Biblia Adventista - Biblia de Estudio
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El Texto:

La palabra ”texto” puede usarse en diferentes formas. Por ejemplo cuando decimos “El texto griego”, “libro de texto” o “textualmente”, etc. Pero en homilética la palabra tiene una connotación muy propia. Texto es el pasaje, corto o largo, en el que se basa un determinado sermón. Creo que el caso de un sermón mío sirve para ilustrar esto. El sermón, de tres puntos, está basado en la primera mitad de un versículo: Prov. 23.23. El versículo dice así: “Compra la verdad y no la vendas; la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia”. Bien. Mi sermón solamente tiene que ver con las palabras “Compra la verdad y no la vendas”. Esa frase es mi texto. De eso trata el sermón. Nada con “la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia”. O sea, el texto es un medio versículo. Yo he oído a predicadores de cierta fama y con muchos años predicando, decir, por ejemplo: “Hay muchos textos que enseñan lo mismo”, o “quiero que veamos otro texto”... Andan mal. Ellos están usando la palabra “texto” cuando deben usar la palabra “pasaje”. Digámoslo así: Todo texto es un pasaje, pero no todo pasaje es un texto. Un buen sermón tiene generalmente un solo texto, pero a través del sermón el predicador pasa por muchos pasajes, es decir, por porciones de la Escritura que él usa para probar, mostrar, enseñar, clarificar. Note usted que yo dije “pasa por muchos pasajes”, es decir, usa muchos pasajes. Alguien podría decir: Eso es un pleonasmo, “pasa... pasaje”. Puede que sea, pero lo dije para mostrar por qué las porciones de la Escritura que usamos en un sermón se llaman “pasajes”. Usted sabe lo que quiere decir la palabra “pasaje”: “Sitio por donde se pasa, paso”. Pues eso es: El predicador pasa por varias partes de la Escritura. Son los pasajes del sermón. No confundamos “pasaje” con “texto”. A veces uno puede oir a un predicador decir (por ejemplo): “El texto de enseguida, es decir el 12 sigue hablando de lo mismo”. Anda mal. El le está llamando “textos” a los versículos. Pero “versículo” es cada parrafito numerado de que se componen los capítulos. El dice, “el texto de enseguida” cuando debe decir “el versículo de enseguida”. Uno entiende mejor la palabra “texto” cuando la ve a la luz de una palabra parecida: “textil", que quiere decir “relativo a los tejidos”. Y es en el sentido de “tejido” en el que la palabra “texto” se usa en homilética. Porque el texto es la porción de la Escritura, corta o larga con el que se teje el sermón. El texto del sermón puede ser corto, (como el del sermón del que hablé más arriba, que comprendía apenas la mitad de un versículo más bien corto) o largo, como el texto de los sermones expositivos que generalmente abarcan tres, cuatro, seis, diez o más versículos. (Un sermón expositivo mío, al que titulé “Retrato de un fiel predicador”, es el desarrollo de 1 Tes. 2.1-12. El texto se compone pues, de doce versículos). No hace mucho escuché a un hermano predicar durante varias noches. Él comenzaba con un pasaje de uno o más versículos y luego seguía hablando, pero nada relacionado con el pasaje de arranque. El podría llamarle “texto” a su pasaje inicial, pero no lo era; el sermón no estaba urdido en el pasaje. Era lo que algunos homiléticos llaman “un texto falso”. (No en el sentido de que el pasaje contenga una falsedad, por supuesto, sino que el uso que se le está dando como texto del sermón, no es legítimo). Vayamos adelante. El texto puede ser tratado de dos maneras: Sintética o analíticamente. Por ejemplo; el sermón al que aludí en los comienzos del artículo tenía cómo texto Prov. 23.23a. “Compra la verdad y no la vendas” Sus tres puntos eran: I. La verdad tiene un valor ("compra", "no la vendas"). II. La verdad debe ser adquirida ( "compra la verdad") III. La verdad no debe ser cambiada por nada ("no la vendas). Como usted puede ver, aquí no se trata de un análisis, sino de deducciones sacadas de esa declaración bíblica. Por otro lado, vea 2 Cor. 5.10. Usted podría llamar a un sermón basado en ese pasaje “El tribunal de Cristo”. Un análisis del texto le daría los puntos del sermón:

I. “Porque es necesario”, El juicio llena una necesidad causada por la justicia divina.

II. “Todos comparezcamos... cada uno”, el juicio será universal.

III. “Cada uno reciba según lo que haya hecho”, El juicio será individual.

IV. “Mientras estaba en el cuerpo”, el juicio será determinado por nuestras acciones en esta vida.
V. “Cada uno reciba según lo que haya hecho... bueno o ...malo". El juicio resultará en nuestra salvación o nuestra condenación, dependiendo de nuestros hechos. Por supuesto cada punto deberá ser elaborado, ampliado. En esa elaboración de los puntos es cuando el preparador de sermones, usa cualquier pasaje que le sirva para probar, ilustrar, ejemplificar, clarificar, etc. lo que él quiere enseñar. No todo pasaje se presta para usarse como texto de un sermón. Y no todos vemos las posibilidades homiléticas de un dado pasaje. Y un pasaje que hoy no nos parece que tenga posibilidades, mañana se las veremos. Una cosa es cierta: Prácticamente cualquier pasaje que contenga una declaración importante puede ser el texto de un sermón sintético o analítico. En realidad, en la Palabra de Dios hay más pasajes con posibilidades textuales que los que uno pueda usar en toda la vida. Si usted lee su biblia con frecuencia y con cuidado, no tardará mucho en encontrar el texto para un sermón. Y el hallazgo de “pasajes-texto” cada vez se le facilitará más con la práctica. Cuando uno comienza esta hermosa actividad sermonaria se pregunta “¿Qué predicaré?”, es decir, ¿qué predicaré si no encuentro nada? Alégrese de saber que llegará el día en que usted se hará la misma pregunta, pero por otra razón, es decir, ¿qué predicaré si hay tantos pasajes para predicar sobre ellos y solamente puedo usar uno como mi texto?:
 
  
 

 
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