Biblia Adventista - Biblia de Estudio
  Exodo A4
 

Capitulo 04

Éxo 4:1  Moisés volvió a preguntar:—¿Y qué hago si no me creen ni me hacen caso? ¿Qué hago si me dicen: “El Señor no se te ha aparecido”?
Éxo 4:2  —¿Qué tienes en la mano? —preguntó el Señor.—Una vara —respondió Moisés.
Éxo 4:3  —Déjala caer al suelo —ordenó el Señor.Moisés la dejó caer al suelo, y la vara se convirtió en una serpiente. Moisés trató de huir de ella,
Éxo 4:4  pero el Señor le mandó que la agarrara por la cola. En cuanto Moisés agarró la serpiente, ésta se convirtió en una vara en sus propias manos.
Éxo 4:5  —Esto es para que crean que yo, el Señor y Dios de tus padres, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me he aparecido a ti.
Éxo 4:6  Y ahora —ordenó el Señor—, ¡llévate la mano al pecho!Moisés se llevó la mano al pecho y, cuando la sacó, la tenía toda cubierta de lepra y blanca como la nieve.
Éxo 4:7  —¡Llévatela otra vez al pecho! —insistió el Señor.Moisés se llevó de nuevo la mano al pecho y, cuando la sacó, la tenía tan sana como el resto de su cuerpo.
Éxo 4:8  —Si con la primera señal milagrosa no te creen ni te hacen caso —dijo el Señor—, tal vez te crean con la segunda.
Éxo 4:9  Pero si no te creen ni te hacen caso después de estas dos señales, toma agua del Nilo y derrámala en el suelo. En cuanto el agua del río toque el suelo, se convertirá en sangre.
Éxo 4:10  —Señor, yo nunca me he distinguido por mi facilidad de palabra —objetó Moisés—. Y esto no es algo que haya comenzado ayer ni anteayer, ni hoy que te diriges a este tu siervo. Francamente, me cuesta mucho trabajo hablar.
Éxo 4:11  —¿Y quién le puso la boca al hombre? —le respondió el Señor—. ¿Acaso no soy yo, el Señor, quien lo hace sordo o mudo, quien le da la vista o se la quita?
Éxo 4:12  Anda, ponte en marcha, que yo te ayudaré a hablar y te diré lo que debas decir.
Éxo 4:13  —Señor —insistió Moisés—, te ruego que envíes a alguna otra persona.
Éxo 4:14  Entonces el Señor ardió en ira contra Moisés y le dijo:—¿Y qué hay de tu hermano Aarón, el levita? Yo sé que él es muy elocuente. Además, ya ha salido a tu encuentro, y cuando te vea se le alegrará el corazón.
Éxo 4:15  Tú hablarás con él y le pondrás las palabras en la boca; yo os ayudaré a hablar, a ti y a él, y os enseñaré lo que tenéis que hacer.
Éxo 4:16  Él hablará por ti al pueblo, como si tú mismo le hablaras, y tú le hablarás a él por mí, como si le hablara yo mismo.
Éxo 4:17  Pero no te olvides de llevar contigo esta vara, porque con ella harás señales milagrosas.
Éxo 4:18  Moisés se fue de allí y volvió a la casa de Jetro, su suegro. Al llegar le dijo:—Debo marcharme. Quiero volver a Egipto, donde están mis hermanos de sangre. Voy a ver si todavía viven.—Anda, pues; que te vaya bien —le contestó Jetro.
Éxo 4:19  Ya en Madián el Señor le había dicho a Moisés: «Vuelve a Egipto, que ya han muerto todos los que querían matarte.»
Éxo 4:20  Así que Moisés tomó a su mujer y a sus hijos, los montó en un asno y volvió a Egipto. En la mano llevaba la vara de Dios.
Éxo 4:21  El Señor le había advertido a Moisés: «Cuando vuelvas a Egipto, no dejes de hacer ante el faraón todos los prodigios que te he dado el poder de realizar. Yo, por mi parte, endureceré su corazón para que no deje ir al pueblo.
Éxo 4:22  Entonces tú le dirás de mi parte al faraón: “Israel es mi primogénito.
Éxo 4:23  Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo para que me rinda culto, pero tú no has querido dejarlo ir. Por lo tanto, voy a quitarle la vida a tu primogénito.” »
Éxo 4:24  Ya en el camino, el Señor salió al encuentro de Moisés en una posada y estuvo a punto de matarlo.
Éxo 4:25  Pero Séfora, tomando un cuchillo de pedernal, le cortó el prepucio a su hijo; luego tocó los pies de Moisés con el prepucio y le dijo: «No hay duda. Tú eres para mí un esposo de sangre.»
Éxo 4:26  Después de eso, el Señor se apartó de Moisés. Pero Séfora había llamado a Moisés “ésposo de sangre» por causa de la circuncisión.
Éxo 4:27  El Señor le dijo a Aarón: «Anda a recibir a Moisés en el desierto.» Aarón fue y se encontró con Moisés en la montaña de Dios, y lo besó.
Éxo 4:28  Entonces Moisés le comunicó a Aarón todo lo que el Señor le había ordenado decir y todas las señales milagrosas que le mandaba realizar.
Éxo 4:29  Luego Moisés y Aarón reunieron a todos los ancianos israelitas,
Éxo 4:30  y Aarón, además de repetirles todo lo que el Señor le había dicho a Moisés, realizó también las señales a la vista del pueblo,
Éxo 4:31  con lo que el pueblo creyó. Y al oír que el Señor había estado pendiente de ellos y había visto su aflicción, los israelitas se inclinaron y adoraron al Señor.

Éxo 4:1  Y respondió Moisés y dijo: «Si no me creyeren, ni escucharen mi voz (pues dirán: ‘No se te ha aparecido Dios’) ¿qué les diré?»
Éxo 4:2  Y díjole Señor: «¿Qué es eso en tu mano?» Y él dijo: «Vara».
Éxo 4:3  Y dijo: «Tírala al suelo». Y tiróla al suelo, y se hizo serpiente; y huyó Moisés de ella.
Éxo 4:4  Y dijo Señor a Moisés: «Extiende tu mano, y cógela de la cola»; e hízose vara en su mano.
Éxo 4:5  «Para que te crean que se te ha aparecido Dios de los padres de ellos; Dios de Abrahán, y Dios de Isaac y Dios de Jacob».
Éxo 4:6  Y díjole Señor de nuevo: «Mete tu mano en tu seno». Y metió su mano en su seno; y sacó su mano de su seno, y volvióse su mano leprosa(a)  como nieve.
Éxo 4:7  Y dijo «Mete de nuevo tu mano en tu seno»; y metió su mano en su seno, y sacóla de su seno, y de nuevo fue restituida al color de la carne misma.
Éxo 4:8  Y si no te creyeran ni escucharen la voz de la señal primera, creerán a la voz de la señal última.
Éxo 4:9  Y será: si no creyeren a éstas dos señales ni escucharen tu voz, tomarás del agua del río y la derramarás sobre lo seco; y será el agua que tomares del río, sangre sobre lo seco».
Éxo 4:10  Y dijo Moisés a Señor: «Ruégote, Señor: no soy hombre de palabra, ni desde ayer, ni desde anteayer(b)  —ni desde que empezaste a hablar a tu servidor: tardo de voz y pesado de lengua soy yo».
Éxo 4:11  Y dijo Señor a Moisés: «¿Quién dio boca a hombre, y quién hizo a mudo y sordo, a vidente y ciego? ¿No soy Dios?»
Éxo 4:12  Y ahora ve, y yo abriré tu boca y te enseñaré lo que has de hablar».
Éxo 4:13  Y dijo Moisés: «Ruégote, Señor: elige a otro que pueda(c) , a quien envíes».
Éxo 4:14  E inflamóse en ira Señor sobre Moisés y dijo: «¿No está aquí Aarón tu hermano, el levita? Sé que hablando hablará él por ti; y he aquí él saldrá a tu encuentro, y viéndote, se gozará en su corazón.
Éxo 4:15  Y dirás a él y pondrás mis palabras en su boca, y yo abriré tu boca y la boca de él y os enseñaré lo que hagáis.
Éxo 4:16  Y él te hablará al pueblo, y él será tu boca; y tú serás a él lo para con Dios.
Éxo 4:17  Y esta vara tomarás en tu mano, en la cual harás las señales».
Éxo 4:18  Y fue Moisés y volvió a Jetró, su suegro y díjole: «Iré y volveré a mis hermanos(d)  los en Egipto, y veré si aún viven». Y dijo Jetró a Moisés: «Ve en paz».
Éxo 4:19  Y dijo Señor a Moisés en Madián: «Ve, y vuelve a Egipto, que han muerto todos los que buscaban tu alma».
Éxo 4:20  Y tomando Moisés a su mujer y los niñitos púsolos sobre los asnos y volvió a Egipto; y tomó Moisés la vara, la de Dios, en su mano.
Éxo 4:21  Y dijo Señor Moisés: «Yendo tú y volviendo a Egipto, mira todos los prodigios que he puesto en tu mano, para que los hagas delante de Faraón; pero yo endureceré su corazón para que no deje partir el pueblo.
Éxo 4:22  Y tú dirás a Faraón: «Esto dice Señor: «Hijo primogénito mío Israel;
Éxo 4:23  y te he dicho: «Deja partir mi hijo para que me sirva»; y si no quieres dejarle partir, he aquí yo mato a tu hijo primogénito».
Éxo 4:24  Y aconteció en el camino en la posada, encontróle un ángel de Señor y trataba de matarle(e) 
Éxo 4:25  Y tomando Séfora piedra afilada circuncidó el prepucio de su hijo y arrojóselo ante los pies, diciendo: «¡Esposo de sangre me eres tú(f) !»
Éxo 4:26  Y dejóle(g) ; y ella dijo: «Esposo de sangre de la circuncisión».
Éxo 4:27  Y dijo Señor a Aarón: «Ve al encuentro de Moisés al desierto». Y fue y encontróle en el monte de Dios, y besáronse.
Éxo 4:28  Y narró Moisés a Aarón todas las palabras de Señor con que le enviara y todas las señales que mandara.
Éxo 4:29  Y fueron Moisés y Aarón y congregaron toda la ancianidad de los hijos de Israel .
Éxo 4:30  Y habló Aarón todas estas palabras que habló Dios a Moisés; e hizo(h)  las señales a la faz del pueblo.
Éxo 4:31  Y creyó el pueblo y gozóse porque visitaba Dios a los hijos de Israel y porque había visto su aflicción; en inclinóse el pueblo y adoró.


Éxo 4:1  Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová.
Éxo 4:2  Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara.
Éxo 4:3  El le dijo: Echala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella.
Éxo 4:4  Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano.
Éxo 4:5  Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
Éxo 4:6  Le dijo además Jehová: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve.
Éxo 4:7  Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno. Y él volvió a meter su mano en su seno; y al sacarla de nuevo del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne.
Éxo 4:8  Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera.
Éxo 4:9  Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en tierra; y se cambiarán aquellas aguas que tomarás del río y se harán sangre en la tierra.
Éxo 4:10  Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.
Éxo 4:11  Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová?
Éxo 4:12  Ahora pues, vé, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.
Éxo 4:13  Y él dijo: ¡Ay, Señor! envía, te ruego, por medio del que debes enviar.
Éxo 4:14  Entonces Jehová se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita, y que él habla bien? Y he aquí que él saldrá a recibirte, y al verte se alegrará en su corazón.
Éxo 4:15  Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré con tu boca y con la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer.
Éxo 4:16  Y él hablará por ti al pueblo; él te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios.
Éxo 4:17  Y tomarás en tu mano esta vara, con la cual harás las señales.

Moisés vuelve a Egipto
 
Éxo 4:18  Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Vé en paz.
Éxo 4:19  Dijo también Jehová a Moisés en Madián: Vé y vuélvete a Egipto, porque han muerto todos los que procuraban tu muerte.
Éxo 4:20  Entonces Moisés tomó su mujer y sus hijos, y los puso sobre un asno, y volvió a tierra de Egipto. Tomó también Moisés la vara de Dios en su mano.
Éxo 4:21  Y dijo Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo.
Éxo 4:22  Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.
Éxo 4:23  Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a tu hijo, tu primogénito.(A)
Éxo 4:24  Y aconteció en el camino, que en una posada Jehová le salió al encuentro, y quiso matarlo.
Éxo 4:25  Entonces Séfora tomó un pedernal afilado y cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a sus pies, diciendo: A la verdad tú me eres un esposo de sangre.
Éxo 4:26  Así le dejó luego ir. Y ella dijo: Esposo de sangre, a causa de la circuncisión.
Éxo 4:27  Y Jehová dijo a Aarón: Vé a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios, y le besó.
Éxo 4:28  Entonces contó Moisés a Aarón todas las palabras de Jehová que le enviaba, y todas las señales que le había dado.
Éxo 4:29  Y fueron Moisés y Aarón, y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel.
Éxo 4:30  Y habló Aarón acerca de todas las cosas que Jehová había dicho a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo.
Éxo 4:31  Y el pueblo creyó; y oyendo que Jehová había visitado a los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.


Éxo 4:1  –Ellos no me creerán, ni tampoco me harán caso –contestó Moisés–. Al contrario, me dirán: ‘El Señor no se te ha aparecido.’
Éxo 4:2  –¿Qué es eso que tienes en la mano? –preguntó el Señor.
–Un bastón –contestó Moisés.
Éxo 4:3  –Arrójalo al suelo –ordenó el Señor.
Moisés lo arrojó al suelo, y en el mismo instante el bastón se convirtió en una serpiente. Moisés echó a correr para alejarse de ella,
Éxo 4:4  pero el Señor le dijo:
–Extiende la mano y tómala por la cola.
Moisés extendió la mano y, al tomarla, la serpiente se convirtió otra vez en bastón.
Éxo 4:5  –Esto es para que crean que se te ha aparecido el Señor, Dios de tus antepasados, Dios de Abraham, Isaac y Jacob
Éxo 4:6  –dijo el Señor–. Y ahora mete tu mano en el pecho.
Moisés metió su mano en el pecho y, al sacarla, vio que estaba enferma de lepra y blanca como la nieve.
Éxo 4:7  Entonces Dios le dijo:
–Vuelve a meter tu mano en el pecho.
Moisés lo hizo así y, al sacar la mano de nuevo, ya estaba tan sana como el resto del cuerpo.
Éxo 4:8  Luego el Señor le dijo:
–Si con la primera señal no te creen ni te hacen caso, te creerán con la segunda;
Éxo 4:9  pero si no te creen ni te hacen caso con ninguna de estas dos señales, saca agua del río y derrámala sobre el suelo. En cuanto el agua que saques del río caiga al suelo, se convertirá en sangre.
Éxo 4:10  –¡Ay, Señor! –respondió Moisés–. Yo no tengo facilidad de palabra, y esto no es solo de ayer ni de ahora que estás hablando con este siervo tuyo, sino de tiempo atrás. Siempre que hablo se me traba la lengua.
Éxo 4:11  Pero el Señor le contestó:
–¿Y quién le ha dado la boca al hombre? ¿Quién, si no yo, lo hace mudo, sordo, ciego o que pueda ver?
Éxo 4:12  Así que, anda, que yo estaré contigo cuando hables y te enseñaré lo que debes decir.
Éxo 4:13  Moisés insistió:
–¡Ay, Señor, por favor, envía a alguna otra persona!
Éxo 4:14  Entonces el Señor se irritó con Moisés, y le dijo:
–¡Pues ahí está tu hermano Aarón, el levita![a] Yo sé que él habla muy bien. Además, él viene a tu encuentro y se va a alegrar mucho de verte.
Éxo 4:15  Habla con él y explícale todo lo que tiene que decir. Yo, por mi parte, estaré con él y contigo cuando habléis, y os daré instrucciones sobre lo que hayáis de hacer.
Éxo 4:16  Tú hablarás a Aarón como si fuera yo mismo, y Aarón, a su vez, comunicará al pueblo lo que tú le digas.[b]
Éxo 4:17  Llévate este bastón, porque con él harás cosas asombrosas.

Moisés regresa a Egipto
Éxo 4:18  Moisés volvió a casa de su suegro Jetró y le dijo:
–Tengo que regresar a Egipto, donde están mis hermanos de raza. Quiero ver si todavía viven.
–Vete, pues, y que te vaya bien –contestó Jetró.
Éxo 4:19  Estando aún Moisés en la región de Madián, el Señor le dijo:
–Regresa a Egipto, porque ya han muerto todos los que querían matarte.[c]
Éxo 4:20  Moisés tomó entonces a su esposa y a su hijo,[d] los montó en un asno y regresó a Egipto. En la mano llevaba el bastón de Dios.
Éxo 4:21  Después el Señor dijo a Moisés:
–Cuando llegues a Egipto, pon toda tu atención en hacer ante el faraón las maravillas que te he dado el poder de realizar. Yo, por mi parte, haré que él se ponga terco[e] y que no deje salir a los israelitas.
Éxo 4:22  Entonces dirás al faraón: ‘Así dice el Señor: Israel es mi hijo primogénito[f]
Éxo 4:23  y te he dicho que dejes salir a mi hijo, para que vaya a adorarme; pero como no has querido dejarlo salir, yo mataré a tu primogénito.’
Éxo 4:24  Durante el camino, en el lugar donde Moisés y su familia iban a pasar la noche, el Señor salió al encuentro de Moisés y quiso matarlo.
Éxo 4:25  Entonces Séfora tomó un cuchillo de piedra y cortó el prepucio a su hijo; luego, tocando con el prepucio del niño los pies de Moisés, le dijo: "En verdad, tú eres para mí un esposo de sangre."[g]
Éxo 4:26  Entonces el Señor dejó ir a Moisés. Y Séfora dijo que Moisés era un esposo de sangre debido a la circuncisión.
Éxo 4:27  Mientras tanto, el Señor había dicho a Aarón: "Ve al desierto a encontrarte con Moisés." Y Aarón fue y encontró a Moisés en el monte de Dios.[h] Allí le saludó con un beso.
Éxo 4:28  Entonces Moisés contó a Aarón todas las cosas que el Señor le había ordenado decir, y también las grandes maravillas que le mandaba hacer.
Éxo 4:29  Luego fueron los dos a reunir a los ancianos de Israel,
Éxo 4:30  y Aarón les contó todo lo que el Señor había dicho a Moisés, haciendo además ante la gente las maravillas que Dios le había ordenado que hiciera.
Éxo 4:31  La gente quedó convencida. Y al saber que el Señor había puesto su atención en ellos y que había visto cómo sufrían, se inclinaron en actitud de adoración.


Éxo 4:1  Entonces Moisés respondió, y dijo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No se te ha aparecido el SEÑOR.
Éxo 4:2  Y el SEÑOR le dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara.
Éxo 4:3  Y él le dijo: Echala en tierra. Y él la echó en tierra, y se tornó una culebra; y Moisés huía de ella.
Éxo 4:4  Entonces dijo el SEÑOR a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se tornó vara en su mano.
Éxo 4:5  Por esto creerán que se te ha aparecido el SEÑOR Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob.
Éxo 4:6  Y le dijo además el SEÑOR: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve.
Éxo 4:7  Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno; y él volvió a meter su mano en su seno; y volviéndola a sacar del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne.
Éxo 4:8  Si aconteciere, que no te creyeren, ni oyeren la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera.
Éxo 4:9  Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río, y las derramarás en tierra; y se volverán aquellas aguas que tomarás del río, se volverán sangre en la tierra.
Éxo 4:10  Entonces dijo Moisés al SEÑOR: ¡Ruego Señor! Yo no soy hombre de palabras de ayer ni de anteayer, ni aun desde que tú hablas a tu siervo; porque soy pesado de boca y pesado de lengua.
Éxo 4:11  Y el SEÑOR le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo el SEÑOR?
Éxo 4:12  Ahora pues, ve, que yo seré en tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.
Éxo 4:13  Y él dijo: ¡Ruego Señor! Envía por mano del que has de enviar.
Éxo 4:14  Entonces el SEÑOR se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita, y que él habla bien? Y aun he aquí que él te saldrá a recibir, y viéndote, se alegrará de su corazón.
Éxo 4:15  Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo seré en tu boca y en la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer.
Éxo 4:16  Y él hablará por ti al pueblo; y él te será por boca, y tú serás a él por Dios.
Éxo 4:17  Y tomarás esta vara en tu mano, con la cual harás las señales.
Éxo 4:18  Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz.
Éxo 4:19  Dijo también el SEÑOR a Moisés en Madián: Ve, y vuélvete a Egipto, porque han muerto todos los que procuraban tu muerte.
Éxo 4:20  Entonces Moisés tomó su mujer y sus hijos, y los puso sobre un asno, y volvió a tierra de Egipto; tomó también Moisés la vara de Dios en su mano.
Éxo 4:21  Y dijo el SEÑOR a Moisés: Cuando hubiereis vuelto a Egipto, mira que hagas delante del Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo.
Éxo 4:22  Y dirás al Faraón: El SEÑOR ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.
Éxo 4:23  Y yo te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; por tanto , he aquí yo mato a tu hijo, tu primogénito.
Éxo 4:24  Y aconteció en el camino, que en una posada lo encontró el SEÑOR, y quiso matarlo.
Éxo 4:25  Entonces Séfora arrebató un pedernal, y cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a sus pies, diciendo: Porque tú me eres esposo de sangre.
Éxo 4:26  Entonces se apartó de él. Y ella le dijo: Esposo de sangre, a causa de la circuncisión.
Éxo 4:27  Y el SEÑOR dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios, y le besó.
Éxo 4:28  Entonces contó Moisés a Aarón todas las palabras del SEÑOR que le enviaba, y todas las señales que le había dado.
Éxo 4:29  Y fueron Moisés y Aarón, y juntaron todos los ancianos de los hijos de Israel.
Éxo 4:30  Y habló Aarón todas las palabras que el SEÑOR había dicho a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo.
Éxo 4:31  Y el pueblo creyó; y oyendo que el SEÑOR había visitado los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.

