Biblia Adventista - Biblia de Estudio
  Genesis A24
 

Capitulo 24

Gén 24:1  Abraham era ya viejo, y muy entrado en años, y el Señor lo había bendecido en todo.
Gén 24:2  Un día, Abraham le dijo al criado más antiguo de su casa, que era quien le administraba todos sus bienes:—Pon tu mano debajo de mi muslo,
Gén 24:3  y júrame por el Señor, el Dios del cielo y de la tierra, que no tomarás de esta tierra de Canaán, donde yo habito, una mujer para mi hijo
Gén 24:4  Isaac, sino que irás a mi tierra, donde vive mi familia, y de allí le escogerás una esposa.
Gén 24:5  —¿Qué pasa si la mujer no está dispuesta a venir conmigo a esta tierra? —respondió el criado—. ¿Debo entonces llevar a tu hijo hasta la tierra de donde viniste?
Gén 24:6  —¡De ninguna manera debes llevar a mi hijo hasta allí! —le replicó Abraham—.
Gén 24:7  El Señor, el Dios del cielo, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mis familiares, y que bajo juramento me prometió dar esta tierra a mis descendientes, enviará su ángel delante de ti para que puedas traer de allí una mujer para m
Gén 24:8  Si la mujer no está dispuesta a venir contigo, quedarás libre de este juramento; pero ¡en ningún caso llevarás a mi hijo hasta allí!
Gén 24:9  El criado puso la mano debajo del muslo de Abraham, su amo, y le juró que cumpliría con su encargo.
Gén 24:10  Luego tomó diez camellos de su amo, y toda clase de regalos, y partió hacia la ciudad de Najor en Aram Najarayin.
Gén 24:11  Allí hizo que los camellos se arrodillaran junto al pozo de agua que estaba en las afueras de la ciudad. Caía la tarde, que es cuando las mujeres salen a buscar agua.
Gén 24:12  Entonces comenzó a orar: «Señor y Dios de mi amo Abraham, te ruego que hoy me vaya bien, y que demuestres el amor que le tienes a mi amo.
Gén 24:13  Aquí me tienes, a la espera junto a la fuente, mientras las jóvenes de esta ciudad vienen a sacar agua.
Gén 24:14  Permite que la joven a quien le diga: “Por favor, baja tu cántaro para que tome yo un poco de agua”, y que me conteste: “Toma tú, y además les daré agua a tus camellos”, sea la que tú has elegido para tu siervo Isaac. Así estaré seguro de que t
Gén 24:15  Aún no había terminado de orar cuando vio que se acercaba Rebeca, con su cántaro al hombro. Rebeca era hija de Betuel, que a su vez era hijo de Milca y Najor, el hermano de Abraham.
Gén 24:16  La joven era muy hermosa, y además virgen, pues no había tenido relaciones sexuales con ningún hombre. Bajó hacia la fuente y llenó su cántaro. Ya se preparaba para subir
Gén 24:17  cuando el criado corrió a su encuentro y le dijo:—¿Podrías darme un poco de agua de tu cántaro?
Gén 24:18  —Sírvete, señor mio, le respondió.Y en seguida bajó el cántaro y, sosteniéndolo entre sus manos, le dio de beber.
Gén 24:19  Cuando ya el criado había bebido, ella le dijo:—Voy también a sacar agua para que tus camellos beban todo lo que quieran.
Gén 24:20  De inmediato vació su cántaro en el bebedero, y volvió corriendo al pozo para buscar más agua, repitiendo la acción hasta que hubo suficiente agua para todos los camellos.
Gén 24:21  Mientras tanto, el criado de Abraham la observaba en silencio, para ver si el Señor había coronado su viaje con el éxito.
Gén 24:22  Cuando los camellos terminaron de beber, el criado tomó un anillo de oro que pesaba seis gramos, y se lo puso a la joven en la nariz; también le colocó en los brazos dos pulseras de oro que pesaban más de cien gramos, y le preguntó:
Gén 24:23  —¿Podrías tú decirme de quién eres hija, y si habrá lugar en la casa de tu padre para hospedarnos?
Gén 24:24  —Soy hija de Betuel, el hijo de Milca y Najor —respondió ella,
Gén 24:25  a lo que agregó—: No sólo tenemos lugar para vosotros, sino que también tenemos paja y forraje en abundancia para los camellos.
Gén 24:26  Entonces el criado de Abraham se arrodilló y adoró al Señor
Gén 24:27  con estas palabras: «Bendito sea el Señor, el Dios de mi amo Abraham, que no ha dejado de manifestarle su amor y fidelidad, y que a mí me ha guiado a la casa de sus parientes.»
Gén 24:28  La joven corrió hasta la casa de su madre, y allí contó lo que le había sucedido.
Gén 24:29  Tenía Rebeca un hermano llamado Labán, que salió corriendo al encuentro del criado, quien seguía junto a la fuente.
Gén 24:30  Labán se había fijado en el anillo y las pulseras en los brazos de su hermana, y también la había escuchado contar lo que el criado le había dicho. Por eso salió en busca del criado, y lo encontró junto a la fuente, con sus camellos.
Gén 24:31  —¡Ven, bendito del Señor! —le dijo—. ¿Por qué te quedas afuera? ¡Ya he preparado la casa y un lugar para los camellos!
Gén 24:32  El criado entró en la casa. En seguida Labán desaparejó los camellos, les dio paja y forraje, y llevó agua para que el criado y sus acompañantes se lavaran los pies.
Gén 24:33  Cuando le sirvieron de comer, el criado dijo:—No comeré hasta haberos dicho lo que tengo que decir.—Habla con toda confianza —respondió Labán.
Gén 24:34  —Yo soy criado de Abraham —comenzó él—.
Gén 24:35  El Señor ha bendecido mucho a mi amo y lo ha prosperado. Le ha dado ovejas y ganado, oro y plata, siervos y siervas, camellos y asnos.
Gén 24:36  Sara, la esposa de mi amo, le dio en su vejez un hijo, al que mi amo le ha dejado todo lo que tiene.
Gén 24:37  Mi amo me hizo jurar, y me dijo: “No tomarás para mi hijo una mujer de entre las hijas de los cananeos, en cuyo país habito.
Gén 24:38  Al contrario, irás a la familia de mi padre, y le buscarás una esposa entre las mujeres de mis parientes.”
Gén 24:39  Yo le pregunté a mi amo: “¿Y si la mujer no acepta venir conmigo?”
Gén 24:40  Él me respondió: “El Señor, en cuya presencia he caminado, enviará su ángel contigo, y él hará prosperar tu viaje para que consigas para mi hijo una esposa que pertenezca a la familia de mi padre.
Gén 24:41  Sólo quedarás libre del juramento si vas a ver a mi familia y ellos no te conceden a la joven.”
Gén 24:42  »Cuando hoy llegué a la fuente, dije: “Señory Dios de mi amo Abraham, si es tu voluntad, te ruego que hagas prosperar mi viaje.
Gén 24:43  Aquí me tienes, a la espera junto a la fuente. Si una joven sale a buscar agua, y yo le digo: ‘Por favor, déjame beber un poco de agua de tu cántaro’,
Gén 24:44  y ella me contesta: ‘Bebe tú, y también le daré agua a tus camellos’, que sea ella la mujer que tú, Señor, has escogido para el hijo de mi amo.”
Gén 24:45  »Todavía no había terminado yo de orar cuando vi que Rebeca se acercaba con un cántaro sobre el hombro. Bajó a la fuente para sacar agua, y yo le dije: “Por favor, dame de beber.”
Gén 24:46  En seguida bajó ella su cántaro y me dijo: “Bebe tú, y también les daré de beber a tus camellos.” Mientras yo bebía, ella les dio agua a los camellos.
Gén 24:47  Luego le pregunté: “¿De quién eres hija?” Y cuando ella me respondió: “Soy hija de Betuel, el hijo de Najor y de Milca”, yo le puse un anillo en la nariz y pulseras en los brazos,
Gén 24:48  y me incliné para adorar al Señor. Bendije al Señor, el Dios de Abraham, que me guió por el camino correcto para llevarle al hijo de mi amo una parienta cercana suya.
Gén 24:49  Y ahora, si deseáis mostrarle lealtad y fidelidad a mi amo, decídmelo; y si no, decídmelo también. Así yo sabré qué hacer.
Gén 24:50  Labán y Betuel respondieron:—Sin duda todo esto proviene del Señor, y nosotros no podemos decir ni que sí ni que no.
Gén 24:51  Aquí está Rebeca; tómala y llévatela para que sea la esposa del hijo de tu amo, tal como el Señor lo ha dispuesto.
Gén 24:52  Al escuchar esto, el criado de Abraham se postró en tierra delante del Señor.
Gén 24:53  Luego sacó joyas de oro y de plata, y vestidos, y se los dio a Rebeca. También entregó regalos a su hermano y a su madre.
Gén 24:54  Más tarde, él y sus acompañantes comieron y bebieron, y pasaron allí la noche.A la mañana siguiente, cuando se levantaron, el criado de Abraham dijo:—Dejadme ir a la casa de mi amo.
Gén 24:55  Pero el hermano y la madre de Rebeca le respondieron:—Que se quede la joven con nosotros unos diez días, y luego podrás irte.
Gén 24:56  —No me detengáis —repuso el criado—. El Señor ha prosperado mi viaje, así que dejadme ir a la casa de mi amo.
Gén 24:57  —Llamemos a la joven, a ver qué piensa ella —respondieron.
Gén 24:58  Así que llamaron a Rebeca y le preguntaron:—¿Quieres irte con este hombre?—Sí —respondió ella.
Gén 24:59  Entonces dejaron ir a su hermana Rebeca y a su nodriza con el criado de Abraham y sus acompañantes.
Gén 24:60  Y bendijeron a Rebeca con estas palabras:«Hermana nuestra:¡que seas madre de millares!¡Que dominen tus descendienteslas ciudades de sus enemigos!»
Gén 24:61  Luego Rebeca y sus criadas se prepararon, montaron en los camellos y siguieron al criado de Abraham. Así fue como él tomó a Rebeca y se marchó de allí.
Gén 24:62  Ahora bien, Isaac había vuelto del pozo de Lajay Roí, porque vivía en la región del Néguev.
Gén 24:63  Una tarde, salió a dar un paseo por el campo. De pronto, al levantar la vista, vio que se acercaban unos camellos.
Gén 24:64  También Rebeca levantó la vista y, al ver a Isaac, se bajó del camello
Gén 24:65  y le preguntó al criado:—¿Quién es ese hombre que viene por el campo a nuestro encuentro?—Es mi amo —contestó el criado.Entonces ella tomó el velo y se cubrió.
Gén 24:66  El criado le contó a Isaac todo lo que había hecho.
Gén 24:67  Luego Isaac llevó a Rebeca a la tienda de Sara, su madre, y la tomó por esposa. Isaac amó a Rebeca, y así se consoló de la muerte de su madre.

Gén 24:1  Y Abrahán era anciano, avanzado en días, y Señor había bendecido a Abrahán en todo.
Gén 24:2  Y Abrahán dijo al siervo mayor de su casa, el príncipe de todo lo suyo: «Pon tu mano debajo de mi muslo;
Gén 24:3  y te juramentaré por Señor, el Dios del cielo y de la tierra, que no tomarás mujer, para mi hijo Isaac, de las hijas de los cananeos, entre quienes habito;
Gén 24:4  sino que irás a mi tierra y parentela mía y tomarás mujer para mi hijo de allí.»
Gén 24:5  Y el siervo díjole: «Si no quisiere la mujer venir conmigo a esta tierra ¿retornaré a tu hijo a la tierra de donde has salido?»
Gén 24:6  Y díjole Abrahán: «Guárdate de no retornar a mi hijo allá.
Gén 24:7  Señor el Dios del cielo que me ha sacado de la casa de mi padre y de la tierra donde nací; quien me habló y me juró, diciendo: «A tu simiente daré esta tierra»; él enviará su ángel delante de ti; y tomarás mujer para mi hijo Isaac de allí.
Gén 24:8  Pero, si no quisiere la mujer venir contigo, libre estás de tu juramento; sólo que a mi hijo no retornarás allá».
Gén 24:9  Y puso el siervo su mano debajo del muslo de Abrahán, su señor, y juróle sobre esta palabra.
Gén 24:10  Y tomó doce camellos de los camellos de su señor; y de todos los bienes de su señor, consigo; y levantándose partió a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor.
Gén 24:11  Y recostó los camellos fuera de la ciudad junto al pozo del agua, al atardecer, cuando salen las aguadoras.
Gén 24:12  Y dijo: «Señor, el Dios de mi señor Abrahán, camina delante de mí hoy y haz misericordia con mi señor Abrahán.
Gén 24:13  He aquí yo estoy sobre la fuente del agua, y las hijas de los que habitan la ciudad, salen por agua.
Gén 24:14  Y será: la doncella a quien yo dijere: «Baja tu cántaro para que yo beba», y ella respondiere: «Bebe, y también tus camellos abrevaré(a) »; ésta has prevenido para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que has hecho misericordia con mi señor».
Gén 24:15  Y aconteció que, antes de acabarlo él de hablar en su pensamiento, he aquí Rebeca salía, la nacida a Batuel, hijo de Melca, mujer de Nacor, el hermano de Abrahán, teniendo el cántaro sobre sus hombros.
Gén 24:16  Y la doncella era hermosa de faz sobremanera virgen era: varón no la había conocido. Y habiendo bajado a la fuente, llenara su cántaro y subía.
Gén 24:17  Y corrióle al encuentro el niño y dijo: «Dame a beber un poco de agua de tu cántaro».
Gén 24:18  Y ella dijo: «Bebe señor»; y apresuróse y bajó el cántaro sobre su brazo y dióle de beber, hasta que dejó de beber.
Gén 24:19  Y dijo: «También a tus camellos daré agua hasta que todos bebieren».
Gén 24:20  Y apresuróse y vació su cántaro en el bebedero, y corrió al pozo a sacar agua y dio agua a todos los camellos.
Gén 24:21  Y el hombre contemplábala y callaba, para conocer si encaminaba bien Señor su camino, o no.
Gén 24:22  Y aconteció que, cuando acabaron todos los camellos de beber, tomó el hombre pendientes de oro, de a dracma de peso, y dos brazaletes para las manos de ella; diez didracmas de oro, el peso de ellos.
Gén 24:23  Y preguntóla y dijo: «¿Cuya hija eres? cuéntame. ¿Si habrá cerca de tu padre lugar para nosotros de hospedarnos?»
Gén 24:24  Y díjole: «Hija de Batuel soy yo, del hijo de Melca, que parió Nacor».
Gén 24:25  Y díjole: «y paja y forraje mucho cerca de nosotros, y lugar de hospedarse».
Gén 24:26  E inclinándose el hombre, adoró a Señor,
Gén 24:27  diciendo: «Bendito Señor el Dios de mi señor Abrahán; quien no ha retirado su misericordia y verdad de mi señor: me ha encaminado bien Señor a casa del hermano de mi señor».
Gén 24:28  Y, corriendo la niña, anunció a la casa de su madre, según estas palabras.
Gén 24:29  Y tenía Rebeca un hermano cuyo nombre Labán; y corrió Labán al hombre, fuera, a la fuente.
Gén 24:30  Y aconteció, cuando vio los pendientes y los brazaletes en las manos de su hermana; y, cuando oyó las palabras de Rebeca, su hermana, diciendo: «Así me ha hablado el hombre» —y vino al hombre parado allí a par de los camellos, a par de la fuente,
Gén 24:31  le dijo: «Ven, entra, bendito de Señor(b)  ¿Por qué estás fuera? Yo te he aderezado la casa, y lugar para los camellos»
Gén 24:32  Y entró al hombre en la casa, y desaparejó los camellos; y dio paja y forraje a los camellos, y agua a los pies de él y a los pies de los hombres los con él;
Gén 24:33  y presentóles panes que comer; y dijo: «No comeré, no, hasta hablar las palabras mías». Y dijeron: «Habla».
Gén 24:34  Y dijo: «Niño de Abrahán soy yo.
Gén 24:35  Y Señor ha bendecido a mi señor sobremanera; y se ha engrandecido; y le ha dado ovejas y becerros, y plata y oro; niños y niñas; camellos y asnos.
Gén 24:36  Y parió Sara, la mujer de mi señor, un hijo a mi señor, después de envejecida; y le ha dado todo lo que tenía.
Gén 24:37  Y juramentóme mi señor, diciendo: «No tomarás mujer para mi hijo, de las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito;
Gén 24:38  sino que a la casa de mi padre irás, y de la parentela mía tomarás mujer para mi hijo».
Gén 24:39  Pero yo dije a mi señor: «¿No sea que no parta la mujer conmigo?»
Gén 24:40  y díjome: «Señor, delante de quien camino, él enviará a su ángel y bien encaminará tu camino; y tomarás mujer para mi hijo de la parentela mía y de la casa de mi padre.
Gén 24:41  Entonces libre estarás de mi maldición, cuando vinieres a mis parientes, y si no te dieren; y estarás libre de mi juramento».
Gén 24:42  Y he venido hoy a la fuente y dicho: «Señor, el Dios de mi señor Abrahán, si tú has bien encaminado el camino que ahora yo ando:
Gén 24:43  he aquí parado estoy sobre la fuente del agua, y será la virgen que saliere por agua y yo le dijere: «Dame un poco de agua que beber de tu cántaro»;
Gén 24:44  y me dijere: «Y tú bebe, y para tus camellos sacaré;» ésta es la mujer que ha prevenido Señor para el hijo de mi señor».
Gén 24:45  Y aconteció, antes de acabar yo de hablar en mi pensamiento, he aquí Rebeca salía, y tenía su cántaro sobre el hombro, y bajó a la fuente por agua. Y díjela: «Dame de beber».
Gén 24:46  Y presurosa bajó el cántaro del hombro, y díjome: «Bebe y también tus camellos abrevaré»; y bebí y mis camellos abrevó.
Gén 24:47  Y preguntéla y dije: «¿Cuya hija eres? cuéntame». Y ella dijo: «Hija de Batuel soy, del hijo de Nacor, que le parió Melca». Y puse entorno de ella los pendientes, y los brazaletes a sus manos.
Gén 24:48  E inclinándome adoré a Señor, y bendije a Señor el Dios de mi señor Abrahán; el que bien me ha encaminado en camino recto a tomar la hija del hermano de mi señor para el hijo de él.
Gén 24:49  Si hacéis, pues, vosotros misericordia y verdad con mi señor, indicádmelo; y, si no, indicádmelo, y me volveré a derecha o a izquierda».
Gén 24:50  Y respondieron Labán y Batuel: «De Señor ha salido esta disposición: no podemos, pues, fuera de lo que le place, decirte nada.
Gén 24:51  He aquí Rebeca delante de ti, tómala y parte; y sea mujer del hijo de tu señor, según ha hablado Señor».
Gén 24:52  Y aconteció que, oyendo el niño de Abrahán estas palabras, postróse en tierra y adoró a Señor.
Gén 24:53  Y sacó fuera el niño vasos argentinos y áureos, y vestiduras, y diólos a Rebeca; y dones dio a sus hermanos y a su madre.
Gén 24:54  Y comieron y bebieron, él y los varones que con él estaban, y durmieron. Y, levantándose al alba, dijo el niño: «Despedidme para que vaya a mi señor».
Gén 24:55  Y dijeron los hermanos de ella y la madre: «Quede la niña con nosotros unos diez días, y, después de ello parta».
Gén 24:56  Y díjoles: «No me detengáis; que Señor ha encaminado bien mi camino; enviadme para que me vaya a mi señor».
Gén 24:57  Y ellos dijeron: «Llamemos a la niña y preguntemos su boca».
Gén 24:58  Y llamaron a Rebeca y dijéronle: «¿Irás con este hombre?» Y dijo: «Iré»
Gén 24:59  Y despidieron a Rebeca y su nodriza y al niño de Abrahán y a los con él.
Gén 24:60  Y bendijeron a Rebeca y dijéronle: «Hermana nuestra eres: hecha seas en miles de miríadas, y herede tu simiente las puertas de tus enemigos».
Gén 24:61  Y, levantándose Rebeca y sus doncellas, subieron en los camellos y partieron con el hombre, y él apresuradamente, volvióse a su señor.
Gén 24:62  E Isaac caminaba en la soledad por el pozo, el Viviente y Vidente; y él habitaba en la tierra la del mediodía.
Gén 24:63  Y había salido a meditar(c)  a la llanura, hacia la tarde, y alzó los ojos y he aquí venían camellos.
Gén 24:64  Y Rebeca alzó los ojos y vio a Isaac, y saltó del camello,
Gén 24:65  y dijo al niño: «¿Quién es aquel hombre que viene por el campo a encontrarnos»? Y el niño dijo: «Ese es mi señor». Mas ella cogió el cendal y se veló.
Gén 24:66  Y contó el niño a Isaac todas las cosas que hiciera.
Gén 24:67  Y la introdujo Isaac en el pabellón de Sara, su madre, y tomóla por mujer; y amóla; y consolóse Isaac de Sara su madre.


Gén 24:1 

Abraham busca esposa para Isaac
  Era Abraham ya viejo, y bien avanzado en años; y Jehová había bendecido a Abraham en todo.
Gén 24:2  Y dijo Abraham a un criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo,
Gén 24:3  y te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito;
Gén 24:4  sino que irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac.
Gén 24:5  El criado le respondió: Quizá la mujer no querrá venir en pos de mí a esta tierra. ¿Volveré, pues, tu hijo a la tierra de donde saliste?
Gén 24:6  Y Abraham le dijo: Guárdate que no vuelvas a mi hijo allá.
Gén 24:7  Jehová, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mi parentela, y me habló y me juró, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra; él enviará su ángel delante de ti, y tú traerás de allá mujer para mi hijo.
Gén 24:8  Y si la mujer no quisiere venir en pos de ti, serás libre de este mi juramento; solamente que no vuelvas allá a mi hijo.
Gén 24:9  Entonces el criado puso su mano debajo del muslo de Abraham su señor, y le juró sobre este negocio.
Gén 24:10  Y el criado tomó diez camellos de los camellos de su señor, y se fue, tomando toda clase de regalos escogidos de su señor; y puesto en camino, llegó a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor.
Gén 24:11  E hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad, junto a un pozo de agua, a la hora de la tarde, la hora en que salen las doncellas por agua.
Gén 24:12  Y dijo: Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham.
Gén 24:13  He aquí yo estoy junto a la fuente de agua, y las hijas de los varones de esta ciudad salen por agua.
Gén 24:14  Sea, pues, que la doncella a quien yo dijere: Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba, y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a tus camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor.
Gén 24:15  Y aconteció que antes que él acabase de hablar, he aquí Rebeca, que había nacido a Betuel, hijo de Milca mujer de Nacor hermano de Abraham, la cual salía con su cántaro sobre su hombro.
Gén 24:16  Y la doncella era de aspecto muy hermoso, virgen, a la que varón no había conocido; la cual descendió a la fuente, y llenó su cántaro, y se volvía.
Gén 24:17  Entonces el criado corrió hacia ella, y dijo: Te ruego que me des a beber un poco de agua de tu cántaro.
Gén 24:18  Ella respondió: Bebe, señor mío; y se dio prisa a bajar su cántaro sobre su mano, y le dio a beber.
Gén 24:19  Y cuando acabó de darle de beber, dijo: También para tus camellos sacaré agua, hasta que acaben de beber.
Gén 24:20  Y se dio prisa, y vació su cántaro en la pila, y corrió otra vez al pozo para sacar agua, y sacó para todos sus camellos.
Gén 24:21  Y el hombre estaba maravillado de ella, callando, para saber si Jehová había prosperado su viaje, o no.
Gén 24:22  Y cuando los camellos acabaron de beber, le dio el hombre un pendiente de oro que pesaba medio siclo, y dos brazaletes que pesaban diez,
Gén 24:23  y dijo: ¿De quién eres hija? Te ruego que me digas: ¿hay en casa de tu padre lugar donde posemos?
Gén 24:24  Y ella respondió: Soy hija de Betuel hijo de Milca, el cual ella dio a luz a Nacor.
Gén 24:25  Y añadió: También hay en nuestra casa paja y mucho forraje, y lugar para posar.
Gén 24:26  El hombre entonces se inclinó, y adoró a Jehová,
Gén 24:27  y dijo: Bendito sea Jehová, Dios de mi amo Abraham, que no apartó de mi amo su misericordia y su verdad, guiándome Jehová en el camino a casa de los hermanos de mi amo.
Gén 24:28  Y la doncella corrió, e hizo saber en casa de su madre estas cosas.
Gén 24:29  Y Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán, el cual corrió afuera hacia el hombre, a la fuente.
Gén 24:30  Y cuando vio el pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana, que decía: Así me habló aquel hombre, vino a él; y he aquí que estaba con los camellos junto a la fuente.
Gén 24:31  Y le dijo: Ven, bendito de Jehová; ¿por qué estás fuera? He preparado la casa, y el lugar para los camellos.
Gén 24:32  Entonces el hombre vino a casa, y Labán desató los camellos; y les dio paja y forraje, y agua para lavar los pies de él, y los pies de los hombres que con él venían.
Gén 24:33  Y le pusieron delante qué comer; mas él dijo: No comeré hasta que haya dicho mi mensaje. Y él le dijo: Habla.
Gén 24:34  Entonces dijo: Yo soy criado de Abraham.
Gén 24:35  Y Jehová ha bendecido mucho a mi amo, y él se ha engrandecido; y le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos.
Gén 24:36  Y Sara, mujer de mi amo, dio a luz en su vejez un hijo a mi señor, quien le ha dado a él todo cuanto tiene.
Gén 24:37  Y mi amo me hizo jurar, diciendo: No tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito;
Gén 24:38  sino que irás a la casa de mi padre y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo.
Gén 24:39  Y yo dije: Quizás la mujer no querrá seguirme.
Gén 24:40  Entonces él me respondió: Jehová, en cuya presencia he andado, enviará su ángel contigo, y prosperará tu camino; y tomarás para mi hijo mujer de mi familia y de la casa de mi padre.
Gén 24:41  Entonces serás libre de mi juramento, cuando hayas llegado a mi familia; y si no te la dieren, serás libre de mi juramento.
Gén 24:42  Llegué, pues, hoy a la fuente, y dije: Jehová, Dios de mi señor Abraham, si tú prosperas ahora mi camino por el cual ando,
Gén 24:43  he aquí yo estoy junto a la fuente de agua; sea, pues, que la doncella que saliere por agua, a la cual dijere: Dame de beber, te ruego, un poco de agua de tu cántaro,
Gén 24:44  y ella me respondiere: Bebe tú, y también para tus camellos sacaré agua; sea ésta la mujer que destinó Jehová para el hijo de mi señor.
Gén 24:45  Antes que acabase de hablar en mi corazón, he aquí Rebeca, que salía con su cántaro sobre su hombro; y descendió a la fuente, y sacó agua; y le dije: Te ruego que me des de beber.
Gén 24:46  Y bajó prontamente su cántaro de encima de sí, y dijo: Bebe, y también a tus camellos daré de beber. Y bebí, y dio también de beber a mis camellos.
Gén 24:47  Entonces le pregunté, y dije: ¿De quién eres hija? Y ella respondió: Hija de Betuel hijo de Nacor, que le dio a luz Milca. Entonces le puse un pendiente en su nariz, y brazaletes en sus brazos;
Gén 24:48  y me incliné y adoré a Jehová, y bendije a Jehová Dios de mi señor Abraham, que me había guiado por camino de verdad para tomar la hija del hermano de mi señor para su hijo.
Gén 24:49  Ahora, pues, si vosotros hacéis misericordia y verdad con mi señor, declarádmelo; y si no, declarádmelo; y me iré a la diestra o a la siniestra.
Gén 24:50  Entonces Labán y Betuel respondieron y dijeron: De Jehová ha salido esto; no podemos hablarte malo ni bueno.
Gén 24:51  He ahí Rebeca delante de ti; tómala y vete, y sea mujer del hijo de tu señor, como lo ha dicho Jehová.
Gén 24:52  Cuando el criado de Abraham oyó sus palabras, se inclinó en tierra ante Jehová.
Gén 24:53  Y sacó el criado alhajas de plata y alhajas de oro, y vestidos, y dio a Rebeca; también dio cosas preciosas a su hermano y a su madre.
Gén 24:54  Y comieron y bebieron él y los varones que venían con él, y durmieron; y levantándose de mañana, dijo: Enviadme a mi señor.
Gén 24:55  Entonces respondieron su hermano y su madre: Espere la doncella con nosotros a lo menos diez días, y después irá.
Gén 24:56  Y él les dijo: No me detengáis, ya que Jehová ha prosperado mi camino; despachadme para que me vaya a mi señor.
Gén 24:57  Ellos respondieron entonces: Llamemos a la doncella y preguntémosle.
Gén 24:58  Y llamaron a Rebeca, y le dijeron: ¿Irás tú con este varón? Y ella respondió: Sí, iré.
Gén 24:59  Entonces dejaron ir a Rebeca su hermana, y a su nodriza, y al criado de Abraham y a sus hombres.
Gén 24:60  Y bendijeron a Rebeca, y le dijeron: Hermana nuestra, sé madre de millares de millares, y posean tus descendientes la puerta de sus enemigos.
Gén 24:61  Entonces se levantó Rebeca y sus doncellas, y montaron en los camellos, y siguieron al hombre; y el criado tomó a Rebeca, y se fue.
Gén 24:62  Y venía Isaac del pozo del Viviente-que-me-ve; porque él habitaba en el Neguev.
Gén 24:63  Y había salido Isaac a meditar al campo, a la hora de la tarde; y alzando sus ojos miró, y he aquí los camellos que venían.
Gén 24:64  Rebeca también alzó sus ojos, y vio a Isaac, y descendió del camello;
Gén 24:65  porque había preguntado al criado: ¿Quién es este varón que viene por el campo hacia nosotros? Y el criado había respondido: Este es mi señor. Ella entonces tomó el velo, y se cubrió.
Gén 24:66  Entonces el criado contó a Isaac todo lo que había hecho.
Gén 24:67  Y la trajo Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer, y la amó; y se consoló Isaac después de la muerte de su madre.


Gén 24:1 
Abraham busca esposa para Isaac[a]
Abraham era ya muy entrado en años, y el Señor le había bendecido en todo.
Gén 24:2  Un día llamó al más anciano de sus siervos, el que estaba al cargo de todo lo suyo, y le dijo:
–Pon tu mano debajo de mi muslo[b]
Gén 24:3  y júrame por el Señor, el Dios del cielo y de la tierra,[c] que no dejarás que mi hijo Isaac se case con una mujer de esta tierra de Canaán en la que yo vivo,
Gén 24:4  sino que irás a mi tierra y escogerás una esposa para él entre las mujeres de mi familia.[d]
Gén 24:5  El siervo le contestó:
–Pero si la mujer no quiere venir conmigo, ¿qué hago? ¿Debo entonces llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?
Gén 24:6  Abraham le dijo:
–¡No, no lleves allá a mi hijo!
Gén 24:7  El Señor, el Dios del cielo, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mis parientes[e] y me prometió dar esta tierra a mis descendientes,[f] también enviará su ángel[g] delante de ti para que traigas de allá una esposa para mi hijo.
Gén 24:8  Si la mujer no quiere venir contigo, quedarás libre de este compromiso, ¡pero de ninguna manera lleves allá a mi hijo![h]
Gén 24:9  Entonces el siervo puso la mano bajo el muslo de su amo Abraham, y le juró que haría lo que le había pedido.
Gén 24:10  Después escogió regalos entre lo mejor que su amo tenía, tomó diez de sus camellos y se fue a la ciudad de Nahor, en Mesopotamia.[i]
Gén 24:11  Cuando el siervo llegó a las afueras de la ciudad, empezaba ya a oscurecer. A esa hora iban las mujeres a sacar agua. El siervo hizo descansar a los camellos junto a un pozo de agua,
Gén 24:12  y comenzó a orar:[j] “Señor y Dios de mi amo Abraham, haz que hoy me vaya bien, y muéstrate bondadoso con mi amo.
Gén 24:13  Voy a quedarme aquí, junto al pozo, mientras las muchachas de este lugar vienen a sacar agua.
Gén 24:14  Permite que la muchacha a la que yo diga: ‘Por favor, baja tu cántaro para que yo beba’, y que me conteste: ‘Bebe, y también daré agua a tus camellos’, que sea ella la que tú has escogido para tu siervo Isaac. Así podré estar seguro de que has sido bondadoso con mi amo.”[k]
Gén 24:15  Todavía no había terminado de orar, cuando vio a una muchacha que venía con su cántaro al hombro. Era Rebeca, la hija de Betuel. Betuel era hijo de Milcá y de Nahor, el hermano de Abraham.[l]
Gén 24:16  Rebeca era muy hermosa, y además era virgen; ningún hombre la había tocado. Bajó al pozo y llenó su cántaro, y ya regresaba
Gén 24:17  cuando el siervo corrió a alcanzarla y le dijo:
–Por favor, déjame beber un poco de agua de tu cántaro.
Gén 24:18  –Bebe, señor –contestó ella.
Y en seguida bajó su cántaro, lo sostuvo entre las manos y le dio de beber.
Gén 24:19  Cuando el siervo acabó de beber, Rebeca le dijo:
–También voy a sacar agua para tus camellos, para que beban toda la que quieran.
Gén 24:20  Rápidamente vació su cántaro en el bebedero y corrió varias veces al pozo, hasta que sacó agua para todos los camellos.
Gén 24:21  Mientras tanto, el siervo la miraba sin decir nada, pues quería estar seguro de que el Señor había llevado a buen fin su viaje.
Gén 24:22  Cuando los camellos acabaron de beber, el hombre tomó un anillo de oro que pesaba como seis gramos, y se lo puso a ella en la nariz.[m] También le dio dos brazaletes de oro que pesaban más de cien gramos,
Gén 24:23  y le dijo:
–Dime, por favor, de quién eres hija, y si hay lugar en la casa de tu padre donde mis hombres y yo podamos pasar la noche.
Gén 24:24  Ella contestó:
–Soy hija de Betuel, el hijo de Milcá y de Nahor.
Gén 24:25  En nuestra casa hay lugar para que pases la noche, y también suficiente paja y comida para los camellos.
Gén 24:26  Entonces el siervo se arrodilló y adoró al Señor,
Gén 24:27  diciendo: “¡Bendito sea el Señor, el Dios de mi amo Abraham, pues ha sido fiel y bondadoso con mi amo, y me ha dirigido en el camino a la casa de sus parientes!”
Gén 24:28  Rebeca fue corriendo a la casa de su madre, a contar todo lo que le había pasado.
Gén 24:29  Tenía ella un hermano llamado Labán, el cual corrió al pozo a buscar al hombre,
Gén 24:30  pues había visto el anillo y los brazaletes que su hermana llevaba en los brazos, y le había oído contar lo que el hombre le había dicho. Labán se acercó al siervo de Abraham, que todavía estaba con los camellos junto al pozo,
Gén 24:31  y le dijo:
–Ven, bendito del Señor. ¡Cómo vas a quedarte aquí afuera! Ya he preparado la casa y un lugar para los camellos.
Gén 24:32  Entonces el siervo fue a la casa. Allí Labán descargó los camellos y les dio de comer, y luego trajo agua para que el siervo y sus compañeros se lavaran los pies.[n]
Gén 24:33  Cuando le trajeron de comer, el siervo de Abraham dijo:
–Yo no podría comer antes de haber dicho lo que tengo que decir.
–Habla –contestó Labán.
Gén 24:34  El siervo dijo:
–Yo soy siervo de Abraham.
Gén 24:35  El Señor ha bendecido mucho a mi amo, y le ha hecho rico: le ha dado ovejas, vacas, oro y plata, siervos, siervas, camellos y asnos.
Gén 24:36  Además, Sara, su esposa, le dio un hijo cuando ya era muy anciana, y mi amo ha dejado a su hijo todo lo que tiene.
Gén 24:37  Mi amo me hizo jurar, diciéndome: ‘No dejes que mi hijo se case con una mujer de esta tierra de Canaán en la que yo vivo.
Gén 24:38  Antes bien, ve a la familia de mi padre y busca entre las mujeres de mi clan una esposa para él.’
Gén 24:39  Y yo le dije: ‘Mi señor, ¿y si la mujer no quiere venir conmigo?’
Gén 24:40  Entonces él me contestó: ‘Yo he andado por el camino del Señor, y él enviará su ángel contigo para llevar a buen fin tu viaje y para que tomes una esposa para mi hijo de entre las mujeres de mi familia, es decir, de la familia de mi padre.
Gén 24:41  Solo en el caso de que mis parientes no quieran darte la muchacha quedarás libre del juramento que me has hecho.’
Gén 24:42  “Así fue como hoy llegué al pozo, y en oración le dije al Señor, el Dios de mi amo Abraham: ‘Si de veras vas a llevar a buen término mi viaje,
Gén 24:43  te ruego que ahora, estando aquí, junto al pozo, suceda que la muchacha que venga por agua y a la que yo diga: Por favor, déjame beber un poco de agua de tu cántaro,
Gén 24:44  y que me conteste: Bebe, y también sacaré agua para tus camellos, que sea esa la mujer que tú, Señor, has escogido para el hijo de mi amo.’
Gén 24:45  Todavía no había yo terminado de hacer esta oración, cuando vi que Rebeca venía con su cántaro al hombro. Bajó al pozo a sacar agua, y le dije: ‘Dame agua, por favor.’
Gén 24:46  Ella bajó en seguida su cántaro, y me dijo: ‘Bebe, y también daré de beber a tus camellos.’ Y me dio agua, y también a mis camellos.
Gén 24:47  Luego le pregunté: ‘¿De quién eres hija?’, y ella me contestó: ‘Soy hija de Betuel, el hijo de Nahor y de Milcá.’ Entonces le puse un anillo en la nariz y dos brazaletes en los brazos,
Gén 24:48  y me arrodillé y adoré al Señor; alabé al Señor, el Dios de mi amo Abraham, por haberme traído por el buen camino para tomar la hija del pariente de mi amo para su hijo.
Gén 24:49  Ahora pues, decidme si vais a ser buenos y sinceros con mi amo; y si no, decídmelo también, para que yo sepa lo que debo hacer."[ñ]
Gén 24:50  Entonces Labán y Betuel le contestaron:
–Todo esto viene del Señor, y nosotros no podemos decirte ni sí ni no.
Gén 24:51  Mira, aquí está Rebeca; tómala y vete. Que sea la esposa del hijo de tu amo, tal como el Señor lo ha dispuesto.
Gén 24:52  Cuando el siervo de Abraham oyó estas palabras, se arrodilló delante del Señor hasta tocar el suelo con la frente.
Gén 24:53  Luego sacó varios objetos de oro y plata, y vestidos, y se los dio a Rebeca. También a su hermano y a su madre les hizo regalos.
Gén 24:54  Después él y sus compañeros comieron y bebieron, y pasaron allí la noche. Al día siguiente, cuando se levantaron, el siervo dijo:
–Dejadme regresar a la casa de mi amo.
Gén 24:55  Pero el hermano y la madre de Rebeca le dijeron:
–Que se quede la muchacha con nosotros todavía unos diez días, y después podrá irse contigo.
Gén 24:56  Pero el siervo les dijo:
–No me detengáis más. Dios ha llevado mi viaje a buen término, así que dejadme regresar a la casa de mi amo.
Gén 24:57  Entonces ellos contestaron:
–Llamemos a la muchacha, a ver qué dice.
Gén 24:58  Llamaron a Rebeca y le preguntaron:
–¿Quieres irte con este hombre?
–Sí –contestó ella.
Gén 24:59  Entonces dejaron ir a Rebeca y a la mujer que la había cuidado siempre, y también al siervo de Abraham y a sus compañeros.
Gén 24:60  Y bendijeron a Rebeca de esta manera:
“Oh, hermana nuestra,
¡que seas madre de muchos millones!
¡Que tus descendientes
conquisten las ciudades[o] de sus enemigos!”
Gén 24:61  Entonces Rebeca y sus siervas montaron en los camellos y siguieron al siervo de Abraham. Así fue como el siervo tomó a Rebeca y salió de allí.
Gén 24:62  Isaac había vuelto del pozo llamado “El que vive y me ve”,[p] pues vivía en la región del Négueb.
Gén 24:63  Había salido a dar un paseo[q] al anochecer. En esto vio que unos camellos se acercaban.
Gén 24:64  Por su parte, Rebeca también miró y, al ver a Isaac, se bajó del camello
Gén 24:65  y preguntó al siervo:
–¿Quién es ese hombre que viene por el campo hacia nosotros?
–Es mi amo[r] –contestó el siervo.
Entonces ella tomó su velo y se cubrió la cara.
Gén 24:66  El siervo contó a Isaac todo lo que había hecho.
Gén 24:67  Luego Isaac llevó a Rebeca a la tienda de campaña de su madre Sara, y se casó con ella. Isaac amó mucho a Rebeca, y así se consoló de la muerte de su madre.

Gén 24:1  Y Abraham era ya viejo, y bien entrado en días; y el SEÑOR había bendecido a Abraham en todo.
Gén 24:2  Y dijo Abraham a su siervo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo,
Gén 24:3  y te juramentaré por el SEÑOR, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no has de tomar mujer para mi hijo de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito;
Gén 24:4  sino que irás a mi tierra y a mi natural, y tomarás de allá mujer para mi hijo Isaac.
Gén 24:5  Y el siervo le respondió: Por ventura la mujer no querrá venir en pos de mí a esta tierra, ¿volveré, pues, tu hijo a la tierra de donde saliste?
Gén 24:6  Y Abraham le dijo: Guárdate que no vuelvas a mi hijo allá.
Gén 24:7  El SEÑOR, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre, y de la tierra de mi natural, y me habló, y me juró diciendo: A tu simiente daré esta tierra; él enviará su ángel delante de ti, y tú tomarás de allá mujer para mi hijo.
Gén 24:8  Y si la mujer no quisiere venir en pos de ti, serás libre de este mi juramento; solamente que no vuelvas allá a mi hijo.
Gén 24:9  Entonces el siervo puso su mano debajo del muslo de Abraham su señor, y le juró sobre este negocio.
Gén 24:10  Y el siervo tomó diez camellos de los camellos de su señor, y fue llevando en su mano lo mejor que su señor tenía; y se levantó y fue a Ara Naharaim, a la ciudad de Nacor.
Gén 24:11  E hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad, junto a un pozo de agua, a la hora de la tarde, a la hora en que salen las doncellas por agua.
Gén 24:12  Y dijo: SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham.
Gén 24:13  He aquí yo estoy junto a la fuente de agua, y las hijas de los varones de esta ciudad salen por agua.
Gén 24:14  Sea, pues, que la doncella a quien yo dijere: Baja ahora tu cántaro, para que yo beba; y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a tus camellos, que ésta sea la que aparejaste a tu siervo Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor.
Gén 24:15  Y aconteció que antes que él acabase de hablar, he aquí Rebeca que salía, (la cual había nacido a Betuel, hijo de Milca, mujer de Nacor hermano de Abraham) con su cántaro sobre sus hombros.
Gén 24:16  Y la doncella era de muy hermoso aspecto, virgen, a la que varón no había conocido; la cual descendió a la fuente, y llenó su cántaro, y se volvía.
Gén 24:17  Entonces el siervo corrió hacia ella, y dijo: Te ruego que me des a beber un poco de agua de tu cántaro.
Gén 24:18  Y ella respondió: Bebe, señor mío: y se dio prisa a bajar su cántaro sobre su mano, y le dio a beber.
Gén 24:19  Y cuando acabó de darle a beber, dijo: También para tus camellos sacaré agua, hasta que acaben de beber.
Gén 24:20  Y se dio prisa, y vació su cántaro en la pila, y corrió otra vez al pozo para sacar agua, y sacó para todos sus camellos.
Gén 24:21  Y el varón estaba maravillado de ella, callando, para saber si el SEÑOR había prosperado su camino o no.
Gén 24:22  Y fue que cuando los camellos acabaron de beber, el varón sacó un pendiente de oro de medio siclo de peso, y dos brazaletes de diez siclos de peso de oro,
Gén 24:23  y dijo: ¿De quién eres hija? Te ruego me digas, ¿hay lugar en casa de tu padre donde posemos?
Gén 24:24  Y ella respondió: Soy hija de Betuel, hijo de Milca, el cual dio a luz ella a Nacor.
Gén 24:25  Y añadió: También hay en nuestra casa paja y mucho forraje, y lugar para posar.
Gén 24:26  El varón entonces se inclinó, y adoró al SEÑOR.
Gén 24:27  Y dijo: Bendito sea el SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, que no apartó su misericordia y su verdad de mi señor, guiándome el SEÑOR en el camino a casa de los hermanos de mi amo.
Gén 24:28  Y la doncella corrió, e hizo saber en casa de su madre estas cosas.
Gén 24:29  Y Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán, el cual corrió afuera al varón, a la fuente;
Gén 24:30  y fue que cuando vio el pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana, que decía: Así me dijo aquel varón; vino al varón; y he aquí él estaba junto a los camellos a la fuente.
Gén 24:31  Y le dijo: Ven, bendito del SEÑOR; ¿por qué estás fuera? Yo he limpiado la casa, y el lugar para los camellos.
Gén 24:32  Entonces el varón vino a casa, y Labán desató los camellos; y les dio paja y forraje, y agua para lavar los pies de él, y los pies de los varones que con él venían .
Gén 24:33  Y le pusieron delante qué comer; mas él dijo: No comeré hasta que haya dicho mi mensaje. Y él le dijo: Habla.
Gén 24:34  Entonces dijo: Yo soy siervo de Abraham;
Gén 24:35  y el SEÑOR ha bendecido mucho a mi señor, y él se ha engrandecido; y le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos.
Gén 24:36  Y Sara, mujer de mi amo, dio a luz un hijo a mi señor después de su vejez, al cual ha dado todo cuanto tiene.
Gén 24:37  Y mi señor me hizo jurar, diciendo: No tomarás mujer para mi hijo de las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito;
Gén 24:38  sino que irás a la casa de mi padre, y a mi natural, y tomarás de allá mujer para mi hijo.
Gén 24:39  Y yo dije: Por ventura no querrá venir en pos de mí la mujer.
Gén 24:40  Entonces él me respondió: El SEÑOR, en cuya presencia yo he andado, enviará su ángel contigo, y prosperará tu camino; y tomarás mujer para mi hijo de mi linaje y de la casa de mi padre;
Gén 24:41  entonces serás libre de mi juramento, cuando hubieres llegado a mi linaje; y si no te la dieren, serás libre de mi juramento.
Gén 24:42  Llegué, pues , hoy a la fuente, y dije: SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, si tú prosperas ahora mi camino por el cual yo ando,
Gén 24:43  he aquí yo estoy junto a la fuente de agua; sea, pues, que la doncella que saliere por agua, a la cual yo dijere: Dame ahora de beber un poco de agua de tu cántaro;
Gén 24:44  y ella me respondiere, Bebe tú, y también para tus camellos sacaré agua; ésta sea la mujer que aparejó el SEÑOR al hijo de mi señor.
Gén 24:45  Y antes que acabase de hablar en mi corazón, he aquí Rebeca, que salía con su cántaro sobre su hombro; y descendió a la fuente, y sacó agua; y yo le dije: Te ruego que me des a beber.
Gén 24:46  Y ella prestamente bajó su cántaro de encima de sí, y dijo: Bebe, y también a tus camellos daré a beber. Y bebí, y dio también de beber a mis camellos.
Gén 24:47  Entonces le pregunté, y dije: ¿De quién eres hija? Y ella respondió: Hija de Betuel, hijo de Nacor, que le dio a luz Milca. Entonces le puse un pendiente sobre su nariz, y brazaletes sobre sus manos;
Gén 24:48  y me incliné, y adoré al SEÑOR, y bendije al SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, que me había guiado por camino de verdad para tomar la hija del hermano de mi señor para su hijo.
Gén 24:49  Ahora pues, si vosotros hacéis misericordia y verdad con mi señor, declarádmelo; y si no, declarádmelo; y echaré a la diestra o a la siniestra.
Gén 24:50  Entonces Labán y Betuel respondieron y dijeron: Del SEÑOR ha salido esto; no podemos hablarte malo ni bueno.
Gén 24:51  He ahí Rebeca delante de ti; tómala y vete, y sea mujer del hijo de tu señor, como lo ha dicho el SEÑOR.
Gén 24:52  Y fue, que cuando el siervo de Abraham oyó sus palabras, se inclinó a tierra al SEÑOR.
Gén 24:53  Y sacó el siervo vasos de plata y vasos de oro y vestidos, y dio a Rebeca; también dio cosas preciosas a su hermano y a su madre.
Gén 24:54  Y comieron y bebieron él y los varones que venían con él, y durmieron; y levantándose de mañana, dijo: Enviadme a mi señor.
Gén 24:55  Entonces respondió su hermano y su madre: Espere la doncella con nosotros a lo menos diez días, y después irá.
Gén 24:56  Y él les dijo: No me detengáis, pues que el SEÑOR ha prosperado mi camino; despachadme para que me vaya a mi señor.
Gén 24:57  Ellos respondieron entonces: Llamemos la doncella y preguntémosle.
Gén 24:58  Y llamaron a Rebeca, y le dijeron: ¿Irás tú con este varón? Y ella respondió: Sí , iré.
Gén 24:59  Entonces enviaron a Rebeca su hermana, y a su nodriza, y al siervo de Abraham y a sus varones.
Gén 24:60  Y bendijeron a Rebeca, y le dijeron: Nuestra hermana eres; seas en millares de millares, y tu generación posea la puerta de sus enemigos.
Gén 24:61  Se levantó entonces Rebeca y sus doncellas, y subieron sobre los camellos, y siguieron al varón; y el siervo tomó a Rebeca, y se fue.
Gén 24:62  Y venía Isaac del pozo del Viviente que me ve; porque él habitaba en la tierra del mediodía;
Gén 24:63  y había salido Isaac a orar al campo, a la hora de la tarde; y alzando sus ojos miró, y he aquí los camellos que venían.
Gén 24:64  Rebeca también alzó sus ojos, y vio a Isaac, y descendió del camello;
Gén 24:65  porque había preguntado al criado: ¿Quién es este varón que viene por el campo hacia nosotros? Y el siervo había respondido: Este es mi señor. Ella entonces tomó el velo, y se cubrió.
Gén 24:66  Entonces el siervo contó a Isaac todo lo que había hecho.
Gén 24:67  Y la introdujo Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer; y la amó; y se consoló Isaac después de la muerte de su madre.

Gén 24:1  Ahora bien, Abrahán era viejo, avanzado en años; y Jehová había bendecido a Abrahán en todo.
Gén 24:2  Por lo tanto Abrahán dijo a su siervo, al más viejo de su casa, que administraba todo lo que tenía: “Pon tu mano, por favor, debajo de mi muslo,
Gén 24:3  porque tengo que hacerte jurar por Jehová, el Dios de los cielos y el Dios de la tierra, que no tomarás esposa para mi hijo de las hijas de los cananeos, entre quienes estoy morando,
Gén 24:4  sino que irás a mi país y a mis parientes, y ciertamente tomarás esposa para mi hijo, para Isaac”.
Gén 24:5  Sin embargo, el siervo le dijo: “¿Y si la mujer no desea venir conmigo a esta tierra? ¿Sin falta tendré que devolver a tu hijo a la tierra de donde saliste?”.
Gén 24:6  Ante esto, Abrahán le dijo: “Cuídate de devolver a mi hijo a aquel lugar.
Gén 24:7  Jehová el Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mis parientes, y que me habló y que me juró, diciendo: ‘A tu descendencia voy a dar esta tierra’, él enviará a su ángel delante de ti, y ciertamente tomarás de allá esposa para mi hijo.
Gén 24:8  Pero si la mujer no deseara venir contigo, tú también habrás quedado libre de este juramento que me prestaste. Solamente que no debes devolver a mi hijo a aquel lugar”.
Gén 24:9  Ante aquello, el siervo puso su mano debajo del muslo de Abrahán su amo y le juró respecto a este asunto.
Gén 24:10  De modo que el siervo tomó diez camellos de los camellos de su amo y procedió a ir con toda suerte de cosa buena de su amo en la mano. Entonces se levantó y se puso en camino a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor.
Gén 24:11  Por fin hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad junto a un pozo de agua, como al atardecer, como a la hora en que acostumbraban salir las mujeres que sacan agua.
Gén 24:12  Y pasó a decir: “Jehová, el Dios de mi amo Abrahán, haz que suceda, por favor, ante mí en este día, y ejecuta bondad amorosa para con mi amo Abrahán.
Gén 24:13  Aquí estoy apostado junto a una fuente de agua, y las hijas de los hombres de la ciudad están saliendo para sacar agua.
Gén 24:14  Lo que tiene que suceder es que la joven a quien yo diga: ‘Baja tu jarro de agua, por favor, para que yo beba’, y que realmente diga: ‘Bebe, y también daré de beber a tus camellos’, esta sea la que tienes que asignar a tu siervo, a Isaac; y mediante esto déjame saber que has ejecutado amor leal para con mi amo”.
Gén 24:15  Ahora bien, aconteció que antes que hubiera acabado de hablar, pues, aquí venía saliendo Rebeca, que le había nacido a Betuel hijo de Milcá la esposa de Nacor, hermano de Abrahán, y llevaba su jarro de agua sobre el hombro.
Gén 24:16  Pues bien, la joven era de apariencia muy atractiva, virgen, y ningún hombre había tenido coito con ella; y vino bajando hasta la fuente y empezó a llenar su jarro de agua, y entonces subió.
Gén 24:17  En seguida el siervo corrió a su encuentro y dijo: “Dame, por favor, un sorbito de agua de tu jarro”.
Gén 24:18  Ella, a su vez, dijo: “Bebe, señor mío”. Con eso, rápidamente bajó su jarro sobre su mano y le dio de beber.
Gén 24:19  Cuando acabó de darle de beber, entonces dijo: “También para tus camellos sacaré agua hasta que acaben de beber”.
Gén 24:20  De modo que ella rápidamente vació su jarro en el abrevadero y corrió vez tras vez al pozo para sacar agua, y siguió sacando para todos los camellos de él.
Gén 24:21  Entretanto, el hombre se quedó mirándola con fijeza, admirado, guardando silencio para saber si Jehová había dado éxito a su viaje o no.
Gén 24:22  Por consiguiente, aconteció que, cuando los camellos habían acabado de beber, entonces el hombre tomó una nariguera de oro de medio siclo de peso, y dos brazaletes para las manos de ella —diez siclos de oro era el peso de estos—,
Gén 24:23  y pasó a decir: “¿De quién eres hija? Infórmame, por favor. ¿Hay lugar en casa de tu padre para que pasemos la noche?”.
Gén 24:24  Ante aquello, ella le dijo: “Soy la hija de Betuel el hijo de Milcá, que ella le dio a luz a Nacor”.
Gén 24:25  Y además le dijo: “Hay con nosotros paja, así como también mucho forraje, también lugar donde pasar la noche”.
Gén 24:26  Y el hombre procedió a inclinarse y postrarse ante Jehová,
Gén 24:27  y a decir: “Bendito sea Jehová el Dios de mi amo Abrahán, que no ha abandonado su bondad amorosa y su confiabilidad para con mi amo. Estando yo en camino, Jehová me ha guiado a la casa de los hermanos de mi amo”.
Gén 24:28  Y la joven echó a correr y refirió estas cosas a la casa de su madre.
Gén 24:29  Ahora bien, Rebeca tenía un hermano, y el nombre de este era Labán. Así que Labán fue corriendo a donde el hombre que estaba fuera, junto a la fuente.
Gén 24:30  Y aconteció que, al ver la nariguera, y los brazaletes en las manos de su hermana, y al oír las palabras de Rebeca su hermana, que decía: “De esta manera me habló el hombre”, entonces vino al hombre, y allí estaba él, de pie al lado de los camellos, junto a la fuente.
Gén 24:31  En seguida dijo: “Ven, bendito de Jehová. ¿Por qué te quedas parado aquí afuera, cuando yo mismo he alistado la casa, y lugar para los camellos?”.
Gén 24:32  Ante aquello, el hombre entró en la casa, y él se puso a desaparejar los camellos y a dar paja y forraje a los camellos y agua para lavar los pies de aquel y los pies de los hombres que con él estaban.
Gén 24:33  Entonces pusieron algo de comer delante de él, pero dijo: “No comeré hasta que haya hablado acerca de mis asuntos”. Por lo tanto él dijo: “¡Habla!”.
Gén 24:34  Entonces pasó a decir: “Soy siervo de Abrahán.
Gén 24:35  Y Jehová ha bendecido a mi amo muchísimo, por cuanto sigue haciéndolo más grande y dándole ovejas y ganado vacuno y plata y oro y siervos y siervas y camellos y asnos.
Gén 24:36  Además, Sara la esposa de mi amo le dio a luz un hijo a mi amo después de haber envejecido ella; y él le dará todo lo que tiene.
Gén 24:37  De modo que mi amo me hizo jurar, diciendo: ‘No debes tomar esposa para mi hijo de las hijas de los cananeos en cuya tierra estoy morando.
Gén 24:38  No, sino que irás a la casa de mi padre y a mi familia, y tienes que tomar esposa para mi hijo’.
Gén 24:39  Pero yo dije a mi amo: ‘¿Y si la mujer no quiere venir conmigo?’.
Gén 24:40  Entonces él me dijo: ‘Jehová, delante de quien he andado, enviará a su ángel contigo y ciertamente dará éxito a tu camino; y tienes que tomar esposa, para mi hijo, de mi familia y de la casa de mi padre.
Gén 24:41  En aquel tiempo quedarás desligado de tu obligación a mí por juramento cuando llegues a mi familia, y si no quieren dártela, entonces llegarás a estar libre de obligación a mí por juramento’.
Gén 24:42  ”Cuando llegué a la fuente hoy, entonces dije: ‘Jehová el Dios de mi amo Abrahán, si realmente vas a dar éxito a mi camino por el cual estoy yendo,
Gén 24:43  aquí estoy apostado junto a una fuente de agua. Lo que tiene que suceder es que la doncella que salga a sacar agua a quien yo en efecto diga: “Por favor, permíteme beber un poco de agua de tu jarro”,
Gén 24:44  y que realmente me diga: “Bebe tú, y también sacaré agua para tus camellos”, ella es la mujer que Jehová ha asignado para el hijo de mi amo’.
Gén 24:45  ”Antes que acabara de hablar en mi corazón, pues, allí estaba Rebeca que salía, con su jarro sobre el hombro; y vino bajando hasta la fuente y empezó a sacar agua. Entonces le dije: ‘Dame de beber, por favor’.
Gén 24:46  De modo que ella rápidamente bajó su jarro de sobre sí y dijo: ‘Bebe, y también daré de beber a tus camellos’. Entonces bebí, y también a los camellos dio ella de beber.
Gén 24:47  Después le pregunté y dije: ‘¿De quién eres hija?’, a lo cual ella dijo: ‘La hija de Betuel el hijo de Nacor, que Milcá le dio a luz’. Por consiguiente, le puse la nariguera en la nariz y los brazaletes en las manos.
Gén 24:48  Y procedí a inclinarme y postrarme ante Jehová y a bendecir a Jehová el Dios de mi amo Abrahán, que me había guiado por el camino verdadero a tomar la hija del hermano de mi amo para su hijo.
Gén 24:49  Y ahora, si ustedes realmente están ejerciendo bondad amorosa y confiabilidad para con mi amo, declárenmelo; pero si no, declárenmelo, para que me vuelva o a la derecha o a la izquierda”.
Gén 24:50  Entonces contestaron Labán y Betuel, y dijeron: “De Jehová ha procedido esta cosa. No podemos hablarte lo malo ni lo bueno.
Gén 24:51  Aquí está Rebeca delante de ti. Tómala y vete, y llegue ella a ser esposa del hijo de tu amo, tal como ha hablado Jehová”.
Gén 24:52  Y aconteció que cuando el siervo de Abrahán hubo oído sus palabras, en seguida se postró en tierra ante Jehová.
Gén 24:53  Y el siervo empezó a sacar objetos de plata y objetos de oro y prendas de vestir y a darlos a Rebeca; y dio cosas selectas al hermano y a la madre de ella.
Gén 24:54  Después comieron y bebieron, él y los hombres que con él estaban, y pasaron la noche allí, y se levantaron por la mañana.  Entonces dijo él: “Envíenme a donde mi amo”.
Gén 24:55  A lo cual dijeron el hermano y la madre de ella: “Que la joven se quede con nosotros por lo menos diez días. Después de eso puede ir”.
Gén 24:56  Pero él les dijo: “No me detengan, ya que Jehová ha dado éxito a mi camino. Envíenme, para que vaya a mi amo”.
Gén 24:57  Así que dijeron: “Llamemos a la joven, e inquiramos de su boca”.
Gén 24:58  Entonces llamaron a Rebeca y le dijeron: “¿Quieres ir con este hombre?”. A su vez, ella dijo: “Estoy dispuesta a ir”.
Gén 24:59  Por lo tanto enviaron a Rebeca su hermana y a la nodriza de esta, y al siervo de Abrahán y sus hombres.
Gén 24:60  Y empezaron a bendecir a Rebeca y a decirle: “Oh tú, hermana nuestra, que llegues a ser millares de veces diez mil, y que tu descendencia tome posesión de la puerta de los que la odien”.
Gén 24:61  Después Rebeca y sus servidoras se levantaron y fueron cabalgando en los camellos y siguiendo al hombre; y el siervo tomó a Rebeca y procedió a irse.
Gén 24:62  Ahora bien, Isaac había venido del camino que va a Beer-lahai-roí, porque moraba en la tierra del Négueb.
Gén 24:63  E Isaac estaba afuera paseando a fin de meditar en el campo como al caer la tarde. Cuando alzó los ojos y miró, pues, ¡allí venían [unos] camellos!
Gén 24:64  Cuando Rebeca alzó los ojos, alcanzó a ver a Isaac, y se bajó del camello.
Gén 24:65  Entonces dijo al siervo: “¿Quién es aquel hombre que viene andando por el campo a nuestro encuentro?”, y el siervo dijo: “Es mi amo”. Y ella procedió a tomar una mantilla y a cubrirse.
Gén 24:66  Y el siervo se puso a contar a Isaac todas las cosas que había hecho.
Gén 24:67  Después Isaac la introdujo en la tienda de Sara su madre. Así tomó a Rebeca, y ella llegó a ser su esposa; y él se enamoró de ella, e Isaac halló consuelo después de la pérdida de su madre.

Gén 24:1  Abraham ya era muy anciano, y Dios lo había bendecido en todo.
Gén 24:2  Un día, Abraham le dijo a su mayordomo: —Pon tu mano debajo de mi pierna porque me vas a hacer un juramento.
Gén 24:3  Aunque vivo entre los cananeos, me vas a jurar por el Dios del cielo y de la tierra, que no casarás a mi hijo Isaac con ninguna mujer de Canaán. Más bien, ve a mi tierra y busca entre mis familiares una esposa para él.
Gén 24:5  Pero el mayordomo le contestó: —¿Y qué pasa si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra? ¿Debo entonces llevar a tu hijo para que él mismo la busque?
Gén 24:6  Y Abraham le dijo: —¡Más te vale que no lo hagas!
Gén 24:7  Cuando el Dios del cielo me pidió que dejara la casa de mi padre y mi país, me prometió bajo juramento que esta tierra se la daría a mis descendientes. Así que él enviará delante de ti a su ángel, para que encuentres allá una esposa para mi hijo.
Gén 24:8  Si ella no quiere venir contigo, quedarás libre de tu juramento. ¡Pero de ningún modo permitiré que te lleves a mi hijo!
Gén 24:9  El mayordomo se comprometió con su amo Abraham a cumplir el juramento,
Gén 24:10  y luego de tomar diez camellos y lo mejor que tenía su amo, se puso en marcha hacia el pueblo de Nahor, que está en Mesopotamia.
Gén 24:11  Caía la tarde cuando el mayordomo hizo descansar a los camellos cerca del pozo que está fuera del pueblo. A esa hora las mujeres salían a sacar agua del pozo.
Gén 24:12  Allí el mayordomo oró así: «Dios de mi amo Abraham, te ruego que seas bueno con mi amo; haz que hoy me vaya bien.
Gén 24:13  Mírame aquí, junto a este pozo. Ahora que las mujeres vienen a sacar agua,
Gén 24:14  permite que la muchacha a quien le pida que me dé a beber agua de su cántaro, no sólo me dé agua a mí sino también a los camellos. Así sabré que has sido bueno con mi amo, y que ella es la mujer que has elegido para Isaac, quien siempre te obedece en todo».
Gén 24:15  Todavía no había terminado de orar el mayordomo cuando llegó Rebeca, con su cántaro al hombro. Era hija de Betuel, y nieta de Milcá y de Nahor, el hermano de Abraham.
Gén 24:16  Rebeca era una muchacha muy hermosa, y soltera. Bajó al manantial y llenó su cántaro, y cuando ella subía,
Gén 24:17  el mayordomo corrió a su encuentro y le dijo: —Por favor, dame un poco de agua de tu cántaro.
Gén 24:18  Rebeca bajó enseguida el cántaro y le dijo: —Beba usted. Y con sus propias manos le dio a beber.
Gén 24:19  Cuando el mayordomo terminó de beber, ella misma dijo: —Ahora voy a sacar agua para sus camellos, para que beban toda el agua que quieran.
Gén 24:20  Rápidamente vació el cántaro en el bebedero y corrió al pozo para sacar más agua, hasta dar de beber a todos los camellos.
Gén 24:21  Mientras tanto, el mayordomo la miraba sin decir nada, pues quería saber si Dios le había ayudado a encontrar una esposa para Isaac.
Gén 24:22  Cuando los camellos acabaron de beber, el mayordomo puso en la nariz de Rebeca un anillo de oro que pesaba seis gramos. Además, le puso en los brazos dos pulseras de oro que pesaban más de cien gramos.
Gén 24:23  Entonces le preguntó: —Dime, por favor, ¿quién es tu padre? ¿Crees que mi gente y yo podríamos pasar la noche en su casa?
Gén 24:24  Rebeca respondió: —Soy hija de Betuel, el hijo de Milcá y de Nahor. En nuestra casa hay lugar para que pasen la noche, y también tenemos abundante comida para los camellos.
Gén 24:26  En ese momento el mayordomo se inclinó y dio gracias a Dios
Gén 24:27  con estas palabras: «¡Alabado seas, Dios de mi amo Abraham, pues siempre has sido bueno y fiel con mi amo! ¡Has guiado mis pasos hasta la casa de sus familiares!»
Gén 24:28  Al oír esto, Rebeca corrió a su casa para contarle a su madre lo sucedido.
Gén 24:29  Su hermano Labán vio el anillo y las pulseras que Rebeca traía puestas, y la oyó contar lo que aquel hombre le había dicho. Entonces salió corriendo a buscar al mayordomo, y lo encontró junto a los camellos, cerca del pozo.
Gén 24:31  Al verlo, Labán le dijo: «¡Bienvenido! Dios lo ha traído con bien hasta este lugar. Venga usted a mi casa; no se quede aquí afuera. ¡Ya he preparado un lugar para usted, y también para los camellos!»
Gén 24:32  El mayordomo lo acompañó, y una vez en la casa, Labán les dio agua a él y a sus hombres para que se bañaran. A los camellos les quitaron la carga y les dieron de comer.
Gén 24:33  Cuando le sirvieron de comer, el mayordomo dijo: —No comeré hasta que les cuente por qué estoy aquí. Labán lo dejó hablar,
Gén 24:34  y el mayordomo dijo: —Mi amo Abraham
Gén 24:35  es muy rico, pues Dios lo ha bendecido mucho. Le ha dado ovejas, ganado, plata, oro, sirvientes, sirvientas, camellos y burros.
Gén 24:36  Además, él y su esposa Sara tuvieron un hijo, a pesar de ser ya muy ancianos, y a ese hijo mi amo le ha entregado todas sus riquezas.
Gén 24:37  A mí me hizo jurarle que no casaría a su hijo con ninguna mujer de Canaán.
Gén 24:38  Más bien, me pidió venir acá y buscarle esposa entre sus familiares.
Gén 24:39  »Yo le pregunté: “¿Y qué hago si la mujer no quiere acompañarme?”
Gén 24:40  Entonces mi amo dijo: “Toda mi vida he obedecido a Dios, así que él enviará su ángel para que te acompañe y haga que te vaya bien en tu viaje. Pero tú debes buscarle a mi hijo una esposa entre mis familiares.
Gén 24:41  Si ellos no quieren dártela, quedarás libre del juramento que me has hecho”.
Gén 24:42  »Hoy, cuando llegué al pozo, hice esta oración: “Dios de mi amo Abraham, si tú así lo quieres, haz que me vaya bien en este viaje.
Gén 24:43  Mírame aquí, parado junto a este pozo. Si una muchacha viene a sacar agua, y yo le pido que me dé a beber un poco de agua de su cántaro,
Gén 24:44  y ella acepta darme agua y saca también agua para los camellos, entenderé que ella es la que tú has elegido como esposa para el hijo de mi amo”.
Gén 24:45  »Todavía no terminaba de orar cuando llegó Rebeca con su cántaro al hombro. Bajó y sacó agua, y cuando yo le pedí que me diera de beber,
Gén 24:46  enseguida bajó su cántaro y me dio, lo mismo que a los camellos. Una vez que bebí,
Gén 24:47  le pregunté quién era su padre, y ella me contestó que era Betuel, el hijo de Nahor y Milcá. »Fue entonces cuando le puse el anillo en la nariz, y las pulseras en los brazos;
Gén 24:48  luego me incliné para adorar y bendecir al Dios de mi amo Abraham, pues me guió directamente hasta la nieta del hermano de mi amo, para tomarla como esposa para su hijo.
Gén 24:49  Ahora bien, díganme si piensan ser fieles con mi amo y tratarlo bien; y si no, díganmelo también; así sabré qué camino tomar.
Gén 24:50  Labán y su familia —Todo esto viene de Dios, y nosotros no podemos decirle a usted ni una cosa ni otra.
Gén 24:51  Pero aquí está Rebeca. Puede usted llevársela, y que se case con el hijo de su amo, ya que así lo ha decidido Dios.
Gén 24:52  Al oír esto, el mayordomo se inclinó hasta el suelo y dio gracias a Dios;
Gén 24:53  luego sacó joyas de oro y plata, y vestidos, y se los dio a Rebeca. A su hermano y a su madre también les dio valiosos regalos.
Gén 24:54  Después de eso, él y sus hombres comieron y bebieron, y pasaron la noche allí. A la mañana siguiente, cuando se levantaron, el mayordomo pidió permiso para volver a la casa de su amo,
Gén 24:55  pero el hermano y la madre de Rebeca respondieron: —Deje usted que la muchacha se quede con nosotros unos días más, y entonces podrá irse.
Gén 24:56  Pero el mayordomo les rogó: —¡No me detengan más! Ya Dios me ha dado éxito en mi viaje, así que déjenme volver a la casa de mi amo.
Gén 24:57  Ellos llamaron a Rebeca y le preguntaron: —¿Quieres irte con este hombre? Como Rebeca respondió que sí,
Gén 24:59  la dejaron ir junto con la mujer que la había cuidado desde niña, el mayordomo y sus hombres.
Gén 24:60  Su familia la despidió con esta bendición: «Querida hermana nuestra, deseamos que llegues a tener miles y miles de descendientes, y que ellos lleguen a conquistar las ciudades de sus enemigos».
Gén 24:61  Entonces se levantó Rebeca, junto con sus sirvientas, y montando en los camellos se fueron siguiendo al mayordomo. Así fue como él se llevó a Rebeca.
Gén 24:62  Isaac vivía en el desierto del sur, pero esa tarde llegó hasta el pozo que se llama «Pozo del Dios que vive y todo lo ve».
Gén 24:63  Había salido a dar un paseo por el campo. De pronto, alzó la vista y vio que unos camellos se acercaban.
Gén 24:64  También Rebeca alzó la vista, y al ver a Isaac se bajó del camello
Gén 24:65  y le preguntó al mayordomo: —¿Quién es aquel hombre que viene por el campo a nuestro encuentro? El mayordomo respondió: —¡Es mi amo! Entonces ella tomó un velo y se cubrió la cara.
Gén 24:66  Y luego de que el mayordomo le contó a Isaac todos los detalles del viaje,
Gén 24:67  Isaac llevó a Rebeca a la tienda de campaña de su madre Sara, y se casó con ella. Así fue como Rebeca llegó a ser su esposa, y él la amó mucho. Esto le ayudó a Isaac a olvidar la muerte de su madre.

Gén 24:1  Abraham era ya un viejo entrado en años, y Yahveh había bendecido a Abraham en todo.
Gén 24:2  Abraham dijo al siervo más viejo de su casa y mayordomo de todas sus cosas: «Ea, pon tu mano debajo de mi muslo,
Gén 24:3  que voy a juramentarte por Yahveh, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos con los que vivo;
Gén 24:4  sino que irás a mi tierra y a mi patria a tomar mujer para mi hijo Isaac.»
Gén 24:5  Díjole el siervo: «Tal vez no quiera la mujer seguirme a este país. ¿Debo en tal caso volver y llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?»
Gén 24:6  Díjole Abraham: «Guárdate de llevar allá a mi hijo.
Gén 24:7  Yahveh, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que me tomó de mi casa paterna y de mi patria, y que me habló y me juró, diciendo: “A tu descendencia daré esta tierra”, él enviará su Ángel delante de ti, y tomarás de allí mujer para mi hijo.
Gén 24:8  Si la mujer no quisiere seguirte, no responderás de este juramento que te tomo. En todo caso, no lleves allá a mi hijo.»
Gén 24:9  El siervo puso su mano debajo del muslo de su señor Abraham y le prestó juramento según lo hablado.
Gén 24:10  Tomó el siervo diez camellos de los de su señor y de las cosas mejores de su señor y se puso en marcha hacia Aram Naharáyim, hacia la ciudad de Najor.
Gén 24:11  Hizo arrodillar al los camellos fuera de la ciudad junto al pozo, al atardecer, a la hora de salir las aguadoras,
Gén 24:12  y dijo: «Yahveh, Dios de mi señor Abraham: dame suerte hoy, y haz favor a mi señor Abraham.
Gén 24:13  Voy a quedarme parado junto a la fuente, mientras las hijas de los ciudadanos salen a sacar agua.
Gén 24:14  Ahora bien, la muchacha a quien yo diga “Inclina, por favor, tu cántaro para que yo beba”, y ella responda: “Bebe, y también voy a abrevar tus camellos”, ésa sea la que tienes designada para tu siervo Isaac, y por ello conoceré que haces favor a mi señor.»
Gén 24:15  Apenas había acabado de hablar, cuando he aquí que salía Rebeca, hija de Betuel, el hijo de Milká, la mujer de Najor, hermano de Abraham, con su cántaro al hombro.
Gén 24:16  La joven era de muy buen ver, virgen, que no había conocido varón. Bajó a la fuente, llenó su cántaro y subió.
Gén 24:17  El siervo corrió a su encuentro y dijo: «Dame un poco de agua de tu cántaro.»
Gén 24:18  «Bebe, señor», dijo ella, y bajando en seguida el cántaro sobre su brazo, le dio de beber.
Gén 24:19  Y en acabando de darle, dijo: «También para tus camellos voy a sacar, hasta que se hayan saciado.»
Gén 24:20  Y apresuradamente vació su cántaro en el abrevadero y corriendo otra vez al pozo sacó agua para todos los camellos.
Gén 24:21  El hombre la contemplaba callando para saber si Yahveh había dado éxito o no a su misión.
Gén 24:22  En cuanto los camellos acabaron de beber, tomó el hombre un anillo de oro de medio siclo de peso, que colocó en la nariz de la joven, y un par de brazaletes de diez siclos de oro en sus brazos,
Gén 24:23  y dijo: «¿De quién eres hija? Dime: ¿hay en casa de tu padre sitio para hacer noche?»
Gén 24:24  Ella le dijo: «Soy hija de Betuel, el hijo que Milká dio a Najor.»
Gén 24:25  Y agregó: «También tenemos paja y forraje en abundancia, y sitio para pasar la noche.»
Gén 24:26  Entonces se postró el hombre y adoró a Yahveh,
Gén 24:27  diciendo: «Bendito sea Yahveh, el Dios de mi señor Abraham, que no ha retirado su favor y su lealtad para con mi señor. Yahveh me ha traído a parar a casa del hermano de mi señor.»
Gén 24:28  La joven corrió a anunciar a casa de su madre todas estas cosas.
Gén 24:29  Tenía Rebeca un hermano llamado Labán. Este corrió donde el hombre, afuera, a la fuente.
Gén 24:30  En efecto, en cuanto vio el anillo y los brazaletes en los brazos de su hermana, y oyó decir a su hermana Rebeca: «Así me ha hablado aquel hombre», se llegó a donde él. Le encontró todavía junto a los camellos cerca de la fuente,
Gén 24:31  y le dijo: «Ven, bendito de Yahveh. ¿Por qué te quedas parado fuera, si yo he desocupado la casa y he hecho sitio para los camellos?»
Gén 24:32  El hombre entró en la casa, y Labán desaparejó los camellos, les dio paja y forraje, y al hombre y a sus acompañantes agua para lavarse los pies.
Gén 24:33  Después les sirvió de comer, pero el otro dijo: «No comeré hasta no haber dicho lo que tengo que decir.» A lo que respondió Labán: «Habla.»
Gén 24:34  «Yo soy, dijo, siervo de Abraham.
Gén 24:35  Yahveh ha bendecido con largueza a mi señor, que se ha hecho rico, pues le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y esclavas, camellos y asnos.
Gén 24:36  Y Sara, la mujer de mi señor, envejecida ya, dio a luz un hijo a mi señor, que le ha cedido todo cuanto posee.
Gén 24:37  En cuanto a mí, mi señor me ha tomado juramento, diciendo: “No tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos en cuyo país resido.
Gén 24:38  ¡Como no vayas a casa de mi padre y a mi parentela a tomar mujer para mi hijo...!”
Gén 24:39  Yo dije a mi señor: “¿Y si acaso no me sigue la mujer?”
Gén 24:40  Y él me dijo: “Yahveh, en cuya presencia he andado, enviará su Ángel contigo, y dará éxito a tu viaje, y así tomarás mujer para mi hijo de mi parentela y de la casa de mi padre.
Gén 24:41  Entonces quedarás libre de mi maldición, cuando llegues a mi parentela; y si no te la dieren también quedarás libre de mi maldición.»
Gén 24:42  Pues bien: llego hoy a la fuente y me digo: “Yahveh, Dios de mi señor Abraham, si en efecto das éxito a este mi viaje,
Gén 24:43  aquí me quedo parado junto a la fuente. La doncella que salga a sacar agua, y yo le diga: Dame de beber un poco de agua de tu cántaro
Gén 24:44  y ella me responda: Bebe tú, y voy a sacar también para tus camellos, ésa será la mujer que Yahveh tiene destinada para el hijo de mi señor.”
Gén 24:45  Apenas había acabado de hablar conmigo mismo, cuando he aquí que Rebeca salía con su cántaro al hombro, bajó a la fuente y sacó agua. Yo le dije: “Ea, dame de beber”,
Gén 24:46  y enseguida bajó su cántaro del hombro y dijo: “Bebe, y también voy a abrevar tus camellos.” Bebí, pues, y ella abrevó también los camellos.
Gén 24:47  Yo le pregunté: “¿De quién eres hija?” Me respondió: “Soy hija de Betuel, el hijo que Milká dio a Najor.” Entonces puse el anillo en su nariz, y los brazaletes en sus brazos,
Gén 24:48  y postrándome adoré a Yahveh, y bendije a Yahveh, el Dios de mi señor Abraham, que me había puesto en el buen camino para tomar a la hija del hermano de mi señor para su hijo.
Gén 24:49  Ahora, pues, decidme si estáis dispuestos a usar de favor y lealtad para con mi señor, y si no, decídmelo también, para que yo tire por la derecha o por la izquierda.»
Gén 24:50  Respondieron Labán y Betuel: «De Yahveh ha salido este asunto. Nosotros no podemos decirte está mal o está bien.
Gén 24:51  Ahí tienes delante a Rebeca: tómala y vete, y sea ella mujer del hijo de tu señor, como ha dicho Yahveh.»
Gén 24:52  Cuando el siervo de Abraham oyó lo que decían, adoró a Yahveh en tierra.
Gén 24:53  Acto seguido sacó el siervo objetos de plata y oro y vestidos, y se los dio a Rebeca. También hizo regalos a su hermano y a su madre.
Gén 24:54  Luego comieron y bebieron, él y los hombres que le acompañaban, y pasaron la noche. Por la mañana se levantaron, y él dijo: «Permitidme que marche donde mi señor.»
Gén 24:55  El hermano y la madre de Rebeca dijeron: «Que se quede la chica con nosotros unos días, por ejemplo diez. Luego se irá.»
Gén 24:56  Mas él les dijo: «No me demoréis. Puesto que Yahveh ha dado éxito a mi viaje, dejadme salir para que vaya donde mi señor.»
Gén 24:57  Ellos dijeron: «Llamemos a la joven y preguntémosle su opinión.»
Gén 24:58  Llamaron, pues, a Rebeca, y le dijeron: «¿Qué? ¿te vas con este hombre?» «Me voy», contestó ella.
Gén 24:59  Entonces despidieron a su hermana Rebeca con su nodriza, y al siervo de Abraham y a sus hombres.
Gén 24:60  Y bendijeron a Rebeca, y le decían: «¡Oh hermana nuestra, que llegues a convertirte en millares de miríadas, y conquiste tu descendencia la puerta de sus enemigos!»
Gén 24:61  Levantóse Rebeca con sus doncellas y, montadas en los camellos, siguieron al hombre. El siervo tomó a Rebeca y se fue.
Gén 24:62  Entretanto, Isaac había venido del pozo de Lajay Roí, pues habitaba en el país del Négueb.
Gén 24:63  Una tarde había salido Isaac de paseo por el campo, cuando he aquí que al alzar la vista, vio que venían unos camellos.
Gén 24:64  Rebeca a su vez alzó sus ojos y viendo a Isaac, se apeó del camello,
Gén 24:65  y dijo al siervo: «¿Quién es aquel hombre que camina por el campo a nuestro encuentro?» Dijo el siervo: «Es mi señor.» Entonces ella tomó el velo y se cubrió.
Gén 24:66  El siervo contó a Isaac todo lo que había hecho,
Gén 24:67  e Isaac introdujo a Rebeca en la tienda, tomó a Rebeca, que pasó a ser su mujer, y él la amó. Así se consoló Isaac por la pérdida de su madre.

Gén 24:1  Abraham estaba ya entrado en años, y el Señor lo había bendecido en todo.
Gén 24:2  Un día, Abraham le dijo al criado más antiguo de su casa, que era quien le administraba todos sus bienes: Pon tu mano debajo de mi muslo,
Gén 24:3  y júrame por el Señor, el Dios del cielo y de la tierra, que no tomarás de esta tierra de Canaán, donde yo habito, una mujer para mi hijo
Gén 24:4  Isaac, sino que irás a mi tierra, donde vive mi familia, y de allí le escogerás una esposa.
Gén 24:5  ¿Qué pasa si la mujer no está dispuesta a venir conmigo a esta tierra? respondió el criado. ¿Debo entonces llevar a su hijo hasta la tierra de donde usted vino?
Gén 24:6  ¡De ninguna manera debes llevar a mi hijo hasta allá! le replicó Abraham.
Gén 24:7  El Señor, el Dios del cielo, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mis familiares, y que bajo juramento me prometió dar esta tierra a mis descendientes, enviará su ángel delante de ti para que puedas traer de allá una mujer para mi hijo.
Gén 24:8  Si la mujer no está dispuesta a venir contigo, quedarás libre de este juramento; pero ¡en ningún caso llevarás a mi hijo hasta allá!
Gén 24:9  El criado puso la mano debajo del muslo de Abraham, su amo, y le juró que cumpliría con su encargo.
Gén 24:10  Luego tomó diez camellos de su amo, y toda clase de regalos, y partió hacia la ciudad de Najor en Aram Najarayin.
Gén 24:11  [1]  Allí hizo que los camellos se arrodillaran junto al pozo de agua que estaba en las afueras de la ciudad. Caía la tarde, que es cuando las mujeres salen a buscar agua.
Gén 24:12  Entonces comenzó a orar: "Señor, Dios de mi amo Abraham, te ruego que hoy me vaya bien, y que demuestres el amor que le tienes a mi amo.
Gén 24:13  Aquí me tienes, a la espera junto a la fuente, mientras las jóvenes de esta ciudad vienen a sacar agua.
Gén 24:14  Permite que la joven a quien le diga: Por favor, baje usted su cántaro para que tome yo un poco de agua, y que me conteste: Tome usted, y además les daré agua a sus camellos, sea la que tú has elegido para tu siervo Isaac. Así estaré seguro de que tú has demostrado el amor que le tienes a mi amo."
Gén 24:15  Aún no había terminado de orar cuando vio que se acercaba Rebeca, con su cántaro al hombro. Rebeca era hija de Betuel, que a su vez era hijo de Milca y Najor, el hermano de Abraham.
Gén 24:16  La joven era muy hermosa, y además virgen, pues no había tenido relaciones sexuales con ningún hombre. Bajó hacia la fuente y llenó su cántaro. Ya se preparaba para subir
Gén 24:17  cuando el criado corrió a su encuentro y le dijo: ¿Podría usted darme un poco de agua de su cántaro?
Gén 24:18  Sírvase, mi señor le respondió. Y en seguida bajó el cántaro y, sosteniéndolo entre sus manos, le dio de beber.
Gén 24:19  Cuando ya el criado había bebido, ella le dijo: Voy también a sacar agua para que sus camellos beban todo lo que quieran.
Gén 24:20  De inmediato vació su cántaro en el bebedero, y volvió corriendo al pozo para buscar más agua, repitiendo la acción hasta que hubo suficiente agua para todos los camellos.
Gén 24:21  Mientras tanto, el criado de Abraham la observaba en silencio, para ver si el Señor había coronado su viaje con el éxito.
Gén 24:22  Cuando los camellos terminaron de beber, el criado tomó un anillo de oro que pesaba seis gramos, y se lo puso a la joven en la nariz; [2] también le colocó en los brazos dos pulseras de oro que pesaban más de cien gramos, [3] y le preguntó:
Gén 24:23  ¿Podría usted decirme de quién es hija, y si habrá lugar en la casa de su padre para hospedarnos?
Gén 24:24  Soy hija de Betuel, el hijo de Milca y Najor respondió ella,
Gén 24:25  a lo que agregó: No sólo tenemos lugar para ustedes, sino que también tenemos paja y forraje en abundancia para los camellos.
Gén 24:26  Entonces el criado de Abraham se arrodilló y adoró al Señor
Gén 24:27  con estas palabras: "Bendito sea el Señor, el Dios de mi amo Abraham, que no ha dejado de manifestarle su amor y fidelidad, y que a mí me ha guiado a la casa de sus parientes."
Gén 24:28  La joven corrió hasta la casa de su madre, y allí contó lo que le había sucedido.
Gén 24:29  Tenía Rebeca un hermano llamado Labán, que salió corriendo al encuentro del criado, quien seguía junto a la fuente.
Gén 24:30  Labán se había fijado en el anillo y las pulseras en los brazos de su hermana, y también la había escuchado contar lo que el criado le había dicho. Por eso salió en busca del criado, y lo encontró junto a la fuente, con sus camellos.
Gén 24:31  ¡Ven, bendito del Señor! le dijo. ¿Por qué te quedas afuera? ¡Ya he preparado la casa y un lugar para los camellos!
Gén 24:32  El criado entró en la casa. En seguida Labán desaparejó los camellos, les dio paja y forraje, y llevó agua para que el criado y sus acompañantes se lavaran los pies.
Gén 24:33  Cuando le sirvieron de comer, el criado dijo: No comeré hasta haberles dicho lo que tengo que decir. Habla con toda confianza respondió Labán.
Gén 24:34  Yo soy criado de Abraham comenzó él.
Gén 24:35  El Señor ha bendecido mucho a mi amo y lo ha prosperado. Le ha dado ovejas y ganado, oro y plata, siervos y siervas, camellos y asnos.
Gén 24:36  Sara, la esposa de mi amo, le dio en su vejez un hijo, al que mi amo le ha dejado todo lo que tiene.
Gén 24:37  Mi amo me hizo jurar, y me dijo: No tomarás para mi hijo una mujer de entre las hijas de los cananeos, en cuyo país habito.
Gén 24:38  Al contrario, irás a la familia de mi padre, y le buscarás una esposa entre las mujeres de mis parientes.
Gén 24:39  Yo le pregunté a mi amo: ¿Y si la mujer no acepta venir conmigo?
Gén 24:40  Él me respondió: El Señor, en cuya presencia he caminado, enviará su ángel contigo, y él hará prosperar tu viaje para que consigas para mi hijo una esposa que pertenezca a la familia de mi padre.
Gén 24:41  Sólo quedarás libre del juramento si vas a ver a mi familia y ellos no te conceden a la joven.
Gén 24:42  "Cuando hoy llegué a la fuente, dije: Señor, Dios de mi amo Abraham, si es tu voluntad, te ruego que hagas prosperar mi viaje.
Gén 24:43  Aquí me tienes, a la espera junto a la fuente. Si una joven sale a buscar agua, y yo le digo: ‘Por favor, déjeme usted beber un poco de agua de su cántaro,
Gén 24:44  y ella me contesta: ‘Beba usted, y también le daré agua a sus camellos, que sea ella la mujer que tú, Señor, has escogido para el hijo de mi amo.
Gén 24:45  "Todavía no había terminado yo de orar cuando vi que Rebeca se acercaba con un cántaro sobre el hombro. Bajó a la fuente para sacar agua, y yo le dije: Por favor, déme usted de beber.
Gén 24:46  En seguida bajó ella su cántaro y me dijo: Beba usted, y también les daré de beber a sus camellos. Mientras yo bebía, ella les dio agua a los camellos.
Gén 24:47  Luego le pregunté: ¿Hija de quién es usted? Y cuando ella me respondió: Soy hija de Betuel, el hijo de Najor y de Milca, yo le puse un anillo en la nariz y pulseras en los brazos,
Gén 24:48  y me incliné para adorar al Señor. Bendije al Señor, el Dios de Abraham, que me guió por el camino correcto para llevarle al hijo de mi amo una parienta cercana suya.
Gén 24:49  Y ahora, si desean mostrarle lealtad y fidelidad a mi amo, díganmelo; y si no, díganmelo también. Así yo sabré qué hacer.
Gén 24:50  Labán y Betuel respondieron: Sin duda todo esto proviene del Señor, y nosotros no podemos decir ni que sí ni que no.
Gén 24:51  Aquí está Rebeca; tómela usted y llévesela para que sea la esposa del hijo de su amo, tal como el Señor lo ha dispuesto.
Gén 24:52  Al escuchar esto, el criado de Abraham se postró en tierra delante del Señor.
Gén 24:53  Luego sacó joyas de oro y de plata, y vestidos, y se los dio a Rebeca. También entregó regalos a su hermano y a su madre.
Gén 24:54  Más tarde, él y sus acompañantes comieron y bebieron, y pasaron allí la noche. A la mañana siguiente, cuando se levantaron, el criado de Abraham dijo: Déjenme ir a la casa de mi amo.
Gén 24:55  Pero el hermano y la madre de Rebeca le respondieron: Que se quede la joven con nosotros unos diez días, y luego podrás irte.
Gén 24:56  No me detengan repuso el criado. El Señor ha prosperado mi viaje, así que déjenme ir a la casa de mi amo.
Gén 24:57  Llamemos a la joven, a ver qué piensa ella respondieron.
Gén 24:58  Así que llamaron a Rebeca y le preguntaron: ¿Quieres irte con este hombre? Sí respondió ella.
Gén 24:59  Entonces dejaron ir a su hermana Rebeca y a su nodriza con el criado de Abraham y sus acompañantes.
Gén 24:60  Y bendijeron a Rebeca con estas palabras: "Hermana nuestra: ¡que seas madre de millares! ¡Que dominen tus descendientes las ciudades de sus enemigos!"
Gén 24:61  Luego Rebeca y sus criadas se prepararon, montaron en los camellos y siguieron al criado de Abraham. Así fue como él tomó a Rebeca y se marchó de allí.
Gén 24:62  Ahora bien, Isaac había vuelto del pozo de Lajay Roí, porque vivía en la región del Néguev.
Gén 24:63  Una tarde, salió a dar un paseo [4] por el campo. De pronto, al levantar la vista, vio que se acercaban unos camellos.
Gén 24:64  También Rebeca levantó la vista y, al ver a Isaac, se bajó del camello
Gén 24:65  y le preguntó al criado: ¿Quién es ese hombre que viene por el campo a nuestro encuentro? Es mi amo contestó el criado. Entonces ella tomó el velo y se cubrió.
Gén 24:66  El criado le contó a Isaac todo lo que había hecho.
Gén 24:67  Luego Isaac llevó a Rebeca a la carpa de Sara, su madre, y la tomó por esposa. Isaac amó a Rebeca, y así se consoló de la muerte de su madre.

Gén 24:1  Abraham ya era un anciano de edad avanzada, y el Señor lo había bendecido en todo.
Gén 24:2  Entonces dijo al servidor más antiguo de su casa, el que le administraba todos los bienes: "Coloca tu mano debajo de mi muslo,
Gén 24:3  y júrame por el Señor, Dios del Cielo y de la tierra, que no buscarás una esposa para mi hijo entre las hijas de los cananeos, con los que estoy viviendo,
Gén 24:4  sino que irás a mi país natal, y de allí traerás una esposa para Isaac".
Gén 24:5  El servidor le dijo: "Si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra, ¿debo hacer que tu hijo regrese al país de donde saliste?".
Gén 24:6  "Cuídate muy bien de llevar allí a mi hijo", replicó Abraham.
Gén 24:7  "El Señor, Dios del cielo, que me sacó de mi casa paterna y de mi país natal, y me prometió solemnemente dar esta tierra a mis descendientes, enviará su Ángel delante de ti, a fin de que puedas traer de allí una esposa para mi hijo.
Gén 24:8  Si la mujer no quiere seguirte, quedarás libre del juramento que me haces; pero no lleves allí a mi hijo".
Gén 24:9  El servidor puso su mano debajo del muslo de Abraham, su señor, y le prestó juramento respecto de lo que habían hablado.
Gén 24:10  Luego tomó diez de los camellos de su señor, y llevando consigo toda clase de regalos, partió hacia Aram Naharaim, hacia la ciudad de Najor.
Gén 24:11  Allí hizo arrodillar a los camellos junto a la fuente, en las afueras de la ciudad. Era el atardecer, la hora en que las mujeres salen a buscar agua.
Gén 24:12  Entonces dijo: "Señor, Dios de Abraham, dame hoy una señal favorable, y muéstrate bondadoso con mi patrón Abraham.
Gén 24:13  Yo me quedaré parado junto a la fuente, mientras las hijas de los pobladores de la ciudad vienen a sacar agua.
Gén 24:14  La joven a la que yo diga: "Por favor, inclina tu cántaro para que pueda beber", y que me responda: "Toma, y también daré de beber a tus camellos", esa será la mujer que has destinado para tu servidor Isaac. Así reconoceré que has sido bondadoso con mi patrón".
Gén 24:15  Aún no había terminado de hablar, cuando Rebeca, la hija de Betuel -el cual era a su vez hijo de Milcá, la esposa de Najor, el hermano de Abraham- apareció con un cántaro sobre el hombro.
Gén 24:16  Era una joven virgen, de aspecto muy hermoso, que nunca había tenido relaciones con ningún hombre. Ella bajó a la fuente, llenó su cántaro, y cuando se disponía a regresar,
Gén 24:17  el servidor corrió a su encuentro y le dijo: "Por favor, dame un trago de esa agua que llevas en el cántaro".
Gén 24:18  "Bebe, señor", respondió ella, y bajando el cántaro de su hombro, se apresuró a darle de beber.
Gén 24:19  Después que lo dejó beber hasta saciarse, añadió: "También sacaré agua hasta que tus camellos se sacien de beber".
Gén 24:20  En seguida vació su cántaro en el bebedero, y fue corriendo de nuevo a la fuente, hasta que sacó agua para todos los camellos.
Gén 24:21  Mientras tanto, el hombre la contemplaba en silencio, deseoso de saber si el Señor le permitiría lograr su cometido o no.
Gén 24:22  Cuando los camellos terminaron de beber, el hombre tomó un anillo de oro que pesaba medio siclo, y lo colocó en la nariz de la joven; luego le puso en los brazos dos pulseras de diez siclos.
Gén 24:23  Después le preguntó: "¿De quién eres hija? ¿Y hay lugar en la casa de tu padre para que podamos pasar la noche?".
Gén 24:24  Ella respondió: "Soy la hija de Betuel, el hijo que Milcá dio a Najor".
Gén 24:25  Y añadió: "En nuestra casa hay paja y forraje en abundancia, y también hay sitio para pasar la noche".
Gén 24:26  El hombre se inclinó y adoró al Señor,
Gén 24:27  diciendo: "Bendito sea el Señor, Dios de mi patrón Abraham, que nunca dejó de manifestarle su amor y su fidelidad. El ha guiado mis pasos hasta la casa de sus parientes".
Gén 24:28  Entretanto, la joven corrió a llevar la noticia a la casa de su madre.
Gén 24:29  Rebeca tenía un hermano llamado Labán.
Gén 24:30  Este, apenas vio el anillo y las pulseras que traía su hermana, y le oyó contar todo lo que el hombre le había dicho, salió rápidamente y se dirigió hacia la fuente en busca de él. Al llegar, lo encontró con sus camellos junto a la fuente.
Gén 24:31  Entonces le dijo: "¡Ven, bendito del Señor! ¿Por qué te quedas afuera, si yo he preparado mi casa y tengo lugar para los camellos?".
Gén 24:32  El hombre entró en la casa. En seguida desensillaron los camellos, les dieron agua y forraje, y trajeron agua para que él y sus acompañantes se lavaran los pies.
Gén 24:33  Pero cuando le sirvieron de comer, el hombre dijo: "No voy a comer, si antes no expongo el asunto que traigo entre manos". "Habla", le respondió Labán.
Gén 24:34  El continuó: "Yo soy servidor de Abraham.
Gén 24:35  El Señor colmó de bendiciones a mi patrón y lo hizo prosperar, dándole ovejas y vacas, plata y oro, esclavos y esclavas, camellos y asnos.
Gén 24:36  Y su esposa Sara, siendo ya anciana, le dio un hijo, a quien mi patrón legó todos sus bienes.
Gén 24:37  Ahora bien, mi patrón me hizo prestar un juramento diciendo: "No busques una esposa para mi hijo entre las hijas de los cananeos, en cuyo país resido.
Gén 24:38  Ve, en cambio, a mi casa paterna, y busca entre mis familiares una esposa para mi hijo".
Gén 24:39  "¿Y si la mujer se niega a venir conmigo?", le pregunté.
Gén 24:40  Pero él me respondió: "El Señor, en cuya presencia he caminado siempre, enviará su Ángel delante de ti, y hará que logres tu cometido, trayendo para mi hijo una esposa de mi propia familia, de mi casa paterna.
Gén 24:41  Para quedar libre del juramento que me haces, debes visitar primero a mis familiares. Si ellos no quieren dártela, el juramento ya no te obligará".
Gén 24:42  Por eso hoy, al llegar a la fuente, dije: "Señor, Dios de mi patrón Abraham, permíteme llevar a cabo la misión que he venido a realizar.
Gén 24:43  Yo me quedaré parado junto a la fuente, y cuando salga una joven a buscar agua, le diré: Déjame beber un poco de agua de tu cántaro.
Gén 24:44  Y si ella me responde: Bebe, y también sacaré agua para que beban tus camellos, esa será la mujer que tú has destinado para el hijo de mi señor".
Gén 24:45  Apenas terminé de decir estas cosas, salió Rebeca con un cántaro sobre el hombro. Y cuando bajó a la fuente para sacar agua, le dije: "Por favor, dame de beber".
Gén 24:46  Ella se apresuró a bajar el cántaro de su hombro y respondió: "Bebe, y también daré de beber a tus camellos". Yo bebí, y ella dio agua a los camellos".
Gén 24:47  Después le pregunté: "¿De quién eres hija?". "Soy hija de Betuel, el hijo que Milcá dio a Najor", respondió ella. Yo le puse el anillo en la nariz y las pulseras en los brazos,
Gén 24:48  y postrándome, adoré y bendije al Señor, el Dios de Abraham, que me guió por el buen camino, para que pudiera llevar al hijo de mi patrón una hija de su pariente.
Gén 24:49  Y ahora, si ustedes están dispuestos a ofrecer a mi patrón una auténtica prueba de amistad, díganmelo; si no, díganmelo también. Así yo sabré a qué atenerme".
Gén 24:50  Labán y Betuel dijeron: "Todo esto viene del Señor. Nosotros no podemos responderte ni sí ni no.
Gén 24:51  Ahí tienes a Rebeca: llévala contigo, y que sea la esposa de tu patrón, como el Señor lo ha dispuesto:.
Gén 24:52  Cuando el servidor de Abraham oyó estas palabras, se postró en tierra delante del Señor.
Gén 24:53  Luego sacó unos objetos de oro y plata y algunos vestidos, y se los obsequió a Rebeca. También entregó regalos a su hermano y a su madre.
Gén 24:54  Después él y sus acompañantes comieron y bebieron, y pasaron la noche allí. A la mañana siguiente, apenas se levantaron, el servidor dijo: "Déjenme regresar a la casa de mi patrón".
Gén 24:55  El hermano y la madre de Rebeca respondieron: "Que la muchacha se quede con nosotros unos diez días más. Luego podrás irte".
Gén 24:56  Pero el servidor replicó: "No me detengan, ahora que el Señor me permitió lograr mi cometido. Déjenme ir, y volveré a la casa de mi patrón".
Gén 24:57  Ellos dijeron: "Llamemos a la muchacha, y preguntémosle qué opina".
Gén 24:58  Entonces llamaron a Rebeca y le preguntaron: "¿Quieres irte con este hombre?". "Sí", respondió ella.
Gén 24:59  Ellos despidieron a Rebeca y a su nodriza, lo mismo que al servidor y a sus acompañantes,
Gén 24:60  y la bendijeron, diciendo: "Hermana nuestra, que nazcan de ti millares y decenas de millares; y que tus descendientes conquisten las ciudades de sus enemigos".
Gén 24:61  Rebeca y sus sirvientas montaron en los camellos y siguieron al hombre. Este tomó consigo a Rebeca, y partió.
Gén 24:62  Entretanto, Isaac había vuelto de las cercanías del pozo de Lajai Roí, porque estaba radicado en la región del Négueb.
Gén 24:63  Al atardecer salió a caminar por el campo, y vio venir unos camellos.
Gén 24:64  Cuando Rebeca vio a Isaac, bajó del camello
Gén 24:65  y preguntó al servidor: "¿Quién es ese hombre que viene hacia nosotros por el campo?". "Es mi señor", respondió el servidor. Entonces ella tomó su velo y se cubrió.
Gén 24:66  El servidor contó a Isaac todas las cosas que había hecho,
Gén 24:67  y este hizo entrar a Rebeca en su carpa. Isaac se casó con ella y la amó. Así encontró un consuelo después de la muerte de su madre.

Gén 24:1  Abraham ya era muy anciano, y Dios lo había bendecido en todo.
Gén 24:2  Un día, Abraham le dijo a su mayordomo: —Pon tu mano debajo de mi pierna porque me vas a hacer un juramento.
Gén 24:3  Aunque vivo entre los cananeos, me vas a jurar por el Dios del cielo y de la tierra, que no casarás a mi hijo Isaac con ninguna mujer de Canaán. Más bien, ve a mi tierra y busca entre mis familiares una esposa para él.
Gén 24:5  Pero el mayordomo le contestó: —¿Y qué pasa si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra? ¿Debo entonces llevar a tu hijo para que él mismo la busque?
Gén 24:6  Y Abraham le dijo: —¡Más te vale que no lo hagas!
Gén 24:7  Cuando el Dios del cielo me pidió que dejara la casa de mi padre y mi país, me prometió bajo juramento que esta tierra se la daría a mis descendientes. Así que él enviará delante de ti a su ángel, para que encuentres allá una esposa para mi hijo.
Gén 24:8  Si ella no quiere venir contigo, quedarás libre de tu juramento. ¡Pero de ningún modo permitiré que te lleves a mi hijo!
Gén 24:9  El mayordomo se comprometió con su amo Abraham a cumplir el juramento,
Gén 24:10  y luego de tomar diez camellos y lo mejor que tenía su amo, se puso en marcha hacia el pueblo de Nahor, que está en Mesopotamia.
Gén 24:11  Caía la tarde cuando el mayordomo hizo descansar a los camellos cerca del pozo que está fuera del pueblo. A esa hora las mujeres salían a sacar agua del pozo.
Gén 24:12  Allí el mayordomo oró así: «Dios de mi amo Abraham, te ruego que seas bueno con mi amo; haz que hoy me vaya bien.
Gén 24:13  Mírame aquí, junto a este pozo. Ahora que las mujeres vienen a sacar agua,
Gén 24:14  permite que la muchacha a quien le pida que me dé a beber agua de su cántaro, no sólo me dé agua a mí sino también a los camellos. Así sabré que has sido bueno con mi amo, y que ella es la mujer que has elegido para Isaac, quien siempre te obedece en todo».
Gén 24:15  Todavía no había terminado de orar el mayordomo cuando llegó Rebeca, con su cántaro al hombro. Era hija de Betuel, y nieta de Milcá y de Nahor, el hermano de Abraham.
Gén 24:16  Rebeca era una muchacha muy hermosa, y soltera. Bajó al manantial y llenó su cántaro, y cuando ella subía,
Gén 24:17  el mayordomo corrió a su encuentro y le dijo: —Por favor, dame un poco de agua de tu cántaro.
Gén 24:18  Rebeca bajó enseguida el cántaro y le dijo: —Beba usted. Y con sus propias manos le dio a beber.
Gén 24:19  Cuando el mayordomo terminó de beber, ella misma dijo: —Ahora voy a sacar agua para sus camellos, para que beban toda el agua que quieran.
Gén 24:20  Rápidamente vació el cántaro en el bebedero y corrió al pozo para sacar más agua, hasta dar de beber a todos los camellos.
Gén 24:21  Mientras tanto, el mayordomo la miraba sin decir nada, pues quería saber si Dios le había ayudado a encontrar una esposa para Isaac.
Gén 24:22  Cuando los camellos acabaron de beber, el mayordomo puso en la nariz de Rebeca un anillo de oro que pesaba seis gramos. Además, le puso en los brazos dos pulseras de oro que pesaban más de cien gramos.
Gén 24:23  Entonces le preguntó: —Dime, por favor, ¿quién es tu padre? ¿Crees que mi gente y yo podríamos pasar la noche en su casa?
Gén 24:24  Rebeca respondió: —Soy hija de Betuel, el hijo de Milcá y de Nahor. En nuestra casa hay lugar para que pasen la noche, y también tenemos abundante comida para los camellos.
Gén 24:26  En ese momento el mayordomo se inclinó y dio gracias a Dios
Gén 24:27  con estas palabras: «¡Alabado seas, Dios de mi amo Abraham, pues siempre has sido bueno y fiel con mi amo! ¡Has guiado mis pasos hasta la casa de sus familiares!»
Gén 24:28  Al oír esto, Rebeca corrió a su casa para contarle a su madre lo sucedido.
Gén 24:29  Su hermano Labán vio el anillo y las pulseras que Rebeca traía puestas, y la oyó contar lo que aquel hombre le había dicho. Entonces salió corriendo a buscar al mayordomo, y lo encontró junto a los camellos, cerca del pozo.
Gén 24:31  Al verlo, Labán le dijo: «¡Bienvenido! Dios lo ha traído con bien hasta este lugar. Venga usted a mi casa; no se quede aquí afuera. ¡Ya he preparado un lugar para usted, y también para los camellos!»
Gén 24:32  El mayordomo lo acompañó, y una vez en la casa, Labán les dio agua a él y a sus hombres para que se bañaran. A los camellos les quitaron la carga y les dieron de comer.
Gén 24:33  Cuando le sirvieron de comer, el mayordomo dijo: —No comeré hasta que les cuente por qué estoy aquí. Labán lo dejó hablar,
Gén 24:34  y el mayordomo dijo: —Mi amo Abraham
Gén 24:35  es muy rico, pues Dios lo ha bendecido mucho. Le ha dado ovejas, ganado, plata, oro, sirvientes, sirvientas, camellos y burros.
Gén 24:36  Además, él y su esposa Sara tuvieron un hijo, a pesar de ser ya muy ancianos, y a ese hijo mi amo le ha entregado todas sus riquezas.
Gén 24:37  A mí me hizo jurarle que no casaría a su hijo con ninguna mujer de Canaán.
Gén 24:38  Más bien, me pidió venir acá y buscarle esposa entre sus familiares.
Gén 24:39  »Yo le pregunté: “¿Y qué hago si la mujer no quiere acompañarme?”
Gén 24:40  Entonces mi amo dijo: “Toda mi vida he obedecido a Dios, así que él enviará su ángel para que te acompañe y haga que te vaya bien en tu viaje. Pero tú debes buscarle a mi hijo una esposa entre mis familiares.
Gén 24:41  Si ellos no quieren dártela, quedarás libre del juramento que me has hecho”.
Gén 24:42  »Hoy, cuando llegué al pozo, hice esta oración: “Dios de mi amo Abraham, si tú así lo quieres, haz que me vaya bien en este viaje.
Gén 24:43  Mírame aquí, parado junto a este pozo. Si una muchacha viene a sacar agua, y yo le pido que me dé a beber un poco de agua de su cántaro,
Gén 24:44  y ella acepta darme agua y saca también agua para los camellos, entenderé que ella es la que tú has elegido como esposa para el hijo de mi amo”.
Gén 24:45  »Todavía no terminaba de orar cuando llegó Rebeca con su cántaro al hombro. Bajó y sacó agua, y cuando yo le pedí que me diera de beber,
Gén 24:46  enseguida bajó su cántaro y me dio, lo mismo que a los camellos. Una vez que bebí,
Gén 24:47  le pregunté quién era su padre, y ella me contestó que era Betuel, el hijo de Nahor y Milcá. »Fue entonces cuando le puse el anillo en la nariz, y las pulseras en los brazos;
Gén 24:48  luego me incliné para adorar y bendecir al Dios de mi amo Abraham, pues me guió directamente hasta la nieta del hermano de mi amo, para tomarla como esposa para su hijo.
Gén 24:49  Ahora bien, díganme si piensan ser fieles con mi amo y tratarlo bien; y si no, díganmelo también; así sabré qué camino tomar.
Gén 24:50  Labán y su familia —Todo esto viene de Dios, y nosotros no podemos decirle a usted ni una cosa ni otra.
Gén 24:51  Pero aquí está Rebeca. Puede usted llevársela, y que se case con el hijo de su amo, ya que así lo ha decidido Dios.
Gén 24:52  Al oír esto, el mayordomo se inclinó hasta el suelo y dio gracias a Dios;
Gén 24:53  luego sacó joyas de oro y plata, y vestidos, y se los dio a Rebeca. A su hermano y a su madre también les dio valiosos regalos.
Gén 24:54  Después de eso, él y sus hombres comieron y bebieron, y pasaron la noche allí. A la mañana siguiente, cuando se levantaron, el mayordomo pidió permiso para volver a la casa de su amo,
Gén 24:55  pero el hermano y la madre de Rebeca respondieron: —Deje usted que la muchacha se quede con nosotros unos días más, y entonces podrá irse.
Gén 24:56  Pero el mayordomo les rogó: —¡No me detengan más! Ya Dios me ha dado éxito en mi viaje, así que déjenme volver a la casa de mi amo.
Gén 24:57  Ellos llamaron a Rebeca y le preguntaron: —¿Quieres irte con este hombre? Como Rebeca respondió que sí,
Gén 24:59  la dejaron ir junto con la mujer que la había cuidado desde niña, el mayordomo y sus hombres.
Gén 24:60  Su familia la despidió con esta bendición: «Querida hermana nuestra, deseamos que llegues a tener miles y miles de descendientes, y que ellos lleguen a conquistar las ciudades de sus enemigos».
Gén 24:61  Entonces se levantó Rebeca, junto con sus sirvientas, y montando en los camellos se fueron siguiendo al mayordomo. Así fue como él se llevó a Rebeca.
Gén 24:62  Isaac vivía en el desierto del sur, pero esa tarde llegó hasta el pozo que se llama «Pozo del Dios que vive y todo lo ve».
Gén 24:63  Había salido a dar un paseo por el campo. De pronto, alzó la vista y vio que unos camellos se acercaban.
Gén 24:64  También Rebeca alzó la vista, y al ver a Isaac se bajó del camello
Gén 24:65  y le preguntó al mayordomo: —¿Quién es aquel hombre que viene por el campo a nuestro encuentro? El mayordomo respondió: —¡Es mi amo! Entonces ella tomó un velo y se cubrió la cara.
Gén 24:66  Y luego de que el mayordomo le contó a Isaac todos los detalles del viaje,
Gén 24:67  Isaac llevó a Rebeca a la tienda de campaña de su madre Sara, y se casó con ella. Así fue como Rebeca llegó a ser su esposa, y él la amó mucho. Esto le ayudó a Isaac a olvidar la muerte de su madre.

Gén 24:1  Ahora Avraham ya era viejo, avanzado en años; y YAHWEH había bendecido a Avraham en todo.
Gén 24:2  Avraham dijo al sirviente que le había servido por más tiempo, quien estaba a cargo de todo lo que poseía: "Pon tu mano debajo de mi muslo;
Gén 24:3  porque yo quiero que jures por YAHWEH, Elohim del cielo y Elohim de la tierra, que tú no escogerás una esposa para mi hijo de entre las mujeres de Kenaan, entre quienes estoy habitando;
Gén 24:4  sino que irás a mi tierra, donde yo nací, y a mi tribu, y tú tomarás de allí una esposa para mi hijo Yitzjak."
Gén 24:5  El sirviente respondió: "Supón que la mujer no está dispuesta a seguirme a esta tierra. ¿Debo entonces llevar a tu hijo a la tierra de la cual tú viniste? "
Gén 24:6  Avraham le dijo: "Ocúpate de no llevar a mi hijo de regreso allá.
Gén 24:7  YAHWEH el Elohim del cielo, el Elohim de la tierra – quien me sacó de la casa de mi padre y lejos de la tierra donde crecí, quien me habló y me juró: 'Yo daré esta tierra a ti a tu zera' – El enviará su malaj delante de ti; y tú tomarás una esposa para mi hijo Yitzjak de allí.
Gén 24:8  Pero si la mujer no quiere seguirte, entonces serás libre de tu obligación bajo mi juramento. Sólo no lleves a mi hijo de regreso allá."
Gén 24:9  El sirviente puso su mano debajo del muslo de Avraham su amo y le juró referente al asunto.
Gén 24:10  Entonces el sirviente tomó diez de los camellos de su amo y toda clase de regalos de su amo con él, se levantó y fue a Aram-Naharayim, a la ciudad de Najor.
Gén 24:11  Hacia el anochecer, cuando las mujeres salen a sacar agua, él hizo que los camellos se arrodillaran fuera de la ciudad junto al pozo.
Gén 24:12  El dijo: "YAHWEH, Elohim de mi amo Avraham, por favor déjame tener éxito hoy; y muestra tu gracia a mi amo Avraham.
Gén 24:13  Aquí estoy, parado junto a la fuente de agua, mientras las hijas de los hombres del pueblo salen a sacar agua.
Gén 24:14  Yo diré a una de las vírgenes: 'Por favor baja tu cántaro, para que yo pueda beber.' Si ella respond e: 'Sí, bebe; y yo daré agua a tus camellos también,' entonces que sea ella la que tú has destinado para tu siervo Yitzjak. Así es como conoceré que has mostrado gracia a mi amo."
Gén 24:15  Antes de que él hubiera terminado de hablar, Rivkah la hija de Betuel, hijo de Milkah, la esposa de Najor, el hermano de Avraham, salió con su cántaro sobre su hombro.
Gén 24:16  La virgen era muy bonita, una virgen, nunca había tenido relaciones sexuales con ningún hombre. Ella descendió a la fuente de agua, llenó su cántaro y subió.
Gén 24:17  El sirviente corrió a encontrarse con ella, y dijo: "Por favor dame un poco de agua de tu cántaro para beber."
Gén 24:18  "Bebe, mi señor," ella respondió, e inmediatamente bajó el cántaro a sus manos y dejó que él bebiera,
Gén 24:19  hasta que cesó de beber, y ella dijo: "Además, sacaré agua para tus camellos hasta que hayan bebido hasta saciarse."
Gén 24:20  Ella se dio prisa y vació su cántaro en la pila, entonces corrió de nuevo al pozo para sacar agua, y siguió sacando agua para todos sus camellos.
Gén 24:21  El hombre la observó en silencio, queriendo saber si YAHWEH había prosperado su viaje o no.
Gén 24:22  Cuando los camellos habían terminado de beber el hombre tomó un pendiente de nariz de oro que pesaba una quinta parte de una onza y dos brazaletes de oro que pesaban cuatro onzas,
Gén 24:23  y él le preguntó a ella: "¿De quién eres tú hija? Dime, por favor. ¿Hay lugar en la casa de tu padre para que nosotros pasemos la noche? "
Gén 24:24  Ella respondió: "Yo soy la hija de Betuel el hijo que Milkah le dio a Najor,"
Gén 24:25  añadiendo: "Tenemos mucha paja y forraje, y espacio para que pasen la noche."
Gén 24:26  El hombre, estando bien complacido, inclinó su cabeza y se postró delante de YAHWEH.
Gén 24:27  Entonces dijo: "Bendito sea YAHWEH, Elohim de mi amo Avraham, quien no ha abandonado su fiel amor por mi amo; porque YAHWEH me ha guiado a la casa de los parientes de mi amo."
Gén 24:28  La muchacha corrió, y dijo a la casa de su madre lo que había pasado.
Gén 24:29  (29-30) Rivkah tenía un hermano llamado Lavan. Cuando él vio el pendiente de nariz, y, además, los brazaletes en las muñecas de su hermana, y cuando él oyó el reporte de su hermana Rivkah de lo que el hombre le había dicho a ella, corrió hacia la fuente de agua y encontró al hombre parado allí junto a los camellos.
Gén 24:30  (29-30)
Gén 24:31  "Ven adentro," él dijo, "¡tú a quien YAHWEH ha bendecido! ¿Por qué estás parado afuera cuando yo he hecho lugar en la casa y he preparado un lugar para los camellos? "
Gén 24:32  Así que el hombre entró, y mientras los camellos estaban siendo descargados y proveídos con paja y forraje, agua le fue traída para lavarse sus pies y los pies de los hombres con él.
Gén 24:33  Pero cuando una comida le fue puesta delante, él dijo: "No comeré hasta que diga lo que tengo que decir." Lavan dijo: "Habla."
Gén 24:34  El dijo: "Yo soy el sirviente de Avraham.
Gén 24:35  YAHWEH ha bendecido a mi amo grandemente, él es exaltado. El le ha dado rebaños y manadas, plata y oro, esclavos y esclavas, camellos y asnos.
Gén 24:36  Sarah la esposa de mi amo le dio un hijo cuando ya era vieja, y él le ha dado todo lo que tiene.
Gén 24:37  Mi amo me hizo jurar, diciendo: 'No escogerás una esposa para mi hijo de entre las mujeres de Kenaan, entre quienes estoy habitando;
Gén 24:38  más bien, irás a la casa de mi padre, a mi tribu, para escoger una esposa para mi hijo.'
Gén 24:39  Yo dije a mi amo: "Supón que la mujer no quiere seguirme.'
Gén 24:40  Avraham me dijo: 'YAHWEH, en cuya presencia yo he estado bie n placentero, enviará su malaj contigo para hacer tu viaje exitoso; y tú escogerás una esposa para mi hijo de mi tribu en la casa de mi padre;
Gén 24:41  esto te librará de la maldición bajo mi juramento. Pero si cuando vayas a mi tribu, ellos rehúsan dártela, esto también te librará de mi juramento.'
Gén 24:42  "Así que hoy, yo vine a la fuente de agua, y dije: "YAHWEH, Elohim de mi amo Avraham, sí Tú estás causando que mi viaje tenga éxito en su propósito,
Gén 24:43  entonces, aquí estoy, parado junto a la fuente de agua. Diré a una de las muchachas que salen a sacar agua: "Déjame beber un poco de agua de tu cántaro."
Gén 24:44  Si ella responde: "Si, bebe, y daré de beber a tus camellos también," entonces deja que ella sea la esposa que YAHWEH ha preparado para su propio siervo Yitzjak y, por lo tanto, yo sabré que Tú has traído misericordia sobre mi amo Avraham.'
Gén 24:45  Y aun antes de que yo terminara de hablar a mi corazón allí vino Rivkah, saliendo con su cántaro sobre su hombro; ella descendió a la fuente y sacó agua. Cuando yo le dije: 'Por favor dame un poco para beber,
Gén 24:46  ella inmediatamente bajó el cántaro de su hombro, y dijo: 'Bebe, y yo daré de beber a tus camellos también.' Así que bebí, y ella hizo que los camellos bebieran también.
Gén 24:47  "Yo le pregunté: '¿De quién eres tú hija? ' Y ella respondió: 'La hija de Betuel hijo de Najor, quien Milkah le dio a luz.' Entonces puse el pendiente en su nariz y brazaletes en sus muñecas,
Gén 24:48  y estando bien complacido incliné mi cabeza, me postré delante de YAHWEH y bendije a YAHWEH, Elohim de mi amo Avraham, por haberme guiado en la dirección correcta para obtener la nieta del hermano de mi amo para su hijo.
Gén 24:49  "Así que si ustedes tienen intenciones de mostrar gracia y justicia a mi amo, díganmelo. Pero si no, díganme, para poder ir a otra parte."
Gén 24:50  Lavan y Betuel respondieron: "Puesto que esto viene de YAHWEH, no podemos decir nada a ti bueno o malo.
Gén 24:51  Rivkah está aquí delante de ti; tómala y vete. Que ella sea la esposa del hijo de tu amo, como YAHWEH ha dicho."
Gén 24:52  Cuando el sirviente de Avraham oyó lo que ellos dijeron, se postró en tierra para YAHWEH.
Gén 24:53  Entonces el sirviente sacó plata y joyas de oro, junto con ropa, y los dio a Rivkah. El también dio regalos valiosos al hermano de ella y a su madre.
Gén 24:54  El y sus hombres entonces comieron, bebieron y fueron a dormir. En la mañana él se levantó, y dijo: "Envíennos a nuestro amo."
Gén 24:55  El hermano de ella y su madre dijeron: "Deja que la virgen se quede por unos días, por lo menos diez. Después de eso, ella irá."
Gén 24:56  El les respondió: "No me atrasen, puesto que YAHWEH ha prospe rado mi viaje, sino déjenme ir de vuelta a mi amo."
Gén 24:57  Ellos dijeron: "Llamaremos a la virgen y veremos lo que ella dice."
Gén 24:58  Ellos llamaron a Rivkah, y le preguntaron: "¿Irás con este hombre? " Y ella dijo: "Iré."
Gén 24:59  Así que ellos despidieron a Rivkah, con su sirvienta y sus bienes, a los sirvientes de Avraham y a sus hombres.
Gén 24:60  Ellos bendijeron a Rivkah con estas palabras: "Nuestra hermana, que tú seas la madre de millones, y que tu zera posea las ciudades de aquellos que los odian.[78]"
Gén 24:61  Entonces Rivkah y sus sirvientas se montaron en los camellos y siguieron al hombre. Por tanto, el sirviente tomó a Rivkah y se fue por su camino.
Gén 24:62  Mientras tanto, Yitzjak, un atardecer después de venir por el camino de Beer-Lajai-Roi – él estaba viviendo en la tierra del sur –
Gén 24:63  salió a caminar por el campo hacia el atardecer para meditar, y mientras alzó su mirada, vio camellos que se acercaban.
Gén 24:64  Rivkah también alzó su mirada; y cuando ella vio a Yitzjak, deprisa se desmontó de su camello.
Gén 24:65  Ella dijo al sirviente: "¿Quién es ese hombre que camina por el campo para recibirnos? " Cuando el sirviente respondió: "Es mi amo," ella tomó su velo y se cubrió.[79]
Gén 24:66  El sirviente le dijo a Yitzjak todo lo que había hecho.
Gén 24:67  Entonces Yitzjak le trajo adentro de la tienda de su madre y tomó a Rivkah, y ella fue su esposa, y él la amó. Así fue Yitzjak consolado por la pérdida de Sarah su madre.

Gén 24:1  Abrahán era ya un anciano muy avanzado en edad, y Yavé le había favorecido en todo.
Gén 24:2  Abrahán dijo a su servidor más antiguo, que era su mayordomo: "Pon tu mano bajo mi muslo,
Gén 24:3  y júrame por Yavé, Dios del cielo y de la tierra, que no tomarás para mi hijo una mujer de raza cananea, pues vivo en medio de éstos,
Gén 24:4  sino que irás a mi país, a buscar entre mi parentela una mujer para mi hijo Isaac."
Gén 24:5  El servidor le respondió: "Y si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra, ¿tendré que llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?"
Gén 24:6  Abrahán le contestó: "Por ningún motivo llevarás allá a mi hijo.
Gén 24:7  Pues Yavé, Dios del cielo y de la tierra, que me sacó de la familia de mi padre y del país donde nací, me prometió con juramento que entregaría este país a mis descendientes. Y enviará a su Angel delante de ti, para que traigas de allá una mujer para mi hijo.
Gén 24:8  Si la mujer no quiere seguirte, quedarás libre de este juramento. Pero en ningún caso llevarás para allá a mi hijo."
Gén 24:9  El mayordomo colocó su mano debajo del muslo de su patrón Abrahán, y le juró que cumpliría este encargo.
Gén 24:10  Luego el servidor escogió diez camellos entre los de su patrón y se puso en marcha, llevando todo lo mejor que poseía Abrahán. Y caminó hasta alcanzar la ciudad de Najor, en el país de Aram.
Gén 24:11  Era ya tarde, la hora en que las mujeres salen a buscar agua al pozo; hizo arrodillar a los camellos junto al pozo, en las afueras de la ciudad.
Gén 24:12  Entonces el mayordomo oró así: "Yavé, Dios de mi patrón Abrahán, haz que me vaya bien hoy y muestra tu benevolencia para con mi patrón Abrahán.
Gén 24:13  Voy a quedarme junto a la fuente, mientras las muchachas de la ciudad vienen a buscar agua,
Gén 24:14  y a una de ellas le voy a decir: "Por favor, inclina tu cántaro para que yo pueda tomar agua." Si ella me responde: "Toma y daré también de beber a tus camellos", haz que sea ella la que tú has destinado para tu servidor Isaac. Esta será para mí la señal de que has escuchado a mi patrón."
Gén 24:15  No había terminado de orar, cuando salió Rebeca con su cántaro al hombro. Era la hija de Batuel, el hijo de Milcá, esposa de Najor, hermano de Abrahán.
Gén 24:16  La joven era muy bella y aún virgen, pues no había tenido contacto con ningún hombre. Bajó a la fuente, llenó el cántaro y subió.
Gén 24:17  Entonces el hombre corrió a su encuentro y le dijo: "Por favor, dame un poco de agua de tu cántaro."
Gén 24:18  Ella respondió: "Bebe, mi señor." Y bajando inmediatamente el cántaro sobre su mano le dio de beber.
Gén 24:19  Cuando hubo acabado de darle agua, le dijo: "También sacaré agua para tus camellos hasta que se sacien."
Gén 24:20  Vació rápidamente su cántaro en la pila, corrió de nuevo al pozo a sacar agua y trajo para todos sus camellos.
Gén 24:21  Entretanto el hombre la contemplaba en silencio, preguntándose si Yavé habría hecho que su viaje tuviera éxito o no.
Gén 24:22  Cuando acabaron de beber los camellos, él sacó un anillo de oro de seis gramos y se lo puso a la joven en las narices. Luego tomó para sus brazos dos brazaletes de oro de unos sesenta gramos.
Gén 24:23  Y le dijo: "Dime, por favor, ¿de quién eres hija? ¿Habrá lugar en la casa de tus padres para pasar la noche?"
Gén 24:24  Ella le respondió: "Soy hija de Batuel, el hijo que Milcá le dio a Najor."
Gén 24:25  Y prosiguió: "Tenemos paja y forraje en abundancia, y también hay lugar para pasar la noche."
Gén 24:26  Entonces el hombre cayó de rodillas y adoró a Yavé,
Gén 24:27  diciendo: "Bendito sea Yavé, Dios de mi señor Abrahán, pues ha mostrado una vez más su bondad y fidelidad para con mi patrón, y me ha conducido a la casa del hermano de mi amo."
Gén 24:28  Mientras tanto la joven corrió y contó a la casa de su madre todo lo sucedido.
Gén 24:29  Rebeca tenía un hermano llamado Labán.
Gén 24:30  Cuando vio el anillo y los brazaletes que llevaba su hermana, y oyó decir a Rebeca: "Esto me ha dicho ese hombre...", corrió a buscar al hombre que estaba de pie junto a los camellos, al lado del pozo.
Gén 24:31  Y le dijo: "¡Oh bendito de Yavé! ¿Por qué te quedas afuera? Ven. He despejado un sitio en la casa y hay cabida para tus camellos."
Gén 24:32  Entonces el hombre entró en la casa y desensilló los camellos. Dieron paja y forraje a los camellos, y a él y sus acompañantes les trajeron agua para que se lavaran los pies.
Gén 24:33  Después les ofrecieron comida. Pero él dijo: "No comeré hasta que no diga lo que tengo que decir." Labán le dijo: "Habla."
Gén 24:34  Entonces empezó a decir: "Yo soy servidor de Abrahán.
Gén 24:35  Yavé ha bendecido y enriquecido a mi amo. Le ha dado ganado, ovejas, plata y oro, servidores y sirvientas, camellos y burros.
Gén 24:36  Ahora bien, siendo ya muy anciano, su esposa Sara le ha dado un hijo al que ha dejado todo lo que posee.
Gén 24:37  Mi patrón me hizo jurar y me ordenó: "No buscarás esposa para mi hijo de entre las mujeres cananeas, en cuyo país vivo,
Gén 24:38  sino que irás a la tierra de mi padre y buscarás en mi familia una esposa para mi hijo."
Gén 24:39  Yo le pregunté: "¿Y si ella no quiere seguirme?"
Gén 24:40  El me contestó: "Yavé, al que he servido siempre, mandará a su Angel para que te acompañe, y resulte tu viaje. Tomarás una mujer para mi hijo de entre mi parentela y de la casa de mi padre.
Gén 24:41  Quedarás libre de tu juramento con tan sólo llegar donde mi parentela: si ellos no te la quieren dar, quedarás libre."
Gén 24:42  Así, pues, al llegar hoy a la fuente hice esta súplica: "Yavé, Dios de mi señor Abrahán, si quieres que el viaje que he emprendido tenga éxito, concédeme lo siguiente:
Gén 24:43  Me voy a quedar parado al lado de la fuente, y cuando llegue alguna joven a sacar agua, le diré: "Dame un poco de agua de tu cántaro".
Gén 24:44  Y si me responde: "Toma, y luego sacaré más agua para tus camellos", que ésa sea la mujer que Yavé tiene destinada para el hijo de mi patrón.
Gén 24:45  Ni siquiera había terminado de decir estas palabras en mi interior, cuando apareció Rebeca, con su cántaro al hombro, y bajó a la fuente para sacar agua.
Gén 24:46  Yo le dije: "Por favor, dame de beber." Al momento bajó el cántaro de su hombro y dijo: "Toma, y también voy a dar agua a tus camellos." Bebí, pues, y después ella dio también agua a mis camellos.
Gén 24:47  En seguida le pregunté: "¿De quién eres hija?" Me respondió: "Soy hija de Batuel, el hijo de Najor y de Milcá." Entonces le puse el anillo en su nariz y los brazaletes en sus brazos,
Gén 24:48  e hincándome de rodillas, adoré a Yavé, bendiciendo al Dios de mi patrón Abrahán, que me había conducido por el buen camino para conseguir para su hijo a la hija del hermano de mi patrón.
Gén 24:49  Ahora, si ustedes tienen una respuesta buena y sincera para mi patrón, háganmelo saber; y si no, díganmelo también para que pueda tomar una decisión."
Gén 24:50  Labán y Batuel respondieron: "En todo esto está la mano de Yavé, y no tenemos nada que añadir.
Gén 24:51  Ahí tienes a Rebeca: tómala y llévala contigo. Que sea la esposa del hijo de tu patrón, como Yavé lo ha dispuesto."
Gén 24:52  Al oír esto el servidor de Abrahán, se echó por tierra adorando a Yavé.
Gén 24:53  Luego sacó joyas de oro y plata, y también vestidos, y se los dio a Rebeca. Hizo también valiosos regalos a su hermano y a su madre.
Gén 24:54  Luego él y sus acompañantes comieron y bebieron.
 Pasaron allí la noche, y a la mañana siguiente, apenas se levantaron, él dijo: "Permítanme volver donde mi señor."
Gén 24:55  Entonces el hermano y la madre de Rebeca contestaron: "Que la joven se quede todavía algunos días más con nosotros y después se irá."
Gén 24:56  Pero él insistió: "Si Yavé hizo que mi viaje tuviera éxito, ustedes ahora no me demoren, y déjenme volver a la casa de mi patrón."
Gén 24:57  Ellos le dijeron: "Llamemos entonces a la joven y pidámosle su parecer."
Gén 24:58  Llamaron pues a Rebeca y le preguntaron: "¿Quieres irte con este hombre?" Contestó: "Sí, me voy."
Gén 24:59  Entonces dejaron partir a su hermana Rebeca y a su nodriza con el servidor de Abrahán y sus hombres.
Gén 24:60  Y bendijeron a Rebeca, diciendo: "Hermana nuestra, ojalá des vida a multitudes, y que tus descendientes se impongan a sus enemigos."
Gén 24:61  Entonces se levantó Rebeca con sus criadas, montaron en los camellos y siguieron a los hombres. Fue así como el servidor de Abrahán se llevó a Rebeca.
Gén 24:62  Isaac acababa de volver del pozo de Lajay-Roi, pues estaba viviendo en el Negueb.
Gén 24:63  Al atardecer, como salía a dar un paseo por el campo, vio que se acercaban unos camellos.
Gén 24:64  También Rebeca divisó a Isaac, y al verlo se bajó del camello.
Gén 24:65  Y preguntó al mayordomo: "¿Quién es aquel hombre que viene por el campo a nuestro encuentro?" Le respondió: "Es mi patrón." Ella entonces tomó su velo y se cubrió el rostro.
Gén 24:66  El mayordomo contó a Isaac, todo lo que había hecho.
Gén 24:67  Isaac llevó a Rebeca a la tienda que había sido de su madre Sara. La hizo suya y fue su esposa. La amó y así se consoló por la muerte de su madre.

Gén 24:1  Abraham era ya muy viejo, y el Señor lo bendijo por todo lo que hizo.
Gén 24:2  Abraham llamó a su siervo más antiguo, el que estaba encargado de todas sus posesiones, y le dijo: —Pon tu mano debajo de mi muslo.
Gén 24:3  Quiero que me prometas ante el Señor, Dios del cielo y de la tierra, que no vas a elegir una esposa para mi hijo de entre las hijas de Canaán, entre quienes vivimos.
Gén 24:4  Prométeme que vas a ir a mi país, mi tierra natal, y allá vas a conseguir una esposa para mi hijo Isaac.
Gén 24:5  Entonces el siervo le dijo: —¿Qué hago si la mujer no quiere dejar su tierra para venir conmigo? ¿Me llevo a su hijo de regreso a esa ciudad que usted dejó?
Gén 24:6  Abraham respondió: —Asegúrate de no llevar a mi hijo a ese lugar.
Gén 24:7  El Señor, Dios del cielo, me sacó de la casa de mi papá y de mi tierra natal y me trajo aquí. Allá era el hogar de mi papá y de mi familia, pero Dios me prometió que esta nueva tierra le iba a pertenecer a mi familia. El Señor te va a mandar un ángel para que tú puedas elegir allá una esposa para mi hijo.
Gén 24:8  Si la mujer dice que no quiere venir contigo, quedarás libre de esta promesa, pero asegúrate de no llevar a mi hijo allá.
Gén 24:9  Luego el siervo puso su mano bajo el muslo de su amo Abraham e hizo la promesa.
Gén 24:10  Después el siervo tomó diez de los camellos de su amo y se fue, llevando también muchos regalos hermosos. Se fue a la ciudad donde Najor vivía, en Aram Najarayin.
Gén 24:11  Por la tarde cuando las mujeres salían a traer agua, el siervo hizo que los camellos se arrodillaran en la fuente, afuera de la ciudad.
Gén 24:12  Entonces el siervo dijo: «Oh Señor, Dios de mi amo Abraham, haz que me vaya bien hoy. Sé bondadoso con mi amo Abraham hoy.
Gén 24:13  Estoy de pie frente a la fuente y las mujeres del pueblo están saliendo a buscar agua.
Gén 24:14  Voy a decirle a una de ellas: “Por favor, baje su cántaro para que yo pueda beber”, haz que la que me responda: “¡Beba, y también le daré agua a sus camellos!” sea la mujer que tú has elegido para Isaac. Así sabré que has mostrado tu fiel amor a mi amo».
Gén 24:15  Entonces, antes de que el siervo terminara de orar, una muchacha llamada Rebeca, se acercó a la fuente. Ella era la hija de Betuel, el hijo de Milca, la esposa de Najor, el hermano de Abraham. Llevaba su cántaro en el hombro.
Gén 24:16  La muchacha era muy linda y era virgen; nunca se había acostado con ningún hombre. Fue hasta la fuente, llenó su cántaro y ya se iba,
Gén 24:17  cuando el siervo corrió a alcanzarla y le dijo: —Por favor, déjeme tomar un poco de agua de su cántaro.
Gén 24:18  Rebeca dijo: —Beba usted, señor. Rápidamente bajó su cántaro y sosteniéndolo con su mano, le dio para que tomara.
Gén 24:19  Cuando terminó de darle a él, dijo: —También les daré agua a sus camellos hasta que beban todo lo que quieran.
Gén 24:20  Rápidamente desocupó su cántaro en el bebedero y corrió a la fuente a traer más agua y les dio de beber a todos los camellos.
Gén 24:21  El hombre se quedó callado observándola. Quería estar seguro de que el Señor le había respondido y había hecho que le fuera bien en su viaje.
Gén 24:22  Cuando los camellos terminaron de beber, el hombre tomó un anillo de oro que pesaba como seis gramos y dos brazaletes de oro que pesaban como cien gramos
Gén 24:23  y dijo: —¿Quién es su papá? ¿Hay lugar en la casa de su papá para que los hombres que están conmigo y yo podamos pasar la noche y alojar los animales?
Gén 24:24  Rebeca le respondió: —Mi papá es Betuel, hijo de Milca y Najor.
Gén 24:25  Luego dijo: —Sí, tenemos mucha paja y forraje para que coman sus camellos y lugar para que puedan dormir.
Gén 24:26  El siervo se inclinó y adoró al Señor.
Gén 24:27  Dijo: «Bendito sea el Señor, Dios de mi amo Abraham, quien le ha mostrado su fiel amor y lealtad a mi amo y me ha llevado hacia la casa de los parientes de mi amo».
Gén 24:28  Después Rebeca corrió a contarle todo esto a su familia.
Gén 24:29  Ella tenía un hermano llamado Labán, quien corrió afuera hacia el hombre que estaba junto a la fuente.
Gén 24:30  Rebeca contó todo lo que le había dicho ese hombre, y Labán la estaba oyendo. Cuando Labán vio el anillo y los brazaletes que llevaba su hermana en los brazos, se acercó al hombre que estaba de pie junto a la fuente, al lado de sus camellos,
Gén 24:31  y le dijo: —Ven, bendito del Señor, ¿qué haces parado ahí afuera? Te he preparado alojamiento y un lugar para tus camellos.
Gén 24:32  Entonces, el siervo de Abraham entró en la casa. Labán le ayudó con los camellos y les dio paja y forraje a los camellos. Después le dio agua para que él y los hombres que estaban con él se lavaran los pies.
Gén 24:33  Luego Labán le sirvió comida al siervo de Abraham, pero él dijo: —No voy a comer nada hasta que diga lo que tengo que decir. Entonces Labán dijo: —Dime.
Gén 24:34  El siervo dijo: —Yo soy el siervo de Abraham.
Gén 24:35  El Señor ha bendecido a mi amo en todo y él se ha convertido en un hombre muy rico. Le ha dado ovejas, ganado, oro, plata, esclavos, esclavas, camellos y burros.
Gén 24:36  Sara, la esposa de mi amo, dio a luz a un hijo cuando era ya muy vieja. Abraham le dio a su hijo todo lo que él tiene.
Gén 24:37  Mi amo me obligó a hacerle una promesa. Me dijo: “No consigas esposa para mi hijo entre las mujeres de Canaán. Nosotros vivimos entre esa gente, pero no dejes que se case con una mujer cananea.
Gén 24:38  Debes ir a mi país, donde vive mi gente, y allá vas a conseguir una esposa para mi hijo”.
Gén 24:39  Entonces yo le dije a mi amo: “¿Qué hago si la mujer no quiere venir conmigo?”
Gén 24:40  y él me respondió: “Yo le sirvo al Señor, él va a mandar a un ángel para que tu viaje sea un éxito y vas a conseguir una esposa para mi hijo entre mis familiares.
Gén 24:41  Pero si vas hasta la tierra de mis familiares y ellos se niegan a darte una esposa para mi hijo, entonces quedarás libre de tu promesa”.
Gén 24:42  »Cuando llegué hoy a la fuente dije: “Oh Señor, Dios de mi amo Abraham, haz que mi viaje sea un éxito.
Gén 24:43  Estoy aquí, delante de esta fuente, haz que la mujer que salga a buscar agua y yo le diga: ‘Por favor, baje su cántaro para que yo pueda beber’,
Gén 24:44  y ella me responda: ‘¡Beba, y también le daré agua a sus camellos!’, sea la mujer que el Señor ha elegido para el hijo de mi amo”.
Gén 24:45  »Antes de que yo terminara de decirme esto, Rebeca salió con el cántaro en el hombro, a sacar agua de la fuente. Yo le dije: “Por favor, déme algo de beber”.
Gén 24:46  Rebeca bajó rápidamente el cántaro del hombro y dijo: “Beba, y también les daré agua a sus camellos”. Entonces yo bebí y ella les dio agua también a los camellos.
Gén 24:47  Luego le pregunté: “¿Quién es su papá?”, y ella respondió: “Mi papá es Betuel, hijo de Milca y Najor”. Entonces yo le puse el anillo en su nariz y los brazaletes en sus brazos.
Gén 24:48  Luego me incliné y adoré al Señor, y bendije al Señor, Dios de mi amo Abraham, quien me guió en el camino correcto para conseguirle al hijo de mi amo, una hija de su propio hermano.
Gén 24:49  Ahora díganme, ¿van a mostrar fiel amor y lealtad a mi amo o no? Díganmelo para así saber qué es lo que debo hacer.
Gén 24:50  Labán y Betuel respondieron: —Vemos que esto viene directamente del Señor así que no tenemos nada que decir.
Gén 24:51  Aquí está Rebeca, tómala y vete. Haz que se case con el hijo de tu amo para obedecer la palabra del Señor.
Gén 24:52  Cuando el siervo de Abraham les oyó decir esto, se arrodilló en el piso ante el Señor.
Gén 24:53  Luego el siervo sacó todo el oro, la plata y la ropa y se la dio a Rebeca. También les dio regalos muy caros al hermano y a la mamá de ella.
Gén 24:54  Luego él, y los hombres que estaban con él, comieron y pasaron ahí la noche. A la mañana siguiente se levantaron y dijeron: —Ahora tenemos que volver a donde está nuestro amo.
Gén 24:55  Pero el hermano y la madre de Rebeca dijeron: —Dejen que la muchacha se quede unos diez días y después se podrá ir.
Gén 24:56  El siervo les dijo: —No me hagan esperar. El Señor ha hecho que mi viaje sea un éxito, déjenme volver a la casa de mi amo.
Gén 24:57  Entonces ellos dijeron: —Vamos a llamar a la muchacha y le vamos a preguntar qué es lo que ella quiere hacer.
Gén 24:58  Llamaron a Rebeca y le preguntaron: —¿Quieres irte con este hombre? Ella respondió: —Sí, iré.
Gén 24:59  Entonces dejaron que Rebeca y la mujer que siempre la había cuidado se fueran con el siervo de Abraham y sus hombres.
Gén 24:60  La familia de Rebeca la bendijo de esta manera: «Hermana nuestra, ¡que seas madre de millones! ¡Que tus hijos conquisten las ciudades de sus enemigos!»
Gén 24:61  Entonces Rebeca y sus siervas se levantaron, se montaron en los camellos y siguieron al hombre. Así que el siervo tomó a Rebeca y se fue.
Gén 24:62  Isaac había vuelto de Beer Lajay Roí y estaba viviendo en el Néguev.
Gén 24:63  Isaac salió a caminara al campo y vio que venían unos camellos.
Gén 24:64  Rebeca levantó su mirada y vio a Isaac. Luego se bajó del camello
Gén 24:65  y le dijo al siervo: —¿Quién es ese hombre que viene por el campo hacia nosotros? El siervo respondió: —Es mi amo. Entonces Rebeca tomó su velo y se tapó la cara.
Gén 24:66  El siervo le contó a Isaac todo que le había pasado.
Gén 24:67  Después Isaac llevó a Rebeca a la carpa de Sara, su mamá, y se casó con ella. Isaac amó a Rebeca y así se consoló de la muerte de su mamá.

Gén 24:1  Viéndose Abrahán ya viejo, y de edad muy avanzada, y que el Señor le había bendecido en todas las cosas,
Gén 24:2  dijo al criado más antiguo de su casa, y mayordomo de cuanto tenía: Pon tu mano debajo de mi muslo.
Gén 24:3  para tomarte juramento por el Señor Dios del cielo y de la tierra, que no casarás a mi hijo con mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales habito;
Gén 24:4  sino que irás a mi tierra y a la parentela mía, y de allí traerás mujer para mi hijo Isaac.
Gén 24:5  Respondió el criado: Y si la mujer no quisiese venir conmigo a este país, ¿debo por ventura llevar a tu hijo al lugar de donde tú saliste?
Gén 24:6  Guárdate bien, dijo Abrahán, de conducir jamás allá a mi hijo.
Gén 24:7  El Señor Dios del cielo, que me sacó de la casa de mi padre, y de la tierra de mi nacimiento , el cual me habló, y me juró diciendo: A tu descendencia daré esta tierra: él mismo enviará su ángel delante de ti, y hará que traigas de aquel país mujer para mi hijo:
Gén 24:8  Que si la mujer no quisiere seguirte, quedarás desobligado del juramento; pero en ningún caso lleves allá jamás a mi hijo.
Gén 24:9  Con esto el criado puso la mano debajo del muslo de Abrahán su señor, y le juró hacer todo lo dicho.
Gén 24:10  Tomó luego diez camellos del ganado de su amo, y partió, llevando consigo de lo mejor de todos los bienes de Abrahán, y puesto en camino, llegó a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor.
Gén 24:11  Allí, habiendo hecho descansar los camellos fuera de la ciudad junto a un pozo de agua al caer la tarde, al tiempo que suelen salir las mujeres a sacar agua, dijo a Dios:
Gén 24:12  Señor Dios de mi amo Abrahán, asísteme, te ruego, en este día, y sé propicio a Abrahán mi amo.
Gén 24:13  He aquí que yo estoy cerca de esta fuente, y las hijas de los moradores de esta ciudad vendrán a sacar agua.
Gén 24:14  La doncella, pues, a quien yo dijere: Baja tu cántaro para que yo beba, y ella respondiere: Bebe, y aun a tus camellos daré también de beber: ésa es la que tú tienes preparada para tu siervo Isaac: y en eso conoceré que has sido propicio a mi amo.
Gén 24:15  No bien había acabado de decir dentro de sí estas palabras, cuando he aquí Rebeca, hija de Batuel, hijo de Melca, mujer de Nacor, hermano de Abrahán, que salía con su cántaro al hombro;
Gén 24:16  joven en extremo agraciada, doncella hermosísima y todavía virgen: había bajado ya a la fuente, y, llenado el cántaro, se volvía.
Gén 24:17  Fue, pues, a su encuentro el criado de Abrahán, y le dijo: Dame a beber un poquito de agua de tu cántaro.
Gén 24:18  La cual respondió: Bebe, señor mío; y diciendo y haciendo, bajó el cántaro sobre su brazo y le dio de beber.
Gén 24:19  Y acabando de darle de beber, añadió: Voy también a sacar agua para tus camellos, hasta que beban todos.
Gén 24:20  Y vaciando el cántaro en los canales o bebederos, fue otra vez corriendo al pozo a sacar agua, que dio en seguida a todos los camellos.
Gén 24:21  Entretanto la estaba él contemplando en silencio, ansioso de saber si Dios había prosperado o no su viaje.
Gén 24:22  Abrevados ya los camellos, le presentó el hombre unos pendientes de oro, que pesaban dos siclos, y dos brazaletes que pesaban diez.
Gén 24:23  Y la preguntó: Dime, ¿de quién eres hija?; ¿hay en casa de tu padre lugar para alojarme esta noche?
Gén 24:24  Yo soy, respondió ella, hija de Batuel, hijo de Melca, y de Nacor su esposo.
Gén 24:25  Y añadió: De paja y forraje hay en casa provisión abundante, y mucha capacidad para hospedaje.
Gén 24:26  El hombre entonces se inclinó profundamente, y adoró al Señor,
Gén 24:27  diciendo: Bendito sea el Señor Dios de mi amo Abrahán, que tan propicio se ha mostrado con él según la verdad de sus promesas, guiándome vía recta a la casa del hermano de mi amo.
Gén 24:28  La muchacha se fue corriendo a casa de su madre, y contó todo cuanto había oído.
Gén 24:29  Tenía Rebeca un hermano llamado Labán, el cual salió a toda prisa en busca del hombre, al lugar en que estaba la fuente.
Gén 24:30  Y como había visto ya los pendientes y los brazaletes en las manos de su hermana, la cual le había contado también todo cuanto le había dicho aquel hombre, vino a encontrarle cuando estaba aún cerca de la fuente con sus camellos,
Gén 24:31  y le dijo: Entra, bendito del Señor: ¿qué haces ahí fuera? Preparado he para ti hospedaje, y lugar también para tus camellos.
Gén 24:32  Con eso le introdujo en el alojamiento, y descargó los camellos, y les dio paja y heno, y trajo agua para lavar los pies así a él como a los mozos que le acompañaban.
Gén 24:33  Y le pusieron delante la comida. Mas él dijo: No comeré hasta que os haya expuesto mi comisión. Di, pues, le contestó Labán.
Gén 24:34  Entonces les habló él de esta manera: Yo soy criado de Abrahán.
Gén 24:35  El Señor ha colmado de bendiciones a mi amo, y le ha engrandecido sobremanera; se ha dado ovejas y bueyes, plata y oro, esclavos y esclavas, camellos y asnos.
Gén 24:36  Sara, mujer de mi amo, le parió en su vejez un hijo, a quien ha dado todos sus bienes.
Gén 24:37  Y mi amo me ha juramentado, diciendo: No tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito;
Gén 24:38  sino que irás a la casa de mi padre, y traerás de mi linaje una mujer para mi hijo.
Gén 24:39  Y replicándole yo: Quizá la mujer no querrá seguirme,
Gén 24:40  me respondió: El Señor, en cuya presencia ando, enviará su ángel contigo, y dirigirá tus pasos; y tú tomarás para mi hijo mujer de mi parentela y de la casa de mi padre.
Gén 24:41  Mas si yendo a mis parientes no quisieran dártela, exento quedarás de mi maldición o libre del juramento.
Gén 24:42  Llegué, pues, hoy a la fuente, y dije a Dios: Señor Dios de mi amo Abrahán, si es que has enderezado este mi camino que traigo,
Gén 24:43  he aquí que estoy junto a esta fuente: haz, pues, que la doncella que salga a sacar agua, a quien yo diga: Dame a beber un poco de agua de tu cántaro,
Gén 24:44  y me responda: Bebe tú, que después la sacaré también para tus camellos, sea ésa la mujer que el Señor Dios tiene destinada para el hijo de mi amo.
Gén 24:45  Y cuando estaba yo rumiando en silencio estas cosas dentro de mí, ha comparecido Rebeca, que venía con su cántaro a cuestas, y ha bajado a la fuente, y sacado agua. Y le he dicho yo: dame un poco de beber.
Gén 24:46  Al momento ha bajado ella el cántaro del hombro, y me ha dicho: Bebe tú, y voy también a dar de beber a tus camellos. Bebí, pues, y ella ha abrevado mis camellos.
Gén 24:47  En seguida le he preguntado, y dicho: ¿De quién eres hija? Soy hija de Batuel, hijo de Nacor, y de Melca, ha respondido ella. Luego le he puesto unos pendientes para adorno de su rostro, y unos brazaletes en sus manos.
Gén 24:48  Y al instante postrándome he adorado al Señor, bendiciendo al Señor Dios de mi amo Abrahán, que me ha conducido por camino recto a desposar una hija del hermano de mi amo con su hijo.
Gén 24:49  Por lo cual, si queréis ser benéficos y leales con mi amo, declarádmelo; pero si pensáis de otro modo, decídmelo igualmente, para que yo siga mi rumbo a la derecha o a la izquierda.
Gén 24:50  A esto respondieron Labán y Batuel: Obra es ésta del Señor; de ningún modo podemos oponernos a lo que es conforme a su voluntad.
Gén 24:51  Ahí tienes a Rebeca, tómala, llévala contigo, y sea muy enhorabuena esposa del hijo de tu amo, conforme lo ha manifestado el Señor.
Gén 24:52  Así que oyó esto el criado de Abrahán, postrándose en tierra, adoró al Señor.
Gén 24:53  Y sacando alhajas de oro, y plata, y vestidos preciosos, se los regaló a Rebeca, y ofreció también ricos presentes a sus hermanos, y a la madre.
Gén 24:54  Comenzaron después el convite, y permanecieron juntos comiendo y bebiendo. A la mañana, levantándose el criado, dijo: Despachadme, a fin de que me pueda volver a mi amo.
Gén 24:55  A lo que respondieron los hermanos y la madre: Estese la chica con nosotros diez días siquiera, y después partirá.
Gén 24:56  No queráis detenerme, dijo él, ya que Dios ha prosperado mi camino; dejadme volver a mi amo.
Gén 24:57  Ellos replicaron: Llamemos a la chica, y veamos lo que dice.
Gén 24:58  Llamada, pues, vino, y le preguntaron: ¿Quieres ir con este hombre? Iré, respondió ella.
Gén 24:59  Con eso la dejaron ir, acompañada de su ama de leche, con el criado de Abrahán, y sus compañeros,
Gén 24:60  deseando toda suerte de felicidad a su hermana, y diciendo: Hermana nuestra eres, ¡oh! crezcas en mil y mil generaciones, y apodérese tu posteridad de las ciudades de sus enemigos.
Gén 24:61  Con esto Rebeca y sus doncellas, montando en los camellos, siguieron al hombre, el cual se volvía presuroso a casa de su amo.
Gén 24:62  Al mismo tiempo Isaac se estaba paseando por el camino que va al pozo llamado Pozo del Dios Viviente y que Mira, porque moraba en la tierra meridional no lejos de él.
Gén 24:63  Y había salido al campo a meditar, caído ya el día; y habiendo alzado los ojos, vio venir a los camellos a lo lejos.
Gén 24:64  Rebeca también, cuando alcanzó a ver a Isaac, se bajó del camello,
Gén 24:65  y preguntó al criado: ¿Quién es aquel hombre que viene por el campo a nuestro encuentro? Y le respondió: Aquel es mi amo. Y ella cogiendo prontamente el manto, se tapó.
Gén 24:66  Isaac, después de haberle contado el criado cuanto había hecho,
Gén 24:67  la hizo entrar en el pabellón de Sara, su madre, y la tomó por mujer; y la amó en tanto grado, que se le templó el dolor que la muerte de Sara su madre le había causado.

Gén 24:1  Era Abraham ya viejo, muy entrado en años, y Yahvé le había bendecido en todo.
Gén 24:2  Dijo, pues, Abraham al más antiguo de los siervos de su casa, el que administraba cuanto tenía: “Pon, te ruego, tu mano bajo mi muslo,
Gén 24:3  y júrame por Yahvé, Dios de los cielos y de la tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos, en medio de los cuales habito,
Gén 24:4  sino que irás a mi tierra, a mi parentela, a buscar mujer para mi hijo Isaac.”
Gén 24:5  Y le dijo el siervo: “Y si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra, ¿habré de llevar allá a tu hijo a la tierra de donde saliste?”
Gén 24:6  Díjole Abraham: “Guárdate muy bien de llevar allá a mi hijo.
Gén 24:7  Yahvé, Dios de los cielos, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mi nacimiento, que me ha hablado y me juró, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, enviará a su ángel ante ti y traerás de allí mujer para mi hijo.
Gén 24:8  Si la mujer no quiere venir contigo, quedarás libre de este juramento; pero de ninguna manera volverás allá a mi hijo.”
Gén 24:9  Puso, pues, el siervo la mano bajo el muslo de Abraham, su señor, y le juró.
Gén 24:10  Tomó el siervo diez de los camellos de su señor y se puso en camino, llevando consigo cuanto de bueno tenía su señor, y se dirigió a Aram Naharayim, a la ciudad de Najor.
Gén 24:11  Hizo que los camellos doblasen sus rodillas fuera de la ciudad junto a un pozo de aguas, ya de tarde, a la hora de salir las que van a coger agua,
Gén 24:12  y dijo: “Yahvé, Dios de mi amo Abraham, haz que me salga ahora buen encuentro, y muéstrate benigno con mi señor Abraham.
Gén 24:13  Voy a ponerme junto al pozo de agua mientras las mujeres de la ciudad vienen a buscar agua;"
Gén 24:14  la joven a quien yo dijere: “Inclina tu cántaro, te ruego, para que yo beba,” y ella me respondiere: “Bebe tú y daré también de beber a tus camellos,” sea la que destinas a tu siervo Isaac, y conozca yo así que te muestras propicio a mi señor.”
Gén 24:15  Y sucedió que, antes que él acabara de hablar, salía con el cántaro al hombro Rebeca, hija de Batuel, hijo de Melca, la mujer de Najor, hermano de Abraham.
Gén 24:16  La joven era muy hermosa y virgen, que no había conocido varón. Bajó al pozo, llenó su cántaro y volvió a subir.
Gén 24:17  Salióle al encuentro el siervo, y le dijo: “Dame, por favor, a beber un poco de agua de tu cántaro.”
Gén 24:18  “Bebe, señor mío,” le contestó ella, y, bajando el cántaro, lo tomó con sus manos y le dio a beber.
Gén 24:19  Cuando hubo él bebido, le dijo: “También para tus camellos voy a sacar agua, hasta que hayan bebido lo que quieran.”
Gén 24:20  Y se apresuró a vaciar el cántaro en el abrevadero, y corrió de nuevo al pozo a sacar más agua, hasta que hubo sacado para todos los camellos.
Gén 24:21  El hombre la contemplaba en silencio y se preguntaba si había prosperado Yahvé su camino o no.
Gén 24:22  Cuando hubieron acabado de beber los camellos, tomó el siervo un arillo de oro de medio siclo de peso y dos brazaletes de diez siclos, también de oro, y, dándoselos,
Gén 24:23  le preguntó: “¿De quién eres hija tú? Dime, por favor, si no habría lugar en casa de tu padre para pasar allí la noche.
Gén 24:24  Ella contestó: “Soy hija de Batuel, el hijo que Melca dio a Najor.”
Gén 24:25  Y añadió: “Hay en nuestra casa paja y heno en abundancia y lugar para pernoctar.”
Gén 24:26  Postróse entonces el hombre y adoró a Yahvé,
Gén 24:27  diciendo: “Bendito sea Yahvé, Dios de mi señor Abraham, que no ha dejado de hacer gracia y mostrarse fiel a mi señor, y a mí me ha conducido derecho a la casa de los hermanos de mi señor.”
Gén 24:28  Corrió la joven a contar en casa de su madre lo que había pasado.
Gén 24:29  Tenía Rebeca un hermano de nombre Labán, que se apresuró a ir al pozo en busca del hombre.
Gén 24:30  Había visto el arillo y los brazaletes en la mano de su hermana y le había oído decir: “Así me ha hablado el hombre.” Vino, pues, a él, que seguía con sus camellos junto a la fuente,
Gén 24:31  y le dijo: “Ven, bendito de Yahvé; ¿por qué te estás ahí fuera? Ya he preparado yo la casa y lugar para los camellos.”
Gén 24:32  Fue, pues, el hombre a casa. Labán desaparejó los camellos, dio a éstos paja y heno, y agua al hombre y a los que le acompañaban, para lavarse los pies,
Gén 24:33  y después le sirvió de comer; pero el hombre dijo: “No comeré mientras no diga lo que tengo que decir.” Respondióle: “Di.”
Gén 24:34  Este dijo: “Yo soy siervo de Abraham.
Gén 24:35  Yahvé ha bendecido largamente a mi señor y le ha engrandecido, dándole ovejas y bueyes, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos.
Gén 24:36  Parióle Sara, la mujer de mi señor, un hijo en su ancianidad, y a él le ha dado todos sus bienes.
Gén 24:37  Mi señor me ha hecho jurar: No tomarás para mi hijo mujer de entre los hijos de los cananeos, de la tierra en que habito;"
Gén 24:38  sino que irás a la casa de mi padre, a mi parentela, y de allí traerás mujer para mi hijo.
Gén 24:39  Yo dije a mi señor,: “Quizá no quiera venir conmigo la mujer”;"
Gén 24:40  y él me contestó: “Yahvé, ante quien yo ando, mandará contigo su ángel y hará que tu camino tenga buen éxito, y tomarás mujer para mi hijo de mi parentela y de la casa de mi padre.”
Gén 24:41  Quedarás desligado del juramento si fueses a mi parentela y no te la dieren; libre quedarás entonces.”
Gén 24:42  Llegué hoy a la fuente y dije: “Yahvé, Dios de mi señor Abraham, te ruego que, si en verdad quieres prosperar el camino que traigo,
Gén 24:43  hagas que, mientras yo me quedo junto a la fuente, la joven que salga a buscar agua y a quien diga yo: “Dame de beber, te ruego, un poco de agua de tu cántaro,”
Gén 24:44  y me diga ella: “Bebe, y sacaré también para tus camellos,” sea la mujer que Yahvé ha destinado para esposa del hijo de mi señor.”
Gén 24:45  No había yo acabado de decir esto en mi corazón, cuando salía Rebeca con su cántaro al hombro, bajó a la fuente y sacó agua. Yo le dije: “Dame de beber, te lo ruego.”
Gén 24:46  Bajó ella en seguida el cántaro de sobre su hombro y dijo: “Bebe, y daré también de beber a tus camellos;” y bebí yo, y ella dio también de beber a mis camellos."
Gén 24:47  Yo le pregunté: “¿De quién eres hija?” Ella me respondió: “Soy hija de Batuel, el hijo de Najor, que le dio Melca.” Entonces puse yo el arillo en su nariz, y los brazaletes en sus manos,
Gén 24:48  y me incliné, postrándome ante Yahvé, y bendije a Yahvé, Dios de mi señor Abraham, que me había traído por camino derecho para tomar a la hija de su hermano para mujer de su hijo.”
Gén 24:49  Ahora, si queréis hacer gracia y fidelidad a mi señor, decídmelo; si no, decídmelo también, y me dirigiré a la derecha o a la izquierda.”
Gén 24:50  Labán y su casa contestaron, diciendo: “De Yahvé viene esto; nosotros no podemos decirte ni bien ni mal."
Gén 24:51  Ahí tienes a Rebeca, tómala y vete, y sea la mujer del hijo de tu señor, como lo ha dicho Yahvé.”
Gén 24:52  Cuando el siervo de Abraham hubo oído estas palabras, se postró en tierra ante Yahvé;"
Gén 24:53  y, sacando objetos de plata y oro y vestidos, se los dio a Rebeca, e hizo también presentes a su hermano y a su madre.
Gén 24:54  Pusiéronse luego a comer y a beber, él y los que con él venían, y pasaron la noche. A la mañana, cuando se levantaron, dijo el siervo: “Dejad que me vaya a mi señor.”
Gén 24:55  El hermano y la madre de Rebeca dijeron: “Que esté la joven con nosotros todavía algunos días, unos diez, y después partirá.”
Gén 24:56  El les contestó: “No retraséis mi vuelta, ya que Yahvé ha hecho feliz el éxito de mi viaje; dejadme partir, para que vuelva a mi señor.”
Gén 24:57  Dijéronle, pues: “Llamemos a la joven y preguntémosle lo que ella quiere.”
Gén 24:58  Llamaron a Rebeca y le preguntaron: “¿Quieres partir luego con este hombre?” Y ella respondió: “Partiré.”
Gén 24:59  Dejaron, pues, ir a Rebeca, su hermana, y a su nodriza con el siervo de Abraham y sus hombres,
Gén 24:60  y bendecían a Rebeca, diciendo: “Hermana nuestra eres; que crezcas en millares de millares y se adueñe tu descendencia de las puertas de tus enemigos.”
Gén 24:61  Montaron, pues, Rebeca, sus doncellas y su nodriza en los camellos, y se fueron tras el hombre, y éste se partió con Rebeca.
Gén 24:62  Volvía un día Isaac del pozo de Jai-Roi, pues habitaba entonces en el Negueb,
Gén 24:63  y había salido por la tarde para pasearse por el campo, y, alzando los ojos, vio venir camellos.
Gén 24:64  También Rebeca alzó sus ojos, y, viendo a Isaac, se apeó del camello,
Gén 24:65  y preguntó al siervo: “¿Quién es aquel hombre que viene por el campo a nuestro encuentro?” El siervo le respondió: “Es mi señor.” Ella cogió el velo y se cubrió.
Gén 24:66  El siervo contó a Isaac cuanto había ocurrido,
Gén 24:67  e Isaac condujo a Rebeca a la tienda de Sara, su madre; la tomó por mujer y la amó, consolándose de la muerte de su madre."

 

 

 
  Conocen nuestro sitio 597136 visitantes (2109425 clics a subpáginas) ¡Que nuestro Dios ensanche tu Territorio!  
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis