén 30:7  Otra vez concibió Bilá, la esclava de Raquel, y dio a Jacob un segundo hijo.
Gén 30:8  Y Raquel dijo: "Tuve una lucha tremenda con mi hermana y he vencido." Por eso lo llamó Neftalí.
Gén 30:9  Viendo Lía que había dejado de tener hijos, tomó a su sierva Zelfa y se la dio por mujer a Jacob.
Gén 30:10  Y Zelfa, esclava de Lía, dio un hijo a Jacob.
Gén 30:11  Lía exclamó: "¡Qué suerte!", y le puso por nombre Gad.
Gén 30:12  Zelfa, la sierva de Lía, dio un segundo hijo a Jacob,
Gén 30:13  y dijo Lía: "¡Felicidad! Las mujeres me felicitarán." Y le llamó Aser.
Gén 30:14  En el tiempo de la siega del trigo, salió Rubén y encontró unas manzanas silvestres en el campo; y se las llevó a su madre Lía. Las vio Raquel y dijo a Lía: "Por favor, dame alguna de esas manzanas silvestres que ha traído tu hijo."
Gén 30:15  Le respondió Lía: "¿No te basta con haberme quitado el marido, que ahora quieres llevarte también las manzanas de mi hijo?" Raquel le dijo: "Muy bien, que duerma contigo esta noche, a cambio de las manzanas de tu hijo."
Gén 30:16  Cuando por la tarde llegaba Jacob del campo, Lía salió a su encuentro y le dijo: "Esta noche dormirás conmigo, pues te he alquilado por unas manzanas de mi hijo."
Gén 30:17  Aquella noche, pues, durmió Jacob con ella. Dios escuchó las oraciones de Lía, la que concibió y le dio a Jacob el quinto hijo.
Gén 30:18  Dijo Lía: "Dios me ha premiado por haber entregado mi sierva a mi marido." Le puso por nombre Isacar.
Gén 30:19  De nuevo Lía quedó embarazada, y dio a Jacob el sexto hijo.
Gén 30:20  Y dijo: "Me ha hecho Dios un buen regalo. Ahora mi marido cohabitará conmigo, porque le he dado seis hijos." Y le llamó Zabulón.
Gén 30:21  Después dio a luz a una niña, y le puso el nombre de Dina.
Gén 30:22  Entonces Dios se acordó de Raquel, oyó sus ruegos y le concedió ser fecunda.
Gén 30:23  Concibió y dio a luz un hijo, y exclamó: "Dios me ha quitado de encima la vergüenza."
Gén 30:24  Y le puso por nombre José, pues decía: "¡Ojalá Yavé me dé otro hijo!"
Gén 30:25  Después de que Raquel hubo dado a luz a José, Jacob dijo a Labán: "Déjame regresar a mi patria y mi tierra.
Gén 30:26  Dame mis esposas y mis hijos, por quienes te he servido, y déjame partir, pues bien sabes con qué fidelidad te he servido."
Gén 30:27  Labán le contestó: "Hazme un favor. El cielo me hizo ver que Yavé me bendecía gracias a ti."
Gén 30:28  Y agregó: "Dime cuánto te debo y te lo pagaré."
Gén 30:29  Jacob respondió: "Tú sabes cómo te he servido, y cómo le fue a tu rebaño conmigo.
Gén 30:30  Poco era lo que tenías antes de que yo llegara aquí; pero después creció enormemente y Yavé te ha bendecido. ¿Cuándo, pues, podré trabajar para mi propia casa?"
Gén 30:31  Dijo Labán: "¿Qué te puedo dar?"
 Jacob respondió: "No me des nada, pero si haces por mí lo que voy a pedirte, seguiré cuidando tus rebaños.
Gén 30:32  Hoy voy a revisar tus rebaños y pondré aparte todos los corderos negros, y también todos los cabritos manchados y rayados, y éste será mi salario.
Gén 30:33  Comprobarás mi honradez el día de mañana cuando quieras verificar personalmente lo que me llevo. Todo lo que no sea manchado o rayado entre las cabras, ni negro entre los corderos, será considerado como un robo de mi parte."
Gén 30:34  Dijo Labán: "Está bien, sea como tú dices."
Gén 30:35  Ese mismo día Labán puso aparte todos los cabritos rayados o con manchas, y a cuanto cordero había con color negro, y se los dio a sus hijos,
Gén 30:36  y los mandó lejos de Jacob, a una distancia de tres días. Y Jacob se quedó cuidando el resto del rebaño de Labán.
Gén 30:37  Jacob se buscó entonces unas ramas verdes de chopo, almendro y plátano. Peló la corteza de las ramas haciendo franjas que dejaban al descubierto el blanco de la madera.
Gén 30:38  Después las colocó ante las pilas y abrevaderos, justo delante de esas que al beber entraban en celo.
Gén 30:39  Y las que se apareaban frente a las varas parían después crías rayadas, moteadas y manchadas.
Gén 30:40  Entonces Jacob separaba los corderos. En una palabra, hacía que las ovejas del rebaño de Labán miraran todo lo que tenía rayas o era negro. Así se formó rebaños que le pertenecían y que apartaba de los de Labán.
Gén 30:41  Cada vez que entraban en celo las ovejas más robustas, Jacob volvía a poner en las pilas y abrevaderos las varas, a la vista de las ovejas, para que se aparearan ante ellas.
Gén 30:42  Pero si las ovejas eran débiles, no ponía las varas. Así las débiles quedaban para Labán, y las robustas eran para Jacob.
Gén 30:43  Y el hombre se hizo muy rico, pues tenía grandes rebaños, muchos servidores y sirvientas, camellos y burros.

Gén 30:1  Cuando Raquel vio que no le podía dar hijos a Jacob, le dieron celos de su hermana. Entonces le dijo a Jacob: —Si no me das hijos, me moriré.
Gén 30:2  Jacob se enojó mucho con Raquel y le dijo: —Yo no soy Dios, él es el que no te ha dejado tener hijos.
Gén 30:3  Luego Raquel dijo: —Toma a mi sierva Bilhá como concubina, ten relaciones sexuales con ella y ella dará a luz a un hijo para mí. De esa manera podré tener hijos por medio de ella.
Gén 30:4  Entonces Raquel le dio su sierva Bilhá a Jacob. Jacob tuvo relaciones sexuales con ella,
Gén 30:5  Bilhá quedó embarazada y dio a luz a un hijo para Jacob.
Gén 30:6  Raquel dijo: «Dios ha escuchado mis oraciones y ha decidido darme un hijo». Por esta razón, Raquel llamó a su hijo Dan.
Gén 30:7  Bilhá, la sierva de Raquel, volvió a quedar embarazada y le dio a Jacob un segundo hijo.
Gén 30:8  Raquel dijo: «Peleé duro para competir con mi hermana, y yo gané». Entonces lo llamó Neftalí.
Gén 30:9  Cuando Lea vio que ya no podía tener más hijos, tomó a su sierva Zilpá y se la dio a Jacob como concubina.
Gén 30:10  Entonces Zilpá, la sierva de Lea, le dio un hijo a Jacob.
Gén 30:11  Lea dijo: «Tengo suerte», y por eso lo llamó Gad.
Gén 30:12  La sierva de Lea, Zilpá, le dio a Jacob un segundo hijo.
Gén 30:13  Lea dijo: «¡Estoy feliz! Ahora las mujeres me llamarán feliz». Entonces lo llamó Aser.
Gén 30:14  Durante la cosecha de trigo, Rubén se fue al campo, encontró unas plantas llamadas mandrágoras y se las llevó a su mamá, Lea. Entonces Raquel le dijo a Lea: —Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo.
Gén 30:15  Pero Lea le dijo: —Tú me quitaste a mi esposo. ¿Ahora me quieres quitar también las mandrágoras de mi hijo? Entonces Raquel dijo: —Si me das las mandrágoras de tu hijo, podrás dormir con Jacob esta noche.
Gén 30:16  Cuando Jacob regresó del campo esa tarde, Lea salió a encontrarse con él. Ella le dijo: «Esta noche tú tendrás relaciones sexuales conmigo. Pagué por ti con las mandrágoras de mi hijo». Entonces Jacob durmió esa noche con Lea.
Gén 30:17  Dios escuchó las oraciones de Lea, quedó embarazada y dio a luz a su quinto hijo de Jacob.
Gén 30:18  Lea dijo: «Dios me ha premiado por haberle dado mi sierva a mi esposo». Por esta razón lo llamó Isacar.
Gén 30:19  Lea volvió a quedar embarazada y dio a luz a su sexto hijo.
Gén 30:20  Ella dijo: «Dios me ha dado un gran regalo. Ahora con seguridad Jacob me va a querer por haberle dado seis hijos». Entonces lo llamó Zabulón.
Gén 30:21  Después Lea dio a luz a una hija a la que llamó Dina.
Gén 30:22  Dios se acordó de Raquel, escuchó sus plegarias y le permitió tener hijos.
Gén 30:23  Raquel quedó embarazada, dio a luz a un hijo y después dijo: «Dios me ha quitado mi vergüenza».
Gén 30:24  A su hijo le puso de nombre José. Ella dijo: «Ojalá Dios me deje tener otro hijo».
Gén 30:25  Cuando Raquel dio a luz a José, Jacob le dijo a Labán: —Déjame regresar a mi propio hogar.
Gén 30:26  Dame mis esposas y mis hijos y me iré; me los he ganado por trabajar para ti, tú sabes que he trabajado bien.
Gén 30:27  Labán le dijo: —Si me permites decirlo, he concluido que el Señor me ha bendecido gracias a ti.
Gén 30:28  Dime cuánto te debo pagar y eso te pagaré.
Gén 30:29  Jacob respondió: —Tú sabes lo duro que he trabajado para ti y cómo he cuidado tus rebaños.
Gén 30:30  Cuando yo llegué tú tenías muy poco, ahora tienes muchísimo más. Cada vez que yo hice algo para ti, el Señor te bendijo. Ahora es tiempo de que yo me preocupe por mí y mi familia.
Gén 30:31  Labán preguntó: —¿Qué tengo que darte? Jacob respondió: —No tienes que darme nada si haces esto para mí. Yo volveré a alimentar y cuidar a tus ovejas,
Gén 30:32  pero déjame caminar esta noche entre todos tus rebaños. Dame todas las ovejas, machos y hembras, que estén manchadas o rayadas, y todos los corderos negros. Ese será mi salario.
Gén 30:33  Después podrás revisar si fui honesto contigo. Puedes ir a ver mis rebaños y si encuentras alguna oveja, macho o hembra, que no esté manchada o algún cordero que no sea negro, sabrás que te lo robé.
Gén 30:34  Labán respondió: —¡Acepto! Que sea como tú dices.
Gén 30:35  Pero ese día Labán escondió todas las ovejas manchadas, machos y hembras, y todos los corderos negros, y les dijo a sus hijos que las cuidaran.
Gén 30:36  Después Labán se llevó esos animales a tres días de distancia de Jacob. Jacob se quedó cuidando todos los otros animales que quedaban.
Gén 30:37  Entonces Jacob cortó unas ramas frescas de álamo, almendro y castaño, y las peló para que se pudieran ver rayas blancas.
Gén 30:38  Luego colocó las ramas que había pelado en frente de los rebaños en el sitio donde iban a tomar agua. Las ovejas se apareaban cuando iban a tomar agua.
Gén 30:39  Cuando las ovejas se apareaban en frente de las ramas, tenían crías manchadas, rayadas o negras.
Gén 30:40  Entonces Jacob las separó y las puso frente a los animales rayados y negros del rebaño de Labán. Así Jacob fue formando su propio rebaño, separándolo del rebaño de Labán.
Gén 30:41  Cada vez que los animales más fuertes del rebaño se apareaban, Jacob les ponía las ramas peladas en frente de sus ojos para que las vieran cuando se apareaban.
Gén 30:42  Pero Jacob no ponía las ramas en frente de las ovejas más débiles. De esta manera, las ovejas fuertes eran las de Jacob y las débiles las de Labán.
Gén 30:43  Así, Jacob se volvió un hombre muy rico. Tenía rebaños, esclavos, esclavas, camellos y burros.

Gén 30:1  Pero Raquel, viéndose estéril, tenía envidia de su hermana, y así dijo a Jacob : Dame hijos, de otra manera yo me muero.
Gén 30:2  A la cual Jacob enojado respondió: ¿Por ventura estoy yo en lugar de Dios, que te ha privado de la fecundidad?
Gén 30:3  Y ella dijo: Tengo a Bala mi esclava: tómala por mujer de segundo orden, a fin que reciba yo en mis brazos lo que nazca, y tenga de ella hijos adoptivos.
Gén 30:4  Diole, pues, a Bala por mujer, la cual,
Gén 30:5  admitida al tálamo, concibió y parió un hijo.
Gén 30:6  Dijo entonces Raquel: El Señor me ha hecho justicia, y ha oído mi voz, dándome un hijo; y por eso llamó su nombre Dan.
Gén 30:7  Y concibiendo Bala segunda vez, vino a parir otro,
Gén 30:8  por quien dijo Raquel: Dios me ha hecho disputar con mi hermana, y la victoria ha quedado por mí; y así le llamó Neftalí.
Gén 30:9  Viendo Lía que había dejado de parir, dio a su marido por mujer a Zelfa también esclava suya.
Gén 30:10  La cual, después de haber concebido, dando a luz un hijo,
Gén 30:11  dijo Lía: ¡Oh, qué ventura!, y por eso le puso por nombre Gad.
Gén 30:12  Parió todavía Zelfa otro,
Gén 30:13  y dijo Lía: Este ha nacido para dicha mía, porque ya las mujeres me llamarán dichosa; por esta razón le dio el nombre de Aser.
Gén 30:14  Sucedió que Rubén, yendo por el campo en tiempo de la siega de los trigos, halló unas mandrágoras que trajo a Lía su madre. Y dijo Raquel: Dame de esas mandrágoras de tu hijo.
Gén 30:15  A lo que respondió ella: ¿Te parece poco el haberme quitado ya el marido, sino que te has de llevar también las mandrágoras de mi hijo? Dijo Raquel: Duerma contigo esta noche, porque me des las mandrágoras de tu hijo.
Gén 30:16  Con eso al volver Jacob por la tarde del campo, le salió al encuentro Lía, y le dijo: Conmigo has de venir, porque yo he comprado este favor a mi hermana con las mandrágoras de mi hijo. Aquella noche, pues, durmió Jacob con ella.
Gén 30:17  Y oyó Dios sus oraciones, y concibió y parió al quinto hijo,
Gén 30:18  y dijo: Dios me ha remunerado el haber dado la esclava mía a mi marido; y púsole por nombre Isacar.
Gén 30:19  De nuevo concibiendo Lía, parió al sexto hijo.
Gén 30:20  y dijo: Dios me ha dotado con excelente dote: todavía esta vez mi marido cohabitará conmigo, pues le he parido ya seis hijos; y por tanto le dio el nombre de Zabulón.
Gén 30:21  Después del cual parió una hija, llamada Dina.
Gén 30:22  Asimismo acordándose el Señor de Raquel, oyó sus ruegos, y la hizo fecunda.
Gén 30:23  La cual concibió, y parió un hijo, y dijo: Quitó Dios mi aprobio.
Gén 30:24  Y le puso por nombre José, diciendo: Añádame el Señor otro hijo.
Gén 30:25  Nacido que fue José, dijo Jacob a su suegro: Déjame volver a mi patria, y a mi tierra.
Gén 30:26  Dame mis mujeres y mis hijos, por los cuales te he servido, que quiero ya irme: tú sabes bien cuáles han sido mis servicios para contigo.
Gén 30:27  Le dijo Labán: Halle yo gracia en tus ojos, tengo conocido por experiencia que Dios me ha bendecido por tu causa.
Gén 30:28  Señala tú la recompensa que debo darte.
Gén 30:29  A lo que respondió él: Tú sabes bien de qué manera te he servido, y cuánto ha crecido en mis manos tu hacienda.
Gén 30:30  Poca era la que tenías antes que yo viniese a ti, y ahora estás rico: porque el Señor te bendijo con mi venida. Es justo, pues, que algún día mire yo también por mi casa.
Gén 30:31  Dijo Labán: ¿Y qué es lo que quieres que te dé? No quiero nada, respondió Jacob ; mas si hicieres lo que voy a pedirte, proseguiré apacentando, y guardando tus ganados.
Gén 30:32  Haz revista de todos ellos, y separa desde ahora para ti las ovejas todas de color vario y de vellón abigarrado; y en lo sucesivo todo lo que naciere de color oscuro, y manchado, y vario, tanto de las ovejas como de las cabras, eso será mi recompensa.
Gén 30:33  Y a su tiempo hablará a favor mío mi lealtad, en llegando el plazo acordado; y todas las reses que no fueren de color vario, y manchado, y oscuro, tanto en las ovejas como en las cabras, me convencerán reo de hurto.
Gén 30:34  Dijo Labán: Me place tu propuesta.
Gén 30:35  Y separó en aquel día las cabras, y las ovejas, y los machos de cabrío, y los carneros pintados y manchados; y todo el ganado de un solo color, esto es, de vellón todo blanco, o todo negro, le entregó a la custodia de sus hijos.
Gén 30:36  Y puso el espacio de tres jornadas entre sí y el yerno, el cual quedó apacentando con los hijos de Labán los demás rebaños suyos.
Gén 30:37  Jacob , pues, cortando varas verdes de álamo, de almendro y de plátano, les quitó parte de la corteza: hecho lo cual, resaltó lo blanco en la parte descortezada; mas donde las varas estaban intactas, quedaron verdes; y de este modo se formó un color vario.
Gén 30:38  Así las puso en las canales, donde se vertía el agua, para que cuando viniesen a beber las ovejas, tuviesen ante los ojos las varas y concibiesen aún después a vista de ellas.
Gén 30:39  De donde vino que mirando las ovejas a las varas, en el ardor de la mezcla, pariesen después crías listadas, pintadas, y salpicadas de diversos colores.
Gén 30:40  De esta suerte dividió Jacob la grey, poniendo las varas en las canales ante los ojos de los carneros, de manera que todas las crías blancas y las negras eran de Labán; quedando para Jacob las demás de varios colores, teniendo separados entre sí los rebaños.
Gén 30:41  Al tiempo, pues, de concebir las ovejas en la primavera, ponía Jacob las varas en los canales ante los ojos de los carneros y de las ovejas, para que concibiesen estándolas mirando.
Gén 30:42  Mas cuando otra vez debían concebir en otoño, no las ponía; con lo que los partos tardíos vinieron a ser de Labán, y los tempranos de Jacob .
Gén 30:43  Y así llegó éste a enriquecerse por extremo, y adquirió muchos rebaños de ganado, siervos y siervas, camellos y asnos.

Gén 30:1  Raquel, viendo que no daba hijos a Jacob, estaba celosa de su hermana, y dijo a Jacob: “Dame hijos o me muero.”
Gén 30:2  Airóse Jacob contra Raquel, y le dijo: “¿Por ventura soy yo Dios, que te he hecho estéril?”
Gén 30:3  Ella le dijo: “Ahí tienes a mi sierva Bala; entra a ella, que para sobre mis rodillas y tenga yo prole por ella.”
Gén 30:4  Diole, pues, su sierva por mujer, y Jacob entró a ella.
Gén 30:5  Concibió Bala y parió a Jacob un hijo,
Gén 30:6  y dijo Raquel: “Dios me ha hecho justicia, me ha oído y me ha dado un hijo”; por eso le llamó Dan."
Gén 30:7  Concibió otra vez Bala, sierva de Raquel, y parió un segundo hijo a Jacob,
Gén 30:8  diciendo Raquel: “Luchas de Dios he luchado con mi hermana, y la he vencido”; por eso le llamó Neftalí."
Gén 30:9  Viendo Lía que había dejado de tener hijos, tomó a Zelfa, su esclava, y se la dio por mujer a Jacob.
Gén 30:10  Zelfa, esclava de Lía, parió a Jacob un hijo, y Lía dijo:
Gén 30:11  “¡Qué buena fortuna!,” y le llamó Gad.
Gén 30:12  Parió Zelfa, esclava de Lía, un segundo hijo a Jacob;"
Gén 30:13  y dijo Lía: “Por dicha mía, pues las hijas me han hecho feliz,” y le llamó Aser.
Gén 30:14  Salió Rubén al tiempo de la siega del trigo, y halló en el campo unas mandrágoras, y se las trajo a Lía, su madre, y dijo Raquel a Lía: “Dame, por favor, de las mandrágoras de tu hijo.”
Gén 30:15  Lía le contestó: “¿Te parece todavía poco haberme quitado el marido, que quieres quitarme también las mandrágoras de mi hijo?” Y le dijo Raquel: “Pues que duerma esta noche contigo a cambio de las mandrágoras de tu hijo.”
Gén 30:16  Vino Jacob del campo por la tarde, y, saliéndole Lía al encuentro, le dijo: “Entra a mí, pues te he comprado por unas mandrágoras de mi hijo.” Y durmió con ella Jacob aquella noche,
Gén 30:17  y oyó Yahvé a Lía, que concibió y parió a Jacob el quinto hijo.
Gén 30:18  Y dijo Lía: “Dios me ha pagado mi merced por haber dado mi sierva a mi marido”; y le llamó Isacar."
Gén 30:19  Concibió de nuevo Lía, y parió a Jacob un sexto hijo,
Gén 30:20  diciendo: “Dios me ha hecho un buen don; ahora mi marido morará conmigo, pues le he dado seis hijos”; y le llamó Zabulón."
Gén 30:21  Después parió una hija, a la que llamó Dina.
Gén 30:22  Acordóse Dios de Raquel, la oyó y la hizo fecunda.
Gén 30:23  Concibió, pues, y parió un hijo, y dijo: “Dios ha quitado mi afrenta,”
Gén 30:24  y le llamó José, pues dijo: “Que me añada Yahvé otro hijo.”
Gén 30:25  Cuando Raquel parió a José, dijo Jacob a Labán: “Déjame irme a mi lugar, a mi tierra.
Gén 30:26  Dame mis mujeres, por las que te he servido, y me iré, pues bien sabes tú qué buen servicio te he hecho.”
Gén 30:27  Respondióle Labán: “Si he hallado gracia a tus ojos, yo sé por agüero que por causa tuya me ha bendecido Yahvé.
Gén 30:28  Fíjame tu salario y yo te lo daré.”
Gén 30:29  Contestóle Jacob: “Tú bien sabes cómo te he servido y lo que conmigo ha venido a ser tu ganado.
Gén 30:30  Bien poco era lo que antes tenías, pero se ha aumentado grandemente, y Yahvé te ha bendecido a mi paso. Ahora, pues, habré de hacer también yo por mi casa.”
Gén 30:31  Labán le dijo: “Dime qué es lo que he de darte.” “No has de darme nada — le contestó Jacob, sino hacer lo que voy a decirte, y volveré a apacentar tu ganado y a guardarlo.
Gén 30:32  Yo pasaré hoy por entre todos tus rebaños, y separaré toda res manchada o rayada entre los corderos y toda res manchada entre las cabras. Eso será mi salario.
Gén 30:33  Mi probidad responderá así por mí a la mañana, cuando vengas a reconocer mi salario; todo cuanto no sea manchado entre las cabras y rayado entre los corderos, será en mí un robo.”
Gén 30:34  Y respondió Labán: “Bien, sea como dices.”
Gén 30:35  Pero aquel mismo día separó todos los machos cabríos manchados, todas las cabras manchadas y cuantas tenían algo de blanco, y entre los corderos todos los rayados y manchados, y así se los entregó a sus hijos,
Gén 30:36  haciéndoselos llevar a tres días de camino de donde estaba Jacob. Jacob siguió apacentando el resto del ganado de Labán.
Gén 30:37  Tomó Jacob varas verdes de álamo, de almendro y de plátano, y, haciendo en ellas unos cortes, las desdescortezaba, dejando lo blanco de las varas al descubierto.
Gén 30:38  Puso después las varas así descortezadas en los canales de los abrevaderos adonde venía el ganado a beber;"
Gén 30:39  y las que se apareaban a la vista de las varas, parían crías rayadas y manchadas.
Gén 30:40  Jacob separó el ganado, poniendo delante cuanto de rayado y manchado había en los rebaños de Labán, y puso su grey aparte, sin dejar que se mezclara con la de Labán.
Gén 30:41  Era cuando las reses vigorosas entraban en calor cuando ponía Jacob las varas a su vista en los abrevaderos, para que se apareasen ante las varas;"
Gén 30:42  pero ante las débiles no las ponía, y así las crías débiles eran las de Labán, y las fuertes las de Jacob.
Gén 30:43  Vino a ser Jacob rico en extremo, dueño de numerosos rebaños, de siervos y de siervas, de camellos y de asnos.

 

 


 
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