Éxo 4:1  Sin embargo, al contestar, Moisés dijo: “Pero supongamos que no me crean y no escuchen mi voz, porque van a decir: ‘No se te apareció Jehová’”.
Éxo 4:2  Entonces le dijo Jehová: “¿Qué tienes en la mano?”, a lo cual él dijo: “Una vara”.
Éxo 4:3  En seguida dijo: “Arrójala a tierra”. De modo que él la arrojó a tierra, y esta se convirtió en una serpiente; y Moisés empezó a huir de ella.
Éxo 4:4  Jehová ahora dijo a Moisés: “Alarga la mano y agárrala por la cola”. De modo que él alargó la mano y la agarró, y esta se convirtió en una vara en la palma de su mano.
Éxo 4:5  “Para que —según dijo él— crean que se te ha aparecido Jehová el Dios de sus antepasados, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.”
Éxo 4:6  Entonces Jehová le dijo otra vez: “Mete tu mano, por favor, en el pliegue superior de tu prenda de vestir”. De modo que él metió la mano en el pliegue superior de su prenda de vestir. Cuando la sacó, pues, ¡resultó que su mano estaba herida de lepra como la nieve!
Éxo 4:7  Después de eso [Dios] dijo: “Vuelve tu mano al pliegue superior de tu prenda de vestir”. De modo que él volvió la mano al pliegue superior de su prenda de vestir. Cuando la sacó del pliegue superior de su prenda de vestir, pues, ¡resultó que estaba restaurada como el resto de su carne!
Éxo 4:8  “Y tiene que suceder —según dijo él— que si no quieren creerte y no quieren escuchar la voz de la primera señal, entonces ciertamente creerán la voz de la señal posterior.
Éxo 4:9  Sin embargo, tiene que suceder que, si no quieren creer ni aun a estas dos señales y no quieren escuchar tu voz, entonces tendrás que tomar agua del río Nilo y derramarla en tierra seca; y el agua que tomes del río Nilo ciertamente se convertirá, sí, realmente se convertirá en sangre sobre la tierra seca.”
Éxo 4:10  Entonces Moisés dijo a Jehová: “Dispénsame, Jehová, pero no soy persona que hable con fluidez, ni desde ayer ni desde antes de eso ni desde que hablaste con tu siervo, porque soy lento de boca y lento de lengua”.
Éxo 4:11  Ante esto, Jehová le dijo: “¿Quién asignó boca al hombre o quién asigna al mudo o al sordo o al de vista perspicaz o al ciego? ¿No soy yo, Jehová?
Éxo 4:12  Ahora pues, ve, y yo mismo resultaré estar con tu boca y ciertamente te enseñaré lo que debes decir”.
Éxo 4:13  Pero él dijo: “Dispénsame, Jehová, pero envía, por favor, por la mano de aquel a quien vas a enviar”.
Éxo 4:14  Entonces la cólera de Jehová se enardeció contra Moisés, y él dijo: “¿No es hermano tuyo Aarón el levita? Sé con certeza que él sí puede hablar. Y, además, mira que ha salido a tu encuentro. Cuando verdaderamente te vea, ciertamente se regocijará en su corazón.
Éxo 4:15  Y tienes que hablarle y poner las palabras en su boca; y yo mismo resultaré estar con tu boca y con su boca, y yo realmente les enseñaré lo que han de hacer.
Éxo 4:16  Y él tiene que hablar por ti al pueblo; y tiene que suceder que él te servirá de boca, y tú le servirás de Dios.
Éxo 4:17  Y esta vara la tomarás en tu mano para que ejecutes con ella las señales”.
Éxo 4:18  Por consiguiente, se fue Moisés y volvió a Jetró su suegro y le dijo: “Quiero irme, por favor, y volver a mis hermanos, que están en Egipto, para ver si todavía viven”. De modo que Jetró dijo a Moisés: “Vete en paz”.
Éxo 4:19  Después de eso Jehová dijo a Moisés en Madián: “Ve, vuelve a Egipto, porque han muerto todos los hombres que buscaban tu alma”.
Éxo 4:20  Entonces Moisés tomó a su esposa y a sus hijos y los hizo cabalgar sobre un asno, y procedió a volver a la tierra de Egipto. Además, Moisés tomó la vara del Dios [verdadero] en su mano.
Éxo 4:21  Y Jehová pasó a decir a Moisés: “Después que te hayas ido y hayas vuelto a Egipto, ve que ustedes realmente ejecuten delante de Faraón todos los milagros que he puesto en tu mano. En cuanto a mí, yo dejaré que a él se le haga obstinado el corazón; y él no enviará al pueblo.
Éxo 4:22  Y tendrás que decir a Faraón: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová: “Israel es mi hijo, mi primogénito.
Éxo 4:23  Y yo te digo: Envía a mi hijo para que me sirva. Pero si rehúsas enviarlo, ¡mira!, voy a matar a tu hijo, a tu primogénito”’”.
Éxo 4:24  Ahora bien, aconteció en el camino, en el lugar de alojamiento, que Jehová consiguió encontrarse con él y siguió buscando la manera de darle muerte.
Éxo 4:25  Por fin Ziporá tomó un pedernal y le cortó el prepucio a su hijo e hizo que este tocara los pies de él y dijo: “Es porque eres novio de sangre para mí”.
Éxo 4:26  En consecuencia, él lo soltó. En ese tiempo ella dijo: “Novio de sangre”, por motivo de la circuncisión.
Éxo 4:27  Entonces Jehová dijo a Aarón: “Sal al encuentro de Moisés en el desierto”. Con eso, él se fue y se encontró con él en la montaña del Dios [verdadero], y lo besó.
Éxo 4:28  Y se puso Moisés a referir a Aarón todas las palabras de Jehová, que lo había enviado, y todas las señales que le había mandado hacer.
Éxo 4:29  Después de eso Moisés y Aarón se fueron y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel.
Éxo 4:30  Entonces Aarón habló todas las palabras que Jehová había hablado a Moisés, y él ejecutó las señales a los ojos del pueblo.
Éxo 4:31  Con eso el pueblo creyó. Al oír que Jehová había dirigido su atención a los hijos de Israel y que había visto su aflicción, entonces se inclinaron y se postraron.

Éxo 4:1  Sin embargo, Moisés le dijo a Dios: —Los jefes de Israel no van a creer que te he visto, así que tampoco van a obedecerme.
Éxo 4:2  Entonces Dios le preguntó: —¿Qué tienes en tu mano? —Una vara —contestó Moisés.
Éxo 4:3  —Tírala al suelo —ordenó Dios. Moisés tiró la vara al suelo, y ésta se convirtió en una serpiente. Moisés trató de apartarse de ella,
Éxo 4:4  pero Dios le dijo: —Ahora extiende la mano y agarra la serpiente por la cola. Moisés extendió la mano para agarrarla y, en cuanto la tocó, la serpiente se convirtió otra vez en una vara. Entonces Dios le dijo:
Éxo 4:5  —Haz esto mismo delante de los jefes de Israel. Cuando ellos vean que la vara se convierte en serpiente, creerán que me has visto a mí, que soy el Dios de sus antepasados.
Éxo 4:6  Pero si no te creen ni te obedecen, dales otra prueba: Mete la mano entre tu ropa y tócate el pecho; luego vuelve a sacarla. Moisés lo hizo así, y cuando sacó la mano, vio que estaba llena de llagas, pues tenía lepra. Dios le dijo: —Vuelve a meter tu mano entre la ropa. Moisés obedeció, y cuando la sacó vio que ya estaba sana. Dios le dijo:
Éxo 4:9  —Si después de ver estas dos señales no te creen ni te obedecen, ve al río Nilo, saca agua de allí, y derrámala en el suelo. Enseguida el agua se convertirá en sangre.
Éxo 4:10  Sin embargo, Moisés le dijo a Dios: —¡Pero es que yo no sé hablar bien! Siempre que hablo, se me traba la lengua, y por eso nadie me hace caso. Este problema lo tengo desde niño.
Éxo 4:11  Dios le contestó: —Escúchame, Moisés, ¡soy yo quien hace que hables o que no hables! ¡Soy yo quien hace que puedas oír o que no oigas nada! ¡Soy yo quien puede hacerte ver, o dejarte ciego!
Éxo 4:12  Anda, ponte en marcha a Egipto, que yo te ayudaré a que hables bien, y te enseñaré lo que debes decir.
Éxo 4:13  Pero Moisés dijo: —Dios mío, te ruego que envíes a otra persona.
Éxo 4:14  Entonces Dios se enojó con Moisés y le dijo: —¡Pues ahí tienes a tu hermano Aarón, el sacerdote de la tribu de Leví! Aarón habla muy bien, y sabe convencer a la gente. Además, ya ha salido a tu encuentro, y se alegrará de verte.
Éxo 4:15  Tú dile a Aarón todo lo que te he mandado decir, para que él se lo diga al pueblo por ti. De ese modo, Aarón hablará en tu lugar, así como tú hablas en lugar mío. Yo, por mi parte, les ayudaré a hablar y les enseñaré lo que deben hacer.
Éxo 4:17  Anda, toma la vara y haz con ella lo que te he ordenado hacer.
Éxo 4:18  Moisés volvió entonces a donde estaba su suegro Jetró, y le dijo: —Déjame regresar a Egipto. Quiero ver si todavía siguen con vida los israelitas. Jetró le dijo: —Vete tranquilo. Espero que te vaya bien.
Éxo 4:19  Moisés todavía estaba en Madián cuando Dios le dijo: —Regresa a Egipto, pues ya han muerto todos los que querían matarte.
Éxo 4:20  Entonces Moisés montó en un burro a su esposa y a sus hijos, y emprendió el camino de regreso a Egipto. En la mano llevaba la vara que Dios le había dado.
Éxo 4:21  Ya Dios le había dicho: «Cuando llegues a Egipto, haz delante del rey todas las maravillas que te he ordenado hacer con la vara. Yo haré que el rey se ponga terco y no deje salir al pueblo.
Éxo 4:22  Entonces tú le dirás de mi parte: “Yo soy Dios, y amo al pueblo de Israel como si fuera mi primer hijo.
Éxo 4:23  Por eso te he ordenado que lo dejes salir para que me adore. Como no lo has dejado ir, ahora voy a quitarle la vida a tu primer hijo”».
Éxo 4:24  En el camino a Egipto, Moisés y su familia se detuvieron en un lugar para pasar la noche. Allí Dios estuvo a punto de quitarle la vida a Moisés,
Éxo 4:25  pero Séfora tomó un cuchillo y circuncidó a su hijo; luego, con el pedazo de piel que le cortó, le tocó los genitales a Moisés, y le dijo: «Con la sangre de mi hijo quedas protegido». Cuando Dios vio lo que había hecho Séfora, dejó con vida a Moisés.
Éxo 4:27  Dios le dijo a Aarón: —Ve al desierto, para recibir a Moisés. Aarón fue entonces a la montaña de Dios. Al encontrarse con Moisés, lo saludó con un beso.
Éxo 4:28  Entonces Moisés le contó a Aarón todas las señales grandes y terribles que Dios le había ordenado hacer en Egipto, y todo lo que le había mandado decir.
Éxo 4:29  Después los dos fueron y reunieron a los jefes de Israel,
Éxo 4:30  y Aarón les contó lo que Dios le había dicho a Moisés, quien por su parte hizo delante de ellos las señales que Dios le había mandado hacer.
Éxo 4:31  Los israelitas le creyeron a Moisés, y cuando oyeron que Dios iba a ayudarlos, se inclinaron hasta el suelo y adoraron a Dios.

Éxo 4:1  Respondió Moisés y dijo: «No van a creerme, ni escucharán mi voz; pues dirán: “No se te ha aparecido Yahveh.”»
Éxo 4:2  Díjole Yahveh: «¿Qué tienes en tu mano?» «Un cayado», respondió él.
Éxo 4:3  Yahveh le dijo: «Échalo a tierra.» Lo echó a tierra y se convirtió en serpiente; y Moisés huyó de ella.
Éxo 4:4  Dijo Yahveh a Moisés: «Extiende tu mano y agárrala por la cola.» Extendió la mano, la agarró, y volvió a ser cayado en su mano...
Éxo 4:5  «Para que crean que se te ha aparecido Yahveh, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.»
Éxo 4:6  Y añadió Yahveh: «Mete tu mano en el pecho.» Metió él la mano en su pecho y cuando la volvió a sacar estaba cubierta de lepra, blanca como la nieve.
Éxo 4:7  Y le dijo: «Vuelve a meter la mano en tu pecho.» La volvió a meter y, cuando la sacó de nuevo, estaba ya como el resto de su carne.
Éxo 4:8  «Así pues, si no te creen ni escuchan la voz por la primera señal, creerán por la segunda.
Éxo 4:9  Y si no creen tampoco por estas dos señales y no escuchan tu voz, tomarás agua del Río y la derramarás en el suelo; y el agua que saques del Río se convertirá en sangre sobre el suelo.»
Éxo 4:10  Dijo Moisés a Yahveh: «¡Por favor, Señor! Yo no he sido nunca hombre de palabra fácil, ni aun después de haber hablado tú con tu siervo; sino que soy torpe de boca y de lengua.»
Éxo 4:11  Le respondió Yahveh: «¿Quién ha dado al hombre la boca? ¿? Quién hace al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo, Yahveh?
Éxo 4:12  Así pues, vete, que yo estaré en tu boca y te enseñaré lo que debes decir.»
Éxo 4:13  El replicó: «Por favor, envía a quien quieras.»
Éxo 4:14  Entonces se encendió la ira de Yahveh contra Moisés, y le dijo: «¿No tienes a tu hermano Aarón el levita? Sé que él habla bien; he aquí que justamente ahora sale a tu encuentro, y al verte se alegrará su corazón.
Éxo 4:15  Tu le hablarás y pondrás las palabras en su boca; yo estaré en tu boca y en la suya, y os enseñaré lo que habéis de hacer.
Éxo 4:16  El hablará por ti al pueblo, él será tu boca y tú serás su dios.
Éxo 4:17  Toma también en tu mano este cayado, porque con él has de hacer las señales.»
Éxo 4:18  Moisés volvió y regresó a casa de Jetró, su suegro, y le dijo: «Con tu permiso, me vuelvo a ver a mis hermanos de Egipto para saber si viven todavía.» Dijo Jetró a Moisés: «Vete en paz.»
Éxo 4:19  Yahveh dijo a Moisés en Madián: «Anda, vuelve a Egipto ; pues han muerto todos los que buscaban tu muerte.»
Éxo 4:20  Tomó, pues, Moisés a su mujer y a su hijo y, montándolos sobre un asno, volvió a la tierra de Egipto. Tomó también Moisés el cayado de Dios en su mano.
Éxo 4:21  Y dijo Yahveh a Moisés: «Cuando vuelvas a Egipto, harás delante de Faraón todos los prodigios que yo he puesto en tu mano; yo, por mi parte, endureceré su corazón, y no dejará salir al pueblo.
Éxo 4:22  Y dirás a Faraón: Así dice Yahveh: Israel es mi hijo, mi primogénito.
Éxo 4:23  Yo te he dicho: “Deja ir a mi hijo para que me dé culto,” pero como tú no quieres dejarle partir, mira que yo voy a matar a tu hijo, a tu primogénito.»
Éxo 4:24  Y sucedió que en el camino le salió al encuentro Yahveh en el lugar donde pasaba la noche y quiso darle muerte.
Éxo 4:25  Tomó entonces Seforá un cuchillo de pedernal y, cortando el prepucio de su hijo, tocó los pies de Moisés, diciendo: «Tú eres para mí esposo de sangre.»
Éxo 4:26  Y Yahveh le soltó; ella había dicho: «esposo de sangre», por la circuncisión.
Éxo 4:27  Dijo Yahveh a Aarón: «Vete al desierto al encuentro de Moisés.» Partió, pues, y le encontró en el monte de Dios y le besó.
Éxo 4:28  Moisés contó a Aarón todas las palabras que Yahveh le había encomendado y todas las señales que le había mandado hacer.
Éxo 4:29  Fueron, pues, Moisés y Aarón y reunieron a todos los ancianos de los israelitas.
Éxo 4:30  Aarón refirió todas las palabras que Yahveh había dicho a Moisés, el cual hizo las señales delante del pueblo.
Éxo 4:31  El pueblo creyó, y al oír que Yahveh había visitado a los israelitas y había visto su aflicción, se postraron y adoraron.

Éxo 4:1  Moisés volvió a preguntar: ¿Y qué hago si no me creen ni me hacen caso? ¿Qué hago si me dicen: El Señor no se te ha aparecido?
Éxo 4:2  ¿Qué tienes en la mano? preguntó el Señor. Una vara respondió Moisés.
Éxo 4:3  Déjala caer al suelo ordenó el Señor. Moisés la dejó caer al suelo, y la vara se convirtió en una serpiente. Moisés trató de huir de ella,
Éxo 4:4  pero el Señor le mandó que la agarrara por la cola. En cuanto Moisés agarró la serpiente, ésta se convirtió en una vara en sus propias manos.
Éxo 4:5  Esto es para que crean que yo el Señor, el Dios de sus padres, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me he aparecido a ti.
Éxo 4:6  Y ahora ordenó el Señor, ¡llévate la mano al pecho! Moisés se llevó la mano al pecho y, cuando la sacó, la tenía toda cubierta de *lepra y blanca como la nieve.
Éxo 4:7  ¡Llévatela otra vez al pecho! insistió el Señor. Moisés se llevó de nuevo la mano al pecho y, cuando la sacó, la tenía tan sana como el resto de su cuerpo.
Éxo 4:8  Si con la primera señal milagrosa no te creen ni te hacen caso dijo el Señor, tal vez te crean con la segunda.
Éxo 4:9  Pero si no te creen ni te hacen caso después de estas dos señales, toma agua del Nilo y derrámala en el suelo. En cuanto el agua del río toque el suelo, se convertirá en sangre.
Éxo 4:10  Señor, yo nunca me he distinguido por mi facilidad de palabra objetó Moisés. Y esto no es algo que haya comenzado ayer ni anteayer, ni hoy que te diriges a este servidor tuyo. Francamente, me cuesta mucho trabajo hablar.
Éxo 4:11  ¿Y quién le puso la boca al *hombre? le respondió el Señor. ¿Acaso no soy yo, el Señor, quien lo hace sordo o mudo, quien le da la vista o se la quita?
Éxo 4:12  Anda, ponte en marcha, que yo te ayudaré a hablar y te diré lo que debas decir.
Éxo 4:13  Señor insistió Moisés, te ruego que envíes a alguna otra persona.
Éxo 4:14  Entonces el Señor ardió en ira contra Moisés y le dijo: ¿Y qué hay de tu hermano Aarón, el levita? Yo sé que él es muy elocuente. Además, ya ha salido a tu encuentro, y cuando te vea se le alegrará el *corazón.
Éxo 4:15  Tú hablarás con él y le pondrás las palabras en la boca; yo los ayudaré a hablar, a ti y a él, y les enseñaré lo que tienen que hacer.
Éxo 4:16  Él hablará por ti al pueblo, como si tú mismo le hablaras, y tú le hablarás a él por mí, como si le hablara yo mismo.
Éxo 4:17  Pero no te olvides de llevar contigo esta vara, porque con ella harás señales milagrosas.
Éxo 4:18  Moisés se fue de allí y volvió a la casa de Jetro, su suegro. Al llegar le dijo: Debo marcharme. Quiero volver a Egipto, donde están mis hermanos de sangre. Voy a ver si todavía viven. Anda, pues; que te vaya bien le contestó Jetro.
Éxo 4:19  Ya en Madián el Señor le había dicho a Moisés: "Vuelve a Egipto, que ya han muerto todos los que querían matarte."
Éxo 4:20  Así que Moisés tomó a su mujer y a sus hijos, los montó en un asno y volvió a Egipto. En la mano llevaba la vara de Dios.
Éxo 4:21  El Señor le había advertido a Moisés: "Cuando vuelvas a Egipto, no dejes de hacer ante el faraón todos los prodigios que te he dado el poder de realizar. Yo, por mi parte, endureceré su *corazón para que no deje ir al pueblo.
Éxo 4:22  Entonces tú le dirás de mi parte al faraón: Israel es mi primogénito.
Éxo 4:23  Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo para que me rinda culto, pero tú no has querido dejarlo ir. Por lo tanto, voy a quitarle la vida a tu primogénito. "
Éxo 4:24  Ya en el camino, el Señor salió al encuentro de Moisés [1] en una posada y estuvo a punto de matarlo.
Éxo 4:25  Pero Séfora, tomando un cuchillo de pedernal, le cortó el prepucio a su hijo; luego tocó los pies [2] de Moisés con el prepucio y le dijo: "No hay duda. Tú eres para mí un esposo de sangre."
Éxo 4:26  Después de eso, el Señor se apartó de Moisés. Pero Séfora había llamado a Moisés "esposo de sangre" por causa de la circuncisión.
Éxo 4:27  El Señor le dijo a Aarón: "Anda a recibir a Moisés en el desierto." Aarón fue y se encontró con Moisés en la montaña de Dios, y lo besó.
Éxo 4:28  Entonces Moisés le comunicó a Aarón todo lo que el Señor le había ordenado decir y todas las señales milagrosas que le mandaba realizar.
Éxo 4:29  Luego Moisés y Aarón reunieron a todos los *ancianos israelitas,
Éxo 4:30  y Aarón, además de repetirles todo lo que el Señor le había dicho a Moisés, realizó también las señales a la vista del pueblo,
Éxo 4:31  con lo que el pueblo creyó. Y al oír que el Señor había estado pendiente de ellos y había visto su aflicción, los israelitas se inclinaron y adoraron al Señor.

Texto del Capitulo

Texto del Capitulo

Texto del Capitulo

Texto del Capitulo

Texto del Capitulo

Texto del Capitulo

Texto del Capitulo

 

 

 
  Conocen nuestro sitio 594144 visitantes (2103631 clics a subpáginas) ¡Que nuestro Dios ensanche tu Territorio!  
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis